Midnights ✨ || Casi Ángeles

By just4cherry

184K 19.1K 3.5K

Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél... More

MIDNIGHTS | REPARTO
MIDNIGHTS | PORTADAS
MIDNIGHTS | INTRODUCCIÓN
HOY: ESPERANZA
HOY: CENICIENTA
HOY: REYES MAGOS
HOY: EL RULO VUELVE
HOY: EL ELEFANTITO ROSA
HOY: BAJO OCHO LLAVES
HOY: TUS DESEOS SON ÓRDENES
HOY: RETRATOS DE FAMILIA
HOY: HASTA EL SANTO DESCONFÍA
HOY: EL AMIGO INVISIBLE
HOY: MISIONES
HOY: SIGUE AL CONEJO BLANCO
HOY: HAY UN LUGAR
HOY: REVIVALS
HOY: BAUTISMO
HOY: EN EL NOMBRE DEL PADRE
HOY: EL SENTIDO DE LA VIDA
HOY: DÍGALO CON MÍMICA
HOY: EL BUSCADOR
HOY: PASTORCITO MISTERIOSO
HOY: CARETAS
HOY: FASE II
HOY: EL ESCUDO
HOY: EL REY LEÓN
HOY: DE UNA MANERA O DE OTRA
HOY: COMEDIA ROMÁNTICA
HOY: INCONSCIENTE
HOY: EL MONSTRUO BAJO LA CAMA
HOY: LA RESISTENCIA
HOY: PRUEBA DE AMOR
HOY: NOS VEREMOS OTRA VEZ
HOY: LINDA Y CIELO
HOY: UN DÍA EN LA CASA DE LA ABUELA
HOY: EL TRADUCTOR
HOY: SNOW ON THE BEACH
HOY: TODOS PARA UNO
HOY: DOS
HOY: DE CABEZA
HOY: NO HAY TIEMPO
HOY: EL PLACER DE LOS DIOSES
HOY: EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS
HOY: ROMPECABEZAS
HOY: BAJO MI PIEL
HOY: EL ALMOHADÓN DE PLUMAS
HOY: LA EDAD DE LOS POR QUÉ
HOY: SEIS HORAS ANTES
HOY: PALITOS CHINOS
HOY: LA TELENOVELA
HOY: SALE
HOY: ÁNGELES CAÍDOS
HOY: QUIERO
HOY: ESCALADA
HOY: EUFORIA
HOY: SORPRESA
HOY: ¿QUÉ SOMOS?
HOY: GRACIAS
HOY: MELODY DESENCADENADA
HOY: ISLA FLOTANTE
HOY: LA RISA FRANCA
HOY: UNA TEORÍA SOBRE EL TIEMPO
HOY: EL PRESENTE
HOY: SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
HOY: FUISTE
HOY: EL ESCORPIÓN Y LA RANA
HOY: LA OTRA ORILLA
HOY: OJO DE ÁGUILA
HOY: INVISIBLE STRING
HOY: CHIQUITITA
HOY: FLOGGERS
HOY: DIECISÉIS
HOY: FOTOS DEL FUTURO
HOY: UNA CUESTIÓN DE ESTADO
HOY: NO ESTÉS SOLO EN ESTA LLUVIA: PARTE I
HOY: NO ESTÉS SOLO EN ESTA LLUVIA: PARTE II
HOY: LA COMPETENCIA
HOY: ROCK AND ROLL
HOY: LA MUÑECA DE TRAPO
HOY: JUGATE CONMIGO
HOY: SOLOS Y SOLAS: PARTE I
HOY: SOLOS Y SOLAS: PARTE II
