"WONDERWALL; Hermione Granger"

By August_dann

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❝ Y todos los caminos que tenemos que recorrer son tortuosos, y todas las luces que nos conducen allí nos est... More

"Prólogo"
El prisionero de Azkabán
⭑ "Primer trauma del año"
⭑ "Nuevas reglas"
⭑ "Draco y su mala suerte"
⭑ "El boggart del armario"
⭑ "Sirius Black"
⭑ "¿Augusta o Hermione?"
⭑ "El partido de Quidditch sale mal"
⭑ "Dia de hospital"
⭑ "Hogsmeade"
⭑ "Un nuevo Rosier"
⭑ "Disculpas y ranas de chocolate"⭒
⭑ "¿Cita?"
⭑ "Tú"
⭑ "Como una puesta de sol"⭒
⭑ "Bienvenida con postres a media noche"⭒
⭑ "Salamandras y un perro mañoso"
⭑ "Patronus"
⭑ "Amelie contra Ravenclaw"
⭑ "Una perfecta heredera"
⭑ "Me besaste"
⭑ "Tejones contra Aguilas"⭒
⭑ "Como hacer enojar a un Rosier. By: Draco Malfoy"⭒
⭑ "¿Potter perdió la cabeza?"
⭑ "Copa de Quidditch"
⭑ "Predicción"
⭑ "Un perro, dos gatos y una rata"
⭑ "Accidentalmente asesine a mi profesor de pociones"
⭑ "El secreto de Hermione"
⭑ "Plumas de azúcar"
El cáliz de fuego
⭑ "Beautiful girl"
⭑ "Starry eyes"
⭑ "Happy birthday, Amelie"
⭑ "Dollhouse"
⭑ "Sunlight"
⭑ "Un ángel en el infierno"
⭑ "Comida hecha de esclavitud"
⭑ "Los increíbles hurones botadores"
⭑ "Maldiciones Imperdonables"
⭑ "Feliz cumpleaños, Granger"
⭑ "Enemigo con rostro bonito"
⭑ "¿Ojoloco Moody?"
⭑ "Potter, the flying boy"
⭑ "Smithereens"
⭑ "When you know, you know"
⭑ "Problemas, problemas y más problemas"
⭑ "Desamor"
⭑ "Juramento Inquebrantable"
La Orden del Fénix
⭑ "Casa Black"
⭑ "Regulus A. Black"
⭑ "Slytherin, Gryffindor and Ravenclaw"
⭑ "¡Comienzan los problemas, Rosier!"
⭑ "Sueños, realidades y deseos"
⭑ "Gryffindor vs Slytherin"

⭑ "Black odia a los pelirrojos"

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By August_dann


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Amelie se dirigió corriendo hacia las gradas del campo de Quidditch, después de una semana entera por fin el partido de Gryffindor para el que Harry estuvo entrenando se daría, mismo donde esperaba que ningún dementor apareciera de la nada para succionarle la cara sin remordimiento.

El profesor Lupin les había enseñado hasta donde pudo sobre el hechizo patronus y aunque solo lograron realizar un simple rayo de luz, dijo que sería más que suficiente para mantener alejado a un par de dementores en lo que alguien los ayudaba. Claro que en su partido contra Ravenclaw eso no fue necesario para ella y solo esperaba que para Harry tampoco lo fuera hoy.

En los últimos días se los paso pensativa sobre sus recientes sentimientos encontrados. Si bien creía que no eran malos en su mayor parte, algo que si la asustaba era por quien se dieron. Y no es porque pensará que Hermione fuera mal partido o algo así, si no porque se suponía que aquellas emociones se tendrían que dar con cierto chico rubio.

Así que por el momento estaría en negación, de esa forma se desvanecerían con el tiempo ¿no?.

Eso esperaba.

Ahora estaba más preocupada por el rubio llorón, ya que no le había hablado en absoluto después del incidente en pociones, Amelie pensó que estaba enojado pero cuando lo descubría mirándola de reojo parecía triste, casi como si alguien lo hubiera apuñalado por la espalda. Sin embargo, no podía culparla ella no había dormido bien en la noche y estaba de mal humor, además de que se atrevió a insultar a su hermano mayor y a cierta chica castaña que estaba comenzando a manipular sus emociones.

Draco tampoco podía exigirle una disculpa porque no se las merecía, en todo caso tendría que ser él quien se las diera, pero Amelie estaba segura de que eso era imposible, el niño era bastante malcriado como para pensar que hizo algo malo, por lo que se mantuvo alejado de ella (y sus amigos) para sentarse con sus guardaespaldas en la otra punta de la mesa sin decirles ni una sola palabra.
A ella no le importaba mucho si él no quería hablarle, lo que si le preocupaba era que Draco mandara una carta a sus padres para hacerles saber sobre su comportamiento, si eso sucedía, las cosas no saldrían bien para ella cuando terminara su tercer año.

Y ella deseaba pasar un verano tranquilo, hasta que entrara de nuevo a Hogwarts.

(Una lástima que el universo sea tan cruel)

Sus amigos se enteraron de inmediato sobre el incidente en pociones pues el chisme les llegó a sus oídos tan pronto salieron de sus clases.

Cristina quien parecía al principio algo alarmada por la situación solo la regañó por dejar que sus emociones tomaran el control, pues si quería lastimar al rubio debía hacerlo de manera más discreta, como arrojarlo de la Torre de astronomía sin que nadie se diera cuenta.

Digamos que Cris no estaba tan molesta por lo sucedido, en todo caso hasta parecía feliz de no tener al chico cerca de Amelie.

Su hermano por otro lado le hizo caso a su consejo, y no realizó ninguna escena de la que se arrepentiría más tarde, más bien se digno a mirarlo de lejos con ojos vengadores, como si en cualquier momento fuera a levantar su varita solo para hechizarlo justo como su hermana.

La pequeña Robyn en cambio estaba más metida en su mundo de caramelo; que no le dio ninguna importancia a los berrinches de Draco, más bien se la pasó parloteando toda la semana sobre el partido de Gryffindor contra Ravenclaw. Y Amelie aprovechó a su niña parlanchina junto a sus secuaces malvados para llevarlos consigo a las reuniones en la biblioteca con Hermione así, evitando al menos por un tiempo la repentina tensión que se instalaba en el aire cada vez que estaban cerca.

Amelie no sabía si siempre había estado ahí o es que apenas estaba surgiendo, pero deseaba que desapareciera pronto. Ya que no podía ni ver los ojos de Hermione directamente sin sentir un revoloteo en su estómago.

En otros asuntos más incómodos, Esther y Hugo, se habían quedado bastante confundidos cuando Amelie los obligó a sentarse con una hija de muggles, ellos no tenían en mente esa faceta de la chica mayor esperaban que fuera como su abuelo, al cual todos respetaban sin objeciones. Así que las veces que estuvieron con Hermione se mantuvieron callados sin saber que decir o hacer al respecto.
No quieran mencionar algo que la ofendiera ni ella ni a la chica castaña, quien sí notó las miradas extrañas de los dos niños. Los cuales veían a su compañera de casa como una líder, alguien con quien podrían contar y seguir sin ningún problema, toda una sangre pura a la cual respetar.

Pero bueno, tal parece que se equivocaron un poco.

"¡Amelie date prisa!" Exclamó Theo que cargaba a Hugo, mientras subía las gradas de Slytherin hasta su lugar habitual donde siempre presenciaban los partidos.

"¡Ya voy!" Gritó Amelie desde abajo con una pelirroja en su espalda, quien sonreía arrogante a cualquier que la mirara orgullosa de que Rosier la cargara. "No entiendo porque tengo que hacer esto, Roby" verbalizó tratando de subir los escalones.

"¡Es una competencia! ¡y vamos perdiendo!" Exclamó dramática apuntando con su dedo a Hugo, el cual ya estaba sentado en su lugar con una cara triunfal.

Detrás de ellas, se encontraba Orion que también intentaba cargar a Esther, pero el niño no era muy fuerte en cuanto a su físico, por lo que estaba costándole bastante.
Esther suspiraba en derrota cada dos segundos mirando aburrida hacia el campo de quidditch, ella fue quien dio la idea y ahora terminaría perdiendo.

"Casi llegamos Amy, puedes hacerlo" la alentó Robyn mientras se movía hacia delante como si estuviera montando una escoba.

"Lo dices así de fácil porque tú no tienes que cargar" murmuro tratando de esforzarse lo que más podía.

Para cuando llegó a las gradas, cayó rendida suspirando pesadamente, miró hacia atrás solo para ver que ahora Esther intentaba cargar a su hermano, era una vista extraña pues Orion era muchísimo más alto.
Se rio ligeramente cuando la niña cayó de rodillas ante el peso del chico mayor, era bastante obvio que algo así pasaría.

Cerró los ojos unos segundos cuando el aire fresco de la mañana le dio en cara y suspiro el suave aroma del campo recién cortado, su corazón se sintió tranquilo por unos segundos hasta que al abrir los párpados frente a ella, en las gradas de Gryffindor, se encontraba la castaña mirándola con aquellos ojos brillosos, Amelie pudo ver algo de admiración en ellos o tal vez algo más, no supo que era.

Sintió que sus mejillas se coloreaban de un rojo intenso, demasiado rápido para su gusto que por un momento tuvo miedo que Hermione pudiera verlo, así que apartó la mirada luego de sonreírle nerviosa.

Tenía la ligera esperanza de que el sentimiento confuso en su interior se desvanecería si lo ignoraba lo suficiente.
Pero... ¿cómo podía ser así?, si para ello también tenía que mantenerse lejos de Hermione.

Y ella no podía hacerle eso, no cuando su pequeña amistad estaba floreciendo.

Tal vez solo era un gusto pasajero.

Suspiro nuevamente, se acercó a la barandilla y se colocó a lado de Robyn quien hablaba con Theo. Con cuidado dejó caer su cabeza en el hombro de la pelirroja, quien sonrió con ternura, antes de darle palmaditas en la espalda.

Orion llegó unos segundos después con las dos rubias, se puso a lado de su hermana con una gran sonrisa, luego de saber que Draco se mantenía alejado de ellos, su humor mejoró muchísimo en la semana. Amelie por otro lado había estado nerviosa por recibir una vociferador de su madre o tal vez una carta de su abuelo, pero no sucedió.

Lo que la hacía cuestionarse muchas cosas, porque si Draco no fue capaz de acusarse con sus progenitores, eso quería decir que él no tuvo nada que ver con lo mencionado en la carta pasada de su abuelo. ¿Y si no fue el rubio entonces quién?; bueno ella tenía muchas opciones, con solo mirar a su alrededor podía ver a muchos sangre pura que no parecían de fiar, no es que ella tuviera algo en su contra, sin embargo, no estaba de más desconfiar de gente que apenas y compartía un par de palabras.

Debía ser más cuidadosa de ahora en adelante, sobretodo si quería mantener las apariencias.
Al menos frente a ellos.

Amelie jugó con sus anillos moviéndolos de un lado a otro entre sus dedos delgados, su piel fría se acoplaba perfectamente con la del metal. Podía escuchar a la gente parlotear a su alrededor, era refréscate y muy tranquilizador saber que no estaba sola. A pesar de no ser fanática del ruido, estaba agradecida de poder escuchar las risas de sus amigos con cada chiste que hacían. La hacía sentir en casa, como cuando llegas cansado de tanto trabajar y alguien amablemente te ofrece una taza de chocolate caliente que te brinda calidez en el corazón.

Para ella sus amigos eran ese chocolate.

"¡Ahí viene el equipo de Gryffindor!" Anunció la voz de Jordan con emoción.

Amelie levantó la vista de sus manos para fijarse en el campo de Quidditch, por donde ahora entraba el equipo de los leones. El capitán Wood como siempre iba a la cabeza, parecía tan confiado como si de verdad pensara que tenia el partido ganado. Ella esperaba que si, no deseaba ver a Ravenclaw tener una victoria en absoluto.
Quería que ese fuera su karma por a verla tratado tan mal en su partido.

"Bonita saeta de fuego tiene Potter" Orion hablo asintiendo con gran sonrisa.

"Dudo mucho que sepa como usarla" Respondió Cristina a su comentario de manera burlona.

Amelie se sintió orgullosa por un momento, ella había visto la manera en que Harry manejaba una, siendo la suya la primera que montó. Esperaba que eso le diera cierta ventaja en esta competencia, pues no la tendría nada fácil con una chica como Cho Chang, probablemente se cegaría por lo bonita que era. Y era una suerte para Amelie que no fuera buscadora porque terminaría siendo golpeada por una buggler cada cinco minutos por estar más concentrada en su rival.

No es que le gustara de esa manera, pero si podía identificar cuando alguien era guapo y Cho lo era.

"¡Ya vieron eso, Harry Potter también es poseedor de una saeta de fuego!" Exclamó Jordan levantándose de su lugar para acercase a la barandilla, como si eso le permitiera ver más de cerca a Harry.

Amelie sonrió con gracia cuando el chico volaba de manera más lenta, con cero intensiones de lastimar a su contrincante.

El partido continuó con la normalidad necesaria hasta ahora, ningún dementor por aquí ni por allá, ni tampoco Draco Malfoy estaba cerca para molestarla con sus malos chistes contra Harry. Si lo pensaba bien el ambiente tranquilo que se presentaba cuando el no estaba cerca era bastante agradable, que la hacía sentir extraña, ya estaba acostumbrada a tener que soportarlo por obligación o por qué simplemente se volvía agradable en ocasiones cuando no invadía su espacio personal.

Ella lo quería si, eso estaba bastante claro. El chico podría ser bastante malcriado, pero era su amigo y probablemente su futuro esposo. ¿Debía dejar que simplemente se acercara?. De todas formas el lo haría cuando llegara la edad necesaria para su compromiso.

¿Y qué pasaría con Hermione?

No, espera. Ella no debería pensar en esa chica ahora, se supone que solo son sentimientos pasajeros, ¿no?.

¿Pero y si no...?

No deseaba en absoluto que alguien lastimara su corazón de esa manera, mucho menos quería estar cerca de Draco, sin embargo, nunca iría en contra de su familia, pues era difícil no querer seguirles el paso y cumplir con sus horribles estándares. Pero ella ya estaba bastante acostumbrada a eso, ¿qué clase de sangre pura sería si no se conforma con lo que tiene?.

Ella era la hija perfecta ante los ojos de la sociedad purista.

Pero aveces anhelaba que la gente pudiera ver detrás de esas cortinas su vida maravillosa, la vida que alguien como Ron desea.

¿Qué problemas podrían tener ella?.

Ninguno, tenía todo servido en una bandeja de plata desde que nació.

¡Oh, si tan solo supieran!

Amelie volvió a la realidad cuando escucho un grito agudo venir desde el campo, levantó la vista para encontrar a Cho señalando a tres dementores altos y encapuchados. Los cuales estaban en la parte baja del campo.

Harry no se había detenido a pensar ni un segundo, sacó su varita pronunciando el encantamiento patronus, que con mucha dedicación había aprendido junto con Amy.
Todos a su alrededor jadearon sorprendidos por la magia que estaba haciendo en ese momento. Amelie en cambio tenía una sonrisa orgullosa y si hubiera sido en otro lugar donde sus amigos no estaban ella se hubiese puesto a gritar y saltar, como aquella vez en el campo cuando Snape casi los atrapa.

Harry realizó aquel encantamiento y al segundo atrapó la snitch dorada.

La señora Hooch sonó su silbato dando finalizado el partido. "¡Harry Potter tiene la snitch, Gryffindor gana!" Grito Lee, secándose lagrimas falsas del los ojos.

Amelie se rió por lo bajo, sentía mucha felicidad por el chico dorado y al mismo tiempo su cuerpo estaba relajado porque si ganaba su partido contra Hufflepuff tendría la copa de Quidditch asegurada en su bolsillo y tal vez con un poco de suerte también ganarías la copa de las casas.

"¿Eso bueno no?" Murmuro Theo a su lado, dándole un sorbo a su frasco de chocolate.

"Bastante" Amelie le sonrió con gracia.

"¿Iremos al comedor? tengo hambre" Hablo Robyn bostezando a su otro lado.

Amelie alzó ambas cejas hacia ella mientras comenzaba a bajar las gradas de Slytherin. Todas las demás casas se dirigían a su sala común, debido a que el partido fue más corto de lo que pensaron no había necesidad de ir a comer aún. Faltaban bastantes horas para eso.

"Acabamos de comer hace unos veinte minutos" Mencionó con una risa entrecortada para después pasar uno de sus brazos por el hombro de la pelirroja, quien en respuesta la abrazó por la cintura, debido a la diferencia de altura, Robyn apenas podía seguirle el paso en su caminata.

El grupo bajo las gradas de Slytherin con buen humor.

Hasta que...

"¡Un truco indigno!" gritaba la profesora McGonagall con la voz furiosa. "¡Un intento cobarde e innoble de sabotear al buscador de Gryffindor! ¡Castigo para todos y cincuenta puntos menos para Slytherin! Pondré esto en conocimiento del profesor Dumbledore, no os quepa la menor duda".

Amelie se giró confundida con su mirada puesta en el equipo de Gryffindor que ahora estaba en una celebración emotiva, solo para encontrarse con un chico estupido que conocía a la perfección. Abrió la boca indignada cuando se dio cuenta de lo que habían hecho en el partido.

Draco estaba forcejeando por quitarse una túnica larga y negra, detrás de él se encontraban Flint, Crabbe y Goyle.
Todos con la misma cara de asustados por el recién hechizo de Harry.

"¡¿Qué?! " exclamó Roby llevando sus manos hasta sujetarse la cabezada. "¡Maldito niño rubio, sujétame por que lo mato!" Grito ahora con la intención de acercarse a donde estaban ellos.

Orión fue quien la sujetó de los hombros para evitar una pelea, aunque en el fondo quería ser él quien sacara su varita y con mucho gusto hechizar a Draco.

Amelie en cambio podía sentir una ola de enojo atravesar su cuerpo, ¿Cómo se atrevía a intentar sabotear el partido de Harry?

Draco definitivamente necesitaba un escarmiento. Uno mucho más grande del que ella le dio en la clase de pociones. Pero, por mas que ella quisiera dárselo no podía, aún tenía la voz de su madre en su cabeza diciéndole: que debía seguir a Draco en todo lo que él hiciera y cuidarlo como una buena esposa haría.

¿Qué tan horrible era eso?

Mucho, pensó Amelie con frustración, el chico no podía quedarse quieto como una persona normal, por supuesto que no, él debía hacer algo en contra de cualquiera solo para alimentar su ego de sangre pura.

"Vámonos" Hablo Cristina con los ojos puestos en el rubio. "O estoy segura de que los demás leones nos echarán la culpa también" murmuro ahora acercándose para tomar la mano de Amelie, quien se la arrebató en un segundo, se acercó al lado de Theo y sin ningún tipo de aviso le arrebató el chocolate que tenía en un pequeño frasco.

"¡Oye!" Le gritó Theo cuando ella se alejó de él para caminar hacia el rubio.

En el camino algunos murmullos sobre ella la ponían más de los nervios, pero aún así no se detuvo por nada, en cambio sus zapatos pisaban el césped con firmeza.
Amelie se acercó a donde estaba el rubio tirando en el piso, quien tan pronto la vio se sonrojó de vergüenza y enojo. No quería verla ahora cuando acababa de hacer algo que probablemente le arruinó ganar la copa de las casas.

En realidad Amelie tampoco quería verlo, nunca si fuera posible, pero eso sería tener mucha suerte.

"Señorita Rosier..." Hablo la profesora, pero fue interrumpida cuando Amelie le arrojó a Draco en el cabello aquel chocolate espeso provocando que toda su cabeza quedara empapada sin permitirle hablar.

"Eso es por los 50 puntos" murmuro antes de darle un mirada a los otros tres chico que se alejaron unos pasos, solo para evitar que ella también fuera atacarlos.

Amelie dio media vuelta si darle una segunda mirada a ninguno de ellos, en cambio camino de vuelta por el campo.
Algunos estudiantes tenían la boca abierta y una gran sonrisa por el espectáculo tan genial que dió.

¿No acababa de pensar en ser más discreta?

Bueno si, pero al menos ahora tenía una gran excusa por si la regañaban. Draco había hecho perder puntos a Slytherin sólo por una estupida broma. Su abuelo no estaría muy contento con eso y mucho menos con el chico.
Tal vez podría hacer algo con su matrimonio.
Cambiarlo quizás. Y eso sería perfecto para ella, aunque no estaba segura de que él fuera capaz de hacer algo así con su madre cerca.

Una sonrisa pequeña apareció en su rostro cuando los gemelos Weasley corearon su nombre.
Tenía que admitir que su acción fue bastante liberadora, a comparación de otras veces donde solo lo había imaginado y no es como si se la pasara 24/7 queriendo tirarle algo encima a Draco, solo en ocasiones.

"¿Amelie, en qué estabas pensado?" Cristina la sujeto del brazo tan pronto ella se acercó hasta el grupo de serpientes. "Eso fue un poco tonto" murmuro arrastrándola lejos de los alumnos quienes todavía la miraban.

"¿Si fue tonto por qué estas sonriendo?" Le preguntó cuando pudo ver una gran sonrisa en su cara como si acabara de ver oro o algo así.

"No lo estoy, estas alucinando" verbalizó manteniendo su sonrisa, pero esta vez llevo su mano hasta la de Amelie, con la intención de que no se la arrebatara como al principio.

"Amy, no tenias que arrojarle mi chocolate" Comentó Theo cuando llegaron a su lado.

"Era eso o volver a hechizarlo" sé encogió de hombros sin importancia, luego miro a la pelirroja que se mantuvo junto a Orión viendo la escena completa.

"¿Pero y mi chocolate?" Balbuceó el chico con tristeza en su voz.

Amelie le dio palmaditas en la espalda con una ligera sonrisa. "Vamos Rob, vayamos a conseguirle más chocolate a Theo" la llamo logrando que se acercara corriendo siendo seguida por sus secuaces.

Robyn aceptó sin pensarlo, y después de que Amelie les dijera a sus amigos que los veía en la sala común, se encaminó hacia el gran comedor donde esperaba no ver a nadie.

Theo fue el segundo en seguirla, alegando que necesitaba pedirles algo de comer a los elfos domésticos.

"¿En dónde conseguiremos chocolate?" Preguntó la pelirroja curiosa cuando los adolescentes siguieron un rumbo diferente que dirigía a otro lado en lugar del comedor.

