Law partió trozos de mango y piña para Luffy en la choza mientras el aludido lo esperaba en el altar recostado. Al salir miró a la playa y desde el mar sus ojos apuntaron a la isla que se hallaba desde el otro lado donde le recordó que los tambores suenan en ese lugar.
Desvío la vista y volvió a correr a prisa para llegar dentro de la selva. Encontró a Luffy sentado en el altar escuchando los sonidos de las aves rechinchar entre las ramas de los árboles, Law suspiró mirando a Luffy y de nuevo se preguntó ¿Por qué le gusta mucho?
Cómo hacía para sentir algo como quererlo, casi desearlo.
Caminó hasta el pelinegro menor y le entregó el tazón hecho por la cáscara de un coco.
—Te traje un poco de fruta —Sonrió mirando a Luffy con buena salud. Al parecer ya se sentía mejor—. Necesitas comer.
—Gracias Torao shishishi. —Le devolvió la sonrisa.
Luffy comenzó a comerse toda la fruta, pero Law no sé resistió para darle un cuestionamiento que ha tenido desde la muerte de su mentor.
—¿Ves esa isla? ¿La que está allá frente a la nuestra?
—Sip. —Asintió Luffy.
—He estado pensando que en ese lugar vive la persona que escuchamos tamborear y luego viene aquí para rezarle a Kamisama.
—Tal vez. —Dijo Luffy pensando en sus palabras¿Será verdad? Pero después de tantas mentiras que había escuchado por Smoker, ya no creía en nada.
Después de un rato, el menor ya se sentía preparado para caminar.
Law le preguntó sí ya se encontraba bien para regresar a la choza. Luffy asintió por lo que Law lo abrazó de su cintura para avanzar y también cogió el brazo contrario para que Luffy se aferrara de su cuello, al sentir la mano opuesta, Luffy se sonrojó mirando a Law. Con dificultad, Luffy cojeó por el dolor en su pie, pero con la fuerza de Law lo ayudó para no lastimarse.
Y así, pasaron las semanas hasta volverse 1 mes más tarde en el que Law se dedicó a consentirlo, no quería volver a discutir, ni nada para herir los sentimientos de Luffy. El menor se sintió muy alegre porque Law era muy amable y atento con él, tanto que Luffy no se dió cuenta en qué instante permitió que su corazón se abriera para Law y olvidarse de la negación que impedía sentir e imaginar que Law se volvería un amante como en las fotografías. Está vez podían comprometerse de verdad porque Luffy ya no podía esconderlo más, él ya estaba muy enamorado de su amigo de infancia.
Durante el día de un caluroso clima, corrieron juntos directo al agua. Comenzaron a nadar con las manos entrelazadas. Danzaron también, y sintieron las corrientes leves que fluyeron en sus cuerpos desnudos.
Se miraban aún aguantando la respiración, se acercaron y cerraron sus ojos juntando sus frentes.
Pronto las burbujas se les escaparon desde sus bocas y emergieron para buscar aire.
Más tarde, se asolearon y buscaron algo que comer, pero Luffy no quería porque su estómago parecía estar lleno con sólo mirar a Law comer frente a él. Law comía una naranja muy dulce y también le dirigió su vista. Ambos se miraban con una tensión que los ató abruptamente.
—Besame. —Le pidió añorando besar sus labios. Ahora Law sería el que se atrevería a cruzar la línea.
—Pero, estás pegajoso shishishi. —Respondió cómo excusa. Se sentía muy nervioso.
—¿Y qué? Besame...
Luffy siguió sonriendo con timidez, pero se acercó hasta Law dónde pegó sus labios contra los otros. Sintieron sus labios moverse en sincronía. Luffy disfrutó sentir el aliento de su amante y su sabor a naranja.
—Ya no puedo respirar... —Se separó Luffy dejando un hilo de saliva.
—No permitiré que me vuelvas a dejar a medias —Lo abrazó con ternura— Quiero seguir...
Entre risitas, Law le tiró jugo de naranja al pecho de Luffy, aquel sintió el chorro caer sobre su piel y se sobresaltó en cuanto Law lo acechó con su boca.
—Shishishi ¿Q-qué haces? shishishi—Le cuestionó Luffy sintiendo los besos de Law sobre su pezón derecho. Comenzó a sentirse sensible en ese sitio, pero para él era una invasión de conquillas.
Al separarse, Law de nuevo miró a Luffy. Quería expresarle cómo se sentía exactamente en ese momento.
—Siento algo extraño en el estómago...
—Yo.... también Torao.
—Mí corazón late muy rápido...
—El mío también...
Se dieron cuenta que los besos que se entregaron y que causaban un hormigueo en el estómago, no eran lo mismo que dar un abrazo a la persona que quieres, se dieron cuenta de que esos besos significó algo mucho más intenso que debatió sus pensamientos. No sabían el significado para averiguar de qué se trataba ese sentimiento, pero podrían adivinar que, se trataba del amor profundo.
Law miró las pupilas oscuras de Luffy pensando que esos besos eran adictivos. Se acercó entonces.
Continuaron besándose y la temperatura de sus cuerpos se volvió a calentar.
Luffy se dejó caer con Law y por instinto, el menor abrió sus piernas brindándole espacio a Law.
Entre dulces besos, Luffy abrazó el cuello contrario mientras que Law lo acarició, toda su piel fué explorada por Trafalgar y se dejó apoderar por esa suavidad que nunca antes había sentido en el cuerpo de Luffy. También el menor inició leves caricias en la espalda ancha de Law.
Siguieron así hasta desvanecer la curiosidad y la montaña de dudas que habitaron por bastante tiempo. Ahora comprendían porque se sintieron maravillados por compartir caricias entre ambos.
Se gustaban, se querían, se deseaban.
Se quedaron acostados sobre la arena. De repente Luffy se acordó en la noche que besó a Law y lo dejó con ganas aquella vez. Él también se había quedado con ganas de más porque en aquel momento se sintió asustado de sólo pensar que pasaría después y que quizá Garp o Smoker se sintirían decepcionados porque Law y Luffy buscaban la intimidad y porque comenzaron a gustarse más que amigos. Pero eso ya no importaba, Luffy se había enamorado de Law y para él eso bastaba. El menor comenzó a reírse de sí mismo, pero Law lo acompañó a reírse. Se abrazaron para luego besarse una vez más.
Luffy sintió que a su cuerpo se le subió la temperatura junto con la temperatura que se juntó con el cuerpo de Law encima suyo. Le dejó más espacio a Law para envolverse entre besos y en medio del calor, sus masculinidades chocaron entre sí y ambos pegaron un gemido. Los jadeos ocuparon sus bocas con ese enloquecerdor placer. Law sólo se movió entre ese lugar y otra vez ese placer se retorció entre ellos.
Pero desde la cavidad ajena de Luffy se humedeció rogando porque Law tocará ese espacio, pero le daba mucha vergüenza decirle. Law adivinó que Luffy gemía por disfrutar que lo frotara hasta que los dos se pusieron duros. Se sentían extraños por esa sensación a la que se le llamaba excitación, no entiendan por qué al frotar sus erecciones se volvían locos. Luffy fué quien comenzó a gemir cada vez más alto mientras que Law seguía frotando su masculinidad contra la otra. Después Law se separó y comenzó a acariciar el miembro de Luffy, quería saber lo que era tocar otra polla que no fuera la de él. Lo comenzó a sacudir que Luffy siguió gimiendo entre jadeos. Después Luffy llevó una mano por debajo para acariciar el miembro de Law e imitar la misma acción que Law. Ambos jadeaban pegando uno que otro sonido sucio, pero no sé detuvieron hasta que pronto se corrieron al mismo tiempo. No obstante, Luffy sintió que había otro lugar llamándole porque lo atendiera y al llevar un dedo a su agujero, se dió cuenta que esa zona se encontraba un poco lubricada y sensible cuando despegó su dedo de la cavidad. Law se dió cuenta de aquello, por lo que él quisó experimentar en ¿Qué sucedería sí tocaba esa entrada?
Llevó tres dedos para frotar sobre la piel, y los sonidos “graciosos” escucharon ellos, cuando Law acarició esa parte donde Luffy moría del éxtasis apoderarse de él. Law no entendía porque Luffy se ponía así, sólo era un ano para expulsar las eses, pero por la cara sonrojada y lasciva del menor, notó que servía para otra cosa.
—Mugiwara, esto se siente como tocar la misma laguna... —Frotó la entrada hasta que incorporó un dedo y Luffy brincó estremeciéndose de placer.
—T-Torao... Haaa, se siente muy raro...haa
—¿Por qué acumulas agua?
—Y, qué voy a s-saber yo...um~
Metió otros dos dedos mientras embestía con ellos al menor. Law se dió cuenta que también le gustaba mirar a Luffy fundirse de placer, le gustaba verlo jadear, también le encantó su carita sonrojada gritando “Haa, Torao, mgh~” ¿Por qué le calentó mirarlo así?
Sintió su cuerpo tan caliente que necesitaba hacer algo con su erección. Pero recordó que una vez, sólo una vez, encontró a dos delfines aparearse cuando salió a cazar, ¿Entonces eso era lo que ellos hacían? ¿Se estaban apareando cómo animales en celo?
No tenía las respuestas para averiguarlo, pero su miembro caliente le pedía ayuda a gritos.
