Lauren llamó al timbre de la casa de Camila y esperó a que le abriera la puerta. No temía encontrarse con Sinuhe, ni con Alejandro, tampoco con Sofía, porque Camila le había prometido que estarían solas aquel día. La charla con Dinah había sido intensa y Lauren aseguraba que aquello las había unido un poco más. Ambas se habían sincerado con ciertas cosas y Lauren se había quitado toneladas de encima al contarle a alguien cómo se sentía sin que fuera juzgada.
Camila no tardó en abrir la puerta. Llevaba puesto un top rosa, que dejaba ver su abdomen y unos pantalones vaqueros largos ceñidos a sus preciosas y firmes piernas.
-Estás preciosa -dijo Lauren, dando un paso hacia atrás para mirar mejor a su novia.
-Tú siempre lo estás -dijo Camila acercándose a Lauren y plantando un beso en sus labios.
Lauren creía que era increíblemente tierno el momento en el que Camila se ponía de puntillas para poder besar sus labios. Algo así como hacer un diminuto esfuerzo para conseguir lo que quería, que era un beso suyo. A Lauren le agradaba esa sensación.
-¿Vamos a quedarnos en tu porche todo el día? -preguntó Lauren, cuando Camila había tomado carrerilla besando a su chica.
-No -dijo Camila. -En realidad quería mostrarte algo.
-¿Mostrarme algo? -preguntó Lauren confundida.
-Sí -dijo la chica de ojos color café, agarrando la mano de Lauren y tirando de ella para que entrara en casa.
-¿Qué quieres enseñarme? -preguntó Lauren, cerrando la puerta que quedaba detrás suya con el pie.
-Vamos -dijo Camila, andando de espaldas, mientras besaba los labios de Lauren.
Ambas quedaron apoyadas contra la barandilla de las escaleras que subían hasta la segunda planta. Lauren apoyaba su cuerpo contra el de Camila y, ésta, con su espalda descansando en la baranda de madera barnizada, comenzó a arrastrar sus manos por la espalda de Lauren, sin dejar de mover sus labios en la boca de la misma. La boca de la chica más pequeña se abrió y dejó entrar la lengua de Lauren, que acarició la suya propia, haciendo que saliera también de su boca y comenzara a jugar con la de la chica de ojos verdes. Lauren comenzó a sentirse algo exaltada con aquella pequeña batalla, tanto, que agarró las muñecas de Camila, que paseaban por su espalda, y las puso contra la barandilla también. No hablaban, ninguna hablaba. No era necesario.
Lauren comenzó a besar el cuello de Camila, luego su mandíbula, luego su oreja, hasta pasar de nuevo a la boca. El pecho de la más pequeña subía y bajaba con garra, tan enérgicamente, que su espalda se separaba de la madera incesantemente.
-Lau... Lauren... Lo... -trataba de articular Camila mientras enredaba sus dedos en el cabello de Lauren. -Lauren...
Lauren separó sus labios del cuello de Camila y pegó su frente con la de su novia, jadeando, esperando a que la chica más pequeña dijera lo que trataba de decir. Pasaron unos segundos hasta Camila pudo volver a hablar y lo hizo en un susurro tan ronco y sensual, que Lauren pensó que podría desmayarse en aquel mismo momento.
-No era esto precisamente lo que tenía pensado mostrarte -musitó Camila acariciando una mejilla de Lauren.
-¿Y crees que puede esperar? -preguntó Lauren rozando los labios de Camila.
-Antes pensaba que no -dijo Camila. -Pero tus susurros roncos me están haciendo cambiar de opinión.
Lauren sonrió y dejó un casto beso en los labios de Camila, antes de retirarse de ella unos centímetros más.
-Vamos -dijo Lauren agarrando la mano de su chica, -muéstrame eso que querías enseñarme hace un rato.
-¿Qué? -preguntó Camila frunciendo el ceño. -¡He dicho que puede esperar! -exclamó.
-Vamos, Camz -dijo Lauren sonriendo.
Camila se resignó y ambas chicas subieron las escaleras de la mano. Cuando llegaron a la habitación de la latina, Lauren se sentó en la cama y esperó a que su novia hiciera algo. Ella cogió su guitarra y se sentó al lado de Lauren.
-¿Me vas a cantar? -preguntó Lauren emocionada, dando pequeños saltos en el borde de la cama. -¿De verdad, Camz? ¿Vas a cantar?
-No -dijo Camila afinando las cuerdas de su guitarra. -Sólo voy a hacerte una demostración de mi audición, para que me des tu opinión.
-Camz, eso es cantar -dijo Lauren sonriendo, tocando con su uña el labio de la chica.
-Sólo -comenzó a decir Camila, -no te rías si lo hago muy mal.
