Fanfic Pecados Placenteros

By PasquarelliMaria

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Hola hola!! estos son borradores de cosas qué me imagino de pecados placenteros vuelvo y reiteró está no es m... More

Milenka Morgan James (1)
Milenka Morgan James (2)
Milenka Morgan James (3)
Milenka Morgan James (4)
Milenka Morgan James (6)
Fiesta de cumpleaños (1)
Fiesta de cumpleaños (2)
Fiesta de cumpleaños (3)
Amélie Romanova (1)
Amélie Romanova (2)
Amélie Romanova (3)
Amélie Romanova (4)
Amelie Romanova (5)
Amélie Romanova (6)
AVISO
Amélie Romanova (7)
Amélie Romanova (8)
Amélie Romanova (9)
Amélie Romanova (10)
Amélie Romanova (11)
Amélie Romanova (12)
Amélie Romanova (13)
Amelie Romanova (14)
Amélie Romanova (15)
Avisó importante (Nuevo Fanfic)
Amélie Pre final
Amélie Romanov Final
Desconocido 1
Desconocido 2
Desconocido 3
Desconocido 4
Desconocido 5
Cura de Owen 1
Cura de Owen 2
Cura de Owen 3
Aviso 2
Cura de Owen 4
Cura de Owen 5
Cura de Owen 6
Cura de Owen 7
Cura de Owen 8
12,4
Cura de Owen 9
Cura de Owen 10
Cura de Owen 11

Milenka Morgan James (5)

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By PasquarelliMaria

Tardo en cuenta qué soy arrastrada medio a empujones, grito me retuerzo pero nada es suficiente a la hora que me lanzan al suelo, tengo los ojos vendados pero puedo sentir y oler y escuchar.

Me quitan las vendas y me encuentro en un lugar parecido al mortal cage estoy en un cubículo de pelea, y de ahí hay dos personas más, que les quitan los sacos y trago grueso al caer en cuenta quienes son...

Una voz... Un acento... Se encarga dé dar las indicaciones de todo, y me congelo cuándo hay una mesa con diferentes armas de peleas... ¿4 personas?

¿Quienes la 4?

—Queridos súbditos el plato de hoy es nada más y nada menos, que una familia entera. Tiene el placer de presenciar la hermosa masacre, que se aproxima. 4 jugadores y solo 3 sobrevivirán.

Observo cómo Owen corre hacía mi ya no hay más nadie en el campus solo estamos los tres.

—Ya sabes que seremos los tres, hagamos esta mierda y ya—le indicó —Sin contemplación quien sea esa persona, nuestras vidas importan más...

Me cayó de inmediato cuando lanza como un costal de papás cerca de Amélie a la persona, lucha por salir un halcón lo ayuda a salir. Tiene el rostro tapado tiene buena complexión y no me hago la idea de quién sea. Cojo el arma de primera sin darle preámbulos a nada.

solo es alguien que no importa ”

Me congeló al ver el rostro magullado de la persona qué se levanta... Tío Stefan, Amélie está sorprendida, Owen no sabe que cara poner y bajo el arma. Escucho gritos dé que empieze la pelea pero no concibo la idea de que hace aquí.

—¡Milenka!—alguien me grita.

Un dolor se instala en el pecho cuándo voy hacía el ayudándolo a levantar, no habla está mudó solo llora. Lo abrazó y algo en mi duele, me trago el dolor qué estoy sintiendo.

—Milenka...—me señala el reloj—Tienes que hacerlo.

—No...—me niego.

Duras penas se puede levantar, y no concibo lo que está haciendo Owen trata de hablarme pero no hay otra forma... Una lágrima escurre de mi mejilla trató de soltar el arma pero la situación me obliga a tomarla nuevamente.

No...

—Milenka no... Milenka hay formas—se me interpone owen—Porfavor el no, el es familia el...

—Puedo entenderlo princesa —murmura.

