Midnights ✨ || Casi Ángeles

Af just4cherry

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Valentina Brescia Wunder regresa al país que la vió nacer sin saber que la magia empezaría a partir de aquél... Mere

MIDNIGHTS | REPARTO
MIDNIGHTS | PORTADAS
MIDNIGHTS | INTRODUCCIÓN
HOY: ESPERANZA
HOY: CENICIENTA
HOY: REYES MAGOS
HOY: EL RULO VUELVE
HOY: EL ELEFANTITO ROSA
HOY: BAJO OCHO LLAVES
HOY: TUS DESEOS SON ÓRDENES
HOY: RETRATOS DE FAMILIA
HOY: HASTA EL SANTO DESCONFÍA
HOY: EL AMIGO INVISIBLE
HOY: MISIONES
HOY: SIGUE AL CONEJO BLANCO
HOY: HAY UN LUGAR
HOY: REVIVALS
HOY: BAUTISMO
HOY: EN EL NOMBRE DEL PADRE
HOY: EL SENTIDO DE LA VIDA
HOY: DÍGALO CON MÍMICA
HOY: EL BUSCADOR
HOY: PASTORCITO MISTERIOSO
HOY: CARETAS
HOY: FASE II
HOY: EL ESCUDO
HOY: EL REY LEÓN
HOY: DE UNA MANERA O DE OTRA
HOY: COMEDIA ROMÁNTICA
HOY: INCONSCIENTE
HOY: EL MONSTRUO BAJO LA CAMA
HOY: LA RESISTENCIA
HOY: PRUEBA DE AMOR
HOY: NOS VEREMOS OTRA VEZ
HOY: LINDA Y CIELO
HOY: UN DÍA EN LA CASA DE LA ABUELA
HOY: EL TRADUCTOR
HOY: SNOW ON THE BEACH
HOY: DOS
HOY: DE CABEZA
HOY: NO HAY TIEMPO
HOY: EL PLACER DE LOS DIOSES
HOY: EL HOMBRE DE LAS MIL CARAS
HOY: ROMPECABEZAS
HOY: BAJO MI PIEL
HOY: EL ALMOHADÓN DE PLUMAS
HOY: LA EDAD DE LOS POR QUÉ
HOY: SEIS HORAS ANTES
HOY: PALITOS CHINOS
HOY: LA TELENOVELA
HOY: SALE
HOY: ÁNGELES CAÍDOS
HOY: QUIERO
HOY: ESCALADA
HOY: EUFORIA
HOY: SORPRESA
HOY: ¿QUÉ SOMOS?
HOY: GRACIAS
HOY: MELODY DESENCADENADA
HOY: SUPERAR AL PADRE
HOY: ISLA FLOTANTE
HOY: LA RISA FRANCA
HOY: UNA TEORÍA SOBRE EL TIEMPO
HOY: EL PRESENTE
HOY: SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
HOY: FUISTE
HOY: EL ESCORPIÓN Y LA RANA
HOY: LA OTRA ORILLA
HOY: OJO DE ÁGUILA
HOY: INVISIBLE STRING
HOY: CHIQUITITA
HOY: FLOGGERS
HOY: DIECISÉIS
HOY: FOTOS DEL FUTURO
HOY: UNA CUESTIÓN DE ESTADO
HOY: NO ESTÉS SOLO EN ESTA LLUVIA: PARTE I
HOY: NO ESTÉS SOLO EN ESTA LLUVIA: PARTE II
HOY: LA COMPETENCIA
HOY: ROCK AND ROLL
HOY: LA MUÑECA DE TRAPO
HOY: JUGATE CONMIGO
HOY: SOLOS Y SOLAS: PARTE I
HOY: SOLOS Y SOLAS: PARTE II
HOY: CARNAVAL
HOY: CHACOTE
HOY: EL BOOMERANG, LA ESPADA Y LA LLAVE
HOY: NO ME FALLES
HOY: CAMBIO CLIMÁTICO
HOY: UN GRAN AMOR
HOY: SIN NOMBRE
HOY: ESTOY CON VOS
HOY: EL PERIODO SAROS
HOY: LOOP
HOY: MASTERMIND
HOY: ¿ALGUNA VEZ VISTE LLOVER EN UN DÍA SOLEADO?
HOY: PADRE E HIJO
HOY: CRISIS DE ANSIEDAD
HOY: CON UNA PEQUEÑA AYUDA DE MIS AMIGOS
HOY: ATRÉVETE
HOY: QUE NADIE SEPA MI SUFRIR
HOY: LA IDENTIDAD DE UN SUPERHÉROE
HOY: NO HAY TAL CRISIS
HOY: EN EL AMOR TODO ES EMPEZAR
HOY: PLANTAR UN ÁRBOL, TENER UN HIJO, ESCRIBIR UN LIBRO
HOY: LA MANZANA DE ORO
HOY: SIN NICO
HOY: EL MAL DE LA ÉPOCA
HOY: A DONDE VAYAS
HOY: PURRETES
HOY: TALK SHOW
HOY: LA VIDA ES MARAVILLOSA CON VOS EN EL MUNDO
HOY: ALGO MUY IMPORTANTE
HOY: EL MAL AGÜERO
HOY: ÁNGELES Y LA FÍSICA CUÁNTICA
HOY: FACTOR DESENCADENANTE
HOY: PALABRAS MÁS, PALABRAS MENOS
HOY: EL OFF
HOY: EL AMATEUR PROFESIONAL
HOY: YO SÉ
HOY: FAMILIA
HOY: CONGA
HOY: SIENTO COMO UNA MUJER
HOY: QUEDATE CONMIGO
HOY: EL ESPEJO: PRIMERA PARTE
HOY: EL ESPEJO: SEGUNDA PARTE
HOY: ¿LOBO ESTÁ?: PRIMERA PARTE
HOY: ¿LOBO ESTÁ?: SEGUNDA PARTE
HOY: HOY PUEDE SER UN GRA DÍA
HOY: LAS SOMBRAS
HOY: EL SENTIDO DE TODAS LAS COSAS: PRIMERA PARTE
HOY: EL SENTIDO DE TODAS LAS COSAS: SEGUNDA PARTE
HOY: ¿DÓNDE ESTÁ EL AMOR?
HOY: COPIADO: PRIMERA PARTE
HOY: COPIADO: SEGUNDA PARTE
HOY: LA BOTELLA ROTA
HOY: EL SONIDO DEL SILENCIO
HOY: LOS SÚPER AMIGOS
HOY: CINCO BODAS Y DOS FUNERALES
HOY: EL ALMA AL CUERPO
HOY: LABYRINTH
HOY: A MI MANERA
HOY: ZARPADO
HOY: SÍ, ACEPTO: PRIMERA PARTE
HOY: SÍ, ACEPTO: SEGUNDA PARTE
HOY: NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA: PRIMERA PARTE
HOY: NO HAY NADA MÁS LINDO QUE LA FAMILIA UNIDA: SEGUNDA PARTE
HOY: ESTOY LISTO: PRIMERA PARTE
HOY: ESTOY LISTO: SEGUNDA PARTE
HOY: UN MUNDO AGRADABLE
HOY: BIGGER THAN THE WHOLE SKY: PRIMERA PARTE
HOY: BIGGER THAN THE WHOLE SKY: SEGUNDA PARTE
HOY: CASI ÁNGELES
HOY: MIDNIGHTS
MIDNIGHTS | AGRADECIMIENTOS

