CHAPTER 1

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¡Hola buenas noches, tardes, días! esta es una nueva historia, espero disfruten de ella, de antemano agradezco que se tomen el tiempo de leerla y votar por ella. Mil gracias por leerla.



Despertó con un enorme dolor de cabeza, de hecho, el dolor hizo que se despertara. Movió sus manos como si buscara algo en la cama, se levantó de golpe al sentir que no había nadie, sentado en la orilla de esta, pasó con desesperación sus manos entre sus cabellos, posando por un rato una de ellas sobre su frente, ardía, todo dolía, su cuerpo, la cabeza, sus manos.

Cerró con fuerza los ojos, inhalando aire, quería llenar sus pulmones de este, exhalando y repitiendo la acción más de una vez, sentía que le faltaba, necesitaba sentirse vivo, el más mínimo detalle que le confirmara que así era. Todo en su vida los últimos meses se había ido a la mierda, incluso él mismo que había comportado como una. ¿En qué momento decidió que su pareja pagaría por el daño que a él le habían hecho? No lo merecía, su novio había sido una ángel con él, había llegado para llenarle de colores su vida, una que estaba sumergida en la penumbra entre el dolor y angustia.

Así habían sido su anterior relación, un sinfín de engaños, sufrimiento, mentiras, pero él, él llegó con la más pura inocencia, creyendo en todas sus mentiras. Mentiría si diría que no lo amaba, lo amaba demasiado y eso le asustaba. Creer que también lo engañaría, le rompería el corazón. Por eso se adelantó a hacerlo primero, ya nadie lo lastimaría. Suspiró derrotado, tal vez su novio se cansó y decidió dejarlo; lo había lastimado mucho; se golpeó en la frente al sentir una punzada de dolor, ya recordaba su novio lo encontró en la cama con otro, apareció en el preciso momento en que le decía "te amo" a... no tenía idea de quien era aquel sujeto al que se llevó a la cama, estaba ebrio. Borrachera que se le bajó al ver el rostro de su novio, no se lo merecía, lo lastimó tanto y ese fue el colmo.

- Es verdad Naruto me dejó – dijo en un susurro para el mismo, comenzó a llorar, Naruto había sido la única persona que lo había amado incondicionalmente, que le entregó su corazón sin dudarlo y él solo lo había lastimado. Pero no era su culpa, tenía miedo de ser engañado de nuevo, tenía miedo de entregar su corazón. Trato de esforzarse de ser un buen novio, pero lo único que consiguió fue ser un asqueroso bastardo que terminó por romper el corazón sin piedad del rubio. – Naruto – dijo su nombre, tal vez no merecía decirlo. Tendría que buscarlo, pedirle, nuevamente, perdón. Ya lo había decidido, buscaría ayuda psicológica, Naruto era el único que valía la pena y si tenía que humillarse, suplicar o ganarse su perdón lo haría.

Caminó con pesadez al baño, una buena ducha ayudaría. Tenía muchas cosas que pensar, primero limpiar ese apartamento de mierda, tal vez sería bueno venderlo y comprar una pequeña casa, reiniciar de nuevo, segundo buscar ayuda, recordaba vagamente que Yahiko le había recomendado una buena psicóloga, buscaría la tarjeta y llamaría, por último buscar a Naruto, hablar seriamente con él, se lo debía.

Entró al baño poniéndose de pie frente al lavabo, se miró aturdido en el espejo, pasando sus manos por su rostro. Con cuidado deslizo sus dedos por esas marcas que viajaban de la parte inferior de sus ojos hacia abajo. Jadeo de dolor, esas marcas no estaban ahí ¿cómo aparecieron? Sus ojos ardían, y su dolor regresó. Pequeñas imágenes llegaban a su mente, sus piernas temblaban, eso era mentira, no podía ser cierto. No se dio cuenta en que momento comenzó a llorar, comenzó a hiperventilar.

- No – decía una y otra vez con dolor y angustia – Naruto – dijo su nombre, era lo único que le quedaba, sabía que sus planes no iban a funcionar, comenzó a recordar todo. Ese era su castigo por lastimar a la persona que más lo amo, por traicionar su confianza, por romperle el corazón sin pensar en las consecuencias de sus actos por ser la persona más egoísta – perdóname, perdóname por favor – gritó, lloró, golpeó el suelo con frustración nada lo iba a ayudar en ese momento, seguramente el rubio ya era feliz a lado de alguien más. A prisa se arrastró hacia el retrete el vómito le siguió después de ese pequeño acto de ira. No supo que fue lo que vomitó, no había desayunado nada, peor aún, no entendía la situación en la que se encontraba.

Don't cryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora