LIKE A PRAYER│DEAN WINCHESTER

By vesnax

9K 661 1.5K

LIKE A PRAYER ━━ ❛ OH DIOS, CREO QUE ESTOY CAYENDO ❜ supernatural ─⊹⊱ season four ↺ season six ⊰⊹─ (... More

LIKE A PRAYER: THE WOMAN OF THE NIGHT
SEASON FOUR
━━ 01. after
━━ 02. two faces
━━ 03. woman
━━ 04. the powerpuff girl
━━ 05. hell
━━ 06. i lost a friend
━━ 07. lazarus rising (cry by my side)
━━ 08. fake smile
━━ 09. love story
━━ 10. queen of hell
━━ 11. skinny little bitch
dean's special: caregiver
━━ 12. arduenn v. winchester
━━ 13. judas is the demon I cling to
━━ 14. i was born demon
━━ 15. friends will be friends
━━ 16. express himself
━━ 17. i bless the rain down in africa
━━ 18. the princess
━━ 19. fallen angel
━━ 21. endgame
━━ 22. second seal
━━ 23. the one where they open their heart
━━ 24. pestilince
━━ 25. long time ago
━━ 26. resurection
━━ 27. 💔
prayer special: britney 2007 but this bitch could never
sam special: the monster at the end of the book
dean special: oh no! i'm falling in love
━━ 28. the next great hell dinasty
━━ 29. future queen
dean's special: choice
━━ 30. kid
━━ 31. lucifer rising

━━ 20. mission

88 15 47
By vesnax

◖𓈈﹗ ﹙ capitulo veinte ﹚
❛ ▬▬ MISIÓN . . . ❜

Lilith había tenido unos días largos en el infierno, unos en dónde las horas pasaban sin ser notadas y el tiempo en la tierra avanzaba más rápido de lo que recordaba, bueno, algo que ocurría siempre que la mente se estancaba en una idea, un momento, una conversación o una persona. En el caso de Lilith, el ángel caído llenó su mente con la imagen de unas alas gigantes, del blanco más puro en el cielo y tan brillantes como el mismo sol que le dio vida. La sociedad lo había catapultado en características repulsivas, se convirtió en el símbolo de la inmoralidad, el mal, el pecado, el deseo impuro. Fue y será la justificación de las malas acciones que hacen los individuos propios y libres -lo que sea para no aceptar los errores-, lo llaman el pecado original y el creador del mal. Lilith siempre había visto hipócrita este planteamiento, claro que su afección por la primera mujer influía en su perspectiva opuesta a la mayoría, sin embargo, le gustaba pensar por qué toda maldad del hombre se la acudía a Lucifer y no al hombre y, ahora, sabiendo cuan mortal podían ser su intenciones, creía que la culpa no estaba en nadie, ni siquiera en Dios. A veces, no había magia que pudiera explicar el actuar de los seres.

En el infierno no quedaban muchos demonios que conocieron a Lucifer, los más antiguos habían muerto y la palabra de la reina comenzaba a ser una muy subjetiva; ella no se atrevería a decir barbaridades de las personas que amaba, apenas podía admitir los errores de su madre, su voz se volvía débil y temblaba, el dedo en su mano no paraba de golpearse contra su pierna y pensaba que vomitaría. ¿Cómo podría la reina decir algo malo sobre el amor de su vida? Lilith tampoco podría, pensaba en Dean y todo lo que odiaba que hiciera, pero cuando hablaba de su existencia decía lo buen hombre que era.

Era difícil descifrar a Lucifer. Lo escrito en millones de documentos brillaban por la ausencia de veracidad, le parecían risibles las exageraciones extravagantes, las acciones irreales y la fantasía a favor de la ideología dominante, nadie hablaba con hechos reales -y con obvio razón-, ¿Quién conocía a Lucifer? En el infierno no había demonio tan antiguo y vivo que lo recordara en su tiempo de rey. La única era la reina y, como se había prometido, no era una palabra fiable. Llegó al punto en el que juraba jamás lo conocería antes del gran evento y tampoco estaba tan segura que lo quisiera conocer. No tenía otra solución que esperar y confiar que el cara a cara demostrara lo equivocada que estaban las personas, así como siempre demonizaron a la primera mujer. Ella era una reina con unas cualidades propias de una reina humana, no había tanta diferencia.

-Mi reina -un lacayo de cuerpo menudo, orejas grandes y manos temblorosas se presentó en el salón del trono en dónde la reina estaba sentada hacía horas escuchando las necesidades del reino-. Mi nombre es Hugo, y er, estoy, er, estoy aquí para pedir un ascenso en mi trabajo, he estado durante los últimos cien años ayudando a Dar, siendo su asistente. Yo, yo, yo creo que estoy cualificado para ser un demonio de encrucijada.

La reina lo escuchó atentamente y dejó correr unos cuantos eternos segundos antes de abrir la boca.

-¿Qué opinas Lilith? ¿Debería ascenderlo? -Le preguntó a la bruja que estaba a su lado sentada en una silla muy incómoda, apenas podía moverse o rasgaría su vestido, por lo que sus piernas se estaban quedando duras y se había clavado más de una vez las puntas de las alas de ángeles esculpidas en hierro.

-Bueno, no puedo darme cuenta simplemente mirándolo, necesitaría comprobar cuántas almas ha recolectado durante todos estos años y qué aprendió al lado de un experto como el tal Dar.

-Si, muy bien, ¿Cómo conseguirías eso?

