CHAPTER 6

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Es increíble cómo se escuchan las cosas malas que haces viniendo de ti mismo, darte cuenta todo el daño que causaste por ser egoísta, por creer que alguien tenía que pagar por todo el daño que a ti te hicieron. Tomar aire por momentos para no romperte en ese momento – me resulto más fácil matarme, tuve un accidente automovilístico –

- Lo siento tanto, discúlpame si fui indiscreto – el rubio con dudas se acercó, con manos temblorosas limpió las lágrimas que salían de los ojos de Itachi – imagino que tu novio te amaba tanto, pide por su felicidad, a los que son cómo nosotros nos queda solo rezar por el bienestar de nuestras personas amada, rezar tanto para que sean felices y encuentren el amor – besó la mejilla del azabache, sintiendo emociones confusas al haber realizado esa acción – prepararé la cena –

- Gracias – ayudó al rubio a preparar la cena, parecían una verdadera familia, sonrió con emoción y felicidad, al escuchar a Naruto que iría a ver a Konohamaru, pensó en la perfecta vida que pudieron llevar, incluso la idea de un hijo no le molestaba.

El menor llegó tallándose los ojos, agradeciendo por la comida. Cenaron en un cómodo silencio, interrumpido por alguna anécdota del niño.

- Te llevaré a casa después de lavar los trastes ¿está bien? –

- Yo lavo los trastes, tú puedes llevar a Konohamaru – Itachi se puso de pie, le agradeció tanto a Dios por permitirle tener un día maravilloso cómo ese.

- ¿Seguro? No quiero que pienses que estoy escapando para no limpiar – sonrió mientras limpiaba la comisura de los labios del azabache, tenía un poco de chantilly. El mayor asintió, despidiéndolos – gracias la pasé muy bien el día de hoy –

Caminó a la salida de la mano del menor, detuvo su andar para mirar una vez más al azabache – mañana yo te invito a mi casa a cenar – con esa hermosa sonrisa que le respondió se alejó del lugar feliz, con una inmensa alegría, una que no podía entender, pero tampoco quería hondar en ella.





- Hoy estás muy feliz –

- Abuela ayer pasé todo el día con Naruto, fue perfecto, fue como cuando estábamos juntos, cuando todavía éramos felices, Konohamaru estuvo con nosotros – sonrió como idiota, abrazando a su abuela – parecíamos una familia – sus ojos se entristecieron, todo lo había arruinado.

- Calma, no te pongas triste, ahora tienes tu oportunidad de hacerlo feliz, de lograr que se vaya de aquí teniendo el mejor recuerdo tuyo – abrazó con fuerza a su nieto – Itachi, siento que pronto me iré, me da miedo porque no quiero dejarte, hemos tenido poco tiempo juntos y hay tanto que quiero saber de tu padre, de mi hijo –

- Te diré todo lo que quieras, ven – la guio a una de las mesas del local - ¿Sabes? Papá tiene una enorme foto tuya en su estudio, cada año celebrábamos tu cumpleaños, el abuelo le decía que no te gustaba celebrarlo, así que mi padre lo veía como si te estuviera retando, eso le causaba mucha felicidad, jamás reprochó que no estuvieras en su vida, porque lo estabas. Cuando se sentía inseguro te preguntaba si hacía lo correcto – ahora él limpió las lágrimas de la pelirrosa – No llores abuela, no fue tu culpa, el abuelo te hizo sentir tan insegura y no amada, lo entiendo porque de algún modo fue lo que hice con él –

- Y ¿Madara? – no quería preguntar, pero necesitaba saber que había sido del amor de su vida, desde hacía tiempo lo había perdonado. Solo necesitaba saber que estaba bien.

Don't cryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora