Asteria reencarno como la esposa del Duque Dragon del Norte, un esposo insensible que nunca está y tiene todo abandonado por servir al señor demonio en la guerra contra la Santa y los humanos. Según la novela su papel es ser la madrastra y esposa de...
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Ragnark estaba molesto, más que la escena frente a él, lo molestaban las burlas del qué era su rey, apretó los puños y gruñó mirando al hombre que era uno de los lords de sus tierras. Había llegado al castillo de su majestad exigiendo hablar con el, su excusa. "era algo de suma importancia que implicaba todo el territorio del norte" cuando acepto verlo no espero que el rey lo siguiera según el interesado por los asuntos de uno de sus territorios "pura Mierda" lo sabia.
El rey demonio solo quería chismear, había dado fin a la reunión solo para saber que diría el tipo que lo buscaba. Lo encontró temblando frente a él cuando llegaron al salón, el hombre se había tirado al suelo de rodillas al verlo y se había quejado de la nueva duquesa, diciendo cosas como abuso de poder, traición y otras más, le estaba dando vueltas al asunto, lo noto, pero no sabía a que asunto. Cassian había estado enviando cartas sobre la situación del territorio pero sus responsabilidades con la guerra no le habían permitido leerlas, no era el único señor fuera de sus tierras ni tampoco el único que desconocía su estado. Cuando le dijo al pusilánime en el suelo qué fuera al grano y le diera la razón por la que estaba en el sur, el hombre había negado tener la culpa de algo. Después de eso había gritado de dolor, sintió el rastro de un sello mágico qué no había sentido antes en el y gruñó, se puso en guardia pensó que sería un ataque pero antes de hacer algo el hombre frente a él grito y su cabeza estalló fuera de su cuerpo salpicando la habitación con sangre, salpicandolo a él y al rey. Se quedo estático, miro el cuerpo en el suelo y después al rey que estaba igual que el. Ahora estaba aguantando las burlas.
"Vaya ragnark aunque no me he casado aun, debo admitir que los regalos enviados por tu esposa son únicos" "¿qué crees que signifique?" "¿te extraño cariño, vuelve a casa?" "para mi se ve más como un 'te odio mal marido, espero que mueras pronto en la guerra' ¿qué opinas?"
"Su majestad, no tienes otros asuntos que atender" pregunto con molestia limpiando la sangre en su rostro
"No, en realidad no. Ciertamente me interesa más esto, en especial ese sello qué no sentí hasta que explotó"
Lo miro, sabía lo que quería decir por debajo de esas palabras, una duda de amenaza, el tampoco había sentido el sello hasta que se activo pudo ser uno de ataque, volvió a mirar el cuerpo en el suelo.
"Tendre qué irme por un tiempo su majestad"
"Entiendo, de todas maneras la frontera ha estado tranquila este mes desde el último ataque, parece que tienes otras cosas con las que lidiar"
No se tomó el tiempo de buscar algo, no había da qué le perteneciera en este lugar, su único objeto personal era su espada y la llevaba con el siempre, mientras caminaba fuera algunos de los soldados le hacían reverencia y se movían de su camino, era molesto que nadie se atreviera a hablar o tratar con el aparte del rey, era por eso que aguantaba sus estupideces, mientras caminaba intento teletransportarse a su territorio pero no pudo, frunció el seño, algo se lo impedia, cortaba su flujo mágico "Qué carajo" sintió su magia moverse por su cuerpo y chirriar como la electricidad mientras su cuerpo cambiaba tendría que volar al territorio.
