El amor del Zar

By AngieRosas058

975K 72.9K 18.1K

Secretos. Traiciones. Odio. Venganza. Poder. Una guerra. Rencores y viejos amores del pasado. Una Reina. Un Z... More

Prólogo
Personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Epílogo
Agradecimientos
Escena extra: "Un muerto entre las sombras."

Capítulo 68

11.3K 955 663
By AngieRosas058

Valentina.

Islas Maldivas, Asia del sur.

Respiro profundamente mientras que la brisa del mar me golpea en el rostro y se propaga por mis pulmones. Sonrío ante el aire que refresca mis mejillas a pesar de que estamos en esta época del año, no deja de sentirse un calor agradable a diferencia de la temporada anterior.

Paz y tranquilidad.

Eso es lo que sentía en la casa que Dimitri había ganado hace dos años, en la noche que se retiró de Zar. Nunca había tenido la oportunidad de verla, porque posteriormente se fue a vivir conmigo y falleció, una pequeña nostalgia me recorre en el pecho al saber que hace dos años, una persona importante de mi vida se ha ido.

Te extraño, viejo.

No tienes idea de cuánto.

Te necesito conmigo, para que me des algunos consejos y que conocieras a tus nietos, maldito viejo. Sobre todo, ayudarme con el dolor de perder a la persona que más amas en tu vida, después de tus hijos.

¿Cómo pudo hacerlo? ¿Como pudo vivir sin Svetlana y solamente con sus hijos durante quince años sin poder romperse frente a ellos por su muerte?

Tengo miedo...

Miedo a que el amor que le tengo a mis hijos, no sea suficiente ni siquiera para mí. Aunque sea un buen bálsamo para mi corazón y alma rota, me da miedo que eso tampoco sea suficiente para que la ausencia de Xander, siga doliendo como el primer día y que gracias a ello, les haga un daño irreparable.

No podría soportarlo.

No podría soportar hacerles más daño a mis hijos de lo que les he hecho.

Suspiro pesadamente y sacudo mi cabeza para alejar esos malos pensamientos de mi mente, no hará ningún bien para mí o para los bebés, no lo necesitan pero hay días en que no lo puedo evitar por la simple y sencilla razón de que extraño a su padre.

Tengo derecho a romperme, aún.

El aire fresco me golpea en los brazos y no puedo evitar estremecerme, el estómago me gruñe por lo bajo señal de que los tres, tenemos hambre y las ganas de una pizza con pepinillos junto a la mostaza, se hacen presentes.

Sí...

Los antojos han sido algo raros.

Por no decir asquerosos.

Se ven asquerosos, pero no les miento, son muy ricos.

Acaricio mi abultado vientre donde siento los movimientos de los bebés, sonrío cuando uno de ellos me da una patada, niego divertida por un par de minutos hasta que se detienen, parecen haberse cansado tan pronto de jugar. Respiro nuevamente con profundidad, disfrutando de la brisa marina junto a la tranquilidad del lugar.

Río, cuando siento otro par de movimientos en mi interior.

—Desesperados...iguales a su padre, engendros. No me sorprendería que cuando lleguen al mundo, sean su copia—

Más patadas en respuesta, suspiro divertida.

—Bien, engendros. Iremos a comer, porque hace hambre...otra vez—

Cuando intento ponerme de pie, el peso me juega un poco en contra y termino de nuevo en la misma posición, mis rodillas se clavan suavemente en la manta que he puesto encima del césped del jardín.

Suspiro con frustración antes de bajar mis hombros en derrota, hago un pequeño puchero con mis labios para gritar a como me lo permitan mis pulmones, ligeramente aplastados por los seres que viven dentro de mi cuerpo.

—¡BRUNO!—

Coloco mis manos en mi espalda baja para enderezarme un poco y aliviar la molestia de mis músculos, cierro mis ojos mientras respiro con evidente alivio cuando funciona, antes de que escuche una voz familiar.

Abro mis ojos para encontrarme con la mirada azul de Salvatore, una pequeña se forma en sus labios a la par que me mira desde toda su altura con las manos metidas en sus bolsillos.

—Mi hermano está algo ocupado con su novio, así que, estoy yo, ¿ocurre algo?—

Hago otro puchero y bajo más mis hombros en derrota.

—Me atoré—

Su ceja se arquea y un brillo divertido aparece en sus ojos azules, veo que se muerde sus labios para evitar echarse a reír.

—¿Otra vez?— asiento sin borrar mi puchero, resopla con falsa molestia— Valentina, es la cuarta vez que te sucede en la semana—

—¡No es mi culpa!— chillo en indignación, se ríe entre dientes— ¡Es muy fácil sentarse a diferencia de ponerse de pie!—

—Y pensé que habíamos dicho que lo más recomendable, es que no volvieras a hacer la misma posición en el piso...— me hago la desentendida, rasco la parte trasera de mi nuca— si antes de estar embarazada, eras terca. Ahora, estás peor—

—En mi defensa, el jardín es mi lugar favorito de toda la casa. A los engendros les gusta, y sí a mis hijos les gusta, ¿quién soy yo para negarme a su capricho?—

—Eso niños van a salir bien malcriados por su madre—

—Y por ustedes, no veo que se quejen—

Se queda en silencio por un par de segundos mientras que ambos nos desafiamos con la mirada. Al final, suspira en derrota antes de sonreír de lado, niega divertido.

—Buen punto, Novikov—

—Siempre tengo la razón—

—Si tu lo dices...—

Entrecierro mis ojos en su dirección para cruzar mis brazos encima de su pecho, Salvatore sonríe ante mi mirada fulminante hacia él, antes de echarse a reír, eso me molesta más a lo que maldigo a mis hormonas por andar de peleoneras el día de hoy.

—¿Estás diciendo que no siempre tengo la razón?—

—Sí, hay días que en tu testarudez, me toca las pelotas, Novikov—

—¡No te quejabas a hace un año cuando te las tocaba y chupaba!—

—Exacto, porque te mantenías callada con mi polla. ¿Ahora? Tus hormonas de mierda, me van a volver loco—

—¡Salvatoree!— me quejo como niña pequeña, suelta una carcajada— ¡Te odio cabrón!—

Salvatore, era el único que no tenía piedad de mi estado. Al contrario, conforme a los síntomas, antojos y las hormonas hacían su trabajo, sus burlas hacia mí no pararon pero al mismo tiempo, era reconfortante que alguien te dijera la realidad que algunos intentaban opacar acerca del embarazo, en especial en los libros que he leído.

—Anda, deja de quejarte para que te ponga de pie—

—Ya que— bufo, se ríe— mis hormonas, quieren pelea el día de hoy—

—No me digas— responde en sarcasmo, me río antes de que se coloca a mi espalda, colocando sus brazos debajo de mis axilas— ¿Lista?—

—Sí—

—Bene...¡Arriba!—

Salvatore usa su fuerza para ayudarme a colocarme de pie, suspiro con cierto alivio al estar parada antes de hacer una mueca ante la pesadez que comienzo a sentir en mis pies.

No pasan ni diez minutos, cuando se comienzan a hinchar.

—Uff—

El suspiro de mi amigo me saca de mi trance un momento, observo como coloca sus manos detrás de su espalda como si hubiera mucho esfuerzo, ladeo mi cabeza ante su pequeña sonrisa burlona en sus labios y no puedo evitar pasar mi mano por mi abultado vientre de seis meses.

—¿Ocurre algo?—

—No, para nada, ¿por qué?—

—Entonces, ¿por qué hiciste esa expresión?—

—Oh, por nada—

Observo entre mi abultado vientre y mi amigo varias veces. Mis hormonas dejan la pelea para ponerse sensibles, mis ojos se llenan de lágrimas que me niego a soltar, murmuro por lo bajo.

—¿Peso mucho?—

—No como la semana pasada, ciertamente, preciosa—

—¡Salvatore!— chillo antes de comenzar a llorar, su sonrisa se borra— ¡Maldito estúpido! ¡Me has hecho llorar!— sollozo, me abraza— ¡No me abraces que te puedo romper con mi gordura!—

—Ya, ya, ya...— palmea mi espalda mientras acaricia mi cabello— perdón, no esperaba que sonara tan brusco—

—¿Estoy muy gorda?—

—Valentina, tienes dos seres humanos que crecen en tu interior. Obviamente, necesitan espacio para desarrollarse y eso hará que ganes algo de peso y tu piel, se estire—

—Tengo un montón de estrías en mi trasero—

—Normal en el embarazo, preciosa— asiento, limpiando mis lágrimas— Valentina, estoy seguro que Movidick, te tendría envidia de ti, al ver que te ves más bonita gordita que ella—

Me detengo un momento, colocando mis manos en mis caderas. Aunque ya casi no tenga, por la redondez que tengo en mi vientre.

—¿Me estás comparando con una ballena?—

—Valentina—

—¿Qué?— gruño con enfado ahora— ¿Quieres ahora? ¿Decirme que parezco globo terráqueo?—

—Valentina, estás gorda—

—¡Ya lo sé, genio!— chillo en ironía— no es como si me levantara cada mañana y me dijera frente al espejo: ¡Oh, vaya! ¡Estoy más gorda que hace una maldita semana!— exclamo¡Ya sé que estoy gorda, imbécil! ¡Estoy embarazada! ¡Y de gemelos, para variar! ¿Y todo por qué? Por que el idiota de mi marido, metió su pene en mi coño y no me quejé, es más...¡Era muy feliz por ello!—

—Exactamente, estás embarazada. Estás gorda, porque tienes a dos seres vivos en tu cuerpo que ocupan espacio— repite sus palabras anteriores— estas gorda, porque deseas traer sus vidas al mundo, para amarlos. No porque hayas comido sin parar como este perro— señala a Kosti a mi lado. En respuesta, la mascota de los gemelos le gruñe como si estuviera en desacuerdo, Salvatore arquea una ceja en su dirección— no te ofendas, perro obeso. Sabes bien que tengo razón, estás obeso—

Como si realmente lo hubieran ofendido, Kosti se marcha hacia el interior de la casa moviendo su cola y sin mirarnos, Salvatore y yo nos reímos ante su comportamiento antes de que se agache a recoger la manta que tenía en el césped junto al libro que estaba leyendo, no dudo en tomarlos para comenzar a caminar en dirección hacia la inmensa casa blanca donde hemos vivido los últimos tres meses.

Tres meses.

Habían pasado tres meses desde que me enteré que estaba embarazada y por partida doble. Tres meses en que para el mundo, todos los miembros importantes de la Bratva, están muertos junto a Xander. Tres meses en los que la Cosa Nostra, se había "adueñado" de mis terrenos en Rusia, Siberia y Calabria, no había calle o ciudad que estuviera plagada de italianos por que así, lo he querido.

Parte del plan de contingencia.

Necesitaba estar lejos de todo aquello que podría generar un estrés más fuerte que lo de la destrucción de mi casa. Los gemelos y yo, estamos bien y hace un mes nos dijeron que ya no había riesgo para los tres pero aún así, me negaba a volver a Rusia a retomar lo que es mío por la simple y sencilla razón de que no iba a arriesgarnos.

No cuando ya conocí de primera mano hasta donde llega la perversidad de Darío en cuestión a su venganza. En especial, ahora que Xander no está para ponerle un freno definitivo por más que mi familia se vaya contra él, mi esposo era el único que sabía que joderselo de una forma en que podría dejarme en paz por una temporada.

Yo podría hacerlo, sé que puedo hacerlo pero no voy a arriesgar a mis dos pequeños engendros que les pase algo más grave que por algún jodido milagro, no he presentado signos de preeclampsia durante el quinto mes y he llegado al sexto mes con éxito, espero seguir llegando hasta el término.

Tenía miedo.

Recuerdo que cuando el médico me dijo acerca del amenaza de aborto, tenía un profundo miedo de que si lograba superar la amenaza de aborto, prontamente me dirían que volvieron los signos de preeclampsia al igual que con Alisha, pero no fue así.

Los niños están bien y saludables, al igual que yo.

Esa fue otra noticia feliz.

Niños.

Los gemelos son dos niños que habitaban en mi vientre por otros tres meses hasta que decidan nacer, cosa que me ponía ansiosa por tenerlos en mis brazos para darles un amor infinito como el de su padre y el mío, uno que estoy segura que atravesaría cualquier muro de concreto.

Suspiro con cierta melancolía y nostalgia mientras que un dolor agudo me recorre el pecho al recordar a Xander, es una herida que se ha convertido en algo diario que ya estoy acostumbrada a sentir el dolor agudo de su recuerdo.

Ojalá que estuvieras aquí, cucciolo.

Necesitas conocer a tus hijos, Xander.

Seríamos muy felices contigo en nuestras vidas, mi amor.

Desearía que volvieras a casa para formar a nuestra familia.

Paso mi mano por mi vientre donde siento la tranquilidad de los gemelos dentro, deben estar dormidos cosa que me sorprende un poco. A esta hora, siempre están pidiendo comida.

Deben estar agotados de patearme tanto la vejiga.

La agarran como si fueran un balón de fútbol para jugar entre ellos, ir al baño con normalidad y cuando es necesario, ha quedado atrás.

Mi ropa ajustada, también.

Los zapatos de tacón, igual.

La lencería sexy, peor.

Y ni hablemos de los pantalones, me pongo a llorar de tan solo recordar que tengo una nueva colección sin usar por mi barriga.

Ya nada me queda.

¡Nada!

Solamente los estúpidos vestidos de gasa para embarazadas, me quedan y por mucho que odie admitirlo, me gustan porque no me hacen ver tan gorda como una ballena.

Zapatos, casi no uso, la mayor parte del tiempo estoy descalza y cuando salimos a la ciudad, uso zapatos de piso o sandalias, aún así, se me hinchan los pies horrible.

Menos mal que tengo a Salvatore, para que los masajee.

Me sirve de esclavo de pies, por otros tres meses.

En el momento en que entro a la cocina, no me sorprende ver a Elisa preparando la comida y tampoco me sorprendo al ver a Jasha y Félix, comiéndose la boca con fervor al igual que Bruno y Atlas, en la otra esquina de la isla. Sin contar a Yerik y Remy, que estaban en el fondo de la cocina comiéndose la boca también.

Demonios, ¿es el día internacional del beso o que?

Coloco mis manos en mi vientre para mover mis dedos suavemente en él antes de llamar la atención de las tres parejas, Salvatore se ríe ante mi falsa queja.

—Comienzo a considerar el hecho de que debí convertirme en lesbiana, no estaría sufriendo por este mal de hombres y mis hormonas locas que quieren sexo con el primero que encuentre, ¿saben? Mujeres me lloverían, realmente— todos se separan de golpe ante mi voz, me río por lo bajo— ¿Es en serio, chicos? ¿Que tienen ustedes con las cocinas?—

—Nada— me responden los seis al unísono, ruedo los ojos.

—Ajá, si claro. Háganme un favor, no coman pan enfrente de una mujer que tiene seis meses de embarazo con sus hormonas revolucionadas— se ríen, coloco mis manos en mi espalda baja para tener algo de soporte— en fin, ¿como va su vida desde que nos hemos mudado aquí de manera temporal?—

—Me gusta, es tranquilo y definitivamente es mucho mejor estar aquí como muerto a estar bajo las órdenes de ese cabrón de mierda— sisea Jasha, inclina su cabeza hacia a mí con cierto respeto— gracias, Zar. Por haber ido por mí, y traerme con ustedes—

—Claramente, no pienso arriesgar a mis mejores peones de mi juego de ajedrez— respondo con una pequeña sonrisa— aparte, Darío es capaz de matar a cualquiera que tenga un vínculo más fuerte conmigo—

—¿Es la razón por la cuál yo estoy aquí, nena?—

—No— la cara de Félix, es digna de una foto. Nos reímos— Jasha, necesitaba compañía y yo necesitaba ropa para embarazadas que se me viera única, no pienso ser como las demás mamás. No, señor—

—Menos mal que también me especializo en diseñar para embarazadas— responde con una sonrisa— ¿Cómo te sientes, nena? Te ves radiante con ese vestido. Claro, si está diseñado por mí—

—¿Radiante? ¿Desde cuándo estar gorda como globo terráqueo es verse radiante?—

—Parece que las hormonas se han levantado del lado equivocado, mi niña—

—Sí— me quejo en dramatismo, hago un puchero, los chicos se ríen— amo a mis hijos, pero, verme gorda ya no es bonito y con cada respiración subo otro kilo. ¿Lo peor? ¡Los niños odian el café! No puedo tomar ni siquiera una taza de café, porque termina en el váter—

—Que sufrimiento el tuyo, entonces— responde Yerik, lo fulmino con la mirada a lo que ríe— cariño, debes saber que cuando una mujer Novikov, se embaraza. Su enemigo número uno, es el café—

—¿Svetlana también lo sufría?—

Asiente.

—Oh, tu suegra era una amante increíble del café. No había día en el que no lo tomara, Dimitri solía comprarle cualquier cosa que tuviera café, realmente, lo amaba— niega divertido— cuando salió embarazada de Xander, no le gustaba el café y todo los días durante los primeros tres meses, intentó hacerlo cambiar de opinión, pero no lo consiguió—

—Vaya, ¿se quita, no?—

—Claro, luego de que Xander cumpliera el año. Svetlana, tomaba el café como si fuera agua—

—Bueno, es cuestión de esperar— digo— ¿Ya está la comida? Tengo hambre, necesito aprovechar que los niños están dormidos antes de que...—

Entonces, un movimiento dentro de mi vientre me interrumpe en las palabras y río entre dientes antes de que tome la mano de Remy, la coloco en mi vientre donde siente las patadas de los gemelos y prontamente, todos están a mi alrededor tocando mi estómago para sentir los movimientos de los bebés.

—Siempre diré que sentirlos, se siente como algo mágico— murmura Bruno, con una sonrisa— oye, stronzo. ¿Lo has pensado?—

—¿El qué, cosita?—

—El formar una familia—

Una sonrisa se pinta en los labios de Atlas, quién asiente varias veces y un brillo especial aparece en sus ojos azules. Mira en mi dirección, le doy un pequeño movimiento de mi cabeza para hacerle saber que ya es el momento de que se lo pregunte, se ríe con cierto nerviosismo.

—De hecho, cosita...es de lo que quería hablarte—

—¿Qué cosa?—

—Bueno...—

Se rasca la parte trasera de su nuca, no deja de reírse en nerviosismo mientras que nosotros le damos algo de espacio y miramos la escena con cierto cariño. Abrazo a Salvatore por la cintura, a la par que envuelve su brazo alrededor de mis hombros.

No dejamos de mirar a Atlas, quién busca las palabras para pedirle algo especial a Bruno. Mi pollo, se mantiene expectante ante sus palabras pero puedo ver el nerviosismo en su mirada también, sonrío un poco más hacia ellos.

Merecen ser felices.

—Verás, cosita. He estado pensando desde hace algo de tiempo, bueno, lo llevo pensando desde el momento en que nos conocimos realmente...desde que te vi cruzar esa puerta, me llamaste la atención más no sabía si yo había conseguido la tuya— se ríe por lo bajo— ha pasado un año y medio desde que me diste la oportunidad de demostrarte que puedo ser digno de ti. Creo que nunca voy a sentirme digno de estar a tu lado, pero...puedo pasar el resto de mi vida, demostrándote que puedo ser el compañero perfecto para ti, cosita. Te amo, y eso no va a cambiarlo. Nunca, ¿entiendes? Digno o no, no va a cambiar el hecho de que estoy jodidamente enamorado de ti, Bruno. Y quiero formar una familia, a tu lado—

—Atlas...—

—Por eso mismo, llevo guardando esto todo el último año...— mi cuñado no duda en ponerse en una rodilla para sacar una cajita negra de su saco. Bruno jadea por lo bajo, ante el anillo a su frente. La sonrisa de Atlas, no se borra— ¿Quieres casarte conmigo, Bruno Greco?—

—Esto...—

Bruno se queda en silencio por un par de segundos hasta que veo como una gran sonrisa se forma en sus labios, ojos azules brillan en una emoción profunda. Como si estuviera aguantando las ganas de echarse a llorar, antes de que dé su respuesta y yo estoy hecha un mar de lágrimas de emoción también.

—¡Sí!—

Todos gritamos de felicidad ante la respuesta de Bruno, Atlas no tarda en ponerse de pie para sacar la banda de oro negro con detalles azules y colocarla en el dedo de su prometido, aplaudimos en el momento en que se besan para terminar de sellar el momento.

—Nunca creí ver al Novikov, más promiscuo de toda las generaciones pasadas ponerse de rodillas por alguien— silba Yerik, nos reímos— ¡Felicidades, chicos! ¡Se lo merecen!—

Nos acercamos para abrazar a la feliz pareja e intercambiamos un par palabras hasta que Bruno, me toma en un fuerte abrazo que me saca una risa por que mi enorme vientre no lo deja hacer más, pero no parece importarle y no dudo en besar su mejilla, murmurando por lo bajo.

—Te lo mereces, pollo. Deseo que seas sumamente feliz en este nuevo capítulo, Bruno—

—Gracias—

—¿Por qué?—

—Por haber confiado en mí— responde, mis ojos se llenan de lágrimas— de no ser por ti y tu credibilidad hacia mis palabras, nunca lo hubiera conocido—

—Feliz de ser el hada madrina, entonces— nos reímos, limpio suavemente mis lágrimas a lo que Bruno, sonríe— lo siento, los gemelos me tiene hasta el tope hormonas que puedo ver un patito cruzando la calle y me pondría a llorar—

—Lo sé, mamá pingüino— lo miro con falso enojo, se ríe— Valentina, caminas como pingüino—

—Lo sé, pero, ¿sabes lo que es tener dos bebés que pesan más que una tonelada dentro de tu cuerpo?—

—No quiero ni imaginarlo, mamá pingüino—

—Mejor no lo hagas—

—Ahora...— sonríe mirando el anillo de su dedo, debo decir que queda muy bien con el color de sus ojos— tengo que planear una boda—

Entonces, una idea loca se me cruza en la cabeza y sonrío un poco.

—¿Por qué no ahora?— inquiero, sus cejas se arquean— créeme, planear una boda es algo complicado mira que Xander y yo, tuvimos varias discusiones a pesar de que teníamos mucha ayuda para planear. No digo que no lo hayamos disfrutado pero, ciertamente todo hubiera sido más sencillo si nos hubiéramos fugado otra vez. El momento es más íntimo y precioso, cuando lo único que necesitas son las personas que te aman y que son tu familia—

—Es...— abre y cierra la boca, pensando en mis palabras— ¡Atlas!—

—Dime, cosita— su prometido aparece a su lado con una sonrisa— ¿Vamos a celebrar nuestro compromiso en nuestra habitación a solas?—

—¿Por qué no mejor nuestra noche de bodas?—

La cara de Atlas, es un poema puro que nos saca una pequeña risa a lo que Bruno, lo besa para que salga de su estupor mientras toma sus manos, mi cuñado escucha con atención las palabras de su prometido.

—Piénsalo, lo hemos hablado más de una vez. No queremos algo grande, si no sencillo y que nuestra familia solamente esté ahí...— toma mi mano en la suya, la estrujo suavemente— es suficiente para mí, por que le dará el verdadero significado especial y mágico que siempre he querido. No necesitamos a nadie más, solo a ellos...— los ojos de Atlas, brillan con emoción pura— ¿Que dices? ¿Nos casamos el día de hoy?—

—Yo...— respira profundamente, la sonrisa de sus labios no se borra— ¿Que mierdas estamos esperando para planear todo? ¡Casémonos ahora, carajo!—

Todos festejamos ante la decisión de la pareja y rápidamente, me pongo a dar órdenes para repartirnos las tareas mientras que Remy, Yerik y yo discutimos acerca de lo que íbamos a comprar en la ciudad de la isla para terminar de decorar el pequeño arco de madera que está cerca de la playa, un espacio especial que tiene la casa para cualquier tipo de eventos y que quedaba perfecto para una boda improvisada.

En ese momento, escucho como la puerta de la entrada principal se abre y la voz de Aslan, resuena en todo el espacio hasta que llega hacia donde nos hemos encontrado, sus cejas se fruncen ante la alegría de nuestros rostros.

—¿Ya estamos de dejar muertos?— inquiere, nos reímos.

—No, todavía falta para eso, Aslan— respondo, asiente— más bien, estamos felices por que...—

—¡Hermano me voy a casar!— exclama Atlas por lo alto, antes de abrazar a su hermano quién lo mira consternado— le pedí matrimonio a Bruno y me ha dicho que sí...¡Nos vamos a casar hoy!—

—Eso...— abre y cierra la boca— ¡Felicidades, hermano!— vuelven a abrazarse, mi cuñado mayor palmea su espalda— les deseo la mejor felicidad del mundo, se lo merecen— sonríe— ahora, ¿en que necesitan ayuda?—

—Necesitamos comprar un par de cosas para la decoración, un bonito pastel y algunas cosas para la cena— digo, asiente— ¿Vienes con nosotros?—

—Sin duda, entre más pronto lo hagamos mejor. El tráfico está horrible y se pondrá peor, a como nos nos vayamos ahorita—

—Entonces...¡Andando! ¡Yerik, mi bolso!—

—Aquí, cariño—

Me lo pasa, reviso que tenga efectivo y las tarjetas con el nombre falso con las que hemos estado sobreviviendo cada uno, asiento con satisfacción al ver que mi arma también está ahí antes de mirar mis pies descalzos.

—¡Remy, los...!—

—Ten, mi niña—

Ni siquiera me sorprendo cuando deja mis sandalias bajas para caminar más agusto y rápidamente, me las coloco para irnos de la mansión con ellos tres pisándole los talones.

Mientras caminamos en dirección hacia la camioneta, Aslan se inclina para susurrar en mi oído, para que solamente yo lo escuche y asiento, cuando sé que se trata del trabajo que le he pedido que haga.

—Tengo lo que me pediste—

—Bien, me cuenta después—

Ahora...

Tenemos una boda que planear.

No tardamos mucho en encontrar las tiendas con las cosas que necesitamos, Aslan venía conmigo junto algunos guardias mientras que Remy y Yerik, buscaban a un ministro por que el guardaespaldas ruso al estar muerto ante los ojos de todos, no puede oficiar una boda sin delatarnos.

—¿Crees que serán suficientes flores?—

—Creo que hasta sobran, cuñada— responde con una pequeña sonrisa. Ciertamente, nuestra relación había mejorado mucho con el paso de los meses— aparte, somos nosotros y entre menos flores sean, menos probabilidades haya de que te las comas—

Ruedo los ojos a la par que le hago una señal obscena.

—Jódete, Aslan—

—Lo dice la loca que comió pasto hace un mes—

—¡Fue una vez!— chillo— en mi defensa, no sé por qué a los gemelos les dió por querer comer eso. Aparte, no puedo negar que estaba algo...¿rico? Sí, eso—

—Maldita loca— la empleada llega con el último arreglo de flores— ¿Son todas las que llevarás?—

—Sí...— miro a mi alrededor, hasta que mis ojos se detienen en un bonito arreglo de lirios blancos— no, espera...— camino para tomarlo en mis manos— este también, se ven bonitos y frescos, le darán un buen toque a la casa—

Aslan asiente para extender la tarjeta y pagar los ramos de flores, una vez que tenemos todo lo necesario para la decoración, salimos de la tienda.

Sostengo los lirios en mis manos para caminar en dirección hacia la camioneta, pero antes de que logre subirme algo eriza los vellos de mi nuca y no puedo evitar estremecerme, paso mi mano por detrás para aliviar la sensación.

¿Qué rayos?

Por instinto, giro mi cabeza en la dirección hacia de donde proviene la mirada pesada pero no veo nada, frunzo el ceño ligeramente y un nuevo estremecimiento, me recorre el cuerpo pero sigo sin ver nada. Mi ceño se profundiza, la mirada de Aslan se conecta con la mía con curiosidad.

—¿Ocurre algo?—

—No...o no lo sé...— paso mi mano por la parte trasera de mi nunca, para aliviar la sensación— simplemente...— giro mi cabeza hacia atrás de nuevo. No veo nada, otra vez— sentí como si alguien me estuviera viendo...— sacudo mi cabeza, sacando esa idea— olvídalo, de seguro es imaginación mía. Debo estar paranoica, como cada vez que salgo de la mansión—

—¿Estás segura? Podemos ir a revisar—

—No, no, estaré bien. Aparte, necesitamos apresurarnos si queremos tener todo listo a tiempo antes del atardecer—

—De acuerdo. Vamos, que esta boda no se va a planear sola—

—Ciertamente—

Finalmente, me ayuda a subirme a la camioneta aún con mi gordura que me saca algunas burlas de su parte, me río de buena gana pero mientras vamos en camino hacia la mansión. No puedo evitar dejar de sentir esa sensación.

La sensación de que me están observando.

Nuevamente, los vellos de mi nuca se erizan y comienzo a preocuparme, coloco una mano en mi vientre de forma distraída, sintiendo los movimientos de los bebés que me arrancan una pequeña sonrisa más la preocupación de que alguien me vigila, se hace un poco más fuerte incluso en movimiento.

¿Qué rayos está pasando?

Afortunadamente, logramos tener todo a tiempo antes de que suceda la puesta de sol para que Atlas y Bruno, se puedan casar con un bonito atardecer a su espalda.

Sonrío con cierta nostalgia al recordar el día de mi boda, una de mis manos sostiene la argolla de Xander que cuelga de mi cuello. Bruno, no deja de dar pequeñas vueltas en su habitación mientras que Félix, refunfuña por lo bajo al ver que no se queda quieto y arruina un traje costoso que ha conseguido.

—Niño, deja de moverte—

—Joder, estoy nervioso. Entiende—

—Pollo, nada va a pasar, ¿de acuerdo?— intento tranquilizarlo— nadie nos conoce en las Islas Maldivas, solo enfócate en que es tu momento y todo, saldrá bien—

—De acuerdo, de acuerdo— respira profundamente— yo puedo hacerlo, sé que puedo hacerlo—

—Lo harás bien, fratellino— asegura Salvatore, a mi lado— solamente, vive tu vida a lado del hombre que amas y lo demás, será más sencillo para ambos, a pesar de los retos—

—Bene. Bene, puedo hacerlo—

—Por cierto...— Félix, se sienta a mi otro lado con una gran sonrisa y una pequeña caja en sus manos que pone en mi regazo, arqueo una ceja con curiosidad— hice algo para estos pequeños de aquí— coloca mi mano en mi vientre, los gemelos se mueven ante la atención que les dan— se nota que saldrán como sus padres. Siempre, siendo el centro de atención—

—No tengas dudas de eso— quito el lazo junto a la tapa de la caja— ¡Aww! ¡Mira esto, Salvatore! ¿No son bonitos? ¡Me encantan!— chillo con emoción, para abrazar a Félix quién se ríe ante mi entusiasmo— gracias, Féx. Son increíbles—

—Preciosos, Valentina—

Observo los pequeños mamelucos que le hizo Félix a los bebés mientras que Jasha, sonríe al ver el color negro y rojo de cada uno con una palabra en cada tela, por que siempre les he dicho que mis hijos son la oscuridad y el fuego que han nacido de su padre y de mí, me encanta que Félix, se haya tomado la molestia de hacerles unos pequeños mamelucos.

Leo el primero, el de D.

T'ma.

<< Oscuridad >>

Leo el segundo, el de S.

Ogon'.

<< Fuego >>

Desde que me enteré que estaba a la espera de dos niños, siempre supe cuáles serían sus nombres. Xander, también lo sabía por qué los escogimos cuando estaba embarazada de Alisha, en caso de que fuera un niño siempre buscaríamos una manera de honrar a sus padres y al apellido Novikov, con nuestros hijos.

D y S.

La oscuridad y el fuego destructor de la Bratva.

—¿Listo, pollo?—

—Listo, mamá pingüino— responde seguro mientras que nos colocamos en el inicio del camino hacia el marco decorado con telas, nuestros pies se clavan en la arena fresca de la playa— quiero unir mi vida a ese hombre y tener hijos a su lado—

—Eso es bueno—

—Seremos una familia más grande— acaricia mi vientre— entonces, mis ahijados tendrán con quién jugar siempre—

—Solo espero que no me pidan otro hermano, si no, estaré frita—

—Lástima que Xander, no encajó tres de una—

Río.

—Tranquilo, ¿sabes que puedo volver a embarazarme de Xander?— frunce sus cejas.

—¿En serio?—

—Los Zares, suelen tener siempre todo bien calculado. Cada heredero a ser Zar, siempre tiene que dejar varias muestras de semen a preservar al igual que las mujeres que somos compañeras, Zarinas o Zar en su caso, dejamos algunos óvulos congelados. Si alguno de los dos muere...—

—Dejan una descendencia asegurada—

—Así es—

—Vaya...— silba impresionado— ustedes, los Zares. Sí que saben, como no matar su linaje—

—Es importante, el legado Novikov no puede morir, mucho menos caer en las manos incorrectas de alguien que no lleve sangre Novikov—

—Entiendo...—

La música comienza a sonar a lo lejos y aprieto el brazo de Bruno para decirle que ya es hora, mis dedos aprietan un poco el pequeño ramo de lirios que hice con los que compré para comenzar a caminar en dirección hacia Atlas, quién tiene los ojos cristalizados al ver a mi pollo y eso me saca una sonrisa.

El saber que ellos pueden ser felices, me hace feliz también a pesar de los recuerdos agridulces que tengo de mi boda.

Cuando llegamos a la altura de Atlas, no dudo en ofrecer la mano de Bruno en la suya con unas pequeñas palabras amenazantes que le sacan un par de risas a los hombres.

—Le haces algo malo o lo veo llorar, y te romperé el pene, Atlas. ¿Soy clara?—

—Muy clara, cuñada—

Sonrío con emoción.

—Sean felices, chicos. Lo merecen—

Finalmente, tomo asiento a lado de la silla de Aslan quién a su otro lado está Salvatore, quedo en medio de ambos mientras que Remy y Yerik son los padrinos de cada uno de los novios.

El ministro sobornado con una buena plata, sonríe hacia ellos para comenzar la ceremonia y observo con maravilla, como el atardecer hace su efecto en ambos donde se refleja el inmenso amor que se tienen uno por el otro, para compartir sus vidas juntos.

Algunos recuerdos, llegan a mi mente de forma agridulce.

Te amo, señora Novikov.

También lo amo a usted, señor Novikov.

Mi esposo.

Mi esposa.

Ahora...

Mañana...

Y siempre.

En esta vida...

En la otra...

Y en todas las que tengamos por delante.

Siempre será así, mi amor.

¿Realmente nos hemos casado?

Nos hemos casado, mi amor.

Mis ojos se llenan de lágrimas, al recordar una cosa.

Nuestro aniversario fue hace nueve días.

Limpio suavemente la pequeña lágrima que se desliza por mi mejilla con mi dedo pulgar, la mano de Salvatore toma la mía, acariciando mis nudillos suavemente y nos miramos un momento para sonreírnos. Aunque no lo demuestre abiertamente, puedo ver cómo la emoción brilla en sus ojos al ver la felicidad de su hermano.

Prontamente, la parte de los votos llega y Bruno, es el primero en comenzar tomando con fuerza las manos de Atlas.

—Atlas. Stronzo...— empieza, traga el nudo de su garganta para evitar las lágrimas. Sonrío con cariño hacia ellos— decirte que eres un idiota, es una de las mejores cosas que me ha paso en la vida— nos reímos por lo bajo— por que gracias a eso, nuestra primera aventura llena de adrenalina, comenzaba para ambos. Donde sin darme cuenta, te convertiste en ese complemento que hace que mi vida sea mucho mejor, no habría hecho lo que he hecho los últimos dos años de no ser por ti y mi familia. Me has ayudado a crecer como persona, me diste un amor al cual podría aferrarme sin sentirme olvidado, sin sentirme extraño. Simplemente...me amaste a mí—

Toma la sortija de la mano de Remy, río entre lágrimas para aceptar el pañuelo que me extiende Aslan, se ríe por lo bajo al que encajo mi codo en sus costillas, se queja por lo bajo.

—Deja de reírte de mí, cabrón—

—Maldita loca hormonal—

—Gracias—

—Por eso, yo...— me concentro de nuevo en la boda, mi pollo comienza a deslizar el anillo por el dedo de Atlas— Bruno Greco, te tomo a ti, Atlas Novikov. Hoy diecinueve de octubre como mi esposo y prometo amarte de la misma manera en la que me enamoraste donde juro que siempre serás digno de mi corazón. Ahora, mañana y siempre—

Ahora, es el turno de Atlas que luce evidentemente nervioso y emocionado, lo sé porque veo como sus piernas tiemblan un par de segundos hasta que carraspea para comenzar con sus votos.

—Bruno, cosita...Lucifer, por una vez en mi vida no sé qué decir...— respira con cierto entrecortamiento— simplemente...gracias. Gracias, por darme la oportunidad de dejar ser digno de ti, porque Valentina siempre tuvo razón. Eres una de las cositas más bonitas y buenas que tiene este mundo, Bruno— toma el anillo que le ofrece Yerik— y por eso mismo, me siento afortunado de que me ames como lo haces, sobre todo, por hacerme sentir que todo es posible, si es con un propósito en la vida, más si quieres estar con la persona que amas. Por eso yo. Atlas Novikov, te tomo a ti, Bruno Greco. Hoy diecinueve de octubre como mi esposo para seguir siendo aquella persona digna de ti, una versión mejorada de mí que solamente se mostrará a tus ojos con el mismo amor y fervor que te tengo desde que nos conocimos. Ahora, mañana y siempre—

Atlas termina por deslizar el anillo por su dedo mientras que todos observamos con evidente cariño y felicidad hacia la pareja. El ministro, llama su atención para terminar con la ceremonia.

—Por el estado que me confiere el Estado de la República de las Maldivas. Los declaro a ambos...esposos— mira hacia Atlas— puede besar a su esposo, señor Novikov—

—¡Bravo!— exclama Salvatore, todos comenzamos a aplaudir en celebración mientras que la pareja se besa— ¡Lunga vita agli sposi!—

—¡Bravo!—

Como siempre, Atlas no pierde su toque Novikov para alzar sus manos entrelazadas hacia el cielo, donde se pueden observar las estrellas ahora.

—¡La cosita es mía!—

Comenzamos a ponernos de pie para abrazar a los recién casados entre risas y sonrisas que me contagian, hacen que mi alma se sienta más ligera y los bebés, no dejan de moverse con fervor en mi interior, felices también de la celebración de sus padrinos.

Bueno...

Hoy fue un buen día, también.

Tomo asiento en la silla de mi estudio para recostar un poco mi espalda, Aslan cierra la puerta detrás de él antes de que deje caer una carpeta algo pesada en mi escritorio, asiente en mi dirección.

—Tenías razón con cuestión a los correos codificados en la carpeta oculta de la nube de Xander que encontraste hace un par de días, luego de que los descodificaras. Seguí cada una de las pistas que marcaba cada uno de los correos, todos me llevaron al mismo punto—

—¿Donde?—

—Turquía. Siendo específico en Ankara, Esmirna y Bursa. Todos los puntos IP, se detienen ahí más no hay otra señal para terminar de descodificar los correos, la señal muere en esos puntos de Turquía—

—Bien, bien...— murmuro mientras abro la carpeta, juego con un bolígrafo entre mis dedos— ¿Qué hay de las noticias en México?—

—Mal— arqueo una ceja— Esteban Díaz, se niega a negociar con nosotros a menos que la verdadera cabeza detrás de todo esto, sea quién se presente a su frente con los huevos que dices tener, para mandar a tu lacayo. Sus palabras, no mías—

—Bueno, el vaquero no es tan estúpido como se pinta— respondo, sin despegar la mirada de los papeles— ¿Conseguiste algo más de Turquía?—

—Muy poco, pero hay algo que nos puede servir— extiende un mapa de todo Turquía en todo mi escritorio— mientras buscaba las IP de donde venían los correos para las reuniones, se me hizo raro que el patrón solamente se repitiera en Bursa, Esmirna y Ankara— señala los puntos— entonces, me dediqué a moverme por el bajo mundo de los turcos y pagar una buena fortuna para que me dieran algo de información e incluso, recurrí a tu viejo contacto, Habbab Bayraktar. Claramente, no le dije que iba de tu parte, si no que una vieja amiga requería tu servicio y me dijo información bastante útil...—

—Al grano, Aslan—

—Tanto Esmirna, Ankara y Bursa ya no pertenecen a la familia Arslan. Los terrenos fueron perdidos con la guerra entre ellos y la mafia del mal. Casualmente...—

—Casualmente, son los mismos puntos donde terminan las IP de los correos— termino por él, asiente— mafia del mal...— repito su nombre, como si hiciera eco en mi mente— mafia del mal...—

Entonces, recuerdo donde he escuchado esa mafia en específico. Giro la silla para entrar a la nube privada de mi cuenta, tecleo con rapidez para buscar la carpeta con los archivos e informes de la estadía de Xander en Alcatraz, si la memoria no me falla más de una vez, mi marido fue a la guerra en Turquía entre mafias, una de ellas llevaba el nombre de "Mal"

Reviso uno a uno los reportes hasta que uno en particular llama mi atención, es un permiso para la baja permanente y alta de Xander, en Alcatraz.

¿La razón?

No tiene la firma de Habbab Bayraktar.

Si no, una más fina y pulcra que cubría toda la línea punteada, pero aún así, lograba ver las iniciales del nombre de abajo.

M.D.R

Frunzo ligeramente el ceño, buscando cientos de nombres que tengan las tres iniciales. Aslan, sigue leyendo los correos ocultos de Xander que encontré en su nube hace un par de días, razón por la cuál había mandado a mi cuñado a seguir las IP en todo Turquía, en estos meses Aslan se había convertido en mi espía más fiel y discreto, ¿por qué?

No le debe rendir cuentas a nadie.

Atlas, está demasiado ocupado con Bruno para ponerle atención.

Remy, Yerik y Salvatore, se la pasan pegados a mí como chicles.

Jasha y Félix, vivían en su mundo de drogas y moda que a duras penas nos ponían atención.

Así que, por ende...

Aslan Novikov, era el espía perfecto por que nunca sabías cuando llegaba o cuando se iba.

Nadie cuestiona sus viajes de negocios, cuando en realidad era mi representante para no dar mi cara aún, aumentando la incertidumbre de mi supuesta muerte. Hasta que fuera necesario, es cuando decidía contarle a los demás partes de mis planes, no todos ellos.

Su voz, me saca de mis pensamientos y algo en sus palabras, termina por cobrar sentido en mi cabeza.

—Todos estos puntos están de forma asimétrica, que nunca podría descifrar por dónde debes comenzar. Joder, admito que Xander fue muy bueno en ocultar la identidad de la persona con la que se reunía a nuestras espaldas...—

Asimétrica...

Asimétrica...

—¡Eso es! ¡No se trata de un orden común, se trata de una simetría perfectamente asimétrica!—

—¿Qué?—

—No se trata de algo, se trata de alguien quién mueve los hilos a su favor como nosotros—

—¿Quién?—

Vuelvo a leer las letras debajo de la firma para acomodarlas en el orden correcto que van, de izquierda a derecha.

R.D.M

Sí...

Las palabras de Dimitri acerca del ajedrez, resuenan en mi cabeza por algún motivo.

En los tableros de ajedrez, la reina es la que manda. Es la que se mueve con sigilo y a pasos pequeños para buscar su objetivo. Proteger a su rey junto a su reinado, ellas lo son todo, si no, nada tendría sentido.

La vida se trata de un juego de ajedrez, tú sabrás cómo mueves las piezas de tu tablero con tus elecciones para proteger tu reinado y ser feliz en un buen equilibrio, para que no se rompa.

Vuelvo a mirar las letras y todo se aclara en mi mente, con el bolígrafo escribo un solo nombre a lo que Aslan, se impresiona ante la palabra.

—Reina del Mal—

—Ella debe ser la cabeza de la mafia del mal, misma que ha luchado por los terrenos de su familia—

—¿Familia? ¿Que nos hace creer que está ligada con los Arslan?—

—Sencillo, no armarías una guerra a menos que tus motivos fueran una venganza calculada para recuperar lo que es tuyo. Es por eso que a Xander, lo dieron de baja permanente en la guerra luego de que se perdiera en acción por tres meses, ¿recuerdas? Y mágicamente, reapareció con la baja permanente del programa, volviendo a Rusia—

—La Reina del Mal, debió saber quién era él y a cambio de salvarle la vida...—

—Negociaron lo que siempre hacemos. Lealtad con lealtad. Xander dejaba la guerra de forma permanente y se terminaba de preparar como Zar, para ser un aliado fuerte de la guerra contra los Arslan—

—Un trato astuto, la pregunta es...¿cómo diablos contactamos a la Reina del Mal? Sí es alguien de la familia Arslan, deberá estar oculto en las sombras—

—Préstame el mapa con las IP— me lo extiende, detallo los puntos de las IP— ¡Lo encontré!—

—¿Dónde?—

—Las direcciones IP, se usan cada cinco veces y son cambiadas con unas nuevas. Mira— señalo— ¿Cuál fue el último correo?—

—Déjame ver...— toma los papeles— cinco de marzo—

—¿De este año?—

—Sí...— ambos miramos el mapa— aquí hay una...y aquí hay otra—

—Y aquí están las otras dos— remarco con un marcador— lo que significa...—

—Que solamente, tenemos una oportunidad para ponernos en contacto con ella—

—Lo haré— dictamino— solamente, necesito entrar al mismo correo que usaba Xander para poner la misma IP a la fue enviado, debería ser sencillo—

—Mi hermano te entrenó bien, Valentina—

—Lo sé— reconozco con orgullo, sin dejar de teclear— lo tengo, la dirección sigue activa no la han desactivado...—

—Entonces, haz tu magia, cuñada—

Pienso un momento mis palabras, hasta que opto por lo más sencillo.

—Reina del Mal, sobrenombre interesante. Y más interesante, el hecho de que lograra hacer negocios perfectos debajo de la mesa con mi esposo.—

Enviar.

—¿Crees...?—

—Lo hará— garantizo— le interesará que los muertos no tan muertos, son más poderosos en la tumba que en vida. Busca lo mismo que nosotros, poder hasta calmar su sed de venganza y recuperar lo que es suyo—

Y como si fuera una manifestación, recibo un nuevo correo en la bandeja de entrada. No dudo en abrirlo, una sonrisa fría se pinta en mis labios ante su respuesta.

—Zar de la Bratva, bien dicen que la muerte no es suficiente para ustedes. Admito que me ha sorprendido que pudiera descifrar el juego de araña entre su esposo y yo, más astuta de lo que pensé—

Sigo respondiendo.

