El imbécil de mi vecino

By Yaidichi_

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¿Sabéis cuál es esa sensación? La que cuando te levantas por la mañana con ganas de comerte el mundo, sabes q... More

Capítulo 1
capítulo 2
capítulo 3
capítulo 4
capítulo 5
capítulo 6
capítulo 7
capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
capítulo 11
capítulo 12
capítulo 13
capítulo 14
capítulo 15
capítulo 16
capítulo 17
capítulo 18
capítulo 19
capítulo 20
capítulo 21
capítulo 22
capítulo 23
capítulo 24
capítulo 26
capítulo 27
capítulo 28, el final.
Epílogo
El después del epílogo.

capítulo 25

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By Yaidichi_

𝙽𝚊𝚘𝚖𝚒 𝚁𝚘𝚜𝚜

Ander guardó el casco en la moto y se ofreció a llevar el mío, claramente se lo di, no tenía ganas de cargarlo. Él me dio la mano que tenía libre y entrelazó nuestros dedos. Entramos dentro del centro comercial y empezamos a andar entre la multitud de personas.

-Bueno, ¿Y qué quieres hacer?- preguntó.

-Podemos comer en el Mc'Donalds y después vamos al Carrefour que hay por aquí.

-¿Para qué quieres entrar al Carrefour...?- preguntó sonriendo.

-¿Te acuerdas cuando me dió vergüenza cojer el lubricante?- pregunté y él asintió con la cabeza como respuesta- pues, no sé... Para cogerlo.

Miré a los ojos a Ander y él sonrió, haciendo que por mi cuerpo entrará un escalofrío. Apretó mi mano y jaló de ella haciendo que nuestros brazos se chocarán.

-Como tu quieras mi amor- susurró- hagas lo que hagas voy a disfrutar muchísimo...

Ander se calló cuando alguien chocó con su brazo, se dio la vuelta y noté como apretó mi mano.

-Lo siento mucho... Ander...

-No pasa nada Nagore.

Nagore estaba pálida, parecía deprimida, tenía ojeras y su pelo rizado estaba hecho un desastre.

-Hola Naomi- dijo sonriendo apretando los labios.

-Hola- respondí.

-Veo que estáis juntos.

-Así es- respondió seco Ander.

Él soltó mi mano y la pasó por encima de mis hombros, ella apartó sus ojos de él y me miró a mi, su mirada cansada desprendía tristeza, y yo por algún motivo y no sé cuál, me sentía culpable.

-Se os ve felices- ella se rascó la nuca- este viernes doy una fiesta en mi casa, por si queréis venir.

Ander se giró a mí y ladeó un poco la cabeza esperando algún tipo de respuesta, yo le miré a los ojos, analice su cara, estaba tenso, muy tenso, su mandíbula y las venas de sus manos se notaban muchísimo.

-Está bien iremos- dije y él me miró con el ceño fruncido.

-Ander sabe dónde vivo, la fiesta es a las 22:00, allí os veré- dijo andando, se dio la vuelta de nuevo mirándonos- adiós pareja.

-Adiós.

-Adiós.

Ander y nos nos despedimos en unísono. Sin decir nada más empezamos a andar, salí de debajo de los brazos de Ander y le miré con el ceño fruncido.

-¿Sabes su dirección?, Bueno eso no es lo que más me mata, ¿Se puede saber por qué te pones así? Dijimos que trabajaríamos eso Ander, quiero que te relajes tío.

-¿Ahora soy tío? ¿Donde se ha quedado el "mi amor"?- él hizo comillas con los dedos.

-Por dios, ¿En serio?- me pasé las manos por los ojos- mira voy a dejarlo, vamos a buscar algún sitio para comer.

-No, no Naomi, no quiero que esto se quede así, vamos a hablarlo- dijo dándome la mano.

Mi corazón se derritió al ver como Ander quería solucionar las cosas para no estar enfadados, sonreí un poco para que supiera que no estaba enfadada, y él se relajó, noté como su cuerpo lo hacía, con su dedos pulgar acarició mi mano, mientras seguíamos andando.

-Ahora lo hablamos, mejor en un sitio tranquilo que en medio de toda esta gente- dije con la voz suave.

-Vamos a comer, están vez pago yo que mi padre me ha mandado el dinero del mes.

-Uhh...- dije agitando una mano y él se rió.

Llegamos al Mc'Donalds, pedimos y nos sentamos en una mesa mientras comíamos. Sin que Ander se diera cuenta estiré mi mano hacia su bolsa de bolitas de pollo y agarré una, llevandomela a la boca. Ander me miró de reojo y sonrió.

-¿A ver de qué querías hablar?- pregunté.

-Que no sé, que no quiero que se queden las cosas en el aire Naomi, a ver... La dirección, me la mandó una vez que fuimos a quedar pero no quería por qué prefería estar contigo y... No sé qué más, me pone malo que esté a tu lado tío no me da buena espina.

-Pero no tienes que estresarte tanto Ander- dije dandóle un bocado al nugget.

-No vuelvas a decirme tío, por favor- él agarró mi mano por encima de la mesa y con su dedo pulgar acarició la palma de esta- yo intentaré cambiar eso, pero no me digas tío, siento que volvemos a ser amigos.

-Está bien, mi amor- dije y él sonrió- ¿Y la fiesta?

-¿Vas a querer ir?- preguntó.

-Puede ser interesante, la primera vez que fuimos salió mal, podemos intentarlo de nuevo.

-Me gusta ese "yo" tuyo que quiere ir de fiesta- dijo sonriendo- está bien cuando se acerque el día te pregunto de nuevo.

Acabamos de comer y nos fuimos al Carrefour que había dentro del centro comercial. Me estaba empezado a poner nerviosa como cada vez entrábamos más a la zona de higiene. Llegamos delante de todos los productos íntimos, tanto como condones, lubricantes de todos los sabores, hasta aceites para el cuerpo...

-¿Qué sabor quieres?- preguntó.

Yo abrí mucho los ojos, él se rió de mi, me estaba empezando a agobiar.

-Naomi, relájate, si no quieres no lo compramos de verdad, pero no entiendo por qué te pones así, esto lo hace todo el mundo mi vida.

-Es que me da vergüenza...- le miré a los ojos con una sonrisa tonta en el cara- no sé, ¿el de cereza?

-El que tú quieras- dijo agarrando el bote de cereza que había en la estantería

-Pues ese mismo, venga vamonos por favor.

Llegamos a casa y Ander sinceramente no sé dónde soltó el lubricante, nos sentamos en el sofá cada uno con su móvil. Me puse a ver un rato Instagram viendo la interesante vida de la gente. Aburrida me salí de la app, solté el móvil en la mesa y me levanté a la cocina, me eché un vaso de agua y mientras me lo bebía me puse a pensar en lo que habíamos comprado, ¿En qué momento le digo a mi novio que vayamos a comprar un lubricante?, ¿Qué pretendo hacer con eso?, ¿Llevármelo a la boca?, Eso puede salir o muy bien o muy mal. Solté el vaso en el fregadero y volví al salón, sentándome donde estaba antes.

-Te veo inquieta- habló sin levantar la cabeza del móvil.

-No, que va- respondí.

-Cuentame, ¿Qué te pasa Naomi?- preguntó.

Soltó el móvil en la mesa y me miró, sus ojos verdes me miraban fijamente esperando una respuesta, me estaba poniendo nerviosa, no podía decirle que estaba nerviosa porque teníamos un lubricante en casa, eso haría que Ander me matara lentamente por el simple hecho de que me diera vergüenza un puto gel con sabor.

-Me duele la barriga- dije sin pensar.

-Mentira, dime la verdad.

¿Tan mal mentía? Me empecé a crujir los dedos y el arqueó una ceja esperando una respuesta.

-Que me da vergüenza.

-Dios mío no me lo puedo creer- él se levantó del sofá yendo hacia el baño.

-¿Dónde vas?- pregunté en un grito, aún sentada.