-Me gustaría creer en su palabra y que se marchara con una agradable respuesta, pero no estaría cumpliendo con los deberes de una reina justa, ¿No? -La reina asintió con la cabeza-, entonces pediría los registros de los contratos de las almas en los que figura el nombre de Hugo. También tendría en consideración la valentía de pedir algo tan importante, daría mucho vergüenza que pidiera algo que no merece.

-Denle a Lilith los pergaminos que necesite y ella decidirá el futuro de Hugo.

Unos demonios que había visto en cada audiencia con la reina portando largos pergaminos y un cuenco con sangre en el cual pedían al departamento de contratos que enviaran los registros de contratos del respectivo demonio que se presentaba pidiendo ascenso en el trabajo, le entregaron a la bruja un interminable pergamino. Cien años de trabajo, cada uno de los contratos en los que Hugo aparecía con participación directa e indirecta. Lilith observó a la reina por encima de la hoja, sus ojos apenas se asomaron queriendo comprobar que era una broma, pero no tuvo suerte. Ella realmente quería que hiciera la sentencia. Se tomó su deber con seriedad y leyó por varios minutos la gran mayoría de los contratos. Encontró fascinante lo variable que eran los intercambios, había leído desde lo más podrido del ser humano -delitos extremos, muchos con condena de muerte-, hasta historias que solo habían en los cuentos de hadas, grandes hazañas de la humanidad. Toda esa situación de la venta y compra de almas obtenía un punto de vista diferente al que había tenido antes -y eso que pensaba ya era muy opuesto a la moralidad de los Winchester-, esos contratos tenían aun más sentido conociendo el proceso tan sincero entre demonio y humano. No había pistolas apuntando a la cabeza, solo humanos desesperaos por solucionar los problemas que ningún otro humano podría.

Luego de un rato ya había leído suficiente. Hugo había entregado una especie de carta de recomendación por parte de Dar en la que contaba el buen desempeño de Hugo en su trabajo como asistente, consiguiéndole muchas almas y cumpliendo con cada una de ellas el plazo de diez años, ni más ni menos.

-Habiendo considerado la cantidad enorme de almas conseguidas y un buen desempeño en cumplir la ley del infierno, le doy a Hugo el cargo de demonio de encrucijada.

-Felicitaciones Hugo -dijo la reina al pobre demonio que no se lo podía creer-. Tienes el permiso de Lilith para hacer tratos y empezar a ganar tus poderes como demonio de encrucijada.

-¡Muchas gracias mi reina por la oportunidad! Y muchas gracias Lilith segunda por su consideración, no se arrepentirá, se se se lo prometo.

El demonio salió de la sala de trono muy alegre.

-Has hecho un buen trabajo aquí, te felicito -La reina todavía no se había levantado del trono, se preguntaba cuando lo haría sí podría marcharse a su habitación. Necesitaba drogarse, no lo había hecho en todo el día-. Tengo un trabajo para ti.

-¿Tiene que ver con el resto de mis poderes?

-No, pero si lo logras estarías más cerca de esa charla con tu madre -La bruja se inclinó más hacía la reina, era todo oídos-. Hay un ángel que cayó a la tierra hace mucho tiempo y recientemente digamos que despertó, ella puede escuchar a los ángeles. La necesitamos, nos sería de mucha ventaja y, teniendo un espía, sabríamos el mejor momento para colarnos.

-¿Dónde está? La voy a buscar ahora.

-Ve con Judas y algunos demonios de confianza, serán tu apoyo y te dará la información -La jovencita asintió y salió casi corriendo a buscar a Judas-. Una cosa más -la detuvo la reina a los pies de la escalera al trono-. Iras como representante del infierno. A esta ángel la estarán buscando el cielo para ajustar cuentas, estoy segura que te los enfrentarás. Ve con cuidado y recuerda que eres mi voz en esta batalla, piensa dos veces lo que harás. ¿Entendido?

-Si mi reina.

Un grupo de demonios ingresó a su alcoba con las herramientas necesarias para confeccionar la protección adecuada al nivel de estatus que la reina le había dado el día en que aceptó el trato. Lilith desde un comienzo fue trata con la similitud de una princesa y nunca había sido reacia a las comodidades -encontraba gracioso que el pueblo la tratara como una segunda Lilith o una princesa, que técnicamente lo era-, grabaron en su cuerpo los mismos símbolos que la reina usaba al salir del infierno. Los demonios le colocaron una pesada cota de malla para protegerla de cualquier ataque de una espada Ángel. Lilith no era partidaria de su uso, pensó que debía de haber un material actual que combinara mejor la comodidad y la protección, pero por la urgencia del momento, no hizo ninguna queja; después, le extendieron un vestido de tela blanca con apenas unos bordados en la parte de abajo. Lilith lo encontró hermoso y se lo puso con gusto, descubrió que tenía bolsillos secretos en los que guardó bolsitas de hechicería y algunos artilugios que podría necesitar.

Una vez se ajustó el vestido, Lilith se colocó un cinturón que sostenía la espada ángel que había robado a Uriel, el ángel que mató a su madre. La espada encajaba muy bien en su mano, como si ahora le perteneciera. ¿Él la habría usado contra mamá? No lo sabía, pero se sentía poderosa con ella al lado.

-¿Lista? -le preguntó Judas, quién guardaba su propia espada en una funda.

-Si -respondió Lilith-. ¿Sabes dónde está?

-Tenemos una idea, envié a Alister a perseguirla, ya debería de estar allí.