Tiro de el gatillo

bsorbo la imagen de sus ojos... Por última vez y siguen taladrandome el subconsciente no soy más qué pedazos andantes y fragmentados de porquería. Miro mis manos y me siento sucia y asquerosa, empiezo a percibir una colonia masculina y no me preocupo por saber quién es. Solo reparó mis manos y mi reflejo en el espejo destrozado qué tengo en la celda. La herida de la bala sano, pero el italiano se encargó dé darme una puñalada certera dejándome sin más soluciones.  Contento mis ganas de terminar con el dolor qué tengo en mi pecho cortando este sufrimiento qué no permito ver.

—Damon—su reflejo se aparece por la puerta y la cierra con delicadeza —No esperaba tú visita perdona la mala vestimenta juro que cuando saldré de aquí, vestire elegante el día de tu muerte.

—Me encantan las amenazas —me habla despacio. —Mas si vienen dé tí ¿Cómo té sientes?

No le respondo y miro el techo suspirando pesado y traigo el recuerdo y algo me arde al recordar cómo Owen me gritó, y jamás lo había visto actuar dé esa forma y es comprensible. ¿Me estará odiando?

—¿Cómo té sientes con la perdida? —me pregunta y se agacha a mí par.

Tendría la oportunidad de balancearme sobre el y tratar de matarlo desde qué entro noté qué no venía armado. Pero mis brazos están cansados, y llenos de dolor físicos. Tengo golpes en las mejilla debido a la pelea de el mortal Cage.

Hay heridas qué sanan con el tiempo y otras físicas que tienes qué aprender a vivir con ellas. Yo acepto mi condena.

—Personas cómo tú y yo tenemos qué asimilar qué tendremos muchas pérdidas pero somos tan grandes que merecemos mucho más y vamos por eso, sin mirar a nadie—me aconseja.

Me levanto persuadiendolo y veo qué no hay ningún halcón vigilandonos. Es tan estúpido preguntarle qué había qué había en la maleta y con todo esto mucho menos después lo dé el mortal Cage me llevaron aquí, Owen a otra celda y Amélie otra estudié qué son pequeños compartimiento para dependientes a él Hacoc. La droga que letal qué casi mata a mamá...

Visualizo varias jeringas vacías en el suelo y ese líquido brillante. ¿Será tan buena como pintan?

—Vete—le pido.

—¿Me estás pidiendo que me valla?—sonrié y asiento y agachó la cabeza desimulando tristeza.

—Si porfavor.

—¿Te rendiras tan fácil? Dejarías qué mi padre termine ganando y le inyecte otra dosis de Hasse a Owen y está vez si lo dejarás morir.

«Jamas»

En silencio por no tener respuesta dé mi parte sale de el compartimiento y cierra la puerta. Me quedó pensando cuánto tiempo les tomaría venir y se que muy pronto estarán aquí. Sonrió porque otra vez de nuevo me salgo con la mía

Vuelvo y repito el papel de víctima jamás se me dió y lo saco a relucir cuándo pasan los minutos lentamente. Se hace una hora exacta me encontraba sentada cuándo el piso vibra dé el proyectil qué sacude las instalaciones dé los italianos.

Escucho gritos y llantos y sé de dónde viene esa maldad , Christopher Morgan y Ilenko Romanov llegaron a terreno Italiano. Los temblores dé el suelo debido a los proyectiles son demasiados pero hago el esfuerzo por mantenerme firme y voy hacia la puerta y agarro de el suelo un pedazo de metal y cuando voy a estampar lo la puerta cede libremente.

«Damon la dejó abierta para mi»

La puerta es un pasillo infinito dé celdas y corro sobre ellas viendo los compartimientos si están las personas qué estoy buscando. No estoy armada, cruzo la esquina dé el pasillo cuándo escucho un sonido bajó y veo por el rabillo de la puerta el cabello a amarillo dé mi prima.

Azotó la puerta con la barra dé metal qué sostengo. Uno... Dos... Uno...Dos... La puerta cede y la imagen qué veo es tan asquerosa y sádica. Amelie en el suelo empapada de sangre en la boca y su cara, y con el cuerpo de un halcón con las tripas afuera.

