love ♡ paul mccartney

By cryloki

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❝que una rosa te pinche, no significa que todas lo harán.❞ paul y love se conocieron en el peor día de sus co... More

━━ intro.
𓏲 ࣪𓈒⋆ one.ㅤ
𓏲 ࣪𓈒⋆ two.ㅤ
𓏲 ࣪𓈒⋆ three. ㅤ
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𓏲 ࣪𓈒⋆ eleven.ㅤ

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By cryloki

─✾ and i love her ✾─

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liverpool, 1960

las mañanas en la casa de paul eran bastante ordinarias, pues su rutina se basaba en levantarse de la cama, ir a buscar algo en la cocina para desayunar, tomar una ducha, lavarse los dientes y listo. tenía más libertad de hacer lo que quisiera después de eso desde que terminó de estudiar; no había ingresado a la universidad debido a que decidió enfocarse un tiempo en la música con sus amigos, su padre lo apoyó y eso realmente iba de maravilla. él no se veía a sí mismo levantándose a las cinco de la mañana para arreglarse de forma rápida y alcanzar un autobús para ir al colegio, no quería esa clase de vida estudiantil estresante a sus dieciocho años.

normalmente se despertaba y levantaba por su cuenta a eso de las nueve, pero en ese momento eran alrededor de las once de la mañana y no había hecho ni el mínimo esfuerzo por quitarse las cobijas que lo cubrían. estaba tapado desde los pies hasta por debajo de la nariz para poder respirar de forma cómoda; quien lo viera, notaría que el chico portaba un semblante serio con las cejas un tanto juntas. de cierta forma, era una escena algo cómica porque no había despegado la mirada del techo en un buen rato, aunque para él aquello no provocaba la ni una pequeña risa en absoluto.

en su cabeza solamente merodeaban las palabras que leyó en el intento de carta que oliver había hecho hace dos días. aquello seguía provocándole náuseas, pero de alguna manera quería ingeniárselas para impedir que él le soltara alguna palabra sobre eso a love. de cierta forma, aquella idea sonaba bastante tonta debido a que se la había pasado dos días en aislamiento, ¿cómo sabía que aquel muchacho poco agradable aún no le había dicho todo a la castaña?

si él quería hacer algo al respecto, tenía que actuar de forma rápida, pues no le quedaba mucho tiempo tomando en cuenta que love dejaría liverpool muy pronto.

el pelinegro se sentó y miró su panorama: ropa desordenada, una guitarra mal acomodada sobre su escritorio, bolas de papel en un basurero, etc. en verdad que el lugar no era el más organizado, pero al menos tenía una cama donde dormir y no se quejaba.

el chico estaba a punto de levantarse, pero escuchó unos golpeteos en su puerta. con su voz le indico a la persona detrás de ella que pasara; su padre hizo aparición en su panorama visual, pero el mayor lo miró mal al notar el desastre que había en la habitación.

—tienes visitas. arregla este caos —dijo nada más y comenzó a cerrar la puerta para irse.

—¿quién es? —habló antes de que la puerta se cerrara por completo.

—una chica. le diré que suba en un par de minutos, espero que arregles tu cuarto en ese tiempo.

mccartney ladeó los labios en un gesto de disgusto y pereza. sin embargo, tenía que arreglar todo y aparentar que todo a su alrededor era normal. love lo conocía a la perfección y sabía que paul era una persona bastante organizada y perfeccionista, alguien que no descuidaría su ambiente y mantendría limpia su habitación. el muchacho se levantó de su cama y guardó su ropa en un par de cajones, no la dobló, pero al menos ya no se veía una montaña de prendas; parecía que aquello era lo principal si se trataba del desastre, así que no se preocupó mucho respecto al resto.

a sus espaldas, escuchó que la puerta fue abierta. una pequeña sonrisa se formó en sus comisuras, pues de cierta forma la presencia de su amiga siempre lo hacía sentir bien.

love taylor y su vibra inigualable, aquella que mejoraba el día de cualquier persona a quien ella le dirigiera tan solo una mirada o una simple palabra.

—es un milagro que vengas aquí —dijo el chico, estirando las sábanas de su cama—, normalmente soy yo quien llega de imprevisto hasta tu habitación y entra por la ventana. me parece sorprendente tu presencia en mi casa, love.

—paul —la voz de la chica hizo que el mencionado juntara sus cejas. seguido de eso, el muchacho volteó a verla hasta toparse con su figura; una mirada de desilusión se manifestó en su faz—, soy dot.

la joven y enamorada dot: la chica que buscaba la mínima atención por parte de paul. claro, era una buena y humilde persona, pero el interés amoroso de mccartney jamás estuvo en ella; solamente la veía como una agradable jovencita.

—oh —su cabeza estaba aterrizando en la realidad. creyó por un momento que love se había preocupado por él y lo había ido a buscar hasta su casa, creó en su mente en un tiempo muy corto la fuerte idea de que la chica más importante para él lo había ido a visitar—, lo lamento —parpadeó varias veces seguidas—. ¿qué te trae por aquí?

dot notó cómo su aparición no era lo que paul esperaba y se sintió mal por ello, pero no lo culpaba, no eran lo suficientemente cercanos como para que ella lo fuese a visitar. después de la pregunta de paul, la jovencita arregló su compostura y trató que su voz sonara como si todo estuviera en orden.

