—Deberíamos hacer algo antes de que acaben tus vacaciones, amorcito.
—Sí, deberíamos...— respondió el menor.
Ninguno volvió a hablar.
Yoongi estaba sentado en el sillón de forma correcta, mientras que Jimin yacía desparramado sobre él y parte del sillón, sólo con el ruido de los ventiladores girando para brindarles un poco de alivio en aquellos días tan calurosos de verano.
—¿Por qué no vamos al río Han?— preguntó el mayor, mirando a dirección del menor.
—Demasiadas personas...
—¿Vamos a comer bingsu?
—No me gustan los de ésta área y tampoco quiero salir a la calle...
—¿Cine?
—Fuimos ayer.
—Podemos ir a esa pastelería extraña que vimos en internet el otro día... ¿Cómo era que se llamaba?, ¿Mochi pasteles o algo así?
—Mochi's cake— se apresuró a corregir —. Y si quisiera pero la sucursal que está aquí ha cerrado temporalmente porque van a remodelar...
—¿Y qué tal un gimbap de la tienda de convivencia? Puedo ir yo por ellos si no quieres salir al sol, precioso.
—Eso no suena mal... ¡Uh!, ¿Podrías conseguirme de esas bebidas en sobre con el vaso de hielo como los de Tiktok?
—Lo que mi rey pida— Yoongi se levantó del sillón, dejando las piernas del rubio perfectamente acomodadas y después dejó un beso en su frente, escuchando las risillas que soltaba su noviecito —. ¿Quieres que traiga también banderillas?
—Síiii...
—Voy volando en el Yoonmóvil. No me tardo.
(...)
Cuando Yoongi volvió a casa, el exquisito aroma del ramen cociéndose en la estufa golpeó su nariz con fuerza y se apresuró en llegar hasta la cocina, dónde un sexy Jimin cortaba kimchi al ritmo de la música y con su trasero cubierto por uno de sus famosos shorts de mezclilla.
Era tan corto que a penas y tapaba su culo respingón.
Haciéndole caso a sus pensamientos intrusivos, Yoongi le dio un fuerte apretón seguido de una nalgada.
—¡Ay!— se sobre saltó el menor, dando un leve brinco en su lugar —, ¡Hey, avisa!
—Perdón, no pude resistirme.— dijo, pegando su creciente erección al culo de Jimin, empezando a frotarse como perro en celo.
—¡Quítate y no empieces!, Vamos a comer tranquilamente por el amor de la virgen María.
Dicho eso el rubio escapó del agarré del mayor, apagando la estufa y yendo a recolectar las cosas que había traído Yoongi de la tienda de convivencia.
—Tú te lo pierdes mi cielo.
El rubio soltó un bufido antes de seguir cocinando.
—Te noto un poco fastidiado últimamente— Yoongi siguió hablando, parándose a lado de él y apoyando su cuerpo en la isla de la estufa —. ¡Uh!, ¿Es que acaso ya te he fastidiado lo suficiente cómo para que estés pensando en abandonarme y por eso tu carita de molestia todo el tiempo?
Otro bufido se escapó de los pomposos labios del menor, dejando los palillos de lado y observando con aún más fastidio al mayor.
Entonces su expresión cambió. —Hey... Es cierto...
—¡¿QUÉ?!, ¡¿YO SÓLO ESTABA JUGANDO Y RESULTA QUE SÍ ESTAS HARTO DE MI?!, ¡NO, JIMIN, POR FAVOR NO TE ATREVAS A DEJAR-
Guardó silencio abruptamente cuando sintió un golpe en su frente.
—¡Cálmate!, me refiero a que tienes razón y es cierto que últimamente me he sentido muy fastidiado en general, pero no contigo... Supongo que es por el estrés.
—¿Cuál?— preguntó el pelinegro, al mismo tiempo que sobaba su frente —. No es por sonar grosero o con el afán de ofenderte pero aparte de estudiar tú no trabajas porque no tienes necesidad, y como estás de vacaciones no puedes estar estresado por la escuela, ¿Entonces por qué sientes estrés?
Yoongi terminó volviéndolo a abrazar por la espalda, sólo que sin hacer ninguna insinuación pues el mood de la conversación se había tornado un poco más seria.
—Justamente he estado pensando en eso mismo, en que quiero buscar un empleo porque me aburro en casa durante la tarde cuando no estás, pero la sola idea de servir a las personas cuando estoy taaan acostumbrado a que me sirvan a mí, me resulta asquerosa.
—Woah, la humildad te persigue pero tú eres más rápido cielito. Impresionante.
—¡Yah, no te burles!— replicó el menor, con el ceño fruncido.
—Bueno cariño, lo único que te puedo decir es que necesitas pasar por esos baños de humildad de vez en cuando, debes saber lo que es ser una persona trabajadora.
—¿Y por qué mejor no consigo un trabajo en un call center?
—Yo creo que es mejor desquitar ese estrés en otra actividad que disfrutes... Recuerdo que me dijiste alguna vez que solías bailar danza contemporánea, ¿No te gustaría regresar?
Fue entonces que Jimin sintió algo surgir de su interior ante la sola mención de lo que fue alguna vez su más grande pasión.
—¿C-Crees que...?— ¿Danza?, ¿Haz estado haciendo danza contemporánea como una jodida niña todo este tiempo? No eres más que una vergüenza para el apellido de esta familia, maricón —. No. No haré danza.
—¿Por quéeeeee?— el mayor ahora giró su cuerpo para quedar frente a frente —, Sana asiste de vez en cuando a un centro público de actividades culturales con clases gratuitas, creo que una de ellas es la contemporánea. ¿Qué tal si vamos y pruebas una clase?, si te gusta te puedo estar llevando y acompañando, después llevarte por un helado y así hasta que te vuelvas a aburrir de la rutina, ¿Qué dices?
No se esperó ser embestido por un fuerte abrazo. —Te amo tanto, gracias por siempre saber qué decir. Lo haré, tienes razón.
—¡Ves, soy lo máximo convenciendo a las personas!, ¡Por supuesto que iremos!— emocionado, el mayor se separó y corrió hasta la sala por su teléfono —. Llamaré a Sana y le pediré información ahora mismo.
—¿Es que acaso te emociona tanto que haga danza contemporánea o tú también te quieres unir a las clases?— preguntó divertido.
—Ciertamente la idea de verte con mallas me pone la polla dura. Aparte de que claramente siempre quiero tu felicidad por encima de la mía.
Jimin solo atinó en darle un zape y continuar cocinando, recordando que nunca más debería de preocuparse por lo que aquellas dos personas hundidas bajo tierra pudriéndose que alguna vez se hicieron llamar sus padres, dijeron en su momento.
Nunca jamás se volvería a reprimir.
(...)
El esperado día llegó.
Su primer día de clases después de muchísimos años de no pisar siquiera un estudio. Los nervios del momento le querían hacer vomitar, pero entonces sintió una gran mano entrelazandose con la suya y supo que todo estaría bien. Eso y la otra mano aferrada a una de sus nalgas.
—Y aquí estamos. ¿Listo?
—No, regresemos a casa.— el rubio intentó girarse sobre sus talones para regresar al auto, más el torso del pelinegro se interpuso en su camino.
—Ni lo pienses. Andando.
Después de varias indicaciones en recepción y una caminata de diez minutos, llegaron hasta el área de danza. Era un pasillo con varias puertas de dónde provenían diferentes géneros musicales según el nombre de la clase.
No batallaron en encontrar el salón de la danza contemporánea, con un tímido Jimin abriendo la puerta y asomando primero su cabecita para fijarse.
Había un grupo de alrededor de 9 chicas y 4 varones más entre los 17 y 23 años, además de quien supuso sería la instructora.
—¿Eres nuevo en la clase?— de repente la mujer mayor habló desde la esquina cuando lo observó.
Jimin se sintió entrar en pánico nuevamente, pero Yoongi abrió la puerta repentinamente. —¡Lo es, y yo su novio!
—Señor debe esperar afuera.
Jimin ahora sintió la ansiedad sumándose al pánico, y apretó la mano de Yoongi aún más fuerte. No lo quería lejos.
Afortunadamente el mayor pareció captar la señal.
—¿Qué cree?, ¡No puedo dejarlo solo! Verá, mi novio está enfermito.
—¡Yoongi!— Jimin se soltó de su agarre para darle un fuerte zape que resonó en todo el estudio —, ¡Hola, soy Park Jimin, soy el nuevo alumno y no estoy enfermito!, cuiden bien de mí.— repuso rápidamente, haciendo una reverencia de presentación.
—Bienvenido Jimin, ¿Podrías decirle a tu novio que espere fuera?
Después de casi siete minutos insistiéndole a la instructora acerca de la estadía de Yoongi dentro de la sala y recibir más de diez mil rotundos "no", no le quedó más opción que esperar fuera sentado jugando Candy Crush.
En algún momento de su décima octava partida se quedó dormido, con el teléfono tambaleándose en sus manos y cabeceando con un hilo de saliva escurriendo de la comisura de sus labios.
Hasta que algo pareció despertarlo de golpe. Estaba soñando con Jimin, más específicamente ambos en casa mientras veían televisión en la sala, con el rubio sentado en su regazo. Fue que bajó su vista para tomarlo de los muslos, que vio sus piernas enfundadas en unas frágiles mallas rosadas, que abrazaban sus torneadas piernas.
—... ¡Las mallas!— exclamó tan pronto abrió los ojos.
Se levantó a tropezones, poniéndose de pie para pegar su rostro a la ventanita de la puerta, buscando con la mirada aquel culo que lo volvía loco.
No tardó mucho en encontrarlo, ciertamente porque Jimin era la persona más nalgona dentro de la habitación.
Jimin estaba cien por ciento concentrado en lo que fuera que estuviera diciendo la instructora, llevaba puesto un leotardo negro junto a las dichosas mallas rosadas, sin short deportivo para mayor comodidad.
Se veía descaradamente precioso.
—Tan divino...— suspiró enamoradizo el mayor, deseando entrar a la habitación a por el rubiecillo para follarlo sin control en el auto.
Después de quién sabe cuánto tiempo más, la clase terminó y pareció reaccionar cuando la puerta fue abierta, haciendo que casi se caiga frente a todas aquellas personas bellas. Aunque no tanto como Jimin, por supuesto.
—Terminé.— fue lo que le dijo el menor cuando se paró frente a él, con el rostro sudoroso, las mejillas rojas y una hermosa sonrisa de oreja a oreja.
—Qué genial.— respondió de vuelta, apegándose a su cuerpo y sin tardarse nada en llevar ambas manos a su culo, apretando con fuerza.
—¡Y-Yoongi, controlate!
—No puedo. Necesito tenerte ya.
Estaban por empezar una acalorada sesión de besos cuando un carraspeo llamó su atención. Se trataba de la instructora que los veía desde su esquina con fastidio.
—Si van a follar háganlo en su casa, tengo otra clase en quince minutos y me están estorbando bastante. ¡Fuera!
Ambos salieron disparados de ahí, directo a su nido de amor a compartir una bella tarde llena de sexo salvaje y desenfrenado.
Ay, el amor.
HOOOOLAAA, jeje.
¿Cómo están amiwitas? Yo muy pero muy mal alchile no sé cómo sobreviví este año lleno de CAGADA buena y mala. En fin, ya salí de vacaciones de la uni pero alchilote se me olvidan mis historias pq quieran o no este pedo pasó a segundo plano y ya no es mi pasión como solía serlo hace unos ayeres.
Eso no significa que abandonaré esto, por supuesto que no, necesito darle un buen cierre a esta pareja de simp × twink dominatrix jajja, estaba pensando justamente que mi plan original nunca fue lo que es ahora, pero veo que les gusta mucho y eso me hace feliz.
Trataré de subir especial de navidad o año nuevo, aunque no prometo nada pq luego NO HAGO NADA, pero no pq no quiera sino pq verdaderamente se me olvida o no hay suficiente imaginación como me gustaría.
Por otro lado, quiero acabar está obra lo antes posible. Maybe unos 25 capítulos incluyendo epílogo, pq si le sigo me llevo otros tres años tratando de concluirla.
¿Qué les gustaría que pasara en este fic, alguna situación graciosa en la que les gustaría ver a los pendejitos min y park?
¡Lxs leo!
---Nahilongafest.