"Ya lo verás Rob, el comedor solo fue una excusa" pronunció Amelie abriéndose paso entre algunos alumnos de la casa amarilla que se encontraban intentando llegar a su sala común. Las tres serpientes recibieron miradas curiosas cuando los vieron pasar, pero no les importaba en lo mas mínimo, mantuvieron un paso tranquilo hacia las cocinas.

Amelie con condujo a Robyn por el mismo lugar que Theo la llevó por primera vez. Dejándolos en una en una situación agradable con los pequeños elfos domésticos, que por ahora se encontraban tomando un ligero descanso antes de que tuvieran que preparar la comida. Por su puesto que había algunos que trabajaban aún cuando no tenían nada que hacer.

"¡Esto es maravilloso!" Exclamó la pequeña pelirroja con emoción, tan pronto como estuvo adentro comenzó a preguntar sobre cada una de las cosas que estaban ahí, y a saludar con gratitud a los elfos.

"¿A que si?, adelante Roby puedes pedir lo que quieras" Amelie le revolvió el pelo con descuido.

"¿De verdad?" Preguntó con ilusión aún con la mano de la chica mayor en su cabeza.

"Claro, solo asegúrate de agradecerles después" Respondió dándole una sonrisa cariñosa.

"Por ejemplo puedes pedirles un montón de pasteles" Mencionó Theo señalándola con un dedo y las cejas en alto.

Amelie bajo su mano de un golpe para darle una mirada severa. "No debe comer mucho dulce" regaño al chico mayor y cuando llevo su vista hacia Robyn esta ya estaba sentada en la mesa principal donde los elfos trabajaban pidiendo todo tipo de postres.

"¿Por qué no?" Preguntó Theo a su lado.

"No creo que a los cachorros sea bueno darles dulces" murmuro suspirando cuando vio que Robyn comenzaba tomar un pedazo de cada postre.

"¿Cachorros?" Se burló de su amiga siguiéndole el paso cuando ella se acercó a su niña pelirroja. Amelie se limitó a agitar la cabeza en afirmación, desde hace un tiempo era así como los veía, después de todo cuidar de los tres Slytherin de primer año, era igual que cuidar a Gus.
(La cual aún no aparecía)

Debía alimentarlos, como ahora lo estaba haciendo con Robyn. Amelie también tenía que cuidarlos, como cuando regaño a Hugo por querer darle de comer al calamar gigante sin antes ponerse un suéter, porque era temporada de frío y se podía enfermar. Y sobretodo lo mas importante, debía enseñarles a cómo sobrevivir sin ella, o algún adulto.
Por eso incitó a Esther para que tomara decisiones por si misma, sin tener que estar mirando a sus hermanos mayores cada vez que necesitará darle un rumbo a su vida.

Lo cual parecía algo hipócrita de su parte, porque si lo pensaba bien, ella nunca había sido capaz de tomar alguna decisión por su cuenta, en cambio esperaba a que su abuelo le ordenara por donde debía ir.
Ella era como una especie de marioneta con la que su familia podía divertirse un rato.

Vale, pensar en eso fue algo deprimente para las diez de la mañana.

"Amy, prueba este pastel de fresa" Robyn le tendió la cuchara con un pequeño trozo del postre.

Amelie lo acepto de inmediato, dándose cuenta de que era la única que no comía nada de dulces, pues Theo tan pronto tomó asiento comenzó a llenar su plato con todo lo que cabía en el, Amelie suspiro mirando a los elfos que la miraban pacientes por que ella comiera de lo que habían preparado con tanto esmero.

¿Y quién era ella para decirles que no?

Así que al final termino dejando de lado la voz de Hermione que le decía: que comer demasiados dulces le arruinaría sus dientes.

Al fin y al cabo, Granger ya había admitido que ella tenía una bonita sonrisa.

¿Qué más podía pedir?

Los tres Slytherin se pasaron parte de la mañana llenando sus estómagos con todo lo que pudieron, desde empanadas de calabaza, hasta enormes pasteles de chocolate.

Tanto así que terminaron aceptando un par de trozos para llevar a sus amigos, que los elfos les ofrecían. Amelie pensó que todos eran realmente trabajadores, nunca había visto algún mago que se esforzara tanto por algo, ni por que le pagaran. Y ellos pobres, vivían bajo esclavitud, sin derecho a su voz o a sus decisiones.

Amelie se consideraba a si misma justo como un elfo.

Sin la fuerza necesaria para pelear por su libertad soñada, y no porque fuera débil si no porque no podía, al igual que Amadeus, ella tenía una magia irrompible que la mantenía atada a su familia.

Pero tal vez algún día alguien pueda cambiar eso y ella solo esperaba que fuera pronto.

"¡Estoy tan llena!" Exclamó Robyn una vez que salieron de las cocinas.

"Creo que no será necesario que vayamos al comedor" Hablo Theo con una sonrisa, en sus mano llevaba una caja con postres que los elfos le entregaron.

"Definitivamente no" murmuro Amelie cerrando la pequeña puerta de las cocinas.

Juntos volvieron por el sótano que dirigía a la sala común de Hufflepuff, hasta las oscuras y deprimentes mazmorras, donde varios alumnos de Slytherin solían practicar algunos hechizos para nada letales.

Entraron de manera sonriente y enérgica a la sala común solo para encontrarse con una pequeña discusión que Amelie esperaba que sucediera, pero no tan pronto.

"¡Eres un niño malcriado y estupido!" Gritó Orión con dureza, mientras eran tomado de los brazos por los mellizos Rowle.

"¡Y tu no eras más que una deshonra!" Respondió Draco, que ahora tenía un pequeño golpe en la mejilla.

"¡Cierra la boca no sabes nada!"

Amelie se abrió paso entre algunos alumnos mayores para poder confrontar a ambos chicos que la ponían de los nervios.

"¿Por qué demonios están peleándose?" Exclamó ahora enfrente de ellos dos, ambos se quedaron quietos en su lugar tan pronto la escucharon hablar.

Amelie sabía que su pregunta fue un poco tonta, porque ya sabía la respuesta, sin embargo tenía que hacerla, saber todo desde el inicio era muy necesario.

"No es nada Amy" murmuro Draco alejándose una pasos con la intención de irse a su habitación.

"¿Qué te paso en la mejilla?" Le preguntó tan pronto vio como el rubio agachó la cabeza para que ella no viera el golpe que tenía.

"Orion pasó" Hablo Cristina quien estaba sentada en un sillón completamente despreocupada por la pelea de los dos. O al menos así fue hasta que vio a la chica de ojos plateados entrar por el muro, con una gran sonrisa que se le borró al instante por la escena que Draco y Orión estaban haciendo.

"¿Lo golpeaste?" Le preguntó entonces a su hermano mayor, quien asintió sin ningún temor o mentira de por medio.

"Me voy" hablo Draco dando finalizada la pequeña discusión.

Amelie se sintió un poco mal, pero solo un poco. Draco no tenía mas amigos aparte de ellos, por lo que si estaba peleado con ella lo estaba con todos. Bastante difícil de entender pues se habían criado los seis juntos, pero tanto Blaise como Theo, siempre se ponían de su lado cuando algún desacuerdo sucedía.

"Draco, espera..." lo llamo cuando él estaba en el primer escalón. "Toma esto, lo pedí para ti" murmuro entregándole una pequeña caja que dentro tenía un pedazo de chocolate.
El rubio lo aceptó con una pequeña sonrisa encantada, que hizo rodar los ojos de Orion.

Amelie en realidad estaba mintiendo, ella no había recordado traerle algo a Draco y el pequeño pedazo lo iba a guardar para comérselo en la cena. Pero esos sondeos detalles que no importaban ahora.
Y tan pronto todo se calmó en la sala común, Amelie se dejó caer en uno de los sillones donde Cristina estaba sentada con un libro.

