"WONDERWALL; Hermione Granger"

By August_dann

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❝ Y todos los caminos que tenemos que recorrer son tortuosos, y todas las luces que nos conducen allí nos est... More

"Prólogo"
El prisionero de Azkabán
⭑ "Primer trauma del año"
⭑ "Nuevas reglas"
⭑ "Draco y su mala suerte"
⭑ "El boggart del armario"
⭑ "Sirius Black"
⭑ "¿Augusta o Hermione?"
⭑ "El partido de Quidditch sale mal"
⭑ "Dia de hospital"
⭑ "Hogsmeade"
⭑ "Un nuevo Rosier"
⭑ "Disculpas y ranas de chocolate"⭒
⭑ "¿Cita?"
⭑ "Tú"
⭑ "Como una puesta de sol"⭒
⭑ "Bienvenida con postres a media noche"⭒
⭑ "Salamandras y un perro mañoso"
⭑ "Amelie contra Ravenclaw"
⭑ "Una perfecta heredera"
⭑ "Me besaste"
⭑ "Tejones contra Aguilas"⭒
⭑ "Como hacer enojar a un Rosier. By: Draco Malfoy"⭒
⭑ "Black odia a los pelirrojos"
⭑ "¿Potter perdió la cabeza?"
⭑ "Copa de Quidditch"
⭑ "Predicción"
⭑ "Un perro, dos gatos y una rata"
⭑ "Accidentalmente asesine a mi profesor de pociones"
⭑ "El secreto de Hermione"
⭑ "Plumas de azúcar"
El cáliz de fuego
⭑ "Beautiful girl"
⭑ "Starry eyes"
⭑ "Happy birthday, Amelie"
⭑ "Dollhouse"
⭑ "Sunlight"
⭑ "Un ángel en el infierno"
⭑ "Comida hecha de esclavitud"
⭑ "Los increíbles hurones botadores"
⭑ "Maldiciones Imperdonables"
⭑ "Feliz cumpleaños, Granger"
⭑ "Enemigo con rostro bonito"
⭑ "¿Ojoloco Moody?"
⭑ "Potter, the flying boy"
⭑ "Smithereens"
⭑ "When you know, you know"
⭑ "Problemas, problemas y más problemas"
⭑ "Desamor"
⭑ "Juramento Inquebrantable"
La Orden del Fénix
⭑ "Casa Black"
⭑ "Regulus A. Black"
⭑ "Slytherin, Gryffindor and Ravenclaw"

⭑ "Patronus"

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By August_dann


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La mañana del jueves Amelie se despertó con los ánimos por el suelo y sus amigos lo notaron, sin embargo, no mencionaron nada al respecto.

Hoy sería el gran día en que tomaría su primera clase contra dementores, guiada por el profesor Lupin.

Amelie había pasado los últimos días imaginando los posibles escenarios con los que se encontraría, y aunque estaba un poco asustada por no hacerlo bien, también tenía muchas ganas de empezar.

Nunca había tenido clases sobre hechizos con alguien más que no fuera su abuelo, el hombre siempre estaba empeñado en mostrarle magia útil que creía necesaria para ella; eso si, sus métodos no eran los mejores, solía ser muy estricto y cada error que ella cometía siempre terminaba con un golpe de su bastón, ya sea en la mano o en la espalda.

Por supuesto, con el pasar de los años se había acostumbrado a eso, y cada trabajo que realizaba tenía que ser perfecto o si no entonces no valía la pena en absoluto.
Otra cosa que la diferenciaba de su hermano mayor, quien no había tenido que pasar por nada de lo que ella si, tal vez por eso era tan relajado la mayoría del tiempo, mientras que ella aprendió a reprimir su forma de ser, optando por una personalidad más seria, más correcta como lo llamaría su madre.

A pesar de que era alguien tan explosiva como Robyn.

Esa era una de las razones por las que le agradó tan rápido la niña, quería protegerla de todo lo malo si fuera posible, deseaba que la luz que desprendía no se apagara tan pronto, y que sus días en Hogwarts fueran tan agradables para que los recordara en los meses oscuros cuando regresaba a casa con su propio padre.

Así como ella los recordaría cuando estuviera en su hogar.

Suspiró por tercera vez consecutiva cuando se dio cuenta de que volvió a divagar en sus pensamientos, se suponía que tenía que tener una mente tranquila, sobretodo ahora que su querido capitán de Quidditch llego con la grandiosa noticia del partido próximo contra Ravenclaw.

