El destino de la casualidad (...

Bởi LuJaureguiCabello

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Hay gente que cree en el destino. Hay gente que piensa que lo que pasa no es más que mera casualidad. Pero ¿... Xem Thêm

Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
FINAL
Capítulo 35 - FINAL
EPÍLOGO
Capítulo 36 - EPÍLOGO
Hola otra vez
CHICOS
IMPORTANTE
ME PUBLICAN MI LIBRO
TRAILER

Capítulo 18

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Bởi LuJaureguiCabello


Lauren había comido tanto, que cuando llegó a su casa pensó que no podría subir las escaleras. Se había traicionado, se había traicionado en cuanto a su meta física. Se había prometido no comer hasta llegar a su peso anterior, y se lo había saltado en menos de 4 horas. Pero no era su culpa, al menos eso lo tenía claro. Camila le había dejado bien claro que su padre no toleraría que dejara nada en el plato y, además, había necesitado distraerse de una Camila imprudente, que trataba de distraerla.

Ahora Lauren se sentía de diferentes maneras. Sucia, al haber comido tanto. Confusa, sintiéndose presionada para contarle a sus padres su relación con Camila. Y, por último, nerviosa ante la actitud de Camila en la cena. Había dado un paso tremendamente importante al haber tocado sus partes íntimas y, aunque Lauren supiera que había sido sobre su propia ropa, no podía evitar sentirse extremadamente excitada.

Sin embargo, Lauren pasó por alto las últimas dos sensaciones, ya que sabía que podían esperar unas horas. La primera no. La primera sensación estaba consumiendo a la chica de ojos verdes tan fuertemente, que la zona de su cuerpo que más destacaba, ya no brillaba. Le costaba sonreír, aunque lo hiciera. Le costaba hablar, aunque se sintiera obligada a contestar. Le costaba levantarse de la cama por las mañanas. En definitiva, le costaba vivir.

Se despertó con el ruido de la alarma el domingo, sin recordar el momento en el que había cerrado sus ojos. Era el 18 cumpleaños de Dinah y las chicas irían todas juntas al parque de atracciones. Cuando era pequeña, Lauren solía ir a este tipo de sitios con su familia y lo disfrutaba como tal, una pequeña Jauregui.

Pero, pese a que todas las demás chicas estaban emocionadas, Lauren sintió que no podía estarlo. No, porque no podría ayunar delante de las chicas, o volverían a sospechar y, lo que ella menos quería, era que Camila o sus padres se enteraran de aquello.

Primero fue a casa de Camila, donde recogió también a Dinah, que había pasado la noche con la pequeña. A continuación, pasó a por Ally y, por último, a por Normani, que era la chica que vivía más cerca del parque de atracciones.

-Jamás te lo perdonaré -le dijo Dinah a Lauren al bajar del coche.

-¿El qué? -preguntó Lauren.

-¡Es mi cumpleaños! No ha sonado ni una canción de Beyoncé en todo el trayecto -reprochó.

Lauren rió.

-No es para tanto -dijo colocando una mano en el hombro de la polinesia. -A la vuelta pondré su CD.

-Más te vale -contestó la más alta, terriblemente afectada.

Caminaron hasta dentro del parque. Camila agarraba la mano de Lauren con fuerza, así se sentía bien, se sentía protegida. Lauren, sin embargo, la soltó y, aunque la pequeña al principio se sintiera despechada, entendió pocos segundos más tarde, que Lauren quería protegerla aún más, rodeando su cadera con un brazo.

-¿Qué hay de vosotras? -preguntó Dinah.

-¿De nosotras? -preguntó Lauren confundida.

-Sí, es decir, Camila ya se lo ha contado a sus padres y supongo que tú lo harás en breve. ¿Qué hay más allá de eso? -preguntó.

Lauren y Camila se miraron, no comprendían muy bien la pregunta de Dinah.

-Lo que Dinah quiere preguntar, con palabras vulgares, es que si habéis tenido sexo ya -tradujo Normani.

-¡¡Mani!! -gritó Ally.

-¿¡Qué!? ¡Es la verdad! -reprochó Normani.

Ally miró a Dinah, que sonreía asintiendo con su cabeza.

-Dinah Jane -dijo Camila pegándose más al cuerpo de Lauren. -Ya hablamos sobre esto anoche.