HOY: TODOS PARA UNO

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Af just4cherry

Nuestros rostros estaban peligrosamente cerca, un movimiento más y nuestros labios se juntarían. No sabía porqué, pero la duda entro en mí. ¿Qué tal si todo esto era por la fiebre alta que tenía y luego me rompía el corazón? Me daría mucha vergüenza que me rechace y quede como una tonta.

Me alejé.

—No me importa nada, Valentina, vos sos para mí.

Toqué su frente, estaba hirviendo —Tienes fiebre.

—Amor tengo.

Lo miré. Quería besarlo, pero tenía mucho miedo y quería que, si era verdad lo que me decía, esté bien. Necesitaba estar segura de que sus palabras vengan de él y no sea producto de una fiebre alta.

—Yo... me voy al cuarto de las chicas, mejor te dejo descansar.

Traté de levantarme, pero él me detuvo con una de sus manos. Lo miré.

—No, Valentina.

Suspiré —Simón...

—Sí, soy Simón— volvió a acercarse más a mí, no le respondí —Y te quiero dar ese beso, Valentina, sé que vos también. Decime que no, y me detengo.

Llevó una de sus manos a mi rostro y se acercó más con lentitud. No me alejé, él lo tomó como positivo, así que sonrió. Estábamos a tan solo milímetros de besarnos, cuando la puerta se abrió y Caridad entró por ella, emocionada.

—¡Qué beso!— exclamó Caridad

—¡No nos besamos!— respondimos Simón y yo.

Me puse de pié y Simón se volvió a recostar con un quejido. Carraspeé y miré a Cari.

—Nacho me besó. ¡Nachito!— explicó, abrí mis ojos sorprendida. Ella miró a Simón y frunció el ceño un poco confundida —Simón.

Miró a su alrededor, luciendo bastante confundida.

—Eh... ¿mis cosas? Ah, me equivoqué de pieza.

Me reí —Sí.

—Eh... de cuarto, digo, ¿no?— entrecerré mis ojos y sonrió —¡Reunión de chicas!

Abrí la poca para refutar, pero ella me jaló de brazo para llevarme al cuarto de las chicas. Antes de salir, le di una última mirada a Simón y vi que estaba que se cubría el rostro con ambas manos. Suspiré.

En el cuarto, encontré a Mar, Jazmín y Valeria. Me preguntaron cómo estaba y nos tiramos para hacer una ronda de chicas. Cari se veía muy ilusionada, y me parecía raro que Nacho la haya besado.

—Yo tenía razón, está muerto conmigo.

Estornudé.

Jazmín se rió —No, la que está muerta acá es Valen. ¿Por qué no te vas a acostar?

—Sí, dale, la gitana tiene razón— apoyó Mar.

—No, no, no, no, acá estoy fuera de peligro— dije y volví a estornudar —Acá estoy bien.

—La que está en peligro es Caridad con el cachetón ese— comentó Valeria.

Nos reímos.

—Nacho, no cachetón— corrigió Cari —Me besó, es como que... me quiere, ¿no?

—Sí, te quiere llevar a la cama— respondió Jazmín.

Valeria soltó una carcajada —¡No!

—Al casamiento, che, paren— Jazmín se retractó.

—Sí, escuchame, Cari, vos estás mal porque él-

Caridad la interrumpió —No, ¿me escuchan? Basta chicas. Bueno, va que yo estaba en el aula y...

Procedió a contarnos que estaba en el aula y Nacho estaba ahí con ella. Al parecer, tenía un orzuelo y le dijo que no se lo toqué y le preguntó si llevaba en la mano algún anillo de oro para curárselo.

—Se lo curé como en el campo— explicó.

Asentimos. Continuó contándonos de cómo ella se encontraba frotando el anillo para calentarlo sobre su vestido y Nacho, literalmente, le dijo "sos linda, paisa" para luego besarla. ¿Nacho diciendo eso?

—Y me besó— suspiró —Y fue muy distinto al beso que me dio el otro día en el bailongo en el día de la apuesta.

Sonreí —¿Entonces?

—Ah, se te fue la fiebre— Cari soltó una risita.

Nos reímos.

—Bueno, escuchen.

Se paró para recrear la escena con Nacho mientras nosotros escuchábamos atentas.

*****

NACHO
No, eh, pará, pará, Caridad, o sea, esto es un locura, toda una locura hermosa, pero...

*****

Caridad regresó a nuestro lado. ¿Nacho? Extraño.

—¿Dijo hermosa Nachito Pérez Alzamendi?

Las chicas y yo, menos Caridad, nos reímos cuando Jazmín lo dijo con voz súper aniñada.

—Bueno, sí, no dijo buenamoza, pero... ¿pero como que está loco por mí, no?

Solté una peque risa —¿Ah, eso quiso decir?

—Sí, como que está re nervioso él, que quería, pero que no quería— añadió ella.

—Esta bien— comentó Jazmín —¿Pero quiere, o no quiere?

—Sí, sí quiere. Escuchen.

Se volvió a levantar para continuar su escena con el amor de su vida.

*****

NACHO
No, eh... paisa, paisa, o sea, esto fue, pero... fue, ¿entendés? O sea, lo que... vos y yo no da, no da. Vos no das con lo que yo estoy buscando, no tenés nada que ver. ¿Entendés?

CARIDAD
Sí.

*****

Caridad regresó.

—Como que era especial, que era distinta, eso quiso decir— ella aseguró.

Fruncí mi ceño. O ella tenía problemas a sordera, o tenía problemas de comprensión porque aquello no fue lo que Nacho le quiso decir. Estaba como Jaz, se cegaba por amor.

—¿Eso? ¿Segura?— preguntó Jazmín.

—Sí— aseguró —Como que... entonces, como yo era especial, que era distinta a todo lo que él estaba, no sé, acostumbrado— añadió —A las otras chicas que el frecuentaba. Entonces, bueno que es por eso que el estaba todo pincorotado, ¿no?

Nos soltamos a reír.

—¿Así te dijo Nacho?— preguntó Mar.

—Sí, escuchen.

*****

NACHO
Okay, okay, pero de esto ni una palabra a nadie, ¿sí? Porque sino, mis acciones se van a pique.

CARIDAD
Sí, claro.

*****

—Como las acciones que iba a hacer conmigo en un futuro, ¿no? Juntos. Entonces es por eso que decidí no contar nada.

—Ah, pero nos estás contando a nosotras— señalé.

Las demás se rieron.