—Oh por dios—gimo con el olor asqueroso qué emerge el cuerpo no se cuánto tiempo tiene encerrado con él.

Amélie se gira al verme y me sonrió mostrando los dientes. Sé levanta y se sacude cómo si así pudiese quitarse la sangre y el terror qué puede causar en cualquiera qué la viera.

—¿Papá trajo a chispas? Lo puedo sentir cerca —me pregunta.

—No sé a quíen carajos trajo pero hay qué irnos.

Salimos de la celda y mi acción queda suspendida cuándo mi cuerpo choca con el cuerpo dé el león albino qué es el triple de grande para poder entrar en la puerta. Me huele y me gruñe y luego cede a mi presencia y Amélie no duda en irse encima dé él. El pelaje dé el león está lleno dé sangré de los victimarios mientras qué ella camina hablándole a su león de todas las cosas que hizo estando un día en cautiverio con los italianos.

La lluvia de proyectiles se escuchan de los pisos dé arriba y me apuro por salir dé la zona con el corazón en las manos tratando de buscar a Owen pero no lo encuentro.

—lo llevaron a los laboratorios.—me dice.

Empiezo a correr tratando se encontrarlo o escucharlo cerca. Bajo los pisos de los laboratorios junto a él animal y Amélie y me encuentro con mi hermano en un laboratorio unisex. Está amarrado y tiene a una persona detrás, qué sostiene una jeringa de Hacoc.

—Me entierras esa cosa y te juro qué te vas a repentir toda la vida—amenaza al tipo—Volver dependiente a el hijo del el ministro no creo qué sea tan bueno.

Amélie le ordena a el león que salte sobre el autonegra, y salta con las patas hacía el espacio dé Owen y el cierra los ojos cuándo el león le come la cabeza devorándolo al frente dé nosotros.

—¡Milenka!—voy hacía él y Amélie me lanza un cuchillo qué encontró en las mesas y empiezo a desatarlo—Papa ya llegó.

Lo sacó y lo ayudo a levantarse y sé lleva a la boca un inhalador y quiero preguntarle quién sé lo dió pero el nombre viene a mi cabeza con la fórmula que tiene. Miles de preguntas cruzan mi cabeza pero no hay tiempo para nada.

Cruzamos las puertas dé el laboratorio, y recargo el arma qué tome dé el Autonegra es una Beretta. Vienen cuatro voyeikis y varios soldados dé la FMFE enviados por Christopher, al frente dé nosotros buscandonos y Amélie les ordena qué nos sigan y nos relpaden. Voy por lo mío, porque a mí nadie me jode ni me hace asimilar perdidas y por eso troto buscando mi objetivo.

Con el piso vibrando sobre éste, troto escaleras abajo y cruzo el umbral dé un compartimiento que tiene código binario. Me agachó sobre el panel de control y empieza la regresión dé el tiempo cierro mis ojos recordando las clases de Patrick con éste tipo dé dispositivos. Cuándo como si mi mente lo tragiera a él momento escucho su chillona voz.

—¡Chingados sus padres los van a matar!—nos dice y por primera vez me alegra tanto su personalidad metiche—Ustedes dos—noa señala—Casi hacen qué Christopher sé le caigan las pelotas cuándo se enteró qué el italiano los tenía, tuvo qué encerrar a Rachel qué estaba dispuesta a entregarse por ustedes tres.

Me apartó para qué vea el sistema y los decodifica rápidamente, lo empujó siendo la primera en entrar y veo el cuerpo de la persona convaleciente en el suelo y es algo claro qué yo jamás asimiló perdidas. Yo jamás pierdo a nadie.

—¿Tío Stefan, me escuchas?—Owen le pregunta y el asiente débilmente.

Le dispare a Stefan en el costado de el abdomen para qué no afectará ningún órgano vital, y el proceso dé desangrarse sea lento y poco. Le sonrió débilmente y el me regresa la sonrisa dé vuelta y Owen lo ayuda a levantarse.

Yo jamás pierdo a nadie.

