"HOLA ALICE
de verdad pensé mucho en enviarte este email, los acontecimientos de hace unas semanas aún siguen en mi cabeza. Solo quería saber cómo estabas, como están todos en realidad. En una semana es navidad y si tuviera tu dirección te enviaría un regalo, pero no la tengo ;). Sabes que en enero cumplo años, sería maravilloso que pasaras por aquí, sería un buen regalo para mí.
Escríbeme cuando puedas.
-Blake."
Releí el mensaje y resople. Lo mande el doce de diciembre y ya es pasado de veinte. No le había llegado, ni tampoco lo había leído.
-Chica, debes dejar de suspirar así, pareces depresiva- dijo Susan, mientras me pasaba un balde de cartón-.
Asentí mientras hundía el cucharon en las palomitas y las ponía en el balde.
-A una vieja amiga no le llegan los email- le explique mientras ordenaba el balde de palomitas junto a los otros-.
-¡Ah! Eso pasa todo el tiempo- me dijo, mientras me pasaba otro balde- mi mejor amiga fue a Oxford y no me respondió los email por dos meses. Dos. Casi la asesino, hasta que volvió para navidad y me explico que se le había perdido la cuenta. Sobrevivió por poco, así que probablemente tu amiga no responde por eso-.
Asentí, un poco esperanzada.
Si, su hermano y yo ya no éramos pareja, pero eso no significaba que ella y yo debíamos dejar de ser amigas.
Volví a acomodar el balde de palomitas con los otros. Hoy no había muchos clientes, por esta época de navidad casi nadie asistía ya que salían de viaje o solo no tenían dinero por las fiestas. Habíamos atendido a unos cincuenta clientes esta noche que, comparado a otros días, eran pocos.
-Gran trabajo con eso- Dijo Zac, acercándose a mi lado y rodeándome con su brazo los hombros.
Asentí, mientras me llevaba mi mano a mi mentón, pensando.
-Creo que debería cambiar la posición de los chocolates-.
Mi amigo frunció el ceño.
-¿Por qué?-.
-No están del mismo color, mira- apunte a los chocolates de envoltura roja- rojo, naranja, amarillo y verde, así podemos crear como una hilera, como un arcoíris-.
Susan levanto las cejas, mientras tecleaba en su teléfono.
- Chica ¿Qué tomaste antes de venir?-.
Zac se tapó la boca con una mano para evitar que viera que se estaba riendo. Rodé mis ojos.
-Un trago de perfección, además, no quiero que mi sección termine como la sección de Zac de la semana pasada- dije, mientras sacaba la lengua con asco-.
Mi amigo rubio me zarandeo levemente con su brazo en mis hombros.
-Oye, pedí tu ayuda y no me quisiste dar la mano, no es mi culpa que no me importe como están colocados, los clientes lo compran igual- se encogió de hombros-
-Zac, es mejor que sueltes a la contestona, su novio ya está aquí-.
Fruncí el ceño y gire mi cabeza rápidamente hacia donde ella apuntaba. Contrario a quien yo pensaba que era, solo era Jacob. Estaba recostado en su motocicleta con los brazos cruzados, mirándonos.
-Es solo Jacob- le dije-.
Zac me soltó y fingió tener escalofríos.
-Me da tanto miedo como me mira, parece como si se fuese a tirar encima de mí en cualquier momento, es mejor que te alejes de mi Blake, ahora eres lepra- dijo, dándose la vuelta organizando los vasos de la bebida-.
-Muy gracioso, no es mi novio, es mi amigo. No me di cuenta de que el turno termino- dije, extrañada.
-No lo hace, aun te quedan unos veinte minutos- dijo Susan, mientras seguía mirando su teléfono-.
Qué raro.
-Yo siempre lo veo aquí unos diez minutos antes de que sean las diez- Dijo Zac- es... bastante acosador-.
-¿Qué quieres decir con eso?- Susan levanto su mirada del teléfono con una ceja levantada-.
-Es como si me odiara, no puede sacar esa cara de perro cada vez que me mira y ni hablar de cuando Blake pasa por allí y el la ve, es bastante triste de alguna manera, esta ni lo mira- dijo, mientras se colocaba alado de mi compañera.
Los mire a ambos con la indignación pintaba en mi rostro.
-Eso no- ellos rieron entre ellos, mientras se decían algo en susurros- dejen de malpensarlo ustedes dos, Jacob es como mi hermano pequeño- dije.
