El amor del Zar

By AngieRosas058

996K 74.1K 18.2K

Secretos. Traiciones. Odio. Venganza. Poder. Una guerra. Rencores y viejos amores del pasado. Una Reina. Un Z... More

Prólogo
Personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Epílogo
Agradecimientos
Escena extra: "Un muerto entre las sombras."

Capítulo 63

12.2K 774 312
By AngieRosas058

Valentina.

Mazatlán, Sinaloa.

Miro con asombro al paisaje que se muestra frente a nosotros, una enorme sonrisa se forma en mis labios al ante el olor a mar junto a la brisa que golpea en mi rostro mientras que el viento, mueve algunos mechones de mi rostro y mis ojos, no se despegan del mar azúl a mi frente.

—¿Y bien? ¿Te gusta, mi amor?—

—Me fascina...— murmuro— ¡Me encanta!—

Chillo de emoción antes de pegar un brinco hacia el cuerpo de mi esposo quien no duda en tomarme en sus brazos y envuelvo mis piernas alrededor de su cintura para que me sostenga. Tomo su rostro para dejar varios besos en él, Xander se ríe con felicidad antes de que me adueñe de su boca en un beso algo profundo, sin importarme que las personas que caminan por la acera nos miren como si fuéramos bichos raros.

—Te amo. Te amo. Te amo...¡Te amo, parásito que es mi esposo!— exclamo, sin dejar de besarlo, se ríe— ¡Me encanta el lugar de nuestra luna de miel!—

—Cuando me dijiste que me hiciera cargo de nuestra luna de miel. Lo primero que pensé es en un lugar bastante lejos, donde no podamos ser interrumpidos con el trabajo o responsabilidades. Solamente tu y yo junto a Remy y Yerik— río por lo bajo, sin bajarme de su cuerpo— así que, mi única opción era venir hacia latinoamérica por que está sumamente alejados de todos...— asiento con una sonrisa, escuchando con atención— buscando las opciones, me salió este lindo puerto de no más de medio millón de habitantes. Una linda playa, buenos lugares para conocer y me dije, ¿qué más puedo pedir para nosotros?—

—Me en–can–ta— digo entre varios besos antes de que muerda su labio inferior— definitivamente, nuestra luna de miel será especial— afirmo mi agarre en su cuello— gracias, cariño—

—Todo para mi esposa y la mujer de mi vida—

Una sonrisa más grande se forma en mis labios al escuchar "esposa" en sus labios, no podría explicar lo inmensamente feliz que soy desde el momento en que nos hemos casado.

Porque finalmente, lo hemos hecho.

¡Nos hemos casado!

¡Soy su esposa!

¡Y él es mi esposo!

Vuelvo a besarlo con profundidad con una sonrisa en mis labios, uniendo mi frente con la suya antes de rozar nuestras narices.

—Te amo, esposo—

—Te amo, esposa—

—A veces, me cuesta creerlo...— asiente con una sonrisa, sus ojos avellanas brillan con emoción— eres mi esposo, Xander. Mi esposo, un acontecimiento que no creí volver a vivir...—

—Es nuestro turno de cumplir nuestros deseos y sueños, mi amor— vuelve a besarme, mi corazón se acelera— pronto, cada uno de ellos se van a hacer realidad—

—Te amo tanto, Xander—

—Te amo con toda mi alma, Valentina—

Finalmente, me bajo de su cuerpo para seguir mirando el paisaje frente a nosotros y la sonrisa de idiota enamorada no se borra de mis labios mientras que los brazos de mi esposo, rodean mi cintura para pegarme a su pecho y recuesto mi cabeza en uno de sus hombros, ambos no dejamos de ver la maravilla que nos ofrece este lugar.

Definitivamente...

No puedo ser más feliz a lado de mi esposo.

Porque es lo único que necesito en mi vida.

Mi esposo.

Nos quedamos un buen rato en el malecón— busqué los lugares más destacados del lugar —nos sentamos en la banqueta hasta que divisamos los primeros rayos del atardecer, Remy y Yerik, también estaban gratamente sorprendidos al lugar donde pasaremos la luna de miel antes de que mi esposo, me diga que tenemos que hacer el check inn de la casa donde vamos a pasar los días aquí en Mazatlán.

Ya estoy enamorada del lugar, en menos de un día.

Y sé, que aún nos falta mucho que recorrer.

—¿Cuánto tiempo nos quedaremos, cucciolo?—

—Tres largas semanas, mi amor— asiento con emoción— tres semanas, en las que no seremos molestados por nadie—

—¿Y donde queda la casa? ¿Es grande?— se ríe por lo bajo ante mis preguntas— lo siento, es que...¡Amor, estamos en nuestra luna de miel!—

—Lo sé, mi amor. Y no te disculpes, amo ver esa emoción en tus ojos desde el momento en que despiertas—

Siento como las mejillas se me ponen ligeramente rojas, golpeo su brazo a lo que se ríe antes de que tome mi mano, besando los anillos que adornan mi dedo anular izquierdo.

