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Tn POV
Al día siguiente cuando sonó mi reloj pensé seriamente en si levantarme o quedarme durmiendo.
Terminé por levantarme y me pasé las manos por la cara.
Salí de mi habitación y entré en el baño para ducharme aún adormilada; me despedí y entre en la ducha.
Sentí el agua fría chocar contra mi cuerpo lo que terminó de despertarme por completo.
Me lavé la cara un par de veces y después salí para secarme.
Entré en mi habitación y busqué algo que ponerme y terminé por decidirme por un pantalón azul oscuro, una camiseta blanca, mis tenis Converse y saqué un abrigo negro.
Tomé un poco de dinero y después me peine con una cola de caballo alta.
Salí de mi habitación y bajé las escaleras para encontrarme con Bill en la cocina desayunando solo, ya que, mis tíos habían salido desde ayer y volverían el domingo.
- Voy a salir - Hablé y él asintió con los ojos a medio abrir.
- Cuidate - Fue lo único que dijo y yo salí de la casa.
Me coloqué mi abrigo porque estaba haciendo demasiado frío y seguí con mi camino hacia el parque.
...
Al llegar me senté en una banca esperando a Richie y no sabía que hora era ya que no tenía mi reloj.
- Eres muy puntual - Levanté la cabeza y vi a Richie frente a mí - Rápido levántate.
- Y hola para ti también - Hablé poniéndome en pie.
- Perdón, hola hermosa - Me dio un corto beso en los labios y después tomó mi mano. Noté que tenía su mochila colgada.
- ¿A dónde vamos? - Pregunté mientras caminábamos.
- Ya lo verás - Me sonrió y seguimos caminando.
Llevabamos al menos quince minutos caminando hasta que llegamos a una estación de autobuses, la misma que me mostró cuando teníamos trece.
- ¿Qué hacemos aquí? - Pregunté cuando comenzamos a acercarnos.
- Me dijiste que te querías despejar y te voy a ayudar a eso - Habló y abrí levemente los ojos - No haz salido de Derry más que para los viajes cada fin de año o en verano.
- Pero... ¿Solo los dos? - Pregunté asombrada - Osea, me quiero despejar sí, pero no crees qué ¿Salir de Derry es demasiado?
- Solo es un día y Verónica está al tanto así que si volvemos muy tarde ella podría recogernos - Me sonrió - Además, conozco el lugar al que iremos.
- ¿Seguro? - Cuestioné y asintió.
- Hemos ido un par de veces y creeme, te va a ayudar - Aseguró.
- De acuerdo - Accedí - Vamos.
Seguimos caminando y Richie compró nuestros boletos para después dirigirnos al autobus.
- ¿No hay ningún problema porque somos menores? - Me miró y se detuvo - Solo tenemos quince, ¿No hay ningún problema por eso?
- Tn, a ellos no les interesa la edad que tengamos - Se giró un momento a donde los autobuses estaban estacionados para buscar el nuestro - A ellos solo les importa que les pagues.
- Ok - Respondí mientras asentía.
Nos subimos a un autobus y él le mostró nuestros boletos al conductor para después comenzar a caminar por el pasillo.
- ¿Quieres el asiento junto a la ventana o junto al pasillo? - Pregunto cuando llegamos a nuestros asientos.
- La ventana - Respondí y él me dio paso para que me sentara.
Richie se sentó a mi lado y me volteó a ver para colocar una mano sobre la mía.
- Tranquila - Habló al notar mi tensión - Todo va a estar bien y te aseguro que la vas a pasar increíble.
- ¿De verdad? - Asintió y dejé salir un suspiro - De acuerdo, confío en ti.
- Y eso es lo que más me basta - Colocó una mano en mi mejilla para girar delicadamente mi cabeza y dejar un corto beso en mis labios.
- ¿Cuánto tardaremos en llegar? - Pregunté cuando nos separabamos y entrelazaba nuestros dedos.
- Almenos media hora, por lo mucho - Respondió y asentí.
Algunos minutos después el autobus comenzó a moverse y yo observé por la ventana un corto momento.
Tomé aire porque seguía algo nerviosa, y no era para menos, era la primera vez que salía de Derry solo con Richie.
No sabía a dónde me quería llevar o qué tenía en mente por lo que mis nervios estaban más que justificados.
...
Cuando el autobus se detuvo ambos nos levantamos y bajamos de el.
El pueblo que estaba frente a nosotros era increíble, tenía murales pintados, árboles plantados cada dos metros y las calles completamente limpias.