—Princesa el BOSS nos pidió encontrarla el y el ministro están en un cara a cara con el italiano. Tenemos qué irnos—le pide y Amélie intercambia miradas conmigo —Esto empeorara.

—Llevatelo—le digo y le doy el cuerpo de Stefan y lo miro a los ojos y no deja dé repararme.

El sonido de los misiles es un desastres mis oídos cada vez sufren el sonido y las vibraciones qué emiten. Y Owen me sigue.

—Heredastes la tequedad dé Rachel y la inteligencia dé tu padre —me dice y ve a Owen y le dice—Tienes la humanidad dé Rachel y te ocultas sobre ella pero en realidad eres tan letal o peor qué  Christopher.

Un disparó me llega cerca de el muslo y me agachó cuando veo a un par de halcones enviados por Antoni. Me cubro sobre una pared de metal, apunto mi arma y dejo que Owen me siga. Me despido dé Amélie qué no deja insitir qué venga con ella dejo qué los soldados les disparen mientras huyó con Owen. Le pasó el arma mientras cubre el perímetro mientras corremos por las escaleras con prisa.

Veo cuerpos de toda clase, soldados, seguidores de la bravat, de el italiano. No me paró sigo corriendo cuándo llegó a las plantas principales y entró al mortal Cage qué es escenario de una masacre con cuerpos mutilados. Y cadáveres sin cabeza veo disparando a mi colega Harry Smitch qué no tarda en verme y trata de corre hacía mí cuándo arremeten en una patada contra él.

—Busca a Christopher —le digo a Owen y se niega en dejarme ir.—Anda estaré bien llévate el arma.

El halcón sé levanta con un cuchillo en mano. Tomo un tubo de de acero qué encontré en el suelo queriendo acabar con el martirio de una buena vez, le lanzó el primer golpe qué hace qué suelte a mi colega que se defiende con todo. Cae en el suelo y suelto el tubo. Lo ayudo a levantarse cuándo me grita que vienen dos más.

Atacó al qué se me viene encima mis años de preparación en la milisia salen a flote cuándo me aferró hasta el mas hilo pequeño de supervivencia. Con la furia qué emanó, estoy herida alguien me golpeó el abdomen y tengo ganas desde vomitar. Me hicieron dispararle a la persona qué me vió crecer y es algo qué jamás voy a olvidar. Traigo conmigo los ojos qué son capaces de calmar mis demonios.

Acabo con uno... Dos .. perdí la cuenta soy una máquina qué destroza todo el que pase a su lado.

—¡Milenka!—me llama—¡Ya murió joder! No sigas.

Harry Smitch me coge entre sus brazos y mr hace verle a los ojos, no tengo nada en contra dé él. Se qué siente cosas por mí cuándo me agarra dé el mentón y me besa la boca. La acción de separarlo queda suspendida cuándo, le correspondo el beso
Y pases su mano por mi cintura. Harry no es tan nada mal y ¿Un beso se le niega a alguien? La pregunta es ¿Quién no querría bésarme? Estamos en un mal momento pero no desaprovecha la oportunidad pará incluir su lengua en el beso.

Soy más rápida a la hora dé ver el reflejo qué sé cierne sobre la entrada y me está mirando de la peor forma. Rápidamente me separó dé él empujandolo cuándo un disparó resuena desde afuera de la jaula.

—¡SUELTA A MI HIJA, MALDITA PERRA!

El disparó le roza el brazo a Harry y de este empieza a brotar sangré. Siento el corazón latiendome con brusquedad sin poder hallar las palabras adecuadas con el hombre que tengo al frente.

El ministro le disparó a Harry y no halló lo que debería decir me trató de acerca a Harry cuando le baja la cara cuando Christopher entra hecho una hiena.

—¡Idiota casi lo matas!

—Señor yo...—baja la cara y Christopher espera qué yo haga lo mismo pero ni que me saquen los ovarios lo hago.

—¿Porque lo estabas besando?—me pregunta y trata de no sonar celoso—Milenka Morgan dime porque carajos estabas compartiendo gérmenes con el pelele esté. —lo señala.

Y no se qué es peor qué primero me este reclamando por lo qué vio y no por el hecho qué desafíe su orden viniendo aquí de todas formas en la boca dé Antoni Mascherano. Dejó de ver a Harry es el menor dé mis preocupaciones si no el hombre qué camina con mi un cavernícola.

—Dame tu placa dé teniente—me demanda en medio dé el camino y siento como si quisiera lanzarle una silla—Dame tú maldita placa de teniente y no sigas jodiendo.

—¿Qué pasa si no lo hago? —lo reto tranquilamente.

Pero en realidad estoy nerviosa, mentiría si dijese qué la FEFM se volvió parte dé mi vida, y no me vería trabajando en una oficina de empresas de los Morgan. Ni mucho menos sirviendo a la herencia de la abuela Harts en la cadena hoteleras. No me veo haciendo nada de eso nada más sirviendo a la milicia y poniendo el pecho. Toda mi familia pertenecio a la entidad y no planeo defraudar por los momentos ese legado. Cuando llegue el momento de engrandecerme, me posicionó en Italia como la Dama de la mafia pero todo a su momento.

—Te vas dé mis filas y te pongo a servirle sopa a los monos o lo qué quieras estoy dispuesto a comprarte una maldita isla y ya—me grita —Pero ya no, vas a seguir jodiendome con tus rabietas Milenka.

—¡Estás celoso!—le replicó.

Y ahí estábamos Christopher y yo en medio de los pasillos de el mortal Cage discutiendo qué me hiba a quitar la placa dé teniente y me hiba a enviar junto a Owen al culo dé el mundo. Normalmente las discusiones dé padre e hijas son en un sitio normal pero no era ni el momento ni la situación.

—¿¡Porque carajos lo besaste!?—empiezo a caminar ignorandolo y siento que me sigue atrás—¿¡Acaso no me tienes confianza para contarme las cosas!? ¿¡Cómo carajos llegastes aquí!?

—Le tengo confianza a todo el mundo menos a tí.

Veo como arruga las cejas y de nuevo por un momento maldigo porque se queda en silencio y es la faceta dónde nadie sabe realmente lo qué siente o si mis palabras le afectaron realmente. Caminamos en silencio la lluvia de proyectiles resuenan lejos. Pero aún así volteó atrás hayando una puerta de escapé mientras qué Christopher sé encarga dé hablar por el intercomunicador.

—Vamos—me indica qué avanze alante dé él y me niego—Entiende qué yo no soy tu jodido enemigo, jamás te odiaria y mucho menos necesito estar en contienda contigo. Esto es lo mejor para todos así retira las ideas estúpidas qué cruzan tu cerebro de nuez.

—Siempre hacés lo mismo imponiéndote sobre todos, pero té jodes conmigo. Todos menos yo —lo señaló —Todos menos yo Christopher Morgan.

Me doy la vuelta sus palabras cargadas de superioridad me causan repulsión y esto no es novedad para alguien cómo el. El arma sé la di a Owen vere como me las apañare para seguir el plan cuando siento qué la mano de Christopher me arrastra al suelo cuando aparecen por los compartimientos dos Halcones.

Se escabullen sobre las paredes y Christopher arremete contra ellos mientras me emerge atrás dé su pecho protegiéndome dé la lluvia dé balas qué le dan pelea. Los cadáveres baleados quedan a la vista y me toma dé nuevo de el brazo haciendome avanzar pero me opongo. No llegué aquí tan lejos sin poder hablar bien con Damon. Ya la maleta no tiene importancia solo necesito aclarar lo qué vine hacer aquí.

Me safo dé su agarré y emprendo la huida con Christopher persiguiendome atrás, subo las escaleras llamando su atención mientras grita mi nombre en medio de groserías. Me encuentro con una balacera y veo a varios de mis colegas. (Peyton, Abby,) y varios qué siguen en la disputa de ganar territorio.

La lluvia dé balas es fuerte y me toca esquivar varias balas cuándo trato dé correr hacía ellos. Visualizo a Rachel James en el mando de un grupo, y mi corazón se detiene cuándo me vé. Dejó qué me abraze y me bese la frente.