Amelie casi había escupido su té cuando él apareció de la nada y sentó a su lado golpeando su espalda con más fuerza de la debida; los otros Slytherin de su equipo se esparcieron por toda la mesa.

"¡Ya verás que ganaremos, tenemos mejores jugadores!" Exclamó animadamente Flint masticando su manzana.

"¿Así?" Murmuro insegura la pelinegra pasando su vista de él a su hermano quien se encogió de hombros burlón.

"¡Por supuesto!, además tenemos tu increíble saeta de fuego"

Abrió la boca indignada, claro que su escoba hacía maravillas, sin embargo, si ella no sabía manejarla entonces no servía de nada.

No pudo soltar un comentario sarcástico porque él la tomó bruscamente del mentón.

"Mira eso" murmuro llevando su vista hacia la mesa de las águilas, donde todos comían con normalidad.

"¡Oye, quita tus manos asquerosas de ella!" Exclamó Draco con desagrado, pero ninguno le prestó atención.

"Ese de allí es Michael Corner uno de los cazadores principales"

Amelie lo miro detalladamente era un chico bastante alto y corpulento, tenía una cara espeluznante como si de repente fuera a cometer un homicidio, definitivamente daba escalofríos.

"Es muy grande, ¿es siquiera humano?" preguntó volviendo acomodarse en su lugar, y lanzándole una sonrisa pequeña a Draco, quien seguía mirando al Slytherin mayor con cara de pocos amigos.

"Espero que si, de todas maneras él no es muy rápido" se encogió de hombros. "Pero es muy probable que te tire de tu escoba si te le pones enfrente"

"Eso no me ayuda en nada" frunció el entrecejo al niño mayor quien agrandó su sonrisa.

"Por eso estoy aquí, ¡vamos a ir a entrenar" exclamó poniéndose de pie y con un movimiento de cabeza todos los miembros del equipo se levantaron.

"¿Ahora?, pe-pero todavía no me como mi pastel" señaló mirando con ojos de cachorro a su capitán, quien le restó importancia con la mano.

"¡Vamos, puedes comerlo después!" Declaró ignorando los ojos que le estaba poniendo.

Con un movimiento rápido la tomó del suerte para empezar arrastrarla hasta el campo, Amelie estiró las manos para intentar tomar su pedazo de pastel pero fue imposible cuando se vio alejada de él.

Lo único que le quedo fue mirarlo hasta que lo perdió de vista.

Igual que cierta chica castaña que desde que llegó la niña con su gatita al gran comedor, sus ojos avellana estuvieron puestos en ella todo el tiempo, observando la manera en que sonreía, o la manera tan delicada en que acariciaba a su mascota, e incluso la forma graciosa en que se la llevaron a rastras del gran comedor.

Hermione nunca pensó en dejar de lado un libro solo para ver a una chica.

Una a la cual apenas empezaba a conocer.

Aquellos sentimientos la hacían sentir tonta, tan ridícula, sin embargo su madre le había dicho que eso estaba bien, que un primer enamoramiento es una emoción que nos recorre cuando nos encontramos con alguien que, al mirarnos, nos hace sentir que existimos.

Y Amelie fue esa persona para ella, desde el día uno cuando sus ojos se encontraron en la estación del tren, Hermione nunca creyó en el amor a primera vista, pero parecía como si aquellos orbes grises estuvieran destinados a mirar los suyos.

Y desde entonces la atrajeron a observarla cada vez que podía, aunque sabía que era algo incorrecto porque ambas vivían en un mundo completamente diferente.

Amelie era una sangre pura, linda e inteligente que probablemente terminaría con alguien tan tonto como Draco, mientras que ella se dedicaría a culminar sus estudios para poder demostrar que los hijos de muggle eran tan valiosos como cualquier mago, y que ella no solo era una sangre sucia como la sociedad purista la veía, de la que para su mala suerte Amelie pertenecía.

No obstante, su mente constantemente imaginaba una posibilidad con la niña de ojos grises, tal vez era lo prohibido o su personalidad coqueta y directa que la  embriagaba tanto, pero se la pasaba pensado en ella, incluso cuando no estaba presente.

Y aquí lo más importante era y es: ¿si Amelie puede corresponder sus sentimientos?, ¿O tendrá que pasar la vida entera fingiendo no sentir nada?.

Después de todo, Amelie era demasiado divina para su mente humana.

Hermione parpadeó un par de veces para ajustar su vista ahora en una pequeña gatita que había interrumpido sus pensamientos profundos. Augusta maulló hasta obtener su atención, había llegado con ella luego de que su dueña la abandonara para ir a su entrenamiento.

"Hola Gus, ¿quieres venir conmigo a la biblioteca?" Murmuro mientras pasaba sus dedos por el suave pelaje blanco del animal.

Recibió una respuesta afirmativa cuando empezó a ronronear bajo su toque, Hermione sonrió y cuando levantó la vista se encontró con los ojos de Orion, quien le sonrió enormemente para después saludarla con la mano, sin importarle que sus amigos siguiera ahí.

Hermione le dio una sonrisa torcida, cuando de repente Cristina le dio un manotazo al niño con una mueca, y parecía que habían empezado a tener una pequeña discusión, la cuál no quería presenciar, por lo que tomó su libro y salió del gran comedor con la pequeña gatita de cerca.

                            
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Amelie había salido corriendo de su sala común, desde hace diez minutos se suponía que estaría en la clase con Remus, pero su día fue tan ajetreado que apenas le dio tiempo de bañarse.

Después de que se vio arrastrada por su capitán hacia el campo de Quidditch, tuvo un entrenamiento agotador donde él, los obligó hacer ejercicios físicos y ella los detestaba por completo, sin embargo, no tuvo de otra más que hacerlos.

Su cuerpo quedó tan adolorido que hasta correr se le dificultaba, a pesar de eso, se las arregló para salir a toda prisa hacia el aula de historia de la magia, donde se supone que vería al profesor Lupin y a Potter.

Amelie no estaba muy emocionada de verlo, después del extraño suceso en la oficina de Dumbledore no volvieron a compartir ninguna palabra.

Esperaba que al menos él no fuera tan malo como la última vez.

Apresuró su paso cuando pudo ver la puerta del aula, respiro por un momento tratando de calmar su respiración.

"Esperaremos un momento a alguien más" hablo el profesor Lupin, y Amelie vio el momento correcto para hacer su aparición.

Toco con suavidad la puerta y no tardo ni dos segundos en ser abierta por el hombre mayor, quien suspiró de alivio al ver que si era ella.

"Por un momento pensé que no vendrías" se rio ligeramente nervioso y la invito a pasar con un movimiento de mano apresurado.

"Lamento mi impuntualidad profesor, tuve un día ocupado" se aclaró la garganta y miro hacia el lado izquierdo donde Harry estaba parado torpemente. "Hola Potter, siempre es un gusto verte" le dio una sonrisa torcida que fue devuelta.

Amelie se adentró en el gran salón y Lupin les dio una mirada de confianza antes de aplaudir para llamar su atención, entonces la niña se dio cuenta de la caja que estaba colocada en medio de la mesa del profesor Binn.

"¿Qué es?" preguntó Amelie.

"Otro boggart" dijo Lupin, quitándose la capa "He estado buscando por el castillo desde el martes y he tenido la suerte de encontrar éste escondido dentro del archivador del señor Filch. Es lo más parecido que podemos encontrar a un auténtico dementor. El boggart se convertirá en dementor cuando vea a Harry, de forma que podrán practicar con él y guardarlo en mi despacho cuando no lo utilicemos; bajo mi mesa hay un armario que le gustará."

"De acuerdo" dijo Harry, haciendo como que no era aprensivo y satisfecho de que Lupin hubiera encontrado un sustituto de un dementor de verdad.

Amelie lo miro de reojo notando sus ligeros nervios, el niño de lentes no era muy bueno disimulando.

"Así pues..." el profesor Lupin sacó su varita mágica e indicó a los dos que hicieran lo mismo "El hechizo que trataré de enseñarte es magia muy avanzada... Bueno, muy por encima del Nivel Corriente de Embrujo. Se llama «encantamiento patronus»."

Aquel nombre le resultaba bastante familiar, y entonces recordó que su padre regularmente lo usaba cuando no estaba en casa, podía hablar y trasmitir un mensaje por medio de él sin ningún inconveniente como suele ser con una lechuza.

E incluso sus propios mensajes eran entregados solo a las personas destinadas, como en su caso que solo llegaba directamente a su habitación, siendo un águila la que se aparecía frente a ella.

"¿Cómo es?" preguntó Harry nervioso.

"Bueno, cuando sale bien invoca a un patronus para que se aparezca"explicó Lupin

"Es una especie de antidementor; ¿no?, un guardián que hace de escudo entre el dementor y tú" interrumpió al profesor para explicar lo que sabía por medio de libros.
"El patronus es una especie de fuerza positiva, una proyección de las mismas cosas de las que el dementor se alimenta: esperanza, alegría, deseo de vivir... y no puede sentir desesperación como los seres humanos, de forma que los dementores no lo pueden herir." recito como si lo hubiera grabado en su memoria solo para decirlo en esta ocasión.