—Maldito parásito cursi—

—Te ves tan hermosa con las mejillas rojas, mi amor. En serio—

—¡Ya!— chillo con falso enojo, se carcajea— mejor, responde mis preguntas. ¿Dónde has rentado la casa?—

—Fuera de la ciudad. Necesitamos privacidad y una propiedad grande para que los guardias puedan dormir también y hacer guardia— asiento— fue la opción que más me gustó. Es bastante amplia, parece un tipo de hacienda pero la agente de bienes raíces que renta la casa, me dijo que antiguamente era un hotel. Ahora, es una residencia de dos pisos completos—

—¿Completos?— asiente.

—Así es— da vuelta en una curva, entramos a una especie de carretera— ambos pisos tienen cuartos, baños y cocinas completas para recibir a un tumulto de personas como lo somos nosotros—

—Entiendo...— respondo— ¿Tiene piscina?—

—Y tobogán junto a un bar—

—Uhh, me gusta. ¿Dónde queda exactamente?—

—En una zona que lleva el nombre de Delfín. En sí, la residencia lleva por nombre "Casa del Delfín"—

—Interesante, ¿estaremos lejos de todos?—

—Tal como nos gusta, mi amor—

—¿Ves? Por eso me casé contigo— sonríe— siempre, piensas en nuestra comodidad—

—No me gusta ser molestado—

Ambos caemos en un cómodo silencio mientras que no dejo de mirar cada parte del paisaje, aunque parezca ser un puerto pequeño, logras sentir la distancia de la casa donde vamos a quedarnos de los lugares turísticos.

No es que sea una molestia a Xander y a mí, nos gusta explorar los lugares con tiempo.

Después de lo que parece una hora de camino hacia la casa, tengo que contener las ganas de reírme al ver la expresión frustrada de mi marido ante el camino de tierra y baches que tiene la carretera que nos lleva a la casa, río cuando el auto se sacude de un lado a otro por el maltrecho de la zona.

Cuando pasamos la zona de tierra, mi esposo da la vuelta para estacionarse en un camino de grava que nos deja frente a la casa, bajo mis lentes de sol un momento observando la fachada de piedra con algunas plantas de enredaderas antes de volver a acomodarlos en el puente de mi nariz.

—Me gusta, amor—

—Sabía que iba a gustarte— mira por su ventanilla— vamos a bajarnos, que la agente ha llegado para darnos las llaves—

Asiento y ambos bajamos del auto, me acomodo las mangas de mi chaqueta ante la brisa fresca que hace para este lado del puerto mientras esperamos en la puerta a la persona encargada del lugar.

Veo como la puerta en el lado del copiloto de la camioneta roja que se ha estacionado a nuestro lado se abre, para observar como una figura delgada se baja de ella y mis cejas se arquean con cierta sorpresa al ver a una mujer de no más de veinte años con el cabello rizado caminando hacia nosotros con una sonrisa amable junto a una carpeta en una de sus manos, extiende una mano en nuestra dirección. Mi marido no duda en estrecharla con amabilidad, hago lo mismo.

—Deben ser los señores Novikov— habla en español, asentimos— ¿Les parece bien que lo dejemos en español o en inglés?—

—En español, no hay problema— respondo amablemente— sabemos el idioma—

—Oh, eso es bueno—

—Debe ser la persona con la hablé al teléfono— habla mi esposo, la chica asiente. Su sonrisa no se borra.

—Así es, señor Novikov. Me llamo Ángela, un gusto tenerlos en este pequeño puerto al que la mayoría de los patasaladas le decimos hogar—

Arqueo una ceja con curiosidad.

—¿Pata...? ¿Qué?—

—Patasaladas— repite un poco más despacio, capto la palabra— así suelen decirnos a los habitantes que vivimos en Mazatlán—

—Oh, entiendo. Es curioso...— asiente amablemente— lo siento, es la primera vez que venimos para México y las cosas, son algo nuevas para nosotros...—

—Ah, no se preocupe, señora Novikov— responde con un poco de más alegría— lo comprendo. Muchas personas de diferentes partes del mundo, dicen lo mismo. Aunque, son la primera pareja que toca atender que sí habla mi idioma. Usualmente, los americanos piden con ciertos...moditos...— río ante su tono ligeramente sarcástico— que siempre les estemos hablando en inglés, como si ellos no pudieran aprender un poquito de nuestra cultura entre ellos, el idioma. En fin, son cosas de todos los días—

—Uno pensaría que por ser del extranjero, conocería un poco más su cultura...—

—¡Já!— exclama con evidente sarcasmo, me río de nuevo. La chica, tiene buena vibra que contagia un poco— pide mucho para los americanos, señor Novikov. Ciertamente, los franceses son más amables por estos rumbos que en su propio lugar—