-¿Dónde es allí?

-Ella fue internada en un psiquiátrico el día en que Dean Winchester fue sacado del Infierno. No sé qué cable activo, pero está escuchando a los ángeles, la volvieron loca y se escapó del psiquiátrico. Ella fue líder de un batallón, fue asignada por cientos de años a la tierra a custodiar y un día desobedeció porque no creyó más en Dios y fue expulsada. Eso es todo lo que nos interesa.

-Muy bien, vamos -Lilith tomó la mano de Judas para que las teletransportara y con suerte podrían hacer la misión más rápido de lo que pensaban.

La iglesia se erguía majestuosa y venerable, con su imponente campanario que se alzaba hacia el cielo. De la fachada resaltaba un ventanal que atrapaba todos los colores del arcoíris en un perfecto circulo; era un bonita estructura para ocultarse de los demonios, muy inteligente si le preguntaban. Lilith y Judas admiraban el pacifico ambiente que había a su alrededor mientras subían los peldaños hacia la entrada de la Iglesia, sin embargo, escucharon un fuerte ruido que las sobresaltó.

Observaron la caída de dos hombres desde el segundo piso. Los pedazos de vidrio saltaron por todos lados, volaron por sobre su cabeza y sintió los pequeños cristales golpear contra la piel desnuda de su brazo. El estruendo de la caída fue acompañado por gemidos de dolor y un par de gritos. ¿Quién carajos se tiraría e un segundo piso? La respuesta fue bastante simple después de mirar con detenimiento los rostros de Sam y Dean Winchester. Ellos se levantaron rápidamente y corrieron hacia el impala que estaba estacionado a una cuadra. ¿Qué carajos estaban haciendo allí? Eso definitivamente complicaba su misión, tenerlos como el tercer bando en discordia agravaba sus posibilidades de conseguir a ese ángel. Esos dos obraban para el bien.

El impala desapareció haciendo quemar las ruedas contra el pavimento, corrieron antes de que pudiera saludarlos, no estaba segura si la habían visto con el fervor del momento. Miró hacia el ventanal -o lo que quedaba de él-, el demonio Alesteir se asomaba con una sonrisa chueca y el traje del hombre al que poseía estaba destrozado. ¡Estaba furiosa! Se suponía que ella estaba al mando y daba las órdenes. No quería que nadie saliera lastimado, bueno, no quería que Sam y Dean salieran lastimados.

-El ángel escapó con esas dos ratas y la perra de Ruby, princesa -fue lo primero que dijo el demonio cuando la vio ingresar a la habitación. Habían tenido una pelea grave, la sangre manchaba el suelo-, pero les quité esto -tomó del suelo el cuchillo mata demonios-. ¿Lo quiere princesa?

-Yo no di ninguna orden para que casi mates a los Winchester -dijo Lilith, adoptó una postura en la que sus manos se escondían detrás de la espalda y se acercó decidida hacia el demonio-. Quiero al ángel, no a los Winchester Muertos.

A Alesteir no le gustó nada ser reprochado. Había hecho una pequeña sonrisa y dio un paso adelante.
-Mire princesa, esos idiotas están en el medio, nadie los llamo, solos vinieron y...

-Tu estás bajo mis órdenes, la reina me asignó a mí como su representante -lo interrumpió-. Si tienes un problema te quejas con ella. ¿Tienes algún problema Alesteir?

-No de momento mi reina, pero si lo tengo se lo dejaré saber -sonrió burlón.

-Alesteir -dijo Judas hablándole como un viejo amigo al que siempre se mete en problemas-, deja la tontería de lado y compórtate delante de Lilith, vas a hacer enojar a la reina si la desobedeces.

-Bien -soltó finalmente.

-¿Qué hacían los Winchester aquí de todas formas? -preguntó Judas mientras Lilith se acercaba a la sangre derramada en el suelo con un plan en mente.

-Salvando a la chica.

-¿Por qué querrían salvar a un ángel? A ellos no les caen bien -dijo Lilith con el ceño ligeramente fruncido. No podía entrar por su mente que ellos ahora salvaran ángeles, ¿Qué seguía? ¿Demonios? Que la despertaran de esa pesadilla. Empapó los dedos en sangre, con suerte sería de unos de los hermanos y podría ver en dónde estaban.

-Creo que no saben que es un ángel, creo que ni la chica lo sabe.

-Entonces, estos dos creen que están salvando a una inocente chica de los ángeles y los demonios -agregó Judas riendo-. ¿Qué hacemos Lilith?

-Yo hablaré con Sam y Dean, no puedo asegurar que me hagan caso porque estoy segura que ya se encariñaron con esta chica, pero en caso que no me la den, yo los detengo y ustedes dos van contra el ángel. ¿Opiniones?

-¿No sería más fácil engañar a Sam y Dean? Puedes usar tu amistad para ello -propuso Alesteir.

-No -respondió Judas antes de que Lilith pudiera-, no son fácil de engañar y ya deben saber que estamos detrás de esto. Si hacemos el plan de Lilith hasta lo podríamos tener de aliados, no van a elegir un ángel por encima de su amiga y Dean está enamorado de Lilith, le hará caso.

-No enamorado -canturreó Lilith-, solo nos queremos un poquito más.

-A nadie le importa quién quiere a quién, ¿Qué hacemos, princesa, si los ángeles aparecen?

