Mira por la ventana que da vista a gran parte de la ciudad. Viste como todos los días, su traje negro impecable y zapatos perfectamente lustrados. Toma un sorbo de agua mientras contempla el hermoso cielo azul.
- Presidente, ya está todo listo para la reunión - menciona su asistente por el intercomunicador. El hombre deja el vaso de cristal sobre la mesa de su escritorio de caoba oscuro y se acomoda el saco antes de salir por la puerta.
Toma el ascensor para dirigirse al quinto piso, donde se encuentra la sala de conferencias. Espera tener un buen día hoy.
- Buen día, caballeros - entra saludando con respeto a todos los presentes que se pusieron de pie para hacerle una reverencia. El hombre asiente con la cabeza y realiza un gesto para que todos se sienten y empiecen pronto la reunión.
- Bien. ¿Qué opinan sobre el contrato? - pregunta sin más preámbulo acomodándose sobre el gran asiento. Uno de los hombres comenzó a hablar.
- Presidente Kim, Moon Enterteinment está muy agradecido por su deseo de invertir en nuestra firma. Seguramente nos salvará de la bancarrota.
- Bien, por favor asistente Choi, prepare todo para agilizar las cosas - habló Namjoon y el joven asintió y salió de la sala.
- Estoy seguro que gracias a su ayuda, muchas familias tendrán su trabajo asegurado.
- Es mi trabajo hacer eso posible.
- Usted es un genio presidente. Y un ser humano excelente.
Kim Namjoon sonríe levemente ante el halago del CEO de la compañía con la que trabajarán próximamente, está seguro que su madre estaría orgullosa de él por seguir sus pasos, trabajar para la gente y asegurarse de satisfacerlos, siempre ha sido su misión.
La reunión fue todo un éxito y los hombres salieron de la sala, Namjoon se quedó ojeando algunos documentos que le habían entregado y volvió a su oficina para seguir trabajando.
Kim Holding Corp. es una de las empresas más importantes del país, gracias a su metodología de negocios, la gran visión de la señora Kim y el gran corazón de la familia, se ha ido desarrollando por los últimos cuarenta años, brindando empleo a más de diez mil personas, garantizándoles una vida digna para ellos y sus familias.
Namjoon intenta pasar todo el tiempo que puede en la empresa, casi nunca está en casa. Desde que murió su madre, cuando llega a su hogar, encuentra todo tan solitario y frío como una noche de invierno. Aquella soledad le cala los huesos y prefiere pasar horas en aquella oficina para no sentirse tan triste por dentro.
- Presidente Kim, la reunión con los Wang está prevista para mañana a las 3PM y ya he reservado en su hotel favorito para que puedan almorzar - comenta el asistente Choi, uno de los trabajadores más confiables y honestos de su empresa. Namjoon sonríe y asiente para continuar en su labor. Pero antes de que el joven saliera de su oficina, Kim lo llamó.
- Soobin. ¿Cómo va el asunto que te encargué?
- Presidente, lo siento mucho, hemos estado buscando por todos lados y no hemos recabado mucha información. No hemos podido localizarlo. Namjoon... - habló con informalidad - ¿Realmente quieres seguir con esto? - pregunta el joven con mucha preocupación al ver el rostro decaído de su jefe.
- Sigue buscando. Yo... Necesito saber dónde está. Por favor.
- Haré todo lo posible. Se lo prometo.
- Gracias Soobin.
El chico desapareció de la vista de Namjoon y la soledad volvió a instalarse en su pecho. Se levantó y miró el cielo que ya se había tornado de tonos rojizos y un nudo se formó en su garganta. Ha pasado tanto tiempo que Namjoon no puede olvidarlo, suelta un largo suspiro y como todos los días, piensa en aquellos ojos color almendra que cree que siguen siendo tan brillantes y cautivadores como hace veinte años atrás, esa piel blanca y suave, esa nariz diminuta que se arrugaba cuando reía, está seguro que está en algún lado. Solo espera que se encuentre vivo. Aquel pensamiento catastrófico lo llena de terror, tanto que su corazón le duele y cree que no podría soportarlo si llega a pasarle algo a Jimin.
Su cabeza empieza a doler y pierde el equilibrio, con toda la fuerza posible intenta sostenerse del filo de su escritorio pero cae sobre sus rodillas para luego desmayarse. El dolor tan profundo en el corazón de Namjoon le está afectando a tal punto que lo debilita en lo físico.
Su asistente llegó corriendo al escuchar el golpe seco y lo tomó en brazos para llamar así a su médico mientras observa el semblante triste y lleno de angustia de su jefe que yace inconsciente en el suelo. Lo mira con mucha preocupación deseando poder menguar un poco su dolor, pero es imposible, Namjoon sufre en silencio y no es capaz de dejar ir el pasado.
- Namjoon, todo estará bien - susurra el chico mientras llegaba el médico y un par de enfermeros para llevarlo en ambulancia al hospital.
El olor propio del sitio, lo hacen despertar, abre sus ojos con lentitud y se incorpora aún con un poco de malestar en su cabeza. Intenta salir de la cama pero su mano está conectada al suero intravenoso que está lejos de terminarse. Namjoon arruga el entrecejo y el sonido de su estómago es lo primero que llama su atención.
-Despertaste - se escuchó una voz. Namjoon levanta la mirada y ahí estaba frente a él su mejor amigo con una bandeja de comida del hospital.
- ¿Qué haces aquí? Mejor dicho, ¿Qué hago aquí?
- Volviste a desmayarte. Trabajas tan duro que ya debes parar un poco, ¿no lo crees? El doctor dijo que estás bajo mucho estrés y tensión. ¿Qué te preocupa?
- No es nada. Me tomaré el día libre y mañana regresaré a trabajar - comenta con indiferencia para comenzar a comer.
- ¡Si, claro! No Namjoon, necesitas descansar de verdad, estás sumamente deshidratado. Has bajado de peso. Me preocupas amigo, realmente no estás bien.
Namjoon puede sentir la angustia en las palabras de Hoseok frente a él, puede entender que solo se preocupa pero realmente está demasiado ocupado dirigiendo la corporación y buscando a Jimin que se le olvida comer, dormir y todo lo básico para sobrevivir.
- Nam... ¿Sigues buscando a ese niño? - preguntó su amigo y vió como asintió con pesar. - Han pasado veinte años, talvez no se acuerde de tí. Ha pasado tanto que...
Hoseok puede ver que su amigo se ha quebrado una vez más, al comenzar a llorar tapando su rostro con las manos. Se acercó a él y se sentó cerca para abrazarlo y consolarlo.
- Le hice un promesa. Y un Kim jamás rompe una. Por favor Hoseok. ¿Puedes entenderme?
A Hoseok le rompe el corazón ver la condición en la que está Namjoon. Tan solo puede palmear su espalda y esperar que deje de llorar. Quizá nunca pueda comprender lo que es perder a alguien y vivir con esa angustia de no saber dónde está, pero es su amigo y odia verlo de ese modo.
- Namjoon, yo te ayudaré a buscarlo. Lo vamos a encontrar. Te lo prometo.
Namjoon secó las lágrimas de su mejilla y sonrió con el alma llena de esperanza. Ya no quiso seguir comiendo, su amigo le retiró la bandeja, apenas había comido tres bocados y Namjoon se recostó nuevamente en la cama y se quedó profundamente dormido.
Namjoon permaneció dos días más en el hospital, y aunque estaba todavía conectado al suero, Soobin le había llevado a petición suya, su computadora portátil para seguir trabajando. Canceló su cita con los Wang y la reagendaron para la siguiente semana. El hombre revisaba varios correos y respondía otros tantos. Checaba que sus sucursales estén llevando a cabo correctamente su trabajo y luego de un par de horas, decidió tomar un descanso.
No podía hacer mucho en el hospital. Tan solo se limitaba a dar pequeños paseos por el largo pasillo de la zona privada del lugar, sonriendo amablemente a las enfermeras que se movían de un lado a otro. Su doctor le había mencionado que por la tarde podría volver a casa pero no debía exigirse demasiado.