—No, ustedes no cuentan, es como si me lo estaría contando a mi misma— asentimos —Así que nada, eh, a nadie.

Hubo un largo silencio antes de que todas riéramos divertidas. Nacho con Caridad, vaya.

La puerta se abrió de repente y por ella entró Tefi.

—¡Tefi, me besó Nachito!— exclamó Caridad.

Me di un golpe en la frente. Para guardar secretos, Caridad no era la mejor.

—¿Qué?— Tefi preguntó, sorprendida.

Las chicas comenzaron a reír a carcajadas mientras yo negaba con la cabeza divertida. Es que era súper extraño viniendo de Nacho, o sea, Caridad es linda, buena, pero a Nacho le importan otra cosa, el nivel, la clase de una persona, es muy superficial, por ello me parece extraño todo lo que Caridad nos contó.

Felizmente, las chicas no me preguntaron sobre mi encerrada con Simón, no quería decirles aún sobre todo lo que había pasado en menos de veinticuatro horas. Noté que aquel sentimiento en mi pecho aún seguía, y más cuando Mar dijo que iría a preguntar sobre Thiago. Traté de alejar las malas vibras.

Mientras iba a la cocina a buscar algo para beber, lo vi a Nacho en la sala, y este se me acercó sonriendo.

—Bombón.

Me reí —Nachito.

—¿Qué hacemos? ¿Seguimos mal?— preguntó.

—Un poco, sí, pero ya se me pasará.

Sonrió, acercándose más a mí —A lo mejor... lo que vos necesitás es un enfermero personal.

—¿Qué? No necesito a nadie— le dije entre risas.

—¿Segura? Porque yo me puedo ofrecer, eh.

Le di un empujón y un golpe en el pecho —¡Nacho! ¿Qué estás haciendo? No estoy para bromas.

Al notar mi molestia, se alejó y soltó una risa. Yo lo miré, cansada.

—Eh... nada, no, no, no, estoy buscando a Simón— señaló el teléfono en su mano —Tengo a Corina acá al teléfono— asentí —Me está aturdiendo que quiere hablar con él— sonrió —¿Todo bien?

Entrecerré mis ojos —Ojito, eh.

—¿Ojo por qué? Yo no hice nada.

—No, no sé que vas a hacer, pero por eso, ojito— lo señalé —Ojito con lo que haces.

—¿Eh?

Se veía nervioso.

Me reí —Estás raro, ¿en qué andas?

—En nada, nada— aseguró.

—Ah.

—Voy a buscar a Simón, ¿dale?

Asentí y lo vi irse.

¿Simón estará mejor? ¿Y si voy a verlo? No, Simón estaba muy vulnerable, y no quería aprovecharme.

Después de unos segundos, encontré a Valeria y me preguntó si quería darle la medicina a Simón, yo no quería, así que ella entro a su cuarto para dársela, y yo me quedé afuera.

Ella salió después de un momento.

—¿Y?— pregunté.

—Listo— respondió —Palmó Simón, le di la pastilla y se puso a roncar.

Sonreí —Perfecto.

—¿Por qué se la quisiste dar vos?

—Porque... yo también estoy mal y no quiero seguir contagiándolo— mentí.

Jazmin y Mar llegaron a donde estábamos nosotras entre risas.

—¿Y Thiago?— pregunté —¿Saben algo? ¿Llegó?

—No, es raro porque Feli dijo que ya venía, pero ni idea— respondió Mar.

Fruncí mi ceño —¿Y qué dijo el doctor?

—Que estaba bien, que era un mareo, nada más.

Valeria me miró —Dale, Valentina. ¿Qué pasa con Simón.

—¿Simón?— preguntó Mar.

—¿Pasó algo?— preguntó Jazmín.

Negué —No, chicas, no nada nada, enserio— mentí —Me preocupa lo de Thiago, pero si Feli te dijo que está bien...

—Estará bien— completó Mar.

—Lo que sí, no los vi a los chicos— comentó Jazmín —Deben estar abajo, pero no, no los vi.

—Sí, andan en algo raro, no sé que, pero-

Mar se detuvo al escuchar el sollozo de alguien. Me acomodé la manta y nos acercamos al salón, donde vimos a Caridad. Estaba en el piso, llorando.

—Ey, Cari, ¿qué pasa?— pregunté.

—Nada.

—¿Fue Tefi, no?— preguntó Valeria —Esta turra, la voy a matar.

—No, Tefi no me hizo nada.

—¿Melody?— preguntó Mar —Decime que te hizo y le corto las patas.

—Pará— la detuvo Jazmín.

Me acerqué más a Caridad —¿Fue Nacho?

Ella no respondió, lo tomé como un sí.