-Te he oído cantar antes y eres genial. Además, aunque fueras la peor cantante del mundo no me reiría, Camz.
-Está bien... allá voy:
People say we shouldn't be together
And we don't know about forever
I say they don't know what they talk talk talkin' about
Talkin' talkin' about
This love is only getting stronger
And I can't wait any longer
I just wanna tell the world that your mine, girl
Ohh
They don't know about the things we do
They don't know about the I love you's
But I bet you if they only knew
They will just be jealous of us
They don't know about the up all night's
They don't know I've waited all my life
Just to find a love that feels this right
Baby, they don't know about
They don't know about us
About us, about us
Just one touch and I was a believer
And everyday's a little sweeter
It gets better
Keep it's getting better all the time
They don't know about the things we do
They don't know about the I love you's
But I bet you if they only knew
They will just be jealous of us
They don't know about the up all night's
They don't know I've waited all my life
Just to find a love that feels this right
Baby, they don't know about
They don't know about us
Hey, hey
They don't know about us
Hey, hey
'Cause we like to party
Hey
Baby, they don't know about
They don't know about us
Hubo un momento de silencio. Lauren trataba de reaccionar a lo que acababa de escuchar sin que la baba le llegara a los pies.
-¡¡¡Camz!!!
Camila se ruborizó sin mirar a Lauren mientras mantenía la sonrisa en su rostro.
-Hey, Camz -dijo Lauren agarrando la barbilla de Camila. -¡Eso ha sido increíble! Es decir, Dios mío Camz...
-No exageres, Lo -pidió Camila, soltando la guitarra a un lado de la cama.
-No exagero, Camz -dijo Lauren. -Esa ni si quiera es la canción original, la has cambiado y la has adaptado a ti. ¡Suena fantástica!
-¿De verdad lo crees? -preguntó Camila frunciendo el ceño.
-De verdad -asintió Lauren. -Estoy segura de que si lo hiciste así de bien en la Universidad, no dudarán en admitirte. Eres un diamante.
-Ese es el problema -afirmó Camila. -Contigo todo me sale bien porque tú me calmas, me tranquiliza tu presencia; sin embargo ellos me ponían nerviosa.
-Eres un diamante, Camz -dijo Lauren acariciando la mejilla de su novia con la palma de la mano. -Los caza diamantes no tardan en darse cuenta de los diamantes que valen la pena.
-Nunca nadie antes me había llamado así -dijo Camila con una sonrisa.
-Espero que tampoco te hayan dicho que te aman -susurró Lauren.
-No lo han hecho.
-Bien -sonrió Lauren. -Te amo, Camz.
Camila abrió un poco más sus ojos para mirar mejor a Lauren, justo antes de acercarse a ella y comenzar a besarla de nuevo. Las chicas no tardaron en alcanzar el ritmo que habían logrado conseguir en la planta baja. Camila comenzó a dejar el peso de su cuerpo caer sobre el de la ojiverde paulatinamente, hasta que la más alta cayó en la cama con el cuerpo de su novia encima. Lauren comenzaba a sentirse excitada, muy excitada. Pero aquello empeoró cuando los labios de Camila se separaron de los suyos y comenzaron a descender por su cuello.
Se sentían tan suaves los besos de Camila resbalando por su pálida piel...
De pronto, se escuchó un fuerte estruendo y Lauren se sobresaltó.
-Sh, sh, tranquila -dijo Camila colocando un dedo en los labios de su novia. -Sólo se ha caído la guitarra.
Lauren volvió a colocar su cabeza en la almohada, había comenzado a sudar sólo de pensar que los señores Cabello pudieran encontrarlas así.
Las manos de la chica más pequeña se adentraron en la blusa gris de Lauren, haciendo que un escalofrío recorriera todo el cuerpo de la chica, y un pálpito retumbara en cada rincón que la chica tocaba. Siguieron besándose vorazmente. Los alrededores de los labios de ambas chicas se encontraban completamente empapados de saliva y aquello hacia sentir a Lauren fuera de sí.
Camila intentó sacar la blusa de Lauren, agarrando sus extremos y tirando hacia arriba, pero Lauren agarró sus manos y la miró. Camila sabía perfectamente lo que quería, Lauren no.
-No te voy a gustar -susurró Lauren.
-Ya me gustas -contestó Camila.
-Camila... no voy a gustarte sin ropa -musitó Lauren sacudiendo la cabeza.
-Eso debería comprobarlo yo, ¿no crees? -preguntó Camila sin hacer caso, sacando la blusa de su novia.
Camila miró el cuerpo de Lauren desde arriba sin decir nada. Se veía tan suave, se veía tan liso, que no entendía como Lauren acababa de decir aquello. Tenía algunos lunares en el pecho, lunares con formas perfectas, redondas e incrustadas en la pálida piel de su novia. Sus senos estaban cubiertos por un sostén negro, que moldeaba sus pechos a la perfección.
-¿Qué? -preguntó Lauren nerviosa.
-Nada, yo... -dijo Camila, sin poder apartar la mirada del brassier de su chica.
-Camz, estoy aquí -dijo Lauren chasqueando los dedos en su frente.
Camila mordió su labio inferior antes de quitar su top y tirarlo al suelo, junto a la blusa de Lauren. Ahora era Lauren la que se deleitaba con el perfecto cuerpo de Camila y, tanto se excitó al ver aquello, que colocó a su chica debajo suya, en un movimiento estratégico, teniendo así vía libre para hacer lo que quisiera.
Lauren acarició con sus labios el cuello de Camila, que sujetaba todo el aire en su pecho y trataba de no soltarlo de una vez. La más pequeña pasó sus manos alrededor del tronco de Lauren y colocó sus manos en su brassier.
-¿Puedo? -preguntó Camila, ruborizándose ligeramente.
-Adelante -dijo Lauren, algo insegura, pero ayudando a Camila con el trabajo.
-Mi turno -dijo Camila arqueando la espalda para que Lauren quitara su sostén.
Los senos de las chicas quedaron al descubierto. Lauren pegó sus cuerpos y la sensación de complicidad y unión se acentuó.
Las manos de Lauren paseaban por el cuerpo de Camila, incentivando la excitación de ambas. Una de las manos de Camila se posó en el pecho izquierdo de Lauren y, ésta, colocó su rodilla en el centro de la chica, frotándola hasta que la chica comenzó a dejar marcas en su labio de tanto morderlo, trantando de contener los gemidos.
-Está bien -diji Camila como pudo. -Quítame el pantalón.
-¿Qué?
-¡Quítame el pantalón, Lauren! -exclamó Camila desabrochándose el botón de su vaquero, desesperada por volver a entablar contacto con su novia.
Lauren accedió, sus labios estaban hinchados de tanto besar a Camila y su boca yacía abierta, tratando de recuperar el aliento. Lauren le quitó los vaqueros a Camila y, luego, sin que la otra se lo pidiera, se sacó los suyos.
Lauren se sentía bien, se sentía agusto desnuda en los brazos de Camila. No había inseguridades, no había miedos.
Lauren acarició los muslos de Camila, mientras ella agarraba su trasero. Lauren sentía las uñas de su novia aferrándose a ella, estaba segura de que probablemente se le quedaría marcas en la nalga.
Luego subió su mano hasta que llegó a la ropa intetior de Camila. Poó un dedo en su centro y Camila no pudo evitar ahogar un gemido y agarrar las sábanas cuando sintió el dedo de Lauren.
-Hazlo -pidió Camila.
-Camz, ¿estás seg...?
-Hazlo, Lauren.
Lauren sacó la ropa interior de Camila y se quedó mirando un par de segundos antes de volver a posar sus dedos ahí.
Comenzó haciendo fricción en el clítoris de Camila, sin dejar de mirar a su novia a los ojos, que comenzaba a emitir sonidos sonoros, mirando a Lauren también. Luego, Lauren, llevó uno de sus dedos hasta la cavidad de Camila, que estaba completamente empapada.
-Ten cuidado -dijo Camila mordiéndose el labio inferior.
-Prometo no hacerte daño -dijo Lauren besando los labios de Camila.
Lauren introdujo un dedo con suavidad y comenzó a moverlo dentro de la cavidad de Camila, que ahora gemía abiertamente, aunque mordía el hombro de su novia para tratar de controlarlos.
-Lauren -llamó Camila mientras Lauren la embestía, -por favor, no pares.
Lauren no tenía la intención, pero escuchar aquello hizo que se estremeciera. Introdujo el segundo dedo y Camila comenzó a arañar la espalda de su novia, que sabía que en cualquier momento comenzaría a sangrar. Pero le gustaba. Era un dolor placentero.
Unos quince minutos más tarde, cuando el brazo de Lauren estaba increíblemente cansado, pero no dejaba de aumentar su velocidad, Camila se agarró al cuello de Lauren y exclamó una serie de tacos que indicó a la ojiverde que estaba llegando al clímax. Pronto su cuerpo se desvaneció y un líquido blanquecino corrió por los dedos de Lauren, mientras se tumbaba al lado de su novia, completamente sudada.
-¿Estás cansada? -preguntó Camila.
Lauren sólo la miró sonriente y jadeante, con los labios empapados de sudor. Camila sonrió de vuelta, mientras comenzaba a acariciar el abdomen de Lauren, que cerró sus ojos relajadamente.
-Creo que deberías adelgazar un poco.