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Tn POV
El lunes estaba de un humor específicamente irritable.
El día anterior había estado enferma todo el día y como tengo mala suerte, nadie estaba en casa.
No había siquiera esperado a que los demás llegan por lo que entré a la escuela y luego me dirigí a mi salón de clases.
Me senté en el fondo del salón y me recosté en la mesa. Me había sorprendido ver como todo el salón estaba casi lleno.
Cerré los ojos y suspiré pesadamente porque acababa de recordar que esta clase la compartía con Richie.
Me pasé una mano por la cara y luego me enderecé, el salón terminó de llenarse pero la maestra aún no llegaba.
Sentí a alguien sentarse junto a mi y ni siquiera tuve que voltearme para saber de quien se trataba.
- ¿Podemos hablar? - Preguntó Richie.
- ¿De qué tendríamos que hablar? ¿No me volteas ni a ver durante dos semanas y ahora quieres venir y hacer como que nada paso? - Respondí mirando al frente.
- Por favor, es importante - Insistió y yo rei falsamente.
- Es importante - Repetí burlona - Pero parecía que ignorarme fue tu prioridad estas semanas.
- Vamos Tn - Continuó e intentó tomarme una mano.
- No me toques - La aparté y me levanté.
Lo miré fijamente y él se veía confundido, me acerqué a él apoyando una mano en la mesa y otra en la silla.
- No creas que te voy a recibir con los brazos abiertos como si nada hubiera pasado - Susurré - Me ignoraste tan pronto como me dieron de alta para juntarte con ella.
- ¿Me dejas explicarte? - Se acercó a mí, tanto que nuestras respiraciones chocaron.
- ¿Explicarme qué? - Pregunté con ironía - Me ignoraste, te juntaste con ella sabiendo que me odia, te alejaste de tus amigos y... ¿Ahora quieres volver como si nada? Lo siento, pero conmigo no va a ser así.
Me di la vuelta dejándolo con la palabra en la boca y me senté en el único lugar vacío que quedaba, porque era junto a Gretta.
- Que sorpresa verte aquí - Habló ella - ¿Problemas en el paraíso?
- Siempre hay problemas, esta vez es una guerra fría - Respondí y la maestra llegó por lo que saqué mi libreta.
- ¿Y quién va perdiendo esa guerra? - Cuestionó ella en un susurro.
- En la guerra no hay ganadores ni perdedores, sólo hay sobrevivientes y la que la está sobreviviendo soy yo - Hablé y la clase comenzó.
No hablamos más durante la clase, pero a decir verdad, su presencia no era nada incómoda.
...
Cuando era hora del almuerzo salí del salón en dirección a mi casillero para guardar algunas libretas y luego sí dirigirme en dirección al comedor.
Guardé unas dos libretas y alguien cerró con fuerza la puerta, miré a mi lado y vi a Lilith.
- ¿Qué quieres? - Hablé sin mucho interés.
- Eres una idiota - Me miró molesta.
- Ok, ¿Algo más? - Pregunté y ella se acercó a mí.
- Tú le dijiste a tu novio que se acercara a mí y luego me botara, ¿no? - Reí incrédula - ¿Te causa gracia?
- Toda tú me causa gracia. Yo no le dije nada, si él lo hizo fue por voluntad y que lastima que te haya botado, seguramente lo aburriste - Respondí sonriendo.
- Eres una...
- Ay por favor - La interrumpió Gretta y yo volteé en su dirección - No hay ningún insulto que ell no haya escuchado, no le afectan.
- ¿Por qué te afecta? - La cuestionó Lilith.
- Porque vienes aquí con tus aires de superioridad a pordebajearla y creeme estúpida, no tiene sentido que lo hagas - Sonreí cuando dijo eso - Largate.
Lilith nos miró a las dos con odio y luego se fue.
-Gracias - Miré a Gretta.
- No hay de que, es lógico que te aborrece - Asentí - Te tengo una propuesta.
- ¿De qué se trata? - Pregunté y ambas comenzamos a caminar.
- Hagamos una alianza - La miré - Claramente ella odia a todo el mundo pero en especial a ti y ahora supongo que a mí así que...
- Quieres que nos unamos para bajarla de su nube - Terminé por ella cuando entendí su idea.
- Exacto, ¿Qué dices Denbrough? - Nos detuvimos y quedamos cara a cara.
- Digo que acepto - Estrechamos nuestras manos.
Seguimos caminando hablando de algunas cosas relacionadas con las clases, aunque en ocasiones nos desviabamos del tema para quejarnos de Lilith.
Al entrar en el comedor era de esperarse que todas las miradas se posaran en nosotras, era lógico, el año pasado nos peleabamos cada tres días.
- Nos vemos Denbrough - Se despidió para luego irse a una mesa.
Me acerqué a la que siempre ocupabamos con los demás y me senté.