—¿Qué te hizo ese enfermo Caridad?

—Nada, no, eh... tiene razón, se enojó porque conté lo del beso y... está bien, soy una bocona.

No podía creer que seguía defendiéndolo.

—¿Y qué más te dijo?— presioné.

—Vaquillona— murmuró.

—¡No, yo no lo puedo creer!— exclamó Jazmín.

—Sí, así como quien dice gordita me dijo— Caridad trató de justificarlo, pero la voz se le entrecortó y le acaricié el cabello para reconfortarla —Me besó, me besó de lástima.

Comenzó a llorar más fuerte. Intercambié miradas, enojada, con las chicas y supe que pensábamos casi lo mismo.

—¡Le voy a bajar el comedor a ese estupido!

—No, no, no, pará, pará, pará— Vale detuvo a Mar.

—¡¿Qué se cree que es?!— siguió ella.

—Escuchame— Valeria obligó a que la mire —Vos y yo vamos y le ponemos los puntos a ese pendejo ya. ¿Me escuchaste?

—Yo voy con ustedes— me uní.

—Vayan, vayan, vayan, yo me quedo con vos— Jaz, sonriendo, se acercó a Caridad.

Me quité la manta y me arreglé antes de irme hacia la casa de Nacho junto a Valeria y Mar. Me enojaba mucho que jueguen con las personas, y mucho más si eran mis amigas. ¿Por qué ser tan cruel con ella?

A pocos metros de llegar a su casa, lo vimos llegar y nos sonrió.

—Ey, chicas, ¿qué hacen?— nos acercamos, él no se daba cuenta de nuestras caras, serias —¿Vinieron a conocer la residencia Pérez Alzamendi?

—¿Qué le hiciste a Caridad?— le preguntó Valeria.

—¿A quién, a la paisa? Nada.

Mar no dejó que la tocara y le dió un golpe cerca de su estómago. Nacho soltó un quejido de dolor.

—¿Pero que hacés? ¿Estás enferma vos?

—¿Vos que hacés? No la vuelvas a joder.

—¿Pero de qué hablan?— preguntó Nacho, enojado —Lo que pasa entre ella es cosa de ella y mía. ¿Que se meten ustedes?

Me acerqué, enojada —Te metes con Cari, te metes con todas.

—¿Está claro?— preguntó Mar.

Ella, Vale y yo lo empujamos a la pila de tierra que había detrás de él. Nos sonreímos una vez más y lo dejamos solo.

—Es un cobarde Nacho— comentó Mar.

—Para mí, seguro que la vuelve a joder a Cari.

Me reí —No, no creo, Vale.

—Que lo intente van a ver como le dejo la carita.

Nos reímos. Hay personas que de vez en cuando se merecen una buena cachetada para que entiendan, que no está bien humillar a las personas.

En el camino, vimos correr a alguien. Yo entrecerré los ojos, tratando de reconocer aquella persona que se me hacía familiar. Entonces, recordé.

—¿Ese no es el ángel rojo?— pregunté, señalando al sujeto —¿El superhéroe de Jazmín?

—Sí, sí es.

Nos miramos y comenzamos a correr hacia él, para hablarle.

—¡Pará, flaco!— Mar pidió entre gritos —Pará, pará vení, somos amigas de Jazmín.

El Ángel Rojo nos vió y e seguidamente de metió al primer lugar que encontró, era una casa gigante. Le di una mirada de decepción. ¿Por qué huía?

—No, pero-

—Pero vení.

Miré a las chicas —¿Qué hacemos? ¿Vamos?

—Sí— respondió Mar.

—¡Alto!

Las tres nos giramos y vimos a un hombre apuntar un arma hacia nosotras. Nos asustamos.

—No, no, no, no, pará, pará, pará, no dispare, pará, no, no— pidió Mar.

¿Morir dos veces en un día? Yo estaba de muy mala suerte. ¿No fue suficiente con estar encerrada en un frigorífico?

De pronto, apareció Nico y trató de quitarle el arma al sujeto. Cuando lo logró, le dió un golpe fuerte y a su lado llegaron Salvador y Rama. Me sentí extraña cuando el primero se me acercó para revisarme que estuviese bien, pero asumí que eran los nervios.

—¿Están bien?— preguntó Nico.

—¿Vale, estás bien?— preguntó Rama.

—Sí, estamos bien— respondí.

Se escuchó un disparo, haciéndonos pegar un grito de la impresión y de la casa salieron dos hombre, y Charly. Aquellos hombres estaban armados así que no teníamos escapatoria.

Charly se acercó, burlándose de nuestros gritos.

—Bienvenidos— sonrió —Bienvenidos, pasen.

Los hombres acercaron sus armas, no había opción más que obedecer. No entendía qué sacaba Charly, esto era absurdo.

Adentro, vimos que se encontraba Thiago, y yo me acerqué para darle un abrazo, aliviada de verlo ahí, sano y salvo. Uno de los tipos me separó de él y me jaló hacia el sofá para luego atarme como lo hacían con los demás. Me quejé.

—¡Ay, Dios!— exclamó Nico, tratando de desatarse —¿Se dan cuenta porqué yo quería venir solo?

—Nico, no entiendo nada, ¿qué hacemos acá?— fue Mar quien le preguntó eso —¿Y qué hace Thiago así vestido y... bailando?

Fue ahí cuando me di cuenta de que efectivamente, Thiago tenía puesta ropa de hospital. Parecía estar, sin embargo, ajeno a lo que estaba sucediendo.

—¿Marizza, podemos ensayar?— preguntó Thiago, dirigiéndose a Mar —Quiero ensayar. ¿Dónde está Mía?

Entonces me miró y sonrió emocionado mientras lo miraba confundida. ¿Marizza? ¿Mía?

—¡Mía!

—¿Eh?

—¿De qué hablás Thiago?— preguntó Valeria.

—Sigan así, eh, sigan así— continuó él —Sigan así y Erreway se va a pique. No sé quién sos— me dijo él, confundido a Valeria —Pero se va a pique.

—Chicas, tengan paciencia— intervino Nico —Tiene un problema de cableado importante. Cree que está en una banda llamada Erreway... ustedes síganle la corriente.

—Eh, perdoname, ¿vos quién sos?

Nico lo miró enseguida —¿Cómo quién soy, Pablo? Tu representante, portate bien.

—Ah, perdón.

Charly apareció, riendo.

—Pecados capitales, viste, Nicolás. Bueno, viste ese final tremendo.

Thiago sonrió —Sí.

—Así van a terminar tus chicos.

—¡Chicos, es el tío Charly!— exclamó Thiago y soltó una risa —¿Dónde estamos, chicos?

Me preocupaba verlo así, parecía un loquito que no sabía dónde estaba parado. ¿Qué le hicieron?

—Eh... Charly, te pido un favor, soltalo a Thiago, no está bien— pidió Nico.

—¿Cómo, cómo que...?— Thiago lo miró.

—A ver, Charly, Charly, Charly— lo llamó Salvador.

—Yo quiero ensayar, chicos, yo quiero ensayar.

—Ya va, Pablo, ya va— Salvador miró a Charly —Se está complicando la cosa, Charly. Ya están viniendo refuerzos, hay policías afuera— advirtió —¿Por qué no nos entregás a Cielo, nos dejas ir y todo bien?

Charly comenzó a reírse. Thiago lo siguió.

—Muy bueno— entonces sacó su teléfono —A vos te recomiendo la edad de la inocencia, ¿viste?

—No, yo no— respondió Thiago.

Charly y los hombres armados se fueron.

—¿Nico, está Cielo acá? ¡¿Qué hacía el Ángel Rojo?! ¡Chicos, no entiendo nada! ¡¿Qué pasa acá?!

Nadie le respondió a Mar.

—Nico— le hable —No entiendo nada. ¿Qué pasa?

—Yo tampoco entiendo, no tengo la menor idea de quién es el Ángel Rojo, pero ojalá que no nos meta en problemas, nada más— respondió Nico.

—No, no, el Ángel Rojo nos va a ayudar.

—Bueno, bueno— habló Thiago —Arranco solo, no me quiere seguir nadie, entonces arranco solo, ¿va? Quiero quedarme para cosas buenas— se detuvo y miró a Mar —Marizza, ¿no entrabas vos ahí... en el puente o entraba yo? No, no me acuerdo.

—Vos, vos, vos, vos— respondió ella.

—Ah, okay. Capo, capo— llamó a Nico —¿Qué clase de terapia en grupo es esta? ¡No me va! ¡No me va! Estamos sentados atados y no hicimos ni una coreo todavía— miró a Valeria —¿Vos sos el reemplazo de Mía? ¡Si ella está acá! No sé quien sos.

Nico solo soltó un suspiro.

—¿Y vos?

Salvador lo miró —¿Yo qué?

—¿Vos quién sos?

—Soy terapeuta, eh.. laburé con grupos grosos o sea Rolling Stones, eh... Erreway, o sea... soy terapeuta, tranquilo— mintió.

—Ah, okay.

—Perfecto, listo— añadió Nico.

Nos quedamos en silencio, pensando cada uno algo diferente, hasta que de pronto, se escuchó la voz de Cristobal.

—Papá, papá, papá, papá.