Volvió a su habitación y al mismo tiempo su enfermera para retirarle el suero de su mano y así él podría tomar un baño y prepararse para ser dado de alta.
Por la tarde ya estaba todo listo. Sus pertenencias en una pequeña maleta que le había facilitado su mejor amigo y su auto en la parte de abajo esperando que firmara los papeles para terminar de salir del hospital.
- Todo listo para irnos, presidente - mencionó su chófer al tomar la maleta y ponerla dentro de la cajuela del auto. Namjoon entró y enseguida el hombre lo llevó rumbo a su hogar.
El hombre miraba con algo de nostalgia todas las calles de la gran ciudad, pensaba en todo y en nada a la vez, se sentía mejor físicamente gracias a los medicamentos y el descanso pero su corazón aún dolía. Dolía porque se sentía incompleto y roto.
Al cabo de unos minutos y sin inconvenientes, llegaron a su gran casa y su chófer se despidió de él para que pueda descansar. Lo único que podía escuchar eran los pasos que hacían eco por todo el lugar y una sensación de soledad con ellos. Se dirige a su dormitorio para quitarse el abrigo y colocarse ropa cómoda, preparó algo rápido para comer y llevó su portátil a su oficina para continuar con sus labores.
Se mantuvo revisando documentos y respondiendo correos por un par de horas más, hasta que sus ojos comenzaron a ponerse rojos y su cabeza empezó a dar vueltas. No quiere volver al hospital, pero sabe que debe poner de su parte para no continuar de ese modo, tiene treinta años y sabe que aún no está lo suficientemente viejo para estar tan enfermo.
Se pone de pie y camina descalzo por el pasillo de su casa, tiene ganas de comer algo dulce y recuerda que había helado en su congelador. Toma el bote y lo abre, busca una pequeña cuchara y lleva su golosina hacia el sofá para mirar un poco la televisión. Cambia de canal hasta que llama su atención una película animada.
Ríe de vez en cuando por las divertidas escenas mientras come su helado hasta que recibe una llamada.
- ¿Hola?
- Nam, revisa tu correo, ahora.
- ¿Qué sucede Hoseok? Te escucho alterado.
- Creo que lo encontré. Namjoon, encontré a tu chico perdido.
Namjoon suelta el teléfono de golpe por la impresión sin siquiera colgar la llamada, deja el bote de helado sobre la mesa de centro y corre nuevamente a su oficina para abrir el correo que acababa de llegar. Al abrirlo, había detallada una información y una imagen adjunta. El corazón de Namjoon comenzó a latir con fuerza, tenía una mezcla de emociones, terror, nervios y sobretodo esperanza. Dió click en la imagen para descargarla y su corazón se detuvo por un instante.
Ya no era ese pequeño de cuatro años. Era todo un hombre ahora, había teñido su cabello y era de complexión delgada. Dudó por un momento de que fuera él, pues a través del tiempo, las personas cambian pero se convenció así mismo al ver sus ojos. Definitivamente era él. Por fin lo había encontrado.
Dió gracias cielo porque lo había encontrado sano y salvo. Lo único que quería era verlo y poderle decir lo mucho que lo extrañó, quería volver a ver esos ojos color almendra que tanto había añorado, sentir su piel y verlo reír.
Pero tiene miedo. Ha pasado tanto tiempo que si se aparece a él de repente, puede causarle una mala impresión.
- Te encontré Jimin y no volveré a dejarte ir - exclama para sí mismo al contemplar aquella foto. Tomó su teléfono y llamó a su asistente para que revisara la información de dónde ha estado trabajando este tiempo y para que se ponga en contacto con él lo más pronto posible.
Namjoon aquella noche se acostó en su cama contemplando aquella hermosa foto. Pasó sus dedos sobre la pantalla como si pudiera sentir la piel del chico que por tantos años buscó y por primera vez en mucho tiempo, durmió plácidamente, deseando que Jimin pudiera recordarlo y así, cumplir su promesa.