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Tn POV
Antes de que llegáramos a la estación de autobuses nos detuvimos en una cabina telefónica.
Richie introdujo un par de monedas y luego marcó un número.
Mientras él esperaba para contestar yo me coloqué mi abrigo porque comenzaba a hacer frío.
- Hola, hermanita - Lo oí hablar por el altavoz y yo me acerqué un poco para oír.
- ¡¿Tienes idea de la hora que es?! - Nos separamos un poco del teléfono al oír el grito de Verónica - Son las diez de la maldita noche Richard Tozier.
- Sí ya sabemos - Habló y soltó una risa.
- ¡Que bueno que te divierta! - Saltamos en nuestro lugar - El hecho de que les dé más privacidad por el simple hecho de que tengan quince no les da el derecho de desaparecer por horas.
- Ya, perdón - Habló él mirándome - Pero ayer te lo dije, te dije que...
- Que la querías llevar al pueblo al que en ocasiones vamos pero no me dijiste que se iban a tardar horas en volver o en dar señales de vida - Lo interrumpió - ¿No pudiste llamar antes?
- Se nos pasó - Nos excusó - Perdón.
- ¿En cuánto tiempo creen que van a llegar? - Preguntó.
- Tal vez en media hora - Respondió Richie - Nos falta comprar los boletos de regreso.
- Los espero en la parada de autobuses, ¿De acuerdo? - Habló Verónica.
- Sí, está bien - Respondió Richie - Nos vemos hermana.
- Nos vemos, con cuidado - Habló antes de colgar.
Salimos de la cabina y comenzamos a caminar en dirección a la estación de autobuses.
...
Cuando llegamos me adelante a Richie para comprar los boletos porque sabía que él no me iba a dejar hacerlo.
- Listo - Hablé y le entregué el suyo.
- Eres un caso único Tn - Soltó una risa - Vamos antes de que nos dé más frío.
Caminamos hasta el autobus y nos subimos para buscar nuestros lugares. Volví a sentarme junto a la ventana y cuando Richie se sentó tomé su mano y dejé mi cabeza reposar en su hombro.
- Te ves cansada - Habló y yo levanté un poco la cabeza.
- Tengo mis razones, no nos detuvimos en todo el día - Respondí.
- Si quieres duerme y cuando lleguemos te despierto - Me sonrió.
- Voy a intentarlo - Respondí.
El autobus comenzó a moverse en cuestión de solo minutos.
No logré quedarme dormida pero si comencé a sentir algo de calor en la cabeza y un frío increíble en los pies.
...
Al llegar a Derry nos bajamos del autobus mientras yo sentía escalofríos pero seguro no era para tanto.
Al salir de la estación de autobuses vimos el auto de Verónica frente a nosotros.
- Hola hermanita, te ves muy bien - Habló Richie cuando estuvimos frente a ella.
- Sí, como no - Verónica entrecerró los ojos - Subanse ya.
Ambos entramos en el auto y yo me ubiqué junto a la ventana aún sintiendo escalofríos y la cara caliente.
- ¿Cómo les fue? - Preguntó Verónica comenzando a conducir.
- Bien, la pasamos genial - Respondió Richie - Y antes de que preguntes, tu cámara está bien.
- Eso espero Richard - Habló dando una vuelta y luego me miró por el espejo - ¿Cómo te pareció el día Tn?
- Increíble, de verdad la pasé muy bien - Respondí sonriendo y ella asintió.
- ¿Te llevó a tu casa Tn? ¿O te quedas en nuestra casa? Nuestros padres no están - Preguntó.
- Mejor llévame a mi casa, no vaya a ser que mañana termine habiendo un cartel con mi cara - Respondí.
- De acuerdo - Verónica asintió.
El resto del camino no dijimos nada, en su lugar Richie me tenía tomada de la mano y me hacía caricias.
- Bueno, ya llegamos - Informó Verónica deteniendo el auto.
- Gracias por traerme - Hablé con una pequeña sonrisa sintiendo demasiado frío en mis pies.
- No hay de que - Sonrió.
- Nos vemos mañana Tn - Richie besó mi frente y después bajé del auto.
Sonreí antes de cerrar la puerta y después me dirigí a mi casa.
Antes de entrar oí el sonido del auto alejándose y después entré finalmente.
- ¿Dónde estabas? - Preguntó Bill tan pronto como cerré la puerta.
- Te dije que iba a salir - Respondí lógicamente.
- Sí, como a las ocho de la mañana y ya van a ser las once - Habló y yo suspiré - ¿Dónde estabas?
- Estaba con Richie - Respondí comenzando a caminar hacia las escaleras.
- ¿Por más de diez horas? - Cuestionó siguiendome - ¿Qué carajo hicieron?
- Tranquilo, no hicimos nada "indecente" - Hice comillas.
- Uy sí, debería calmarme por eso - Habló con ironía - No me consta que no hayan hecho...
- No tuvimos sexo, ¿Eso es lo que querías saber? - Lo interrumpí y me di vuelta - Me llevó a otro pueblo para distraerme un rato y creeme, lo logró.
No lo dejé decirme nada más y entré en mi habitación.
Me quité mi abrigo y lo dejé sobre una silla y después me cambié por mi pijama.
Me acosté bajó las mantas cubriendo e hasta el cuello porque tenía demasiado frío.
Poco a poco comencé a quedarme dormida entre escalofríos y mientras tiritaba.
...
Desperté aún con frío pero lo extraño es que estaba sudando.
Me levanté y me coloqué mis pantuflas para después salir de mi habitación e ir a desayunar.
Apenas bajé las escaleras sentí la mirada fija de Bill sobre mí desde la cocina.
Me dirigí hacia allí a paso lento con un leve dolor de cabeza.
- ¿Qué te pasó? - Se levantó y me tomó de las mejillas para mirarme - Tienes fiebre.
- ¿Qué? No. Me estoy muriendo de frío, es imposible que tenga fiebre - Me quité sus manos de la cara.
- Incluso estás sudando - Habló y suspiré - Estás enferma.
- Que no - Aseguré y sentí otro escalofrío.
- Hagamos algo sencillo, tomemos tu temperatura - Propuso y yo giré los ojos.
- Bien.
Nos dirijamos a la sala y me senté en el sillón abrazándome a mi misma por mis constantes escalofríos.
Bill entró después de mí con un termómetro.
- Abre la boca - Pidió y yo lo hice para que después colocará el termómetro bajo mi lengua.
Pasados unos cuantos segundos Bill me sacó el termómetro de la boca y me miró entre preocupado y molesto.
- Son treinta y ocho, jodidos, grados - Habló pausadamente.
- ¿Qué? No puede ser - Hablé y me levanté para ver el termómetro.
Me di cuenta de que era verdad, pero yo sentía demasiado frío. Tiritaba, los dientes me castañeaban y sentía escalofríos.
- Pero yo tengo frío - Lo miré.
- Es normal, sientes frio pero en realidad tienes fiebre - Me coloco una mano en la frente de nuevo - Ve a acostarte.
- Pero tengo hambre - Repuse y el suspiró.
- Sube, recuestate y yo te subo algo - Ordenó.
- Bien - Tomé aire y me di la vuelta para caminar hacia las escaleras.
Las subí a paso lento y entré en mi habitación.
Sabía que tenía fiebre pero no sentía calor, en lugar podía jurar que tenía hipotermia.
Tomé un suéter de cierre y me lo coloqué, también un par de calcetas de peluche y me recosté bajo las cobijas.
Bill entró a los pocos minutos con un tazón de fruta y cuando me vio noté la molestia en su mirada.
- ¿Es que te quieres morir o qué? - Me cuestionó y dejó el tazón sobre mi mesita - Siéntate.
Obedecí y él me quito mi suéter y quito las mantas de mi cama.
- ¿Qué haces? - Cuestioné viendo mis mantas en el suelo - Tengo frío.
- Si te arropas así te vas a morir y no va a ser de frío - Me señaló con un dedo y después bajó su mirada a mis calcetas - ¿Enserio Janice?
Abrí los ojos porque él solo me llamaba Janice cuando estaba molesto conmigo.
- Quítate eso - Ordenó con seriedad y yo lo hice con la cabeza hacia abajo.
Me dejó sentada desayunando mientras iba a buscar una cosa que no quiso decirme que era.
- Toma - Habló entrando a mi habitación una vez más, está vez con una sabana completamente blanca.
- Esto no me va a arropar - Me quejé y él colocó un dedo sobre sus labios.
- Que te arrope o no no me importa, solo tapate con eso y si te vas a poner calcetas asegúrate que no sean de peluche - Advirtió.
- Bien - La tomé y me arrope las piernas mientras seguía comiendo - ¿Y mi tía?
- Mamá llamó ayer, volverán hasta mañana - Respondió y asentí - Te voy a traer un trapo húmedo.
- ¿Es necesario? - Cuestioné cerrando los ojos.
- ¿Es necesario? - Imitó mi voz de forma chillona.
- Yo no hablo así - Me cuestioné.
- Sí claro, quedate aquí - Habló.
- Uy, y yo que quería ir a correr - Respondí con ironía mientras Bill salía de mi habitación.
Se giró en el marco de la puerta y me mostró el dedo de en medio sonriendo falsamente.
- Idiota - Hablé.
- Sigue así y no llamo a los demás para que vengan y no te sientas sola - Dijo desde afuera de mi habitación.
- Da lo mismo si sé que no quieres llamar a Richie - Murmuré.
- ¿Qué dijiste? - Cuestionó entrando de nuevo con una taza que tenía agua mientras sumergía un trapo.
- Nada - Mentí y terminé de comer.
Bill tomó el tazón de la fruta y lo dejó sobre mi mesita.
- Acuéstate - Volteé los ojos y lo hice.
Bill colocó el trapo completamente mojado sobre mi frente y yo me quejé ante el frío contacto de la tela.
- Está helado - Intenté quitarme el trapo pero Bill en lo impidió.
- Te aguantas, es para que la fiebre te baje - Suspiré pesadamente y él salió de mi habitación.
Me quedé mirando el techo con las manos sobre mi abdomen.
Realmente no podía creer que estuviera enferma cuando hace un día la estaba pasando en grande con Richie, me estaba despejando y divirtiendo.
Poco a poco comencé a sentir aún más frío y miré hacia la puerta varias veces para asegurarme de que Bill no estuviera cerca.
Cuando estuve segura me coloqué el suéter de nuevo y después me arropé con la sabana.
Comencé a quedarme dormida poco a poco mientras sentía algunas gotas de agua caer por mi frente.
...
Richie POV
Eran las dos de la tarde y no tenía noticias de Tn, ni de Bill, ni de ninguno de los perdedores.
Sin bien, tal vez Bill tuviera ganas de estrangularme y arrancarme los ojos por lo que le dijo Eddie y por eso no me hablara; pero me extrañaba de Tn.
Me coloqué una camisa y salí de mi habitación para después bajar las escaleras; Bill no podía prohibirme verla.
- ¿A dónde vas? - Oí a mamá.
- A caminar un rato - Mentí, lo último que quería es que supiera que iba a ver a Tn.
- ¿No iras a gastarte tu dinero en el Arcade? - Negué con la cabeza - Y la noviecita tuya, Tn ¿No?
- ¿Qué con ella? - Cuestioné.
- ¿Cuándo se va a dignar a presentarse? - Preguntó y me limpié el sudor de las manos con mi pantalón.
- En dos semanas, me lo dijo el viernes - Respondí - No había tenido tiempo de decirles.
- ¿Qué día? - Preguntó.
- El viernes de la otra semana - Tomé aire - Ella dijo que ustedes decidieran la hora.
- Si la ves dile que en la noche. Pará cenar - Asentí - Que te vaya bien.
- Gracias mamá - Dije antes de salir de la casa.
No quería soltarle eso de golpe, cuando le dije que lo habían descubierto reaccionó mal y lo último que quería era que tuviera otro ataque de pánico.
Estaba caminando en dirección a su casa cuando me encontré con Lilith.
- Hola Richie - Saludó y yo me alejé - ¿Qué ocurre?
- No te interesa - Intenté pasar de largo pero me lo impidió - Hazte a un lado.
- ¿Por qué ahora eres tan frío? Hace algunos días no era así - Habló - Es por ella, ¿No? ¿Vas a negarme que no la pasabas mejor conmigo que con ella?
- Entiende de una maldita vez, Tn es mi novia y no pienso cambiarla por ti - La señalé con las manos - La cagué, sí, pero no pienso volver a hacerlo.
- ¿Entonces por qué te acercaste a mí? - Cuestionó.
- Porque quería cerciorarme de que tú la habías intentado envenenar - Respondí - Ahí esta la maldita razón.
Pasé por su lado y seguí con mi camino hacia la casa de Tn.
...
Al llegar toqué la puerta y en solo segundos Bill me abrió y claro, me miró de forma nefasta.
- Que lindo verte cuñado - Le di un par de toques en el hombro y pasé.
Vi a los demás en la sala y claramente me sorprendí, y fue aun más mi sorpresa al no ver a Tn
- Wow, ¿Reunión de los perdedores sin mi? - Solté una risa pero me miraron mal - ¿Qué?
- No te hagas el tonto - Habló Stan y yo abrí los ojos.
- ¿Y ahora que hice? ¿Fue porque me lleve a Tn ayer sin decirles? - Cuestioné.
- Te besaste con Lilith - Habló Beverly.
- Yo no la besé, ella me besó a mí y le deje en claro que estoy con Tn - Aclaré.
- Ajá - Habló Stan.
- ¿En qué carajo te afecta? - Lo cuestioné.
- En que es mi amiga - Respondió.
- Sí, es amiga de todos pero ella no me guarda rencor por eso, porque le explique todo - Hablé y me pasé una mano por la frente.
- ¿Y que carajo le dijiste? - Preguntó Bill acercándose a mí.
- Wow, oye calmate - Intenté alejarlo un poco - Que me junte con ella para saber si había intentado envenenarla - Respondí.
- No me convence del todo - Habló Ben.
- ¿Por qué más lo iba a hacer? A Tn no la pienso cambiar por nadie, si lo hice fue para tener un buen fundamento de que la intento matar - Hablé - ¿Dónde está?
Todos intercambiaron miradas sin decir nada y yo sencillamente volteé los ojos y subí a su habitación.
Entré y la vi con un trapo sobre la frente, arropado hasta el cuello con solo una sabana blanca y tiritando un poco.
Me le acerqué y me senté a su lado.
- Hola hermosa - Pasé una mano por su mejilla y ella se movió un poco.
Abrió un poco los ojos y me miró, sonrió un poco.
- ¿Qué tienes? - Le pregunté y ella tomó mi mano.
- Tengo fiebre - Respondió y yo coloqué una mano en su cuello y noté que era verdad.
- Pero ayer estabas bien - Le quité el trapo y lo coloque dentro de un tazón que estaba en su mesita.
- Yo pensé lo mismo - Se sentó y yo noté que tenía puesto un suéter.
- Janice - Hablé y ella bajó su mirada al suéter y sonrió inocente - Quítatelo, se te va a freír el cerebro si te acaloras tanto.
- Pero Richie... - Se quiso quejar pero yo le bajé el cierre del suéter - Tengo frío.
- No me importa, quítate eso - Hablé y ella lo hizo de mala gana - No, no, no. Nada de pucheros.
- ¿Por qué? - Preguntó inflando sus mejillas aún haciendo el puchero y se me acercó.
- Sin puchero - Volteé la cabeza - No me puedo resistir a tus pucheros.
- Pero tengo frío - Se quejó y yo la miré sobre el hombro y noté su puchero - Dejame tener el suéter.
- No - Volví a girar la cabeza - Voy a traerte fresas y no quiero verte con ese suéter.
- Pero Rich... - Volvió a hacer su puchero.
- No - Se cruzó de brazos - Voy a traerte fresas y el termómetro.
- Bien - Se acostó mirando el techo y antes de que saliera habló - Richie, ¿Puedes decirle a Eddie que suba?
- ¿Cómo sabes que están aquí? - Cuestioné.
- Los oí hace rato, dile que venga - Su tonó se volvió más firme.
- De acuerdo, en seguida vuelvo - Salí de la habitación.
Bajé las escaleras y me dirigí a la cocina por un tazón de fresas. Antes de subir me asome a la sala.
- Bill, ¿Tienes el termómetro? - Pregunté y él me lo dio sin decir nada - Eddie - Él me miró - Tn quiere que subas.
- ¿Para qué? - Cuestionó.
- No me lo dijo, solo quiere que subas - Respondí y subí las escaleras.
Entré en su habitación y la vi con el suéter sobre sus hombros.
- No me lo puse - Aclaró y yo negué con la cabeza antes de darle el tazón - ¿Le dijiste a Eddie?
- Sí - Me senté a su lado.
Eddie llegó a los pocos segundos y Tn se levantó para cerrar la puerta.
- ¿Qué haces? - Preguntó Eddie.
- Ustedes dos - Nos señaló - Van a hacer las pases ahora.
- ¿De qué hablas? - Cuestionó Eddie.
- Tú no lo puedes ni ver en pintura y tú... - Me señaló - No intentas arreglar su amistad.
- Él no me quiere oír - Me excusé y ella me miró seria - Ok, me callo.
- Estás enferma Tn, literalmente - Habló Eddie.
- ¿Y? Eso no me impide hacer que ustedes vuelvan a ser amigos - Respondí - Ahora, hagan las pases.
Eddie y yo nos miramos y yo suspiré.
- ¿Por qué te afecta más que a ella? - Le pregunté a Eddie - Tn dio vuelta a la página, ¿Por qué tú no?
- Porque tu no la viste llorando, tu no la consolaste cundo se rompió ante un "Estás bien" - Me respondió.
- Sé que no lo vi llorando pero intento compensar cada una de sus lágrimas - Le expliqué.
- ¿Y qué me asegura que no la volveré a tener que consolar por algún error tuyo? - Habló Eddie.
- Porque es su única oportunidad - Habló Tn - Esta y ya, no va a haber una tercera vez.
- Yo accedí a eso - Miré a Eddie - Aunque no me creas me preocupo por ella, es lo más importante para mí en estos momentos.
- ¿Por qué la dejaste de lado? - Tomé aire.
- Para descubrir si Lilith fue quien trató de envenenarla - Hablé - No contaba con lo del beso, pero debí suponerlo.
- Debiste pensar en eso - Eddie se cruzó de brazos.
- Sabes que soy más impulsivo que lógico - Reí un poco pero al notar su mirada seria me callé - Pero sí debí pensarlo más.
- Dale un chance más Eddie, ustedes son amigos desde... ¿Qué sé yo? ¿La primaria? - Habló Tn - No quiero que su amistad termine por mí.
- Voy a hacer lo mismo que ella - Miré a Eddie - Una oportunidad más, para nuestra amistad.
Sonreí un poco y volteé a ver a Tn que tenía una enorme sonrisa.
Sabía que a ella le afectaba que no estuviéramos los tres como antes, porque, éramos cómo esa pareja que adoptaba al mejor amigo y no tenerlo ahí diciéndonos que besarnos era intercambiar saliva que tenía germenes le hacía falta... Nos hacía falta.