─✾ fighting for us ✾─
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liverpool, 1960
mccartney corría bastante apurado en busca de su amiga, pero parecía que los pasos de love habían sido el doble de veloces. no la encontró por ningún lado; no estaba en las bancas donde solían platicar por horas, no estaba en biba comprando ropa, ¡ni siquiera estaba en el puesto de helado!
paul comenzó a entrar en pánico y el miedo de no aclarar esa situación corría por sus venas. el pelinegro se detuvo un momento en un intento de recuperar su aliento y normalizar sus fuertes y cansados latidos en su corazón. se sentó sobre el suelo al lado de un árbol, juntó sus piernas con su pecho y las abrazó. la situación hacía que se sintiera tan pequeño y vulnerable en comparación con lo que sucedía a su alrededor.
simplemente no podía dejar el tema concluido, pues ese mal entendido podría costarle muy caro en el futuro.
la inquietud y frustración habrían hecho que paul soltara unas lágrimas en cualquier momento, pero soportó esas malas sensaciones. tomó un aliento profundo y creyó que lo mejor sería arreglar todo cuando su ambiente estuviera más tranquilo.
el pelinegro miró hacia arriba y logró observar las delicadas hojas que se columpiaban en las ramas del árbol, ellas estaban tan tranquilas y hacían parecer que todos los problemas en el mundo eran muy pocos; sin embargo, nada era como pintaba la naturaleza, pues las cosas eran bastante abrumadoras para paul en esos momentos, pero ese ambiente lo sacó de su realidad por un momento.
suspiró pesadamente por quizá décima vez en el día y se levantó. su angustia había reducido un treinta por ciento, lo que fue suficiente para levantarse y sacudirse la tierra que se adhirió a sus pantalones. el muchacho miró su panorama y comenzó a caminar otra vez, tal vez distraerse era la mejor opción.
no, ¿cómo podría distraerse si básicamente estaba en un lugar que (para él) tenía el nombre de love por todos lados?
tiendas de ropa por ahí, puestos de comida por allá; prácticamente ambos habían pasado buenos momentos en todos aquellos sitios. love había marcado un antes y un después en paul incluso en lugares específicos de aquel vecindario en liverpool.
negó levemente con su cabeza y comenzó a caminar en dirección contraria a esa zona. imaginó que tocar en piano en casa podría ser reconfortante. paul comenzó a patear una roca a medida que caminaba, provocando que esta rodara y lo acompañara en el camino por al menos dos cuadras; tenía las manos metidas en los bolsillos de su pantalón y la cabeza un poco inclinada hacia abajo, emanaba una energía un tanto negativa y quien sea habría podido saber que él no estaba bien tan solo con verlo.
unas voces conocidas captaron su atención cuando estaba pasando frente a un club y rápidamente notó que oliver estaba entre las personas que lo sacaron de su burbuja.
—entonces, oliver, cuéntanos de tus planes —dijo un rubio con corte militar.
el paso de paul no era apresurado, lo cuál era conveniente.
—no tengo uno específico, soy bastante vago.
«claro que sí», pensó mccartney a la vez que alzó rápidamente sus cejas.
—no me refería a eso, aelish —llamó a oliver por su apellido. el rubio bebió de una botella marrón y sonrió de lado—. hablo de taylor, la nena de la que nos has contado.
paul detuvo sus pasos (sin llamar la atención, claro).
—oh, sí —intervino otro chico que usaba un abrigo verde, estaba bebiendo refresco—. su nombre es love, ¿o me equivoco?
a diferencia del rubio, este otro muchacho no tenía una sonrisa maliciosa en su faz.
—sí, love taylor —confirmó oliver y acomodó su compostura—. tenía planeado invitarla a mi casa esta tarde para pasar el rato.
—claro, “pasar el rato” —le guiñó el ojo, dando a entender que sus palabras tenían doble sentido. de inmediatoz el de verde le dio un codazo, haciendo reír a oliver.
respondiendo a las palabras del rubio, oliver se encogió de hombros.
—hay que probar suerte, uno nunca sabe cuántas posibilidades hay.
el de corte militar alzó una ceja y carcajeó un poco.
—amigo mío —posó la palma de su mano sobre el hombro de oliver—, haz que ella grite tu nombre.
el conocido de paul y love comenzó a reír, como si le diera la razón.
—los detesto, en serio —comentó el de abrigo verde y se alejó de ellos.
por otro lado, paul estaba bastante molesto mientras era testigo de esa escena con comentarios asquerosos. se contuvo de todas las ganas que tenía de tomar a oliver por el cuello y tirarlo al piso, pues no era del tipo que buscaba una pelea ni actuaba con violencia física. se habría ido, pero un empleado del lugar lo llamó.
—mccartney, qué bueno que te veo —llamó tanto su atención, al igual que la de los otros dos presentes. los tres miraron al empleado—. no te molestaré mucho tiempo. solo quiero decirte que john vino hace un rato para pedir un lugar y que ustedes pudieran tocar mañana en la norche, pero todos los espacios estaban ocupados —hizo una pequeña pausa mientras paul asentía—; una banda canceló su presentación, así que pueden tocar a eso de las nueve, solo necesito que me confirmes.
el chico dirigió sus ojos hacia los que estaban hablando de manera asquerosa y notó que se estaban acercando.
—claro, vendremos. nos vemos luego —respondió rápido y avanzó unos pasos, dejando al empleado y al club atrás.
sin embargo, sintió una mano tomarlo por la manga de ru ropa, haciendo que él deteniera sus pasos. volteó y miró los rostros que esperaba ver.
—hey, mccartney —dijo oliver y lo soltó cuando tuvo la mirada de paul sobre él.
—aelish —soltó en un tono seco, dando a entender que había escuchado su apellido en esa conversación y también que había oído suficiente.
oliver le brindó una sonrisa falsa antes de hablar otra vez.
—tocarás aquí mañana, eh —paul asintió.
—escuché por ahí que no te gusta cómo toca mi banda, ni cómo canto, así que imagino que no te veré entre el público.
el pelinegro abrió paso para dejar atrás a aquel chico que no le agradaba para nada, pero oliver sostuvo a paul por una de las mangas de su abrigo para detenerlo nuevamente. el músico volteó con el entrecejo fruncido y los labios ligeramente apretados, esperando con molestia lo que tenía que decirle.
—hey —lo soltó—, dicen que lo que sucede en el club, se queda en el club. ¿cierto?
estaba claro que oliver unió los hilos y se dio cuenta de que paul había escuchado las cosas poco agradables que él y su amigo habían dicho sobre love.
mccartney tenía sus ojos hazel clavados sobre el chico, la profundidad de su mirada emanaba un inmenso desagrado.
—bueno, yo no estaba dentro del club cuando dijiste toda la basura que escuché —indirectamente dijo que love sabría todo aquello, y oliver lo entendió al instante.
el acompañante de aelish se acercó amenazante a paul y él inclinó ligeramente su cabeza hacia arriba (el rubio era mucho más alto), pero no se sintió intimidado y permanecía su semblante seriamente molesto.
—entonces supongo que tenemos un problema —exclamó el rubio, amenazante.
de la nada se apareció el amigo de los dos chicos, quien los había dejado atrás después de los comentarios desagradables que habían hecho. ¿“amigo”? por supuesto que no, simplemente era su compañero de trabajo; ellos lo habían invitado al lugar.
—bien, suficiente —se puso en medio de los dos jóvenes y extendió sus brazos con tal de separar la distancia entre ellos.
paul se percató de que habían varios anillos llamativos en las manos de aquel tipo.
—no te metas en esto, ringo —advirtió el rubio y el antes mencionado lo miró mal.
—sabes muy bien que conozco a tu hermano mayor, y hará que vuelvas a la escuela militar si le hablo de tu mal temperamento.
el amigo de oliver exhaló en un gesto de derrota y se alejó de ringo y paul. el pelinegro le brindó una pequeña sonrisa agradecida al de anillos.
pero el problema aún no acababa.
oliver caminó a paso normal en dirección a paul, acercándose a pocos centímetros de él y haciendo a ringo a un lado.