—no te había visto en algunos días y me pareció buena idea visitarte.

—¿cómo sabes exactamente en dónde vivo?

no recordaba habérselo dicho en algún momento, ni siquiera tocaban temas tan personales durante sus cortas pláticas.

—george me lo dijo hace un par de días.

a decir verdad, eso tenía bastante sentido. los dos chicos eran vecinos y convivían a pesar de la diferencia de edad, incluso se podría decir que ella se llevaba mejor con él que con paul.

—o sea que si alguien me odia y acude a george, será muy fácil que esa persona descubra mi domicilio exacto y pueda atacarme —bromeó en un tono tranquilo, haciendo sonreír a la muchacha.

—sí, creo que deberías hablar con él si se trata de cosas tan personales.

—podrían asesinarme gracias a él mientras se la pasa comiendo alguna
golosina, ¿verdad?

dot se encogió de hombros con una sonrisa. por otro lado, paul tomó asiento en su cama.

—hablando de eso, esto es para ti —extendió hacia paul un contenedor de plástico con tres cupcakes de chocolate que ella misma había hecho. él no se había percatado de aquella hasta que dot los alzó.

—no te hubieras molestado.

—no es nada, sé que te gustan los postres y decidí hacer estos para ti. habría traído otro, pero se lo ofrecí a tu padre antes de subir aquí.

—hablo en serio, no te hubieras molestado. prefiero los de fresa, el chocolate me empalaga demasiado —confesó en un tono de broma, haciendo que dot no le tomara seriedad a sus palabras y se echara a reír con su forma de ser. aunque paul había hablado con franqueza, pero a la vez lo dijo en ese tono para no ponerla triste o incómoda—. gracias de todos modos.

parecía irreal, pero con aquel lindo gesto la chica había mejorado un poco el estado de ánimo de mccartney.

después de sonreír como una nena enamoradiza, dot comenzó a caminar lentamente hacia él mientras le contaba con entusiasmo algunos detalles de lo que ella preparó.

—mira, este tiene chispas que compré ayer en la tarde en la dulcería de la otra calle, son muy ricas —abrió el contenedor y señaló uno de los cupcakes—; este de aquí tiene algunas fresas y duraznos, a fin de cuentas inconscientemente agregué tu sabor favorito, ¿cierto? —paul soltó una pequeña risa mientras observaba y escuchaba atento—; y el último tiene glaseado que mi abuela me enseñó a hacer, también está relleno con el mismo, está hecho de...

dot tropezó con una caja que yacía en el suelo, haciendo que el último cupcake cayera directo en la camisa blanca de paul. si el causante de aquello hubiese sido otra persona, él quizá se habría molestado bastante, pero —lejos de eso— simplemente quedó observando la gran mancha de glaseado que había en su camiseta nueva.

el pelinegro simplemente se había congelado en un pequeño trance en donde solo existía él. parecía que aquel cupcake lo había sacado de su órbita y encerró en una burbuja que decía en sus paredes en tinta roja “actúa o él lo hará primero”... en fin, crisis existenciales que le llegan de imprevisto a cualquier persona en plena juventud.

—¡discúlpame! —la voz de dot lo sacó de su pequeño trance.

paul frunció el entrecejo, regresando a su realidad. le brindó una mirada tranquila a la muchacha para que se calmara.

—no pasa nada, fue mi culpa por dejar la caja allí —de pronto, llevó un dedo hacia el glaseado en su camiseta y después lo introdujo en su boca—. de hecho sabe bastante bien.

—debes cambiarte de inmediato —se sentó rápidamente al lado de paul y colocó el glaseado a su otro extremo. la joven divisó una camiseta negra del otro lado de la cama y se estiró para tomarla— debes cambiarte cuanto antes —repitió cuando vio que paul no hacía nada—, sino el glaseado se traspasará y tú quedarás sucio, además no podrás limpiar eso fácilmente si pasa mucho tiempo.

¿cuál fue la respuesta de paul? simplemente demostrar confusión al no comprender las palabras que dot soltaba rápidamente. la muchacha soltó un quejido al notar que no le había entendido y decidió actuar por su cuenta y ayudarlo.

dot tomó la parte de abajo de la camisa sucia de paul y la llevó hacia arriba con la finalidad de quitársela —ella misma la limpiaría para enmendar su error— y ante tal acción el pelinegro por fin entendió a qué se refería, entonces decidió dejar manipular su cuerpo y alzó los brazos cuando la camisa estaba por salir. la camiseta se atoró en su barbilla cuando faltaba muy poco para que saliera, por lo que dot utilizó un poco más de fuerza. la respiración de mccartney comenzaba a acelerarse.

pero su corazón empezó a latir con más fuerza cuando escuchó que alguien había abierto su puerta. sintió su sangre helarse al imaginarse a su padre viendo dicha escena y él no sabía cómo explicar la situación de una forma que lograra convencerlo de que la escena que sucedía no se trataba en absoluto de lo que parecía.

