El destino de la casualidad (...

By LuJaureguiCabello

443K 20.7K 3.5K

Hay gente que cree en el destino. Hay gente que piensa que lo que pasa no es más que mera casualidad. Pero ¿... More

Introducción
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
FINAL
Capítulo 35 - FINAL
EPÍLOGO
Capítulo 36 - EPÍLOGO
Hola otra vez
CHICOS
IMPORTANTE
ME PUBLICAN MI LIBRO
TRAILER

Capítulo 14

12.7K 577 160
By LuJaureguiCabello


Lauren y Camila habían pasado el resto del concierto pegadas la una a la otra. Lauren había dejado de bailar para abrazar a Camila por la cintura desde atrás y depositar tiernos besos en su mejilla de vez en cuando. También, a veces, Camila giraba su cuerpo para agarrar la cara de Lauren con sus dos manos y dejar un dulce beso en sus labios, y hacer morisquetas pellizcando sus mofletes. Lauren sentía una especie de escalofrío cuando la chica más baja hacía esto, un escalofrío que le hacía sonreír y desearla aún más.

Cuando salieron del auditorio, seguidas y siguiendo a la multitud, entraron al coche de Lauren, donde estuvieron solas y tranquilas por primera vez, y aquello ponía un poco nerviosa a Lauren.

-¿Qué va a pasar ahora? -preguntó Camila.

Lauren, que estaba arrancando el motor del coche, devolvió la llave a su posición original.

-¿Qué quieres que pase? -preguntó Lauren.

-No sé -contestó Camila, ruborizándose ligeramente.

Lauren se acercó a la pequeña y comenzó a dejar besos en sus mejillas, mientras sentía la mano de Camila posarse en su espalda.

-¿Por qué no te pones el cinturón? -preguntó Lauren separándose un poco.

-No lo hagas -pidió Camila, dejando un poco desconcertada a la chica de ojos verdes.

-¿Que no haga qué, Camz? -volvió a preguntar Lauren.

-No te separes de mí -musitó Camila.

Lauren dejó un beso en sus labios antes de volver a hablar. Se sentía tan extremadamente bien al estar ahí quieta.

-Ponte el cinturón, Camz -pidió Lauren de nuevo, con una sonrisa pequeña en el rostro.

Al principio, Camila se sintió un poco triste. Quizás pensara que Lauren no quería seguir aquella conversación, no quería besarla más o, simplemente, tenía ganas de irse a casa; algo que ella ni si quiera tanteaba. Pero cambió de opinión cuando Lauren condujo más allá del área de sus casas y estuvo conduciendo durante, al menos, veinte minutos más.

-¿A dónde me llevas? -preguntó Camila con un tono divertido.

-Voy a secuestrarte, violarte y descuartizarte -bromeó Lauren sin dejar de mirar la carretera.

-Eh, no hagas trampas.

-Cada uno juega sus cartas -dijo Lauren guiñando un ojo rápidamente a Camila. -¿No era algo así?

Camila cruzó sus brazos haciendo un puchero con sus labios. Lauren dirigió un par de miradas rápidas a Camila.

-Eh, vamos, no seas así -pidió Lauren con una sonrisa. -Eso es jugar sucio.

-Tú estabas usando mis técnicas, tienes más maldad que yo -dijo Camila, sin cambiar su tono de voz, el cual haría que cualquier asesino le comprara un caramelo.

-No lo creo -dijo Lauren riéndose.

Condujeron unos kilómetros más y, a unos escasos minutos, Lauren estacionó en un lugar en el que ambas habían estado previamente.

-¿Me has traído a casa de Cara? -preguntó Camila, completamente confundida, mirando por la ventanilla.

-No, Camz -rió Lauren, señalando con su dedo al frente.

A Camila se le iluminaron los ojos al ver a dónde Lauren le había llevado. Sus comisuras se elevaron hasta permitir a la chica de ojos verdes ver sus dientes.
Camila se desabrochó el cinturón y salió del automóvil. Lauren la imitó, después de haber metido las llaves en el bolsillo trasero.
El morro de su 4x4 presenció un tierno beso que hizo que la chica más pequeña tuviera que ponerse de puntillas para alcanzar.

-Es cutre, Camz -dijo Lauren cuando la otra chica le dejó aliento.

-Es lo más bonito que me han hecho en la vida -dijo Camila, sincera y con un nudo en la garganta.

Frente a ellas, el tipo que les vendió su primera cena juntas, el hombre del puestos de perritos calientes, sujetaba un ramo de rosas en su mano izquierda y una pizza en su mano derecha. Las chicas debían admitir que aquel tipo pequeño, gordo y con un sombreado bigote gris sobre su labio superior, se veía gracioso. Parecía todo un mariachi.

-¿Cómo has hecho todo esto? Es decir, ¡no es posible! -dijo Camila extremadamente impresionada.

-Nada es imposible cuando tienes a tres amigas que matarían por que tuviéramos sexo en mitad de la calle -dijo Lauren mostrando sacudiendo un poco su teléfono móvil. -Les pedí que lo hicieran en cuanto tuve la oportunidad.

Camila volvió a besar a Lauren, en un intento de demostrar lo agradecida que estaba, aunque ni si quiera supiera por qué lo había hecho.

-¿Karlita Camilita Cabello Estrabao? -preguntó el hombre cuando nos acercamos. Definitivamente era mexicano.

-Sí, algo así -dijo Camila riendo. -Voy a matar a Dinah.

-Al menos no has pensado que fui yo -bromeó Lauren.

-Una chica muy alta vino acompañada de otras dos y trajo esto. Parecía especialmente contenta y me pidió que os dijera que ella sería la capitana de las cam... cam... algo así, ¿cómo se decía...?

-Camren shippers -dijo Lauren en ayuda al hombrecillo.

-¡Sí, eso! Qué palabras tan raras... -dijo el hombre soltando la pizza en manos de Camila. Rápidamente, Lauren se adelantó para agarrar el ramo de rosas. -Las tres parecían emocionadas y me encargaron que te dijera que si decías que no irían a tu casa a patearte el culo.

-¿Decir que no a qué? -preguntó Camila con el ceño fruncido.

El tipejo se encogió de hombros y pareció tierno y adorable.

-A la pizza -se adelantó Lauren, cuando el hombre quiso hablar.

-¿Cómo iba a decir que no a una pizza? -preguntó Camila confundida.

-Gracias por todo, señor -dijo Lauren, empujando a Camila por los hombros y conduciéndola fuera de allí, antes de que el hombre hablara más de la cuenta.

Las chicas volvieron a meterse en el coche, pero está vez en los asientos traseros, con las luces encendidas y dispuestas a tener una cena... diferente.

-¿Por qué no abres la pizza? -preguntó Lauren ansiosa.

Camila le enseñó una sonrisa boba antes de abrir la tapadera roja y que su expresión cambiara por completo. Lauren la miraba atentamente. Con hermosas letras cursivas, típicas de Ally Brooke, y con un rotulador negro, estaba escrito lo siguiente:

"Camz, ¿quieres ser mi novia?"

Más abajo, una letra un poco descuidada, pero con el mismo rotulador permanente:

"Si dices que no, me encargaré de patearte el culo en media hora"

Seguro que había sido Dinah.

Camila cerró la tapadera, absorta, mirando a Lauren con una expresión indescifrable en sus ojos. Sus mejillas ardían y el calor se había apoderado de ella. No es que no tuviera clara la respuesta, sino que no se esperaba aquello allí mismo, aquel día.

-¿Camz? -alentó Lauren. -Estoy esperando.

La chica más pequeña apartó la caja de pizza haciendo que volara por el todoterreno y abrazó a Lauren por alrededor de su cuello mientras plantaba un beso prolongado en sus labios.

-Sé que puede parecer precipitado. ¡Demonios! Quizás lo sea -dijo Lauren tomando el beso de la chica como una respuesta afirmativa. -Pero, ¿sabes qué Camz? Creo que estamos destinadas a estar juntas. Aquel encuentro casual Camz... el haber tirado tus perritos calientes aquel día...

-¿Eso piensas? -dijo apartando un mechón de pelo de la frente de Lauren. Aquello le empezaba a gustar más de lo normal.

-Si, Camz -asintió dulcemente Lauren con la cabeza.

-¿Quieres decir que nuestro encuentro casual no fue tan casual? -preguntó Camila sonriendo frente a tal sugerencia.

-Es más que eso, Camz. Quiero decir que estaba escrito que nos encontráramos por casualidad.

-Creo que no logro entenderte del todo, pero me gusta -dijo Camila embobada.

-Eres el destino de mi casualidad, Camz -concluyó Lauren. -Has hecho mucho por mí.

-Bueno -comenzó a decir Camila. -en realidad has sido tú la que me ayudado con matemáticas.

Lauren rió y dejó un beso en los labios de su novia. Que, claro, era un poco extraño pensar así, pero es lo que eran y debía acostumbrarse.

-Tú sólo acepta que has hecho mucho por mí -dijo Lauren sonriente.

-Está bien -rió Camila y, después de unos segundos, habló de nuevo. -Y bueno, ahora que somos... novias, ¿qué va a pasar?

-¿Con qué? -preguntó Lauren frunciendo el ceño.

-Ya sabes, las chicas, nuestras familias... ¿qué vamos a hacer? -preguntó Camila.

-Oh, entiendo. Las chicas están encantadas de que esto sea así, ya sabes -dijo Lauren apuntando a la nota de Dinah en la tapadera de cartón mientras ambas chicas reían. -Y nuestras familias... Camz, no tienes por qué decirlo ya. Puedes hacerlo cuando estés más preparada.

-¿Crees que está bien ocultarles algo así? -preguntó Camila, obviamente inexperta en este tema.

-Sólo por ahora. Date tiempo para aceptarlo y entender lo que somos, entonces será más fácil para ti explicarlo y para ellos entenderlo -explicó Lauren acariciando el antebrazo de la pequeña con sus uñas.

-¿Tú lo has hecho ya? Ya sabes, cuando saliste con Kristen -dijo Camila.

-No -dijo Lauren y, después de un segundo de confusión, volvió a hablar. -Espera, ¿quién te ha hablado de Kristen?

-Ally, el otro día en el partido. Se tapó la boca en cuanto lo dijo. Supuse que había metido la pata, pero a mi en realidad no me importa -dijo elevando una comisura.

-¿De verdad?

-Claro.

-Pues bueno -dijo Lauren alzando un dedo. -para tu información y la de Ally, no estuvimos juntas. Lo intentamos durante un par de semanas, pero claramente no funcionó. Me alegré al oír que estaba saliendo con Cara. ¿Qué hay de ti?

-¿De mí? -preguntó Camila, rápidamente desviando su mirada hacia el suelo.

-Sí, de ti. Antes de mí, ya sabes -dijo Lauren, que aunque conocía perfectamente la respuesta, quería oírlo de su boca.

-Yo... -comenzó a decir Camila. -Yo nunca...

-Está bien. Lo sé, me lo dijo Dinah -ayudó Lauren a la pequeña, que parecía tener problemas para soltar la frase.

No es que Lauren fuera a entristecerse si Camila hubiera tenido a alguien en su vida amorosa. Es decir, ni si quiera se conocían hacía un mes. Pero si que le enorgullecía saber que era lo suficientemente buena como para haber penetrado en la espera de Camila.

-Hablando de Dinah -dijo Lauren mientras sacaba su móvil, que vibraba con la cara de Dinah en la pantalla. -Ten, habla con ella.

Lauren le pasó el teléfono a Camila, que mantuvo una conversación con la polinesia de escasos minutos. Lauren sonreía y miraba las reacciones y carcajadas de Camila, prestando especial atención para tratar de descifrar el jeroglífico que parecía la llamada.

-¿Qué dijo? -preguntó Lauren mientras Camila le devolvía el aparato.

-Nada importante -dijo ruborizándose ligeramente. -Ya conoces a Dinah.

E inmediatamente Lauren supo que la más alta del grupo había estado preguntando cosas sucias al otro lado de la línea, así que dejo de preguntar. Lauren se unió a las risas de Camila y continuaron aquella noche tan especial.

Abrieron la pizza y la comieron. Camila comió considerablemente más que Lauren, pero no porque la chica de ojos verdes se preocupara, sino porque la de ojos color café habría sido capaz de zampársela entera. A decir verdad, Lauren se sentía mentalmente mucho más sana. Había dejado de pensar en calorías y en grasas con cada bocado que daba y hacía sus comidas normalmente. Parte de aquello se lo debía a Dinah, la charla que le había dado hacía una semana le había hecho darse cuenta de lo egoísta que estaría siendo si comenzara una relación con Camila estando mentalmente enferma. También ver a sus dos mejores amigas tan afectadas y doloridas frente a la situación, le hizo recapacitar sobre el daño que podía hacer a los demás. Sin embargo, nunca pensó en ella, en el daño que se había hecho.
Quizás, sí, sólo hubiera sido una mala racha adolescente. O quizás, tan sólo quizás, la pequeña obsesión que Lauren había creado en su mente, estaba tomándose un pequeño respiro para luego resurgir más fuerte que la primera vez.

-Camz -dijo Lauren cuando hubo estacionado en frente de la casa de Camila. -estoy muy contenta de que hayas aceptado.

Inicialmente Camila no contestó con palabras, pero se acercó a Lauren, apretó su mano con fuerza y beso tierna y dulcemente los labios de su novia.
Lauren se quedó con los ojos cerrados durante un par de segundos y, cuando los abrió, se encontró a una Camila embobada y sonriente en frente suya.

-¿Sabes? -preguntó Camila colocando un dedo en su comisura,dándose a sí misma un toque interesante. -Creo que verte abrir los ojos está subiendo puestos entre mis aficiones favoritas.

-¿De verdad? -preguntó Lauren sin soltar la mano de Camila ni un solo instante. -¿Y por qué?

-Porque es como... oscuridad, y luego luz -dijo Camila apreciando los ojos de Lauren.

-No te entiendo -dijo Lauren sin dejar de sonreír.

Camila rompió el contacto de sus manos para comenzar a acariciar suave y delicadamente el rostro de Lauren con dos de sus dedos.

-Verte abrir los ojos es como ver abrir un telón. Todo está oscuro en una sala, no sabes qué vas a encontrar detrás de aquel pedazo de tela. Es como... es como si se te hubiera olvidado qué es una obra teatral. Pero luego, la tela se desliza a un lado y lo entiendes todo: personajes, efectos especiales, la banda sonora... Es como un mundo. Un mundo completamente desconocido pero que, a la vez, sabes perfectamente qué es y de dónde viene. Así es como me siento cuando puedo verte abrir los ojos. Como si acabara de presenciar el comienzo de la mejor obra del mundo. Dos realidades, dos mundos -dijo Camila sin dejar de delinear el rostro de Lauren.

Lauren no contestó. Estaba seria, tratando de encontrar el doble sentido de aquello que le acababa de decir la pequeña.

-¿Me entiendes? -preguntó Camila.

-Creo que sí -mintió Lauren.

-No lo haces -afirmó Camila desabrochando su cinturón y abriendo la puerta.

-¿Por qué no?

-Porque entonces sonreirías más -dijo Camila mientras salía por la puerta de copiloto.

-¡Eh! -llamó Lauren frustrada, mientras Camila caminaba sobre sus tacones con dificultad, rodeando el coche para cruzar hasta su casa, con expresión divertida -¡Explicámelo!

Camila no miraba hacia atrás, a cambio, dejaba ver a Lauren sus increíbles piernas y su hermoso trasero. Cual se culpó de pervertida por mirar más de lo normal.
Abrió la ventanilla que le correspondía, dispuesta a alargar el contacto con la chica lo más que pudiera aquel día.

-¡Camz! -llamó Lauren. -Dame al menos un beso de buenas noches.

A Camila pareció gustarle la idea, pues no tardó más de medio segundo en reaccionar, dar media vuelta, recorrer el espacio que acababa de encaminar hacia su casa y asomar su cabeza por la ventanilla abierta hasta chocar sus labios con los de Lauren.
La chica de ojoa verdes sintió un pellizco benévolo en su estómago cuando, de lo que parecía un beso casto e inocente, pasaron a un intercambio de saliva que necesitó de una pequeña separación de rostros para tomar aire.

-Anda, corre, no querrás que tus padres te vean besando a una, prácticamente, desconocida en un todoterreno negro -bromeó Lauren, aún a escasos milímetros de la boca de su chica.

-Deberían ir haciéndose a la idea -dijo Camila, que provocó un interés escalofrío en Lauren al morder su labio inferior, justo antes de besarla de nuevo.

Lauren observó cómo Camila abría la puerta de su casa y la traspasaba. Una vez fuera de peligro, arrancó el motor de su coche y se fue a casa.

Había sido un día largo, pero también uno de los mejores de su vida. Lauren pensaba en la pequeña, en cada uno de los contactos, pequeños y no tan pequeños que habían tenido durante el día y la noche. Debía estar agradecida a las chicas de que la hubieran ayudado tanto.

Lauren no podía borrar la sonrisa de su rostro, nada podía. Llegó a casa pasada la media noche. Sus padres y hermanos dormían plácidamente y a ella le quedaba poco para hacerlo. Se puso su ropa de dormir, tratando de hacer el mínimo ruido para no despertar a su familia.
Una vez lista, se tumbó en su cama y se tapó medio cuerpo con su colcha de Bob Esponja. Fue entonces cuando lo supo: para Camila, ver cómo Lauren abría sus grandes esferas verdes, era como presenciar un nuevo mundo, diferente, pero a la vez conocido. Lauren era su nuevo mundo. Su nueva obra.

Sonrió más. ¿Cómo podía algo arrebatarle tal felicidad?

Qué ilusa, Lauren.

Continue Reading

You'll Also Like

999K 106K 142
1era y 2da temporada ♥️ Sinopsis: En donde Jimin es un Omega mimado y Jungkook un Alfa amargado, los dos se casan por sus propias conveniencias. ⚠️...
419K 25.5K 33
Matthew James Roosevelt es considerado el hombre más rico y poderoso del mundo licántropo. Su belleza, inteligencia y linaje lo convierten en el ser...
189K 9.2K 51
Después de que sufres mucho y tú vida al fin es perfecta, te sientes vacía, apesar de estar rodeada de gente, te sientes sola, tu corazón extraña sol...
16.4K 1.4K 15
Lauren fue más que un trastorno alimenticio para la enfermedad de Camila.