All Of The Girls You've Loved Before-Taylor Swift
***
Cuando su alarma sonó a las seis en punto, deseó poder regresar el tiempo y detenerse a sí mismo de ir a aquella fiesta. Tomó sus cosas como pudo, se colocó unos lentes oscuros para ocultar sus ojos hinchados y ojeras y salió directamente a la recepción.
No ayudó en nada a su dolor de cabeza el ser recibido con una imagen bastante caótica. Jaiden gritándole al teléfono, Baghera estresada en el sofá y ninguna señal de Roier.
—iNo es posible! ¿Son conscientes de lo poco profesional que es esto?! —hubo un corto silencio—. Sí, por supuesto que van a escuchar de mi abogado, adiós.
Al terminar llamada, Jaiden se dejó caer sobre uno de los sofás de la recepción, el rostro escondido entre sus manos. Baghera puso su mano en la espalda de la chica, buscando calmar su crisis.
—Jaiden, está bien.
—¡No lo está! No vamos a conseguir el avión hasta por lo menos el medio día y ya había hecho una cita con la revista en Azerbaiyán y...
—¿No pueden venir con nosotros? —habló Cellbit llamando la atención de ambas mujeres.
Jaiden se quedó en blanco hasta que su rostro se relajó con la realización.
—Eso podría funcionar... —miró a Baghera —. ¿Te molesta si vamos con ustedes?
—En absoluto, deberíamos haber hecho eso desde el principio.
Cuando Roier regresó de la cafetería con un café en la mano, finalmente pudieron dejar el hotel.
Cellbit estaba demasiado cansado y enfocado en las canciones de la radio para notar como Roier lo observaba y escribía en su libreta de canciones.
—Estoy segura de que el internet va a estar lleno de fotos suyas subiendo al avión. No han dejado de teorizar sobre la relación.
—Mejor si los damos contenido —dijo Cellbit con una sonrisa. Se apresuró a tomar la mano de Roier cuando el auto se detuvo por completo.
Al abrir la puerta y salir junto a Roier pudo notar a que se refería Jaiden. Los flashes de las cámaras de los fotógrafos brillaron en el rabillo de su ojo. De cualquier forma, no soltó la mano del otro chico y los dirigió a ambos directamente al avión.
Ninguno de los dos pudo contener su risa al estar fuera de la vista de los paparazzi. Se soltaron y el cantante tuvo que cubrir su rostro por la vergüenza.
—Van a pensar que somos parte del Mile High Club.
El piloto alzó una ceja.
—¿Qué es eso?
Roier parpadeó un par de veces, pero terminó por negar con la cabeza.
—Mejor no sepas. ¿Tienes hambre? Voy a buscar comida.
Cellbit lo observó irse y se mantuvo confundido un par de segundos más antes de que Baghera y Jaiden entraran.
—Tenemos cinco horas de vuelo, así que te recomendaría que duermas un poco. Cierra las cortinas, yo debo trabajar —le informó al tiempo que tomaba su lugar en una de mesas—. Y Jaiden, ya hablamos, duerme.
La susodicha se vio tensa, pero se recostó en el sofá a un lado de la contraria.
Cellbit cerró las cortinas y prendió la luz sobre el largo sofá cama, dispuesto a dormir las cinco horas completas. No fue hasta que Roier volvió que se despertó un poco.
—¿Ro, quieres dormir?
El cantante lo pensó unos segundos, pero asintió. Limpió sus manos de las migajas de lo que había terminado de comer y se acercó, sentándose a un lado de Cellbit. Este alcanzó una de las mantas a un lado del sofá y cubrió a ambos con esta sin dudarlo demasiado.
Soltó un bostezo y se acomodó.
—Descansa.
Al escuchar un "tu igual" por parte del chico, al fin pudo relajarse, girándose un poco y cerrando los ojos para poder descansar. No le tomó mucho y pronto estuvo completamente dormido, ajeno a cualquier otra cosa a su alrededor.
***
No durmió las cinco horas seguidas, para su desgracia. En realidad, solo durmió dos antes de que su cuerpo decidiera que ya era buena hora para levantarlo.
Puso su mano sobre sus ojos con molestia, a punto de maldecir a todo y volver a su sueño reparador cuando escuchó un suave tarareo a su lado.
—¿Estás despierto? —preguntó Roier al verlo moverse—. Perdón si te levante, estaba terminando esto.
Cellbit lo miró con curiosidad, aún recostado y sin intensiones de incorporarse sobre el sofá.
—¿Qué estás terminando?
—Una canción, ¿quieres escuchar?