HOY: CARNAVAL
HOY: CHACOTE
HOY: EL BOOMERANG, LA ESPADA Y LA LLAVE
HOY: NO ME FALLES
HOY: CAMBIO CLIMÁTICO
HOY: UN GRAN AMOR
HOY: SIN NOMBRE
HOY: ESTOY CON VOS
HOY: EL PERIODO SAROS
HOY: LOOP
HOY: MASTERMIND
HOY: ¿ALGUNA VEZ VISTE LLOVER EN UN DÍA SOLEADO?
HOY: PADRE E HIJO
HOY: CRISIS DE ANSIEDAD
HOY: CON UNA PEQUEÑA AYUDA DE MIS AMIGOS
HOY: ATRÉVETE
HOY: QUE NADIE SEPA MI SUFRIR
HOY: LA IDENTIDAD DE UN SUPERHÉROE
HOY: NO HAY TAL CRISIS
HOY: EN EL AMOR TODO ES EMPEZAR
HOY: PLANTAR UN ÁRBOL, TENER UN HIJO, ESCRIBIR UN LIBRO
HOY: LA MANZANA DE ORO
HOY: SIN NICO
HOY: EL MAL DE LA ÉPOCA
HOY: A DONDE VAYAS
HOY: PURRETES
HOY: TALK SHOW
HOY: LA VIDA ES MARAVILLOSA CON VOS EN EL MUNDO
HOY: ALGO MUY IMPORTANTE
HOY: EL MAL AGÜERO
HOY: ÁNGELES Y LA FÍSICA CUÁNTICA
HOY: FACTOR DESENCADENANTE
HOY: PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS
HOY: EL OFF
HOY: EL AMATEUR PROFESIONAL
HOY: YO SÉ
HOY: FAMILIA
HOY: CONGA
HOY: SIENTO COMO UNA MUJER
HOY: QUEDATE CONMIGO
HOY: EL ESPEJO: PRIMERA PARTE
HOY: EL ESPEJO: SEGUNDA PARTE
HOY: ¿LOBO ESTÁ?: PRIMERA PARTE
HOY: ¿LOBO ESTÁ?: SEGUNDA PARTE
HOY: HOY PUEDE SER UN GRA DÍA
HOY: LAS SOMBRAS
HOY: EL SENTIDO DE TODAS LAS COSAS: PRIMERA PARTE
HOY: EL SENTIDO DE TODAS LAS COSAS: SEGUNDA PARTE
HOY: ¿DÓNDE ESTÁ EL AMOR?
HOY: COPIADO: PRIMERA PARTE
HOY: COPIADO: SEGUNDA PARTE
HOY: LA BOTELLA ROTA
HOY: EL SONIDO DEL SILENCIO
HOY: LOS SÚPER AMIGOS
HOY: CINCO BODAS Y DOS FUNERALES
HOY: EL ALMA AL CUERPO
HOY: LABYRINTH
HOY: A MI MANERA
HOY: ZARPADO
HOY: SÍ, ACEPTO: PRIMERA PARTE
HOY: SÍ, ACEPTO: SEGUNDA PARTE
HOY: NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA: PRIMERA PARTE
HOY: NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA: SEGUNDA PARTE
HOY: ESTOY LISTO: PRIMERA PARTE
HOY: ESTOY LISTO: SEGUNDA PARTE
HOY: UN MUNDO AGRADABLE
HOY: BIGGER THAN THE WHOLE SKY: PRIMERA PARTE
HOY: BIGGER THAN THE WHOLE SKY: SEGUNDA PARTE
HOY: CASI ÁNGELES
HOY: MIDNIGHTS
MIDNIGHTS | AGRADECIMIENTOS