Ambos se callaron de sopetón y sentí la puerta sonar detrás de mí un poco fuerte, salte un poco porque no habían muchas personas y el silencio estaba por todo el lugar. Me gire extrañada. Era Jacob.
Estaba enojado, se podía notar fácilmente. Y Zac tenía razón, enojado parecía que podría matarte. Su cabello estaba en una trenza echa por mí. En el último mes había ido mucho tiempo a su casa y se había vuelto habito trenzarle el cabello, y le gusto tanto que me pedía que le haga una cada vez que iba por mí a casa.
Tenía las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta y nos miraba a los tres con el ceño fruncido.
¿Nos había escuchado?
Bah, de igual manera no pasaba nada, no había dicho nada más que la verdad. Quería a Jacob Black como un mejor amigo, un hermano, estos dos meses (casi tres) nos habíamos vuelto casi uña y mugre. Pero, yo no sentía nada por el más que amistad.
El avanzo hasta quedar enfrente nosotros.
-Hola- saludo a mis amigos.
Escuche unos leves "hola" detrás de mí, pero sentí como se iban de allí. Quedamos ambos solos.
-Jacob- salude, mientras metía una mano en el mostrador, comenzando a acomodar los chocolates-.
Rojo, naranja, amarillo...
-Lamento interrumpir- dijo entre dientes.
-No lo hiciste-.
Verde, azul, morado...
-Bien, solo vine... vine temprano porque quería...- miro hacia mis costados con molestia-.
Me gire hacia donde estaba mirando y vi a mis dos amigos cuchicheando entre ellos pero al ver que los estábamos mirando, corrieron dentro de la sala y cerraron la puerta. Me gire hacia mi amigo el que me estaba mirando con una ceja levantada.
-Ellos... son así - intente explicar, haciendo una mueca-.
Seguí ordenando, Jacob parecía impaciente viendo mis manos acomodando los chocolates.
Rosa. ¡Listo!
Sonreí orgullo al ver que había quedado taaaaan bonito.
-Blake-.
Tarare en repuesta mientras seguí admirando mi creación.
-Quería invitarte a cenar- dijo-.
Levante mi cabeza y conecte mi mirada con la suya. Se veía nervioso.
Oh...
No podía negarme, no tenía otra escusa, ayer le había dicho que no tenía planes hoy sin darme cuenta.
No sabía que si te preguntaban eso te invitarían a cenar ¡Que se yo!
Asentí luego de unos segundos.
-Sí, pasta estaría bien- declare-.
El sonrió por fin, y su dedo índice choco con el mostrador.
-Te espero fuera- aviso, antes de irse-.
Lo vi ir hacia su motocicleta, pero dos cuerpos chocaron con él. Oh no, reconocería ese cabello en donde sea.
Jessica y Isabella, quería correr o algo así.
Mire a la sala en donde se habían ido Susan y Zac, deben de estar viendo la función los dos. Antes de salir corriendo me detuvieron.
-¿Blake?- antes, la voz de Jessica se escuchaba tan natural en mi vida pero ahora que no habíamos hablado hace tres meses, se escuchaba muy chillona.
Me gire hacia ellas y fingí una sonrisa.
-Bella, Jessica- les dije, acercándome hacia ellas.
Por favor que no la haga larga.
Los ojos de Jessica parecían que querían salirse de su normalidad, en cambio Isabella parecía obligada de estar aquí y me dedico una leve sonrisa.
-Oye ¿Cómo has estado? No hemos hablado desde... wow, desde la fiesta en mi casa, no he sabido nada de ti desde que el- fue interrumpida por Bella.
Le había dado un codazo y se lo agradecí de corazón, conociendo a Jessica sería capaz de interrogarme por él y no estaba con ánimos de ser amable.
No había hablado con Isabella desde esa noche en mi casa, la había visto por los pasillos pero no había intentado interactuar con ella y ella tampoco. Se veía más tranquila que antes y no parecía haberle dicho a nadie de esa noche, en parte, se lo agradecía.
Jessica miro indignada a Bella la cual me miro como si nada.
-Solo queremos unas palomitas y dos refrescos- dijo, ignorando la mirada de Stanley-.
