Después de aquel ensayo corto y muy divertido, las chicas y yo nos pusimos las pijamas para irnos ya a dormir. La temperatura había aumentado y era tan insoportable el calor que hacía, tanto así que Jaz se ofreció en prestarme una pijama más ligera porque yo había llevado una un poco más gruesa.
La puerta que daba al baño se abrió y Valeria entró por ella. Al parecer, las cosas con Rama mejoraron.
—¿Y tu tronquito? ¿Ya le podaste las ramas?
—No te desubiqués, Mar, ¿dale?
—No, yo me ubico. ¿Vos ya lo ubicaste a él?— soltó una risa —No, es un chiste, mentira.
Solté una pequeña risa negando con la cabeza. Mar siempre me hacía reír con sus ocurrencias y pasaba lo mismo con Caridad. Por eso las quería tanto.
Vale solo miró a Mar, pero no le respondió y lo dejó pasar mientras se abanicaba con las manos.
—¿Hace calor, no?
Asentí —Sí, hace calor, mucho calor.
—Ay, va a ser un fuego, eh— escuché a Melody y vi cómo entraba al cuarto con Tefi —¡Vamos a ser los ganadores del concurso!
—Sí, chicas, Melo se queda a dormir a casa hoy, no hay problema, eh— informó Tefi.
—Hay lugar en el sótano, eh— Valeria las molestó.
Mar y yo nos echamos a reír al ver la cara que puso Melody.
—Bueno, voy al cuarto de los chicos un minuto— la rubia hueca informó.
—Ojo, ojo, eh, en el baño hay agua— Valeria señaló —Y los gatos le tienen miedo al agua.
No pude evitar echarme a reír una vez más. Amaba cuando las chicas molestaban a Melody o a Tefi.
—Sí, pero se comen las ratitas crudas— le contestó Melody —Así que ojo con los gatos, eh.
Y así sin más, se fue por la puerta que daba al baño. No me podía creer todavía que Thiago anduviera de novio con ella. Melody era una chica con seguridad, era guapa físicamente, pero horrible de corazón. Se la pasaba haciendo comentarios frívolos pese a que su realidad era distinta a la que mostraba. Pensaba que en otras circunstancias, podríamos ser amigas.
Las chicas, en especial Caridad, estaba buscando la revista que usaba para inspirarse en dibujar. Nadie la encontraba en la habitación, así que me ofrecí en buscarla en el salón y ella me agradeció.
—Ya regreso, déjame buscarla.
Salí de la habitación y caminé hacia el salón donde habíamos estado antes. Sonreí cuando la encontré, estaba tirada en el piso. Me agaché y la levanté con un poco de pereza para poder regresar al cuarto. Al escuchar un murmullo me detuve y giré para ver si estaba alguien más cerca. Me encogí de hombros al no ver a nadie y seguí mi camino.
—¡Eu! ¡¿Quién le puso llave al baño?!— gritó Tefi.
—¡Ey, no grites!— Jazmín respondió —Andá por el pasillo que está la puerta abierta.
Tefi y Melody salieron, la primera quejándose, y le entregué la revista a Caridad para luego tirarme en la cama de Mar. Después de varios minutos, Tefi y Melody regresaron.
—Gorda, ¿qué hacés así vestida? Hace mucho calor para estar así vestida— Melody le dijo a Caridad.
Le daba la razón en eso. Caridad llevaba puesta una pijama de mangas largas y de un material grueso. A mi me daba mucho más calor de tan solo verla.
—¿Calor? No, calor hace en el campo. Esto es moco de papa pa mi— respondió Cari haciéndose aire con la revista —No es nada, eh.
El sonido de mi celular llamó mi atención y cuando vi que se trataba de Simón no pude evitar sonreír y responder de inmediato.
—¿Es una llamada para darme las buenas noches? Me encanta— murmuré aún sonriendo.
—Sí, aunque preferiría que sea un beso de buenas noches— respondió.
Solté una pequeña risa —Bueno, no me quejaría de eso. Aunque tendrías que venir a casa de las chicas.
—Cierto que hoy te quedás a dormir allá. Debería pedirles que no se roben a mi chica tan seguido.