—¿También vienen franceses para este lado del país?—

—Lo hacen, ciertamente. De muchas partes, en realidad...— responde— aunque no entiendo por qué, somos un puerto— vuelvo a reír ante su respuesta. Realmente, la chica si que tiene un sentido del humor bastante ligero pero al mismo tiempo, bastante negro— es bonito, pero no dejamos de ser un puerto que no cuenta ni siquiera con un millón de personas. Todos nos conocemos entre todos—

—Debe ser algo aburrido—

—En algunas ocasiones, ciertamente. Pero es nuestro hogar, al final de cuentas— se encoge en hombros para abrir la carpeta en sus manos antes de sacar un pequeño sobre dónde están las llaves de la casa— ¿Quieren conocer la casa?—

—Por favor, señorita— responde mi esposo.

—De acuerdo—

La chica pasa por un lado de nosotros para colocar la contraseña en el enorme candado que tiene la reja, veo que saca otro juego de llaves de ahí mismo para comenzar a abrir la puerta de la casa. La deja abierta para invitarnos a pasar, su sonrisa no se ha borrado.

—Adelante, señores—

—Gracias— decimos al unísono.

Xander toma mi mano mientras comenzamos a entrar a la propiedad, pasamos por un pequeño pasillo hasta que salimos hacia lo que es el patio de la casa pero me sorprendo al ver la piscina aquí mismo con una gran tobogán a un costado. La chica, comienza a explicarnos cada parte del lugar que mi esposo, ha escogido para nuestra luna de miel.

—Como vieron, la piscina se encuentra en el interior. Esto solía ser la plaza del antiguo hotel, pueden ingresar al tobogán por la izquierda hasta el fondo en el recibidor donde hemos entrado. La puerta del bar se encuentra un par de metros más adelante junto a los interruptores que encienden el tobogán y las luces de la piscina— escuchamos con atención— el lugar cuenta con veinte habitaciones. Diez arriba y diez abajo, cada una de ellas tiene dos camas matrimoniales y dos colchones individuales—

—¿Para cuántas personas es el lugar, señorita?— no puedo evitar preguntar— es espacioso—

—Caben más de veinte personas, el mes pasado recibimos a un grupo de cincuenta personas donde todas durmieron cómodamente. La casa, suele rentarse para grupos grandes como lo son equipos de fútbol foráneos, grupos religiosos, bandas y entre muchos más...—

—Vaya...—

—Sigamos con la muestra de la casa. Posteriormente, podrán descansar—

Mi esposo y yo escuchamos con atención cada una de las palabras de la chica que a pesar de ser joven, se desenvuelve muy bien en su trabajo como si desde hace tiempo estuviera haciendo esto de rentar casas a los turistas.

Subimos a la segunda planta del lugar por las escaleras, parece que el ascensor que tiene el lugar es solamente para los empleados que mantienen la casa. No puedo dejar de sorprenderme ante la magnitud que tiene la casa, en especial la cocina donde la chica revisa algo en su carpeta antes de abrir el refrigerador.

—Hemos hecho la despensa tal cual como nos la pidieron, señores Novikov— nos muestra el refrigerado, Xander asiente con satisfacción— la despensa fue hecha esta mañana y acomodada. Las bebidas alcohólicas, están en el refrigerador de abajo. Todo lleno también, nacional e internacional como fue solicitado—

Asentimos para seguir con el recorrido donde nos muestra habitación principal con un baño hermoso por su diseño, posteriormente nos muestra el balcón con una gran vista del mar azul y completamente solitario, el viento me golpea en el rostro por un par de segundos antes de que volvemos a bajar hacia el primer piso.

—Por último, tenemos el patio trasero. No tiene mucho césped, pero el lugar cuenta con una fogata y algunas tiendas de campaña con camas para una noche de acampar bajo las estrellas— camina hacia el área donde se encuentra la fogata y las tiendas, son grandes también, nos señala una puerta pequeña— ese es el acceso a la playa, no es privada. Pero suele ser muy solitaria, tengan cuidado porque por las noches y madrugadas la marea sube. Les recomiendo que si van a tener un día de playa, háganlo temprano. Como entre las nueve y diez de la mañana—

Finalmente, el recorrido termina y volvemos al interior del primer piso donde Xander firma algunos documentos antes de que la chica le entregue un juego de llaves, nos sonríe amablemente y no puedo evitar que la curiosidad, pueda conmigo.