-Yo inmediatamente activo el sello que los envía al Cielo, luchar contra ellos es una pérdida de tiempo -sentenció-. Entonces, ¿Alguna otra pregunta sobre el plan? -Ambos demonios negaron con la cabeza-. Perfecto entonces, con un simple hechizo veré en dónde se encuentran.

Lilith realizó uno de los primeros hechizos que aprendió en el aquelarre y era el mismo que la ayudó a encontrar a Sam Winchester cuando había desaparecido. Sacó del bolsillo un poco de piedra magnetita y chupó sus dedos con sangre de alguno de los Winchester. En pocos segundos, observó a través de los ojos de Dean. El conducía el impala a gran velocidad usando un solo brazo, pues el otro lo tenía aferrado a su pecho, lastimado. Sam estaba a su lado, lo escuchaba quejarse de un vidrio clavado en su hombro y que necesitaba una sutura urgente. El ángel no estaba con ellos, ni parecía que apareciera pronto la demonio que odiaba.

-Los vi -anunció Lilith-, no están con el ángel, pero lo estarán pronto. Se la llevó Ruby. Tenemos que esperar a que se comunique.

Pasaron horas, se había hecho de noche y soportar al molesto e impaciente demonio de Aleister solo consiguió que su frustración aumentara y su paciencia llegara a nuevos niveles que desconocía. Sam y Dean estaban en un motel custodiado por demonios y todavía no había señales del ángel. Lilith había meditado llamar a los muchachos, pues quedó una incertidumbre que estaba partiendo su cabeza, no tenía idea de si ellos sabían que estaba detrás o si la vieron en la iglesia. Todo había ocurrido tan rápido que tal vez ni e dieron cuenta o... todo lo contrario, la habían visto y no querían hablar. ¿Estarían enojados? ¿Decepcionados? No podía saberlo si no levantaba el teléfono, pero ¿Entonces por qué ellos no la llamaron?

-Aleister -de pronto, un demonio de bajo rango entró a la sala en la que Lilith, judas y Aleister estaban esperando noticias-. Se han ido.

-¿A dónde? -El demonio se puso nervioso, las piernas le temblaron-. ¿Se escaparon, no es así imbécil?

-Fue por culpa de la traicionera de Ruby.

-Suficiente -intervino la bruja notando que Aleister estaba de peor humor-. Yo me encargo, veré a dónde fueron -. Lilith no tardó nada en volver a realizar el hechizo confiada en que los tenía controlados como un sargento a sus soldados; se equivocó gratamente, Ruby hizo un contra hechizo y ya no podía espiarlos. Eso la dejaba muy mal para como la encargada de la misión, no quería admitir que fue vencida por la demonio que más odiaba, y tampoco podía alargar más el silencio por una respuesta-. Esa puta perra está cancelando mis hechizos, pero nadie tiene que preocuparse, continuaremos con otra de las opciones que pensé para contactarlos.

-Aleister espera un momento afuera -pidió judas mirando a los ojos a Lilith, quién supuso casi de inmediato de lo que hablarían.

-¿Ahora tú me das órdenes? -dijo riéndose burlonamente-. Judas, soy más viejo que tú.

-Espera afuera -repitió más contundente.

-Bien, solo espero que hagas entrar en razón a esta princesita porque si sigue lloriqueando por sus amiguitos vamos a terminar muertos por los ángeles.

Una vez Aleister las dejó solas, Judas se acercó a ella.

-El tiene razón -dijo con la voz calmada. La tomo de la mano y la obligó a sentarse en la cama-. Lilith, yo entiendo que son tus amigos, los quieres, está bien. Hasta a la reina no lo importa tu unión con los Winchester, no les guarda rencor y no los ha matado porque no le interesa y por ti. Ya tomaste una decisión, estás con nosotros, eres parte de esto porque tú así lo decidiste. Yo estuve para ti desde que te conocí, Dorian te escuchó llorar noches enteras, días, ¿Te acuerdas? ¿Te acuerdas cuando estabas tan drogada que ni parpadeabas? Dorian me pedía que me quedara contigo mientras él trabajaba. Yo me quedé, tú lloraste en mi hombro. No es justo que ellos aparezcan de la nada y se lleven toda la atención, no es justo que Dean aparezca y te conviertas en una perrita faldera, atrás de su aprobación, siendo muy meticulosa en lo que haces para no enfadarlo. Eso ni suena a ti, yo escuché que eras muy diferente y no rogabas por la atención de los hombres.

-¿Y esto a qué viene Judas? ¿Este ataque tan gratuito por qué? -Lilith genuinamente se rio, sonaba a un planteo sin sentido. Ella no estaba haciendo todo eso, tenía su meta clara y como conseguirla, ¿Lo tenía, verdad? Si por supuesto que si, solo a veces y, repetía, a veces, se distraía con drogas y la atención de Dean...

-No te enfades, no intento insultarte. Necesitamos hacer bien esta misión y, como dije antes, me gusta tu plan. Es justo, generoso, pero tú necesitas estar preparada para situaciones en las que no serás justa y no todos van a salir contentos. No puedes mostrarte tan vulnerable enfrente de demonios como Aleister o enfrente de los ángeles. Te verán como una mariposita revoloteando en la habitación, no te harán caso, no te respetarán y no van a tener miedo. A nadie le importa la mariposa bonita, hermosa, se reirán de ti. Pon tus emociones en orden porque Sam y Dean están en el medio de esta guerra y tú estás con nosotros, no con ellos, al menos que quieras estar con ellos. Te puedes ir, nadie te matará, enojarás a la reina, no te lo negaré, pero se le pasará.

-Los llamaré y me van a decir en dónde están. Mi relación con los Winchester es una ventaja en este plan. ¿Está bien? -Judas asintió sin más.

Lilith no quiso profundizar en sus palabras, aceptaba el discurso de judas como una opinión sincera, con mucho sentido. Ella se estaba preparando en una carrera peligrosa, con el manejo de una sociedad que se movía por los intereses de un puñado de personas. Estar a cargo de un país, un reino o un pequeño pueblo no era tarea para un imbécil o una mariposita, como Judas la había llamado. Nunca había visto a la reina dudar de un plan. Ella había abandonado a Lucifer cuando cayó. Le tomó dos segundos dar la vuelta, mientras que ella se había quedado días sosteniendo el cadáver de su madre.

Ninguno de los hermanos respondió sus llamados, ellos lo sabían.

Se había quedado callada por un largo tiempo usando minutos a su favor antes de contarle la verdad a judas. Pensó en otro plan que no involucrara magia de rastreo -Ruby estaba siendo una gran perra bloqueando sus hechizos-, lo cual la llevó a pensar en la opinión de los hermanos en este asunto, ¿La estaban apartando? ¿La ignoraban? Tomó su celular y marcó a Dean otra vez, esperando pacientemente ver los minutos escalar y la leyenda de "Dean :D" en la pantalla, pero nunca sucedió, de hecho, le cortó. Perfecto, alguien estaba enojado.

Lili

Necesito hablar contigo

Sin respuesta.

-¿Y? -dijo Judas cuando la vio salir de la habitación del hotel. Ella y Aleister la estaban esperando.

No quería aceptar la verdad. El dedo que accionaba su ansiedad y se había convertido en la clara señal de que necesitaba llenar su cuerpo con alguna sustancia la obligó a encender un cigarrillo pensando qué carajos decir o cómo afrontar que ellos tenían razón. Si perdían era por su culpa.

-Envíen demonios a buscarlos.

-Qué bien -murmuró Aleister-, los teníamos ahí. Ella no puedo liderar nada, ponerla al mando es un completo error -soltó alejándose, sus pequeños demonios lo esperaban en las sombras.

-No digas nada -dijo Lilith apresurándose al acercamiento de judas que poseía la evidente molestia del 'te-lo-dije'-. Ni siquiera me quieren escuchar... Ni me sorprende ya. Es siempre lo mismo.

-Veré que puedo hacer, pero por favor necesitas ser más inteligente en este tipo de situaciones -Judas depositó un beso en su mejilla, aunque estaba escondiendo la misma desilusión que su colega-, y no escuches a Aleister, yo sí creo que puedes estar al mando.

Si no podía estar al mando de su propia vida, ¿Cómo completaría una misión? A lo mejor la solución era marcharse al infierno y dejarlo en manos de Judas y Aleister, tenían una mejor experiencia en realizar acciones de dudosa ética y moral; todos eran mayores para decidir por sus acciones, Sam y Dean elegían cada día el riesgo de la caza de monstruos, una noche alguien la llamaría para informarle de la muerte de los hermanos. ¿Ellos pensarían lo mismo de ella? ¿Cuándo la vieron entre demonios se les ocurrió que había tomado una decisión? ¡Qué va! Si así fuera responderían a sus mensajes o preguntarían por su versión. Ella no encajaba en esa medición, hasta en lo sobrenatural había una doble barra, pero ellos no lo hacían por género o poder, lo hacían con subjetividad, la veían como aquella mujercita que alguna vez asistió a la universidad, vivía en una linda casa e iba a tener un buen futuro, bueno, de seguro que Dean la veía así porque de Sam esperaba algo diferente. Para él el mundo sobrenatural no eran blancos y negros, habían tonos de grises y ambos estaban ahí metidos.

Lilith an idiot

:)
enviado a las 06:00 a.m

Sammy boy

Estúpida
e

nviado a las 08.00 a.m

Estúpido tú, ¿Te puedo llamar?

No, está Dean al lado muy enojado

Habla por aquí

¿Tú estás enojado?

No, estoy intrigado, ¿Qué haces persiguiendo a Anna?

No es una chica inocente, no es una víctima por salvar

Lilith, ahórrate el dilema moral que ya sabemos que es un ángel

El infierno necesita a ese ángel

...

Ya sé eso y me puedo imaginar para qué, yo pregunté qué haces tú detrás de ella

La reina me asignó la tarea, no es como si pudiera negarme, además la necesito para que yo pueda ir al cielo

Sam, dámela, ¿Qué más te da? si es un ángel.

No hizo nada malo Lilith, no es cómo los demás ángeles.

¿Y eso te lo dijo ella?

Si

¿Es necesario?

No

Mira, yo no le creo, no creo ni a los ángeles ni a los demonios.
Ella dice ser un ángel caído porque desobedeció.

Yo sé un poco más

Cuéntame.

Fue enviada a custodiar la tierra por cientos de años
y un día desobedeció porque ya no creyó más en Dios.

A mi entender es igual que los demás ángeles, son criaturas insensibles
que hacen lo que papi dice. Ellos vieron a millones y millones de personas
morir por injusticias y no hicieron absolutamente nada, no les importa los humanos.

Dime dónde están.

Lilith, no puedo dártela como si fuera un cerdo.
Ella se convirtió en humana después de caer, nació como un bebé
y hasta entonces tuvo una vida muy normal.

Está bien, le perdonamos todo lo que hizo porque ahora es humana.

Estás llevándolo al absurdismo.

¿Y qué si te dijera que pudo detener la peste negra? ¿O las guerras mundiales? ¿O qué Azazel matara a tu madre? ¿Por qué les importa tanto un ángel que apenas conocieron? Te prometo que nada malo le pasara, le vamos a ofrecer trabajar para nosotros, no es cómo si ella pudiera volver al cielo.

Entiendo tu punto Lilith y no quiero pelear contigo, ni siquiera estoy enojado, ya sé porqué lo haces. No me importa Anna más que tú, pero no es justo que yo la delate cuando arriesgué mi vida por salvarla. No soy así Lilith y lo sabes.

Bien

No es personal Lilith

¿Entonces es así de fácil?

¿Qué?

Ignorar.

Llilith, vamos, no es así

Hablamos otro día Sam.

Ruta 100, Great River Road, kilometro 80.

Ven sola

-¿Es una trampa? -fue lo primero que le preguntó Judas leyendo la conversación. Lilith miró hacia la puerta preocupada de que Aleister estuviera escuchando.

-No lo sé -respondió sincera, tuvo que leer otra vez la conversación para sacar una hipótesis-. ¿No es extraño todo? No extraño de trampa, sino como.... Espontáneo. Empieza sosteniendo una idea muy Sam, él sabe que ese ángel no es una santa, pero no la delataría, pero de repente me da la dirección.

-¿Qué quieres hacer?

-Llévame, no me importa -terminó diciendo convencida-. Yo sola.

-¿Estás segura?

-No, mejor quédate conmigo.

Lilith y Judas aparecieron en el punto exacto de la carretera, en el preciso momento en que el impala se dirigía hacia ellas; ambas presenciaron las luces disparar contra sus cuerpos y, en un acto reflejo, Dean dio un volantazo que realizó un giro de 180 grados que no ha terminado estampado contra un árbol de milagro.

-¿Lilith? -pronunció Dean bajando del impala, estaba sorprendido-. ¿Fuiste tú Sam?

Ambos hermanos se acercaron a la muchacha que le había indicado a judas, al mismo tiempo, que tomara posición en la parte trasera del auto, allí en dónde estaba en ángel y Ruby. Con una simple mirada, comprendió que debía esperar a su orden. Lilith todavía quería hacer las cosas bien, no quería pelear contra ellos.

-Déjala que se la lleve -dijo Sam. La situación ya no le parecía una trampa, de hecho, fue un revuelo a su imaginación, un acto desprevenido que no encontraba un significado.

-¿Qué carajos estás diciendo Sam? ¿Le dijiste en dónde estamos? ¿La quieres entregar, estás siendo real?

-Hola Dean -dijo Lilith para recordarle que estaba allí presente-. Qué lindo verte.

-Oh no, no me hagas empezar contigo. ¿Qué carajos haces metida en esto Lilith? ¿Qué eres ahora, la chica que hace el trabajo sucio? Estaba bien con las lecciones de magia o lo que sea, ¿Esto? No, esto es demasiado para mi, ve a casa de Bobby y hablaremos cuando pongamos a Anna a salvo.

-No me voy a ir sin el ángel -determinó Lilith dando un paso al frente. Dean despertaba un enojo especial en ella, una frustración que era difícil de soportar. Parecía una maldita montaña rusa o una adicción. Siempre lo mismo, el problema prevalecía igual, el contexto cambiaba.

-¿Disculpa? -dijo Dean casi que riéndose, los miró a ambos, vio que Sam se iba acercando a Lilith poco a poco-. ¿Qué carajos está mal con los dos? ¿Se la quieres dar al infierno? ¿Desde cuándo estamos entregando personas como si fueran mercadería?

-Esto no es nuestro asunto -intentó justificar Sam. Lilith lo escuchaba atentamente pues tenía el mismo asombro que el hermano mayor, su motivación estaba oculta-. No es una decisión fácil, lo sé -dijo apresuradamente, antes de que Dean volviera a gritar-. Si Anna es inteligente, sabrá que el infierno es la mejor opción, diles que no la van a torturar, Lilith solo la necesita para entrar al cielo.

Dean no les creyó, hizo lo que siempre hacía: tornó su rostro a uno de completa decepción que se negaba a aceptar una opción que no fuera la suya. Él ni siquiera mantenía una evaluación objetiva de la verdad, la usaba a conveniencia.

-Sí, solo le ofreceremos una oferta de trabajo. La trataremos Bien, al infierno le gustan los ángeles rebeldes -Lilith había dicho una mentira para convencer a Sam. La reina nunca habló de un buen trato o de un intercambio de palabras, la misión sonaba a secuestro y aprisionamiento, y poco le importaba. Quería a ese ángel y lo obtendría-. La necesito, por favor, dámela.

-Dime Sam, ¿Tú le vas a decir a Anna lo que hiciste?

-Sí, yo se lo diré.

-No puedo creerlo de ustedes -Dean sonrió irónico, pasó ambas manos por su barbilla y se giró a mirar hacia el impala en dónde Judas sostenía en silencio su espada ángel y custodiaba que ni Ruby y ni Anna salieran del auto-. Sam, mira a tu alrededor y dime qué no ves nada malo.

-A veces papá no tenía ni un centavo para comprarnos ropa más abrigada en pleno invierno -comenzó a contar Sam; Dean estaba a punto de comentar algo en contra, había rodado los ojos por un segundo-. Nos enfermábamos horrible en invierno, en los moteles nunca funcionaba la calefacción. Yo lo odiaba y estaba harto de pasar frío, así que le supliqué a papá que nos llevara a casa de Regina. Lo molesté tanto que nos terminó llevando. Allí nunca pasamos frío o hambre, nunca Dean. En navidades teníamos regalos debajo del árbol. Regina me dio libros nuevos para que pudiera hacer mi tarea, me compraba la mochila, los útiles, cuadernos, zapatillas. Regina me ayudó a entrar a Yale, yo conseguí una beca porque ella fue mi profesora, me ofreció pasantía en su buffet de abogados en dónde pude aprender mucho. No quiero ignorar a Regina y prefiero ayudar a Lilith que a un ángel que no conozco y estoy seguro que hizo cosas horrible. Lilith tiene menos muertes en sus manos que nosotros, no tiene ni el uno por ciento. Dean, hicimos cosas peores que esto.

Lilith escuchó el silbido del viento pegar con las copas de los árboles y una suave ventisca alborotó algunos de sus cabellos perlinos, pues los del frente se habían pegado a sus mejillas que habían sido la superficie para las lágrimas. Se le había formado un nudo en su garganta y en pocos minutos se convertiría en un rio de lágrimas incontrolables. Ella tuvo que bajar la cabeza para tranquilizarse en privacidad, empleando palabras mentales que repetían ser fuerte y serena porque seguía trabajando como la representante de la reina, pero y más importante, estaba harta de llorar frente a Dean. El cazador buscó las palabras correctas para sustentar su punto de vista después del aporte emocional de Sam. Era difícil de encontrar la expresión correcta después de ver que su hermano menor soltaba un par de lágrimas.

-Solo estoy aquí pidiendo -comentó Lilith porque nadie iba a hablar-. No pretendo que me la entreguen por piedad o porque sientan que están en deuda. Me gustaría que lo hagan porque así lo quieren. Mi mamá los cuidó porque ella los quería, no esperaba nada a cambio.

-Dile a Judas que se la lleve -dijo Sam a Lilith agachando la cabeza.

-¡No! -Dean gritó enfurecido-. Nadie va a hacer nada, no podemos hacer esto, es inhumano. Lilith por Dios, ¿No eres consciente de lo que estás pidiendo que hagamos? ¡Es una humana! Ella también tenía una madre, Lilith, te vas a arrepentir de todo esto. Vuelve al infierno y dile a la reina que se escapó.

No tuvo la oportunidad de replicar. Escuchó un aleteo detrás de su nuca, el sonido que más odiaba en todo el mundo. La fiesta estaba completa. Dos ángeles, uno era Uriel, el que había matado a su madre y el otro suponía que era Castiel, Dean le habló de él. Un tipo de rostro angelical, si se lo cruzaba en la calle pensaría que era una buena persona. Usaba una gabardina beige y un traje demasiado prolijo para ser usado por un ángel.

-¿Es la reina o la princesa? No las distingo -Uriel había aparecido peligrosamente cerca de la jovencita que estaba ardiendo de cólera con su sola presencia. Su voz le provocaba nauseas-. ¿Dónde está el ángel?

Por fin podía ponerle un rostro al nombre del ángel que estaba haciendo mucho revuelo. Judas la había sacado el auto de los pelos, con el filo de la espada ángel rozándole el cuello, no le temblaba el pulso y estaba determinada a matarla si no la llevaban al infierno. La bruja sonrió y le dio la señal de acercarla al punto de fuego.

-Yo te perdono Sam -dijo el ángel Anna-. Y siento que no te pueda ser de ayuda Lilith, prefiero que mis hermanos me maten que ayudar a liberar a Lucifer.

-Cierra la boca o te corto el cuello -amenazó Judas.

-Has tu despedida porque te vienes conmigo -ordenó Lilith manteniendo la vista en los ángeles, sin embargo, vio de reojo que tendría problemas con Dean, que se había acercado al ángel.

-Está bien Dean -murmuró el ángel con la voz entrecortada. Ella encontró un espacio para su mano en el brazo del cazador con tristes ojos, sosteniéndose del último pedazo de tela para el despido final. Ella lo besó como el gran final de la novela de un fugaz historia de amor. Casi hacen a Judas vomitar; y la bruja ahogó una risita-. Hiciste lo mejor que pudiste, no te preocupes, voy a estar bien.

-No tenemos el día -interrumpió Lilith antes de que empezaran a besuquearse otra vez-. Lo siento ángeles, pero esta se va al infierno.

-Princesa me sorprendes -¡Mierda! Ahora sí que estaban completos-. Creí que no encontraríamos a esa perra. Mira a estos imbéciles mojigatos fanáticos -Aleister apareció con dos demonios detrás de los ángeles.

-Úlcera infectada -dijo Uriel dando un paso al frente empeorando la tensión entre el cielo y el infierno

-El infierno no se la llevará -pronunció Castiel-. Lo diré una sola vez, deben darse la vuelta ahora o nos desharemos de ustedes.

-Es nuestra imbéciles -dijo Lilith haciendo aparecer su magia. Ella miró a su alrededor analizando el campo de juego. Eran cuatro demonios y una bruja contra dos ángeles. A su lado sumaba un cazador experimentado y, por consecuencia, otro más que lo defendería. Recordaba que había dado la orden de no enfrentarse a los ángeles, eran fuertes y tenían la ventaja de un mayor poder, pero... ¿Y si agarraban a uno? -. Yo lo diré una vez, déjenos en paz.

Uriel se rio en su cara.
-Dile a tu reina que esta chica es nuestra, ve, dile que Uriel la pide. Te esperamos aquí para que me la entregues personalmente.

-Tú estás al mando -dijo Judas cerca suyo, con el filo de la cuchilla posada en el cuello de Anna.

Lilith se encontraba en una encrucijada, sin saber cuál sería la mejor opción. Pero antes de que pudiera considerar adoptar una resolución que contentara a la reina y favoreciera sus deseos, Aleister se lanzó contra Castiel y la batalla estalló a su alrededor.

Su objetivo fue claro desde el comienzo. La aparición repentina del asesino distorsionó la mente de Lilith para acentuarla en la dulce melodía de la venganza que tanto añoraba sucediera. Los ojos cerúleos se alinearon en el cuerpo del ángel con la perfecta escena de un reflector y oscuridad a su alrededor, dos objetos en el mundo: él y ella. Lanzó su primer golpe. La magia morada explosionó en el rostro del ángel, que lo derribó al suelo, unos cuantos metros por fuera de la carretera. Lilith, desde la distancia, lo envolvió en su manto morado y esta vez lo estampó contra un árbol. O perdió tiempo, no lo dejó recuperarse, quería actuar rápido. Sacó el mismo árbol y lo usó como un bate de beisbol y al ángel de pelota. Poco a poco se acercaba, abandonando a su equipo, olvidando la misión principal.

-No te vas a escapar esta vez -dijo Lilith con una sonrisa y sus ojos brillando de emoción-. Hoy te mataré.

Uriel fue capaz de luchar contra la magia. Se puso de pie con una mirada superior, insignificante, como si no le importara lo que sucedía.
-Aún no aprendes, eres tan estúpida como los monos. Necesitada, débil, ingenua. Te hice un favor.

El poder divino era, obviamente, superior al de una bruja completa, y, teniendo en cuenta, que le faltaban dos perlas para serlo, su nivel de fuerza no resistía el intento de escapar del ángel. Finalmente, logró volar a un lado suyo, buscando por la pelea física de la que fue advertida por la reina. Los ángeles sabían que no podían usar sus poderes en ella debido a los símbolos tallados en su cuerpo y a los hechizos realizados previamente. La intentarían matar con su cuchilla o a golpes. Recibió un doloroso puñetazo en la barbilla y otro dirigido hacia su nariz. Se defendió con su magia, que era más fuerte que su debilucho brazo, atajaba los golpes como si formara un escudo, pero los que estampaban contra su cuerpo la dejaban aturdida.

La venganza motivaba su pelea. Recordaba el calor de las llamas como si el escenario fuese la iglesia ardiendo. La piel enrojeciendo en cuanto más se adentraba en el bosque, recordó la estatua de un ángel derritiéndose, mostrando la fealdad divina, lo que siempre había sido. Todo era falso. Metió la cuchilla en la pelea, manipulándola como un ser viviente que volaba gracias a la fluctuación de magia, creando dos frentes.

Lilith escupió sangre, sintió como bajaba de su nariz y la saboreaba en su lengua.

-¡Lilith! -escuchó que Judas la llamaba y seguidamente vio una nube negra golpear contra al ángel.

La ayuda de Judas le sirvió para recomponerse y atacarlo otra vez. Con la cuchilla logró rajarle el cuello y obtener un poco de su gracia. Eso era lo que estaba buscando desde el comienzo. Lilith dirigió la gracia hacia un pequeño frasco que le colgaba del cinturón y se perdía en los pliegues del vestido. Entre las dos, sometieron a Uriel de rodillas, atrapándolo en un círculo de magia morada y una extensa nube negra que se presentaba como un tornado. Ya casi lo tenía, necesitaba apoderarse de su mente para tener el control el cuerpo. No lo iba a matar así, eso no era venganza.

-Mi reina -oró Lilith desesperada-. Te necesito ahora por favor, ayúdame.

En un parpadeo, la reina apareció a su lado. La magia blanca comenzó a fluctuar mezclándose con la morada, y así, en pocos segundos el ángel cayo rendido y su mente le pertenecía.

-Por favor mi reina, llévame al lugar en dónde la mató -suplicó Lilith estirando su mano hacia la reina. Solo pensaba en su venganza, no se le cruzó ningún otro pensamiento. La reina la aceptó sin replicar, haciendo un pequeño asentimiento.

-Siempre te ayudaré Lilith.

💬!▬ @vesnax
(author's note)

cap largo, tenia free time

el siguiente venganza y en el prox se viene la lloradera jajaja

alguna opinion en la desición de sam al entregar a anna?

xoxo

Continue Reading

You'll Also Like

88.7K 10.3K 30
❝ You were my life But life is far away from fair. ❞ Donde James Barnes es atormentado por los estragos de su pasado. o Donde Audrey D'Angelo no sabe...
5.9K 495 43
||Tras la guerra civil, Harper descubrió cosas que no debía de saber, supo que Tony Stark no era nada más que un hombre mentiroso y doble cara, que a...
112K 7.3K 51
La vida de una chica pelicastaña, de tes moreno claro, y ojos café oscuro al igual que su cabello, cambiaría finalmente tras tener toda su corta vida...
419K 29.2K 115
𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐢... Una escuela privada, pero no vida privada. Lo que sea que los estudiantes h...