"¿Entonces lo perdonarás así de fácil?" Preguntó Orion sin ocultar su disgusto en su voz.

"No lo perdone, pero conociéndolo no irá a la cena para evitar que se burlen de él." Contestó sin importancia mientras comenzaba a repartir las cajitas de pastel a cada uno.

"¿Y eso en que nos afecta?" Murmuro resentido.

"¿No fue a ti al que perdono muy rápido?" Preguntó Blaise juntando con la cuchara que había sacado de quien sabe donde.

"Es verdad, ahora que lo pienso debiste darle una ley de hielo más grande" Afirmo Cristina, sin despegar la vista de las páginas viejas de su libros. Orión jadeó ofendido provocando una risa grupal.

"Grosera" murmuro dándole una mordida a su pastel.

Desde que Amelie y él se arreglaron, extrañamente Cris no se había atrevido a mencionar nada en su contra, como aquella vez en el gran comedor. Tal vez se debía a que la rubia prefería mil veces tener a la ojigris feliz, que verla triste por alguien tonto como Orion o Draco inclusive.

"Oye Amy, ¿quieres tener una batalla en ajedrez mágico?" le preguntó Esther con una linda sonrisa que esperan fuera suficiente para que su compañera dijera que si.

Obvio lo hizo.

"¿Apostamos?" Murmuro cuando los tres niños de primer año se colocaron enfrente de ella, los tres juntos esperando enfrentarse con una gran jugadora.

"¿Vas apostar con unos niños?" Blaise sonrió con gracia.
"Maravilloso, me apunto" Declaró acercándose para sentarse cerca de Amelie.

"Que buen ejemplo" se rio ella ligeramente, antes de dar un aplauso con sus manos. "Vamos a ver que tienen" Bromeó a la ligera, sintiendo como su mejor amiga se acercaba a su hombro para colocar su cabeza en este.

El grupo de serpientes pasaron la tarde llena de risas cada vez que Amelie perdía una batalla contra Esther, quien sentía el mayor orgullo del mundo.
Por supuesto que no sabía que Amelie la había dejando ganar todas esas veces.

Su largo día terminó y ninguno se atrevió a salir de su sala común, más ocupados en pasar tiempo en amigos (familia) que otra cosa.

[...]

═.☆.══════ .☆. ══════ .☆.═

Amelie llegó al gran comedor con los murmullos de Sirius Black por todos lados, no había ningún grupo que no hablara sobre eso, lo que la ponía más de los nervios.

Esta mañana cuando había despertado luego de tener un sueño raro en el que ella perseguía a un extraña criatura de cuatro patas de color blanco plateado como sus ojos, Cristina la había despertando casi de golpe, hablado entre dormida y despierta que Snape estaba en la sala común.

Finalmente cuando las dos bajaron seguidas de Pansy, se encontraron con su profesor que ya vestía su túnica normal negra. ¿Acaso no usaba pijamas?
Bueno no pudo preguntarle aquello, porque Snape hablo rápidamente sobre el asunto que había sucedido en la sala común de Gryffindor.

Tal parecía que Sirius Black fue capaz de entrar a la sala de Gryffindor porque un tonto perdió las contraseñas. Amelie tenía una suerte de que siempre viniera acompaña porque ella también las olvidaba con frecuencia.

Al final el profesor salió de la sala común diciendo que no había ningún problema y que Black escapó de nuevo, pero claro que para ellos los Slytherin no debían preocuparse tanto el asesino no intentaría entrar en su sala.
¿A quién buscaría de todas formas?

Amelie durmió esa noche con una ligera preocupación.

Y al día siguiente su hermano se mantuvo pegada a ella como chicle, como si de verdad pensara que algo malo le fuera a pasar si la dejaba sola. Aunque estaba bastante claro que sería al revés, ella terminaría defendiéndolo si algo pasaba.

"¿Estas segura de que puedes ir a sola a tus clases?" Le preguntó por tercera vez consecutiva.

"Ori, estaré bien" Le respondió para después tomar un trago de su té, lo necesitaba para los nervios.

"Si pero, bueno tal vez podría acompañarte si no te sientes bien" Volvió a sugerir Orion dándole una mirada de cachorro que ella siempre utilizaba con el.

"No" Sentenció dándole un último sorbo a su té.

"No te preocupes galleta, yo cuidaré de Amy" Exclamó Theo con una gran sonrisa, para después pasar uno de sus brazos por la espada de Amelie.

"No me digas así" murmuro el pelinegro con recelo.

"Escucha Ori estaré bien, Theo y Blaise me acompañarán" Y con esas palabras dio finalizada la conversación sobre el tema de acompañarla.

"Pues yo creo que quien debería preocuparse es Robyn" Comentó Blaise casualmente.

Robyn quien estaba sentada a lado de Orion levantó la vista de inmediato con la cara tan confundida como la de los otros sangre pura.

"¿Por qué Robyn?" Preguntó Cristina alzando una ceja.
"¿Acaso hiciste algo contra Black?" Esta vez llevo su vista hacia la niña quien se había puesto roja por vergüenza y nervios.

"No" murmuro haciéndose más chiquita en su lugar.

"Yo lo digo porque Black atacó a un pelirrojo" Blaise se encogió de hombros serenamente, hasta que Amelie le dio una patada debajo de la mesa.

"No digas eso enfrente de la niña" murmuro con irritación para después darle una sonrisa tranquilizadora a Robyn, quien había dejando de comer para ver a la mesa de Gryffindor, donde Ron estaba parloteando con unas chicas de cuarto año sobre su gran hazaña con Black.
Y parecía querer impresionar a alguien porque cada dos segundos se revolvía el cabello mirando específicamente a una castaña de cabello revoltoso, quien estaban más enfrascada en su libro como para prestarle atención.

"¿Qué logró hizo, gritar como niña?" Preguntó Amelie al aire, pero para su mala suerte algunos alumnos la habían escuchado y entre ellos Hermione.

¿Cómo pudo oírla si estaba del otro lado del comedor?

Amelie no tenía idea pero se encontró en un concurso de miradas con la chica, ¿siempre había tenido ojos tan bonitos? se preguntó luego de que Hermione le sonriera de manera linda.

Aparto la mirada cuando sus amigos volvieron al tema anterior, con su corazón bombeando más rápido de lo que debía. 

¿Pero es un gusto pasajero no?.

¡Oh, claro!

"Pues yo digo que Robyn debería tener cuidado" volvió hablar Blaise asintiendo como si de verdad Black fuera a ir por una niña pequeña.

"¿Por qué odia a los pelirrojos?" Preguntó Roby aún con la mirada nerviosa.

"Rob, Black no odia a los pelirrojos tal vez solo quiso matar a Weasley porque bueno ¿quién no quisiera desaparecerlo?" Comentó Amelie casualmente jugando con su tenedor.

"¿Estas diciendo que quieres desaparecer a Weasley?" Le preguntó Theo con una sonrisa burlona.

Amelie miro a cada uno de ellos, luego volvió a girar su cuerpo para ver a Ron quien seguía haciendo exactamente lo mismo para tratar de llamar la atención de Hermione.

Sintió una pequeña serpiente picarle las entrañas y que la incitaba a arrojarle algo a la cabeza del pelirrojo.
"Si, si quiero" pronunció con hostilidad, y por causalidad o destino un vaso que estaba en la mesa cerca del chico le cayó encima, provocando que apartara la vista de Hermione para levantarse rápidamente.

¿Ella acababa de hacer magia inconscientemente?

Vaya, debía controlar más sus confusas emociones.

Los amigos continuaron con una conversación normal para ellos, Amelie se encargó de persuadir a Robyn sobre el ataque de Black, comentando vagamente sobre ir a montar su saeta de fuego una vez que las clases terminaran, la niña al final terminó accediendo con un poco de duda, aún en su mente corría la imagen del asesino que estaba colgada en una parte del castillo, solo por precaución.

"Señorita Rosier" Una voz rasposa la llamo, ella giro hacia atrás para encontrarse con nada menos que Albus Dumbledore, el cual vestía su típica túnica azul delgada, Amelie tuvo la impresión de que era un vestido pero con un nombre diferente, tal vez uno para hombres.

"Señor" Respondió de manera educada dándole una mirada confundida, no eran muchas las veces que él se acercaba a ella para pedirle algo. "¿Necesita algo?" Preguntó cuando vio que se quedó callado unos segundos.

"Oh, si. ¿Puedes acompañarme a un pequeño paseo?" Declaró moviendo una de sus manos para señalar la salida del gran comedor.

Amelie miro a sus amigos un momento antes de asentir hacia su amable director.

"Claro si" murmuro por lo bajo levantándose de su lugar para seguir a Dumbledore quien ya había empezado a caminar con las manos detrás de la espalda.
Amelie pudo sentir la mirada de todos los alumnos en ella, seguramente curiosos por saber lo que hablarían.

Y ella también estaba deseosa por saberlo, digamos que su abuelo tenía una regla muy importante que constantemente se la repetía: "Nunca confíes en Albus Dumbledore" .
Aún cuando ella aceptaba todo lo que Alphonse le pedía, no podía evitar cuestionar sus extrañas peticiones. ¿Por qué ella no podía confiar en un anciano?.

Bueno tal vez era un poco extraño y Amelie pensaba que él era muy bueno fingiendo que no se enteraba de nada sobre los asuntos en Hogwarts cuando en realidad si, tal vez por eso su abuelo le había dicho aquello o quizás solo odiaba al director, ambas posibilidades eran buenas.

Caminaron a pasos tranquilos hasta llegar a un pasillo donde no había ni una sola alma, podía escuchar el ruido del viento que golpeando al castillo, algunos pájaros cantaban una suavemente melodía.
Se detuvieron cuando estuvieron cerca de una ventaja gigante que daba directo al sauce boxeador, el cual movía sus ramas con pereza, sin nadie que lo molestara parecía un simple árbol normal y eso podría ser engañoso para cualquier muggle.

"Señor, ¿qué necesita exactamente?" Preguntó con un hilo de voz nervioso.

El la miro con una pequeña sonrisa, sus ojos se encontraron y ella pudo jugar que sintió un pequeño dolor en la cabeza por aquella acción.

"Bueno, yo creo que eres una chica bastante lista ¿no es así, Amelie?" Pronunció con cuidado alzando una ceja pero sin quitar la sonrisa de su cara.

"Lo soy" Confirmó sin mentiras de por medio y alejo su vista de él para llevarla hacia la ventana.

"Claro que lo eres, entonces supongo que ya sabes sobre Sirius Black y tu familia" Volvió hablar, y Amelie no supo si aquello era un pregunta o una afirmación.

"Eso creo" murmuro torpemente comenzando a jugar con los anillos de su mano derecha.

"¿Eso crees?" Repitió sus palabras con un ligero toque de burla. "¿Si te digo algo prometes guardar el secreto?" Susurro esta vez con la mirada seria.

"Yo–creo que si" balbuceó y volvió a mirarlo.

Dumbledore se rio ligeramente ya sabiendo que mentía, pero aún así se lo dijo. "Sirius Black probablemente hubiera intentado entrar en Slytherin si no hubiera sido por el Barón Sanguinario" Pronunció con cuidado, su tono serio la hizo sentir incómoda. "¿Sabes por qué?" Le preguntó luego de unos minutos en silencio.

Amelie se había quedado estática en su lugar, millones de pensamientos malos llegaba a su cabeza sin parar.

"No" murmuro sin importancia, más ocupada en alejar sus vagos recuerdos sobre su madre hablando mal de Black, a pesar de ser su hermano menor.

"Bueno no me voy a meter con eso pero, Amelie no debes preocuparte solo te lo dije para que estuvieras más atentan además, Hogwarts es el lugar más seguro para estar" Admitió dándole unas palmadas en el hombro cuando vio que la cara de la niña estaba más pálida de lo normal.

Amelie pensó que era realmente tonto su director, o se estaba haciendo. ¿Cómo podía decir que era un lugar seguro después de que Black entrara no una, si no dos veces al castillo?

"Si claro, ¿puedo irme ahora?" Murmuro por lo bajo, dándose la vuelta para enfrentarlo. "Llegaré tarde a clase"

"Claro que si" Asintió con una mano para que ella caminara por el lugar donde habían venido.

Amelie le devolvió el asentimiento comenzando a irse, sentía sus piernas como gelatina, ¿por qué demonios le había dicho aquello?, solo la ponía más de los nervios.

"Amelie, por cierto" la llamo cuando estaba a mitad del pasillo. "Es un bonito collar el que tienes en el cuello" Comentó casualmente con la misma sonrisa descarada, pero ella pudo notar algo más dentro de aquellos ojos casados.

Amelie inconscientemente llevo su vista hacia su collar, el cual resplandecía de manera agradable a la luz de la mañana. "Gracias señor, es solo una reliquia familiar" murmuro con el entrecejo fruncido. ¿Solo la había detenido para eso?, viejo loco, pensó con inseguridad.

"Así, recuerdo haberlo visto en el cuello de Regulus Black hace mucho tiempo" Habló asintiendo como si lo estuviera recordando.

Amelie se quedó parada como poste sin saber qué responder, ¿acaso el viejito conoció a su tío Reggie?
"Este...si señor, era de el" murmuro por lo bajo.

Y sin esperar una respuesta salió a pasos rápidos de aquel pasillo esperando alejarse lo más posible del directo. Ahora entendía un poco a su abuelo con lo que siempre mencionaba. Dumbledore de verdad estaba en sus días de anciano delirante.

Amelie camino con cuidado de regreso hasta su próxima clase, recordando que tenía defensa contra las artes oscuras con el profesor Lupin, ya que su primera clase era adivinación pero estaba segura de que no llegaría a tiempo ni porque corriera y definitivamente no iba a cansarse por una clase tan aburrida como esa.

Cruzó un par de pasillos encontrándose con algunos niños de primer año que seguramente iban tarde a sus propias materias.

Amelie tenía la cabeza llena de dudas con respecto a la extraña conversación que tuvo con Dumbledore, ¿solo la llamo para decirle eso?, ¿y qué era la extraña sensación que le dio cuando la miro a los ojos?. Casi podía sentir que entraba en sus recuerdos más profundos y de tan solo imaginárselo le daba escalofríos.

Si su abuelo se enterara que él director habló con ella, estaría un poco irritado con su comportamiento, ¿pero cómo se supone que le diga que no a su director?.

Es la mayor autoridad en esta escuela y ella es solo una sangre pura con ideales diferentes según lo que todas las casan dicen. Amelie unca comprendió exactamente porque todos estaban en contra de Slytherin, si bien ellos no eran los mejores en cuanto a modales, tan poco eran tan malos. Al menos había algunos que trataban bien a los hijos de muggles, aunque claro que esos eran repudiados porque la mayoría eran mestizos, aún así seguían siendo de la casa verde y nada podría cambiarlo.

Al igual que nadie podría cambiar el prejuicio de los Gryffindor contra ellos. Era una batalla intensa de nunca acabar. Amelie esperaba terminar un día con todo eso, que los demás no se fijaran en tu casa, ni en la sangre, mucho menos en la clase social.

Pero aquellas cosas que deseaba eran bastante difíciles, aún más cuando ni siquiera podía decirle que no a alguien con pensamientos primitivos como su abuelo.

Entonces vino a su mente Regulus, su querido tío, el cual nunca pudo conocer personalmente. Amelie había escuchando algunas historias de su madre al respecto y según ella, su tío Reggie también era un purista hecho y derecho, un digno heredero de la familia Black.

Ella se suponía que debía ser igual a él ¿no?.

Por eso la mayor parte del tiempo Alphonse la llamaba Arcturus, como si intentara moldearla a su imagen o inclusive a la imagen de su hijo muerto.

Tal vez ella solo era un simple remplazo, y quizás en el futuro cuando el niño que su madre espera sea mayor, si llegase a ser un hombre, él sería su nuevo heredero, ¿por qué la elegiría a ella de todos modos?, siempre le a costado hacer las cosas a su manera y por eso la castigaba con métodos crueles a una edad tan temprana. De ahí vino su miedo a la oscuridad y a estar sola, si hay algo que no podría volver a soportar es estar encerrada en aquel sucio sótano, privada de luz solar y sin nadie para darle un abrazo reconfortante.

Sin embargo, él le prometió que nunca lo volvería hacer a menos que se lo mereciera, porque su abuelo solo la estaba ayudando.

Amelie suspiró sacudiendo su cabeza para evitar que los recuerdos dolorosos de veranos pasados volvieran. Y como si fuera una especia de ancla o una luz de esperanza, frente a ella se encontraba Hermione Granger, la cual luchaba para sostener un par de libros pesados.

Rosier se rio en silencio, antes de decidir acercase con timidez. "¿Necesita ayudada, señorita Granger?" Hablo con burla inclinándose ligeramente hacia ella.

Hermione dio un pequeño brinco cuando escucho su voz tan cerca de su oído, que le provocó un escalofrío de cuerpo completo.

"Amelie, me asustaste" Pronunció con vergüenza, deteniéndose en su lugar para que ahora la pelinegra estuviera frente a ella.

"No puedo verte exactamente si tienes un montón de libros enfrente de ti" comentó con una risa para después comenzar a quitarle algunas enciclopedias que pacerían tener la misma edad que Dumbledore. "Mucho mejor-oh vaya, ¿te sientes bien?" Preguntó una vez que pudo verla mejor.

Hermione tenía ojeras oscuras debajo de sus ojos, el uniforme estaba desordenado y no planchado como suele usarlo, ademas su cabello estaba más despeinado de lo normal. Parecía enferma incluso, lo que preocupaba a la niña sangre pura.

"¿Tan mal me veo?" Murmuro Hermione con inseguridad agachando ligeramente la cabeza y apretando su único libro contra su pecho.

"¡Qué–No! ¡No te ves mal!" Hablo torpemente logrando que sus mejillas se tornaran de un gran color rojo, que por su piel pálida era fácil de percibir. "¡Te ves bonita!–quiero decir, tu-tu siempre te ves bonita como una galaxia y me gustan tus pecas por qué son parecidas a las estrellas" balbuceó con nervios bajando la voz considerablemente mientras seguía hablando. Al final terminó murmurando las últimas palabras pero Hermione la escucho perfectamente.

La castaña tenía una sonrisa tonta en la cara mientras la seguía mirando, ese fue el cumplido más lindo que alguien le había dado. ¿Amelie la consideraba una galaxia?, eso lleno su corazoncito de un calor indescriptible, y en el fondo tenía ganas de que la niña a su frente la siguiera adulando de manera tan preciosa.

"Esta bien solo bromeaba, e estado estudiando de más y con mis tareas Bueno no tengo mucho tiempo para mi misma" comentó casualmente.

Amelie levantó la vista del sumo para ahora fijarla en la niña a su frente. "Oh, si claro lo siento. ¿Vas con el profesor Lupin no? ¿Pudo ir contigo?" Preguntó mordiéndose ligeramente el labio, pues el ambiente volvió a tener aquella extraña tensión, como si hubiera algo que Hermione no le estaba diciendo.

"Si claro, vamos" murmuro tranquilamente, comenzó a caminar hasta donde anteriormente se dirigía.

"¿Salieron antes?" Le pegunto de la nada cuando se dio cuenta de que Hermione era la única, aparte de ella que se dirigía a la clase con Lupin.

"¿Qué?"

"¿Qué si salieron antes? ¿O acaso te escapaste de la clase de adivinación?" Preguntó alzando una ceja.

"No claro que no, tonta...simplemente salí corriendo–ya sabes, es importante para mi llegar temprano" mintió entre dientes y la chica a su lado le creyó.

"Oh, ya veo, ¿cómo le haces para ir a tantas clases?"

Hermione miro inconscientemente su collar que colgaba descuidadamente en su cuello. "Tengo todo arreglado con la profesora McGonagall" Termino mintiendo por segunda vez con un asentimiento firme.

"Claro, Minnie siempre sabe que hacer" Artículo con una ligera mueca.

"¿Minnie?" Hermione le sonrió con burla, para después regarla le una ligera risa.

"No te burles, la profesora me cae muy bien, ¿sabias que me dijo sobre ganar un trofeo de quidditch por mis logros este año?" Le preguntó con ilusión en su voz, como una niña pequeña contándole algo así madre.

"No lo sabía. No lo mencionaste"

"Bueno, pues ahora lo sabes" Se acercó para darle un pequeño empujón con su hombro, que fue devuelto en seguida con una pequeña risa por parte de Hermione.

"Espero que ganas en el próximo partido" Admitió la castaña pasado un mechón detrás de su oreja del lado izquierdo.

Amelie la miro con los ojos brillosos. "¿Quieres que gane?" Preguntó con un ligero toque asombrado en su voz.

"Por supuesto te lo mereces además, has estado entrenado muy duro, yo lo e visto" murmuro con una voz cálida que se escucho melodiosa para la chica a su lado.

Desde la perspectiva de Amelie, Hermione no podía ser más perfecta de lo que ya estaba siendo. Y si lo fuera ella moriría ahí mismo.

"Eres una maravilla" pronunció en un murmullo sereno, acercando ahora su mano para pasar el mechón del lado derecho que Hermione olvido. Quien prácticamente se había perdió en los ojos bonitos de la chica frente a ella.

Y Hermione supo de verdad que se había enamorado.
¿Cómo?, no podría explicarlo con exactitud pero si estaba segura de que Amelie era un persona que podría hacer explotar el corazón de cualquiera, justo como lo estaba haciendo con el suyo. Y ella asumía cada parte que conlleva quererla, incluso si eso significaba mirarla desde lejos sin ser valiente para dar un paso.

Hermione por una vez deseo ser alguien más, quizás de esa manera las cosas serían diferentes, o tal vez más complicadas. Nunca lo sabría con certeza.

Amelie tenía la mente en blanco, pasó sus ojos grises por el cabello esponjoso de Hermione, tan suave y lindo. Su nariz que se acoplaba a la forma perfecta de su rostro, sus ojos avellana que resplandecían como dos estrellas fugaces, y todas esas pecas que rodeaban el puente de su nariz, eran manchas tan imperfectas pero que a su vez parecían más atractivas en alguien como ella. Finalmente sus ojos fueron a sus labios, delgados y bonitos, a su vista eran tan cautivadores que si no hubiera vuelto en si, probablemente hubiera pasado uno de sus dedos por ellos, anhelando volver a sentirlos en su mejilla como aquella vez en la biblioteca.

¿Sería muy tonto si le pidiera que la besara?

Se retractó de inmediato cuando ese pensamiento cruzó por su cabeza, e instintivamente alejó su mano del cabello de Hermione con rapidez, provocando que los libros pesados cayeran al piso.

"¡Mierda, lo siento!" Exclamó agachándose para tratar de levantarlos, pero sus manos temblaban considerablemente, tenía ganas de llorar y no sabía porque.

Tal vez aquellas emociones eran demasiado para ella.

Hermione salió de su ensoñación solo para ver qué Amelie temblaba ligeramente en su lugar, en su mente pasó la idea de qué tal vez la incomodo.

"Esta bien Amy, no te preocupes" hablo suavemente agachándose a su altura para ayudarle.

Amelie se quedó quieta unos segundos, sintiendo su corazón prácticamente querer salirse de su lugar. ¿Era eso siquiera normal?

"¿Cómo me llamaste?" Preguntó con los ojos brillosos, aunque esta vez no eran por lagrimas que esperan no derramar.

"Amy, ¿eso esta bien?" Preguntó mirando hacia abajo para levantar uno de los libros.

"Si...muy bien" murmuro para su misma, llevándose la mano al pecho para evitar que siguiera latiendo de esa manera. Le daría un paro cardíaco si seguía así.

Las dos levantaron los libros con cuidado, la tensión en el aire se volvió a instalar más pesada que nunca.

Ambas se quedaron en un ligero silencio, tantas cosas que decir pero ninguna sabía como expresarse con palabras.

Por suerte para ellas no estarían solas mucho tiempo, del otro lado del pasillo un chico pelinegro llego corriendo con una caja en la mano.

"¡Amy! ¡Amelie!" Grito Theo llegando a su lado con la respiración agitada de tanto correr.

Amelie lo miro de arriba a abajo, tenía el cabello desordenado, un monto de polvo y lodo por todo el cabello y la ropa. Estaba echo un desastre.

"¿Theo, qué estas haciendo?" Le preguntó ella dándole un ligero vistazo a la hija de muggles que permaneció parada atrás de ella.

"¡Encontré a Gus!" Exclamó con emoción ignorando la presencia de Hermione.

"¿De verdad?" Preguntó la niña con ilusión, cambiado su poción sería por una más relajada permitiéndole poner los libros en el suelo para agacharse junto a Theo, quien abrió la caja con cuidado.

"Ta-raa" expresó moviendo sus manos rápidamente.

Amelie se asomó su cabeza con una gran sonrisa esperando ver a su querida mascota sana y salva, Hermione también se inclinó a su lado.

Pero se llevó la ligera decepción de no encontrarla ahí, en cambio dentro de la caja había un pequeño hurón blanco, casi tan grande como augusta.

"Theo" pronunció con cuidado mirándolo con las cejas fruncidas.

"¿Si? ¿Me gane un recompensa por mi hazaña?" Comentó dulcemente esperando por una respuesta afirmativa.

Pero en su lugar Amelie lo jalo de la corbata para que viera el animal que había adentro. "¡Es una rata, Theo, una rata!" Exclamó tratando de empujar su cabeza dentro de la caja pequeña.

Hermione la tomó de los hombros para que lo dejara en paz "¡Espera Amy, lo lastimarás!

"No puede ser, juro que era Gus" Murmuro Theo cuando Amelie lo soltó por instinto cuando Hermione se lo pidió.

"¿Cómo pudiste confundir a Gus con una rata?" Exclamó con incredulidad.

"Es un hurón en realidad" murmuro Hermione en su oído con la voz suave, Amelie ignoro en sentimiento en su estomago para seguir hablando.

"¡Theo me ilusionaste!" Exclamó con un tono de voz melancólico. "Gus no a parecido y si no lo hace tendré que escribirle a Mamá" murmuro agachando ligeramente la cabeza.

"Amy, lo lamento...pero te prometo que esta vez buscaremos los dos, así será más fácil" Hablo acercándose para pasar una deseos manos por el cabello negro de su amiga.

"¿De verdad?"

"¡Si!" Exclamó emocionado, esta vez llevando su vista hacia la niña castaña que seguía parada sin saber qué hacer o decir. Theo cambió su semblante a uno más serio, miro a Hermione de arriba a bajo, antes de que una sonrisa burlona apareciera en su cara. "Granger aquí puede ayudar" mencionó alejándose de Amelie para levantar la pequeña caja.

Hermione se quedó estática, ¿de verdad le hablaría como si nada?. Sorpresas que se dan en la vida supuso.

"Me gustaría ayudar, mi gatito tampoco a llegado" murmuro por la recién atención de Amelie, quien la miro expectante por su respuesta.

"¡Genial, ahora somos tres en la búsqueda!" Comentó Theo moviendo su puño para que Amelie le chocara los cinco, quien lo hizo rápidamente y cuando fue el turno Hermione, se los chocó un poco más insegura.

"Buen, pero primero debes regresar ese animal a donde sea que lo tomaste"

"¿Me acompañas?" Le preguntó con entusiasmo.

Amelie miro a Hermione, quien se rió ligeramente por lo mirada linda que le dio, esperando que le diera permiso.

"Vamos vete, le diré a Lupin que llegarán un poco tarde" le indico con una mano para que le diera sus libros.

Amelie con un poco de duda lo hizo.
"¿Estas segura?"

"Si Amy, estoy segura...anda vete, asegúrate de que tu amigo no tome otro animal" se burló ligeramente.

Amelie asintió dando pequeños pasos de espaldas, mirándola con una sonrisa antes de que Theo la sujetara de la túnica para darle la vuelta y que dejara de ver a Hermione con ojos de borrego.

"Que interesante es tu vida amorosa" murmuro Theo para sí mismo, pensando que podría divertirse un rato con ambas niñas.

Conocía bastante a su amiga como para saber que nunca había estado interesando en alguien como Draco o Cristina, quien tenían sus ojos puestos en ella, pero Amelie era bastante ignorante con lo sentimientos de otras personas.
Pero ahora esto era un giro de 180 grados, que hacia su vida más interesante.

"¿Dijiste algo?" Le preguntó Amelie acomodando su túnica para que quedara perfectamente alisada.

"No nada, solo que no sabía que hablabas con Granger" mencionó en un tono burló, que su amiga malinterpreto como algo malo, pero esta vez no mintió se mantuvo firme en su voz.

"Si, ¿por qué? ¿Tienes un problema con eso?" Respondió más brusco de lo que quería.

Theo alzó ambas cejas por su tono.
"No, todo lo contrario, es extraño pero no malo" mencionó con una ligera sonrisa que hizo relajar los hombros de su amiga.

"¿Tú crees?" Murmuró mirando al piso con las mejillas rojas antes de volver a levantar la vista.

"Oh, si...Granger es diferente y lo diferente es muy bueno" Hablo esta vez pasando su mano desocupada por los hombros de Amelie quien se recargó en Theo con afecto.

"Es linda" mencionó inconscientemente, su mente llenándose de las imágenes bonita del rostro de Hermione.

"Esto va hacer muy divertido" murmuro bajito y está vez Amelie no lo escucho más enfrascada en sus pensamientos.

Ambos caminaron con una sonrisa por diferentes razones.




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Tarde pero seguro, gente<3
–Esta vez me tarde un poco más porque el capítulo fue el más largo que e escrito y quiero aclarar que serán así a partir de ahora, si de por si ya lo eran, ahora lo serán más.<3

–Por cierto me pareció lindo que quisieran ayudarme con mis tareas con tal de que subiera capítulos, los amo deberitas<33 JAKAKAKA

–Una cosa más, creo que no lo e mencionado pero la varita de Amy está hecha de madera de Ciprés y núcleo de corazón de dragón.

–ahora si hasta luego, gente guapa<3

Número de palabras: 9542

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