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Habían pasado un par de semanas después del terrible accidente que sufrió Amelie, ya se le veía por los pasillos luego de que Poppy le dijera que se encontraba en un buen estado.
Ella y Harry pasaron todo el tiempo tratando de conocerse mejor, cuando sus amigos no estaban presentes, ellos solían jugar Ajedrez mágico, e incluso algunas veces el pequeño elfo volvía solo para traer postres nuevos que el mismo preparaba, por supuesto que primero hacía que Harry probara el alimento y si le gustaba entonces le decía a su ama que lo probara, definitivamente no dejaría que su querida Amelie tuviera dolor de estómago por comer cosas indebidas. Amadeus prefería que fuera Harry quien lo tuviera, y para buena suerte del niño los postres que traía el elfo eran cien por ciento comestibles, así que no había problema con que Amelie se los comiera también.
Cuando fue el momento de que ambos salieran de la enfermería se despidieron con una sonrisa amable, sabiendo que estaba floreciendo una nueva amistad, de la cual Amelie debía preocuparse, pues una vez que pisó la sala común de Slytherin, Draco no la dejó sola ni un minuto,le cargaba sus cosas e iba a los entrenamientos aunque él no jugara por su "lesión", el pensaba que Amelie aún no estaba en condiciones de entrenar a pesar de que ella le dijo que estaba bien, Draco finalmente la dejó ir cuando Flint su capitán, le había dicho que se callara que la niña sabía sus limites.
Pero incluso así el niño estuvo encima de ella todo el tiempo, como ahora, mientras el grupo de amigos desayunaba para su primer viaje a Hogsmeade.
"Ya te dije que estoy bien, Draco" Amelie sorbió su chocolate caliente, después de la tormenta horrible la nieve había empezado a caer libremente por Hogwarts otra vez, la época de frío había llegado.
"¿Estas segura?¿no tienes frío ni nada?" Draco movió su mano a su espalda, tratando de darle calor por si la niña tenía frío, Sus amigos en frente se estaban riendo de la cara fastidiada de Amelie, quien no podía evitar rodar los ojos cada vez que el rubio le hablaba, no es que ella no le gustara su compañía, o la manera cariñosa en que el la trataba, al contrario estaba agradecida por que el niño fuera así.
Pero definitivamente no le gustaba cuando no respetaban sus limites.
"¡Ya te dije que estoy bien!" Le hablo duramente, ganándose la atención de varios estudiantes que se encontraban desayunando.
Draco retiró su mano inmediatamente, no queriendo enojarla más. "Entiendo, lo siento" Volteo su vista a su comida, lo que la hizo sentir mal. Amelie iba a disculparse con el pero una patada debajo de la mesa la detuvo.
Orion negó con la cabeza, si su hermana quería deshacerse de la atención de Draco, lo mejor sería que no se disculpara. Amelie suspiró mientras llevaba su taza de chocolate a sus labios, sus amigos comenzaron hablar animadamente de lo que harían hoy, mientras ella solo escuchaba y asentía algunas veces cuando la incluían en la conversación, su cabeza daba vueltas en otros asuntos más preocupantes, su abuelo.
Después de que la dieron de alta en la enfermería, Amelie había sido recibida en su habitación por Orion quien le entregó una carta especialmente para ella, su hermano pensó que se trataba de su padre.
Amelie se llevó una total decepción al ver que el responsable de dichosa carta era el Rosier mayor, su querido abuelo, quien no estaba para nada contento con el director por dejar que su nieta se lastimara, por lo que se presentaría en la escuela para tener una pequeña conversación con Dumbledore, lo cual aun no ocurría, dejando Amelia aún más ansiosa.
Ya habían pasado casi dos semanas, tal vez a él se le olvidó y ella rezaba porque así fuera, no quería tener que lidiar con problemas tan pronto.
"Amelie,¿iras con nosotros verdad?" Pregunto su hermano golpeándole ligeramente con el pie para que prestara atención.
"¿Qué?¿A dónde?" Levantó la vista confundida, había perdido el hilo de la conversación, como por quinta vez en el día.
"A Honeydukes" Le sonrió abiertamente. "Estos tontos quieren ir primero a Zonko" señaló con la cabeza a Theo y Blaise quienes asintieron emocionados por que la niña estuviera de acuerdo con ellos.
"Bueno, yo quisiera ir por dulces primero" Theo suspiro exasperado, primero tenían que ir por juguetes para bromas, ¿cómo se supone que se defenderían de los gemelos Weasley? Si ninguno tenia material necesario.
"Amy, creí que éramos alíalos" Su amiga se rió de él, lanzándole a modo de juego una uva, la cual él se la devolvió.
"Primero iremos por dulces y luego podemos ir por sus tontos juguetes ¿Qué tal?" Theo lo pensó por unos segundos, después miro a Blaise quien terminó por asentir de acuerdo con su amiga, por lo que Theo también estuvo de acuerdo.
"Iremos también por cerveza de mantequilla ¿verdad?" Cristina hablo, y todos asintieron emocionados por aquella petición.
El grupo de amigos siguió hablando emocionado, incluso Draco, quien anteriormente se había sentido deprimido por la manera tan brusca en que la niña le habló, pero lo olvido demasiado rápido porque en menos de dos segundos ya estaba invadiendo el espacio personal de Amelie otra vez, quien suspiraba enojada cada vez que el niño se acercaba a ella.
[...]
Amelie escuchaba atentamente lo Cristina estaba contando, hasta que sintió un par de miradas quemarle la nuca, por lo que llevo su mirada hacia atrás, a la mesa de leones donde se encontraban los responsables, tan pronto como volteo sus ojos grises se fijaron en los verdes de Harry quien le sonrió algo incómodo, pues no era el único que la estaba viendo sin disimulo, a su lado se encontraban Weasley y Granger, uno la miraba con fastidio mientras que la otra con vergüenza al ser descubierta mirando.
Amelie le trató de sonreír pero salió más como una mueca, no habían hablado desde que salieron de la enfermería, pues nunca se encontraba sola, y Harry siempre estaba con Weasley, por lo que sólo compartían pequeños asentimientos aquí y allá, nada demasiado grave para ser descubierta, sin embargo aveces se sentía mal por dejar que Draco molestara al niño de aquella manera tan cruel.
Harry golpeó ligeramente a Ron cuando la niña le sonrió, les había hablado sobre el tiempo que estuvo en la enfermería, la manera amable en que Amelie había tratando al pequeño elfo, y también sobre como lo había invitado a jugar, incluso les contó como le enseñó a la niña a jugar UNO, a pesar de decirle que era un juego muggle, Amelie no hizo ninguna mueca o lo maldijo por mostrarle aquello, al contrario sus ojos brillaban con curiosidad, pues no sabía casi nada del mundo de los no magos.
Hermione quedó totalmente encantada con la idea que la niña les estaba dando, pues casi ninguno sabía nada de ella, aparte de que era probable que fuera la novia de Malfoy, Amelie solía ser muy reservada y casi nunca se metía en problemas con nadie. Este año empezaba a ser emocionante para la castaña.
Por otra lado el niño pelirrojo no estaba muy contento con las palabras de su amigo, para sus ojos Amelie no era más que una Slytherin que en un futuro (no muy lejano) se volvería totalmente contra ellos, incluso él podía apostar a que estaba trabajando con Black y lo ayudaba a entrar en el castillo, no por nada eran familia.
El trío de oro tenían ideas muy diferentes sobre la niña de ojos grises, y cada uno se llevaría una decepción diferente.
Amelie quito la vista de la mesa Gryffindor cuando sintió movimientos a su lado, los platos de comida vacíos habían desaparecido, y sus amigos comenzaron a levantarse de sus lugares
"Vamos Amy, ¡veamos quien llega primero!" Le grito Theo una vez capto su atención, tan pronto como él dijo eso, Amelia había salido corriendo, sin siquiera esperar a Draco o a su hermano, quería más que nada salir afuera a respirar el aire libre de la mañana, y tratar de alejar los malos pensamientos que la invadían.
"¡Tramposa!" A lo lejos pudo escuchar el grito de Theo, quien no esperó ningún un minuto en seguirla por la salida del gran comedor. Sus amigos serpientes se pararon de una manera más tranquila y refinada, las apariencias ante todo.
Amelie siguió corriendo por todo el castillo, aveces chocaba con alguno otro niño, pero solo gritaba un lo siento sin detenerse en absoluto, sabiendo que su amigo estaba detrás de ella, porque escuchaba como se quejaban los demás estudiantes cuando Theo los empujaba sin delicadeza.
Ambos siguieron corriendo hasta llegar a la entrada de Hogwarts donde las carrozas esperaban por ellos. Cuando Amelie estaba a punto de salir por la entrada del castillo, una pequeña niña de su casa se atravesó en su camino, provocando que ambas cayeran al suelo lleno de nieve.
"¡Mierda!" Amelie se levantó aturdida mientras fijaba su vista en una pequeña pelirroja que se sobaba la cabeza con sus manos.
"¡Amelie,¿Estas bien?!" Theo llegó al lado de su amiga, estaba a punto de regañar al causante de su caída, pero en cuanto se dio cuenta de que era una niña de su casa,no lo hizo, en cambio ayudo a su amiga a levantarse del sucio suelo.
"Lo siento mucho señorita Rosier" se disculpó la niña fijando sus ojos azules en los dos amigos.
"Oh, eres tu" Amelie la ayudo a levantarse y con cuidado le sacudió su ropa llena de nieve. "Debes tener mas cuidado"
Una vez terminó la niña le agradeció felizmente, el grupo de amigos había llegado a su lado para ver la escena, Theo se encogió de hombros cuando Blaise le hizo una pregunta silenciosa.
"¿Sabe quién soy yo?" pregunto animada mientras sus ojos brillaban con anticipación.
"¡Claro!, tu padre es amigo del mío, eres una Selwyn"
"Mi nombre es Robyn" Se presento haciendo una pequeña reverencia, a lo que Amelie hizo una mueca, nunca le había gustado ser tan formal con personas de su edad y mucho menos con una niña de primer año, a quien solo había visto un par de veces en las reuniones que tenía sus familias.
"Un gusto Robyn, puedes llamarme Amelie" le dio palmadas en la cabeza, justo como su hermano hacia con ella. Y la niña se emocionó aún más al saber que una persona que admiraba sabía de ella.
"Amelie, tenemos que irnos" Orion le hablo a su hermana una vez que vio a los estudiantes comenzar a subir en las carrozas. La niña asintió hacia el, y le sonrió a la niña quien entendió, por lo que se despidió de ella con otra reverencia. Una vez que la niña más joven estuvo cerca de sus amigas, levantó la mano en señal de despedía a la pelinegra quien se lo devolvió.
Subió a la carroza más cercana y se sentó junto a Draco, quien le tendió la mano para que la tomara, pero Amelie no lo noto porque su mirada se posó en unas carrozas más adelante, donde Weasley y Granger estaban subiendo. Ella creyó que probablemente estaban en una cita, pues el niño pelinegro no se veía por ninguna parte.
La carroza comenzó a avanzar lejos del castillo hasta Hogsmeade, donde comenzarían un recorrido espectacular, eran una de esas veces en que Amelie estaba tan emocionada como la primera vez que puso un pie en el castillo, o la vez en que fue seleccionada para Slytherin igual que su hermano mayor.
La brisa fría en su cara la hacía sentir tranquila, muy pocas veces lograba esa satisfacción, por lo que se encargaría de disfrutar el día con sus mejores amigos.
[...]
Cuando las carrozas se detuvieron, Amelie y Orion fueron los primeros en salieron corriendo tomados de la mano, sus zapatos dejaban huellas en la nieve, mismas huellas que el grupo de serpientes seguían para no perder de vista a los hermanos, quienes no esperaron a nadie más para salir a todo prisa a la tienda de Honeydukes.
Pasaron corriendo al lado de estudiantes de diferentes casas, quienes se quitaban del camino cuando veía de quien se trataba. Al final de la calle principal pudieron ver el letrero de la tienda, compartieron miradas de emoción antes de acercarse por completo.
Amelie abrió la puerta y entró para encontrase con todo tipo de dulces extravagantes desde Ranas de chocolate, varitas de regaliz, paletas ácidas, hasta Cucuruchos de cucarachas, a lo cual hizo una cara de asco, pero tenía que comprarlos pues eran los favoritos de su pequeño elfo doméstico, y para las vacaciones quería darle un buen regalo.
Los cuatro amigos restantes entraron tranquilamente al lugar, tratando de encontrar entre los demás estudiantes al dos hermanos Rosier, pues era probable que ambos compraran la tienda entera si quieran, ya que su madre nunca los dejaba comer ningún dulce cuando estaban en casa, por lo que aprovecharían cualquier oportunidad que tuvieran para traficar dulces en su maleta.
"Amy mira allá están las plumas de azúcar" Le hablo su hermano señalando con la cabeza hacia un lugar en la esquina, Orion ya tenia las manos llenas de Dulces al igual que Cristina quien iba cargando los dulces de ella y Theo, mientras este seguía tomando de todo.
Amelie se acercó a una esquina y en el estante más alto pudo ver sus dulces favoritos, las plumas de azúcar, sus ojos brillaron en anticipación, antes de intentar levantar la mano para tomarlas lo cual consiguió ala perfección, sin tirar ni un solo dulce, sonrió para sí misma antes de caminar hacia la caja donde se pagaba.
Amelie se dispuso a doblar la misma esquina de donde vino pero parece que la suerte no estaba de su lado hoy, ya que por segunda vez chocó con alguien enviándola al suelo junto con todo lo que tenía en sus manos.
"Deberías fijarte por donde–oh Granger eres tu" Se interrumpió a si misma cuando vio a la niña castaña tirada en el suelo sujetando su muñeca suavemente, parece que había caído sobre ella.
"Lo siento, no estaba prestando atención" Se disculpó mientras trataba de levantarse de su lugar, por lo que Amelie se levantó también, mientras arreglaba su suéter azul.
"Esta bien, no fue tu culpa" Le restó importancia, parecía que siempre hacia eso cuando se encontraban por casualidad, aunque ahora se veía mas seguido con la niña, o tal vez siempre había estado ahí, pero la pelinegra nunca la había notado, no hasta ahora.
Ambas se agacharon para levantar los dulces que se encontraban esparcidos por el suelo, todos revueltos, Amelie agradecía mentalmente que nadie las allá visto, porque si Cristiana o Draco se daban cuenta de lo que había hecho la niña castaña no dudarían en tomar represarías y aún sabiendo que Hermione no hizo nada, Amelie no podría ayudarla, o bueno si, pero tendría que tomar mucho valor.
Ambas niñas intentaron tomar el mismo dulce del suelo sus manos se encontraron al igual que sus ojos pues ambas habían levantado la vista inmediatamente observando la reacción de la otra, ninguna quería incomodar a ninguna, sobretodo Hermione, quien a pesar de escuchar como la sangre pura trataba a un elfo, tenía sus pequeñas dudas sobre su no-odio a los muggles. ¿Cómo es posible que alguien como ella sea diferente al resto de Slytherin? Era simplemente imposible.
"¡Aleja tus sucias manos de ella, Granger!" la voz de Cristina las saco de su extraño concurso de miradas, tenía cierto veneno en su voz cuando hablo, empujó Amelie detrás de ella ligeramente, mientras se paraba para enfrentar a Hermione, quien se había quedado paralizada por aquella acción repentina.
"¿Tiro tus dulces?" Preguntó bruscamente a la niña, quien empezó a tartamudear en una respuesta lógica.
"¡Por supuesto que no, solo chocamos!" Hermione hablo primero tratando de defenderse, mientras en sus manos aún sostenía las plumas de azúcar que tanto le gustaban a la pelinegra.
"¡Es verdad!, Cristina solo vámonos ¿ok?" Trato de jalar a su amiga hacia la salida pues ella ya había pagado sus dulces a diferencia de ella.
"¿Qué está pasando?" Draco se acercó a las dos amigas y Amelie maldijo mentalmente, ¿Cómo es posible que nunca pudiera salirse con la suya? La mala suerte la perseguía.
"¡No es nada!"
"¡Granger tiro los dulces de Amy!" Cristina la señaló con un dedo, mientras que Hermione no sabía ni donde meterse, su amigo pelirrojo se estaba acercando al lugar luego de escuchar la voz de la castaña junto con la de Avery.
"¡¿Por qué tienes los dulces de Amelie, asquerosa sangre sucia?!" La empujo haciendo que esta tropezara hacia atrás con sus pies siendo sujetada por las manos de Ron, quien miro muy enojado al rubio, parecía que en cualquier momento se abalanzaría a los golpes.
"¡¿Qué crees qué haces, Malfoy?!"
"¡Draco!" Amelie le grito luego de que usara ese apodo tan denigrante con la niña, ala cual se le habían puesto los ojos llorosos. "¡Suficiente, vámonos!" Jalo a su amiga de la mano y con la otra tomo a Draco de su suéter, prácticamente arrastrándolos a los dos ala salida, sin impórtale sus quejas.
Orion también iba detrás de su hermana disfrutando su rana de chocolate, el también presenció dicha pelea, pero no iba a meter las manos al fuego por ninguno,se consideraba más un juzgador silencioso, a menos claro de que definitivamente Granger molestara a su hermana, pero por lo que pudo observar nada de eso pasó, al contrario tenía cierta curiosidad del porqué su hermana fue tan susceptible con la niña, Amelie nunca dejaba que se le acercaran tanto si no tenia confianza, por lo que aquella imagen no desapareció de su cabeza ni un segundo, haciendo nota mental de preguntarle después.
"¡Amelie espera, me estas lastimando!" Cristina arrastraba los pies mientras trataba de zafarse desesperadamente del agarre que la niña de ojos grises tenía en su mano. Draco por otro lado estaba intentado caminar derecho, aún con Amelie sujetándolo del suéter en un intento de alejarlos a los dos de la tienda.
Cuando estuvieron lo suficiente lejos de las miradas chismosas, Amelie los soltó.
"¡¿Qué te pasa?! ¡¿Por qué hiciste eso?!" Pregunto Cristina mientras se acomodaba su cabello rubio, siendo ignorada por completo por la pelinegra mientras llevaba su mirada hacía atrás, donde Orion, Theo y Blaise caminaban a pasos rápidos tratando de llegar con sus amigos.
Orion tenía una sonrisa de oreja a oreja, disfrutando por completo del ambiente, mientras los otros dos simplemente se acercaron nerviosos.
"¡Amelie, escuchaste lo que dije!" Pero la volvió a ignorar por segunda vez, cuando entro a pasos enojados a las tres escobas.
"¡Amy, espera!" Draco la siguió como un cachorro perdido dentro de la taberna.
"¿Entramos?" Theo miro a sus amigos incómodo, no sabía si debía quedarse ahí parado o también seguir ala pelinegra dentro del bar, no quería ver la manera en que Draco le rogaba perdón a su amiga por las cosas estupidas que hace.
"Vamos" Orion camino a pasos decididos no queriendo dejar sola a su hermana con el rubio, aunque él no lo admitiera en voz alta, odiaba la idea de que su pequeña Amelie saliera con un tonto como el, a pesar de ser su amigo no lo quería cerca de ella de esa manera.
Las serpientes entraron al lugar buscando con la mirada a sus amigos, para encontrarlos en una mesa de la esquina, Amelie miraba con falso interés por la ventana, para evitar por completo la mirada que Draco le estaba dando.
Su día se había arruinado por completo y esto solo era el principio, lo peor estaba por empezar pues un adulto mayor estaba de camino a Hogwarts para tener la platica que dejó pendiente con su amado director, en ese momento no lo sabía pero seria una de esas veces que marcaron su terrible adolescencia.
Perdón por las faltas de ortografía. Besos<3