Asentí, dándole una sonrisa de agradecimiento antes de girarme y tomar dos vasos de la torre apilada. Podía oír murmullos de parte de Jessica detrás de mí e intente no girarme y decirle algo. La parte triste de estos meses se habían ido, me había vuelto más tranquila y mi sentido había vuelto de apoco igual que mi apetito, si me dolía pensar en el pero... creo que tendría que aprender a vivir con ello.
Les puse las tapas a los envases y metí allí dos sorbetes. Lleve ambos vasos hacia el mostrador y tome un balde de palomitas también dejándolo allí. Ambas parecieron callarse de repente.
-Serian seis dólares- dije, mientras apretaba el código de la caja registradora.
Jessica saco el dinero de su bolso y me lo tendió, lo tome. Le di su cambio.
-Un placer- dije, despidiéndome-
Bella tomo los refresco y Jessica las palomitas.
-Fue lindo verte, debemos hablar más, nos vemos luego- se despidió Jessica, dándome una última sonrisa antes de girarse.
Bella murmuro un adiós y se fue con ella.
Una vez que ambas desaparecieron de mi campo de visión me lleve una mano a la cara y me frote con frustración, me saque el gorro y lo deje en la mesa. Mi cara seguramente estaba roja, estaba enojada.
Ella no podía decir idioteces de mí como si nada y luego hablarme como si todo estuviese bien, como si ella no hubiese dicho nada y no hubiese hecho nada.
Mire el reloj de la pared, me alegre de que ya eran las diez, pero mi gerente no aparecía. Conté el dinero de la caja junto con Susan, ya eran las diez y quince.
Mi mal humor no mejoraba ya que mi amigo seguía esperándome afuera. Camine hacia la puerta y la abrí. Le hice señas a Jacob para que este entrara, lo hizo.
-Siéntate, seguramente te estas congelando- dije, con el ceño fruncido-.
Pero el no parecía muy congelado, parecía como si afuera hubiese sol y no cero grados.
-Estoy bien- me aseguro-.
Asentí.
-Ya vuelvo- avisé antes de alejarme-.
Camine hacia el despacho del gerente, golpe.
Escuche un "pase" desde adentro.
Entre, viéndolo sentado firmando unos papeles. Levanto ligeramente la mirada antes de volverla a pegar a los papeles.
-¿Vienes a renunciar?- pregunto sin mirarme-.
-Eh... no- dije.
-¿Entonces?- me dijo, dejando un papel y tomando otro.
-Es que... mi turno termino- avise.
-Tu turno no termina hasta que yo lo diga- dijo, aun sin mirarme-.
Levante una ceja.
¿Y este random?
-Bueno, mi turno es hasta las diez y son- mire el reloj detrás de el- y veinticinco-.
El giro la cabeza hacia atrás mirando el reloj. Pareció tenerle gracia y tomo un papel que estaba arriba de una taza de café.
-Ah, lo olvide- dijo, dejando el papel enfrente de mi bruscamente- firma esto y vete-.
Respire profundo, comiéndome muchas palabras que podría decirle.
Tome un bolígrafo que había tirado por ahí en su escritorio y leí:
"Empleado ha terminado su hora laboral a las 22; 00 pm".
Me ofendí, casi me había dejado media hora más allí adentro. Firme, sin replicar.
Gire y camine hacia la puerta.
-Cierra la puerta- ordeno-.
La cerré de mal humor con la cara roja.
Al llegar con mis amigos los tres me miraron raro.
-¿Vas a explotar?- dijo Zac, con el ceño fruncido-.
Jacob lo miro mal.
Avance hacia donde estaban mis cosas, tome mi campera y mochila. Me comencé a sacar mi delantal y lo guarde allí junto a mi gorro. Me puse la campera y pase una mano por mi cabello cansada. Solo quería dormir, pero ya había salido salir.
Mire a los tres de nuevo. Zac miraba a Jacob con una ceja levantada mientras este lo miraba mal, Susan solo miraba a ambos como un torneo de ping pongo. Camine hacia Jacob, el cual se paró.
-Nos vemos mañana- salude, antes de abrir la puerta a la salida-.
Mis amigos se despidieron y Jacob cerró la puerta.
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Enrolle mi espagueti en mi tenedor. No tenía muchas ganas de estar allí pero no podía rechazar a Jacob, el había sido tan buen amigo.
"Es una salida de amigos" me repetía, intentando tranquilizar mis ideas.
-Entonces ¿qué harás para navidad? Le pregunté, dándole un mordisco a mi pan de ajo-.
El tomo de su bebida.