—Joder... joder ya no sigas Milenka creí morir cuándo te vi en esa jaula—me grita y las lágrimas amenazan por salir de sus ojos—Eres una guerrera pero ya no sigas tentando tu suerte, no permitiría jamás qué algo te sucediera.

Me ofrece una ametralladora y la tomó ayudando a cuidar el perímetro de defensa qué ya ganó la FEFM. Owen está más atrás ya no visualizo a Amelie y Rachel me dijo qué está en los pisos principales con su padre el ruso. Mi familia nunca toma descansó, tener le mando de poder es una constante guerra para no dejarselo quitar y qué te tomen de los cojones.

Rachel trata de hacerme preguntas pero en medio de la balacera es muy difícil hacerlo, le hago acopió a decirle qué estoy bien y no me hicieron daño físico.

Siento a mi mamá descomponerse a mi lado cuándo el líder de la mafia italiana lanza cerca de nosostros una granada. Ella me cubre tapándome la nariz. Pero es demasiado tarde empiezo a toser exageradamente y el humo llega a mis pulmones restandome fuerzas y varios soldados quedan así.

Alguien lanza otra granada pero a dirección dé ellos cuándo reconozco la voz qué avanza entre todos.

—¿¡Creistes qué no vendría por lo mío!?—le grita y la nueva contienda entre la seguridad de Christopher hace acto de presencia —Mios y dé Rachel James y de nadie más.

La balacera da inició y visualizo el único qué está disparando junto a los halcones es Doménico Mascherano. El ministro toma el mando dé la situación y ordena en los intercomunicadores qué vuelen dos helicópteros dispuesto a volar estás instalaciones. Me congeló en mi puesto y siento los brazos de Rachel pidiéndome qué evacúe. Todo está en ruinas hay escombros y cuerpos.

—Milenka vamos esté lugar ya no es seguro—escucho la voz dé Rachel

—No, me quedaré con ustedes.

No me dan tiempo de reaccionar cuándo una bala roza mí muslo y me roza ligeramente. La lluvia de proyectiles qué lanzó es hacía todos, contra todos. Ya no se quién es quién solo visualizo cuerpos caídos, y charcos dé sangré coro hacía el otro extremo dé el lugar. Me cubro sobre un escombro y hago acopió dé respirar profundo, ya no veo a nadie más qué mi propio reflejó sin saber qué decisión tomar.

Siento qué la sangré abandona mi rostro cuando me quedo sin municiones y tiro el arma al suelo.

—¡No más mandato Morgan!—escucho gritos.

La pesadilla vuelve a mi teniendo los ojos oscuros dé el demonio mientras batallo por encontrar la puerta quedandome paralizada en medio de la balacera.

—¿Necesitabas esto?—el italiano aparece por la puerta con una jeringa con el líquido qué necesitaba—Ven y búscalo.

Trató de correr hacía él, cuándo aparece Doménico Mascherano atrás de el líder. Y me congeló cuándo empuña el arma qué va a dirección hacía mi

—¡Milenka!—grita Rachel de la nada y...

Unos brazos me cubren por completo mandándome al suelo a la vez qué dos tiros me paralizan.

—¿Papi?—es lo único qué logro articular.

Absorbo la imagen por última vez dé sus ojos y reparo el sonido de los dos disparos qué lo hacen caer en el suelo, y hago acopió tomándolo desde las solapas dé su uniforme.

Un Morgan jamás sé derrite y nunca cae muchacha«Puede tener el puñal en la espalda o el tiro en él pecho pero no sé quiebra. Los quiebres solo dejan ver los miedos qué tenemos dentro »  Ya no sé quién soy exactamente o en quién me estoy convirtiendo o tal vez solo esto fué una fachada para esconder el verdadero demonio qué tenía dentro de mí,  grito hasta qué mi garganta sé desgarra con el dolor qué siento cómo si una parte de mí se estuviera desgarrando.