—Te ves joven, ¿que edad tienes?—

—Oh— se ríe por lo bajo— veinte, dentro de ocho días. Veintiuno—

—¿Estudias?—

—Lo hago, señora Novikov—

—Y trabajas—

—Desde que tengo dieciocho, sí— asiente— suele ser normal por estos rumbos e incluso, la mayoría de los mi generación comenzamos a trabajar desde los dieciséis—

—Entiendo— sonrío amablemente, la chica me agrada— te desempeñas bien, para ser tan joven—

—Bueno, resulta que tengo gustos caros que mis padres no están dispuestos a comprar de su hija mantenida...— nos reímos— así que, toca buscar por otro lado. Diría que un sugar daddy, pero la mayoría de los ancianos que vienen para el puerto, son rabos verdes y obsesos, no gracias—

—Es una buena perspectiva—

—Señorita, ¿el servicio de chef personal sigue en pie?— inquiere mi esposo— sé que lo rechacé cuando me lo ofrecieron, pero me gustaría tenerlo. Al final de cuentas—

—Claro— responde ella— el chef personal, depende totalmente de ustedes. Sí un día no desean cocinar, simplemente me hablan, se los mando y le piden que es lo que desean para desayunar, comer o cenar, él se los preparará. Y si no lo necesitan, con un simple aviso bastará para que no venga—

—De acuerdo, vamos a necesitarlo un par de veces—

—Ustedes díganme para qué día lo necesitan y yo misma lo mandaré en menos de una hora— busca en el bolsillo trasero de su pantalón, donde saca una pequeña tarjeta— este es mi número y la dirección de la oficina, si necesitan algo más, llamenme sin ningún problema—

—Muy bien— tomo la tarjeta, leyendo su nombre— interesantes nombres y apellido—

—Lo sé, algo raro en nuestra familia. Aunque, nos hacen especiales—

En ese momento, un hombre que no pertenece a nuestro equipo de seguridad entra a la casa y no necesito más de un minuto para saber de quién se trata, como no.

Sí su hija, es idéntica a él.

Es como ver dos gotas de agua.

Xander, silba con cierta impresión ante la llegada del hombre de no más del metro setenta con cabello negro junto algunas canas y gafas de leer, asiente hacia al chica con cierto gesto de impaciencia mientras que mi marido y yo nos miramos mutuamente.

Joder, el parecido que tienen es sumamente impresionante, la chica es una copia del hombre.

—Plebe, ¿has terminado?— inquiere el hombre, nos mira un momento ante nuestra presencia— buenas noches, señores—

—Él es mi padre, Ángel— nos presenta, luego se ríe— bueno, no se puede negar que es mi padre, ¿cierto?— negamos, se ríe— bien dicen que las niñas, son las copias de sus padres. En mi caso no falla— vuelva a mirar al hombre a su lado— ellos son los señores Novikov, vamos a rentarles la casa por tres semanas—

—Oh, es bueno. Espero que disfruten del lugar, es bastante cómodo—

—Pides mucho para un puerto, papá—

—Es el mismo puerto en el que has nacido y vivido, Ángela—

—Nací aquí y solamente viví un año aquí, antes de que nos fuéramos al norte. Nos regresamos cuando tenía quince, papá. Tengo más sangre regia que la patasalada de los cinco años, que llevamos viviendo aquí—

—Tu cinco, plebe. Te recuerdo que llevo diez años viviendo aquí— nos reímos ante su discusión— ¿Ya terminaste?—

—Ya voy, hombre. ¿Qué prisa tienes, pues? La cerveza no se va a calentar y los mariscos, no van a revivir para volver al mar, aguántate que por eso, me trajiste. Por no querer dejar que conduzca la camioneta— refuta la chica, antes de volver a mirarnos— un gusto conocerlos, señores Novikov. Espero que su estadía aquí sea agradable, cualquier duda o queja, no duden en llamarme—

—Seguro— respondemos al unísono.

—Tengan una buena noche—

Antes de que se vaya, la detengo un momento.

—Espere—

—Dígame—

—¿Sabe de un buen lugar para cenar? Lo más probable es que no queramos cocinar, así que...—

—Conozco varios lugares, ¿que busca en específico?—

—Que no sea tan ostentoso, vivimos rodeados del lujo las veinticuatro horas del día que nos haría bien un respiro de ello— responde mi marido— algo que sea pequeño, pero al mismo tiempo, cálido—

—Pueden probar con ir a la Plazuela Machado, ingresan el nombre en el buscador y él mismo, los guiará hacia allá. Es un lugar muy agradable para pasar el rato y cenar con música en vivo, hay muchos restaurantes buenos que te pueden degustar—

—De acuerdo, gracias por la recomendación. Buscaremos—

—No es nada— inclina su cabeza suavemente.

—¡Ángela!—

La chica rueda los ojos.

—¡Chingada madre que ya voy!— exclama, Xander se aguanta las ganas de reírse— lo siento, señores. Normalmente, así es nuestra relación. Me maltrata y yo lo maltrato, pero al final, somos buenos compañeros en la peda, aunque se le sale el lado baboso y amoroso borracho, no deja de ser mi padre. Una vez más, sean bienvenidos a Mazatlán, y tengan una buena noche—

La chica finalmente se va para dejarnos a solas mientras que mi esposo y yo no podemos dejar de mirarnos con cierta sorpresa y diversión ante toda la situación.