Todos me miraban con confusión y creo que sorpresa.
- ¿Qué? Hablen ahora - Dije pasando mi mirada por todos.
- Estabas con Gretta - Asentí por lo que dijo Eddie.
- ¿Qué tiene? - Cuestioné.
- Nada, además de que hace un año se mataban con la mirada - Respondió Bill - ¿Qué te pico?
- No me pico nada. Además, es agradable - Me miraron incrédulos.
- Estamos hablando de Gretta, Tn - Habló Beverly - Ella no es alguien que se pueda llamar agradable.
- Conmigo lo ha sido - Respondí.
- ¿Qué hay de Richie? - Miré a Stan.
- ¿Qué con él? - Cuestioné.
- Pues para ninguno de nosotros es un secreto que las cosas entre ustedes están tensas - Respondió encogiendose en su lugar.
- Sí, llevan días sin hablar - Concordó Ben.
- Y últimamente no es porque él no quiera, es porque tu lo evitas - Miré molesta a Bill.
- ¿Y qué quieren? Que después de dos semanas sin voltearme a ver le extienda los brazos porque ya se le dio la gana de volver a acercarse a mí - Me miraron sorprendidos.
- ¿Pero qué está pasando entre ustedes? - Cuestionó Ben - Ya no los vemos igual que antes.
- Es porque no lo estamos, ¿de acuerdo? - Respondí - Él se ha portado como un idiota y yo no estoy desesperada porque me mire, así que si quiere que nos arreglemos que de verdad se esfuerce - Hablé con la respiración acelerada.
- ¿Cómo si tu lo evitas? - Preguntó Bill.
- Pues parece que lo único que el intenta decirme es "¿Podemos hablar?" - Respondí - Que piense bien lo que me va a decir la próxima vez.
No dije más y me levanté para irme completamente molesta.
Me enojaba que se pusieran de su lado, porque claro, es hombre y comete sus errores. Pero si yo intentaba darme a respetar es porque lo estaba evitando y porque no me interesa hablar con él.
Era la primera que quería explicaciones, pero no las iba a aceptar si él no se esforzaba en lo más mínimo.
...
Durante los siguientes días no hubo un gran cambio, ni siquiera lo hubo para ser honesta.
Claro, los perdedores me decían que no me convenía juntarme con Gretta pero no veía el problema.
Richie cada vez que se acercaba a mí preguntaba si podíamos hablar. Comenzaba a desesperarme porque no se le ocurría alguna otra cosa para decirme.
Me conformaría con un "Te debo explicaciones, por favor hablemos y dejame aclararte todo", tal vez así lo escucharía y podríamos intentar arreglar todo.
Ya casi se acababan las clases porque estábamos en la hora del receso y estaba demasiado sorprendida por no haber visto a Gretta hoy.
Detestaba que aveces estaba a nada de flaquear para acercarme y hablar con Richie, pedirle que me explicara el por qué de todo pero me resistía.
Entré en el comedor y me senté junto a los demás para comer algo y de paso hablar un rato.
- Tn - Miré a Bill - ¿Qué te hiciste en la oreja?
Abrí los ojos. Justamente hoy había decidido recogerme el cabello y por ende, el arito era visible.
- Lo tengo hace como una semana - Respondí dandole un sorbo a mi jugo.
- ¿Es real? - Beverly se acercó para verlo bien - Es genial.
- ¿Te digo a quien no le parecerá genial? - Volví a mirar a Bill - A mi mamá.
- Ya sé - Respondí - Pero mi me gusta como se ve.
- ¿Te lo cuidas bien? - Cambié mi mirada hacia Eddie - Si no lo haces se te puede infectar.
- Relajate, estoy bien - Hablé negando con la cabeza.
- ¿Cómo te pudiste hacer eso sin un adulto? - Cuestionó Ben.
- Me llevó suplicar mucho, pero lo conseguí - Sonreí inocente.
- Eres muy persuasiva - Habló Stan y asentí.
- La verdad es que sí - Me encogí de hombros y volví a beber de mi jugo.
Pasamos el resto del receso hablando y me alegró que ninguno haya tocado el tema de Richie, porque, comenzaba a fastidiarme.
- Voy a tirar esto - Señale la caja de mi jugo.
Me levanté y caminé en dirección a la basura para tirarlo.
Una vez lo hice iba a volver pero sentí un empujón por la espalda que casi me hace caer.
Me di vuelta suponiendo quién había sido y al darme que sí era Lilith suspiré.
- ¿Qué? - Pregunté cruzandome de brazos - ¿Sigues ardida por lo de hace tres días?
- ¿No puedes defenderte sin tu amiguita Gretta? - Se burló y yo rodé los ojos.
- Me puedo defender muy bien yo sola, tu por el contrario, siempre atacas por la espalda - Respondí y no necesitaba mirar a los lados para saber que todos los ojos estaba sobre nosotras.
- Siempre con tus idioteces - Reí falsamente cuando dijo eso.
- Te duele que diga la verdad, por eso lo dices ¿No? - Se acercó a mí molesta pero yo no me moví ni un centímetro.
- Cierra la boca - Demandó y yo suspiré.
- No te estaría hablando si no me hubieras empujado - Me encogí de hombros.
- Tienes la lengua bastante larga para decir eso, tal vez por eso tu novio se aburrió de ti - Abrí los ojos enojada.
- Retractate - Exigí entre dientes e intente no perder la paciencia.
- ¿Por qué crees que se comenzó a juntar conmigo? - Me provocó y yo apreté los puños.
- Por lástima, ¿Tal vez? - Respondí y ella sonrió.
- No, esa era la razón por la que estaba contigo - Tensé la mandíbula - ¿El ratón se te comió la lengua?
Mi paciencia había llegado a su límite y estaba por abalanzarme sobre ella cuando me tomaron de la cintura y me apartaron.
- No, no lo vale - Habló Richie y lo miré - Ella no lo vale.
- ¿Qué no te puedes defender sola? - Me siguió provocando y Richie me soltó ara acercarse a ella.
- Ella se puede defender perfectamente sola, pero no voy a dejar que se rebaje a tu nivel - Le respondió.
- ¿Ahora si le vas a prestar atención? - Lo cuestionó burlona.
- Mi atención nunca le ha faltado, no te confundas, que haya sido amable contigo no quiere decir nada - Le aclaró y yo fruncí el entrecejo confundida.
- Eso no parecía hace dos semanas - Insistió ella.
- Que hayas malinterpretado todo no es mi culpa - Ella abrió los ojos - No soy idiota, sabía de tus intenciones y no tienes idea de cuánto odio no haberte puesto un alto.
No la dejó seguir hablando porque me tomó de la muñeca y ambos salimos del comedor para luego entrar en un salón.
- ¿Qué fue eso? - Cuestioné.
- Mira... - Me tomó de las manos - Me he portado como un imbecil contigo y no te lo mereces y claramente mereces explicaciones, y te las voy a dar, lo juro.
- ¿Y qué me piensas explicar? - Volví a cuestionar.
- El por qué me alejé de ustedes para juntarme con ella - Respondió.
- ¿Y cuál es la razón?
- Yo... Yo quería saber si ella había sido quién te dio el veneno - Abrí la boca - Tal vez si me juntaba con ella podría obtener un indicio para poder culparla.
- ¿Y no pudiste decirnos? - Pregunté y solté sus manos para cruzarme de brazos.
- Sé que la cagué, pude decirles pero no lo hice y lo peor es que quise fingir que no exisitias para estar completamente concentrado en lo que me había propuesto - Explicó.
- Y cómo... ¿Cómo explicas el beso? - Pregunté con la voz cortada y él se pasó una mano por el cabello - No quiero que me digas que eso lo planeaste.
- No, no lo hice y no tenía idea de que tu lo habías visto - Me miró.
- ¿Entonces?
- Ella lo hizo, me tomó desprevenido y...
- Pero no te apartaste de inmediato - Lo interrumpí elevando la voz - Te quedaste ahí como una jodida estatua.
- Sí me aparte - Habló y yo fruncí el entrecejo aún más confundida - Me tomó por sorpresa y yo tardé en reaccionar, pero me aparte. Marqué distancia y le aclaré que yo tengo novia y que jamás la dejaría por alguien a quien acabo de conocer - Me explicó.
- ¿Tienes idea de lo que sentí al ver eso? - Pregunté - ¿Las lágrimas que derramé? - Él negó con la cabeza mirando el suelo - Eddie me consoló, él me vio llorar durante horas y no me dijo nada.
- Ese enano es todo lo que uno quiere como amigo - Habló y asentí.
- Fue mi paño de lágrimas - Apreté los labios - Me sentía tan maldita mente sola durante esos días, lloraba porque ni siquiera me volteabas a ver - Confesé con los ojos cristalizados.
- Perdoname, de verdad, perdoname - Se acercó a mí y me abrazó - Soy un idiota en toda la palabra, no debí hacerte pasar por eso.
- Pero lo hiciste - Hablé intentando no llorar.
- Y nunca más lo volvería a hacer - Lo miré - Te lo puedo jurar.
- No sé si me puedo confiar - Confesé y una lágrima se deslizó por mi mejilla.
- Solo dame una oportunidad y si la cago, no te pediré otra más - Me limpió la lágrima y me sonrió.
- ¿Lo prometes? - Pregunté con una gota de esperanza.
- Te lo juro - Besó mi frente.
- Una oportunidad más y la última - Asintió y luego sonrió.
Le devolví el abrazo y recosté mi cabeza en su pecho.
No sabía si estaba cometiendo un error, pero me arriesgaría a eso.