Caigo junto a él en suelo sopesando la imagen dé quién le disparó. «El disparó era para mí » y el lo recibió por mí observó el gris dé sus ojos y tiene la expresión dé témpano de hielo. Nisiquiera en el estado más precario deja de rendirle pleitesías a lo qué es. Por primera vez me rompo  no soy más qué un manojo de nervios.

—Papa levántate no sé que hacer—lo miró y solo escuchó el grito desgarrador dé Rachel a la vez qué escucho sus pisadas hacía dónde estoy.—Porfavor papá levántate.

—Milenka...

—¡Qué nadie sé acerqué!—les gritó —¡Si alguien sé acerca me los cargo a todo hijos dé perra!

No permito qué la guardía de Christopher sé acerca y pongo en telón todo, la dispuesta dé los italianos continúa y arrastró el cuerpo dé mi padre a una parte muerta de el lugar para salvaguardarlo, la herida sigue brotando sangré y soy manojo de temblores. Cuándo escucho el desgarrador grito de Rachel, Patrick quiere ayudar pero me niego, con el arma en mano.

—¡Los Morgan no se dejan vencer, y no sé dan la espalda!—le grito —¡Tienes prohibido rendirte, una bala no té va a acabar! !No debistes interponerte si era para mí era para mí!

—Escuchamé... —sangre brota dé sus labios—No té odié, jamás lo hize solo qué...

Owen no aparece y no sé donde carajos sé metió. Nadie se acerca solo estoy yo junto a él, y tiemblo nerviosa siento mis ojos ardiendo. Ya no sé quién es quién ni mido las consecuencias de lo qué acarreo todo ésto pero de algo estoy muy segura qué cuándo quiero hacer algo lo hago bien,y si querían asesinarme debieron haberlo hecho bien porque cuando se dejan daños colaterales se paga con creces.

Me jodieron, me jodieron y alzó el arma y empezó a disparar la lluvia de proyectiles hacía todos... Soldados dé la entidad, italianos, parte de los rusos... Ya no se en quién confiar, Permito qué Rachel se acerqué.

—Tengo algo qué hacer—le digo y se niega—Escuchamé Mamá debo hacerlo.

Christopher Morgan me enseñó muchas cosas y una dé ellas es qué cuando quieres hacer algo lo haces y solo tienes un intentó para lograrlo. Si fallas una vez atente a lo qué eso conlleva, por eso Antoni no lo hizo ni nadie lo hizo nadie sabe lo peligrosa qué puedo llegar hacer si me provocan.

Ninguno tiene los cojones para matar al padre dé Milenka Morgan Y Owen y eso lo demuestro cuándo bajo las escaleras dé dónde huyo Doménico Mascherano, élla sé me une a la masacre qué estoy apuntó dé comenzar y me lanza las cadenas qué empiezo azotar sobre el piso anunciando qué estoy cerca.

Visualizo más cuerpos desmembrados, sin cabezas, sin dedos sin ojos, sin nariz y no queda duda dé el nombre de quién hizo esa masacre en el piso. Ya decía dónde estaba, tengo encima los recuerdos dé Christopher jodiendome. Los cuerpos hacen un caminó hacía el objetivo, la dejó afuera y cuando abro las puertas.

Veo a Doménico Mascherano con un arma apuntandome.

—Dispara vamos—lo ánimo —Hazlo tuvistes una oportunidad y fallastes dándole al qué no tenías qué darle.

Hacé el movimiento para disparar y el cargador está vacío, maldice por lo bajó y preveo cuándo intenta lanzarme un golpe. Pero alguien detrás del el le lanza unas cadenas de hierro alrededor dé el cuello dejando en el piso tratando de huir.

—Hermano.—lo veo y le sonrió.—Al fin.

Su cabello está hecho un lío y tiene sangre por toda la ropa, está sudando y debido al éxtasis qué emana su cuerpo le da la bienvenida a la faceta qué saca a relucir. Puedo jurar qué tiene fiebre tiene la mirada turbia sus pupilas están dilatadas.

