Nada más paso a decirles que el capítulo es bien largo, así que
léanlo con tiempo de sobra.
—Debiste de irte. —dije, mirando a los chicos.
Aun cuando estábamos a tres metros de distancia —ya que me tenían frente a todos ellos—, era una distancia lo suficiente para poder escucharlos.
—Me cansé de huir, es todo. —respondió.
Un berg comenzó a sobrevolar por encima de nosotros para después aterrizar a un lado. Al abrirse aparecieron seis agentes más respaldando a Ava.
—¡Pero si apareció la reina blanca! —me burlé, llamando la atención de los presentes. Ava me dirigió una mirada corta y cínica.
—Ponganle el bozal. —ordenó Janson, sabiendo que me iba a burlar de la doctora.
Minho intentó levantarse y pelear con el que me quería colocar el bozal, pero un agente le dió un puñetazo en el estómago obligandolo a quedarse quieto.
—Ya basta —habló Ava—. No le vayan a colocar el bozal. En un momento hablaré con ella.
Un agente sostuvo la caja que traía en sus manos, aquella caja tenía una pequeña dosis donde ellos me podían manipular a su antojo. En la tapa tenía tallada en letra roja Pandora.
—¿Ya son todos? —le preguntó Ava a Janson.
—Casi todos. Son suficientes. —contestó.
—Empiecen a subirlos. —ordenó.
—¡Ya escucharon! ¡Subanlos! —gritó Janson. Enseguida comenzaron a subir a los inmunes.
A Thomas y a mí nos obligaron a levantarnos mientras a él lo colocaron cerca de ella, a mí me dieron una distancia lo suficiente prudente para que no pudiera atacarla.
Ja, miedosos.
Me sorprendí cuando Teresa apareció por su voluntad, Ava la agarró con delicadeza al verla.
—Me da gusto que estés a salvo. —le dijo.
—¡Maldita traidora! —insulté entendiendo inmediatamente lo que sucedía, intentando ir a tirar de sus cabellos, pero los agentes nuevamente me agarraron.
—¿Qué ocurre aquí? —preguntó Newt sin creer lo que ocurría.
—Está con Ava. —escupió Thomas con frialdad y entre dientes.
—¿Desde cuándo? —preguntó Newt.
—Teress siempre tuvo una percepción más avanzada del bien común. Cuando le devolvimos sus recuerdos...solo fue cuestión de tiempo. —habló Janson.
—Nadie te preguntó a ti, estúpido faccia di pollo. —gruñí.
Janson rodó los ojos y pareció temblar de ira.
—Lo siento. No tuve opción. Era lo correcto. Tenemos que encontrar la cura. —se disculpó.
—Es verdad. Todo esto es un medio para un fin. Y ustedes lo entendían. —diji Ava, mirándonos a Thomas y a mí —. No importa lo que piensen de mí. No soy un monstruo. Soy una doctora ¡Juré hallar una cura! Cueste lo que cueste.
—Y para eso me creaste a mí, eh. Para que yo hiciera todo tu trabajo sucio, para que me vieran a mí como el monstruo. Te quieres creer la santa, pero no eres más que una inútil doctora que se oculta detrás de un muro. Deseas jugar con la vida de los inocentes para cumplir una cura que jamás existirá. —farfullé.
—No te cree para que hicieras el trabajo sucio, Karma. No lo ves, pero naciste para vengar la humanidad, tú eres nuestra esperanza y nuestra representación de fuerza y anhelo para seguir adelante —dijo Ava, mirándome con su mirada cálida y con la esperanza que me uniera ella una vez más.
—Solamente necesitas más sangre de inocentes. —habló Mary.
—Hola, Mary. Esperaba verte de nuevo. Lamento que tenga que ser en estas circunstancias. —comentó Ava.
—Yo también lamento muchas cosas. Pero no esto. Al menos yo tengo cargo de consciencia. —dijo Mary.
—Tampoco yo. —una vez que Ava lo dijo, se escuchó un disparo.
Mis ojos se cristalizaron al ver que le dieron a Mary. Vince la sostuvo en sus brazos mientras se desagraba; Janson le había disparado.
—Rápido, Janson. Súbelos. Ya vámonos. Ah, y denle la dosis A16P a Pandora. —ordenó Ava, yéndose con Teresa.
El agente se me acercó con la dosis, aproveché que mis piernas estaban libres y le di una patada en sus partes íntimas. Regresé la patada en la rodilla de uno de los agentes que sostenía mis brazos para finalizar con un tornado knick al otro. Agarré el botón que soltaban las esposas y lo oprimí, dejándome en libertad.
Thomas agarró mi brazo y sacó una bomba junto con un detonador.
—¡Atrás! ¡Todos atrás! —gritó.
—Minimo me hubieras avisado que nos ibas hacer explotar. —bufé.
—¡No disparen! —ordenó Janson, alterado por la bomba.
—Atrás. Déjenlos ir. —exigió Thomas.
—Thomas, bájala y deja ir a Pandora. —dijo Janson.
—¡Que mi nombre es Karma! —grité, arrebatándole la bomba a Thomas y sosteniéndola ahora yo.
—¡Déjenlos ir! —gritó ahora Thomas.
—¡Sabes que no puedo! —contestó Ava.
—¡Thomas, por favor, basta! —suplicó Teresa —. Hicimos un trato. Prometieron que estaríamos a salvo. Todos.
—¿Y esperas que te tenga confianza? —cuestionó Thomas.
—Es verdad. Fue su única opción. —defendió Ava.
—¡Tú ya cállate! —grité.
—Todo puede volver a ser como antes. Chicos...¿en serio quieren que todos mueran? —cuestionó Ava.
—Haganle caso. Piensen en lo que hacen.
—dijo Janson.
Minho, Newt y Sartén se acercó, colocándose de nuestro lado.
—Estamos con ustedes. —dijo Newt.
Ellos estaban dispuestos a morir con nosotros. Miré a Minho y él asintió, podía ver sus ojos cristalizados pero llenos de valentía.
—No lo hagan. —negó Ava.
—Hazlo, Thomas. —dijo Minho, agarrando mi mano libre.
—Estamos listos. —comentó Sartén.
—No vamos a volver allá. —sollozó Thomas, extendiendo el detonador.
Cerré fuerte los ojos en espera de la explosión, pero en su lugar sonó un claxon. Abrí los ojos y vi una camioneta que atropellaba a toda velocidad a los agentes.
Caímos al suelo al ver que tiró un helicóptero y sus restos se dirigía a nosotros. Solté cobardemente la bomba, pero en su lugar agarré una pistola de CRUEL.
—¡Quietos! —nos apuntaron varios agentes de CRUEL, patee la bomba dirigiendose a ellos y Thomas entendió mi señal.
—¡Al suelo! —advirtió, nos tiramos al suelo y explotó la bomba.
Janson apareció entre las llamas y pateó a Thomas sacando una pistola dispuesto a matarlo, pero el destino se la jugó siendo él disparado, por Brenda.
—¡Me cae tan bien esa chica! —comenté eufórica, ayudando a levantar a Thomas —. Tú corre que yo te cubro.
Él sonrió y corrió. Comencé a dispararle a cualquier agente que se me acercara, al quedarme sin balas me enfrenté a ellos con la daga. Aun cuando yo tenía desventaja, no lograron herirme.
—¡Karma, corre! —me agarró Newt, intentando llevarme con los demás.
Me volví y vi que Minho nos cubría.
—¡No voy a dejar a Minho aquí! —respondí, determinada a no abandonarlo.
—¡Huye, por Dios! ¡Confía en mí! —gritó el asiático, suplicándome con la mirada que huyera con los demás.
Corrí junto con Newt, enfrentándome a cualquiera que nos obstruyera. Nos cubrimos detrás de una enorme caja los cuatro, viendo como Minho les disparaba a los agentes. Pero se quedó sin balas y los agentes aprovecharon a disparar una bala eléctrica.
—¡Minho! —grité, corrí hacia él, pero los agentes lo agarraron y se lo llevaron.
Él conectó nuestras miradas, comencé a llorar al ver que no lo alcanzaría. Jorge me agarró para evitar que me llevaran a mí también, pero quería luchar y rescatarlo.
—¡Minho! —gritaba una y otra vez, sintiendo el sabor salado de mis lágrimas y mi corazón sintiendo un gran vacío.
El berg se elevó llevándose a varios inmunes y, con el, a Minho.
Al día siguiente comencé a empacar varios municiones que me podían servir para el viaje; agua, comida en latada, armas y mudas de ropa.
—¿Y ahora qué hacemos? —escuché que preguntó Sartén.
—Reunir los que nos queda e irnos de aquí. Seguiremos con el refugio. Volveremos a iniciar. —respondió Vince.
—Suerte con eso. Yo no iré con ustedes. —dije, colocándome la mochila.
—¿Qué? —preguntó confundido Vince.
—No me quedaré llorando recordando a mi novio suplicando que de la nada él volverá. No, sé qué no lo hará solo...así que, iré por él. —respondí.
—Oye, hija. Mira todo esto —señaló todo el campamento destruido —. CRUEL acaba de destrozarnos. Piensa bien lo que vas hacer.
—No les estoy pidiendo que me acompañen, Vince. Yo sola puedo ir a buscarlo y, en el proceso, destruir una vez por todas a CRUEL. —comenté, decidida a lo que iba hacer.
—Karma, escúchame —habló Newt—. Conozco a Minho desde...—quedó en silencio ya que no recordaba desde cuándo lo conocía, sino tuviera fuerzas para sonreír o reír ya lo hubiera hecho—. Bueno, desde hace mucho tiempo. De verdad, si existiera la posibilidad de ayudarlo, yo sería el primero en ayudarte. Pero esto lo que quieres hacer...es imposible. Sé que él quisiera que no tomaras ese riesgo.
Fruncí el ceño: —Si es necesario que tenga que morir intentándolo, lo haré. Si es necesario que tenga que volver a ser Pandora... solamente por él, lo haré —solté un suspiro ahogandome en lágrimas —. Pero no solamente iré por él, lo haré por todos. Liberaré a todos aquellos que están sufriendo por CRUEL, cómo hubiera querido Marlene y Mary. Tengo que detener a CRUEL, ellos jamás pararán...y me encargaré de vengar todas esas muertes que ellos causaron. Ava Paige pagará todo lo que hizo.
—Tengo que admitir...que yo también quiero venganza. —confesó Harriet.
—Me gustó tu discurso. ¿Cuál es tu plan? —preguntó Vince.