cuando dot por fin pudo quitarle la camisa a paul, él notó que no era su padre quien observaba dicha escena.

love se quedó estática en su lugar, completamente sorprendida de encontrar a paul y dot en esa situación. una extraña sensación recorrió cada rincón de su cuerpo y alma, haciendo que se arrepintiera al instante de haber entrado a la habitación sin tocar la puerta.

mccartney vio el pequeño estado de shock de la castaña y sintió una vergüenza incomparable. sentía que debía dar una explicación concreta de los hechos, pero los nervios empezaron a comérselo vivo cuando vio como love tenía todas sus palabras atoradas en su garganta, provocando que se quedara boquiabierta.

incluso él se quedó en el mismo estado, hasta que love por fin reaccionó y negó rápidamente con los ojos cerrados a la vez que retrocedía.

—perdón por interrumpir —salió de la habitación—. ¡no creí encontrarlos en una situación como esta, de verdad lo siento! —habló con un tono de voz alto al estar en el pasillo.

—¡no! —paul tomó la camiseta negra que dot había encontrado— ¡no sucedía nada, te lo juro!

la acompañante de paul entendió el lo que love creía y la vergüenza no tardó en apoderarse también de ella. se quedó callada, observando con su mirada asustadiza cómo el pelinegro iba detrás de taylor.

sí, siempre iría detrás de ella sin importar la situación.

—no, hablo en serio —eleanor aceleró sus pasos cuando escuchó los de paul aproximarse a ella—, sigue en lo tuyo. no debí llegar sin previo aviso, estás en tu derecho de tener momentos íntimos con tu novia; siemplemente debí decirte por teléfono que vendría a verte.

paul detuvo sus pasos por un par de segundos, confundido.

—¡ella no es mi novia! —continuó su camino detrás de la chica.

el padre de paul no estaba en la sala y el pelinegro se sintió aliviado. seguramente había salido y podrían hablar al respecto con más tranquilidad.

¿hablar al respecto era una opción? parecía que no, pues love salió de la casa de forma veloz, completamente avergonzada de ella misma por interrumpir y entrar a la habitación sin previo aviso.

—solo quería saber cómo estabas, pero creo que estás bastante ocupado —giró a verlo—. no me mal interpretes, me parece muy bien que pases momentos así, de hecho es una necesidad humana y entiendo que es saludable, pero...

—¡no estaba a punto de follar con dot, créeme!

una señora que estaba paseando con su pequeño hijo se exaltó ante las palabras de james y aceleró su paso con la esperanza de que el nene no escuchara más al respecto.

esa es la típica excusa que da alguien de dieciocho años cuando alguien lo atrapa en una situación pre-íntima, razón por la cual love no sabía si debía creerle o no.

—yo... uhm —la chica sentía unos nervios inmensos y no podía articular bien lo que iba a decir—, pues... ¡ah! ¡lo lamento!

love abandonó el lugar a paso veloz para evitar seguir hablando de eso, dejando a un paul bastante preocupado y arrepentido de haber permitido que su mejor amiga viera esa escena.

una nueva crisis había azotado su cuerpo y cabeza. paul caminaba de un lado a otro, pensando en todo lo que había sucedido y en las consecuencias que aquello podría provocar en su relación con love en un futuro no muy lejano. comenzó a morder sus uñas en una acción de inseguridad a la vez que pensaba cómo poder arreglar el asunto.

no se dió cuenta de que dot estaba acercándose a él y se exaltó cuando ella le habló.

—¿paul?

—¿qué?

—me siento muy apenada de la situación —no lo parecía, pues lucía bastante tranquila—. ¿hay algo en lo que pueda ayudar?

el pelinegro negó.

—love cree que eres mi novia y no dejará esa idea atrás en un muy buen tiempo.

la de menor estatura sintió cómo sus mejillas se sonrojaron por la situación.

—y... ¿eso es malo?

paul posó su profunda mirada en los ojos castaños de dot.

—querida, eso es falso. los mal entendidos son la peor cosa del universo.

dot bajó la mirada con cierta pena y decepción, pero paul no pudo notarlo gracias a su caos interno.

—¿hay algo en lo que te pueda apoyar?

gracias a la situación de los últimos minutos, se había ido el buen humor que la muchacha le había traído a paul; quería maldecirse, maldecirla y maldecir a todo y todos a su alrededor.

sin embargo, controló los malos pensamientos que lo agobiaban. no iba a permitirse ser prisionero de su inestable mente y detrás de un pesado suspiro, dijo:

—puedes cerrar la puerta de mi casa con seguro, tengo algo pendiente que hacer.

mccartney se echó a correr sin importarle dejar atrás repentinamente a la joven que lo quería. después de ese embrollo que involucraba a dot y a su mejor amiga, paul por fin se dió cuenta de algo sumamente importante que cambiaría el resto de su vida.

aunque quisiera ocultarlo incluso para sí mismo, amaba a love profundamente. no quería perderla y siempre correría millas detrás de ella si era necesario con tal de alcanzarla.

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