Él volvió con el lubricante en la mano, se sentó a mi lado y me agarró la mano, abrió el bote y dejó los plásticos protectores en la mesa, echó en mi parte de adentro del antebrazo tres gotas, las cuales estaban frías. Miré a Ander seria sin saber que iba a hacer, él acercó mi antebrazo a sus labios y empezó a succionar donde había echado la primera gota, cerca de mi muñeca. Sus labios rozaron mi brazo, limpiando el gel que había echado, paso la punta de su lengua áspera por mi brazo, hasta llegar a la otra gota, volviendo a succionar, sentía mi cuerpo temblar cada vez que Ander pasaba su lengua por mí brazo. Mi zona íntima estaba palpitando, empezando a mojarse. Ander pasó sus suaves labios por la última gota de gel, mordiendo un poco la zona, solté un gemido ahogado por el mordisco que me dió Ander. Él se separó de mí y junto nuestros labios, puso su mano en mi mejilla, acariciándola, me empecé a mover sentándome encima de él, y sus manos viajaron directamente a mi culo, presionándome contra él. Sus labios sabían a cereza, empecé a meter la punta de mi lengua en su boca, haciendo que jugaran. Me separé de él y me eché hacia atrás, sentándome en sus piernas, puse mis manos en su mandíbula. Me giré hacia la mesa y agarré el bote de lubricante y lo abrí, eché unas gotitas en la punta de mis dedos y las pasé por el cuello de Ander. Me acerqué a su cuello juntando mis labios donde había puesto el gel con sabor, empecé a mover mis labios en su cuello.

-Joder Naomi- suspiró.

Empecé a morder un poco y Ander soltó un gemido, él puso su mano en mi nuca, acariciando mi cabeza.

-Naomi sigue así que te juro que me voy a correr- dijo con la voz cortada.

-¿Entonces paro?- pregunté separándome de él.

Me relamí los labios y no contestó, simplemente volvio a juntar nuestros labios. Llevó sus manos a mi espalda, empezando a moverme, notando su bulto crecer bajo mi intimidad. Su mano se separó de mí espalda y fue subiendo, masajeando por encima de la ropa uno de mis pechos. Me separé de Ander.

-¿Te he hecho daño?- preguntó separando las dos manos de mi cuerpo para que no me sintiera insegua.

-Que va Ander, estoy disfrutando muchísimo.

-¿Entonces qué te pasa?

-Que esto no es sano- me levanté de encima suya quedando de pie delante de él- que no nos podemos pasar el día así.

Él se rió y me estiro de la mano haciendo que me sentara a su lado, paso su brazo por encima mío y besó mí cabeza.

-Vamos Naomi, ¿Quién va a decir que no es sano?, déjame darte placer- susurró en mi oído.

Mi cuerpo se debilitó al escuchar las palabras de Ander, le miré a los ojos, los cuales desprendían pura lujuria.

-Dejame hacerte ver las estrellas por un rato.

Le miré a los ojos y sonreí, él sin esperar una respuesta me agarró de la mano y empezó a andar hacia nuestro cuarto, por el camino tropezaba con todo, entré al cuarto y este cerró la puerta, me senté en la cama riéndome y él se puso delante de mí, con una mano me echó hacia atrás dejándome tirada en el medio de la cama.

𝐴𝑛𝑑𝑒𝑟 𝐵𝑒𝑧𝑎

Bajé la ropa interior de Naomi, dejándola desnuda frente a mí, abrí el bote de lubricante y eché un par de gotas en mis dedos, me acerqué a su intimadad y pase mis dedos por encima, dejando el gel por la zona, notaba como Naomi se estremeció al notar el gel frío con su zona caliente, deje un par de besos por encima de esta, llevándome el sabor del gel en los labios. Naomi temblaba cada vez que dejaba un beso. Pasé mi lengua por su intimidad, aguanté sus piernas al notar como se ponía nerviosa, me separé de ella y esta me miró rápidamente.

-Naomi relájate- susurré- no sabes lo buena que estás y lo bien que sabes.

Noté como ella se tensó aún más cuando volví a juntar mi lengua con ella. Pasé mi lengua por su clítoris, haciendo que todo su cuerpo se moviera, ella se aferró a las mantas y cerró los ojos, apretándolos. Con una mano solté la pierna de Naomi y la conduje a su intimidad, introduciendo un dedo en ella. Soltó un gemido, más bien, empezó a gemir tan fuerte como podía cada vez que sacaba y metía un dedo en ella y pasaba la lengua por todo su haz de nervios. Estaba tan excitado como Naomi y deseaba estar dentro de ella, pero verla bajo mi lengua hacia que estuviera satisfecho.

-Dios mío Ander- gimió lloriqueando.

Succione un poco el clítoris, cuando volvió a soltar un último gemido, me llevé el sabor salado de Naomi a la boca, mezclándose con el sabor a cereza del lubricante, se podría decir que estaba riquísimo. Ella se quedó tirada en la cama, con los ojos cerrados, respirando por la boca, su pelo alborotado y una lágrima cayó de sus ojos.

-¿Naomi?

-Umm...

-¿Te he hecho daño?- pregunté.

