Se dirigían a la arena de combates tomaba el brazo de ragnark caminando lado a lado, sus hijos hablaban sobre los combatientes y el tipo de habilidades qué tenían, le gustaba que aun con todos los problemas ellos parecían disfrutar de los eventos, también la preocupaba un poco qué tuviesen una posición tan tranquila al respecto.
"Escuche que la compañera de Arandel lleva varios días indispuesta"
Bendecidas cuerdas vocales, como le gustaba la voz vibrante de este hombre le daba ganas de ronronear.
"¿no es eso extraño, su majestad la reina esta indispuesta pero no es comidilla entre los nobles?"
"No han aceptado las visitas, el médico real no da respuesta clara de la enfermedad"
"Un heredó tal vez"
"Poco probable"
"¿Qué opinas?"
"Resulta bastante oportuna la enfermedad de su majestad"
Ciertamente lo era, le daba la excusa perfecta para inasistir a todo tipo de eventos importantes, eso explicaba también por que hacía tiempo que no la veía. Lo más extraño sucedió hace unos días cuando se cruzaron, la mujer se veía demacrada como si hubiese sido sometida a torturas diarias, sus ojos vacíos y resignados le causaron preocupación, no se veía como aquella chica alegre que conoció la primera vez. Le preocupaba como menos de un mes en el reino demoníaco la hicieron cambiar tanto. Se preguntó que la hacía verse así, pero en cuanto cruzaron miradas la chica huyó como si, solo verla fuera pecado. Se pararon cuando algunos jóvenes saludaron a sus niños, los nobles alrededor tomaron la oportunidad para saludarlos. Observó la interacción de sus hijos.
"¿Que ha dicho el rey sobre la salud de su esposa?"
El silencio en ragnark fue extraño "¿estaba tan mal el rey por su compañera?" pensándolo bien, si ellos compartían un vínculo completo ¿no compartían también el dolor y enfermedad? ¿Era eso posible? Levantó la mirada al escuchar las risas de los niños, sus amigos se habían unido al palco para observar con ellos. Se detuvieron antes de entrar. Levanto la mirada para encontrar la de ragnark, su rostro y ojos serios le devolvieron la mirada. Se inclinó hacia el toque de la mano masculina cuando lo sintió en su mejilla.
"El no se veía bien"
"¿Que te preocupa?"
"Siento..."
Su voz se perdió debido a sus pensamientos inconclusos, el toque en su mejilla bajo a su cuello, su pulgar pasó por sus labios, su mirada violeta bajo al mismo lugar, pero no la veía, ragnark estaba luchando con sus propios pensamientos. Levantó su propia mano y la dejo sobre la de su esposo en su cuello. Los ojos violeta dejaron sus labios para volver a los suyos, el tono de su voz baja le dijo mucho más que la frase misma.
"Siento que estoy perdiendo a mi amigo"
Aún con la parte ciega en su vinculo, sintió la preocupación de ragnark, su impotencia al saber que no estaba haciendo nada al respecto. Abrió la boca para decirle lo contrario pero la vocecita proveniente de la puerta los interrumpió.
"Mamá, papá ¿no vendrán?"
"Sí cariño, en un momento"
Le sonrió a su peluza plateada para enviarlo adentro, su mano recorrió el brazo de ragnark entrelazando sus dedos, su otra mano tomo la de su cuello y la llevo a sus labios, girando la cabeza dejo un beso en la palma masculina. Levanto la mirada para encontrarse con la mirada contraria.
"Lo estás apoyando en todo, has estado para él y se mejor que nadie lo dispuesto qué estás a luchar por proteger a los que aprecias. No puedes combatir aquello que ignoras ragnark. No es tu culpa"
El suspiro de su esposo sonó como soltar el peso del mundo, le devolvió un beso tomando su mano y besando sus nudillos, le sonrió acambio por la muestra de afecto.
"Amada esposa ¿como puedo pagar tu sabiduría?"
El tono tranquilo y suelto la hizo sonreir aun más.
"Bueno puedes darme unos cuantos de esos en los labios"
"Tendré que pagar mi deuda"
Asintió riendo en acuerdo por el pago, dispuesta a recibirlo.
"Pero sera en otro momento, cuando no contemos con audiencia"
"He?" giro la cabeza para encontrar un grupo de jóvenes adolescentes observándolos poco disimuladamente desde el balcón, qué ahora se dispersaban torpemente cuando ella los observó, excusándose y volviendo con sus padres temiendo la ira de los duques. Sus hijos por el contrario, altaneros la miraba sin disimulo. Gruñó de mala gana. Soltó a ragnark y camino para entrar en el balcón.
"Mocosos chismosos no conocen el término de privacidad"
La risa tranquila de su esposo tras ella, la hizo querer sonreir, pero lo evitó y se acercó a bastian qué comía algunas galletas en un sofá, se sentó junto a él y lo tomo en brazos, hizo un puchero.
"Mamá ¿Quieres una galleta?"
"Mi bebe es el único que me aprecia" beso sus mejillas y lo estrujo más fuerte, su risa infantil lleno el lugar. Los dos gruñidos de molestia familiares le llegaron. "Heredaras todos mis bienes hijo, todo por esta galleta qué me acabas de ofrecer"
"Por favor madre, no buscábamos ofenderte" Ian se rio bajo después de hablar.
"¿la mitad de los bienes? no es una ventaja muy alta, no deberías ilusionarlo así madre"
la voz de damien era divertida mientras opinaba probando el vino blanco en su copa, ragnark camino tomando posesión del balcón en cuanto entro, moviéndose para sentarse a su lado. Su voz tranquila al hablar.
"Tu madre posee más bienes aparte de lo correspondiente por ser duquesa, se ha hecho cargo de muchos negocios, no planeo apropiarme de los frutos de su trabajo, justo ahora, su madre, es más rica que yo"
Ragnark se sentó a su lado cuando termino de hablar, sus brazos en el respaldo del sofá. Je je je, la sonrisa de suficiencia en su rostro se agrando cuando la mirada de sus hijos se fijo en ella, cuadro sus hombros, riendo, se encontró con la mirada de damien. Levanto sus cejas presumiendo. La risa de Ian fue lo que rompió el ambiente.
"Parece qué tendremos que respetarte en el futuro niño"
Bastian seguía comiendo sus galletas en sus brazos sin interés por la conversación .
"De todas maneras nadie cree lo que dices mamá, se que no dejarías al hermano damien en la calle"
Observó al niño menor, hizo un puchero recostando su espalda contra el pecho de ragnark, estiró las mejillas llenas de Bastian, parecía un hamster. Lo enterró en su pecho amasandolo, este niño era una cosa tan dulce. Quería comerlo a besos. La voz de Ian desde la silla al otro lado le causó un pechero más grande.
"No estaría en la calle bastian, mientras tu y yo disfrutamos de la riqueza y compañía de madre en un retiro lejos de todo, el hermano Damien atenderá el norte junto con padre, administrando su mitad correspondiente del ducado por su puesto"
El gruñido en desacuerdo de ragnark llamo su atención.
"Tonterías, ¿por que estaría yo atendiendo asuntos internos?" señaló a Damien con un dedo "cuando me retire, el ya tendrá edad para atender los asuntos por su cuenta, también estaré disfrutando las riquezas junto a mi compañera"
No se aguanto, el rostro serio de Damien y la declaración de ragnark, fue el límite, su risa se escucho al mismo tiempo que la de Ian y Bastian recostado en su pecho, no podían dejar de reir. Damien Gruñó, lanzando una fruta pequeña contra Ian.
"Callate, tendrías que atender el territorio qué posees también idiota, no podrías ir a ningún lado"
El sonido de los cuernos anunciando la llegada del rey los distrajo, soltó a bastian y se sentó recta observando entrar al rey, se veía más cansado que la última vez, la mujer a su lado, llevaba un velo cubriendo su rostro, pero el cabello azul dejaba claro que era Ranie. Arandel saludo a los asistentes, deseo lo mejor a los combatientes y se sentó, lo vio mirar hacia ellos para hacer un asentimiento y elevar su copa, ragarnk levanto la propia en respuesta, pero no podía por alguna razón dejar de observar a la mujer sentada junto a Arendel. Parecía monótona, no había hecho un movimiento natural desde que entró a la arena.
Los combates iniciaron poco después de eso, llamaron mucho la atención, definitivamente dejaron lo mejor para el final. Eran completamente diferentes a los primeros, los guerreros eran más experimentados. Vio algunas especies qué no conocía también. Los combates duraron algo de tiempo, cerca de la mitad se anuncio de nuevo el que se daría entre los dos miembros del clan Dragonerius, observó a su hijo y esposo quienes llevaban ropas elegantes.
"¿No deberían cambiar sus atuendos?"
"Lo veo innecesario madre"
"concuerdo, la ropa no debería interferir en tus capacidades de combate"
Aja, ni modo, como discutía contra eso. Siempre qué hacian eso inevitablemente le recordaban esa expresión de "Cortados con la misma tijera" se fijo de nuevo en la arena, por alguna razón se sintió incomoda, sus bellos se erizaron en respuesta a la amenaza, su mirada recorrió el lugar, no se veía nada extraño, así como la sensación llego, se fue, no le gusto.
"Aun así debemos movernos, hablaré con el jefe encargado de la arena, damien, ven con migo"
Ragnark se despidió levemente, damien se acercó y dejo un beso en su mejilla los observó alejarse. Por alguna razón, sintió pesado su corazón. Observó a Ian correr a su lado y dejarse caer. Unos papeles frente a ella.
"Aquí mamá"
"¿Que es eso?"
"Las apuestas, ganaremos algo de dinero gracias a Damien"
No podía creelo ¿No estaba el hace días apoyando a Damien? Y estaba apostando en su contra.
"¡Ian!"
"Mamá, el resultado es inevitable"
"Es verdad, papá lo pateara"
La voz de bastian haciendo la declaración era obvia, no podía creer lo que decían sus hijos, tan poca fe tenían en su hermano. Ian volvió a sorprenderla.
"No solo lo patera, disfrutará hacerlo y si papá puede divertirse yo puedo ganar dinero con eso"
"Definitivamente todos tendremos algunas conversaciones al volver a casa"
Ameli llego poco después por orden de ragnark para atenderlos, Aksel junto a ella los saludo y dejo que se sentarán. No disfrutaba de verlos de pie en momentos así, el tiempo pasaba lento y no existía amenaza inmediata, sin contar que sintió la magia de ragnark creando una barrera cuando se fue.
Ian llamo si atención, aunque disfrutaba pasar tiempo con toda su familia sentía que el ambiente cuando estaban ellos tres era más suelto y risueño, Ian no se contenía como damien, disfrutaba de las travesuras de bastian abiertamente incluso las compartía y acolitaba. Se divertían juntos, le calentaban el corazón, ya no había rastro de aquel niño temeroso y esquivo que pretendía ser un adulto. Amaba la felicidad de Ian, la felicidad de sus hijos, la de su familia. Acarició el cabello rubio. Los ojos azules la miraron llenos de sonrisas.
"¿Estas bien mamá?"
"Si, pienso en cuanto dinero ganarás deberíamos comprarle algo como premio de consolación a Damien"
" jajajaja Si"
Observó un combate más oyendo las discusiones de Ian junto a Aksel sobre cada movimiento, las opiniones de bastian, qué pese a su edad hacia comentarios certeros. Ameli por su parte estaba muy perdida. Se distrajo pensando en damien, Aksel dijo que Fenrir estaba escoltandolo, se distrajo de sus pensamientos cuando la sensación de amenaza anterior volvió a ella. No se movió, su mirada recorrió la arena de nuevo, la sensación era más fuerte, la opresión en su pecho más grande, algo no estaba bien. Depronto lo vio, se tenso, imposible, los ojos azules qué la veían desde las gradas, la sonrisa que le dedicaba se veía horrible para ella. Su rostro se giro para observar a la mujer sentada junto a Arandel, no se había movido en todo el tiempo que llevaba allí, su velo ni siquiera se movía con su respiración.
"¿Mamá?"
La voz de Ian era lejana ¿Que estaba pasando? No podía apartar la mirada de la mujer, pronto uno de los generales qué solía visitar a ragnark entro al balcón, su rostro era serio, tenía uniforme de combate, Arandel lo escucho su expresión se desfiguro un instante antes de volverse serio de nuevo. Los observó salir, mientras sirvientes escoltaban a su compañera. Su corazón golpeaba su pecho, la mujer que se movía guiada como una muñeca sin vida, le causaba malestar.
"¿Señora se encuentra bien?"
Su mirada volvió a recorrer la multitud de demonios, no encontró a la mujer, se sentía como una ilusión. Extendió la mano, las cortinas cubrieron el balcón dándoles privacidad de las miradas, se encontró con los rostros preocupados de sus acompañantes.
"Aksel, ve con damien"
"¿Madre que sucede?"
"Algo esta pasando Ian"
La mirada preocupada en el rostro de su hijo mayor le causó dolor, miro a bastian qué se veía contrariado, cerro los ojos y pego su frente a la pequeña de su niño. Suspiro, Acarició su nariz con la contraria, cerro sus ojos y llamo.
"Mazeea"
La demonio sombra apareció en una de las ezquinas del balcón. Su mirada en la de bastian.
"Te amo bebe, prometeme que serás un buen niño y estarás en casa hasta que papá y mamá vuelvan ¿si?"
"No quiero" sus ojos dorados se llenaron de lágrimas "¿Por qué dices que me amas? ¿Por qué debo irme?"
"Oh dulzura, no llores" beso sus ojos "estoy siendo dramática, portate bien vale"
Dicho esto beso su frente, sintió el cuerpo del niño caer sin fuerza, se sentía culpable por dormirlo pero sabía que no se iría, se lo entrego en brazos a Ameli, se giro para ver a Ian.
"No, no me iré"
Se alejo de ella unos pasos, miro a bastian.
"Tampoco caeré en eso"
"Ian por favor"
"No, no se que esta pasando pero no planeo irme, si te preocupas iré con Aksel a buscar a Damien, estaremos los cuatro juntos, los buscaremos a ti y a padre cuando nos encontremos. Pero no planeo irme mamá"
"Ian"
"No"
Se miraron el uno al otro, no podia quedarse discutiendo con él, sentia que si lo enviaba volvería por su cuenta, no quería eso.
"Bien, Mazeea toma a bastian y ameli, llevalos con Cassian"
"Si mi señora"
No le dio tiempo para despedirse las envío de vuelta y se movió junto a Ian y Aksel, corrieron por los pasillos, los sirvientes los veían con extrañesa, sintió la presencia de Damien cerca de la salida principal de la arena, lo vio de pie junto al Fenrir. Se acercaron a ellos.
"¿Donde esta tu padre?"
"El rey acaba de solicitarlo, ibamos de salida cuando lo encontró, parecía necesitarlo para algo, un general iba con ellos ¿Que sucede?"
Observó alrededor, no sentía la presencia de ragnark cerca, debía enviar a los cuatro al norte, no debían estar más tiempo en el sur, pero su atención se desvio, uno de sus sellos se rompió, después otro, su mirada se alzó al cielo. Depronto, un sonido estridente estalló, sonaban como cuernos de guerra, una alarma, los soldados se movían, la gente corría, el caos estalló, el sur estaba bajo ataque.