¡Buenas noches, días, tardes! con este capítulo terminamos la historia, espero les haya gustado y la hayan disfrutado, tanto como yo disfruté escribiéndola. De ante mano pido disculpas por la tardanza.
- Aquí estabas escondido – aquel joven de cabellos azabaches entró a la habitación, buscando a su amante – te necesito en este momento.-
- ¿Shisui? – Itachi abrió sus ojos, sorprendido, no podía creer lo que estaba pasando en ese momento, se suponía que había muerto, era imposible que re-encarnara, y peor aún, su misma vida y era, de nuevo, el amante de su primo. El nombrado se abalanzo a él, arrinconándolo en el escritorio que se encontraba en su habitación, esa enorme habitación que estaba como él la recordaba. Algo en su corazón dolió ¿seguiría siendo castigado por el daño hecho al rubio? Peor aún, Naruto había recordado su nombre, el abuelo se refería a él, le mintió para que disfrutara de sus últimas semanas al lado del rubio.
Empujó asustado a su primo, recordaba ese día, era el día de su boda, el día que le rompió el corazón, pero ahora era diferente, no quería ser besado por Shisui, no quería tenerlo cerca – no me toques – aventando al azabache mayor se zafó del agarre, moviéndose incómodo, - ¿No deberías estar arreglándote para la ceremonia? –
- Ya hablamos de eso, Itachi podremos tener tiempo para nosotros – su intento por abrazarlo falló una vez más - ¿Qué te pasa? –
- No te quiero cerca de mi – tomó una bocanada de aire, en ese momento, si era igual al que él recordaba, todavía no conocía a Naruto – no te amo Shisui, creo que me he estado engañando, pero no te amo –
- ¿Es una broma? – en realidad él no amaba a Itachi, pero tampoco quería dejarlo, la pasaba bien con él y su orgullo le impedía dejarlo o saberse dejado, respiró profundamente, miró con enojo a su primo – No puedes dejarme – tomándolo de los brazos con fuerza se acercó a él para besarlo, si alguien iba a dejar esa relación sería él.
- Itachi tu mamá me en... - sin poder continuar lo que diría se quedó congelado al ver la escena frente a él, dio la media vuelta y comenzó a correr con el rostro descompuesto.
-¡¿Naruto?! – Itachi miró con miedo al rubio, se sintió mal por ver su rostro triste, la pregunta en ese momento era ¿qué hacía Naruto en su casa? Hasta donde él recordaba, conoció al rubio mucho después de la boda de su primo.
- Ese estúpido no pierde la oportunidad para venir a arrastrarse a ti –
- ¿Lo conoces? –
- ¿Qué te pasa Itachi? Estás muy raro hoy, ambos lo conocemos ¿no recuerdas que Minato es socio de la empresa desde hace siete años? – al ver que su primo se alejaba lo tomó con fuerza del brazo –si corres tras ese marica, terminamos y no vuelves a verme –
- ¡Vete al diablo Shisui! Nunca te he amado, solo vivía engañado porque me dolía no poder declararle mi amor a Naruto – soltándose del agarre Itachi salió corriendo de su habitación, su corazón latía con fuerza, no entendía que sucedía, pero si era un sueño no iba a despertar, bajó las escaleras a prisa, tenía que alcanzarlo, declararse, hacerle saber que no le interesaba Shisui, si la vida les estaba dando una segunda oportunidad, la aprovecharía, recordaba que el Abuelo le había dicho que era muy pocos los casos donde las personas reencarnaban y tenían una segunda oportunidad, lo curioso es que recordaba todo el tiempo de su vida pasada, su estancia en el purgatorio.
Cayó al no notar el último escalón rodando y chocando con unos pies, abrió los ojos y miró unas zapatillas color rosa palo, de satín, supuso que era su madre, no quería verla porque comenzaría a llorar.
- Cariño te he dicho muchas veces que no corras en las escaleras ¿te lastimaste? – La mujer frente a él se agachó, para ver que no se hubiese lastimado el rostro – mi vida ese rostro perfecto ahora tiene un pequeño golpe – besó con mucho cuidado la frente del azabache.
- ¿Abuela Sakura? – sin pensarlo dos veces se abalanzó sobre la mayor, su abuela estaba viva ¡Viva! Eso significaba que todos tuvieron una oportunidad, una segunda oportunidad
- Itachi me lastimas ¿por qué lloras amor? – aferrado a su abuela no pudo controlar sus lágrimas, comenzó a llorar, la recordaba siempre triste, añorando a su pequeño hijo, pero ahora había disfrutado de él, verlo crecer, conocer a sus nietos. – Cariño no estés triste hoy es día de fiesta ¿acaso es por Shisui? ¿De verdad lo quieres? – Sakura sabía de los sentimientos de su nieto por Shisui, pero siempre le decía que encontraría a la persona indicada para él, que debía ser paciente, porque el amor de su vida estaba más cerca de lo que se imaginaba.
- ¿Qué? ¡No! Es que te amo tanto abuela – restregó su rostro en el pecho de su abuela, se sentía tan feliz de poder abrazarla – Naruto piensa que salgo con Shisui –
- Ah jajajaja ese pequeño rubio, lo mandé a buscarte, preguntaba por ti constantemente ¿te gusta? –
- ¿Me creerías si te digo que lo amo? Por alguna razón pienso que somos el uno para el otro, y lo he amado en silencio desde que lo conocí –
- Creí que a ti te gustaba Shisui –
- No, eso nunca – podía imaginarse que había pasado en ese tiempo y por lo que decía su abuela, seguramente vivía enamorado de su primo y todos lo notaban.
- Primero ven – Sakura ayudó a su nieto a ponerse de pie – mira ese rostro hermoso, más tarde te pondré una pomada, primero ve a ver a Naruto, salió corriendo a su casa, el pobre estaba a punto de llorar, estoy segura que también te corresponde. Anda ve a verlo –
- Gracias abuela, te amo – besó la mejilla de Sakura, ahora lucía diferente a como la conoció en el Purgatorio, ya se veían unas leves arrugas, su rostro más maduro, pero sin duda estaba feliz de verla, y seguramente su padre estaba más.
Salió de su casa mirando a su alrededor, no podía recordar la casa del rubio, todos sus recuerdos se habían ido, en el momento que reaccionó y se dio cuenta donde estaba, lo único que podía recordar era su vida pasada y la del purgatorio. Vio una cabellera rubia que entraba a prisa a la enorme mansión al lado de la suya, sonrió solo de imaginar que ambos eran vecinos, pobre de su pequeño rubio, seguramente sufrió por un tiempo al saber que él estaba con Shisui.
Tocó el timbre esperando que alguien saliera, estaba nervioso, ver a Naruto lo ponía así, no sabía por dónde empezaría, si el menor le creería - ¡Hola Itachi! – Kushina fue quien abrió la puerta – estaba a punto de ir a ver a tu madre y abuela ¿buscas a Naruto? – El nombrado asintió, en su otra vida la pelirroja jamás lo trató bien, menos al saber del daño que le hacía a su hijo – está en el jardín – ella salió de su hogar dejando pasar al azabache.
Caminó hacia el jardín, ahí se encontraba el rubio sentado, abrazando sus rodillas. Se acercó despacio, sus manos sudaban - ¿Qué quieres Itachi? – el rubio sabía que era él, conocía perfectamente la loción que utilizaba, conocía todo de él, desde que lo conoció se había enamorado del pelinegro, y cada día dolía porque sabía que nunca sería para él.
- Que hablemos ¿puedo? – El rubio se movió un poco, no es como si no tuvieran espacio pero Itachi se sentó muy cerca de él – lo que viste no es lo que piensas –
- Se de tu romance con tu primo, no me mientas –
- Ok. Primero: si, salía con él, pero fue un error, yo no amo a Shisui, no sé en qué estaba pensando al estar con alguien a quien no quiero a mi lado, segundo: hay alguien que me interesa y me gusta mucho, pero no sé si me creerá, pensará que soy un mentiroso –
- Suerte con eso – Naruto cubrió su rostro, comenzó a llorar sabiendo que ya había alguien que tenía el corazón de Itachi – debo irme –
Estaba a punto de ponerse de pie, pero el pelinegro se lo impidió, tirándolo al suelo, Itachi se acomodó encima de él – ¿No te imaginas de quien hablo? –
- No es divertido Itachi, deja de jugar – su rostro se puso rojo al sentir la respiración del pelinegro, su corazón comenzó a latir con rapidez – quítate por favor –
- Hablo de ti Naruto, me gustas, siempre me has gustado, pero eres menor de edad, y si tu padre se enoja conmigo, peor aún, rompe lazos con la empresa de mi padre, no podría perdonármelo –
- Este año cumpliré los 18 y papá sabe que me gustas – su voz sonaba triste, desde hacía siete años estaba enamorado de él, y sus papás se dieron cuenta, así que no había secretos entre ellos.
- Entonces ¿podemos ser novios? – Sin quitarse de donde estaba, comenzó a besar el rostro del rubio - ¿Quieres ser mi novio? – su corazón latía con fuerza, estaba tan emocionado por saber que tenía esa segunda oportunidad que siempre quiso, disfrutó cada beso que le daba al menor, hasta llegar a los labios – sé que tal vez no me creas, pero te amo, te amo desde el primer momento en que te vi, solo tenía miedo, miedo a ser rechazado –
- Idiota – el rubio comenzó a llorar, estaba tan feliz de saber que Itachi lo amaba, él sufría cada que intentaba acercarse al pelinegro y este lo rechazaba, por estar con Shisui – me lastimaste mucho, cada que trataba de estar cerca de ti me alejabas –
- Sé que soy un idiota, perdóname por eso, pero prometo que te voy a recompensar por todo, cada día de mi vida te voy a amar – abrazó con tanto anhelo al menor, impidiendo que las lágrimas salieran, estaba tan feliz de estar de nuevo con Naruto – Anda, es hora de arreglarnos para la fiesta, además aprovecharé el momento para formalizar nuestra relación, no dejaré que intentes alejarte de mi, desde hoy te he atrapado – ambos comenzaron a reír, ninguno quería separarse – debo irme, paso por ti para irnos a la misa juntos – con un beso sellaron su nuevo noviazgo, el mayor se puso de pie y se alejó feliz a su casa.
Estaba tan contento, que al entrar a su casa no se percató de la persona que estaba junto a su abuela, hasta que ella lo llamó – Cariño ¿todo bien? –
- ¡Abuela si! Me dio el si, Naruto aceptó ser mi novio – no tenía por qué tener secretos con ella, aprovecharía cada momento junto a Sakura. La abrazó para sentir ese calor reconfortante del que se había perdido en su vida anterior.
- Más te vale no lastimar a Naruto, Minato no me lo perdonaría – la voz gruesa hizo que se separara de su abuela.
- ¿Abuelo? – Madara estaba al lado de Sakura, sonreía por saber la noticia de su nieto, se notaba feliz, eso quería decir que no había habido ningún engaño y que sus abuelos vivían felices juntos – por fin te decidiste a declarártele a ese pobre chiquillo –
- Sé que lo hice sufrir, pero es menor que yo, no quise aprovecharme de nada, los amo se acercó a su abuelos a abrazarlos. Madara le susurró a su esposa "¿Qué le pasa?" Itachi no era de expresar sus sentimientos, pero ese día en particular estaba muy extraño – abuela ¿me ayudas a escoger mi traje? Quiero verme perfecto –
- Sabes que siempre te ayudaré en todo mi niño, vamos. Cariño tu ropa está en la cama – le indicó a su esposo, en ese preciso momento se sentía tan feliz, no sabía por qué, pero disfrutaría el momento, con un "te amo" se alejó de su esposo directo al cuarto de su nieto.
La ceremonia fue emotiva, con un Shisui y una Izumi jurándose amor, la chica Uchiha estaba emocionada y feliz, amaba tanto a su esposo, pero su felicidad en particular se debía a que había visto a Itachi de la mano de Naruto, los vio besarse, ella sospechaba que su, ahora esposo y su primo tenían algo, aunque nunca lo pudo confirmar, el saber que era solo su imaginación la hizo sentir aliviada. Después de la ceremonia religiosa, se dirigieron a casa de Madara, su mansión era enorme y contaba con un hermoso jardín, ahí se llevaría a cabo la fiesta. Itachi no soltó para nada a Naruto, no se alejaba de él, no quería perderse nada, ni el más mínimo detalle de su relación, ahora que tenían un nuevo comienzo todo iría bien. A la fiesta asistieron muchas personas importantes de la política, entre ellos se encontraba Asuma, el pelinegro quedó perplejo al verlo, vaya que el abuelo había sido tan bueno con todo ellos, les dio una nueva oportunidad, el nombrado llegó acompañado de un hombre de cuerpo bien formado y muy guapo, con cabellos color plata, parecía que eran muy buenos amigos. Asuma se acercó a saludar a Naruto, el pelinegro se dio cuenta que eran amigos y se conocían de tiempo atrás.
- Itachi cuida bien a este pequeño – señaló Asuma, haciendo sonrojar al rubio – es como mi pequeño hermano, lo conozco desde que estaba en el vientre de Kushina - y era verdad sus padres y los abuelos del rubio se conocían desde la Universidad – si lo lastimas no te lo perdonaré –
- No debes preocuparte por eso, jamás lo voy a lastimar, lo amo demasiado –
- ¿Así que me has quitado el amor de mi pequeño cachorrito? – ahora fue Kakashi quien habló, miró de reojo al pelinegro para ver su reacción, pero este solo rodó los ojos y sonrió, mentiría si dijera que no se sintió celoso, pero ya no caería en lo mismo, además Naruto conocía perfectamente a ese par.
- Ya dejen en paz a Itachi, lo más importante Asuma y Kakashi, deben ser los primero en saberlo – con nerviosismo tomó de las manos a ambos, sonriendo feliz, Itachi miraba la escena, esperando a ver que iba a pasar – nos comprometimos, pero no hagan esa cara, yo terminaré la universidad y él también, queremos que todo funcione perfecto –
- Estoy feliz por ti Naruto, y en cuanto a ti – Kakashi miró al azabache, lo conocía, no eran los mejores amigos, pero había compartido algunas fiestas juntos – ya te habías tardado, has feliz a mi pequeño – los 4 disfrutaron un momento agradable en la fiesta. Naruto era el más feliz, jamás imagino que Itachi se fijaría en él, se notaba tan enamorado de Shisui.
- ¿Pasa algo amor? – el azabache pegó el cuerpo del menor al suyo, dándole un pequeño beso en los labios.
- Nada, estoy tan feliz de estar contigo, nunca te voy a dejar –
- Iré por una cerveza ¿Quieres un refresco? – en menor asintió, dejando que su perfecta pareja se alejara. Él siguió platicando con Asuma y Kakashi, los tres se conocían de siempre. Como había dicho el moreno, él conoció al rubio desde que Kushina estaba embarazada, junto a Kakashi eran algo así como sus guardianes, no permitirían que ningún tipo se le acercara con malas intenciones, siempre ahuyentaban a quienes querían conquistar al menor.
- Necesitamos hablar – Shisui aprovechó la oportunidad de acercarse a su primo cuando este se acercó a la barra del pequeño bar colocado en el jardín, en lo que llevaban de la fiesta no había tenido oportunidad, el rubio no soltaba a su primo y eso lo tenía tan molesto – por favor Itachi – suplicó al no obtener respuesta del pelinegro.
- Dejemos algo bien Claro Shisui, no te amo, solo vivía engañado porque no podía estar con él, es menor de edad, pero eso no importa, ya tengo el permiso de Minato, la abuela lo sabe, y ahora soy la persona más feliz del mundo –
- Ese chiquillo te va a engañar, míralo – en ese momento Kakashi abrazaba al rubio, intentando cargarlo, Itachi apretó sus puños, mirando con esos ojos color carmín a su primo – no va a funcionar ¿Sabes desde cuando esos dos conocen a Naruto? – ante el silencio de su primo y su cara de sorpresa, continuó – desde que estaba en el vientre de su madre, no lo ven con ojos de deseo, son como sus hermanos mayores, no funcionará, no tengo celos de ellos, y lo más importante, confío plenamente en Naruto, digas o hagas hasta lo imposible por hacerme dudar, te aseguro que no funcionará – se alejó del mayor sonriéndole y felicitándolo por su boda, no le preocupaba, había aclarado todo con su pequeño amor y prometieron siempre hablar y ser honestos.
Besó los labios de Naruto disfrutando cada momento, durante el resto de la noche habló con Minato y Kushina, pidió permiso para andar con el rubio, entregándole una pequeña sortija, regalo de su abuela, quería que todo fuera perfecto. Se retiraron de la fiesta, llegando a casa del rubio, no pudo pasar, ambos decidieron esperar a poder intimar, ese sería el regalo de Naruto cuando cumpliera la mayoría de edad.
Los meses siguientes fueron mágicos, aunque en ocasiones discutían, siempre encontraban una solución, Naruto entró a la Universidad, el azabache estaba a punto de terminarla, entre ellos siempre había mucha confianza, en un par de ocasiones Shisui trato de plantar la duda en ambos, pero nunca funcionó, el rubio siempre terminaba contándole todo a Itachi o viceversa. En esa vida nadie iba a volver a lastimarlos, y él se había prometido hacer feliz al rubio.
Se casaron cuando Naruto terminó la Universidad, entró a trabajar con su padre, vivían en un pequeño departamento cerca de la casa de sus padres, a petición de su abuela Sakura. Fueron padrinos de Asuma, se casó con una hermosa joven llamada Anko, Itachi lloró cuando tuvieron a su bebé, ironías del destino, el pequeño nació un 25 de abril y fue nombrado Konohamaru.
- ¿Pasa algo amor? – Naruto se sentó en las piernas de su esposo, este miraba la televisión – ¿El señor Uchiha necesita algo? – besó sus labios, todos los días agradecía a la vida por permitirle vivirla al lado de Itachi, este siempre se preocupaba por hacerlo sentir bien, consentirlo, demostrare cuanto lo amaba.
- Nada, solo pensaba en lo afortunado que soy al tenerte a mi lado, ¿Eres feliz conmigo Naruto? –
- No hay una palabra para describir como me he sentido en todos estos años, te amo tanto, muchas gracias por elegirme – limpió un par de lágrimas que salieron, eran de alegría, sin duda su esposo siempre, pero siempre lo procuraba.
- Gracias a ti por darme la oportunidad de hacerte feliz, de conocer la verdadera felicidad – se perdió entre el placer que le daban los labios de su esposo, todo ese tiempo recordó su vida pasada y lo vivido en el purgatorio, y todas esas experiencias le sirvieron para hacer feliz a su rubio, para nunca volver a dudar de él, para vivir plenamente su noviazgo y ahora su matrimonio.