HOY: SUPERAR AL PADRE

975 119 35
By just4cherry

El abrazo duró más de lo pensado, pero no me alejé de ella porque sentí que realmente lo necesitaba. El que me haya contado todo esto, realmente hizo que vea a la verdadera Melody, una que se llora frente a mi, que, en distintas ocaciones, sería mi amiga y de las chicas también.

Ella se sentó y yo cogí una servilleta para dársela y pueda limpiarse el rostro. El silencio nos inundó y no sabía que decirle o hacer porque quería que me tenga confianza y no se sienta incómoda.

—¿Y... tu papá?— finalmente, hablé.

—Nunca conocí a mi papá.

—Bueno, somos dos— bromeé —Tampoco conocí a mi verdadera mamá. La diferencia quizá es que yo, bueno, yo fui adoptada— me encogí de hombros al decirle aquello —Y nunca mentí sobre quien era.

Hubo un silencio grande antes de que ella hablara.

—Yo no crecí en la calle como Mar, o los chicos que viven aquí— señaló, asentí —Yo crecí entre mundos distintos. Vivía en mansiones y viajé por el mundo.

Me volví a sentar frente a ella, escuchándola.

—Alice y Robert me trataban como si fuera su hija. Yo los veía tan buenos, con tanta clase y a la noche me iba a dormir al cuarto de servicio con mi mamá que era todo lo contrario a ellos— me miró y yo me quedé sin palabras —Era obvio el mundo que iba a preferir, ¿no? Y... yo me juré que no iba a ser como ella, que la iba a superar.

—¿Mintiendo?

Bufó —Es muy fácil juzgar cuando vivís como vivís vos.

—No, yo no te juzgo— aseguré —Pero... tampoco te entiendo. Y no entiendo porque me estás contando todo esto a mí. Porque se supone que nos odiamos.

En realidad, no la odiaba. Me caía mal, sí, pero me acostumbré a ignorarla cuando tenía que hacerlo y alejarme de ella.

—¿Igual qué querés que haga?— preguntó en tono serio —Me viste haciendo algo horrible con Jero y una aplicación te tenía que dar, ¿no?

Suspiré —Eres una chica muy inteligente, Melody. También eres una chica con mucha seguridad y yo no puedo creer que te dejes extorsionar por él solo para mantener una mentira.

—Esa mentira es mi vida, Valentina. Yo soy lo que aparento, ¿no entendés?

—No, no te entiendo— respondí, negando —Pero... bueno, es tu vida. Va, o era— señalé —¿Y qué vas a hacer ahora que ya se te acabaron las mentiras?

—No se me acabó nada. A Jero... sé cómo callarlo y vos espero que no hables— aquello sonó más como una amenaza que una favor —Si llegás a hablar, me van a creer a mi igual.

La sonrisa que me dió fue suficiente para entender que la Melody de siempre había regresado. Era tan triste, tan... patético. Aquel sentimiento de pena se esfumó y fue reemplazado por uno de cansancio.

—Te aseguro que no es así— aseguré —Yo podría ir donde los chicos, donde tus amigos, donde Thiago, donde sea, y te prometo que me creerían a mí— no dudé en ponerme de pie —Pero relájate que no soy chismosa. Es tu problema.

Melody no me dijo nada, solo me miraba y parecía temerosa de que cuente algo. Obviamente no haría eso porque no me correspondía hacerlo y tampoco tenía la necesidad de hacerlo. Si ella quería mentir, pues es muy su problema. No puedo ayudarla si no quiere dejarse ayudar.

Le di una última mirada y decidí salir de la cocina. Pegué un salto al ver a Mar con una mirada seria y perpleja. Tomé una de sus manos y la jalé para que nadie nos escuche hablar.

—¿Nos estabas espiando?

Ella parpadeó —¿Qué? Nada que ver, yo no- yo... sí. ¡Pero no quería! Tu mamá preguntaba por vos y no te encontraba en ningún lado, por eso vine a ver en la cocina.

—Y nos escuchaste.

—Sí— lo aceptó.

—¿Exactamente... qué escuchaste?

Abrió los ojos —Eh... bueno, una nadita, casi na-

—Mar.

—Escuché... todo— confesó.

—Oh.

Asintió —¿Es verdad? Los embajadores no son sus viejos y la mucama es su mamá.

—Sí— asentí —Prométeme que no le dirás a nadie.

—Sí, sí, sí, claro, no diré nada.

Sonreí —Bueno, confío en ti. Ahora me voy porque mamá debe estar aburrida.

—Sí, está en la sala, esperándote.

—¿Sabes dónde está mi bolso? Lo había dejado acá en la cocina, pero no lo vi.

—Sí, se lo di a tu mamá, estaba en el cuarto porque Caridad lo llevó.

Ambas caminamos, hablando un poco, a la sala, en donde estaba mamá. Junto con ella estaban Cielo y Nico, riendo de algo que acababan de decir.

—¡Ahí estabas!— exclamó mamá al verme.

—Sí, disculpa, me distraje en la cocina.

Nico nos miró —¿Todo bien?

—¡Sí!— respondimos Mar y yo, al mismo tiempo.

—Bueno, me gustó mucho hablar con ustedes. Han formando algo muy bonito aquí, con estos chicos y desde ya les digo que pueden contar conmigo y mi esposo para lo que deseen y necesiten.

—Gracias a vos— Nico le dió un pequeño abrazo.

—Ustedes también son bienvenidos aquí.

Mamá sonrió —¿Vamos, Valen?

—Sí.

Me despedí de Mar, Cielo y Nico y agarré mi bolso para salir de la mansión con mamá y poder irnos a casita. En mi mente, seguía pensando en Melody y todo lo que me había revelado en la cocina.

**********

A la mañana siguiente, no fue necesario que Marta me levantara porque lo hizo una pesadilla horrible. Además, como si no fuese suficiente eso, tenía una sensación extraña en el pecho, pero traté de no ser paranoica y no hacerme ideas loca en la cabeza.

Una llamada, fue suficiente para poder distraerme.

—¡Sebas!— chillé, escuchando su risa del otro lado de la línea —¿A qué se debe esta llamada? Pensaba que me habías abandonado.

Volvió a reír —Bombón, nunca te abandonaría.

—¿Ni porque tienes novia dejas de llamarme así?

—No, nunca.

—Bueno, como sea— me reí —¿Cómo estás?

—Bastante bien, pero andaba pesando en vos, así que decidí llamarte. ¿Andás en casa? Pensaba en visitarte y llevar una pizza o algo.

—Sí, estoy en mi casa— respondí —Ya toca que me pongas al día en lo que está pasando en tu vida, eh.

Carcajeó —Dale. Llego en veinte minutos.

—Está bien, te espero.

Aproveché en usar esos veinte minutos para poder cambiarme de ropa y bajar a esperar a Sebas. Le di un pequeño abrazo a Marta cuando la vi y le conté, mientras comía una manzana, que Sebas vendría a casa. A ella le caía muy bien, así que se puso feliz y me dijo que nos prepararía algo para comer pese a que le aseguré que no era necesario.

—Hoy Julio tiene el día libre, ¿verdad?

Marta asintió —Sí.

—Bueno, entonces estamos solas. Que triste.

Suspiré con dramatismo y Marta se echó a reír. Le sonreí y tiré lo que quedó de la manzana al bote de basura.

—Iré a sacar los cobertores que hay en los muebles del patio— le informé.

Caminé, tarareando una canción, a mi patio y fui a los muebles para quitarle los cobertores. Había un día soleado, así que pensaba disfrutarlo con Sebas.

Mi móvil comenzó a sonar. Lo saqué de mi bolsillo para responder sin siquiera ver el identificador, ya que pensé que se trataba de Sebastián.

—¿Llegaste ya?

—Pensaron que te podían ocultar de mi... pero ya deberían de saber que veo todo, sé todo.

Fruncí mi ceño y alejé el teléfono de mi oreja para ver el identificador de llamadas. Efectivamente no era Sebastián, pero tampoco era alguien conocido. ¿Sería una broma?

—Eh... ¿quién habla?

—Tu padre.

No pude evitar soltar una risa —Mi padre, claro. Se equivocó de número.

—Hay tantas cosas que no sabés de vos, hija.

—No soy su hija.

Aquella voz me causaba un sentimiento extraño, no la reconocía, pero me hacía sentir extraña. Suspiré.

—Ustedes dos son más parecidos de lo que creen y están conectados, pero hay algo que los hace muy distintos. Vos sos especial, tuviste a quien salir.

—No sé quién eres, pero estás equivocado. Adiós.

Colgué la llamada y decidí ignorar aquella extraña llamada. Seguro era un loco al que le gusta llamar para fastidiar a las personas, sí, eso era.

¿Pero por qué no podía quitarme aquella singular sensación del pecho? Había algo en esa voz... algo que no podía explicar. Sentía que la había oído ya antes, pero no sabía donde ni cuando.

