𝙽𝚊𝚘𝚖𝚒 𝚁𝚘𝚜𝚜
-Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz...- susurré canturreando en el oído de Ander el cual se había puesto las manos en los oídos para no escucharme- vamos Ander no seas así los cumpleaños son muy felices.
Ander se levantó de la cama y se me quedó mirando, volvía a tener ojeras, ¿No había dormido o qué cojones?.
-Naomi los cumpleaños son una mierda- dijo.
-¿No has dormido?- pregunté ignorando lo que había dicho, él negó con la cabeza a mi pregunta- ¿Y por qué no me has llamado?.
-No voy a quitarte horas de sueño por mis paranoias- dijo volviendo a tirarse en la cama, puso su manos atrás de su cabeza y se acostó boca arriba.
-No está bien que riamos juntos y lo pases mal solo Ander- dije y él apartó la mirada de mí, mirando a la pared, suspiró hondo y volvió a mirarme, yo estaba sentada con las piernas flexionada a su lado.
-No lo estoy pasando mal, solo que nunca me han gustado los cumpleaños, son una mierda, siempre lo he pensado, por eso no lo celebro.
-¿Y por qué no has dormido en toda la noche?- pregunté.
-Por el simple hecho de que ahora soy mayor de edad y tú sigues teniendo dieciséis años, es ilegal- respondió y yo puse una mueca rara, él se rió- no te preocupes porque no he dormido de verdad Naomi, vente anda.
Ander me agarró del brazo, tirándome a la cama, me quedé bajo su brazo, que el lo cruzó por mis hombros haciendo que me pegara más a él, me abracé a su cuerpo y me quedé mirándole.
-Deberíamos de prepararnos, no se a que hora llegará mí madre Ander- él me miró y volvió a echar la cabeza hacia atrás, volviendo a suspirar- ¿hoy vas a pasarte todo el día de suspiros?.
-Puede, ¿Pregúntale a tu madre sobre que hora llega?, Por cierto no te he visto hablar con ella en todo la semana
-No hemos hablado mucho, pero si, he hablado.
Me separé de Ander y agarré el móvil, le escribí a mamá preguntado sobre que hora llegaría, ella me respondió al instante con una simple, "sobre las 18:00" solté el móvil en la mesita de noche y miré a Ander, me levanté de la cama para empezar a hacerla, era la 1 de la tarde y teníamos que recoger toda la casa.
Tres horas más tarde estábamos rendidos, en el sofá tirados, habíamos cambiado las sábanas del cuarto de mi madre, él había fregado y yo había pasado la fregonas por toda la casa, habíamos puesto la lavadora y tuvimos que ir a la azotea a tenderla para que se secara.
-Te toca subir por la ropa, yo la he tendido- dije yo mirando a Ander, el cual estaba tirado en mi sofá de enfrente.
-Naomi somos unos flojos, ¿lo sabes no?- preguntó y yo asentí con con cabeza- Quedan dos horas para que venga, ahora voy.
-¿Vas a quedarte hasta que mi madre venga?.
-Claro que si, es que quiero hablar con ella- dijo y yo fruncí el ceño, hablar con ella... A saber.
-¿Qué vas a decirle, que me he portado bien, que he sido una niña buena?- dije moviendo las manos y riéndome.
-Podría decir eso, pero tú cama y el sofá no dicen lo mismo y si nos ponemos específicos... Las tablas de madera de la playa tampoco dicen que te hayas portado bien- yo abrí muchísimo los ojos y me llevé la mano a la boca, que vergüenza dios mío.
-Vete de mi casa.
-¿Qué?- dijo, yo me levanté del sofá y le agarré la mano, levantándole, llevándolo hasta la puerta-¿En serio Naomi?.
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El imbécil de mi vecino
Romance¿Sabéis cuál es esa sensación? La que cuando te levantas por la mañana con ganas de comerte el mundo, sabes que todo va a salir bien y que te espera un gran día, pues cuando yo me levanto por las mañanas, no tengo esa sensación especialmente, la mía...