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Gorgeous - Taylor Swift

Cellbit apenas llegó a Singapur a tiempo para su carrera y Roier, llevándose la contra a sí mismo, terminó por acompañarlo. De hecho, acabó acompañando a Cellbit por las siguientes tres carreras, de las cuales había perdido dos. Ahora estaban en la cuarta, el Grand Prix de México.

Ser denominado WAG—aunque no fuera mujer—era algo a lo que Roier ya se había acostumbrado y lo disfrutaba. Era divertido estar junto al equipo de Cellbit, solo observando y escuchando el radio de Ferrari.

Además, los posts que hacían con sus reacciones siempre eran divertidos.

Confirmación de radio, Cellbit —escuchó la voz de Vegetta en los audífonos.

Hubo un pequeño silencio que fue roto por Cellbit cantando con demasiado entusiasmo.

Take me home, ohh, just take me home.

Roier soltó una risa.

Gracias, Cellbit.

Just take me home, oh, out of style —continuó, ignorando por completo que ya no necesitaba seguir.

Es suficiente, Cellbit.

You got that James Dean, daydream, look in your eyes.

El cantante miró mal al monoplaza de Cellbit tan pronto pasó frente a donde estaban. No entendía como estaba tan tranquilo, pues no estaba cerca del primer lugar, Quackity le estaba ganando.

Caralho! Casi me choco con la pared.

Deja de cantar y tal vez te concentres mejor —Vegetta lo reprendió.

Cellbit guardó silencio por las siguientes vueltas, soltando alguna que otra maldición dirigida a Bad, pero nada más.

Pareció concentrarse más en la carrera después de eso, estando detrás de Quackity y de Bad. Parecía que no podía perder al corredor de Mercedes en ninguna carrera.

—Están muy cerca —expresó con algo de estrés al chico a Etoiles.

El chico sonrió con suavidad y negó con la cabeza.

—Vas a acostumbrarte al estrés, créeme —le prometió, buscando a Quackity nuevamente. No era difícil, después de todo él seguía en el primer puesto.

Roier envidiaba la tranquilidad de Etoiles, pero comprendía que de eso hablaba Cellbit cada vez que le decía que su deporte iba a ponerle los pelos de punta. No sabía cuánto tiempo llevaban Etoiles y Quackity juntos, pero suponía que lo suficiente como para que Etoiles comprendiera todo lo que conllevaba.

Por supuesto que el hombre se emocionaba cada vez que Quackity adelantaba a algún piloto y se enfadaba cuando algo injusto o negativo sucedía, pero no era nada como Roier. No tenía las emociones nuevas y relucientes, listas para explotar cada que un piloto rozaba a Cellbit.

—Eso espero —dijo y mordió sus uñas con ansias.

Intentó tener la cabeza más fría en esos momentos e imaginar que es lo que podría estar pasando por la cabeza de Etoiles en su lugar.

Por desgracia, él no era nada como Etoiles.

—¡Pendejo, deja espacio! —soltó sin pensarlo cuando Bad y Cellbit estuvieron a punto de chocar en una curva—. Perdón, muy alto. Lo siento.

Se acostumbraría con el tiempo, estaba convencido.

Las últimas vueltas fueron Bad y Cellbit compitiendo por el segundo puesto. Quackity ya ni siquiera estaba en peligro de que alguno de ellos lo adelantara, por lo que la tensión estaba en ese enfrentamiento en particular.

Speed of Sound [Guapoduo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora