—Ya no estoy tan seguro de esto — se quejó Hoseok en la sala de espera.
—Lo vas a hacer bien, confía en ti.
—Si, pero esto significa que tendré menos tiempo para conectarme a jugar con Jin hyung — dijo haciendo un profundo puchero.
—Ok, pero si no trabajas no podremos pagar la cuenta de la electricidad y de igual forma no vas a poder jugar con Jin.
—Ah.
—Ahora recuerda lo que te dije, So Yoon es seria pero es una buena persona, estoy seguro que se llevarán bien.
—Ok.
—Ahora tengo que irme, mi entrenamiento empieza en dos minutos.
—Me gusta que seas mi único amigo que hace deporte Yoons —dijo colgándose de su cuello —así tengo a alguien que pueda golpear a los que me molestan.
—Hablas como un niño de 12 años, esa actitud no hará que te contraten.
—Aysh — se quejó — Ya vete, se hace tarde para tu entrenamiento — le dijo dándole un empujón fuera de la sala.
Hoseok suspiró frustrado, la seriedad de Yoongi nunca lo hacía sentir mejor en momentos donde empezaba a ganarle la ansiedad. Tenía 22 años y esta era la primera vez que iba a una entrevista de trabajo, y si bien ya había tenido otros empleos antes, nunca había sido entrevistado ya que siempre había ejercido labores en el negocio familiar. Sus padres eran dueños de una modesta pastelería a las afueras de la ciudad en la que él había trabajado haciendo de todo un poco: cajero, encargado de compras, pago de facturas, limpieza y atención de público. Sinceramente él se hubiera quedado en casa para siempre si no fuera porque sus padres habían insistido en que tenía que buscar una carrera que le gustaba tal como su hermana, él se había negado rotundamente ya que sabía que el negocio no daba para pagar dos carreras universitarias, pero su madre insistió en que el negocio estaba rindiendo frutos y que podían encargarse de ambos hijos sin problemas. Afortunadamente, Hoseok había obtenido una beca gracias a sus excelentes resultados académicos, lo cual ayudó a desahogar a sus padres con los gastos de alojamiento y manutención del hijo menor.
Ahora se encontraba ahí, buscando trabajo para poder solventar un poco su existencia y finalmente hacerse responsable de sí mismo.
La puerta se abrió repentinamente y una chica de unos 25 años entró cargando grandes archivadores atiburrados en papeles desordenados.
—Tú debes ser Hoseok — dijo la chica soltando el peso que cargaba sobre la mesa — Soy Hwang So-yoon.
La joven estiró su mano para estrechársela pero se arrepintió al darse cuenta que la tenía mojada debido a la traspiración, la secó en su pantalón rápidamente para ofrecérsela nuevamente. Hoseok la miró unos segundos hasta que atinó y tomó su mano para estrecharla con decisión.
—Jung Hoseok — dijo inclinándose suavemente frente a la chica — Estoy aquí por el aviso de trabajo.
—Sí, Min Yoongi me llamó en la mañana para avisarme que vendrías — dijo rodeando el escritorio para dejarse caer en la silla — Entonces ¿en qué has trabajado antes?
—Mis padres tienen una pastelería afuera de la capital y los he ayudado con todo desde que cumplí 18.
—¿Una pastelería? — Dijo So Yoon sonriendo — ¿entonces sabes hornear? Siéntate por favor — le apuntó la silla frente al escritorio.
—La verdad es que no — respondió Hoseok tomando asiento, casi tropieza con la pata de la silla lo que hizo que So Yoon diera un respingo en su lugar — me encargaba más de atención de público y labores administrativas, mi padre es el pastelero de la familia.
—Ya veo, mira la verdad es que necesito a alguien que me pueda ayudar con el trabajo de orden de papeles, fichas de los clientes, cobros y ese tipo de cosas — la chica se cruzó de brazos — honestamente yo odio hacerlo y se está haciendo un poco tedioso mantener este lugar por mi misma.
—Noona ¿haces todo tú sola? —preguntó sorprendido.
—Por favor no me llames así, no hay necesidad — dijo So Yoon acomodando sus gafas — nunca he sido partidaria de la estúpida formalidad, así que que pierde cuidado que a mí no podría importarme menos.
—Entonces ¿cómo debo llamarte?
—Sólo dime So Yoon y yo te diré Hoseok ¿está bien? — sonrió al ver el rubor en el rostro del menor — Volviendo al tema, ¿crees que puedas ayudarme con esto, Hoseok? — le preguntó mientras apuntaba al desastre que era esa oficina.
Hoseok miró alrededor mientras analizaba la situación cuidadosamente, definitivamente limpiar y organizar ese lugar le iba a tomar un poco de tiempo, pero estuvo seguro que una vez que la parte ajetreada terminara, mantener el orden del lugar no iba a ser tan complicado.