Ella se pasó la mano por la mejilla limpiando la lágrima, se subió sin levantarse de la cama la ropa interior y se sentó a mi lado dejando la cabeza en mi hombro.

-Es de placer Ander, te lo aseguro que nunca había disfrutado tanto- ella cogía el aire por la nariz y lo soltaba por la boca, aún agitada.

-Diós mío me habías asustado.

-Joder que calor.

Ella se agarró el filo de la camiseta y lo empezó a mover para que el aire entrará en ella. Estaba roja, roja como un tomate, sonreí mirandola y ella agachó la mirada avergonzada, agarré su barbilla e hice que me mirara, me acerqué a ella y la besé, echándonos poco a poco hacia atrás. Ella se  separó de mis labios dejando un pequeño mordisco antes de darse la vuelta y abrazar la almohada, cerrando los ojos.

-Hasta mañana Ander- susurró.

-Hasta mañana mi cotilla- respondí susurando.

Me acosté a su lado, dándole la espalda también, me quedé pensando en lo feliz que era, en que no quería que esto acabará, aunque por mucho que quisiera esto no estaba bien, dependíamos del dinero que nos daban nuestros padres al mes, no estudiábamos y no teníamos trabajo, habría que hacer un cambio, ya que yo era mayor de edad. Mañana hablaría con Naomi sobre este tema a ver que pensaba ella. Cerré los ojos y me dormí al instante.

𝙽𝚊𝚘𝚖𝚒 𝚁𝚘𝚜𝚜

Me dolía todo el puñetero cuerpo, no podía moverme ya que mi zona íntima me escocía. Me senté en la cama y me pasé las manos por los ojos, Ander no estaba en la cama así que me fui al salón a buscarle. Al salir le vi sentado en el sofá con un periódico en la mano, yo me reí al verle y me senté a su lado. Le di un beso en su mejilla el cuál él no me respondió.

-Eyy, buenos días eeh- dije sonriendo y él soltó el periodo y me miró.

-Tenemos que hablar- susurró.

Por algún motivo el cual desconozco mi cuerpo se paralizó y mi corazón se aceleró en cuestión de segundos.

-¿De qué?- pregunté.

-Deberíamos de buscar un trabajo, en plan es que no nos podemos pasar toda la vida dependiendo del dinero del mes que nos dan nuestros padres Naomi- respondió e hizo una pausa- es que yo quiero tener nuestro dinero y poder comprarnos una casa lejos de aquí, para nosotros dos...

-Ander eso está muy bien pero no tienes que preocuparte mucho por eso ahora- dije y puse mi mano en su rodilla- no necesitamos otra casa ahora, te recuerdo que aún soy menor de edad..

Él soltó el periódico en la mesa, este estaba lleno de garabatos rodeando números de teléfono.

-¿Y cuando lo hago entonces?, Pregunto vaya- dijo levantándose del sofá.

-Pues hijo no sé, yo veo que por ahora podemos estar así bien.

-Que nada oye, Naomi quiero irme y vivir contigo a todo carajo sacado de aquí, donde no nos encuentre ni dios.

Ander se pasó la mano por los ojos, algo agobiado, se fue al balcón sin decir nada más, yo me levanté y le seguí.

-Naomi estás en ropa interior- dijo, él estaba dejado de caer en el alféizar del balcón.

-¿Y?, Llevo la camiseta Ander- dije agachandola para tapar mi ropa interior.

Él miró hacia el piso de enfrente por si algún vecino estaba fuera y pudiera verme.

-Bueno no me importa metete para adentro por favor- dijo dándose la  vuelta, mirándome.

Él se acercó a mí y me agarró por los hombros, empujándome un poco para que entrara a casa.

-No Ander- dije parándole- quiero solucionar el problema- él seguía rempujandome- Ander no me toques.

Me quité de su agarre y se quedó mirándome con el ceño fruncido.

-Joder tío- él resopló- venga vamos a solucionar el problema, pero dentro de casa Naomi, aparte de qué no hay problema ninguno.

-¿Y por qué te pones así Ander?- lloriquee y Ander frunció el ceño.

-¡Por que quiero hacerte feliz!- gritó.

-¡Soy muy feliz aquí carajo! ¿¡Se puede saber qué te ha dado ahora!?- grité.

Nos estábamos gritando y, aunque parezca que no, no me lo esperaba, cuando Ander me gritó mi cuerpo se paralizó unos segundos.

-Creía que te haría feliz una casa donde los dos vivamos juntos sin tu madre o mi abuela- dijo más calmado, supongo que noto la cara que puse cuando me gritó.

-Soy feliz donde estés tú Ander, sea aquí, debajo de un puente o en una mansión de lujo, ¿Qué más das donde sea? Tenemos 18 y 17 años, ¿Qué más quieres?

Él suspiró hondo, se sentó en el sofá, se echó hacia alante dejando sus codos en sus rodillas y sus manos en sus hombros.

-Lo siento, no quería ponerme así- susurró sin mirarme.

-Nunca te quieres poner así...- él me miró, sus ojos estaban rojos, parecía que estaba contendiendo las lágrimas- y otra cosa te digo Ander, no vuelvas a gritarme, te lo digo de verdad, por qué te juro que me vuelvo a mí puta casa.

-Oh no lo dirás enserio...

-¿Pretendías volver a hacerlo?- le interrumpí.

-¿¡Que!?, ¡No carajo!- respondió- no quería ponerme así.

-Vale Ander ya está de verdad- dije.

-No, no ya está no, lo digo en serio, lo siento Naomi.

-Y yo te perdono, pero por dios tío controlate, no... No puedes gritarme de esa manera.

-No me digas tío Naomi.

-Ander pasas de mí, ¿Te has dado cuenta?, ¡Qué más da cómo te llame ahora!, ¿Sabes qué?, Voy a hacer la cama.

-Naomi...

Ander se levantó mientras iba hacia el pasillo y me agarró la mano, deteniéndome, yo me solté de su agarre, le miré a los ojos, los cuales de verdad parecían tristes. Me metí sin decir nada más en la habitación e hice la cama. Me puse unos pantalones de chándal y me tiré en la cama ya hecha a pensar, parecía una egoísta de mi parte que no quisiera que Ander trabajara, pero no era eso, era el simple hecho de que quería trabajar para comprarme una casa para vivir juntos, aunque esta casa no era nuestra del todo realmente estábamos bien aquí, si él quería trabajar podía hacerlo, yo le apoyaría, pero no quería que trabajara para algo que no necesitábamos. Pasados unos 30 minutos, menos tiempo del que le había dado para que volviera, llamó a la puerta.

-¿Puedo pasar?- preguntó.

-Supongo- respondí.

Él pasó y se sentó a mi lado en la cama.

-Vale, no trabajaré para algo que no necesitamos- dijo y me miró- perdóname Naomi, si te vuelvo a gritar, prométeme que me darás un guantazo.

Yo solté una pequeña sonrisa a lo que dijo Ander, él sonrió al ver como me reía.

-Está bien- susurré- te perdono Ander.

-¿Quieres irte a tu casa?- preguntó y yo abrí muchísimo los ojos mirándole.

-¿Estás loco?- pregunté riendo.

- Es que pensaba que te querías ir, por qué te he gritado y...

Le besé, Ander soltó un gruñido leve al notar sus labios con los míos, me moví hasta ponerme encima suyo, me encantaba lo nervioso que se ponía cuando lo hacía, el agarró mi cintura, juntándome contra su pecho, haciendo que me moviera encima suyo.

-Te amo Naomi- dijo separandose de mis labios, pero quedamos lo suficiente cerca para que cuando hablábamos muestres labios se rozaran.

-Y yo también Ander.

Efectivamente, nuestros labios se rozaron produciendo cosquillas en la comisura de los míos.

-Que no me voy a ir, no me voy de tu lado ni muerta Ander- susurré.

Él sonrió y movió su nariz rozándose con la mía, mi cuerpo estaba lleno de mariposas y cada vez estaba más nerviosa.

-Prometemelo.

Me separé un poco de él y empezó a acariciar mi cintura.

-Te lo prometo, por muchos malos momentos que pasemos, estaremos juntos- levanté mi mano y saqué el meñique.

-Yo prometo lo mismo, juntos para siempre Naomi.

Él juntó su meñique con el mío, estiró de este haciendo que nuestros labios se encontrarán, empezó a besarme hasta que se movió conmigo encima tirándome en la cama y él quedando encima, puse mis manos en su pecho separándole un poco.

-Me vuelves loca- susurré.

Él sonrió nervioso mostrando un poco sus blancos dientes, yo agarré su nuca y volví a juntar nuestros labios.

-Te amo- dejó un beso en mis labios- te amo más que a nada en este mundo- volvió a juntar nuetros labios, yo no paraba de reír cada vez que se separaba para decirme algo- prometeme que nos nos volveremos a pelear Naomi...

Mi mano acariciaba su mejilla y mi pecho subía y bajaba al igual que el suyo, subí una pierna a la cintura de Ander, haciendo que acercará más su cuerpo al mío, para poder sentirle.

-Creo que esta promesa nos la hemos hecho antes...- él junto sus labios con mi cuello haciendo que me estremeciera bajo él- Ander...- suspire.

-Me estás matando, ¿lo sabes?- suspiró en mi cuello.

Ander agarró mis manos en un movimiento el cuál no me di ni cuenta y las sujeto por encima de mi cabeza, bajé mi pierna de encima de Ander por lo nerviosa que me puse. Llevó su mano por encima de mis pantalones y empezó a acariciar la zona, mis caderas hacían movimientos involuntarios deseando que Ander tocara más rápido. Él presionó un poco la zona y yo solté un gemido.

-Shh...- él apretó un poco más y empezó a frotar muy rápido, mi cuerpo se seguía extremeciendo bajo el tacto de Ander.

-Ander dios mío- dije desesperada.

-Pidemelo Naomi, dime lo qué quieres- dijo susurrando.

-Ander tocame- recoji el aire por la nariz y lo solte por la boca.

-¿Más?- preguntó sonriedo.

-Por debajo de la ropa- solté un suspiro.

Ander sacó la mano de entre mis piernas y empezó a meterlas por dentro de mis pantalones, mi zona palpitaba estaba deseando sentirle. Él rápidamente buscó mi entrada metiendo un dedo, sacándolo y volviéndolo a meter, solté un gemido y contuve la respiración para poder relajarme. Él sacó los dedos y empezó a frotar por fuera, buscado mi clítoris, empezó a hacer circulos en la zona. Cerré los ojos y solté todo, con un gemido, el aire que llevaba en los pulmones, retomando el aire por la boca. El timbre sonó. Y Ander bajó la intensidad de sus círculos.

-Ander por favor- supliqué.

Él volvió a aumentar el ritmo, volviendo a meter un dedos, solté otro gemido, sentía como en cualquier momento me correría.

-Me encanta cuando te contraes contra mis dedos.

-Ander quiero sentirte dentro de mi- le pedí.

El timbre volvió a sonar.

-Creo que voy a abrir mi vida- sonrió sin parar de mover los dedos- no aguantes más Naomi, correte anda, que cuando vuelva de abrir la puerta seguimos.

Susurró, acercándose con sus labios a mi oído, él sacó sus dedos de dentro de mí y volvió a meterlos más fuerte, haciendo que mi cuerpo estallara en miles de facetas, él soltó mis manos y yo me las lleve a la cara, tapándome, mi aire salía y entraba por mi boca.

-Ahora vuelvo mi amor- dijo levantándose de encima mía yéndose por la puerta.

Me quedé tirada en la cama reflexionando sobre… el simple hecho de lo adicta que me he hecho a Ander, me gusta tanto de la forma en la que me toca, me besa, me susurra... Y ya no solo eso, también el poderme quitar la ropa delante de él y no sentirme insegura, al contrario, desnuda y bajo él me sentía única en este mundo, pero, sentía que era lo único que hacíamos, últimamente hasta nuestros problemas lo solucionamos así y, joder me encantaba, pero por así decirlo cansaba, me levanté de la cama y abrí la ventana, viendo el maravilloso día que hacía, Ander entró al cuarto.

-¿Quién era?- pregunté.

Él se acercó a mí abrazándome por la cintura, pegándome a su cuerpo, yo me quedé mirándole.

-Mi abuela, que si íbamos esta noche a cenar a su casa- respondió.

Él estaba rojo, supongo que sería del sofocón de antes de que su abuela llamará a la puerta.

-Supongo que has dicho que si.

-Aja aja- dijo y yo me reí.

-Nos vamos a dar una vuelta Ander, no quiero estar aquí- dije poniendo ojitos.

-¿No quieres seguir?- susurró.

-Es que se me han quitado las ganas- pase un mechón de pelo tras mi oreja.

-¿Nos vamos a la playita?- preguntó y yo asentí con la cabeza- después podemos ir a comer a algún sitio.

-Me parece bien- sonreí.

-Pues venga vamos a vestirnos.

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