Definitivamente, me estaba volviendo loca. ¡Loca! Cuando mi móvil volvió a sonar, me sentí un poco temerosa, pero cuando vi que se trataba de Sebas, me relajé y respondí de inmediato.

—Bombón, estoy afuera de tu casa, abrime.

—Ya voy, dame unos segundos.

Dejé el móvil en el mueble y me apresuré en ir a la entrada de mi casa para poder abrirle. Al abrirle la puerta, una sonrisa se posó en mi rostro.

—Ey, pasa, pasa.

—Demoré porque traje esto— señaló su bolsa —Es sushi. Como sé que también te gusta...

Me reí —Me encanta, pero que no te vea Marta. Le pedí que no hiciera nada, pero está preparando un par de cosas para picar.

—Mejor, más para mi estómago. ¡Martita!

No pude evitar echarme a reír cuando Sebas le dió un abrazo efusivo a Marta. Ella apretujó su mejilla con una sonrisa.

—Pero mirá esa sonrisa— Marta le dijo —Un lindo pajarito me dijo por ahí que estás de novio, eh. Me da mucho gusto por vos.

—Yo tengo la sonrisa las bonita de todas. ¿Y te dijo ese pajarito que también está de novia?

Puse los ojos en blanco —Eres un chismoso.

—No fue necesario— respondió Marta —Pero sí, ya me lo contó también. ¿Dónde quedaron esos niños deprimidos por amor?

—Ya no existen— respondió Sebas —Ahora quedan dos adolescentes enamorados— suspiró.

Arrugué la nariz —Ugh, el amor definitivamente te tiene mal.

—Claro, y a vos no.

—Bueno, bueno, más amor y menos peleas. Vayan yendo al patio que ahí les llevo algo.

—Sos la mejor, Martita.

Me reí y le di un empujón a Sebas para ir al patio y deje a la pobre en paz. Me tumbé en el mueble y él puso la bolsa en la mesa antes de sentarse.

—Vos tenés suerte de tener a Martita— comentó.

—Lo sé— sonreí —Todos deberían tener una así de linda como ella.

Asintió —Yo tenía una Martita— comentó, con una sonrisa melancólica —Ahora, solo me quedan unas señoras que le van con el chisme a mi vieja. Te juro que no las soporto, pero no puedo hacer nada.

—¿Qué pasó con tu Martita?

—Tuvo que quedarse en su país— reveló.

—En Londres.

—Sí, en Londres.

Le di un par de palmaditas en el brazo —Bueno, te puedes venir a casa cuando desees. Aquí, Marta te recibirá siempre con los brazos abiertos.

En ese momento, Marta llegó con una bandeja y la colocó en la mesa, junto a la bolsa de sushi. Ella se había tomado la molestia de hacernos refrescos, le agradecimos y nos dijo que estaba pendiente por si necesitábamos o queríamos algo más.

Sebas y yo nos pusimos a comer.

—¿Estás feliz con Mar?— pregunté.

Su sonrisa creció —Sí. Muy feliz.

—Ella también está feliz de estar contigo— le dije y me miró —No te rendiste, eh.

—Me siento bien con ella.

Su mirada se iluminó y su sonrisa creció. Él estaba completamente enamorado de Mar, podía verlo ya con más claridad, aunque era algo que ya sabía. La verdad, me sentía feliz por ambos y deseaba que su amor siga creciendo.

Estuvimos platicando un poco más sobre cómo fue que Mar aceptó estar con él y como se sintió Sebas. Me preguntó sobre Simón y las risas no faltaron en nuestra charla, algo que realmente necesitaba para olvidarme de mis paranoias.

Nuestra charla se vió interrumpida cuando sonó su móvil. Escuché que soltó un quejido cuando leyó el nombre del contacto.

—Mamá— respondió —Estoy ocupado, ¿por qué no le pedís a las mucamas?— hizo una pausa —Mamá, no importa donde estoy ahora, estoy ocupado— dió un suspiro —¡No estoy con Mar! ¿Contenta? Estoy con Valentina, en su casa. ¿Qué importa si estoy en casa de Mar? Ya te dije, es mi novia— pausó y soltó otro suspiro —Basta, mamá, ya te dije que estoy un poco ocupado. ¿Por qué no dejas que termine y me voy a casa? ¿De acuerdo? Listo, adiós.