Doménico Mascherano se remueve en el piso y piso su mano con mi bota aplastándole los dedos qué trataron dé asesinarme. Owen lo arrastra sobre el laboratorio hasta qué llega a los pasillos arrastrando el cuerpo de el primo Mascherano, sigo a su lado y lo arrastra por las escaleras.

Repite la estúpida frase dé Muertes a los Morgan a sus hijos dé sus hijos, y sé qué si se lo entrego a la FMFE Christopher lo va a volver mierda. Y necesito hacerlo yo porque nadie me jode dos veces en la vida y no lo quiero muerto.

Siempre dije qué a los callados hay qué tenerles más precaución y siempre dude de el disfraz qué Owen le daba a todos dé el hijo benefactor y el único que no salió dé el gen dañado dé Christopher. Lo veo atar con las cadenas los brazos de el primos mascherano y agilizó ayudándolo.

Doménico queda atado a las cadenas no deja de gritar por ayuda, pero sus gritos son los único qué puede calmar los demonios qué piden qué su sangré sea el pago dé lo qué hizo con Christopher. Owen agarra su cuerpo lanzandolo a el segundo piso donde todo está sucediendo.

Rachel sigue con el Coronel y varios escoltas lo cubren de la balacera qué aún sigue y estoy viendo todo desde arriba con una superioridad qué saboreó hasta qué le hago señas a Owen que es hora dé soltar el cuerpo de Doménico Mascherano.

Doménico tiene cadenas sobre los hombros y pies y a la hora dé lanzarlo visualizo a Amélie qué jala la palanca qué abre paso a los gritos y sozollos dé el italiano. Todo queda en tela y Owen y yo somos los responsables dé qué el cuerpo dé Doménico quedé a la vista de los italianos y de la entidad.

Grita y llora y las cadenas empiezan jalandole las extremidades hasta qué poco a poco la sangré empieza a derramarse dé dónde está cuando las cadenas empiezan jalandole los muslos dejándolo sin piernas y un torso vacío y luego los hombros. Antoni me visualiza a la vez que lo hacen todos mis colegas.

—¡Muerte a los mascherano a los hijos dé sus hijos!—grita Owen enardecido.



En la vida tomamos decisiones qué cambian las riendas dé lo qué puede pasar y lo qué nunca sucede así cómo yo tomé la decisión dé subirme a ese avión y desencadenó muchas cosas y una de esas qué no espere fué el hecho de sopesar la casi muerte dé papá. Cómo nunca borraré dé las mentes quien me vieron romperme en llanto cuándo sucedió.

Leeo con atención el boletín Informativo qué afirma qué la misión dé rescaté fue un éxito y por la otra el ministro recibió un atentado, las declaraciones qué rendimos afirmaron qué fue un atentado cosa qué nadie quiere qué sepa qué esos disparos hiban hacía mí.

Guardó el papel en el bolsillo dé mi pantalón y visualizo a Christopher en costado dé el atril tiene el brazo junto al pecho vendado junto a Rachel. El evento es una conderacion hacía los soldados qué cumplieron con éxito la misión. Tengo a mi lado a Abby qué está feliz porque va a obtener una medalla más de astucia y compromiso. Mientras qué Owen y yo vamos ser ascendidos a capitanes dé la alta guardia.

Tiene exprésion dé fastidió total, dan paso a la conmemoración por los caídos.

Van pasando los soldados y Christopher se encarga dé entregarle sus medallas hasta qué se paraliza y permite qué Rachel sé acerqué y con una sonrisa en el rostro.

—Milenka Morgan por la valentía y astucia y compromiso qué haz demostrado atravez de lo largo dé tu carrera militar. Hoy té premiamos con el ascenso a capitána dé la alta guardia.—sonrio para la cámara y dejo qué me coloqué la medalla.

—Muchas gracias.

Hacen el mismo proceso o Owen y me enorgullezco dé ser buena en lo qué hago, el acto sigue y trato de no tener una cara de fastidio evocó todo lo sucedido después de la misión de rescate y el haber asesinado a sangré fría a Doménico Mascherano baje hacía abajo y le ofrecí la cabeza dé el sobrino a Antoni.

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