—creo que deberías cerrar la boca para evitar un problema que nos afecte a ambos.
ante sus palabras, el de dieciocho años soltó una pequeña risa sarcástica.
—¿a ambos? —lo miró, incrédulo— yo no fui quien dijo ni quien piensa tremendas porquerías.
—a ambos —dijo confiado—. porque si lo dices, love no te creerá y pensará que lo inventaste todo en un arranque de celos.
celos. esa palabra retumbó en su mente, como si le hubieran dado una fuerte bofetada. parpadeó varias veces con el ceño fruncido.
—pero... por supuesto que no.
—oh, ¿crees que no notamos tus miradas cada vez que estamos juntos? —rió con burla— tus celos y molestia se sienten a kilómetros de distancia, paul. no te conviene intervenir en esto.
paul no dijo nada. simplemente se dio media vuelta y comenzó a caminar, pensando en lo que oliver dijo. ¿realmente sentía celos cuando love estaba con alguien que seguramente no tendría oportunidad con ella?
a oliver le entró cierto temor debido a que el contrario no le aclaró que no le diría nada a love; nada le aseguraba que ella no escucharía sus palabras, así que comenzó a seguirlo en un ataque de nerviosismo.
—mccartney, te lo advierto —lo sostuvo de su abrigo nuevamente, pero no logró detenerlo—. hey, te estoy hablando —estaba siendo ignorado una vez más, y eso incrementó su desesperación—. tú, maldito metiche, voltea cuando alguien te está diciendo algo —le dio un empujón.
—no me toques.
en ese momento, oliver lo tenía hasta la coronilla, pero no le daría el placer de responder de una forma igual de molesta.
—oh, ya veo. eres un completo marica y no arreglarás este asunto como hombre.
paul cerró los ojos por un momento mientras caminaba. aquellas palabras lo habían molestado solo un poco, mas no lo habían hecho enfadar.
oliver detuvo su paso, dejando que paul continuara su camino.
—me imagino que tu madre se ha de estar retorciendo en su tumba por haber dejado un hijo maricón en el mundo.
tras mencionar a su madre, paul detuvo su paso en seco. oliver se percató de eso y entendió que tocar ese tema lo molestaría más, entonces decidió continuar.
—¿qué? —continuó— ¿necesitas que ella venga a defenderte? ¿te acostumbraste a eso y por ello ahora no puedes hablar por ti mismo?
—ya basta —advirtió.
sin embargo, oliver disfrutaba el momento y se acercó al pelinegro.
—¿sabes? ella no era más que una muerta de hambre que se conformaba con que le pagaran miserias, aunque cubriera dos turnos en el hospital. fue una pobre mosca muerta desde el inicio hasta la tumba... —soltó una pequeña risa al analizar sus palabras—, literalmente.
—okay, te pasaste —paul no lo pensó mucho y le dio un fuerte golpe al rostro de oliver, haciendo que su cabeza se moviera por el impacto.
aelish tocó la zona afectada por el puño de paul. sentía bastante dolor, pero sonrió con gracia y le devolvió el golpe rápidamente.
ambos comenzaron a brindarse puñetazos y empujones con coraje. el rubio iría a defender a su amigo, pero ringo lo sostuvo con fuerza para que no interviniera entre esa pelea que era asunto de dos.
paul soltó en contra de oliver gran parte de la furia que había acumulado en dieciocho años. cada golpe que recibía de él, lo enfurecía mucho más y se lo devolvía con el doble de fuerza.
ambos estaban tan sumergidos en su lucha a golpes que no se percataron de que una castaña de ojos azules, de baja estatura, estaba transitando por esa calle.
love vio a un pequeño grupo de gente amontonada, viendo cómo dos muchachos intercambiaban golpes, y entonces se acercó con curiosidad. su rostro se llenó de sorpresa y angustia cuando notó quienes eran los protagonistas del combate.
se acercó más a ellos, dispuesta a detener eso de alguna forma. de un momento a otro, se había esfumado aquella mala sensación que le había dejado el hecho de ver a dot en la habitación de paul.
—¡ya es suficiente, animales! —exclamó la de baja estatura tan fuerte que provocó que ambos chicos se quedaran congelados.
paul tenía a oliver por el cuello de su camisa y el contrario estaba a punto de brindarle un golpe en la cara; se quedaron en esa posición y voltearon a ver a love, su voz había causado un escalofrío en los dos.
al notar la mirada matadora de taylor, ambos se alejaron y arreglaron su compostura.
—explíquense —demandó y se cruzó de brazos—. alguno de los dos, hable.
oliver se apresuró a responder.
—tu amigo es un maniático, love. no entiendo porqué te llevas bien con él.
love alzó una ceja.
—dije que te explicaras, no que dijeras incoherencias. ¿paul? —le cedió la palabra.
el pelinegro suspiró con pesadez y, estando cabizbajo, alzó su mirada hasta ver a love. sus ojos emanaban un poco de pena, no sabía si era correcto hablar de las cosas que dijo oliver en frente de tanta gente, no quería dejar en vergüenza a su mejor amiga.
—dijo algo asqueroso sobre una chica, a sus espaldas. yo lo escuché y se dio cuenta de ello, entonces comenzó a fastidiarme verbalmente para que no se lo dijera, a tal punto de hacerme enfurecer —de cierta forma, fue honesto.
love asintió, pues ya sabía de qué lado estar. confiaba en que paul decía la verdad.
—vaya, vaya —miró mal a oliver—. honestamente esperaba más de ti, olive —negó con cierta decepción—. no creí que caerías en un punto tan bajo.
—todo tiene una explicación, ¿cierto?
—hablar barbaridades de una chica no tiene justificación, no seas un cretino.
—así es. además de un cretino, eres un sucio chico repugnante, imbécil, repulsivo, zopenco...
—cállate paul, déjame hablar —dijo love con seriedad, interrumpiéndolo.
mccartney alzó una ceja y la miró de pies a cabeza, ofendido de cierta forma.
—cállame —sus ojos se dirigieron nuevamente a oliver, iba a continuar—. también eres asqueroso, inútil, vago, tarado... —love rodó los ojos, sabía que el chico no se detendría.
de pronto, taylor le dio una bofetada a paul y solo así se quedó callado.
—reacciona, hombre —después de brindarle aquella cachetada, lo sostuvo del rostro con sus manos—. no es el momento para niñerías.
los ojos de paul miraban con incredibilidad a los zafiros de love. no procesaba lo que ella le había hecho.
—auch —soltó como única respuesta. realmente no le había dolido mucho, pero su acción lo tomó por sorpresa.
a un lado de ellos, oliver comenzó a carcajear.
—no sabía que te tenían con una correa, mccartney —se burló y empezó a reír nuevamente.
la sonrisa se borró de su rostro cuando sintió un ardor en su mejilla. love también lo había abofeteado y, a diferencia de paul, a él sí le había dolido.
—¿qué te pasa? —la miró ofendido en demasía— ¿acaso mccartney te contagió su inestabilidad?
—no vuelvas a comparar a paul con un perro faldero, solo yo puedo hacer eso —dijo con su dedo índice levantado, luciendo como alguien que hablaba en serio.
—lo acepto, pero me ofende muchísimo —susurró mccartney.
—está bien, demonios.
love lo miraba con total molestia. el hecho de que hablara cosas indebidas de una mujer, la hacía querer abofetearlo mil veces más.
—lárgate de aquí —le dijo antes de que se enfadara más con él—. ¡¿qué esperas?! —alzó la voz cuando vio que oliver no le hacía caso.
el chico dio un pequeño salto involuntario y se dio media vuelta para retirarse. en eso, love regresó con paul y se percató de que su labio tenía una pequeña herida con un hilo de sangre.
—dios. estás sangrando —se acercó más a él y sacó un pañuelo de su pequeño bolso.
si algo era seguro, era el hecho de que love se preocupaba bastante por su mejor amigo a pesar de la situación. ella sentía la necesidad de cuidarlo y hacerlo sentir bien incluso cuando las cosas a su alrededor eran pesadas.