-Lo sé, pero quiero una segunda versión. Soy como una detective interrogando para buscar pruebas -dijo fingiendo tener una lupa en su ojo derecho.

-Seguro que Camila te ha dicho la verdad -contestó Lauren, riendo ante la pamplina de Dinah.

Camila y Lauren se habían sonrojado un poco, aquel tema las ponía nerviosas. Sobre todo a Lauren, que hallaba en su mente escenas de la noche anterior.

-¡Vamos a ahí! -gritó Ally señalando la noria.

-Aburrido -contestó Dinah. -Vamos a la montaña rusa.

-Terrorífico -dijo Dinah.

-Así estarás más cerca de Dios por un rato, Ally -dijo Camila con una tierna voz que convencería a cualquiera.

Persuadieron a Ally unos minutos más hasta que comsiguieron que se montara. Lauren no había escuchado gritar tanto a nadie nunca antes. Era dramático. Y, probablemente, malo para su garganta y los oídos de los de su alrededor.

-Nunca en mi vida he pasado tanto miedo -salió Ally diciendo.

-Nunca en tu vida has salido de la Iglesia -se mofó Normani.

-Mani, la Iglesia es muy interesante a veces -informó Ally. -Ahora quiero ir a la noria.

-Id vosotras -pidió Camila. -Me gustaría hablar con Lauren un momento.

Lauren temió aquello. No podía ser nada malo, pero le ponía nerviosa el hecho de que su chica quisiera hablar a solas con ella.

-¿Qué ocurre? -preguntó Lauren cuando las chicas se marcharon. -¿He hecho algo que te ha molestado?

-No, Lolo, tranquila. Todo está bien -dijo la pequeña, atrapando la suave y fría mano de Lauren.

-¿Qué es entonces? -preguntó la más alta algo más tranquila.

-Ven, vamos a sentarnos.

Lauren accedió. Se acercaron a un banco de madera que estaba vacío, pese a los cientos de personas que pasaban por su lado.

-¿Qué ocurre? -preguntó Lauren.

-Quería preguntarte algo.

-Pregunta.

-Es sobre... la universidad.

-Oh... -Lauren padecía una pequeña taquicardia cada vez que pensaba que se separaría de Camila al año siguiente. -¿Cuál es tu pregunta?

-En realidad, no es una pregunta -dijo Camila moviendo una poco las manos. -Es más bien una proposición.

Lauren sonrió.

-Propón entonces -dijo Lauren acariciando la mejilla de Camila con su mano libre.

-Pues... sabes que lo mío es la actuación, la música ¿verdad? -preguntó.

-En efecto.

-Entonces, me decidí por hacer Artes Escénicas el año que viene -dijo Camila en un tono neutral.

-Eso es genial, cariño -dijo Lauren. -¿Eso es todo?

-No, Lauren, no es todo.

Al decir estas palabras, Lauren sintió náuseas. Pensaba que, quizás, Camila ahora le dijera que se marcharía a Los Angeles, a Hollywood o a España.

-Pues... continua -pidió Lauren, nerviosa.

-Busqué universidades. Hay muchísimas por todo el país -dijo Camila. -Una de las mejores está en Nueva York, ¿sabes?

-Vaya... -dijo Lauren forzando una sonrisa. -Voy a tener una novia actriz.

-Es menos probable.

-¿Por qué?

-Porque no eché la solicitud en Nueva York -confesó. -La eché en Miami, no muy lejos de la que será tu universidad.

Lauren abrió los ojos de par en par. ¿Sería verdad que Camila se había sacrificado de tal forma sólo por estar junto a ella?

-Camz... pero, Camz es tu futuro -dijo Lauren en un, prácticamente, susurro.

-Mi futuro, si todo sale bien, eres tú, Lauren.

-Camz...

-Lern Jergui...

-Camila...

-Lauren...

-No bromeo.

-Yo tampoco.

-Está bien.

-Vale.

-Vale.

-¡Camz!

-¡Lolo!

-Estoy hablando en serio, Camila.
-Lauren, yo también. Y no me llames Camila, me gusta cuando me llamas Camz.

