TRES MESES

By Lonely-Vampire

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Después del asesinato de los padres de Emma decide rehacer su vida en una nueva ciudad, entra a la universida... More

Prologó
I
II
III
IV
V
VI
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XIII
XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
XXIX
XXX

VII

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By Lonely-Vampire

Emma

Al pasar por la habitación de mi primo, me detengo al verlo enfrente del espejo.

—¿Vas a salir? —Pregunte frunciendo el ceño, era notable que apenas había salido de bañar, porque algunas gotas caían.

—Sí —contesta con una sonrisa.

—¿Con quién? —Pregunté alzando una ceja y recargándome en el marco de la puerta.

—Por el momento será secreto —dijo con una sonrisa de oreja a oreja—, ya me tengo que ir.

Rick salió de la habitación cerrando la puerta detrás de él, así que hay me dejo con la dudad de con quién salió esa noche, así que regresé a mi habitación y puse el seguro de la puerta, no me agradaba la idea de que estar sola en la casa.

Mis abuelos habían ido a visitar a una de mis tías, yo no quise ir por las tareas de la universidad, aunque ellos nos prohibieron salir, Rick no hizo caso y yo no quería que por mi culpa se le arruinara la noche. Empecé a sentir una ansiedad, sentía que en cualquier momento aquellos hombres que asesinaron a mis padres iban a entrar y terminar su trabajo conmigo. Así que le mande un mensaje a Sophie.

Yo: Hola Sophie, ¿Estás ocupada?

Me mordía el lado de las uñas esperando a que mi amiga me contestara, después de tres minutos ella me contesto.

Sophie: Salí a comer con Liam, ¿Pasó algo?

No quería que ella se preocupara, hubiera sido muy egoísta de mi parte haberle dicho que, si podía ir a mi casa para que no me sintiera sola, así que le mentí.

Yo: Solo quería preguntar algo sobre la tarea que nos dejaron, cuando tengas tiempo me mandas mensaje.

Solo me quedaba ver alguna película o serie, tenía que mantenerme relajada si no quería entrar en un ataque de pánico, y más estando sola. Estaba escogiendo que película ver cuando mi celular vibra, al checar veo que es un mensaje de Adam, habían pasado dos días cuando le entregue el saco, y habíamos estado mandado algunos mensajes.

Adam: ¿Qué estás haciendo?

Yo: Nada, creo que veré una película.

Adam: ¿No te gustaría ir a comer algo?

Me mordí el labio, no estaba segura si aceptar aquello, estar sola con Adam, el chico que todos en la ciudad lo tachan como uno de los peores, pero tampoco quería estar solo en la casa, además de que hubiera sido raro haberlo invitado estar conmigo, en mi habitación, los dos solos.

Yo: Claro, ¿A dónde?

Adam: Pásame tu dirección iré por ti.

Lo dude por un momento, pero al final le mande mi dirección, tuve media hora para cambiarme, estaba haciendo frio así que decidí ponerme un pantalón de mezclilla negro un poco ajustado, mis tenis Vans junto con un suéter de lana color rosa pastel, no me esforcé para verme "linda", ya me vio en pijama y no se trata de una cita.

Me puse un poco de maquillaje para tratar de esconder mi rostro de muerta, solo fue un poco de corrector para esconder las ojeras, poca sombra rosa, que apenas se notaba y el delineado, no utilice labial, íbamos a comer y no quería quedar toda manchada.

Después de media hora escuche que alguien toco la puerta de entrada, pase saliva nerviosamente, al abrir la puerta veo a Adam que estaba sonriendo, así que también sonríe de vuelta, tome mi bolsa y salí de la casa, me asegure de cerrar bien la puerta.

—¿A dónde vamos a ir? —Pregunte mientras caminábamos hacia su motocicleta.

—Va hacer una sorpresa —contestó con mirándome con una sonrisa.

—Espero que no sea un lugar en donde hay diferentes cubiertos y que cada uno es especial para cada comida.

—Como estamos vestidos no creo que nos dejen entrar —dijo al momento de ponerme el casco, como la primera vez que nos conocimos, pude ver que él traía puesto una camisa negra al igual que su pantalón, unas botas y para rematar, una chaqueta de cuero—. Te llevare a un mejor lugar.

Puse mis manos alrededor de su dorso, pero a comparación de otras ocasiones, esta vez no me sentía avergonzada, creo que por las dos veces que hemos estado en esta misma situación. Después de quince minutos llegamos a un restaurante de comida rápida.

—Espero que no seas vegana o vegetaría, porque si es así, la abre cagado por no preguntar antes —dijo al quitarse el casco—, si no te gusta, sin problemas podemos ir a otro lugar a comer.

—No soy ni vegana ni vegetaría, está bien comer aquí —conteste al quitarme el casco y le doy una sonrisa.

Al entrar nos dirigimos al mostrador a pedir nuestra orden, cuando estuvo lista nos la dieron y nos fuimos a sentar a una mesa que se encontraba cerca de los juegos para niños. Comíamos mientras hablábamos.

—Me gusta comer aquí —dijo Adam después de darle una mordida a su hamburguesa—, en especial las papas fritas.

Al verlo, parecía que estaba viendo un niño pequeño comiendo por primera vez una hamburguesa, la escena era muy adorable.

—De eso no tengo duda —dije con una sonrisa, la cual él me regreso.

—Parece que has cambiado un poco —dice él, fruncí el entrecejo, no sabía a qué se refería—, ¿Por qué has aceptado venir a comer conmigo?, no es que me esté quejando o que no me hubiera gustado tu compañía, pero es algo que se me hace raro.

—Tal vez te juzgue antes de tiempo, y creo que las personas merecen una segunda oportunidad —dije.

Aunque esa no era la verdadera razón, decidí no decirle que solo lo estaba utilizando para no estar sola, no quería que me juzgara y pensara que estaba loca por una estupidez, en ocasiones las personas son empáticos con otras personas al tener alguna enfermedad o trastorno mental.

—Bueno eso sí —contesto—, las personas siempre te juzgan antes de conocerte, es por eso que no tienes que creer en lo que dicen los demás.

—¿Tú que pensantes de mi cuando me conociste?

—Pensé que eras una niña mimada, que no sabía que es lo que estaba haciendo en un lugar de mala muerte, y más viendo carreras ilegales —sonreí al escuchar eso, por una parte, él tenía razón.

—Es cierto que no sabía que estaba haciendo en ese lugar, pero lo de niña mimada no lo soy.

—No me cabe duda, después de quererme romper la cabeza con un trozo de madera no creo que seas muy mimada chica Karateka —dijo con una sonrisa—. Entonces, ¿Cómo llegaste al Baby blue? —Preguntó Adam alzando una de sus cejas.

—¿Baby blue? —Pregunté confundida, no sabía a qué se estaba refiriendo.

—Es donde se hacen las carreras, se conoce así por un sujeto que siempre participaba y tenía ese apodo.

—Hubieran escogido otro nombre más bonito.

—Lo sé —dijo con una risa discreta—, no es el mejor.

—Bueno contestando tu pregunta, mi amiga Sophie me dijo que, si la acompañara a un lugar, le dije que sí, pero nunca pensé que sería ahí.

—Así ocurren los secuestros —bromeó él—, ahora te toca, ¿Qué pensaste de mí cuando me conociste?

—En primera que me estaban secuestrando —aquello hizo que él hiciera una sonrisa de lado —, también pensé que eras el típico chico engreído que cuando va en su moto acelera o hace un caballito cada vez que ve a una chica guapa.

—Como odio a esas personas —dijo Adam antes de darle un trago a su bebida—. Lo único que no encuentro sentido, ¿Quién fue el que te subió conmigo?

—Yo también me hago la misma pregunta, solo sentí que alguien me agarro de la cintura.

—Pero por algo pasan las cosas —levanté la mirada hasta cruzarme con la suya—, si no hubiera sido por esa ocasión no estaríamos aquí.

Sonreí de lado, él tenía razón, si aquella persona no hubiera hecho que me subiera con Adam, él y yo no hubiéramos estado en ese lugar comiendo una hamburguesa con papas fritas. En ese momento había olvidado las advertencias de Liam y Cris sobre él.

—¿Tienes que llegar a una hora en específico? —Preguntó, yo negó con la cabeza, mientras pasaba lo último que me quedaba de la hamburguesa—. ¿Te gustaría acompañarme a un lugar?

—¿A dónde? —Pregunté con el ceño fruncido.

—Es un secreto, ¿aceptas?

—Hace un momento lo mencionaste, así se hacen los secuestros.

—Cuando tuve la oportunidad no lo hice, ¿Qué te hace pensar que hoy lo hare ahora?

—En eso tienes razón —contesté con una sonrisa.

Todo el tiempo que había estado hablando con él no me había dado ningún indicio de que no podría confiar en él, además de que me sentía bien estar con Adam.

Salimos del restaurante y nos volvimos a montar en su motocicleta, él se alejaba cada vez más de la ciudad, hasta media hora después se detuvo en un mirador. Al bajarme y quitarme el casco pude ver las luces de la ciudad, se veía muy hermoso.

—Nunca había venido hasta aquí —dije mirando a Adam.

—Ven —dijo, lo seguí hasta que llego a una piedra grande, la cual estaba cerca de la orilla.

Adam escalo la roca, me extendió la mano para ayudarme a subir, así que la acepte, ya estando arriba nos sentamos a un lado del otro.

—En ocasiones vengo aquí, cuando quiero estar solo —Adam comentó, su vista estaba hacia las luces de la ciudad—, pero nunca está mal un poco de compañía—, él me volteo a ver con una sonría de lado.

—Lo entiendo, la vista de la ciudad desde aquí es increíble, pero, ¿las parejas no vienen aquí a hacer...?

—A tener sexo —dijo él con tranquilidad, sentí como mis mejillas se pusieron por lo avergonzada, creo que Adam tenía razón y era una niña mimada que no podía decir algo tan sencillo como eso—, no, este mirador es parte de la propiedad de mi padre, solo se puede llegar aquí en coche pasando una puerta, por donde vinimos es un atajo que hice.

—Es increíble que tengas este lugar para venir cada vez que quieras.

—Sí, es lo único bueno que me ha dado mi padre —comento un poco melancólico, era notable que algo había pasado entre él y su padre, pero decidí no preguntar, era algo que no me involucraba—. Pero lo mejor está detrás.

Con cuidad se dio la vuelta y después me ayudo hacer lo mismo, al voltear hacia el cielo puedo ver algunas estrellas y la luna, ya era de noche, sabía que no era tan noche por la posición de la luna.

—Tal vez no se vean bien, pero cuando se va la luz en la ciudad se ven mejor —comentó él.

—Hace mucho que no veía a las estrellas —mencioné.

Donde antes vivía se podían ver bien, pero en la ciudad era todo lo contrario, por la luz y la contaminación hacia que no se pudieran ver, era algo que extrañaba.

—La ciudad hace que no se vea absolutamente nada —dijo Adam volteándome a ver—, me gustaría ir a un lugar alejado de la ciudad para verlas mejor.

—Sería algo increíble.

Al voltearlo a ver, noto que se encontraba muy cerca de mí, podía oler su perfume con una mezcla de humo de cigarro, dé repente él me volteo a ver, nuestros rostros quedaron muy juntos, podía sentir su respiración, nos quedamos viendo a los ojos, podía ver un ligero brillo en sus ojos, era como si no importara nada. Él acomodo un mechón de cabello que me estorbaba detrás de la oreja, haciendo que sintiera un pequeño escalofrió recorrerme, estaba por acercarme más a él cuando mi celular vibró, rompiendo ese momento.

Me alejo un poco de Adam para sacar mi celular de la bolsa, al ver la pantalla veo una llamada entrante de Rick, así que contesto.

—¿Qué paso? —Pregunte un poco nerviosa, estaba por besar a Adam si no hubiera sido por la interrupción de mi primo.

—¡¿En dónde estás?! —Rick se encuentra gritando al otro lado del teléfono, sin duda tuve que haberle dejado un mensaje—. ¡¿Estás bien?!

—Rick, cálmate por un momento quieres.

—Está bien —escucho como tomo aire y después la dejo salir—. Ahora sí, ¿En dónde estás?

—Salí por un momento, ¿Ya estás en la casa?

—Sí, pero, ¿Estás bien?

—Sí, por casualidad, ¿no llamaste a los abuelos? —Pregunté, al saber que mi primo se altera demasiado, era seguro que les llamaría a ellos antes de mí.

—Claro que no —al escuchar eso solté un suspiro de alivio—, me hubieran preguntado en donde estaba y bueno, ya sabes, nos dijeron que no saliéramos y creo hubieran regresado y matado antes de que tu llegaras.

—No seas exagerado, ya voy a la casa —dije antes de colgar, al ver la hora maldigo mentalmente, ya pasaban de la una de la mañana, no me había dado cuenta.

—Al parecerse la chica Karateka no aviso antes de salir —comentó Adam con una sonrisa.

—Creo que no olvidaras eso.

—Obvio que no, creo que te queda perfecto —dijo Adam antes de bajarse, después me ayudo—, no todos los días una chica me quiere golpear con un pedazo de madera.

Aquello hizo que soltara una risa, regresamos a la motocicleta, pero esa vez pude sujetarlo con confianza. Al llegar a la casa de mis abuelos estaban a punto de dar las dos de la madrugada, esperaba que ningún vecino estuviera de chismoso viendo por su ventana y que después se le contaran a mi abuela que llegue noche y en compañía de un chico.

—Gracias por traerme —dije al extenderle el casco de vuelta.

—Gracias a ti por aceptar salir a comer algo —comentó Adam con una sonrisa—, espero que se vuelva a repetir —él se acercó hasta que sus labios quedaron cerca de mi oído, sentí una corriente eléctrica pasar por mi cuerpo—, creo que te estás esperando.

Volteé a ver y vi como Rick se ocultaba rápidamente detrás de las cortinas, sentí como mis mejillas se calentaban por la vergüenza.

—Adiós chica Karateka —se despidió Adam.

—Adiós —dije.

Espere a que Adam se desapareciera de mi vista para entrar a la casa de mis abuelos, en ese momento estaba segura que todas las cosas que decían de él eran posiblemente erróneas y equivocadas, Adam parecía ser una persona totalmente diferente a como las personas decían.


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