—Creo que sí — le dijo sonriéndole grandemente —haré mi mejor esfuerzo.
—Vamos a empezar con una prueba de un mes, para eso me gustaría saber tus horarios, así organizo tus tareas — la chica sacó una agenda para tomar nota — Yoongi me dijo que estudias ¿a qué hora te desocupas?
—De lunes a viernes a las 5 pm — dijo pensando en el poco tiempo que le quedaría para sus juegos de roles nocturnos.
—Ok ¿te parece empezamos 4 veces a la semana? Esto incluiría miércoles, jueves, viernes y sábados desde las 6pm a las 9pm — le entregó un papel escrito a mano — este es el sueldo inicial, por supuesto los sábados se pagan al doble.
Hoseok miró la cifra y sonrió al ver que era más de lo que esperaba y que si se organizaba bien le alcanzaría el tiempo para la universidad, estudiar, jugar y mantener la casa limpia y ordenada.
—¿Qué opinas? — le preguntó — ¿Te parece empezamos ahora mismo? Te puedes retirar cuando Min termine su entrenamiento.
—Me parece perfecto — se puso de pie y le sonrió ampliamente.
—Ven, sígueme te mostraré el mesón de atención a público, a veces viene mi novia a ayudarme pero ella no siempre puede.
¿Novia? ¿Dijo novia? ¿Acaso este trabajo se podía poner mejor? ¿Por qué Yoongi no le mencionó que su jefa era parte de la comunidad? Su corazón latía con fuerza, una extraña emoción se extendió por su cuerpo mientras seguía a su jefa por los pasillos de la academia.
—Hoseok, ella es Lee Young Ji, trabaja aquí de vez en cuando apoyando la atención de clientes.
Hoseok se acercó a la chica e hizo una inclinación como saludo.
—Mucho gusto — respondió Youngji — yo puedo venir sólo los lunes y martes así que difícilmente nos veremos por aquí, pero dejaré todas las cosas en orden para que no te pilles un desorden cuando sea tu turno — sonrió.
—Ok, yo los dejo porque tengo que ir a supervisar un par de entrenadores — les dijo So Yoon — por favor Youngji explícale las cosas brevemente para que ya se vaya acostumbrando — se acercó a la chica, tomó su cara entre sus manos y dejó un suave beso en sus labios.
Hoseok las miró con ternura y si bien quiso correr la mirada para no importunar el momento íntimo, sus ojos no se despegaron de la pareja que se veía enamorada.
— Nos vemos el miércoles, Hoseok — So Yoon le dio una pequeña sonrisa y los dejó solos.
—¡Nos vemos! — respondió con un gritito demasiado agudo producto de la emoción.
—Ok, Hoseok ¿te parece me ayudas con algunas cosas? — Youngji se agachó detrás del mesón y sacó una caja con la etiqueta 'COSAS PERDIDAS' — estas son cosas que ya llevan demasiado tiempo sin ser reclamadas y me gustaría me dieras una mano ubicando a sus dueños.
El chico se acercó para darle una mirada a los items olvidados en la caja. Había de todo, ropa, libros, audífonos, cargadores y varias otras baratijas que sería imposible retornar.
—Hay algunas cosas que tienen nombre, pero no he tenido el tiempo de fijarme si esas personas siguen viniendo aquí o no — Youngji se rascó la cabeza apenada — ¿crees que puedas revisarlas mientras yo envío algunos correos? Imprimí una hoja con el listado de todos nuestros clientes — le pasó una hoja con los nombres y números telefónicos de todos los que habían frecuentado la academia en los últimos 12 meses — mi idea es dejarte los muebles desocupados para que te acomodes tranquilamente y puedas trabajar cómodo.
—Gracias por la consideración, haré mi mejor esfuerzo de verdad — le dijo mientras se inclinaba profundamente frente a ella.
—Perfecto, toma aquí tienes el teléfono, cuando contactes a alguien por favor táchalo de la lista — le entregó un móvil y le pasó la caja para que se acomodara en el segundo mesón que había a la entrada de la academia.
Hoseok comenzó a revisar las cosas tranquilamente y a la vez prestaba atención a la forma en que Youngji contestaba el teléfono y atendía a clientes y profesores que pasaban por la entrada. Iba tomando nota mental de sus tonos de voz, entonación y palabras que usaba.
Luego de unos minutos ya había podido contactar a más de una decena de personas y todas las respuestas habían sido positivas, recibiendo nada más que agradecimientos. Se sentía contento y orgulloso de sí mismo al estar sintiéndose útil. Continuó con su tarea, cuando se encontró con un sweater bien doblado al fondo de la caja. Le pareció raro porque parecía casi nuevo y al mirar la etiqueta se dio cuenta que era de una marca cara.
—Qué maldito idiota puede perder un sweater que probablemente cueste más que mi sueldo mensual — se dijo a sí mismo molesto.