-Está bien, Camz -comenzó a decir Lauren. -Camz, no sabes lo feliz que me hace que hayas querido pasar los años de universidad a mi lado. Ya sabes, para no separarnos. Esperaba que al final ocurriera algo así y pudiéramos estar juntas, que es lo que más deseo.

-Pero... -se adelantó Camila.

-Pero si vas a esa universidad de Nueva York, quizás tengas más posibilidades de entrar en la industria. Si te quedas en una mediocre, no -informaba Lauren.

-Lolo -dijo Camila apretando su mano. -La mediocridad no va en la enseñanza, va en las personas. Si yo estoy destinada a trabajar como actriz, trabajaré como actriz. Y si no, ya puede ser mi mentor el mismísimo Ewan McGregor y Adam Sandler mi padre, que no voy a serlo.

-Es mucho más complejo que eso, Camz.

-No, Lauren, no lo es. Fuiste tú la que me enseñó a creer en el destino.

-Pero no puedes dejar que los hechos decidan por ti.

-Por eso voy a ir a la universidad y no voy a esperar a que Will Smith llame a mi puerta para reclutarme mientras yo como helado con plátanos -bromeó.

Lauren suspiró y sonrió.

-Debo admitir que eres la mejor novia del mundo -confesó Lauren.

-Y yo debo admitir que tengo ganas de besarte -dijo acercándose a Lauren y depositando un beso en sus labios.

-¿Cuándo sabes si te han cogido?

-Me han cogido -dijo Camila entre risas.

-¿De verdad? -preguntó Lauren sorprendida.

-Sí, bueno sí pero hay un 'pero'.

-Siempre los hay -rió Lauren. -Habla.

-La solicitud no era una simple carta con tu expediente académico -dijo Camila. -Era, además, un vídeo propio haciendo algo que tuviera que ver con la música, danza o actuación.

-¿Y tú que hiciste? -preguntó Lauren.

-Hice una cover de Stay de Rihanna, con la guitarra -dijo Camila.

-¡Camz! -exclamó Lauren. -¿Por qué no me lo habías dicho antes?

-Porque no quería que te llevaras una decepción si no me admitían...

-No Camz -rió. -Me refiero a que no me has dicho que tocas la guitarra.

-Oh... -rió Camila. -Bueno, cuando no tienes que ir al instituto tienes bastante tiempo libre.

Lauren sonrió. Camila era tan preciosa hablando y callada.

-Está bien, dime el 'pero'.

-El 'pero' es que esa es la admisión de vídeo. Es como si hubiera pasado la primera prueba -dijo Camila. -Ahora tengo que ir allí y hacer tres pruebas más: música, danza y actuación.

-Wow -pronunció Lauren boquiabierta. -¿Cuándo irás?

-El día 28 de este mes, un día después de tu cumpleaños.

-Genial -dijo Lauren. -Iré contigo y aprovecharé para hablar sobre mi beca.

-También podemos aprovechar para buscar el alquiler de un piso... -dijo acercándose a Lauren juguetonamente, pasando un dedo por su clavícula.

-Camz -dijo Lauren a milímetros de la boca de Camila. -Camz, no empieces. Aún no he superado lo de anoche.

Las chicas bajaron de la noria minutos más tarde y, sorprendentemente, Ally tenía una expresión casi parecida a la que tuvo al salir de la montaña rusa. Ally y las alturas no se llevaban del todo bien. Sería la falta de costumbre.

Al salir del parque de atracciones, a las 22.30, las chicas se fueron al Brew a cenar. Lauren estaba incómoda rodeada de tanta comida. Camila le había pedido compartir un algodón de azúcar y, además, se había zampado media hamburguesa a la hora de comer.

-Mani y yo tomaremos unos nachos mexicanos -le dijo Dinah a Shay.

-¡Yo también quiero nachos mexicanos! -exclamó Camila.

-Bien, tres de nachos mexicanos -dijo Shay apuntando en una pequeña libreta. -¿Y por aquí?

-Yo tomaré una CocaCola nada más -se adelantó Ally. -Necesito reponer fuerzas y azúcar.

Las chicas rieron ante la miserable apariencia de Ally, que aún no había superado su aventura por el cielo.

-Yo... -dijo Lauren mirando a Normani y Dinah, que la miraban antentas. -Tomaré otra de nachos mexicanos.

-¡Cuatro de nachos mexicanos y una CocaCola! -exclamó Shay acercándose a la barra.