El piloto asintió y Roier sonrió con suavidad. Marcó el ritmo usando el sonido de la pluma golpeando su cuaderno y el tarareo que Cellbit escuchó antes.
—When you think of all the late nights, lame fights over the phone —parecía ya tener una idea definida de cómo sonaría, pues movía la cabeza a un ritmo que aún no estaba ahí y hacía pausas en momentos específicos—. Wake up in the morning, with someone, but feeling alone... Y luego va algo ahí...secret time... Mhm, just killing time...
Roier contó unos tiempos, murmurando palabras sin coherencia, para intentar hacer una letra y llegar al coro.
—Your past and mine are parallel lines, stars all aligned and they intertwined. And taught you, the way you call me, "baby", you can drive me crazy, all that I can say is... —sonrió y cerró los ojos, demostrando que había pensado en la letra lo suficiente para aprendérsela de esa forma—. All of the girls you loved before, made you the one I've fallen for...
Tal vez era la forma consistente en la que Roier movía su cabeza, o lo bien que cantaba, o lo cursi, pero de alguna forma interesante, de la letra, pero a Cellbit le fascinaba el concepto.
—Me encanta —dijo con honestidad—. ¿Solo tienes eso?
—Mhm, por ahora —se acomodó, recostándose para estar igual a Cellbit—. ¿Quieres ayudarme?
El piloto asintió y Roier soltó una suave risa.
—Entonces, la idea es que todas las personas con las que he salido me han llevado a ti...
—Sí, o sea, tus exnovios y exnovias te han enseñado a amar, supongo. Ese es básicamente el concepto.
Cellbit tarareó en voz baja, pues no tenía mucha idea. Terminó girando su cuerpo para observar a Roier mientras ambos reflexionaban.
El cantante pegó el cuaderno en su pecho y giró la cabeza, quedando cara a cara.
—Esta es la última carrera a la que vamos juntos en unos meses. ¿Estás emocionado?
Cellbit frunció el ceño.
—¿Última?
Roier asintió.
—Quieren que grabe un par de las canciones que ya están, y necesitamos un tiempo para crecer el misterio... No sé, marketing que no comprendo —bufó con falsa molestia—. No nos veremos en mucho.
—Aún puedo quejarme de mis carreras en tu chat, ¿no?
—Ah, ¿por qué conmigo, wey? Ni que fuera tu psicólogo.
Cellbit rodó los ojos con diversión y soltó una risa que eventualmente se convirtió en carcajadas por parte de ambos. El piloto cubrió sus ojos con una mano y negó suavemente con la cabeza.
—Está bien, entonces no voy a escribirte.
—Tampoco es para tanto, si quiero saber si sigues vivo o algo.
—Para eso existen las noticias.
Roier hizo una mueca.
—¿Para qué quiero que un viejo desconocido me diga que te moriste? Prefiero escucharlo de ti.
El piloto solo bufó una risa y se acomodó nuevamente en el sofá. Su mente seguía pensando en el ritmo de la canción que Roier le había mostrado y pronto algo llegó a él.
—Técnicamente, estamos hablando de... Todas las mujeres a las que he amado, ¿no?
—Mhm, probablemente sea el nombre de la canción, si.
—¿Podríamos...? ¿Podría mencionar a mi madre? —cuestionó con algo de nervios—. Algo como...your mother taught you to be loyal and kind, algo así.
Roier sonrió, no era una sonrisa de burla, sino más bien de ternura. Calidez.
—¿Te estás halagando tanto?
—No me halago a mí, halago a mi madre —defendió encogiéndose de hombros—. No sé, supuse que podría ser un detalle lindo.
—No, me gusta, me gusta —afirmó abriendo su libreta para escribir la idea—. Qué te parece... Your mother brought you up loyal and kind. Teenage love taught you...Every lover that you knew brought you here...
—I wanna teach you how forever feels like the girls you've loved before.
El cantante detuvo lo que estaba escribiendo sobre el papel y se detuvo a sonreír. No sabía por qué esa letra tan cursi que estaban formando juntos le parecía tan linda, como si no pudiera esperar a regresar con Aldo para poder poner todas sus ideas en una canción completa.
No podía ni siquiera esperar a terminar todo el álbum, tan solo por la idea de guardar momentos como esos en melodías.
—Esto va a sonar increíble en una canción —opinó Roier en voz alta.
—Espero tengas razón. Aunque voy a querer escucharlas desde ya —hizo un suave puchero—. ¿No me puedes mandar spoilers mientras estés en el estudio?
Roier rio y golpeó la cabeza de Cellbit con la libreta.