—bien, gente, el show terminó —dijo ringo y soltó a la compañía de oliver—. no sé si hicieron apuestas, pero si así fue, paguen de una vez.
love lo miró un tanto divertida por un segundo, y luego devolvió su atención a los labios lastimados de paul. estaba concentrada en limpiar la herida y quitar la suciedad que la pelea había dejado en su rostro.
—dilo —habló love de repente—. tú nunca sigues el camino violento, y ahora quieres decir algo, te conozco. suéltalo —seguía revisando su rostro.
sí, era cierto. love conocía a paul a la perfección y ambos lo sabían. mccartney miró al horizonte unos segundos y suspiró.
—oliver dijo cosas que llegaron a molestarme mucho, de verdad. pero estallé al momento en que él se burló de mi madre y su muerte.
love pausó lo que hacía y miró a paul a los ojos.
—¿se burló de tu madre y de su fallecimiento? —cuestionó para estar segura de lo que había escuchado.
ese tema era demasiado sensible para su mejor amigo y no iba a soportar ni permitir que un tipo cualquiera llegara a hablar de eso y se saliera con la suya, sin ningún tipo de castigo o consecuencia.
paul asintió y, en seguida, love volteó a ver a oliver con un inmenso odio.
—sostén mi bolso —lo alzó, para que paul lo tomara. eso hizo.
la castaña se aproximó a oliver con un inmenso enfado. su pequeño cuerpo cargaba un montón de enojo que estaba a punto de descargar.
—¡olive! —lo llamó con firmeza y este volteó rápidamente.
al chico no le dio tiempo de decir algo, pues love le dio un golpe bajo al tenerlo de frente.
el muchacho se encogió por el dolor, cubriendo la zona afectada con sus manos y haciendo un gesto que demostraba el sufrimiento que provocaba lo que love causó. paul soltó un pequeño jadeo sorpresivo mientras observaba la escena.
—¿cómo te atreves a meter un tema sensible a una discusión que no tiene nada que ver con eso? —comenzó a reclamarle— no eres más que un jodido animal patético, repugnante, imbécil, repulsivo, zopenco...
—en efecto, estoy enamorado —susurró paul para sí mismo mientras love continuaba.
la chica tenía agallas. defendía a paul con su vida sin importar que su contrincante fuese alguien que la doblara en fuerza y tamaño. no iba a permitir que ofendieran a su mejor amigo.
no iba a permitir que dañaran los sentimientos de su chico.
oliver comenzó a caminar en dirección contraria a love cuando notó que seguiría insultándolo.
—oh, no me dejes con las palabras en la boca como si fuera una loca —caminó a pasos veloces hasta alcanzarlo.
love se le aventó a la espalda como una fiera y se aferró a su cuerpo para que no se librara de ella. le empezó a dar patadas, algunos arañones, e incluso le mordió una oreja; estaba hecha una bolita de furia. en ese momento, paul se aproximó a ambos con velocidad y tomó a love con fuerza para apartarlo de él. logró su objetivo después de forcejear aproximadamente un minuto.
—¡no los quiero volver a ver en mi vida, par de lunáticos! —gritó oliver mientras corría apresurado en dirección contraria a ellos.
—¡ven, que te rompo la cara! —love estaba dispuesta a seguirlo hasta herirlo de gravedad, pero paul la abrazó y cargó por detrás, dando como resultado una escena en donde ella se esforzaba para escapar aventando patadas y manotazos al aire.
—basta, eleanor. respira profundo —dijo esto para que se tranquilizara—. no quiero que te lastime de alguna forma.
—es un hijo de puta que merece mis ataques —respondió, aún molesta.
—hay que calmarnos un poco, ¿okay? —su suave voz entró en los oídos de taylor— respira. uno —inhaló—, dos —exhaló—; uno, dos...
love siguió su pequeño ejercicio hasta calmarse y volver a la normalidad. cuando se calmó, soltó un mechón del cabello de oliver que le había arrancado y ella había mantenido apretado en sus manos. paul dejó de cargarla.
—lamento haber irrumpido en la privacidad de tu habitación —soltó de repente ante de unos segundos de silencio, con vergüenza—. de verdad, no quería incomodarte a ti ni a dot. si quieren que su relación sea más seria y desean dar el siguiente paso, no me interpondré de ninguna forma y les daré su espacio. sabes que siempre voy a apoyarte.
algo se movió en el interior de paul después de escuchar las palabras de la chica. él no quería a dot, la quería a ella; y se sintió un poco decaído al saber que love creía que él tenía algo con otra persona.
—no, querida —negó, su rostro expresaba cierta pena—. yo no tengo nada con dot, ni quiero una relación con ella. lo que sucedió en mi habitación fue un mal entendido —aseguró.
love ladeó la comisura de sus labios y asintió.
—lo siento. no quería causar disturbios ni tanto drama —fue sincera.
—todos cometemos errores, ¿no? —le sonrió.
la chica asintió y ambos comenzaron a caminar en dirección a la calle de sus casas. el camino era tranquilo, era igual que hace minutos atrás, pero sentían una paz profunda ahora que todo se había arreglado.
—¿sabes algo? —dijo love, después de pensar sus palabras por un buen transcurso de la calle— creo que dot es buena para ti —asintió ante su propio comentario.
—¿cómo, perdón? —aquellas palabras lo sacaron de sus pensamientos.
—sí. es decir, es una buena persona, muy amable, humilde y linda... además le gustas; creo que es un buen partido.
realmente a love le habría encantado que paul estuviera con una persona que lo tratara bien y lo estimara tanto como ella o incluso más. desde su punto de vista, quizá dot era la indicada para hacer feliz a paul.
paul soltó un pequeño sonido de risa.
—uhm, yo no lo creo —negó, con una pequeña sonrisa.
—¿por qué no? —ladeó su cabeza.
el chico pensó a fondo qué palabras usar.
—no me vayas a mal entender, sus cualidades son muy buenas y es una joven maravillosa, pero... digamos que... yo quiero a otra chica —soltó esas palabras con cierta dificultad—, y me gustaría que ella ocupara ese lugar en mi vida.
—ah, ¿sí? —love frunció el entrecejo, analizando la forma en que paul dijo aquello— ¿de quién se trata?
en su interior, ella sabía qué quería decir paul, pero prefirió preguntar para no quedarse con la duda ni causar otro mal entendido.
paul se quedó en silencio un par de segundos mientras ambos caminaban lado a lado en la banqueta. miró el paisaje frente a él, nuevamente pensando en qué palabras decir para no provocar una mala reacción por parte de su amiga.
«tienes que ser valiente, paul», se dijo en su cabeza.
—creo que sabes la respuesta, love —sus palabras sonaron suaves y un tanto temerosas.
taylor confirmó sus sospechas. paul escondió muy bien sus sentimientos por ella durante los últimos años, pero de alguna forma la chica siempre supo que habían emociones lejanas a una simple amistad muy bien escabullidas en el interior de paul, aún divagando por ahí.
—tal vez debas decírselo directamente algún día. uno nunca sabe las posibilidades.
paul no sabía muy bien si love había entendido, pero de ser así, aquella respuesta le había dado esperanza.
—tal vez.
ambos cruzaron miradas de reojo por un segundo y las desviaron al instante, sonriendo cuando sus ojos miraban el camino.
ambos corazones latieron con rapidez, pero ninguno lo demostró como tal. aún no estaban preparados para un paso como ese y lo que aquello conllevaría en el futuro.
había un silencio cómodo, en donde cada uno estaba sumergido en sus pensamientos y emociones, intentando descifrar lo que les esperaba el día de mañana. paul era un romántico en secreto y le ilusionaba la idea de ser correspondido por la chica que amaba desde hace mucho, pero a la vez lo inundaba el miedo a ser rechazado por love una vez más.
lo que él no sabía era que aquel sentimiento de amor era mutuo desde hace meses.