Se aclaró la garganta ligeramente avergonzada por las miradas que ambos le estaban dando.

Remus la miro con la boca ligeramente abierta, asintiendo satisfecho ante sus palabras; mientras que Harry tuvo la ligera impresión de que Hermione la había poseído o algo así.

"Si, es correcto, pero tengo que advertirles algo, el hechizo podría resultarles excesivamente avanzado. Muchos magos calificados tienen dificultades con él."

"¿Qué aspecto tiene un patronus?" dijo Harry con curiosidad.

"Es según el mago que lo invoca"

Amelie pensó un momento en sus palabras e imagino qué tipo de patronus tendría, debía tener uno genial como un dragón, o una serpiente; seria demasiado malo para ella si de repente apareciera una rata igual de fea que la de Weasley, totalmente ofensivo.

"¿Y cómo se invoca?"

"Con un encantamiento que sólo funcionará si te concentras con todas tus fuerzas en un solo recuerdo de mucha alegría."

La pelinegra frunció sus labios tratando de recordar algo positivo, algo que la marcara por completo, y entonces sonrió cuando un recuerdo de su infancia la invadió.

Era de ella y su hermano mayor en un verano caluroso cuando su padre los había llevado de paseo a un lago, se suponía que estarían de vacaciones en un lugar lujoso, sin embargo, Laurent había cambio los planes cuando supo que su esposa no los acompañaría.

Llevándolos así hasta una cabaña cerca de árboles frondosos donde el aire era tan agradable que Amelie había decidido vivir ahí cuando fuera mayor, y su hermano inmediatamente se apuntó sin invitación, así que ambos acordaron que cuando tuvieran la edad necesaria escaparían de casa para vivir la libertad que deseaban.

Con ese recuerdo en su memoria sonrió ampliamente.

"¿Están listos?" Preguntó y una vez que ambos asintieron comenzó a mover su varita para que lo siguieran.
"El encantamiento es así" Lupin se aclaró la garganta: ¡Expecto patronum!"

"¡Expecto patronum!" repitió Amelie entre dientes "¡Expecto patronum!"

Harry a su lado haciendo las mismas acciones aunque menos seguras.

"¿Están concentrados en su recuerdo más feliz?"

"Sí..."contestó Harry, obligando a su mente a que retrocediese hasta aquel primer viaje en escoba. "Expecto patrono, no, patronum... perdón... ¡Expecto patronum! ¡Expecto patronum!"

Amelie murmuro más despacio aquel encantamiento dejando que la magia fluyera por su cuerpo hasta su varita, e incluso pudo sentir como su collar empezaba a volverse pesado en su cuello.

De repente, como un chorro, surgió algo del extremo de su varita. Era como un gas plateado.

Amelie abrió los ojos emocionada y jalo a Harry del brazo para que viera lo que había hecho, como un niño mostrándole un triunfo a su padre:

"¡¿Viste eso? fue impresionante ¿a qué si?!"

"¡Maravilloso Amelie!" Remus le dedicó una mirada orgullosa.

"Fue increíble" mencionó Harry con los ojos ligeramente brillosos mientras aún miraba el pequeño gas plateado que se disolvía en la habitación.

"Vamos inténtalo tú Harry" movió el brazo del niño para incitar a que hiciera lo mismo y el asintió algo dudoso.

Después de unos minutos hizo el mismo logro que ella, aunque menos brillante, tal vez se debía a que él recuerdo de Harry volando por primera vez en escoba no era tan fuerte como el sueño de la libertad que Amelie tanto deseaba.

Una niña como ella no debería si quiera pensar en eso aún.

"Lo hicieron increíble" se movió hasta posicionarse enfrente de la caja. "Bien, entonces... ¿están preparados para probarlo en un dementor?"

Ambos algo dudosos asintieron con la cabeza incapaz de pronunciar palabras.

Amelie apretó su varita en su mano, cada músculo de su cuerpo estaba ahora en tensión.
Si algo salía mal tal vez tendría que enfrentarse a la figura de su abuelo, y probablemente está clase terminaría siendo de "cómo enfrentar a su mayor miedo y no hacerse bolita en el proceso"

"Bien, vamos Harry acércate, lo harás tú primero ¿de acuerdo?" El pelinegro se acercó lentamente con su varita levantada.