—Eso fue...— dice mi esposo.

—¿Curioso?— asiente— aunque, la chica tenía una buena vibra—

—Lo sé, ¿verdad?—

Entonces, una pequeña sonrisa se forma en los labios de mi esposo para tomarme de la cintura y pegarme a su cuerpo, su boca se adueña de la mía en un fogoso beso cargado de pasión y deseo, como si las horas en el avión no hubieran sido suficiente para él, su erección choca con mi estómago.

—¿Qué tal...?— baja su boca hacia mi cuello, sonrío con cierta lascivia— ¿Si probamos la calidad de la cama?—

—Eso...— jadeo cuando sus manos se adueñan de mis tetas— ¿Que estás esperando?—

—A la orden de mi esposa—

—Mejor cállate y fóllame, esposo—

Nuestro deseo y lujuria se desata entre ambos mientras que nuestras bocas vuelven adueñarse una de la otra, Xander me toma de los muslos para alzarme y enredo mis piernas alrededor de su cintura para caminar en dirección a nuestra habitación, sonrío en medio del beso en el momento en que deposita mi cuerpo en el mullido colchón.

Nos deshacemos de la ropa rápidamente para no perder más tiempo y chillo por lo bajo, cuando sus manos toman mi cintura para colocarme boca abajo y me suelta un sonoro azote que me hace chillar por el dolor seguido de varios hasta que tengo la piel caliente.

Gimo ahogadamente contra el colchón en el momento en que tres de sus dedos se introducen en mi coño, tanteando la humedad de mis pliegues antes de pasarlos a mi ano, donde introduce dos de sus dedos, dilatándolo con mis propios fluidos y no puedo evitar soltar un gemido bastante alto de placer cuando su otra mano libre, se sigue encargando de mi coño.

La sensación de estar llena por ambos lados, es mareante pero al mismo tiempo muy placentera.

—Ah, Lucifer...— jadeo roncamente— ¡Ah, sí!—

Mi esposo sigue jugando con mi placer hasta que estoy al borde el orgasmo solamente con sus dedos justo en el momento en que voy a correrme, se detiene lo que me saca un gruñido de frustración antes de que se vea reemplazado por un chillido de dolor ante su palma en mi culo.

—¡Oye!—

Se ríe roncamente, para tomar mi cintura y ponerme de pie. Me arrastra hacia la ventana que da hacia el balcón, mi pecho se aplasta contra el vidrio helado que endurece mis pezones mientras que las manos de Xander, no dejan de pasearse por mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna para seguir jodiendo mi coño con la misma mano con la que ha hecho los estragos, mi humedad se desliza por uno de mis muslos.

Su mano libre toma mi cuello para pegarme a su cuerpo, para murmurar en mi oído con una sonrisa, gimo por lo bajo cuando su pulgar tortura a mi clítoris antes de que la mano en mi cuello, se deslice por mi pecho hasta llegar a una de mis tetas la cuál amasa y estruja hasta que pellizca mi pezón, jadeo mientras cierro los ojos.

Sus labios descienden por mi cuello hasta la parte trasera de mi nuca y vuelve hacia mi pulso, para morderlo un poco y pasar su lengua por ahí, dejando otra marca más junto a las anteriores, su voz ronca me hace estremecerme.

—No voy a ser suave, nena—

Sonrío con cierto desafío para mirarlo por encima de mi hombro.

—Nunca te he pedido que seas suave, mi amor—

Esas últimas palabras son lo que necesito para que mi marido pierda el control de sí mismo. Mantiene mi cuerpo pegado al ventanal donde se puede apreciar el cielo nocturno junto al mar, escucho como abre un condón y de una sola estocada, me penetra directamente en mi culo.

—¡Ah, dios!— grito de placer ante la intrusión— ¡Xander!—

—Coloca tus manos en la ventana, nena—

Sigo su petición, coloco mis palmas en la ventana al momento en que Xander toma mis caderas para comenzar a follarme duramente sobre el ventanal, su polla se mueve violentamente en mi culo, mis gemidos aumentan de intensidad hasta convertirse en un grito de placer cuando tres de sus dedos se pierden en los pliegues de mi coño y la sensación de estar llena, se multiplica a niveles muy placenteros.

Nos movemos a un ritmo desesperado y salvaje para buscar nuestro orgasmo, mi aliento se condensa en la ventana mientras que las paredes de mi coño estrujan con fuerza sus dedos, en busca de liberarme pero mi esposo, retrasa mi orgasmo bajando la intensidad de sus embestidas salvajes en mi culo, gimo con cierta frustración que le saca una sonrisa.

—Eso...— se mueve lentamente, gimo— ¡Eres...!—

No termino mis palabras por que los tres dedos que tenía en mi coño, se adentran con cierta fuerza a mi boca, callando mis exclamaciones y gruñidos de protesta presionándolos en mi lengua para que deguste mi propio sabor en mi paladar.

Delicioso.

Cierro mis labios alrededor de sus dedos para chuparlos como si se tratara de su pene dentro de mi boca, lo que le genera un gruñido ronco que me roba el aliento antes de que retome el ritmo salvaje de sus embestidas en mi culo.

Mi pecho se golpea varias veces contra el ventanal, las paredes de mi coño se contraen cada vez más. Estoy tan cerca que mis gemidos ahogados por sus dedos dentro de mi boca, me delatan, mi esposo besa la piel sudada de mi cuello antes de sacar sus dedos para comenzar a deslizarlos por mi cuello y pellizcar mis pezones, gimo roncamente.

—Amor...—

—Lo sé, nena...— gruñe en mi piel— también, estoy cerca...—

Xander sigue torturando mis pezones un buen rato hasta que sigue descendiendo hasta en medio de mis piernas tocando y pellizcando mi clítoris suavemente, grito de placer y siento que estoy demasiado cerca de correrme.

—Vamos, nena...— murmura oscuramente en mi oído, mi espalda se arquea un poco— córrete para mí, mi amor. Para tu esposo...—

—¡Xander...!—

Un gemido sumamente ronco sale de mis labios en el momento en que llega el orgasmo, mis cuerpo se sacude en varios espasmos y respiración se entrecorta, sigo gimiendo por lo bajo antes las embestidas de mi esposo en mi culo, hasta que se corre también en el látex del condón.

Ambos nos pegamos al ventanal, uno mi frente al cristal observando cada parte del cielo y del mar nocturno, miro por encima de mi hombro al amor de mi vida que se inclina para darme un beso.

—Te amo, mi amor—

—Te amo, belle—

—Ahora...¿qué dices de ir por esa cena?—

—Que no puedo esperar— vuelvo a besarlo, gimo por lo bajo cuando saca su polla de mi culo para quitarse el condón y botarlo al tacho de basura. Reparto besos por su cuello— pero antes...¿un segundo round en la ducha?—

Río con sorpresa en el momento en que me toma en sus brazos para arrastrarnos hacia la ducha para seguir con nuestra sesión de sexo, sonrío contra sus labios y mis brazos se enredan alrededor de su cuello para atraerlo más hacia mí.

—Me encanta...— uno mi frente con la suya— amo el inicio de nuestras vidas, amor—

—No puedo esperar a seguir compartiendo mi vida con la tuya hasta el final de nuestros días, mi amor—

—Te amo, Xander—

—Te amo, Valentina—

No tengo dudas.

No podría pedir mejor esposo que Xander.

Sonrío contra el pecho de mi esposo mientras que nos movemos al ritmo de la canción de saxofón de la música en vivo en el restaurante donde nos encontrábamos para cenar, la chica que nos ha rentado la casa ha tenido la razón acerca de su recomendación.

Habíamos venido a la famosa Plazuela Machado que nos había recomendado Ángela, también me tomé la molestia de buscar referencias de toda la zona y quedé inmensamente enamorada por los detalles y cosas que tenía, no solamente una simple plaza.

Tiene varios restaurantes alrededor de toda la plazuela con diferentes tipos de gastronomía desde comida argentina hasta comida dominicana, era un manjar estar en este lugar lleno de colores y vida donde en el kiosco del lugar había una gran calavera por Halloween y varias luces de neón, la gente no paraba de caminar y comprar diferentes recuerdos que tenían algunos puestos de ambulantes.

Sigo abrazando a mi esposo mientras nos seguimos moviendo al ritmo de la música en vivo, habíamos cenado en el primer restaurante que nos llamó la atención. Casa Canobbio, era de comida italiana como en la verdadera italia con pizzas a la leña y platillos a la carbonara, lo más curioso que me causaba acerca del restaurante es que tenía una entrada como si se tratara de un viñedo en la Toscana, lo que me traía buenos recuerdos de mis padres.

La comida y el vino, estaban deliciosos.

—Tres semanas no serán suficientes, cucciolo—

—Lo sé, mi amor—

—Tenemos que volver a venir— río cuando me da un pequeño giro, inclina mi cuerpo hacia atrás un momento antes de besarme— no me importa cuánto tardemos, pero quiero volver a venir, amor—

—Volveremos a venir, es una promesa, mi amor— sonríe, me aferro a su cuello— e incluso, podemos venir cuando ya tengamos a nuestra familia formada, para que nuestros engendros disfruten de la playa y la piscina—

—Me encanta esa idea. Nuestros hijos disfrutarían de todo este lugar tan hermoso, cucciolo—

La canción termina y aplaudimos al músico, Xander saca un par de billetes para dejarlos en el bote de propinas, volvemos a nuestra mesa. Ordenamos el postre y tomo entre mis manos, el cuaderno hecho a mano que me regaló mi esposo, mi pulgar acaricia la portada robusta junto algunos hilos de la cuerda cáñamo que une las hojas recicladas grises a las pastas de cartón duro.

Giro el cuaderno de no más de treinta centímetros para leer la inscripción de la parte trasera, misma que el vendedor ha grabado con un cautín, una sonrisa se pinta en mis labios al igual que la de mi esposo al ver que no despego la mirada de la inscripción, se inclina para verla igual que yo.

Te amo, mi Zar.

Ahora, mañana y siempre.

10/10/2022

—¿Qué pondrás en el cuaderno?—

—Nuestra vida y cada momento feliz que cruce por mi mente— dejo el cuaderno en la mesa, me inclino hacia sus labios para besarlos suavemente— algo me dice, que necesitaremos venir más seguido por otro cuaderno—

—Encantado de volver a venir contigo, mi amor— vuelve a besarme— te amo, nena—

—Te amo, amour—

En definitiva...

Era nuestra mejor luna de miel.

El sonido de algo cayendo al suelo, me despierta del sueño. Abro mis ojos un momento antes de cerrarlos por el sueño, estiro mi brazo en busca del cuerpo de mi esposo, pero solamente encuentro el lugar vacío, frunzo el ceño.

¿Dónde está mi esposo?

Un segundo brusco se escucha afuera y eso hace que el sueño se me vaya de golpe, la adrenalina comienza a circular por mi sistema mientras que mi instinto me grita que ese ruido no es algo bueno.

Para nada bueno.

Solo tengo un pensamiento.

Xander.

Doy un salto fuera de la cama para tomar mis bragas junto a una bata de seda y la nudo en mi cintura, abro el cajón de mi lado, sacando mi arma y me aseguro que esté cargada para caminar descalza en dirección a la puerta con el arma en alto, noto que la puerta de la habitación está entreabierta, me deslizo hacia el suelo para observar a detalle.

Mierda...

¿Quién rayos son ellos?

A través de la ranura podría observar cómo varios hombres que no eran nuestros junto a los que sí eran de nuestro bando, se apuntaban entre sí pero había dos de espaldas que sobresalen de la multitud y uno de ellos, le estaba apuntando directamente a mi marido quién tenía las manos alzadas en señal de paz a la par que hablaba por lo bajo.

Señal de que llevan un buen tiempo y que Xander, no ha hecho nada para evitar que me despertara en medio de la tragedia. Aunque eso me molestaba un poco, la sangre me hervía al ver al sujeto que tenía apuntando su arma a mi esposo que evidentemente, estaba desarmado.

¿Qué quieren de nosotros?

—Ya se lo dije, señor— la voz de Xander, es calmada pero puedo detectar algo de nerviosismo en ella. No lo culpo, estamos en un territorio que no es nuestro— vengo de luna de miel con mi esposa, son unas pequeñas vacaciones—

—Permítame dudar de ello, ruso— una de las voces habla, es fuerte e imponente pero al mismo tiempo, tiene un acento medio raro— ustedes, los europeos, no pisan estos terrenos. Conozco la mala leche que son los pirujos de Italia, no se puede esperar nada bueno de ustedes los rusos, también—

Resoplo por lo bajo y ruedo los ojos.

¿Y este idiota quién se cree?

No tiene idea con quién se ha metido.

Por la simple y sencilla razón.

Nadie le apunta a mi marido.

Nadie...

Y sale vivo para contarlo.

Con cautela y sin hacer ruido, salgo de la habitación con mi arma en alto. Puedo notar como la mirada de Xander se concentra en mi microsegundo con la clara aprobación de que haga lo que tenga que hacer, asiento lentamente sin dejar de acercarme cada vez por detrás de la espalda del sujeto que le apunta con un arma, los guardias ni siquiera me ven por estar concentrados en que mi esposo no haga un movimiento en falso.

Entonces, cuando menos se lo esperan...

El cañón de mi arma está en su nuca.

—Y tampoco puedo esperar algo bueno de un imbécil que ha tenido las pelotas de venir a una casa ajena, a apuntarle a mi esposo en medio de la noche— digo con voz mortalmente fría, Xander sonríe con cierta arrogancia— le voy a dar un consejo, caballero. Sí desea seguir respirando, será mejor que deje de apuntarle a mi esposo. Ahora

El sujeto al que le apunto con mi arma se tensa evidentemente ante mi voz, pasan un par de segundos hasta que se echa a reír e intenta girar un poco su cabeza pero presiono más el cañón en su nuca.

—Tsk, ¿acaso dije que se moviera?— inquiero.

—No recibo órdenes de nadie, menos de una mujer—

—Lástima, por que esta es la mujer que tiene su vida en un hilo...— quito el seguro del arma— a mí, me fascina quitar las vidas de los imbéciles que tiene derecho a joder mi esposo, sin esperar una respuesta de mi parte. Entonces, ¿qué va a escoger caballero?—

Miro un momento hacia el otro sujeto que lo acompaña, no saca su arma pero no despega su mirada de mí con seriedad, tiene los ojos negros y un gran tatuaje que cubre su cuello en forma de aguila, asiento en su dirección con una sonrisa inocente.