—Tienden a subestimarme, Reina del Mal. La mayoría que lo hace, termina tres metros bajo tierra y no precisamente, en un ataúd—

—Puedo notarlo. Sí ha descifrado todo el trabajo de su marido, debe querer algo conmigo—

—Una reunión. Ponga lugar, fecha y hora, estaré dispuesta—

—¿Que le hace creer que aceptaré una reunión con usted?—

—Sencillo. Por que soy lo que necesita para acabar con su familia y que usted, pueda recuperar lo que es suyo—

—Se equivoca—

—Desearía que me equivocara, Reina del Mal—

—Buen punto. Bien, estaré dispuesta a escucharla—

—Estoy a su disposición—

—Bien—

—Ankara. Viernes. Cinco de la tarde, no llegue tarde. Las coordenadas, serán mandadas el día de la reunión. A solas, sus guardias se quedan afuera al igual que los míos—

—Un trato justo—

—Bien. Debería asustarse por reunirse conmigo, soy el mal encarnado—

—Y yo soy la hija del diablo, por ende, el miedo debería ser al revés—

—Veremos, Zar—

—Veremos, Reina—

—¿Es todo?— asiento— ¿Estás segura que puedes viajar?—

—Hace más de un mes que me dieron el alta para viajar, iremos primero a Turquía. Posteriormente, a México. Debemos terminar estos asuntos en dos semanas, debo volver a casa para cuando esté cerca de la semana treinta, podré descansar lo necesario para que los niños nazcan en tiempo y forma—

—Bien— responde— ¿Empacamos las maletas?—

—Empacamos las maletas—

Ankara, Turquía.

Cruzo mis tobillos de manera suave a como mi abultado vientre me lo permite, mis uñas golpean contra la mesa de madera del gran salón al cual me había trasladado en el momento en que puse un pie dentro del lugar de las coordenadas, el silencio era tan gratificante que probablemente, escucharía como cae un alfiler.

Recuesto mi cabeza un momento en la orilla de la silla ornamentada pasando una mano por mi vientre, cierro mis ojos disfrutando del silencio por un par de minutos hasta que escucho un par de tacones haciendo eco en todo el salón.

El sonido de la puerta siendo cerrada detrás de alguien me mantiene alerta más no abro mis ojos también, hasta que una voz femenina que es igual de fría que la mía, me recibe.

—Dicen que el silencio habla por muchas cosas—

—Y no se equivoca, Reina del Mal—

En el momento en que abro mis ojos, me encuentro con una mirada negra pero no tan profunda como la mía y al igual que las mujeres que he conocido en la mafia y que realmente valen la pena, llamar mafiosas.

Su mirada no muestra alguna expresión, al igual que la mía.

Deja una carpeta negra encima de la mesa para colocar los codos en la madera, su expresión me analiza por un par de segundos a lo que arqueo una ceja.

—Admito que una vez, tuve curiosidad por conocer a la mujer que había logrado subir escalón tras escalón en la mafia y ahora, es una de las mujeres más poderosas de la mafia con tres títulos en su cabeza—

—Títulos que me han costado la muerte de los que he amado— respondo con sequedad, asiente sin una expresión— lo sabe, mejor que nadie. El amor, es una maldición que podría ser nuestro fin—

—Al mismo tiempo, es el fuego que nos impulsa a luchar por lo que queremos y no precisamente, por un vínculo emocional—

—La venganza, es lo único que nos queda en esta vida, Reina del Mal—

—Y es un placer que no se puede negar, Zar Novikov— habla— mujeres como nosotras, nos joden una vez y no vuelven a hacerlo—

—No, nos joden las veces que deseamos que nos jodan para levantarnos con un nuevo peso en los hombros—

—Entonces, esa mujer es más estúpida de lo que pensé—

Arqueo una ceja antes de soltar una risa fría, la Reina del Mal me mira de manera detenida, esperando mis palabras.

—De ser tan estúpida, Reina del Mal. No tendría los tres títulos que me pesan en la cabeza, tres coronas que gané con cada jodida que me dieron, ¿me importó? En su momento, sí. Más, nunca vieron la consecuencia que traía joderme y es que, me volviera más letal que ellos mismo para aniquilarlos— se queda en silencio— a las reinas se las joden en el ajedrez con sus peones pero al final, somos quienes quedan de pie en la victoria y el dolor—

—Buen punto, Zar—

—Usted, si es una mujer bastante estúpida— respondo, se queda en un silencio más pesado que el anterior. Puedo notar como su mandíbula se tensa un momento, señal de que mi comentario no le ha gustado y que nadie, se había atrevido a desafiarla como lo he hecho— déjeme adivinar, la jodieron una vez—

—Dos—

Arqueo las cejas con sorpresa, antes de echarme a reír.

—Dos veces...y sigue en el mismo título de reina, está estancada por que no lo han jodido de la manera en que usted, quede reducida a la nada y tener que pegar sus fragmentos por sí misma—

—Habla por experiencia—

—Claramente, los títulos no me los dieron por bonita. Si no, por ser más astuta que mi verdugo. Dos veces la jodieron, pero sigue en el mismo pozo del que no se atreve a salir por miedo a que todos vean quién es usted, Roma Arslan—

Su cuerpo y esa es toda la confirmación que necesito, vuelvo a reírme.

—Los rumores vuelan. Los chismes tienen muchas voces. Todo es una mentira hasta que alguien rompe esas mentiras, Reina del Mal— hablo en tono frío.

—Chantaje, algo muy banal para alguien tan poderosa como usted—

—Chantaje no, la manipulación es lo mío. Ni siquiera se ha dado cuenta que acaba de darme su secreto, en mis manos— se queda en silencio— pudo haberlo negado, sí. Más, se quedó en silencio y a veces, esos silencios...son nuestra condena—

—Touché— responde con cierta diversión irónica— ¿Qué quiere de mí?—

—Los negocios que hacía con mi marido, sencillo. Mismo trato que él le ofrecía, la única diferencia es que su ganancia conmigo será el doble de lo que hacía con Xander—

—Hecho—

—Astuta—

—Sé pierde una batalla, no la guerra, Zar—

—Afortunadamente, yo voy al frente con ambas—

—¿Que va a querer de mí realmente?—

—Lealtad por lealtad. No quiero que los Greco hagan negocios con usted, si no, le garantizo que las consecuencias que alguna vez les mostró mi marido, no serán comparadas con las mías—

—Punto claro— ladea su cabeza— es la primera mujer que logra intimidar a la Reina del Mal, siéntase orgullosa de ser la hija del diablo que hace temblar al mal, aunque no lo demuestre—

—Lo hago...—

No logro agregar más palabras, porque se escucha un fuerte estruendo en la puerta consiguiente por la que entró Roma Arslan, la mujer a mi frente arquea una ceja con molestia evidente por un par de segundos hasta que un hombre entra por el mismo lugar, sus ojos verdes son lo primero que llama mi atención antes de concentrarse en la Reina del Mal.

—Reina, tenemos un problema—

—Arréglalo, para eso te pago, pedazo de imbécil—

—Usted, es la única que puede hacerlo—

—Claramente, soy la única que puede hacerlo, Iskander. Más, creo que están lo suficientemente capacitados para no ser unos inútiles— responde en tono mortalmente frío, arqueo una ceja en curiosidad cuando veo cómo la mandíbula del hombre, se tensa en evidente enojo— ¿Cuál es el problema que tengo que resolver por ti, inútil?—

—La bestia, está fuera de control—

—Sédala, ese no es mi problema—

—El sedante no funciona—

—Golpéala, no me importa—

—Lo hemos intentado...—

—Dime, ¿hay algo que ustedes hagan bien, Iskander? ¿O solamente me estás demostrando que al final de cuentas eres un maldito inútil al cual debo matar para tener a gente decente trabajando para mí?—

—Coger, Reina del Mal— responde en tono venenoso, la mujer arquea una ceja y me quedo en silencio, mirando todo. Una pequeña sonrisa tira de los labios del hombre— y lo sabe, mejor que nadie, maldita arpía de hielo—

—Hijo de puta— sisea la mujer, antes de ponerse de pie y caminar hacia la puerta en la que se escucha el ruido incesante, cada vez más fuerte— a ver, quítate del puto camino. Todo tengo que hacerlo yo, por que tengo gente tan inútil, que no sabe hacer una simple tarea. Acompaña a la señora Novikov, a la salida. Hemos terminado con los asuntos— arquea una de sus cejas negras— si sabes hacerlo, ¿no? ¿O tengo que explicártelo con manzanitas?—

—Lo sé, Reina del Mal—

—Bien. Ahora, lárgate de mi vista, guardaespaldas inútil— le quita una de las armas de su cinturón— si esa maldita bestia no entiende por las buenas, será por las malas. Y maldad, tengo de sobra—

Finalmente, se marcha del salón para azotar la puerta detrás de ella mientras que el hombre, me ofrece su mano para ponerme de pie, sonrío con amabilidad sincera que me sorprende al guardaespaldas de hace un momento y me acompaña hacia la salida, abre la puerta.

—Señora Novikov—

—Señor Iskander— inclino mi cabeza, afuera veo a Remy y Yerik esperándome— ¿Te pagan bien?—

—Lo hacen, aunque no lo parezca esa mujer me tiene cogido de las pelotas. Así que, librarse del mal, no es una opción—

—No veo que se queje—

—Para nada, esa arpía de hielo es cabrona cuando quiere, pero también lo soy— asegura— es como mi payaso It, para divertirme cuando me plazca aunque no lo parezca, la tengo agarrada de los ovarios también—

—Entonces, que tenga buena vida, señor Iskander—

—Gracias, señora Novikov. Y felicidades por el bebé, será bonito como usted—

—Eso espero—

—No tenga dudas—

Entonces, ambos escuchamos dos disparos proveniente del otro lado que hace eco en todo el salón, arqueo una ceja en dirección al guardaespaldas.

—Parece que su bestia, ha terminado muerta...—

—Nah, no se preocupe. La Reina del Mal, no mataría a esa bestia, la necesita viva al igual que a mí. No mata a nadie a menos que deje ser servible, no se complica mucho—

—Entiendo...—

—Tenga bonito día, señora Novikov—

—Igualmente, señor Iskander—

Salgo de la gran propiedad para caminar hacia Remy y Yerik, ambos me miran con expectativa, sonrío de lado.

—Hemos cerrado el trato. El negocio de mi esposo, se restablece con una mejor ganancia y una buena lealtad hacia las filas rusas con la guerra—

—Bien hecho, mi niña— me abraza, sonrío— ahora, ¿hacia dónde nos dirigimos?—

—A México, nuestra última parada antes de volver a Maldivas—

Culiacán, Sinaloa.

—Vaya. Cuando me dijeron que el Zar de la Bratva, deseaba verme. No imaginé que se tratara de la amazona que me disparó en la pierna—

Bajo un poco los lentes de sol de mi nariz para mirar con una ceja arqueada a Esteban Díaz, Patrón del Cártel de Sinaloa junto a uno de los más grandes distribuidores de fentanilo, por debajo de nosotros, teníamos una competencia reñida pero al final la Bratva, estaba en la cima.

Como siempre debe ser.

—La vida da sorpresas, señor Díaz—

—Lo sé, mejor que nadie— toma asiento en la silla frente a mí. Le hago un señal a mis guardias, para que se marchen y nos dejen a solas— escuché que ya no tiene nada de poder—

—Eso dicen los rumores, y a mí, me gusta callar bocas— gruño con cierto enfado, las hormonas no están de mi lado el día de hoy— en especial, con una bala—

—Soy todo oído entonces, amazona—

—Escuché que los Greco, le ofrecieron un buen contrato sumamente tentador para distribuir fentanilo en sus territorios—

—Lo han hecho, ¿viene a darme una mejor oferta?—

—Claramente, de eso vivo— respondo— no acepte la propuesta de los Greco—

—¿Y que te hace creer que te haré caso, amazona?—

—Por esto— lanzo las fotografías en la mesa, su cuerpo se tensa al verla— su fentanilo, en vez de dar placer, es mortal. A diferencia de nosotros, el nuestro tiene duración el doble y no suele ser tan mortífero—

—Mm...— se queda en silencio— ¿Entonces así hace los negocios? ¿Me ofrece y acepto como estúpido?—

—Sí lo quiere ver así, es su problema, no mío. Simplemente, le estoy diciendo que la gran pérdida que tendría si compra fentanilo de los Greco, no va a vender más en el momento en que se den cuenta que con una sola dosis, causa la muerte—

—Sigues convencerme, amazona—

—Le daré el cincuenta por ciento de las ganancias— replico, sus ojos brillan ante la mención del dinero— se lo distribuyo, lo vende y me da la mitad así de sencillo. Sin complicaciones, señor Díaz—

—Ahora, sí nos estamos entendiendo, amazona— coloca sus codos en la mesa— ¿Cómo me vas a distribuir, amazona? Tengo entendido, que todas tus fábricas están a manos de ellos—

—Exacto, mis fábricas. No mi químico— arquea una ceja con cierta impresión, río— entonces, señor Díaz. ¿Tenemos un trato o no?—

Estrechamos nuestras manos, sonríe de lado.

—Cerramos el trato, amazona. Mejor hablar con la cabeza que con el lacayo, se obtienen más beneficios—

Entonces, su mirada se enfoca un momento en mi vientre abultado y su cuerpo se tensa un momento, frunzo el ceño cuando su mirada se torna un poco oscura con cierta melancolía que me recuerda a mí, en mis noches de desvelo por el duelo de la muerte de Xander.

—¿De cuánto estás?—

—Pronto estaré en los siete meses—

—Debe sentirse muy afortunado el padre, entonces— sonríe de lado— saldrán bonitos, así como tú, amazona—

—Ojalá que el padre, estuviera conmigo, señor Díaz— carraspeo— le enviaré el contrato para que lo firme, sería todo por el momento—

—Es una herida que no se puede curar a veces— habla, me quedo en silencio. Toma un momento el collar con la argolla de Xander— simplemente, se va a quedar como un dolor latente en lo más profundo de su pecho, amazona—

—¿Perdió a alguien?—

—Soy viudo desde hace diez años, así que, algo sé sobre eso— responde, me sorprendo— duele cuando pierdes a la personas que amas, amazona. Pero...—

Traga saliva.

—Duele más cuando nunca la amaste, y lo único que cargas en tu conciencia es la culpa— toma mi mano para depositar un beso en el dorso, no puedo evitar sonrojarme— sea afortunada de seguir amando a su marido, amazona. Por que al final, ese amor será el único consuelo para no venirse abajo—

—¿Y qué pasa cuando no lo amamos?—

—El pozo, nunca tendrá fin—

Inclina su cabeza para ponerse de pie, cosa que hago también. Sonríe un poco, pero la oscura melancolía y culpa no se van de sus ojos verdes.

—Con su permiso. Ten bonita tarde y viaje, amazona. Nos veremos pronto... espero—

Finalmente, se marcha del restaurante y me quedo mirando su espalda ancha antes de que se monte en una gran camioneta negra algo tosca, se marcha mientras que proceso sus palabras.

Al final, sacudo mi cabeza.

Que tipo tan raro.

Sonrío un poco cuando siento las patadas de los bebés, acaricio mi vientre para salir del restaurante también, lista para regresar a las Maldivas y tener tranquilidad hasta que nazcan los gemelos.

Islas Maldivas.

Meses después...

—¿Cuando tienes pensado decirnos los nombres de los bebés?—

—Hasta que nazcan, pollo. Te lo dije, es sorpresa—

—Odio tus sorpresas—

Río mientras termino de acomodar la letra "D" de color negro, en la cuna de unos de los gemelos antes de hacer lo mismo con la "S" de color rojo, ambas cunas eran de dolor blanco para que resaltaran las letras y la habitación estaba pintada de un color beige que la hacía ver más acogedora.

Falta poco...

Estaba entrando a los nueve meses del embarazo y cada vez, era menos el tiempo que faltaba para que pudiera conocer a mis hijos y tenerlos en mis brazos, para darles todo el amor que puedo conseguir como su madre.

Hago una pequeña mueca cuando las patadas de los niños, se sienten un poco más fuertes que otros días que tengo que colocar una mano sobre mi espalda, un pequeño dolor me recorre en la espalda y rápidamente, se va al igual que cuándo me levanté esta mañana.

Bruno, se acerca a mí con expresión preocupada.

—¿Estás bien?—

—Sí, los niños solamente están pateando muy fuerte el día de hoy—

—Tal vez, deberíamos quedarnos para que no te quedes sola...—

—No, no, no...— respiro profundamente— estaré bien, se me está pasando. Aparte, Yerik, Remy y Salvatore no tardarán en llegar de los que les pedí con Elisa. Aslan está haciendo un trabajo. Jasha y Félix, tienen una cita y lo que menos quiero, es que tu esposo y tú, pospongan más su luna de miel de lo que ya lo hicieron por mí— sonrío— disfruten de ese resort bonito, todo va por mi cuenta—

—Valentina...—

—Bruno, estaré bien. Solo, ayúdame a bajar hacia la sala, ahí estaré más cómoda mirando el mar—

—De acuerdo—

El pollo me ayuda a bajar las escaleras despacio y sonrío cuando veo a Atlas, esperando por nosotros. Entre los dos se aseguran que esté cómoda en el sofá antes de marcharse.

Como regalo de bodas, les había dado un resort completo de una semana en el hotel más lujoso de las Islas Maldivas, para que tuvieran sus momentos a solas como un matrimonio y que habían pospuesto por ayudarme con la habitación de los bebés.

Agarro el control remoto y lo enciendo en el canal que necesito, espero un par de segundos hasta que la cara de Iván Gusev, aparece en toda la pantalla e inclina su cabeza en mi dirección.

Zar

—Informes—

Siguen sin sospechar nada. Están haciendo destrozos por todos lados de Rusia y Siberia, tenían pensado hacer negocios con la Yakuza, ahora que usted está muerta. Más hace un par de días, llegó el jefe actual y les dejó en claro que no pensaban hacer tratos con los Greco, su lealtad es hacia usted, aunque esté muerta

—Bien, eso está bien...—

Una nueva punzada de dolor me golpea en la espalda, hago una pequeña mueca ante ello pero luego soy recibida por otra, mi mueca empeora y claro, Iván lo nota.

¿Está bien, Zar?

—Sí, solo que los engendros están pateando demasiado duro—

¿Segura?

—Sí, sí...— asiento, respiro profundamente— ¿Algo más que quieras informarme?—

No, bueno sí...— se ríe con cierto nerviosismo— ¿Le puedo hacer una pregunta?

—Claro— frunzo las cejas, me quejo por lo bajo cuando otra punzada me golpea en la espalda baja. Diablos, eso sí dolió— ¿Ocurre algo?—

¿Es normal que una mujer embarazada pida tanto sexo?¿Y que algunas veces, los antojos sean asquerosos?

—Algunas veces, incluso he oído que es bueno para la mujer— asiente— ¿Por qué la pregunta?—

Se queda en silencio y comienzo a comprender sus palabras.

—¡Iván!— se sobresalta ante mi grito, se ríe— joder, dime que no es lo que estoy pensando...¡Es una niña!—

Bueno...ocurrió un pequeño desliz y tal vez...solo tal vez...— sonríe con nerviosismo— mi esposa, está embarazada

—¿De cuánto?—

Cinco meses, es una niña— afirma, me río con cierta burla— ya sé, ya sé. Soy un degenerado, pero fue un accidente, olvidé ponerme el condón y bueno...¡Tarán! ¡Bebé en camino!

—Al menos, serás un buen padre, Iván. Te lo garantizo, la pequeña será afortunada de tenerte en su vida—

Sin duda. Espero que mi padre se retuerza en su tumba al saber que mi hija, heredará su imperio de mierda

—Eso es muy bueno que...—

Mis palabras se cortan en el momento que siento como algo mojado se desliza por mis piernas, bajo la mirada para encontrar la tela de mi vestido todo empapado de un líquido semi transparente junto al sofá.

—Oh, mierda...— murmuro.

Joder, esto no puede estar pasando ahora...

Los niños no pueden nacer ahora.

¡Estoy sola!

Zar, mierda...

En el momento en que me pongo de pie, me doblo del dolor ante las punzadas que llegan a la parte baja de mi espalda, una presión horrible y llena de dolor me atraviesa en todo el cuerpo al sentir aún más la presión, mis ojos se llenan de lágrimas.

Mierda...mierda...llamaré a Remy...

—¡Hazlo rápido!— grito, otro dolor punzante me golpea en el espalda— ¡Joder! ¡Duele, carajo!—

No responde, Zar. Pediré ayuda al servicio de emergencia de Maldivas, por favor, resista

—Lo intentaré...— mi respiración se entrecorta— demonios, tengo un miedo de mierda de hacer esto sola...—

Tranquila, Zar. Estoy aquí, concéntrese en mi voz

—Mi teléfono, necesito mi teléfono...— digo en murmullos dolorosos— mierda...mierda...¡Dios, como duele!—

Respire profundamente, Zar. Lentamente, cuente en su mente las contracciones—

—Es una tras otra, demonios...—

Carajo, ha estado en trabajo de parto que ni siquiera lo ha notado...

—¡Es que no había dolido hasta ahora! ¡Joder!—

Con esfuerzo, logro ponerme de pie para caminar hacia el otro lado de la sala. Mis piernas fallan un momento y caigo en el sofá, boca abajo pero con mi teléfono en la mano. Marco el primer número, la respiración se me entrecorta y la presión de mi vientre empeora, las ganas de pujar se hacen presentes.

Preciosa, ¿ocurre algo? Estamos de regreso

—Los bebés...— digo con la respiración— los bebés, Salvatore...—

¿Los bebés?

Entonces, una contracción suavemente dolorosa me llega y no puedo evitar doblarme hacia el frente para gritar con dolor, escucho el grito de Salvatore al otro lado de la línea. Iván, parece entrar en pánico también, porque comienza a gritarle a la operadora del servicio de emergencia para que se apuren en venir.

¡Valentina! ¿¡Qué está ocurriendo!?

—Los bebés...están naciendo y...duele, carajo...— sollozo con dolor— mierda, duele demasiado, Salvatore...necesito a Remy, él...—

¡Merda!— maldice— vamos para allá, preciosa. Pero resiste, no cuelgues la llamada...

—Lo intento pero...— algo se desliza por mis piernas, jadeo cuando veo algo de sangre— Salvatore...hay sangre...—

Me lleva el carajo...respira, preciosa. Sigo aquí, no me he ido. Eres fuerte, Valentina. Resiste un poco más, tu padre ha llamado al médico va en camino y...los tres van a estar bien, cree en mi palabra...

—¡Ah! ¡Mierda!— el teléfono cae de mis manos, las contracciones se hacen más fuertes y el sudor me recorre la frente— joder, joder...no puedo...— sollozo con dolor, los gritos de Salvatore se escuchan a lo lejos— Santo dio, no puedo...—

El dolor bloquea muchas de las sensaciones que ocurren a mi alrededor, intento respirar profundamente pero es imposible que casi tengo miedo a que me dé un ataque de pánico y sea tarde para que mis hijos lleguen al mundo de forma sana y salva, como se los prometí.

Por favor, resistan un poco más...

La ayuda viene en camino.

Entonces...

Lo escucho.

—¡Valentina!—

Parpadeo para despertar a mi cerebro de la mala jugada que me estaba haciendo, mi corazón se acelera ante la maldita alucinación que tenía al escuchar esa voz familiar, pero nuevamente, se escucha un grito.

—¡Valentina!—

No...

Es mentira...

No es él...

¡No es él...!

No puede ser él, me niego rotundamente a caer en el juego de mi cerebro para eclipsar el dolor que se multiplica con cada minuto, varias pisadas apresuradas hacen eco en la sala que no tengo tiempo de prepararme mentalmente para la persona que ingresa al espacio.

Mis ojos se llenan de lágrimas.

No...

—No...no...— sacudo la cabeza, me río con lágrimas de dolor en mis ojos— esto es una alucinación...esto no es real...no lo es...—

—Valentina...—

En el momento en que mis ojos se encuentran con una mirada avellana, siento como pierdo toda la respiración. Las lágrimas se deslizan por mis mejillas, sus manos toman mi rostro para que no deje de mirarlo, su rostro se arruga en preocupación y su toque, se siente tan real que me cuesta creer que se trata de mi imaginación.

—No...tú...— trago saliva, niego con desesperación a que la persona a mi frente se vaya— estás muerto...esto es un truco, un mal truco de mi cabeza—

—Mírame, mi amor—

Sus manos se niegan a soltarme el rostro para que no deje de mirarlo, las lágrimas no tienen fin y sus pulgares acariciaron mis mejillas, el toque se siente muy real que no puedo negarlo porque me lo confirma con su mirada.

El dolor me recorre en el vientre mientras que mi alma, llora de alivio puro al ver sus ojos avellanas y con manos temblorosas, toco su mejilla y el contacto de su piel con la mía, se siente tan real que tiemblo más de impresión que por el dolor de mi vientre.

Entonces, puedo reconocerlo.

No es mentira.

—Santo dios, no es una mentira...—

Las palabras de Iván, terminan por hacer que mi alma llore en verdadero alivio.

No puede ser...¡Está vivo!

—Estás vivo...— murmuro sin dejar de llorar— no eres una mentira...—

—No, nena. No lo es...mírame, concéntrate en mí, ¿de acuerdo? La ayuda viene en camino, los bebés estarán bien, tú lo estarás, ¿sí?— no puedo reaccionar— seremos esa familia, que tanto hemos soñado con nuestros hijos. Ahora, mañana y siempre—

—Estás aquí...— digo sin creerlo, acaricio su mejilla y jadeo cuando suspira ante mi toque para que siga sintiendo su piel con la mía— no puedo creerlo...—

Es él.

—Solnischko—

—Xander—












¡Feliz miércoles a todas ustedes!

Antes...

ANTES...

De que me griten un montón de cosas...

Y chillen con sus mocos saliendo de su nariz...

Déjenme decirles que...

Espero que hayan aprendido la lección.

Suena mentira, pero también una gran verdad oculta.

Recuerdo que más de una vez, varias de ustedes me hostigaron con la chingadera del final feliz de Vaxder, hasta al punto en que fueron irrespetuosas incluso con el capítulo de su muerte.

Recuerden que...

LEO CADA MENSAJE, COMENTARIO Y PUBLICACIÓN PRIVADA QUE ME HACEN.

Que me haga la sorda al responder, debería preocuparles.

Al final.

La última palabra, la tengo yo. 

No olviden eso...

Y no olviden, que nunca deben subestimar el hecho de que sea escritora.

No soy como las demás, se los he dicho muchas veces.

Ningún escritor de Wattpad o literario, es igual por solamente que hagamos un cliché.

Cada uno de nosotros, hace los clichés a su manera y eso, los hace especiales y únicos.

Así que...

Espero que hayan aprendido la lección a que la paciencia y perseverancia, siempre trae cosas buenas. Sobretodo a comprender que los finales felices...

No es el estereotipo de las parejas juntas hasta el final, corriendo en un campo de margaritas como en Shrek 2.

Un consejito ;v nada más.

¿Me mamé con la lección?

Sí, lo hice. Lo reconozco, no fue el mejor método ortodoxo para hacerlas comprender.

¿Me arrepiento?

Claramente, no.

¿Lo volvería a hacer? 

Claramente, sí.

Pero...

Opciones, no me dejaron, pecadoras.

La vida es una prueba de ensayo y error.

Así que...

Tengan bonita tarde ;)

Espero que hayan disfrutado del capítulo y lo comenten mucho...

Me llevé una chinga JAJAJA

Y sí, me van a gritar...

Háganlo con amor y sobre todo...R-E-S-P-E-T-O.

En fin...

¡Nos leemos pronto!

Atte. Su escritora 🖤✨


Continue Reading

You'll Also Like

176K 18.1K 35
──"𝐓𝐄 𝐀𝐌𝐎 𝐘 𝐓𝐄 𝐎𝐃𝐈𝐎 𝐀𝐋 𝐌𝐈𝐒𝐌𝐎 𝐓𝐈𝐄𝐌𝐏𝐎" "𝘌𝘯 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘔𝘢𝘥𝘪𝘴𝘰𝘯 𝘺 𝘈𝘭𝘥𝘰 𝘴𝘦 "𝘰𝘥𝘪𝘢𝘯" " 𝘖 "𝘌𝘯 𝘥𝘰𝘯𝘥𝘦 𝘔�...
27K 1.8K 41
Esta historia pasa en el mundo de hh (hazbin hotel) pero Alastor no es aroace, solo asexual. La historia es después de la batalla contra Adam.
674K 45.3K 37
Un matrimonio, un plan que no podía dejarse a un lado, una intención macabra. Una mujer que ignora el ambiente en el que creció. Un hombre que esper...
1.4K 87 10
Anna Ferrari, bisnieta de Enzo Ferrari pelea para convertirse en la primer piloto mujer de la F1 en 2023 dentro de la scuderia Ferrari Sin saber que...