¿Saben? Luego de haber salido con alguien que no ingería comida en todas las citas, ahora se me es raro ver como mi acompañante si lo hace y pareciera que no podía dejar de comer de la bandeja de pan.
-Con Billy en casa- se encogió de hombros.
Si bueno, no lo creo.
Papá me había comentado que estaba pensando invitar a ambos a pasarlo en mi casa alegando que nos vendría bien pasarla con más personas.
Tome de mi bebida, haciéndome la loca.
-Se oye bien- dije.
-Si, bueno, supongo que la pasarás con Josh-.
Asenti, dándole la razón.
Enrolle más espagueti y me lo lleve a la boca. Estaba buenísimo.
A Jacob pareció divertirle mi expresión.
-¿Que es?- dije con una sonrisa mientras cortaba mi carne-.
-No te había visto tan feliz por la comida desde verano-.
Asenti, nostálgica.
-No puedo evitarlo, esta está genial-.
El asintió, cortando su carne.
-Ya tengo tu regalo de navidad- me dijo con una sonrisa-.
Sonreí.
-Yo también el tuyo y no es por ser egocéntrica pero seguramente será mejor- dije, molestando-.
El entrecerro los ojos.
-Debe ser feo convertirse en anciana- dijo haciendo una mueca de desagrado-.
Levante mis cejas y hice una mueca triste.
-Debe ser triste aún estar en la pubertad-.
El se molestó, todo los ojos y siguió comiendo su pasta. Me reí entre dientes.
-En realidad eres un poco cara, navidad en diciembre y cumpleaños en enero-.
Comi más del pan de ajo.
-Bueno, no lo sé, combina los regalos- me encogí de hombros-.
Ya había cobrado dos meses de sueldo, no tan buenos pero para una adolescente es perfecto. Ya había comprado el regalo de mi padre y ya había reservado el de Jacob, también algunos más que tenía ocultos en mi clóset.
Sabia que el regalo para Jacob era perfecto, no tenía dudas, no tenía comparación.
Hablamos un poco más hasta que ambos nos comimos todos los platos y el postre que era torta de chocolate. Parecíamos tan fuera de lugar en donde estábamos que casi me daba risa.
Yo estaba tan informal y Jacob también que alado de las demás familias parecíamos vagabundos.
Al salir, luego de haber discutido por la cuenta, caminamos en la fría noche hacia donde el había estacionado.
-Es lindo lo unido que nos hemos echo- solte.
El asintió.
-No se porque no nos habíamos hablado hace tiempo-.
Me encogí de hombros.
-No lo sé, de verdad-.
-Blake, quiero decirte algo-.
Lo miré de reojo antes de parar enfrente de la motocicleta estacionada.
Varios hombres estaban allí en la esquina cerca del bar. No nos habíamos alejado tanto del cine y decidimos estacionarlo por allí ya que Zac era experto en seguridad.
Ignore los silbidos que venían de esa parte y tome el casco que Jacob me había pasado con brusquedad.
-¡Linda, deberías venir a dar una vuelta!-.
Mire a Jacob el cual había parado sus movimientos para mirar al sujeto que me gritaba. Tome su brazo.
-Solo ignoralos-.
El me hizo caso con la mandíbula apretada.
-¡Yo te lo haría mejor preciosa!- dijo otro que estaba por allí.
Eran cinco en total, habían tres tipos más grandes que Jacob en contextura, pero no tanto de musculos, los otros dos eran flacos y largiruchos. Todos tenían cervezas en sus manos y parecían no bañarse.
Jacon arrojó su casco al suelo y caminó hacia ellos. Hice una mueca de pánico, lo seguí.
-Espera ¡Jacob, no!- le dije, mientras lo intentaba arrastrar del brazo-.
Era inútil, el niño me arrastraba en casa paso que daba y llegó a un punto en el que lo tuve que soltar y dar unos pasos atrás ya que habíamos llegado enfrente de esos tipos.
-¿Que le dijiste?- gruño Jacob a uno de los pesados.
El otro río, burlándose de mi amigo el cual pareció enfurecerse aún más.
-Que se lo haría mejor a tu novia, niño- dijo arrastrando las palabras mientras me señalaba con un dedo-.
Avergonzada mire hacia otra parte al sentir cinco pares de ojos analizarme, por eso mismo no quería acercarme y estar tan cerca de ellos.
Mire mal a uno de los altos el cual me tiro un beso al aire.
Me escondí detrás de la espalda de Black, intentando que dejen de mirarme. Mis manos se volvieron puños.
" no harás nada estúpido ni serás impulsiva". Su voz sonó en mi cabeza instantáneamente frenando mis impulsos.
Me calme, no iba a decir nada para empeorarlo pero Jacob no me ayudo en nada.
Tomo la cerveza que tenía ese tipo y la lanzo a la pared detrás de él. El ruido de vidrio roto me hizo saltar en mi lugar. Mis ojos se abrieron de sopetón y mis manos tomaron la chaqueta de Jacob, intentado calmarlo. El qué me había insultado empujo a Jacob con una hilera de insultos saliendo de su boca. Retrocedi hacia atrás soltandolo
Jacob no se movió al ser empujado, parecía una roca. Y fue rápido al darle un puñetazo en la mandíbula al tipo el cual cayó al suelo en un golpe solo.
Los cuatro restantes se aglumeraron hacia mi amigo, uno con una botella de vidrio muy cerca de su cabeza.
-¡Jacob!- exclame en advertencia ya que el tipo le había tirado la botella.
Black se agacho y la botella reventó en el suelo.
Estaba lista para tirarles la botellas que habían dejado contaminando las calles.
-¡Oigan, la policia está aquí!- grito una voz femenina del otro lado de la calle-.
Los hombres no hicieron caso pero al oír la sirena parecía que se les había activado algo. Corrieron todos a su motocicleta comenzando a arrancar.
Jacob vino hacia mi rapidamente y me tomó el rostro examinandome, sentí sus manos temblorosas rozarme las mejillas, mire a sus espaldas y una cabellera rubia llamo mi atención.
Rubia, trenzas ¡era ella!
Intente correr hacia ella pero Jacob ya tiraba de mi hacia el otro lado de la calle hacia su motocicleta estacionada.
-¡Jacob, espera!- no me hizo caso.
Se subió a la moto y se subió de un sopetón arrancandola.
-¡Sube Blake!-.
Mire hacia mis espaldas intentando buscarla de nuevo y ya no estaba. Me subí a la motocicleta rápidamente y me prendi de él. Arranco demasiado rápido y deparramos al doblar, hundi mi cara a su espalda del miedo.
Solo sentí que la motocicleta se caía un poco a la derecha y hundi más mi rostro. Nos recomposimos a los segundos, comenzando a andar.
Lo que había comenzado como una cena tranquila entre dos amigos había terminado con una persecución de la policía. Aunque no nos perseguían a nosotros, parecía que Jacob estaba demasiado extasiado y enojado para frenar.
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Al llegar a casa me bajé rápidamente pasandome una mano por mi cabello ya que nisiquiera me pude poner el casco.
Respire rápidamente antes de ver a Jacob bajarse como siempre. Me enoje.
-¡Jacob! ¿Que fue eso?- exclame.
Estaba furiosa porque, aunque agradecía que me este defendiendo, si hubiese ido más lejos no sabia en donde íbamos a terminar.
-¡¿Que querias que hiciera?!- grito-.
-¡Bueno, ignorarlos!- declare- ¡son idiotas Jacob, no deberías ponerte a su nivel!-.
La furia creció en sus ojos.
-¿Me estas diciendo idiota?- magullo.
-¡No! No me referia a eso ¡Lo sabes!-.
Su trenza se había desarmado y su cabello caía libremente por su rostro.
-¡¿Crees que iba a dejar que siguieran diciendole cosas a mi...?!- se quedó en medio de la oración.
Respire agitadamente.
-¡¿Tu que?!- grite.
El avanzo hacia mi y lo leí en sus ojos, lo leí. Me tomo de las mejillas y en el momento que me acerco a el lo vi.
No podía besarlo.
El no era mi Edward.
Aleje sus manos de mi rostro bruscamente dando pasos hacia atrás. Ambos respiramos agitadamente.
La discusión nos había superado que el casi me había...
Cerré mis ojos y llevé una mano a mi rostro.
-Lo siento, lo siento Jacob- dije-.
El parecía lastimado. Intento avanzar pero yo ya había corrido hacia mi casa.
No podía, siquiera me había gustado la idea.
Llore toda la noche porque sabia, lo sabía.
Nunca iba a poder seguir adelante.
Jamás iba a amar a otro como amaba a Edward Cullen.