Lupin cogió la tapa de la caja de embalaje y tiró de ella. Un dementor se elevó despacio de la caja, volviendo hacia Harry su rostro encapuchado. Una mano viscosa y llena de pústulas sujetaba la capa.

Amelie se hizo para atrás por instinto alejándose ligeramente de Harry, pero al igual que el su varita estaba apuntando al dementor.

Las luces que había en el aula parpadearon hasta apagarse. El dementor salió de la caja y se dirigió silenciosamente hacia Harry, exhalando un aliento profundo y vibrante. Una hola de intenso frío se extendió sobre él.
"¡Expecto patronum!" gritó Harry "¡Expecto patronum! ¡Expecto..!"

Pero el aula y el dementor desaparecían. Harry cayó de nuevo a través de una niebla blanca y espesa, la voz de su madre resonó en su cabeza, más fuerte que nunca...

El dementor entonces se giró hacia ella, pero antes de cualquier cosa pasara el profesor Lupin se interpuso en su camino, logrando que ahora en lugar de un horrible dementor estuviera una especie de globo plateado.

Amelie solo pudo mirarlo unos segundos antes de que su vista fuera hacia Harry en el piso, se agachó con cuidado escuchando como el profesor Lupin gritaba "Riddikulus" y guardara de nuevo el boggart en la pequeña caja.

"Oye Potter, despierta" murmuro mientras le daba ligeras palmadas en las mejillas, y como si eso fuera suficiente él despertó. Parpadeó un par de veces para ajustar su vista en la niña que le ofrecía un trozo de chocolate, mismo que le había entregado Lupin para él.

"Lo siento" musitó, incorporándose y notando un sudor frío que le corría por detrás de las gafas.

"¿Te encuentras bien?" le preguntó Remus.

"Sí..." murmuro avergonzado y tomó el trozo de chocolate que ella le tendía.

Para levantarse, Harry se apoyó primero en un pupitre y luego en Amelie, quien lo sujetó firmemente.

"Cada vez es peor" musitó Harry, mordiendo la cabeza de la rana. "Esta vez la he oído más alto aún. Y a él... a Voldemort..."

Amelie trago en seco, el terror se manifestó en su cara.
Lupin estaba más pálido de lo habitual.

"Harry, si no quieres hacer esto, esta bien lo entiendo..." susurro la niña, dando a entender que ella no podía hacer nada sin él.

"¡Sí quiero!" dijo Harry con energía, metiéndose en la boca el resto de la rana "¡Tengo que hacerlo! ¿Y si los dementores vuelven a presentarse en el partido contra Hufflepuff? no puedo caer de nuevo. ¡Si perdemos este partido, habremos perdido la copa de quidditch!, además tu también lo necesitas"

Amelie se sintió un poco halaga, después de todo sería él quien recibiría todo el ataque del dementor.

"De acuerdo, entonces..." dijo Lupin. "Tal vez quieras seleccionar otro recuerdo feliz. Quiero decir; para concentrarte. Ése no parece haber sido bastante poderoso..." miro a la pelinegra unos segundos antes de mover su mano para que se acercara. "Esta vez quiero que también lo intentes tu"

Remus posicionó a Harry enfrente de Amelie ambos con la varita empuñándola con fuerza.

"¿Preparados?" preguntó Lupin, sujetando la tapa de la caja.

"Preparado" repitió Harry tratando de parecer valiente enfrente de la niña.

Amelie solo asintió tratando de embriagarse con la felicidad de su propio recuerdo feliz.

"¡Ya!" gritó Lupin, levantando la tapa.

El aula volvió a enfriarse y a quedarse a oscuras. El dementor avanzó con su violenta respiración, abriendo una mano putrefacta en dirección a Harry.

"¡Expecto patronum!" Harry fue el primero en gritar.

"¡Expecto patronum!" Exclamó Amelie levantado su varita con los ojos cerrados con fuerza, a su mente llego la suave risa de su hermano seguida de la suya.

Y eso fue suficiente, para que la misma luz plateada apareciera por la punta de su varita. Amelie sintió que la calma invadía su cuerpo por lo que se permitió abrir los ojos, para ver cómo el dementor se alejaba de ellos debido a la reluciente luz, siguió de pie aunque sentía sus piernas de mantequilla.

En cambio Harry se había desmayado en el piso por segunda vez, provocando que le dementor cambiara su forma a la de Alphonse Rosier.

Y como la vez anterior en profesor Lupin la empujó suavemente para pararse enfrente del boggart.
Amelie volvió a cerrar los ojos con fuerza para tomar un par de respiraciones que la tranquilizaron.

Miro a Harry quien seguía tirado en el piso.

"Vamos Potter, no es momento de una siesta" lo pateo con él pie pero el niño parecía medio muerto.

Para cuando Harry se despertó, Amelie estaba sentada en el piso a su lado disfrutando de una rana de chocolate, parecía que se había olvidado que él seguía desmayado.

"Harry, por fin despiertas" mencionó Lupin con un suspiro de alivio. "Tal vez deberíamos dejarlo por hoy. Este encantamiento es demasiado avanzado... No debería haberte puesto en este trance..."

"No" repuso Harry. Se volvió a levantar y le arrebató el chocolate a la niña para metérselo a la boca "Si Amelie lo logro yo también puedo, ¡lo volveré a intentar! No pienso en cosas bastante alegres, pero esta vez será diferente..."

La ojigris quien estaba un poco ofendida por el robo de Potter, pero también pensó que era alguien realmente valiente y decidido.

Remus compartió una mirada con Amelie, quien se encogió de hombros sin saber qué decir.

Harry lo intento una vez más, a diferencia de ella quien prefirió observarlo de lejos con la caja llena de ranas de chocolate que Remus le ofreció.

Al final del día, el pelinegro fue capaz de conseguir hacer lo mismo que la niña, con la diferencia de que quedó más abatido de lo normal, sin embargo, estaba feliz por su logro.

"¡Eso fue Estupendo! dijo Lupin, yendo hacia donde estaba Harry sentado "¡Estupendo, Harry! Ha sido un buen principio."

"¿Podemos volver a probar? Sólo una vez más."

"Ahora no" dijo Lupin con firmeza. "Ya has tenido bastante por una noche. Ten..." Ofreció a Harry una tableta del mejor chocolate de Honeydukes. "Cómetelo todo o la señora Pomfrey me matará. ¿El jueves que viene a la misma hora?" Miro a los dos niños quien asintieron al mismo tiempo.

"Vale" dijo Harry. Dio un mordisco al chocolate y vio que Lupin apagaba las luces que se habían encendido con la desaparición del dementor. Se le acababa de ocurrir algo "¿Profesor Lupin?" preguntó "Si conoció a mi padre, también conocería a Sirius Black."

Ante la mención de aquel hombre, Amelie casi se atraganta con su chocolate, ¿por qué demonios tenía qué hablar de él?"

Lupin se volteo con rapidez, y miro un segundo a la pelinegra para después volver a poner su atención en Harry, que lo miraba atentamente.

"¿Qué te hace pensar eso?" Hablo severamente.

"Nada. Quiero decir... me he enterado de que eran amigos en Hogwarts."

El rostro de Lupin se calmó

"Sí, lo conocí" dijo lacónicamente, su voz sonando rencorosa para los oídos de Amelie, quien se había quedado quieta en su lugar. "O creía que lo conocía. Será mejor que se vayan, se hace tarde.

Ambos se despidieron del profesor Lupin, no sin antes la pelinegra le pidiera un par ranas de chocolate para llevárselas a Theo.

Caminaron en un incómodo silencio por el pasillo, Harry jugaba nervioso con su varita, teniendo en mente disculparse con la niña.

"Si vas a decirme algo dímelo ahora Potter" hablo mirándolo de reojo, logrando que Harry girara la cabeza rápidamente.

"¿Cómo supiste?" preguntó nervioso.

"No se, lo sentí" se encogió de hombros ligeramente.

Volvieron a quedarse en silencio, ambos sentían una ligera conexión que no podían explicar, pero a diferencia de Hermione, la pelinegra no sentía la necesidad de estar tan cerca de Harry.

"Lo siento, ya sabes..." murmuro mirando el piso.

"Lo sé, y esta bien" respondió de la misma manera.

Atravesaron un corredor y se detuvieron enfrente de una armadura.

"¿Así de fácil?" Preguntó desconcertado una vez se detuvieron en el pasillo para que Harry pudiera terminar con su pedazo de chocolate.

"¿Si?, quiero decir estabas molesto lo entiendo, sin embargo, si vueles hacer así de grosero no dudaré en decirle a Deus que pinte toda tu ropa de color verde" hablo tratando de sonar lo más seria posible.

Harry se rio en silencio pensando que era una broma, pero la niña de verdad hablaba en serio. "Me alegra escuchar eso, creo que Ron está equivocado respecto a ti"

Amelie bufó divertida, pero no dijo nada al respecto prefiriendo guardarse los malos comentarios hacia Ron.
Cuando Harry acabo de comerse el chocolate, volvieron a retomar el mismo camino hacia el gran comedor para la cena.

"Entones Potter, me enteré que recibiste una saeta de fuego" le preguntó para tratar de romper la tensión.

"Algo si, pero ya no la tengo conmigo" arrugo la nariz con molestia, evitando decir que fue culpa de Hermione, y Amelie ya lo sabía solo quería ver que tenía el para decir.

"Que triste" murmuro.

Si Harry estaba deprimido antes por no poder hacer bien un patronus ahora lo estaba más, al recordar que el próximo partido se acercaba y él no tenía escoba.

Antes de que pudieran llegar al pasillo que conducía al comedor, Amelie lo detuvo poniendo una mano frente a él, el niño la miro con confundido por su extraña sonrisa en la cara.

"¿Qué te pasa?" preguntó alzando ambas cejas.

"Dime cuatro ojos, ¿te gustaría probar una saeta de fuego?" Exclamó con emoción quitando su mano para empezar a caminar directo a su sala común.

"¿Ahora?, ¿a dónde vas?" le preguntó cuándo vi que le dio la espalda.

"Por mi saeta tonto, ¿no quieres usarla?"

"¿De verdad?" Preguntó entusiasta. "¿Pero no tendremos problemas por eso?"

Amelie se dio la vuelta para verlo, y le sonrió con burla, el grandioso Harry Potter no quería meterse en problemas. ¡Vaya hipocresía!.

"¿Quieres o no?" se cruzó de brazos para esperar un a respuesta afirmativa, que no dudó en llegar.

"¡Por supuesto! quiero decir si me gustaría"

"Bien, entonces te veo en el campo de Quidditch" le sonrió con emoción para después salir corriendo.

Harry la miro irse, y dudó ni dos segundos en sacar el mapa del merodeador para empezar a correr hacia el campo de Quidditch.

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Harry se encontraba esperando pacientemente en los vestidores, tenía su varita en la mano por su algo pasaba, se suponía que no debía estar ahí, y era probable que Ron ya estuviera preguntado por el, pero sus ganas de montar una saeta era mucho más grandes que ahora mismo no le importaba en absoluto.

Amelie llegó unos segundos después, en su mano llevaba aquella bonita escoba que usaría en el próximo partido contra las águilas, del cual estaba completamente nerviosa.

Se quitó el sudor con la mano antes de levantarla con las dos manos para que el pelinegro pudiera observarla mejor.

"¿Es bonita verdad?" Se la estiro a Harry para que la tomara y lo hizo con los ojos ligeramente brillosos.

"Demasiado" murmuro.

"Aunque tiene unos pequeños rasguños por lo qué pasó la última vez" ladeó la cabeza viendo como Harry la sostenía, como si fuera de vidrio y pudiera romperse en cualquier momento.

Tal vez se debía a que ella estaba acostumbrada a cosas que los demás no tienen, que ahora ya no les tomaba el suficiente aprecio.

"Súbete en ella, no tenemos toda la noche" lo incitó con la mano.

Harry la miro y asintió rápidamente con la cabeza, después de varios intentos había dominado perfectamente la manera en que tendría que subirse, ahora lo difícil era si podía manejarla en el aire. 

Amelie lo observo atentamente, pensado que si Robyn pudo, el también podría.

Y tuvo razón porque después de veinte largos minutos Harry iba de un lado a otro en el campo de Quidditch mientras que Amelie se había puesto a dar pequeños brincos en círculos gritando que fuera más rápido, y Harry no era nadie para negarse.

Se sentía exactamente como la primera vez que había montado una escoba solo que con la diferencia de que en esta ocasión había una niña ruidosa gritando su nombre sin parar.

"¡Potter, Potter!" Coreaba marchado en círculos como soldado, las luz de sus varitas era lo único que la iluminaba, si alguien apareciera de repente seguramente pensaría que estaba haciendo una especie de ritual para la lluvia.

Todo pasaba de maravilla hasta que de repente alguien llegó desde las sombras:

"¡Oigan ustedes dos, ¿que están haciendo?!" Gritó la voz de Snape desde el otro lado del campo, llamado la atención de ambos.

Amelie detuvo su ritual y se puso más blanca de lo normal, si es que era posible.

"Oh no, ¡bájate ahora!" Movió las manos en dirección a Harry quien ya había empezó a descender, la niña tomó las dos varitas y jalo a Harry del suéter.

Ambos se fueron corriendo detrás de las gradas con la intención de esconderse, pero Snape ya había llegado ahí, por lo que Amelie no tuvo otra opción más que empujar a Harry dentro del armario de escobas, mientras que ella entraba en el otro lado donde estaban las cosas de limpieza de Argus.

"¡Muéstrense!" Exclamó levantado su varita e iluminado el lugar.

Amelie asomó la cabeza a través de la puerta, dándose cuenta de Harry ya tenía la suya a fuera con las gafas desarregladas por salir corriendo.

"¡Bien, si no van a salir yo mismo los sacaré" se detuvo unos segundos a observar todo el lugar.

La ojigris entonces tuvo que pensar en algo rápido, algo seguro, y que mejor manera de mostrar los hechizos extraños que su hermano en ocasiones le mostraba.

Sacó su varita con cuidado, sintiendo la mirada asustada de Potter quien por otro poco y se come las uñas con ansiedad.

Pronunció con cuidado en un susurro:
"Obliteración"

De pronto del otro lado de las gradas unas huellas de pies aparecieron como si alguien hubiera salido corriendo, alguien invisible.

"¡Sabía que eras tú Potter!" Exclamó con amargura antes de salir corriendo para perseguir las huellas.
Esperaron unos minutos, y una vez que no escucharon nada más salieron con cautela.

"¿Salió bien no?" Hablo la niña con una sonrisa. Harry suspiró cansado pensando que solo había salido bien para ella.

"Oh si claro, para alguien que no tiene una capa de invisibilidad" murmuro para si mismo.

Los dos niños caminaron a paso rápido hasta el gran comedor, donde era probable que la cena estuviera a punto de terminar, pero si no aparecían Snape sabría quienes estaban en el campo de Quidditch, o algo así.

Amelie era quien se salvaría de un castigo, ya que el profesor culparía a Weasley por ser la mano derecha de Harry en todo.

Cuando llegaron a las grandes puertas, Harry le agradeció por dejarlo montar en su escoba. Amelie solo se limitó a sonreír en grande antes de darle palmadas en la espalda justo como Flint le hizo a ella en la mañana.

Harry entró siendo recibido por Ron, quien lo cuestionó por llegar tarde, y por su extraño dolor de espalda.

Amelie en cambio se dejó caer ruidosamente en su lugar, ignorando por completo las miradas de sus amigos para empezar a comer con toda la confianza, si bien no le gustaba comer con la ropa sucia, esta vez lo dejo pasar solo porque se sentía feliz.

Cristina quien estaba más acostumbrada a que su amiga de repente desapareciera toda la tarde, y apareciera con suciedad, se limitó a tomar el pañuelo de su bolsillo para después pasarlo con delicadeza por las mejillas de la niña, quien a diferencia de cuando Draco lo hizo, se dejó consentir por su "mejor amiga"

Amelie se quedó quieta mientras Cristina pasaba el pañuelo por él puente de su nariz, y cuando noto que se había quedado quieta en esa posición, giró la cabeza para encontrase con los ojos celestes que la miraban de manera brillosa.

"¿Qué?" preguntó con una sonrisa ladeada.

Cristina se aclaró la garganta, alejando su mano y llevando su vista hasta su plato vacío. "No es nada" murmuro.

La pelinegra le restó importancia siguiendo con su cena. Pero Orion no, por lo que cuando la rubia levantó la vista, él no dudó el lanzarle miradas coquetas que tenían otra intención.

Cristina bufo divertida antes de recargarse en su mano para mirar a su amiga, que ahora peleaba con Theo por una pieza de pastel, que ni siquiera se había dado cuenta de los ojos que la miraban.

Pero una castaña del otro lado de comedor si lo noto, y ahora más que nunca sus esperanzas estaban por el piso.









-Este capítulo no salió como esperaba, lo siento si tarde en publicarlo, pero no me convencía.

-Por cierto, si les parece extraño que Amelie realizara el patronus tan rápido, se debe a que la felicidad de la libertad soñada es muy grande para ella, aunque de todas maneras no será capaz de hacer un patronus corpóreo hasta el quinto libro.

Pd: el hechizo que Amelie uso con Snape, en realidad sirve para borrar las huellas, Hermione lo usa dos veces, siendo una cuando ella y Harry van al valle de Godric, sin embargo, cambie eso para que pudiera utilizarse de las dos formas, ya que será primordial para el sexto año.

Gracias por leer <3

Número de palabras: 5394

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