Tomó el sweater para mirarle la etiqueta interna y para su sorpresa tenía un nombre marcado con tinta negra: Kim T. Buscó en el listado y sólo habían 2 Kim registrados, pero sólo 1 de ellos tenía el nombre con T inicial, al parecer esa persona ya no frecuentaba el lugar, ya que su membresía había caducado hace casi 8 meses. ¿Esa prenda llevaba 8 meses ahí? se preguntó. Sin darle mayor importancia, marcó el número esperando que el dueño atendiera. Luego de 3 tonos, finalmente contestaron:
—¿Diga?
—Buenas noches, hablo de la academia de artes marciales mamba negra, mi nombre es Jung-
—Mmmm, lo siento no me interesa actualizar mi membresía —le interrumpió — pero graci-
—Lo llamo porque estamos rastreando a los dueños de objetos perdidos —lo interrumpió de vuelta molesto.
—¿Objetos perdidos? No he perdido nada que yo sepa.
—Aquí tengo un sweater con sus iniciales ¿Kim T? — preguntó.
—Mmmmm, tal vez ¿me lo puedes describir por favor? — pidió el hombre con una pizca de cortesía.
—Es un sweater talla S color blanco con cuello azul y una especie de escudo de la ¿realeza? y la etiqueta dice POLO de ¿Ralp La-laurrenttt? —preguntó intentando no quedar de estúpido al no saber leer marcas extranjeras.
—Jajaja es Ralf Louren — le dijo con una risita — Sí, es mío ¿cuándo puedo pasar por él?
Hoseok intentó morderse la lengua porque detestaba que lo corrigieran, aunque estuviera equivocado! Algo en el tono de voz de ese hombre no le gustó y no le interesó ser él el que le devolviera la prenda.
—El martes, puede preguntar por su prenda en el mesón principal. Le dejaré una nota a la chica que atiende.
—Ok, gracias — dijo bostezando — disculpa ¿cuál es tu nombre?
¿Debía decirle? Sí, debía hacerlo si quería empezar bien con su nuevo trabajo, no importaba qué tan mal educados fueran los clientes, él debía ser profesional.
—Jung Hoseok, soy el nuevo asistente de la academia —dijo solemnemente.
Un silencio sepulcral fue la respuesta que obtuvo, los segundos pasaban y llegó a pensar que la persona había cortado la llamada, miró la pantalla y los segundos seguían cursando.
—¿Hola? ¿señor? — miró de nuevo la pantalla — ¿hola?
—Eh, ok sí gracias, mañana paso por ahí — respondió de pronto apresurado — muchas gracias, adi-
—Disculpe señor ¿me puede dejar su nombre completo? Es para avisarle a la chica que lo atenderá mañana.
—¿Tú no estarás ahí?
—No, mañana no trabajo — respondió extrañado — ¿me puede dar su nombre, por favor?
—Mañana pasaré por ahí, gracias Hoseok — dijo y cortó la llamada.
—Qué tipo más extraño — bufó con molestia.
—Ah, veo que llamaste a Taehyung — le dijo Youngji asomándose por detrás de su hombro.
—¿Qué? — preguntó incrédulo de lo que acababa de oír — ¿Cómo dijiste que se llama?
—¿Kim Taehyung? Estas son sus iniciales — dijo apuntando la etiqueta —Taehyung no viene hace meses — tomó el sweater y lo olió — todavía tiene su aroma.
Hoseok la miró sorprendido ¿acababa de oler el chaleco de Taehyung? Espera ¿se podía hacer eso?
—¿Te dijo cuándo venía?
—Mañana.
—Trataré de convencerlo de que vuelva, era un buen cliente — dijo la chica devolviendo el sweater a la caja — debería haber sospechado que era de él, nadie más usa cosas tan pretensiosas aquí.
Al menos en algo estaban de acuerdo, pensó Hoseok.
—Estoy listo ¿nos vamos? — Dijo Yoongi apareciendo de pronto con el pelo húmedo y ropa deportiva.
Hoseok devolvió todas las cosas a su lugar y se despidió rápidamente de la chica. Yoongi lo esperó afuera y decidieron pasar a comprar la cena para no tener que llegar a cocinar.
—Yoongi — le dijo Hoseok mientras pagaban en la tienda de conveniencia — ¿Sabías que ese chico extraño de la universidad también era cliente de la academia?
—¿Quién?
—Kim Taehyung, el amigo de Jungkook.
—Ah — suspiró desinteresado — no, no tenía idea.
Hoseok no volvió a mencionarlo esa noche, cuando llegaron a casa comieron animadamente y tomaron algunas cervezas para celebrar que Jin y Hoseok habían sido aceptados en sus respectivos nuevos trabajos.
Unos kilometros más allá, Kim Taehyung trataba de recordar porqué había abandonado la academia de artes marciales.
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Este es el famoso sweater: