⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀O12.

1.2K 131 9
                                    

HACE MUCHO TIEMPO ATRÁS.

—¿Karma? ¿Ese es mi nombre? —preguntó la niña de ahora catorce años, mirando a la enfermera con su mirada dopada.

—Sí, preciosa, ese es tu nombre. —respondió la dulce enfermera, curando las heridas de la niña.

—Esos hombres me lastimaron mucho. —sollozó Karma, sintiendo el dolor recorrer cada extremo de su cuerpo.

El algodón, húmedo ante el isodine, eran como miles de agujas que se introducían en su piel maltratada, aún cuando la enfermera estaba tratando de ser lo más delicada posible.

—Lo sé. Lamento eso. —murmuró la mujer con los ojos cristalizados. Le dolía ver a Karma así, cada día le exigían más y experimentaban con ella. Habían días que ella ni despertaba por el cansancio y químicos que tenía su organismo, ¿cómo podían tratar así a una niña?

—No tienes nada qué...—Karma se quedó mirando unos segundos el techo en silencio, intentando recordar qué estaba diciendo. Los químicos la dejaban como una estúpida, tanto que cuando estaba recién dopada podía olvidarse de todo lo que alguna vez vivió...ella lo sentía más como una ventaja.

Marlene siguió haciendo su trabajo, tarareando una canción que le cantaba a sus difuntos hijos. Marlene le tenía mucho aprecio a Karma ya que le recordaba a su hija menor, una niña muy valiente y dulce... lástima que poco a poco ella estaba perdiendo esa esencia que tanto adoraba, y todo por culpa de los monstruos para los que trabajaba.

Le dolía aún más que Karma, tan solo una niña de catorce años, se estaba volviendo fría y seria. Se estaba volviendo tal y como quería C.R.U.E.L.

Marlene no lo iba a permitir. Ella la protegería.

—¿Cuándo se acabará este sufrimiento? —balbuceó Karma. A Marlene se le rompió el corazón al escuchar la pregunta.

—Te tengo un regalo, ya sabes, por tu cumpleaños.

Karma sonrió con mucho esfuerzo, lo logró aunque fuera una sonrisa diminuta. Su corazón se vio envuelto en una calidez que solamente lo había logrado mantener Marlene.

—Hasta yo lo había olvidado. —recordó Karma.

—Pero yo jamás lo olvidaría —sonrió Marlene, sacando debajo de una bandeja con herramientas que sanaba las herida, una libreta y un bolígrafo —. Me costó muchísimo traerlo, pero sé que valió la pena tomar el riesgo.

—Gracias, Marlene. —agradeció, observando el cuaderno de cuero, alzó débilmente su brazo y acarició con las yemas de sus dedos la portada.

—Te lo obsequio ya que me gustaría que fuera como tu diario, que puedas escribir tus recuerdos más hermosos para que puedas recordar quién eres en realidad, Karma. —confesó Marlene, Karma nada más la observó por unos largos segundos.

—¿Recordar que soy una asesina? —la niña apretó la mandíbula ante el dolor que sintió en sus costillas—. Suena agradable.

Marlene rió por lo bajo.

—No me refería a eso. He visto que has dejado libres a niños que tienen aquí capturados y quiero que recuerdes eso, no solamente lo malo, porque no eres un monstruo como te hacen creer. También eres una víctima de todo este lugar.

Karma no supo qué responder en el momento. Marlene tenía razón.

—¿Y qué será de mi cuando finalmente logren quitarme mis recuerdos y emociones? —preguntó, recordando la conversación que había escuchado  tener la doctora Paige y el doctor Anicchiarico sobre volverla más despiadada al quitarle sus recuerdos.

—Ellos jamás podrán quitarte quién eres, y para eso te traje la libreta, para que escribas tus recuerdos y puedas desahogarte. —dijo Marlene, en el proceso alargar la primera "y".

—Eres la mejor. —dijo Karma, mirando detalladamente a la mujer de 30 años, ella sonrió y encogió sus hombros antes de levantarse y sostener su carro de medicina.

—Me tengo que ir. Felices quince, preciosa.

MESES MÁS TARDE.

—¿Qué le hicieron a Marlene? —preguntó Karma, observando el cadáver ensangrentado de la mujer. Intentando mantener la postura fría y neutralizada, aún sintiendo su corazón romperse en cientos de pedazos.

—Marlene era una espía por parte del Brazo derecho. Tenía el objetivo de llevarte con ellos. —explicó la Doctora Paige, a su lado se encontraba Alejandro con una pistola en su mano.

—¿Y porqué no me la encargaron a mí? —preguntó, le había costado formular la pregunta.

—No somos tan crueles, niña. Sabemos que le tenías aprecio por haber sido tu única amiga. —respondió Alejandro, guardia de C.R.U.E.L y asesino de Marlene.

—No me hubiera importado. —dijo, retirándose del lugar soportando la picazón y ardor en sus ojos al aguantar las lágrimas.

Al llegar a su habitación se rompió a llorar. Se deslizó en la puerta y dejó salir sus lágrimas, evitando hacer ruido que alertaran a los de seguridad y trajeran anestesia...hasta ellos mismos temían de lo que habían creado.

Mordió su mano hasta hacerla sangrar, al morder la pudo evitar soltar un grito del dolor que sentía.

¿Por qué debieron de quitarle su única amiga, la única que la mantenía humana?

Miles de recuerdos con Marlene la invaden, cosa que la destrozaban aun más y la enfurecían. Marlene la había salvado y cuidado del mundo, desde que era una niña que usaban de conejillo de indias.

Se levantó furiosa y comenzó a romper todo a su paso, tiró el espejo de su habitación haciendo que se rompiera en miles de pedazos. Se sentó en medio de los pedazos dejando que las lágrimas salieran, apretó los puños sin importar los trozos de vidrio que tenía incrustados, la sangre comenzó a correr en el suelo bañando los vidrios y el piso en rojo.

Karma observó la nota que le había dejado Marlene la noche anterior. Decía algo sobre buscar a un tal Thomas, quien la ayudaría a entender todo eso sobre destruir a C.R.U.E.L y que no era en realidad bueno como hacían entender que eran.

Karma todo ese tiempo había sabido, bueno, sospechado que Marlene no le era fiel a C.R.U.E.L, pero había decidido hacer la vista gorda por el cariño que le tenía. Pero desde que lograron matar parte de sus recuerdos, dudaba sobre quién era ella y se volvía cada día más fiel a una empresa destructora.

La joven limpió sus lágrimas y no despegó la vista de la nota y el cuaderno que le había dejado Marlene, dudando si buscar a Thomas o no.

𝐔𝐍𝐓𝐎𝐔𝐂𝐇𝐀𝐁𝐋𝐄, maze runnerWhere stories live. Discover now