Lo vi colgar y frotar su cara con frustración.

—¿Todo bien?

—No, mi vieja solo me llama para controlarme. Me escuchó hablando con Mar— me miró —La cara de decepción que puso cuando se enteró que estamos de novios... pensé que estaría feliz por mí, pero me dijo que no estaba de acuerdo porque creía que era una... mejor, ni lo digo.

Fruncí mi ceño —¿Enserio?

—Sí— soltó una risa —Me da igual.

—La mamá de Simón piensa igual que la tuya.

—¿De vos? Nah, Corina te adora.

Negué —No, de los chicos del Hogar Mágico.

—Ah... sí.

—Me alegra que ustedes no piensen igual— sonreí, Sebastián asintió —He escuchando comentario sin sentido sobre los chicos en el colegio y... no sé, hay tanta gente que no tiene idea de cómo son ellos. Se dejan llevar por rumores— negué —Piensan que el vivir en un hogar los hace menos, y no es así.

—Son gente sin cerebro la que habla así, bombón.

—Totalmente de acuerdo.

Nos echamos a reír y retomamos nuestra divertida conversación. Pasamos más de una hora riendo de los malos chistes de Sebas y poniéndonos al día en todo lo que no nos hemos contado.

Lamentablemente, se tuvo que ir porque su mamá volvió a llamarlo y sabía que no lo dejaría en paz si no iba a su casa. Pobre Sebas.

Después de despedirlo, comencé a ordenar el patio para botar los desperdicios y llevar a la cocina todo lo demás. Cuando mi celular sonó una vez más, me sentí nerviosa, sobre todo cuando vi que se trataba de un número desconocido. Decidí responder y ver que pasaba.

—¿Hola?

—¿Cómo va, hija?

—¿Quién habla?

—Ya te lo dije, tu padre.

Puse los ojos en blanco —¿Qué quiere?

—Quiero que me superes. Para hacerlo, tenés que aceptar lo que sos, lo que tenés. Sos mejor que los demás y tenés otras cosas que lo demás no tienen.

—No sé de que habla y, honestamente, esto ya no es gracioso, nunca lo fue.

—Vos sos especial, hija, ya te lo dije.

Me enojé —¡No soy tu hija!

—Ya llegará el momento de conocernos. Creyeron que nunca lo haría, pero no podía ocultarte de mi toda la vida.

—¡Basta!

Colgué y tiré mi móvil al mueble, asustada. Esto no me gustaba nada, no era una broma graciosa. ¿Qué clase de persona hacia este tipo de cosas? ¡Un loco! Eso tenía que ser, un loco acosador.

Decidí dejar mi móvil en el patio por si me llamaba otra vez el acosador y entré a la casa con las demás cosas para llevarlas a la cocina. Marta me miró y se acercó a mi con un rostro de preocupación.

—¿Estás bien? Te noto un poco pálida.

Asentí, tratando de mostrarle una sonrisa —Oh, no te preocupes, me siento bien, enserio.

—¿Segura?

—Sí, enserio.

—Bueno, me avisás si te llegás a sentir mal, ¿vale?

Levanté una mano —Prometido. Estaré ordenando mi cuarto un poco, ¿de acuerdo?

—Está bien, pero me decís si te sentís mal, eh.

—¡Qué sí!— respondí y solté una risa.

Salí de la cocina y subí las escaleras de la casa para poder irme a mi cuarto. La llamada de aquel señor, solo sirvió para hacerme sentir peor e insegura. La manera en la que habló con tanta seguridad, causó un miedo en mí, sobre todo cuando me dijo que ya nos conoceríamos.

—A ver, Valentina, es un loco— me repetí —Eso, es un loco que no tiene vida propia. Relájate y deja de pensar en eso. ¡Basta!

Para despejarme un poco, decidí ordenar mi closet con un poco de música. Saqué los zapatos y toda la ropa que no usaba para donarla o regalarla porque era mucha la ropa que tenía ya. No pude evitar que una sonrisa se forme en mi rostro cuando encontré un álbum de fotos con algunas de las fotografías de cuando vivía en New York. ¿Como estarían por allá todo? Hablaba poco con mis amigos más cercanos, pero era difícil hacerlo solo por una pantalla.

Decidí meter mi álbum a mi baúl, dónde guardaba siempre lo más personal. Cuando lo abrí, pausé un segundo al ver una pequeña caja que no recordaba que tenía. Era el globo de nieve que alguien me dió aquel día de mi cumpleaños. Nunca supe quién.

Estiré la mano, lista para tomarlo, cuando escuché que alguien me llamaba.

—¡Valentina, te buscan!

Metí mi álbum de fotos al baúl y lo cerré para salir de mi cuarto, preguntándome quién sería. Cuando estuve en el último escalón, sonreí.

—¡Simón!— me lancé sobre él —Ey...

Simón sostuvo mi rostro entre sus manos y sonrió, para luego besarme.

—No sabía que vendrías.

—Te estuve llamando, pero no respondías y quería asegurarme de que estuvieras bien.

Me reí —Dejé mi móvil en el patio, disculpa. Sebas vino a verme y estuvimos charlando un poco.

—¿Sí? ¿Por qué vino a robarme a mi novia cuando tiene la suya?

—Eres un payasito— le di un pequeño golpe —Pero ven, salgamos a tomar un poco de sol.

—Dale.

Entrelacé mi mano con la suya y lo jalé para poder llevarlo al patio. Me senté a la orilla de la piscina y palmeé a mi lado para que él haga lo mismo.

—Estás hermosa.

Traté de no sonrojarme y solté una pequeña risa.

—Debes amarme mucho para que me veas hermosa vestida así— me señalé.

—Por supuesto que te amo— su mano se acerca a la mía —Pero enserio te ves hermosa.

Sonreí. Me miró fijamente, con ese par de ojos que me fascinaban y, luego, se inclinó hacia adelante y tocó mi collar, el mismo que me regaló el día de mi cumpleaños.

—Siempre lo llevo puesto— comenté, mirándolo.

—¿Siempre?

Asentí —Siempre. Solía llevar otro, pero decidí que era momento de guardar ese y usar este porque me encanta y es muy especial.

Simón sostuvo mi mano y besó mis nudillos con la misma delicadeza de siempre.

—Por cierto, no te conté, pero... mamá ya se enteró de lo nuestro— confesé.

—¿Se enteró? ¿Cómo así?

—Bueno, puede que no se haya enterado, le conté y se puso muy feliz. Quería decírtelo para que veas lo importante que es para mi lo que tenemos.

La manera en la que me sonrió hizo que algo en mi estómago revoloteara. Eran estos momentos así de pequeños, así de íntimos los que me encantaban.

Tenía mucho miedo de perderlo. Repito, tengo más inseguridades que las que dejo ver, y soy consciente de mis defectos, de todas mis inseguridades. Tengo voces en mi cabeza que me dicen que no puedo y no soy suficiente, por eso me cuesta un poco más creer que alguien como Simón pueda quedarse a mi lado.

Él es sol, yo soy lluvia de medianoche.

Continue Reading

You'll Also Like

73.4K 6K 36
Sinopsis Atrapado dentro del cuerpo de un NPC como el Príncipe de Nazarick, tendrá que vivir con los monstruos que deambulan dentro de esta terrible...
Su hombre. By Kat.

Short Story

1.4M 100K 74
Un hombre formal, trajeado, oficinista que siempre va a la misma cafetería a la misma hora con el mismo amigo. Una chica tímida, tatuada, peliazul, s...
6.4K 170 24
Hola bebés me moria de ganas de hacer una historia de Iván ... bien ... Maddy (imagínese ustedes) es la prima de los Benjamines... es muy parecida a...
1M 79K 53
A Inma le acaban de romper el corazón. Sin embargo, a pesar de no estar del mejor humor, termina saliendo de fiesta para celebrar el cumpleaños de su...