Su chica. Me encantó.
—Dudo que te hagan caso, pero podrías intentarlo.
—Sí, tenés razón— se rió —¿Dónde estás ahora?
—En la cama. ¿Y tú de dónde me hablas?
—Uh, como me gustaría estar en la cama también. Lástima que no pueda ser la misma.
—Algún día— respondí un poco bromista.
—¿Algún día?— casi lo podía sentir sonreír.
Me puse nerviosa —No, que... algún día van a venir para arreglar la calefacción— respondí, tratando de arreglar lo que dije —Porque estamos todas con un calor... estamos como loquitas.
—Ah, ¿vos estás loquita?
—Muy— respondí, siguiéndole el juego —¿Y tú?
—Sí, yo también estoy loquito.
—¿Y por qué?
—Por las vacaciones de invierno.
—Ah, por las vacaciones de invierno.
—Sí, aparte mis viejos quieren que vaya con ellos.
Aquello me decepcionó, pero entonces que también era muy probable que yo me vaya a Perú a pasar las vacaciones con mis abuelos, lo había prometido.
—Oh— murmuré —Me alegro por ti— mentí.
—No te escucho tan alegre que digamos.
Suspiré —No es eso, mi amor, es solo que... es muy probable que yo vaya a visitar a mis abuelos y yo te extrañaré demasiado— me quejé.
—Sos divina.
—¿Y qué más?
—Y... que sos un bombón. ¿Vos no tenés nada para decirme?
Sonreí —Que... te extraño y te corto— me reí —Y así no gastas más besos.
Colgué la llamada con una sonrisota. El nudo en mi estómago incremento al solo imaginarme la sonrisa de Simón y solté una suspiro apoyando la cabeza en la almohada de Mar. Justo en ese momento entró a la habitación ella y con los ojos pegando en el móvil seguramente hablando con Sebastián.
—¡Es terrible!— murmuró para ella misma.
—Uff, qué calor, ¿no?— Valeria preguntó entrando con Jazmín al cuarto.
Asentí —Les juro que no entiendo como los chicos pueden dormir con este calor.
Ellos y no habían salido para nada de su habitación mientras que nosotras no podíamos con el calor del hogar.
—¡No me molesten!— exclamó Caridad.
Tefi y Melody se estaba riendo mientras señalaban su pijama. La pobre seguía sancochándose con ese conjunto desde hace más de media hora.
—¡Basta!
—¡Shh!— Jazmín la calló.
—¡Los chicos!— añadió Vale.
—No me hinchen más— Cari les ordenó —Yo voy a seguir en pijama igual— les informó —¿Por qué en lugar de molestarme a mí-
Se detuvo y su rostro se iluminó. Todas la miramos con confusión.
—... no vamos a molestar a los chicos?— finalizó.
Todas intercambiamos miradas.
—No es que quiera verlos en paños menores. No— aclaró Caridad —¿Vamos?
—¿Vos qué decís?— Valeria le preguntó a Mar.
Me se sentó sobre su cama a mi lado —Y, bueno, ya que no podemos dormir.... ¿Vos que decís, Valen?
Todas las miradas se dirigieron a mí.
—¿Una pequeña broma no le hace daño a nadie?
Todas se miraron con una sonrisa diversidad y nos paramos para ir al cuarto de los chicos. Valeria nos detuvo en la puerta del baño.
—No, no, no, ey, paren. ¿Y si están desnudos?
—¡Mejor!— respondió Cari —¿Vamos?
Sin esperar respuesta, nos empujó. Nos detuvimos en la puerta que daba al cuarto de los chicos y Vale fue quien se ofreció en abrir la puerta, sin embargo no tuvo el valor de hacerlo y retrocedió.
—No, no, no.
—Bueno, bueno, paren, ya está, voy yo— Jaz habló.
Todas la animamos. La rubia llevó la mano hacia el pomo de la puerta, pero también se echó para atrás como Vale y negó.
—Que vaya la jirafa.
Melody no tuvo más opción que acercarse. La rubia no llegó ni a tocar el pomo.
—No, no, no, no— repitió, regresando a su lugar.
La siguiente fue Tefi.
—¡Vamos!— ella misma se dió fuerzas.
—Dale, dale, dale— la animamos.
Tefi estiró la mano, pero sucedió lo mismo que con las demás y regresó a su lugar.
—No.
Mar se animó y levantó un pulgar.
—Uno, dos, tres— se alejó de la puerta y está seguía cerrada —Mejor vos, Valentina.
Asentí y caminé hacia la puerta. Toqué el pomo, ya estaba a punto de girarlo por completo, pero yo me arrepentí también y me alejé por completo.
Cari se echó a reír —Chicas, vamos, ¿qué pasa?
Ella sí se atrevió a abrir la puerta y todas entramos con ella al cuarto de los chicos.
—¡Sorpresa....!
Las risas pararon cuando nos dimos cuenta de que ninguno de los chicos estaba en su habitación.
—No están.
Las chicas comenzaron a revisar todas las cosas de sus novios mientras mientras se quejaban y decían que los matarían por escaparse de la casa. Mar reía de ellas mientras se paseaba por el cuarto.
—¡Lo voy a matar!— la gitana exclamó —Se puso el perfume que a mí más me gusta. No lo puedo creer.
—Y por ahí fue al quiosco— Cari sugirió.
Tefi soltó una risa —Que amorosa, Charity, todos al quiosco— se burló —Gordi, aterrizá que estamos en la ciudad, por favor.
Bueno, eso era cierto. Caridad era tan inocente para pensar que estaban de compras cuando era obvio lo que salieron a hacer. Había una mezcla de olores de perfumes y ropa esparcida por todos lados.
Mar chasqueó la lengua —¡Che, qué zarpados! ¿No, Valentina?
Ambas estábamos tranquilas porque sabíamos que nuestros chicos no nos harían eso. Una parte de mí se burlaba de las chicas, pero solo una pequeñísima parte. Mar estaba igual que yo.
—Muy zarpados— reí —¿O no, Melody?— me burlé de ella —¡Qué zarpados que están! Simón nunca se atrevería a hacerme algo así.
—No, Sebastián tampoco me haría algo así, porque sabe que lo mato y porque es un divino.
—Chicas, no es gracioso, ¿entienden?— Valeria nos dijo, enojada —¡No es gracioso! Te juro que llega el tronco y le podo las ramas. ¡Todas, todas!
—Yo digo que lo que hay que hacer es ojo por ojo.
Miramos a Melody —¿Vos decís?
Ella se encogió de hombros sonriendo con malicia.
A mi no me afectaba que los chicos hayan salido de fiesta, pero a las chicas sí por obvias razones. Si me hubiese hecho lo mismo Simón quizá pensaría casi como Melody y estaría enojada como las chicas.
Las chicas se pusieron a discutir sobre si era mejor hacerle caso a Melody o no, pero ninguna llegaba a un cuerdo. Mar y yo estamos sentadas, mirándolas con diversión. Me daba más risa que Tefi estuviera indignada cuando ninguno era su novio. Y Caridad tampoco sabía qué hacía preocupada, aunque tenía una idea del porqué.
—Mira, jirafa desnutrida— Mar intervino —Tu idea del ojo por ojo está buenísima— aceptó —Pero... no sé— negó —Yo no voy a salir porque, punto número uno, Sebitas no me hizo nada.
Levanté la mano —Y, punto número dos, Nicos nos mata, las mata a ustedes.
—Bueno, vos Jaz sos de las mías— Melody habló, la miró —¿Te prendés, no?
Jazmín sonrió —Tengo una idea. Vengan.
Aplaudió y nosotros formamos una fila detrás para salir de la habitación de los chicos.
—Venganza, venganza y que se curta.
—¿Ustedes dicen que Nachito también fue?
—¡Él fue el de la idea seguro!— respondió Tefi.
Me detuve para cerrar la puerta y me burlé —¿Y a ti que te molesta si ninguno es tu novio?
Entré al cuarto de las chicas y cerré la puerta suave para sentarme a escuchar el plan de Jazmín. Todas se veían atentas y obedecieron cuando la rubia dijo que enviaran mensajes a los chicos preguntándoles dónde estaban para asustarlos. Ella sabía que era la única forma de hacerlos regresar a casa.
Carraspeé —Bueno, ya que estamos... seria mejor si se arreglan y los esperan en su habitación. Sonríen, como si nada hubiese pasado, y luego explotan. Eso estaría divertido.
—¿Sabés qué? Tenés razón.
—Totalmente. Ya quiero ver la cara del tronco.
Las chicas se peinaron un poco y se pusieron brillo labial. Todas se fueron al cuarto de los chicos, pero Mar y yo nos quedamos paradas en el umbral de la puerta, atentas a lo que pueda pasar.
Cuando los chicos finalmente aparecieron, vieron a las chicas con temor y sorpresa. Me reí cuando una por una fueron saliendo de la habitación, dejando a los chicos desconcertados. Las chicas entraron muy enojadas a su habitación.
Mar y yo las miramos desde la puerta casi riendo.
—Chicas mías, ¿saben por qué les pasa esto?
—Por elegir mal— respondí —En cambio, nosotras no porque mi principito es divino, nunca me haría una cosa así, estoy totalmente segura-
—¡Rama, te dejaste esto en el taxi!
Me quedé si palabras al ver a Simón llegar con una prenda en sus manos. Las chicas se rieron de mí, lo merecía por burlarme de ellas cuando mi novio me estaba haciendo lo mismo.
Simon me sonrió como si nada hubiese pasado.
—Hola, mi amor. ¿Cómo andás?
Sonreí, acercándome a él —¿Te... fuiste de joda con los chicos, Simón?
—No, no, no— tragó saliva —Lo que pasa-
—¡Todo pasó!— exclamé —¡No me ves más!
Y así sin más, entré al cuarto de las chicas. Escuché la risa de Mar, burlándose de mí.
—Como Valentina les decía, eligieron mal— Mar se burló —Sebitas sí que no me haría nada porque es-
—¡Simón, faltó esto!— escuché la voz de Sebas.
La risas de Mar pararon y fue nuestro turno de reír burlándonos de ella. ¡Todos se había ido juntos! Al final todos eran iguales.
—Te fuiste de joda— Mar le dijo.
—No, yo te puedo explicar-
—¡A tu abuela le vas a explicar!
Mar entró al cuarto y cerró la puerta con fuerza. El ojo por ojo de Melody empezaba a agradarme más. Yo defendiendo a Simón mientras él estaba de joda con los demás. ¡Es un tarado!
A las chicas y a mí no nos quedó mas que irnos a la cama con el enojo encima. El calor se sentía mucho más debido a la cólera que traíamos gracias a ellos.
**********
Me desperté de porrazo, agitada y confundida. Era pasada la media noche pero no sabía a qué hora yo había caído rendida. El calor estaba insoportable y me sentía extraña, muy extraña. Me percaté de que las chicas estaba igual que yo.
—Me despertó el calor— Cari habló, agitada.
—Sí, a mí también— respondí.
—Ay, chicas, no se aguanta. ¡Qué calor!
—Chicas, estoy como en llamas— Tefi habló. Todas asentimos —¿Pueden llamar a los tutores por favor que esto es un horno? ¡No puede ser!
—Sí, posta esto se zarpa de calor— añadió Valeria.
—Ni cuando vivía en Egipto tenía este calor, chicas. ¡Es un horror!— comentó Melody.
—A mi me pasa algo más— Caridad murmuró.
Todas la miramos.
—¿No tuvieron como... sueños raros?— preguntó.
—¿Pesadillas decís vos?— preguntó Jazmín.
—No, como... sueños lindos.
Ninguna respondió, pero la respuesta era obvia. Le di una mirada al suelo y regresé la mirada hacia las chicas. Tefi cortó el silencio, avisando que se iría al baño para poder refrescarse un poco.
—Tengo sed, ¿alguien me acompaña a la cocina?
Mar me miró —Yo te acompaño.
—Gracias.
—Andá yendo, ahí te sigo.
Asentí y me puse las pantuflas, soltando un largo y sonoro bostezo. Abrí la puerta un poco adormilada mientras me frotaba un ojo. Entonces, escuché que alguien me llamaba por mi nombre repetidas veces. Cuando levanté la mirada vi que se trataba de Luca.
Que hombre, por Dios. ¿Es idea mía o está lindo? Y esos brazos... ese cuerpo... esos músculos...
—¿Valentina?— pasó la mano por mi rostro. Sonreí —Soy yo, Luca, ey, acá. ¿Te pasa algo? ¿Estás bien?
—Muy bien— respondí, soltando un suspiro.
—¿Sabés que les pasa a Tefi y Caridad? Andan-
Lo interrumpí, llevando mi mano a su brazo —Qué brazos que tienes— me reí —Musculosos.
—¿Qué? ¿Qué te pasa, Valentina?— soltó una risa.
—¡Qué brazos! ¡Qué cuerpo! ¿Estás más fuerte? Te veo más fuerte, como más... como que el gimnasio- como qué hay resultados aquí y... por aquí.
Llevé un dedo a su pecho.
—Eh... ¿sí?, escuchame, te quiero hacer-
—¿Estás más lindo? Te veo como... no sé, hay algo. Tienes esa pinta de... rebelde que me encanta— me acerque más a él, pegándolo a la pared —Wow. Y el perfume que usas...— tomé aire —De hombre.
Enrollé mis brazos alrededor de su cuello. Escuché que soltó una risa.
—Sí, pero... yo te quiero hacer una consulta.
—Sí, claro, dime— parpadeé.
—Sobre Tefi y Caridad— no podía dejar de verlo, le acaricié el cabello —¿No las vistes vos? Están raras.
No sabía de qué hablaba, solo veía mover su boca y que boca que tenía.
—Sí, sí, rarísimas— reí —Pero no hablemos de ellas por ahora. Hablemos de ti.
—¿De mí?— volvió a reír, empujando mis brazos, le sonreí —¿Qué te pasa?
—Nada, ¿por qué me preguntas eso?
—Valentina, Valentina, ¿qué pasa? Ey.
Me giré al escuchar mi nombre y encontré a Simón con mala cara. Estaba con Melody.
—¿Qué? ¿Estaban ahí ustedes?— me reí —Ahora te hago caso, estoy muy ocupada.
—¿Qué?
—Valentina, ¿te... te jode que hable con Simón?
Negué, mirando a Luca —¿Molestarme? Para nada. Habla con ese chico, yo estoy acá con este hombre.
Besé la mejilla de Luca.
—¿Por qué no vamos a tu cuarto para... estar solos? Así me cuentas más de lo que estuviste haciendo en el gimnasio, ¿dale?— lo tomé de la muñeca y lo jalé para llevarlo a su habitación —¡Qué brazos!
—No, pero... no, mejor- es que... yo no creo que-
Lo corté —Sí... mejor— miré a Simón y Melody y les sonreí —¡Adiós! ¡Diviértanse!
Llevé a Luca conmigo, pero el logró zafarse y se fue. Claramente no iba dejarlo ir tan fácil, así que decidí buscarlo por toda la casa hasta encontrarlo. Tuve la suerte de encontrarlo rápido, así que lo sostuve y lo llevé al pasillo con una sonrisa. Lo pegué a la pared para luego enrollar mis brazos en su cuello.
Fruncí mi ceño cuando me quiso alejar de él.
—Valentina, Valentina, está Jazmín, está Simón.
Lo empujé —¿Y?
¿Que tenía que ver Jazmín acá? ¡No me interesaba Simón! Solo me importaba Luca, nadie más y nada más. Luca, Luca, Luca... que lindo nombre.
—¡Está Simón!— repitió.
—¡¿Y?! ¡Me importas tú!
Pese a todos sus intentos de alejarme, logré besarlo mientras lo pegaba más a mi. ¡Y qué bien besaba él! Quería besarlo siempre.
**********
Dato curioso: En lugar de Luca, inicialmente tenía pensando hacerlo con Tacho, pero lo cambié a último momento porque me pareció más divertido.
Espero disfruten de este capítulo ❤️