—No, no, estoy loco ya deliro me parece escuchar la voz de mi hijo, es imposible.

—Papi, soy yo, no delirás— respondió Cristobal. Me acerqué a Nico —Te puse un micrófono.

—Tenés un micrófono acá— señaló Valeria.

—¿Dónde, dónde, dónde, dónde?

—En la espalda— respondí.

—Hijo, hijo, hijo, no- Hijo, sos un fenómeno si me pusiste un micrófono, ¡sos un fenómeno!— sonreí, Cristobal era un genio —Te amo hijo, te amo. Igual llego a casa y te juro que te mato, te mato.

—¿Eh, qué pasa? ¿Estás hablando solo?— preguntó Thiago —¡Estás delirando!

—No, Thiago, Thiago cállate la boca estoy hablando con mi hijo. Nos puso un micrófono— explicó, pero Thiago no entendía —Está escuchando y nos puede ayudar. ¿Hijo? ¿Qué pasa, dónde estás? ¿Escuchás?

—Sí, Luca y LLeca están apostados. Vamos a dirigir la operación desde la base.

—No, no,, no, hijo, yo me imaginé que estabas solo, pero olvidate, que no te se ocurra entrar. Está lleno de gente armada, así que no se te ocurra entrar— y luego frunció el ceño —¿Cómo desde la base? ¿Qué están todos en la base? ¿Qué quisiste decir con eso?

—Dale, Lleca y Luca te escuchan. Describí el lugar.

—No, no, chicos, chicos, es imposible hay tres tipos en la entrada, hay dos tipos en el fondo y... hay dos tipos más arriba, olvídense, no entren, no entren.

—Dice Lleca que se manda— respondió Cristobal.

—Lleca, Lleca, escuchame bien lo que te digo, no se te ocurre a entrar ni a vos ni a nadie, ¡¿escuchaste! No entren, no entren. ¡Son muchos!

—Gracias, pa, vos tranqui. Llamo a la policía.

—¿Cómo gracias? ¿Gracias por qué, hijo? Hijo, hijo no entren, te dije que no entren, ¿me escuchaste?

—¿Vos sos Andrés, no? El pampa te dicen.

Nico solo miró a Thiago. En eso, apareció un señor.

—¿Vos podés creer? Tenemos giras internacionales y no quieren ensayar, no lo puedo creer.

Otra puerta se abrió y de ella salieron el Ángel Rojo junto a Cielo.

—¡Cielo!— exclamó Rama, feliz.

El Ángel Rojo le pegó a uno de los hombres fuerte, pero vino otro y lo agarró del cuello mientras tenía un arma apuntándole. Luca y Lleca llegaron y todo pasó a ser una pelea.

Se escuchó un disparo y Lleca cayó al piso.

—¡Lleca, Lleca!

—¡Lleca!

Lleca se levantó y Nico le preguntó si estaba bien, a lo que él respondió que sí. Los hombres se fueron y los chicos vinieron a ayudarnos a desatarnos, Cielo se acercó a mi para ayudarme, pero extrañamente, yo ya me encontraba desatada y ella me miró, pero optó por no decir nada. Me levanté para ayudarlos.

—Vamos, vamos, vamos, vamos.

Todos salimos juntos de aquella casa mientras que nuestro superhéroe se quedó para amarrarlos. Las sirenas policiales se escuchaban más cerca.

—Chicos, no se expongan, suban al auto.

Nico se giró para agradecerle al Ángel Rojo, pero él nunca salió.

—¿Dónde está el flaco, dónde está el...

—¿El Ángel Rojo?— completé su frase.

—Sí, ¿quién era?

Me reí —Su superhéroe de Jazmín.

—Sí, ¿es un groso, no?— preguntó Rama.

Nico sonrió —Sí, la verdad que sí.

Nico se dió cuenta de que Thiago estaba hablando, fuertemente, con los policías, así que se acercó.

—Thiago, Thiago— lo llamó.

—Flaco— Thiago se cruzó de brazos, enojado —¿Me vas a llevar al recital, o no me vas a llevar al recital?

—No, oficiales, adentro, están desarmados adentro.

Salvador nos miró —Volvemos a casa.

—Sí, a casa, ¿al hogar, no?— Lleca miró a Cielo.

—Sí, volvemos a casa, por supuesto. Bueno, chicos, vayan subiendo al auto.

—Dale.

—A ver, ocho, por acá seis, aquí doce...

Me reí al ver que nos llamaba por números, pero le sonreí y me subí al auto. Tuve que jalar a Thiago, y meterlo al auto porque lo veía desorientando aún y no parecía saber a donde ir.

—¿Dónde está Tacho? ¿Tacho, chicos? Tacho, ¿vio alguien a Tacho?

—¡Acá!

¿Tacho estaba aquí? Nunca lo había visto. Extraño.

—¿Tacho, dónde estabas?— cuestionó Nico.

—Eh... quise intentar entrar por atrás pero, pero no pude.

—Gracias, eh— respondió Cielo —¿Vamos?

Entrecerré los ojos. ¿Gracias? ¡Si no hizo nada!

Todos subimos al auto como pudimos porque eran muchas personas para un auto no tan grande. Una que otra persona iba en las piernas de la otra y nos fuimos para la casa de los chicos, sanos y salvos.

Cuando llegamos al Hogar Mágico, me fui al baño, me lavé la cara y volví a la sala. Demasiadas en tan poco tiempo me pasaron y agradecía estar viva, era bastante extraño, pero no me quejaba.

—¿Festejamos?— propuso Nico.

—Gracias, de verdad, yo les agradezco un montón, todo lo que están haciendo, pero yo no me acuerdo de ustedes todavía. Perdón.

Todos miraron con decepción a Cielo.

—Bueno, ya se te va a caer la medianera— Mar dijo.

—¿Qué?

—Que te relajés— explicó.

—Nico, Monito y Alelí palmaron. Simón, estuve con él y está mejor. Thiago está... no sé.

Thiago apareció en ese momento, vestido distinto y con una guitarra colgada.

—¿Vamos a ensayar o no?— preguntó.

—No, está muy mal— murmuró Nico —¿Segura vos que Feli te dijo que estaba bien?

—Sí, pero yo no lo veo muy bien, ¿cómo lo ves?

—¿Che, qué hacemos?— preguntó Rama —¿Solo le seguimos la corriente? Se cree Pablo de Erreway.

—Che, es la última vez que se los digo— Thiago nos miró —Si no me me busco otra banda.

—Dale, un segundito, Pablo, un segundito— Nico le dió una mirada a Rama —Sos Manuel— me miró, le sonreí —Sos Mía.

—¿Marizza, venís?

—Sí, sí— respondió Nico.

—No— contradijo Mar —No, pará, pará, pará, pará, no. Pablo, Pablo me parece que no da esto, Pablo.

—Eh... yo quiero ensayar. Quiero ensayar, vamos a ensayar.

—No, Marizza, está bien, está bien.

Tacho prendió la tele y Thiago comenzó a bailar la canción que se escuchó. Se quitó la casaca y por la puerta entraron Malvina y Feli preocupadas.

—Thiago, lo perdimos no sabemos dónde está, está muy grave, no sabemos que hacer— Malvina habló, acelerada —¿Qué-qué hacés? ¿Dónde estabas vos?

—Eh... está ahí— lo señaló Nico.

—¿Lo encontraron?

—Tranquila, Thiago está bailando ahí.

—¿Qué? No, no, no puede bailar. ¡No, está grave, lo tienen que operar urgente!

Me asusté. ¿Operar? Ella se quiso acercar a Thiago, pero Nico la detuvo, pidiéndome que se calmara. El pecho me comenzó a doler y tomé un poco de aire y traté de tranquilizarme también.

Entonces, Thiago se cayó al piso, desmayado.

—¡Thiago!— grité.

Me acerqué rápidamente y Malvina hizo lo mismo, llorando y gritando su nombre.

—¡No— sollozó ella —¡Thiago!

Todos miraban asustados a Thiago y yo me alejé un poco al sentir mi pecho doler y mi rostro mojado de lágrimas.

—¡Una ambulancia, llamá una ambulancia!

Nico sostuvo a Thiago, palmeando su rostro. Todos estaban procesando lo que estaba sucediendo.

La ambulancia llegó poco tiempo después y Thiago fue subido a una camilla con un collarín.

—Estaba bailando, se desmayó, no, no, no te puedo explicar más.

—¿Qué tiene? ¿Qué tiene, Nico, qué tiene?— Mar le preguntó entre lágrimas.

—Quedate tranquila, quedate tranquila.

Los doctores de lo iban a llevar, pero Mar se aferró fuerte a la camilla pidiendo que no se lo lleven. Me acerqué a ella y la abrace, no sabía porqué, pero no podía dejar de sentirme mal y mi vista se empezaba a nublar.

Me alejé de Mar, jadeando y comencé a parpadear, rápidamente, para poder ver mejor. Sentí como me daba vueltas todo y muchas luces parpadear, nadie se daba cuenta aún de lo que me estaba pasando.

De pronto, sentí mi cuerpo desvanecerse, y todo se volvió negro. Lo último que escuché fue un grito de horror llamar mi nombre.

—¡Valentina!

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