Las chicas continuaron una conversación fácil durante toda la cena. Lauren mordía lentamente y pequeños trozos de sus nachos. Terminaron todas y a ella aún le faltaba medio plato. Al final, Ally acudió en su ayuda, habiendo creído que verdaderamente no podía con más comida.
Después de la cena, las luces se apagaron y Shay llegó con una emorme tarta de tres chocolates, con el número 18 encima, encendidos, para que Dinah lo apagara. La chica no se lo esperaba, pero la verdad era que todas lo habían planeado un par de días antes y que Normani había llevado la tarta aquella misma mañana al Brew.
Todos le cantaron el cumpleaños feliz a la chica más alta, incluso los que no la conocían pero que estaban sentados en el bar.

-Qué vergüenza he pasado -dijo Dinah colocando sus manos en la cara.

-Esto te pasa por avergonzarnos a nosotras en mitad de la calle -bromeó Camila.

-Voy a matarte -dijo Dinah partiendo la tarta, completamente ruborizada.

El timbre de la puerta que avisaba de que se había abierto, sonó y todas miraron hacia atrás, como si algo les hubiera dicho que estaba entrando alguien conocido. Y tan conocido...

-La voy a matar a ella. Ahora -dijo Dinah.

Lauren apretó su mandíbula, mirando cómo Ariana se acercaba a la mesa en la que estaban sentadas.

-Mani -llamó Lauren y señaló a Dinah con sus cejas. Inmediatamente, Normani supo qué debía hacer y atrapó el brazo de la polinesia.

-Hola, chicas -dijo Ariana con una voz completamente falsa.

-¡Hola! -exclamó Camila.

-Qué novia tan simpática, Lolo -dijo y Lauren instintivamente abrió los orificios de su nariz.

-¿A qué has venido? -preguntó la chica de ojos verdes.

Camila volvió su mirada hacia su novia, no entendía por qué estaba siendo tan antipática y por qué todo el mundo estaba actuando tan raro. Es decir, Ally, Dinah y Normani podían haber tenido algún roce con la chica antes de ella haberlas conocido, pero Dinah parecía un buey a punto de embestir a su presa.

-¿No me vas a presentar? -preguntó Ariana.

-No -sentenció Lauren.

-Está bien, lo haré yo misma -dijo Ariana cogiendo la mano de Camila. -Soy Ariana, Ariana Grande.

-Camila Cabello -dijo Camila mirando a Dinah.

-¿A qué has venido, Ariana? -repitió Lauren.

-He venido a tomarme algo con mi novio -dijo Ariana y dirigió una mirada despreciante a la tarta. -Tú a comer, por lo que veo.

Dinah se levantó, deshaciéndose del agarre de Normani y, ésta última la siguió, acariciando su brazo para calmarla.

-Wow -dijo Ariana entre risas. -No agarrad a la mula.

-¡Eh! -gritó Lauren empujando a Ariana un metro a atrás. -¿Qué coño te pasa? Estoy harta de tus mierdas.

Camila se levantó para tomar a Lauren de la mano, pero Dinah la sujetó.

-¿Hay algún problema? -preguntó una voz masculina por detrás.

-¿Este es tu novio? -preguntó Lauren entre carcajadas.

-¿Pasa algo? -preguntó Ariana mirando a su novio, Austin.

El chico permaneció pálido y sin decir nada.

-Vamos, Austin, dile lo fiel que eres -pidió Lauren.

-¿Qué? -fue lo único que se le ocurrió decir al chico.

Ariana miró a Austin y el chico tragó saliva con dificultad. Ariana tomó esto como una respuesta y salió del bar con muchísima prisa.

-Ahora vete tú si no quieres que te de una paliza -susurró Lauren al oído de Austin.

El chico se marchó y Lauren volvió a su asiento. Claro que, aunque supo que ella había vencido en aquella ocasión, indirectamente también le habían vuelto a dañar, pues le debía una explicación a Camila.

Normani, que era la que más calmada estaba, ya que Ally estaba rezando en su asiento, se encargó de contarle todo a Camila. Pero no con exactitud, ya que, para la suerte de Lauren, se saltó la parte en la que se obsesionaba con su peso y perdía 5kg gracias al ayuno.

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