Los años sin tí ~ NamMin

By dimplesbk

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Una promesa que no se puede romper y un amor que sobrepasa la barrera del tiempo. More

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By dimplesbk

Ya estaba todo dicho, Jimin había invitado a cenar a Kim Namjoon como disculpa por su actitud de la noche anterior, era un mar de nervios pero puso todo su esfuerzo para realizar una cena digna del hombre.

Puso manos a la obra y mientras tomaba todos los ingredientes que iba a usar, un vídeo se reproducía con el paso a paso de la receta. Jimin observa a la mujer en el vídeo sin querer perderse de nada. En el fondo quiere agradar al hombre pero no entiende por qué.

— Jimin por favor, cálmate — se decía mientras se limpiaba el sudor al cortar uno de los vegetales. Retrocedía una y otra vez el vídeo en su aparato electrónico para hacer todo tal cual la receta. Al cabo de una media hora, todo estaba listo y la pieza de carne con vegetales estaba en el horno.

Había puesto el temporizador para evitar que se pasara la cocción y entró a tomar un baño. Colocó sales en la tina cuando había terminado de llenarla. Tocó el agua y estaba cálida, cómo a él le gustaba, llevó su teléfono y colocó una playlist de R&B y se quitó la ropa para sumergirse por completo en el agua.

Jimin no puede describir las sensaciones que le causan estar ahí recostado en el borde con su cuerpo hundido, cerró los ojos y se sentía tan bien que se quedó dormido. Los minutos transcurrían y lo que lo despertó fue el timbre. Salió rápidamente de la tina, fijándose en la hora, se sorprendió pues había dormido una hora entera y al parecer Namjoon ya se encontraba afuera.

El chico se colocó la bata y secó un poco el cabello para no mojar el piso y aún adormecido, abrió.

— Buenas no-

— Pasa, me estaba dando un baño, pero llegaste temprano.

— Son las 8... No sabía a qué hora sería la cena.

— Oh sí, no hay problema, ya está lista... ¡La cena, la carne! — Jimin dió un salto y dejó al hombre en la entrada para salir corriendo hacia la cocina, pues había olvidado por completo que tenía el horno encendido. Al abrir se llevó la sorpresa de que la pieza de carne estaba deshidratada y casi quemada. El chico pataleó como un niño pequeño y al girarse, Namjoon estaba detrás de él con los brazos cruzados mirando la escena con diversión.

— Así que... ¿No hay cena?

— Lo siento tanto, Namjoon... Me quedé dormido y se pasó la cocción. Lo he arruinado — se disculpaba Jimin con pena.

— ¿Me permites?

— ¿Eh? — Jimin asintió y Namjoon se tomó el atrevimiento de coger varios vegetales más del refrigerador, una pieza de salmón y se puso a cocinar. El chico lo seguía con la mirada y en silencio, ver al hombre cortar con delicadeza todo y hacerlo tan preciso, como todo un profesional, hizo que algo se removiera en su interior. Jimin pensó que el tipo en su cocina lo sabía hacer todo.

— Ve a vestirte, yo termino todo aquí — habló Namjoon con mucha suavidad y Jimin asintió y corrió escaleras arriba para cambiarse. Una vez solo Namjoon soltó un suspiro, se apoyó en el mesón, había aguantado demasiado las ganas de abrazarlo, Jimin era hermoso, con su cabello húmedo y su piel blanca. Namjoon cree que se puede volver un loco tan solo de verlo.

Al cabo de unos minutos Jimin estaba vestido y aunque muerto de la vergüenza, se ofreció en ayudar.

— ¿Puedo hacer algo? Yo fui quien te invitó y lo estás haciendo todo.

— No tengo problema, es un placer. Pero si deseas, corta estas cebollas.

Jimin tomó el cuchillo y puso manos a la obra, pero no sabía exactamente cómo hacerlo, no suele cocinar seguido, Namjoon vio que el chico estaba batallando con aquellas cebollas, que se colocó detrás de él para sostener el cuchillo y mostrarle cómo.

— Así, corta despacio — guiaba el hombre con su mano sobre la de Jimin, el tacto era tan cálido que el chico se estremeció en su lugar, había una atmósfera de intimidad que no había sentido por mucho tiempo, el hombre le transmitía tanta paz y seguridad como si lo hubiera conocido desde siempre, minutos después, Jimin pudo terminar su labor encomendada y Namjoon terminó de cocinar.

El chico tomó una botella de vino blanco y puso la mesa, la luz tenue iluminaba solo lo necesario para hacerlos sentir cómodos y se sentaron a comer.

Jimin al probar, saboreó con pleitesía ante la mirada de Namjoon.

— ¿Qué tal?

— Esto está delicioso. ¿Cómo aprendiste a cocinar así?

— Alguien trabajó por un tiempo en casa cuando era niño, mi madre aprendió de ella y yo de mi madre.

— Debió ser una excelente cocinera. Mi madre también cocinaba muy bien.

— Lo fue — dijo sonriente, realmente Jimin no recuerda nada, pues la mujer de la que estaba hablando era de su propia madre.

Namjoon sirvió el vino en la copa de Jimin  y aunque el chico comía en silencio, no sé sentía para nada incómodo. No quiere sonar apresurado pero la presencia del hombre le agrada de alguna forma.

— Namjoon. ¿Realmente voy a actuar en ese nuevo drama?

— Así es.

— Pero...

— Si tienes dudas con respecto a las audiciones, las harás como todos. Pero el papel será tuyo.

— ¿Eso no es un poco injusto para los otros actores?

— Oye, tú solo disfruta de lo que amas hacer. Déjame a mi el resto.

— ¿Por qué haces todo esto? No soy nadie.

— No vuelvas a decir algo así, por favor.

Jimin asintió pero su duda quedó sin contestar, ya se lo había preguntado anteriormente y el hombre solo le respondía con obviedad, pero sentía que había algo más. Mientras se lleva el bocado de alimento a la boca vió que Namjoon había servido vino en su copa también.

— ¿Vas a tomar vino?

— Tal vez.

— ¿Por qué no bebes?

Namjoon dejó los cubiertos sobre la mesa, tragó lo que tenía en su boca y se limpió con la servilleta de tela. Miró al chico que esperaba la respuesta con mucha expectativa y le respondió con simpleza.

— No tolero el alcohol. Pero estamos aquí, si me emborracho, no creo que pase nada. ¿O si?

— No, no, por supuesto que no.

— Bien entonces, solo beberé esta copa.

A Jimin le causó un poco de gracia el ver a un hombre tan grande e imponente y a la vez tan sensible al alcohol, pensó que era muy tierno y se limitó a sonreír y continuó comiendo. En el momento que ambos terminaron el menor se ofreció a lavar los platos, se sentía un poco mal después de haber arruinado la cena. Namjoon lo observa detenidamente, aún no cree que su niño perdido esté frente a sus ojos, a pesar de que le duele en su corazón que no recuerde nada, está feliz de tenerlo y tal vez cree que es momento de dejar ir poco a poco el pasado para concentrarse en crear nuevos recuerdos.

— ¿Qué sueles hacer cuando llegas a casa? — preguntó Jimin mientras se secaba las manos.

— Mmm... Solo me baño y sigo trabajando.

— Debe ser muy duro liderar una corporación. ¿Nunca tienes vacaciones?

— No he visto la necesidad.

— Deberías tomarte unos días. Te ayudará a relajarte.

— Si tomo vacaciones... ¿Vendrías conmigo?

Jimin lo miró y notó que la expresión de Namjoon cambió un poco, como si le estuviera rogando. No entendía el por qué pero percibe la soledad en el hombre frente a él.

— Claro, por qué no. Sería divertido.

— ¿Tú crees?

— Yo creo que sí.

— Entonces nos iremos de vacaciones.

— ¿Qué?

— ¿No es lo que querías?

— ¿Pero así nada más, cómo si nada? Debes tener planes y reuniones. Eres un hombre ocupado.

— Y soy el jefe. ¿Dónde quieres ir? Tengo una casa en la playa pero también compré una pequeña isla en Suecia, por si deseas más privacidad. ¿París, Roma?

Jimin abrió la boca y por poco se le cae al suelo de tanta impresión. Hasta ahora no había entendido la magnitud del poder del hombre frente a él pero no había ni una sola pizca de altivez en sus palabras. Hablaba con naturalidad pero sin jactarse de sus bienes. Se sintió de alguna forma afortunado y se le pasó por la mente la vaga idea de que si fueran pareja, pudiera gozar de todos los lujos. Pero a la vez se sintió terrible por pensar con avaricia. Namjoon le ha demostrado ser un buen hombre y no merece que abuse de su confianza.

— ¿Tienes una isla privada en Suecia?

— Es un bello lugar para ver el atardecer. ¿Te gustaría ir?

— ¿Y el drama y tu trabajo?

— Mmm, tienes razón. Cuando hayas terminado de grabar, iremos. Te lo prometo.

Jimin asintió agradecido y sin pensarlo mucho, se sentó junto al hombre quien bebía lentamente el contenido de su copa de cristal. No sabe el por qué, pero siente una fuerza que lo atrae hacia él, una necesidad imperante de estar cerca, cómo si su cuerpo se lo pidiera.

— ¿Estás bien?

— Si...

— Estás ruborizado.

Jimin no responde y tan solo sonríe para tocar con suavidad la mano libre de Namjoon, este se sorprende por la acción del menor pero no lo evita en absoluto.

— Gracias por todo — susurró el chico para acortar un poco más la distancia. Namjoon por otro lado, no sabe si es el clima, el vino o la sola presencia de Jimin junto a él que lo embriaga, ambos se miraron por unos segundos y todo sucedió tan rápido, sus distancias se habían acortado de tal forma que sus labios se rozaban entre sí.

— Ji- — Namjoon apenas pudo articular palabra alguna, los labios del chico se movían sobre los suyos interrumpiendo la frase que estaba por decir, sus pensamientos están nublados, su cabeza daba vueltas, tan solo siente el beso del chico de forma necesitada, se limita a cerrar los ojos y a corresponder al beso, se siente en la gloria, lo rodea con su brazo por la cintura y deja la copa de vino sobre la mesa de centro para abrazarlo mejor. Namjoon no puede creer lo que está sucediendo, siente que todo ha sido demasiado apresurado pero no puede estar más feliz por eso. Sus labios encajaban perfectamente entre sí, Namjoon abraza con más fuerza el pequeño cuerpo de Jimin contra su pecho para recostarlo con suavidad sobre el gran sofá donde se encontraban sentados. Jimin rodea con sus brazos el cuello del hombre y se separa tan solo para tomar aire, las palabras sobran en ese momento, solo pueden sentir en sus besos compartidos una necesidad de tenerse, no llegaron nunca más allá pero les bastó para sentirse plenos y sobretodo felices.

— Lo siento, lo siento mucho — se disculpó Jimin cuando por fin se separaron, su rostro estaba rojo carmín así como sus labios, Namjoon no decía absolutamente nada, tan solo lo miraba con una ternura indestructible, cómo si él hubiera estado esperando esto por mucho. Y es así como era. Namjoon no puede evitar sentirse dichoso y gozoso, rompieron por fin aquella barrera que los alejaba y en aquel largo y necesitado beso se había disipado todo temor.

— Eres hermoso.

— ¿Lo soy?

Namjoon lo volvió a mirar a los ojos del chico y se convirtió en aquel pequeño de diez años, Jimin lo miraba con mucha confusión pero a la vez con ternura, Namjoon se quedó en silencio con el corazón latiendo tan fuerte que en cualquier momento podría explotar. Lo miraba para no perderse de ningún detalle, tocó su mejilla y la besó, se recostó escondiendo su rostro en el cuello del menor y se quedaron así por varios minutos.

Jimin notó una cierta familiaridad en aquella acción, lo miró al hombre que respiraba lentamente y con una paz inexplicable, tocó con su dedo índice la piel morena y vió algunas diminutas cicatrices, eran tan pequeñas y redondas que le hicieron sonreir.

— ¿Por qué haces esto por mí? — se atrevió a preguntar en un susurro. Namjoon se removió un poco para soltar un suave suspiro que causó cosquillas a Jimin para hablar en un hilo de voz.

— Te lo prometí. Te extrañé tanto.

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