—Veré que puedo hacer, ¿sí? Impaciente.
Hablaron un poco más sobre que pasaría en esos meses que no se verían con absoluta tranquilidad, haciendo planes para llamadas después del trabajo de cada uno. Ninguno de los dos querían decirlo, pero había algo agridulce al hablar de como se distanciarían, aun si fuera solo por poco tiempo.
***
Al aterrizar en Bakú, apenas tuvieron poco tiempo para despedirse y prometerse mensajes más tarde antes de que Jaiden y Roier tuvieran que salir corriendo del aeropuerto. Cellbit y Baghera esperaron pacientemente al chofer y al llegar este, Cellbit al fin pudo descansar.
Se desparramó en el asiento y soltó un quejido largo, solo logrando que Baghera rodara los ojos.
—Tengo sueño —se quejó alargando la "o" en sus palabras.
—Tal vez si hubieras dormido en lugar de estar coqueteando con Roier, ahora estarías menos cansado.
Cellbit la miró como si no comprendiera lo que decía.
—No coqueteo con él.
La chica sacó un contenedor para llevar con ensalada de su bolsa y negó con la cabeza.
—No, ¿tú? Cómo podrías...
—No lo hago —se defendió con un tono que demostraba lo ofendido que se sentía—. Baghera, voy a pasar quien sabe cuanto tiempo con él, ¿sabes lo incómodo que sería vernos a la cara después de algo de una noche?
Baghera tomó el tenedor desechable en sus dedos y alzó una ceja.
—¿Por qué asumes que solo sería algo de una noche?
El piloto se hundió un poco más en su asiento.
—Por qué no busco algo serio. Creí que eso era obvio.
Su manager tomó un poco de lechuga y pollo en su cubierto y los llevó a su boca mientras sacudía la cabeza. Esperó hasta terminar de masticar y miró a Cellbit.
—No te entiendo a veces —confesó—. Tienes un chico magnífico frente a ti con un montón de cualidades increíbles y huyes, como siempre. ¿A qué le temes?
Cellbit se encogió de hombros.
—No lo sé —mintió, pues la razón por la que decidía huir de esa responsabilidad era más que clara en su mente.
Si un día no volvía a casa de un accidente en la pista, se negaba a dejar a Roier con esa responsabilidad sobre sus hombros.
—Él solo es mi amigo, ¿bien? Aun si estuviera huyendo, no me gusta de esa forma, te lo puedo asegurar.
La mujer hizo un sonido de afirmación y llevó un poco más de comida a su boca. Claramente, no creía ni una palabra de lo que Cellbit le estaba diciendo, pero no iba a decirlo.
—Bien.
—Bien —repitió Cellbit.
Hubo un pequeño silencio mientras el piloto pensaba y Baghera continuaba comiendo. La mujer revisó un par de textos en ciertas ocasiones, pero era claro que estaba tratando de evadir el tema lo más posible.
Entonces, cuando acabó con su comida y pudo guardar la caja de vuelta en su bolsa, decidió volver a hablar.
—Asumo que sabes que van a volver a Los Ángeles después de tu carrera.
—Sí, hablamos un poco de eso.
Baghera sonrió con conocimiento, pues claramente ella sabía que había hablado mucho más que un poco de eso.
—Si dejan de verse tanto tiempo sin confirmación de que están saliendo, los rumores van a apagarse y no queremos que crean que estás de vuelta en el juego —se cruzó de brazos y giró su cuerpo para observar a Cellbit de mejor manera—. No sé qué pacto tendrás que hacer con el diablo, pero necesito que ganes esa carrera y les des a los medios el mejor beso que hayan visto en sus vidas. Quiero que las personas hablen de eso por meses, ¿entendido?
Cellbit sintió algo raro recorrer su cuerpo al imaginar eso. Había bloqueado el hecho de que, eventualmente, tendría que besar a Roier, especialmente frente a millones de personas y con la imagen de eso rondando cada rincón del internet.
No era como si pudiera negarse de cualquier forma, así que asintió.
—Claro. Voy a ganar esa carrera, no lo dudes.
Baghera sonrió.
—Sé que lo harás.
Las próximas semanas antes de la carrera serían solo tensión, eso estaba seguro.
***
Holiiiii, esteeee, no sé, no tengo mucho que decir. Tuve exámenes, procrastiné y el capítulo llegó tarde, perdón.
Deposítenme y les doy beso Guapoduo (broma, no me depositen).
¿Qué les pareció el capítulo?
Nos leemos el próximo miércoles, los quiero, ¡adiós!