- ¿Impresionada? - Me giré para verlo y asentí - Eso no es nada, ven, ya tengo la mayoría planeada.
- ¿De verdad? - Pregunté entusiasmada.
- Casi no duermo por estarlo planeando - Pasó un brazo por mis hombros y comenzamos a caminar.
Estaba más que encantada con el lugar, todo era tan colorido, tan limpio, era el opuesto total de Derry.
Entramos en un edificio más o menos grande pero no supe que era, lo único que supe es que vi a Rich comprando algo.
- Tu boleto hermosa - Me lo extendió y leí el nombre.
- Un acuario - Hablé elevando la vista.
- Un día me dijiste que nunca habías ido a uno y que querías hacerlo - Respondió - Ven, vamos.
Tomé su mano y caminé junto a él hasta entrar completamente en el acuario para ver los peces que había.
Quedé completamente asombrada al ver el reflejo del agua en el suelo y las parades del lugar junto con la sombra de los peces.
Me acerqué un poco al cristal para observarlos.
- Un pez payaso - Habló Richie a mis espaldas mientras yo miraba todo encantada.
- ¿Los conoces a todos? - Pregunté sin apartar la vista de los peces.
- Solo algunos - Respondió - ¿Ves ese de ahí? - Señaló uno con su dedo y yo dirigí mi mirada a este - Es un pez disco.
- ¿Pez disco? - Pregunté algo impactada, era muy bonito y sus escamas llamativas.
- Sí, es originario de Sudamérica - Me informó y yo abrí levemente los ojos - Ese de ahí - Volvió a señalar un lugar y yo dirigí mi vista hacia allí - Es un pez arcoiris.
Lo observé y me di cuenta de que su nombre era justo, el color de sus escamas eran como el de un arcoiris.
- ¿Sabes de dónde es? - Pregunté caminando un poco.
- Del sudeste de Asia - Volví a abrir los ojos impresionada - Podríamos quedarnos aquí mientras te digo las especies que conozco o... - Hizo una pausa y me gire para verlo - Podemos ir a otra sala.
- ¿Tan pronto? - Custioné y lo vi sacar algo de su mochila.
- Convencí a Verónica de prestarmela - Habló cuando sacó la cámara de Verónica de su mochila - Me explicó como usarla y todo.
Sonreí un poco, estaba feliz me sentía realmente feliz y hace días no sentía esa sensación.
- Sonríe - Habló Richie ubicando la cámara para después tomar la fotografía - Al menos pude quitarle el flash.
Nos dirigimos a la siguiente sala y me di cuenta de que era de peces mucho más grandes.
- Un pez espada - Señaló a uno y yo dirigí mi mirada a este.
- Sí lo conozco, no soy tan tonta - Me crucé de brazos y el río.
- Yo solo te estaba diciendo - Me abrazó de lado.
- Una mantarraya - Hablé y me acerqué al cristal para observarla.
Jamás había imaginado que iba a poder ver una, era realmente hermosa y me parecía casi irreal lo que estaba viendo.
Oí el sonido que hacía la cámara al tomar una foto y me giré hacia Richie.
- No iba desperdiciar la oportunidad - Habló sonriendo - Vamos a la sala del lado.
- ¿Qué hay ahí? - Cuestioné siguiéndolo.
- Ya lo veras - Me guiño un ojo mientras caminábamos.
Entramos a la sala y yo abrí los ojos al ver que las peceras estaban llenas de un solo tipo de pez que no tenía idea de cual eran.
- ¿Qué son? - Miré a Richie que estaba sonriendo.
- Peces Koi - Informó - Son originales de Asia.
- Son muy lindos - Hablé y me acerqué al cristal.
- Pero crecen demasiado - Habló Richie a mis espaldas - Pueden llegar a medir un metro y veinte centímetros y pesar cuarenta kilos.
- ¿En broma? - Me giré para verlo y negó - Dios, podrían medir lo mismo que Eddie.
- Es muy probable - Rió un poco.
Me quedé ensimismada observando a esos peces, realmente me habían gustado. Eran hermosos y también algo impresionantes por el tamaño que podían llegar a tener.
Coloqué una mano en el cristal y sentí la vibracion de este por el agua y el movimiento de los peces y solo fue cuestión de segundos para oír el clic de la cámara.
- ¿Vamos a otra sala? - Preguntó Richie a mí lado y asentí - Ven.
Lo tomé de la mano y nos dirigimos a la tercera sala mientras yo giraba la cabeza en ocasiones para poder ver a los peces Koi de nuevo.
- ¿Qué opinas? - Habló Richie y yo contemple encantada a las tortugas - Pueden vivir más de cien años.
- Lo había escuchado en algún lado - Me acerqué al cristal.
Había algunos otras peces al rededor pero las que estaban acaparando mi atención eran las tortugas.
- ¿Quieres una foto? - Preguntó Richie y lo miré.
- ¿Y tú?
- ¿Yo qué? - Habló confundido.
- No vas a salir en ninguna, al menos sal en unas cuantas - Hablé y el río.
- Si esto se me cae de las manos Verónica me mata - Habló acercándose a mí.
- Por favor - Pedí juntando las manos y él terminó asintiendo.
Se acercó a mí y me tomó de la cintura para pegarme a él y después ubicar la cámara para tomarnos una foto los dos.
- Ojalá haya salido bien - Habló separándose un poco de mí.
Seguimos recorriendo el acuario y yo estaba maravillada viendo la cantidad de especies.
Habíamos visto medusas, caballitos de mar, un pez ángel, peces guramis y Richie no desaprovechaba la oportunidad de tomarme fotos distraída.
Antes de salir del acuario le pedí que le tomará un par de fotos a los peces Koi porque necesitaba tenerlas en mi habitación.
Cuando finalmente salimos lo vi mirar la hora.
- Ya es la una de la tarde - Abrí los ojos - Supongo que tienes hambre.
- Supones bien - Sonreí inocente y él me tomó de la mano para después comenzar a caminar - Gracias por haberme llevado al acuario.
- No hay de que, te lo mereces - Me sonrió - Te mereces demasiado.
- No mucho a decir verdad - Reí un poco.
- Yo creo que sí - Se detuvo y quedamos cara a cara - Te mereces que este idiota te compense cada una de las lágrimas que derramarse injustamente y que te demuestre cuanto te quiere.
- Yo no necesito todo esto para que me lo demuestres - Hablé tomando su otra mano.
- Pero yo quiero dartelo - Me tomó de las mejillas y junto nuestros labios.
Cerré los ojos y subí una mano hasta su mejilla mientras moviamos los labios al compás.
Se sentía muy bien, necesitaba de sus besos y eso era más que suficiente para mí.
Nos separamos y juntamos nuestras frentes.
- Vamos a buscar algo de comer - Habló y entrelazó los dedos de nuestras manos.
Caminamos por un par de minutos hasta que terminamos entrando a un pequeño restaurante.
...
Al salir del restaurante Richie revisó la hora y después me miró.
- Aún hay tiempo, hasta ahora son las dos de la tarde - Habló y pasó un brazo por mis hombros mientras comenzábamos a caminar.
- ¿Las dos? - Pregunté abriendo los ojos - Dios, ojalá Bill no me esté buscando por debajo de las piedras.
- Pues que siga buscando, aún tardaremos mucho en volver - Besó mi cabeza.
Seguimos caminando mientras veíamos los murales que había pintados en la calle y en ocasiones nos tomábamos fotos o él a mí.
Entramos en otro edificio y Richie compró boletos de nuevo.
- ¿Y ahora dónde estamos? - Pregunté tomando el mío.
- En un jardín botánico - Respondió y tomó mi mano para empezar a caminar.
Salimos al exterior y vi todas las flores y plantas que había en el lugar; algunas tenían al lado que clase de flores eran o había varias estatuas de insectos.
Me acerqué a unas con Richie siguiendome con la cámara en las manos.
- Bugambilia - Leí en el letrero y observé las flores - Son hermosas.
- Tú lo eres más - Lo miré y sonreí y en solo segundos mis ojos recibieron el flash de la cámara.
Parpadee varias veces para que las luces de colores desaparecieran de mis ojos.
- La próxima vez avisame - Hablé cubriendome los ojos con las manos.
- De acuerdo, lo siento - Me abrazó - Sigamos.
Caminábamos y en ocasiones nos deteniamos para ver el nombre de algunas flores y leer sobre ellas.
- Hibiscus - Leyó Richie - Originaria de regiones tropicales y sub tropicales de entre ciento cincuenta especies.
- Muchas especies, ¿No? - Lo miré y asintió - Continuemos.
- Espera - Tomó la cámara y le tomó un par de fotos a las flores - Ya, vamos.
- Ok - Sonreí y seguí caminando.