Law apartó sus dedos de la entrada de Luffy y el menor paró de gemir.
—¿Torao por qué te detienes? —Le cuestionó con un deje de inconformidad.
—Luffy-ya ¿Me dejarías probar algo?
Luffy elevó una ceja porque no entendía a lo que se refería el mayor.
—E-está bien...
Law alineó su hombría para entonces incorporar su miembro y el calor otra vez se esparció en toda su sangre. Law empujó y Luffy volvió a gritar. Se hizó presente un vaiven dónde depositaron lujuria y amor en ese acto de romanticismo.
Comenzó a embestirlo ya que Luffy está vez gritaba muy alto el apodo de Law. La pelvis de Law chocaba entre las caderas del menor que sonidos pervertidos sonaron en ese instante. No importaba, ellos disfrutaron ese tipo de acto vergonzoso que Luffy todo el tiempo pensaba e imaginaba con Law, esos pensamientos raros que por fin se hicieron realidad y que abruptamente causaban que se retorciera entre los helechos.
En medio de las embestidas, Luffy se volvió a venir pasando a salpicar con su semen gran parte de su piel hasta el pecho y de la pelvis contraria, pero Law ignoró eso y siguió golpeando en el interior del menor hasta que sin darse cuenta estocó en el punto G de Luffy, el menor siguió gimiendo fuerte y más perdido de la cordura degustando porque Law empujara en esa zona. El mayor aumentó la velocidad que en tanto se mordió el labio, de repente se corrió dentro dejándolo exhausto. Al separarse de la cavidad, Law sacó con lentitud su miembro y la cantidad de semen se desprendía desde el agujero de Luffy. Los dos trataron de recuperar el aliento, pero se sentían tan cansados que mejor se quedaron en ese lugar para acurrucarse y quedarse dormidos lo que restaba del día.
Para el día siguiente durante la mañana, permanecieron desnudos desde su choza, se quedaron abrazados toda la noche y con sus cuerpos unidos, aprovecharon para repetir la pasión que habían despertado, sí, volviendo a tener intimidad.
Al terminar salieron para nadar juntos. El calor inminente cayó sobre la isla y las aguas se contrajeron. Debajo del agua, un par de tortugas nadaron junto a ellos. Miraban el mundo de otra manera después de que se convirtieron en pareja.
Su rutina había cambiado, ya no estaban separados haciendo deberes por su cuenta, sólo se la pasaron juntos todo el tiempo. Cuando a Law se le antojaba hacer el amor con Luffy, simplemente lo acariciaba desde su mejilla hasta su entrepierna para buscar su atención. O cuando a Luffy se le antojaba, buscaba a Law para iniciar besos apasionados.
En otros días, se divertían bañándose juntos, nadando juntos, cazando comida juntos, todo juntos porque era el principio de su romance.
—T-Torao...ngh, haa...
—M-Mugiwara-ya...
Desde la playa frente al mar hicieron una vez más el amor. Law embestía a su amado apretando sus nalgas con las palmas de sus manos y estrujando con las yemas de sus dedos mientras que Luffy recibía su semilla sentado sobre sus piernas, abrazó el cuello de Law con más fuerza al sentir que en su interior se llenó por completo de ese líquido blanco.
Y se dejaron caer agotados después de festejar el cumpleaños diecisiete de Luffy.
Finalmente en una noche cualquiera, decidieron casarse oficialmente. Dentro de su choza, Luffy se había puesto el vestido de novia con el que alguna vez usó para jugar cuando era un niño y Law usó el traje de novio en el que ahora le quedaba como guante. Bailaron con una canción que reproducía una caja de música que se habían encontrado en su cofre. Se miraban en medio del baile porque estaban unidos por el sagrado matrimonio. Nadie los separaría y eso los mantuvo contentos.
Seis meses después...
Law notó que la distancia de Luffy era muy extraña¿Por qué se escondía de él todo el tiempo?
Está vez, lo había encontrado en el desván del segundo piso de la choza comiendo rápido como sí no hubiera un mañana. Lo miró con tanta confusión pensando en que su hambre era cada día más voraz e insaciable.
Y con las manos en la masa, Luffy le sonrió.
—Ya deja de comer —Le dijo Law depositando un suave beso sobre su mejilla—. Estás engordando.
—Ujum...Sip. —Asintió sonriendo mientras seguía masticando.
Law no pareció estar muy bien convencido, pero le creyó y se fué.
Al esperar que Law se marchara, Luffy volvió a comerse las tunas y el interior de los cocos partidos por la mitad. No le parecía raro tener tantos antojos todo el tiempo. Sólo quería saciar ese deleite a su paladar y gozar de la fruta dulce.
Aunque Law tenía razón, el estómago de Luffy había crecido, mucho.