Pasamos minutos viendo las flores, plantas, las estatuas y tomando fotos hasta que finalmente nos fuímos cuando el sol estaba por ponerse.
- ¿Qué hora es? - Le pregunté sosteniendome de su hombro para mover un poco los pies ya que estaba cansada.
- Las seis y treinta - Respondió.
- ¿Pasamos cuatro horas y media en el jardín? - Asintió - ¿Nos vamos ya?
- Aún falta una parada - Habló y yo abrí los ojos.
- Los pies no me dan más, estoy cansada - Hablé y Richie asintió.
- Toma - Me entregó la mochila y me la colgué - Sube.
Me subí en su espalda y él sujeto mis piernas para después comenzar a caminar.
- ¿Tú no estás cansado? - Pregunté pasando mis brazos por sus hombros.
- Puedo aguantar, además no está muy lejos - Recostó su cabeza en uno de mis brazos por unos cortos segundos.
- Y tú vas a volver a pagar, ¿No? - Asintió - Richie, no, tú has pagado los boletos del acuario, la comida, los boletos del jardín botanico; dejame al menos pagar esto y los boletos de regreso.
- Yo planee el día, lo que haremos, por eso yo he pagado - Explicó.
- Pero Richie, sabes que no me gusta que te gastes tu dinero así en mí - Hablé.
- Y tú sabes que no me importa gastarlo en ti - Respondió - Dejame hacerlo.
- No estoy de acuerdo - Hablé.
- Bien, si quieres paga los boletos de regreso - Suspiró.
- Está bien - Me moví un poco y besé su mejilla.
Siguió caminando un rato más hasta que llegamos a una pequeña cabina y finalmente me bajó.
Pagó, de nuevo, nuestros boletos y caminamos hacia atrás de la cabina.
Elevé un momento la cabeza y me di cuenta de que se trataba de un teleferico.
- Un teleférico, ¿En serio? - Cuestioné.
- El punto de ésto no es el teleférico, es lo que hay arriba - Sonrió cuando uno llegó hasta nosotros - Vamos.
Abrió la puerta y ambos subimos para después colocarnos el cinturón y comenzar a ver como poco a poco comenzábamos a subir.
- Esto es muy alto - Hablé mirando por la ventana y lo miré a él.
- ¿Miedo a la altura? - Preguntó ladeando la cabeza.
- No, si el lugar es muy alto tal vez, pero es miedo a caerme - Respondí y él asintió.
Cuando llegamos al final de una parada después de minutos nos bajamos y caminamos un poco más.
- ¿Te gusta? - Preguntó mientras yo dirigía mi mirada al cielo y abría la boca.
Estábamos frente a la mejor vista de mi vida, una anochecer.
Veía algunas estrellas salir y la luz de la luna iluminar el cielo, estaba maravillada.
- Se contempla mejor si nos acostamos - Me sugirió y yo me descolgué la mochila para después acostarme sobre el césped.
Richie se acostó a mi lado y entrelazo nuestros dedos.
- Esto es hermoso - Hablé sonriendo mientras observaba el firmamento - Gracias por traerme.
- Gracias por venir - Levantó nuestras manos y dejó un beso sobre la mía.
Pasamos minutos así, viendo el cielo y las estrellas asomarse cada vez más por el manto azul oscuro del cielo que era iluminado por la luz de la luna.
- Los ojos te brillan - Miré a Richie - Te ves hermosa, te ves más alegre que en otros días.
- Porque me siento más alegre, de verdad necesitaba salir de la rutina y tu supiste como sacarme de ella - Sonreí y él se acercó a mí para juntar nuestros labios.
Subió una mano hasta mi mejilla y yo me acomodé para quedar de lado mientras subía una mano a su cuello.
El beso comenzó a intensificarse y él colocó la otra mano en mi cintura para pegarme más a él.
Richie terminó por darse vuelta y quedar sobre mi mientras seguíamos besándonos. Me levanté un poco apoyando mis brazos sobre el césped hasta que finalmente él cortó el beso jalando un poco mi labio inferior.
Nos sonreímos mutuamente y Richie terminó por acostarse sobre mi pecho y yo coloqué una mano en su cabeza sonriendo.
Ese era nuestro primer beso con intensidad, me había gustado y había provocado en mí unos cuantos cosquilleos en mi pecho y estómago.
Nos quedamos así, unos cuantos minutos mientras no podía sacarme de la mente lo mucho que lo quería y tal vez más que eso...