—No querrás que tu jefe termine muerto en el piso, ¿o sí?— se queda en silencio— a menos, que sea un mal jefe y entonces, sí tendré una buena razón para meterle una bala. Te haré un favor—

El hombre me mira un par de segundo antes de levantar su mano y dar una clara orden que el hombre a mi frente, gruñe con evidente desacuerdo pero el pelinegro lo pasa por alto antes de sonreír en mi dirección.

—Bajen las armas, caballeros. La dama, ha expresado su punto—

En un segundo, todos los intrusos bajan sus armas menos el idiota de mi frente. El pelinegro lo observa con una ceja arqueada, resoplando por lo bajo.

—No es momento para que te pongas en tu macho. Chingada madre, Mateo— niega— ¿Te das cuenta que tienes una puta arma en la cabeza?—

—Me vale mierda, pendejo. No pueden venir a mis territorios sin aviso previo, menos cuando son intrusos, Sebastián—

—Hasta donde tengo entendido, el puerto de Mazatlán es un lugar libre para visitar— refuto, el idiota resopla— a menos que tengas un papel legítimo donde diga que es totalmente tuyo, entonces...nos marcháremos—

Un silencio pesado cae por su parte, mi sonrisa se ensancha.

—No lo tienes, ¿cierto?— río, presiono más el arma en su nuca— entonces, ¿le disparo o baja el arma?—

—Prefiero que me disparen— gruñe.

Mi sonrisa se ensancha.

—De acuerdo, usted lo ha pedido—

Sin que nadie me detenga, bajo el arma y le disparo en la parte trasera de su muslo. Gozando de como cae al suelo con dolor mientras la sangre, comienza a manchar el piso y hago una pequeña mueca.

Demonios, no quería ensuciar la alfombra.

—Maldita...— se queja el idiota que se gira, donde finalmente puedo ver su rostro. Es guapo, ciertamente, de cabello castaño y ojos verdes me fulminan con la mirada antes de echarse a reír con cierta prepotencia y asombro— tienes ovarios, mujer—

—Más que usted, está claro— arqueo una ceja, pasando por encima de él para acercarme a mi esposo quién sonríe con satisfacción, beso brevemente su boca— ¿Estás bien?—

Asiente.

—Lo estoy, vine por un vaso de agua. Cuando descubrí a nuestros invitados...—

—¿Quienes son ustedes?—

Inquiero al ver que el sujeto ayuda a su jefe a ponerse de pie con la bala en su pierna, el sujeto de ojos verdes me fulmina con la mirada mientras tensa su mandíbula por el dolor antes de responder entre dientes, como si buscara una manera de calmar todo el desastre que ha hecho por su propia culpa.

—Esa pregunta debería hacerselas yo, mujer. ¿Qué hacen en mis terrenos?—

—Ya se lo dijo mi esposo, estamos de luna de miel. Nos casamos hace una semana— respondo secamente— ahora, ¿quién es usted?—

Con cierta renuencia, el hombre responde.

—Esteban Díaz. Patrón del cartel de Sinaloa—

Observo al otro, quién tiene una actitud más vale mierda ante la situación de su amigo y sonríe con amabilidad que seguramente, es falsa.

—Sebastián Martínez. Mano derecha del patrón—

Me grabo los nombres en la cabeza antes de mirar a mi esposo, ambos nos asentimos al saber que se tratan de personas de nuestro mundo. Suspiro con cierta pesadez, mantengo el arma en mi mano.

—Xander y Valentina Novikov. Zares de la Bratva—

—¿Bratva?— inquiere el pelinegro— ¿No están lejos de su hogar?—

—¿Y no están invadiendo el nuestro?— inquiere mi esposo— se los repetí más de una vez. Es nuestra luna de miel, lo que menos buscamos son problemas. Pero así lo desean...—

Una sonrisa malvada se pinta en mis labios.

—Entonces, nosotros podremos acabar con ellos—

Ambos hombres se miran entre ellos antes de asentir, el que lleva de nombre de Esteban, asiente en mi dirección.

—¿Cuánto tiempo se quedan?—

—Tres semanas— respondo— luego de eso, nos marchamos. Hay asuntos que requieren nuestra atención que buscar un problema donde no lo hay, fin del asunto—

—Bien. Acabando sus tres semanas, se marchan de mi puerto—

—Hecho— respondemos al unísono.

—¡Nos vamos, muchachos!— Esteban, no deja de mirarme. Entonces, sonríe de lado e inclina su cabeza con cierto respeto— bueno tiro, amazona—

Mis cejas se arquean en sorpresa que ni siquiera me doy cuenta en el momento en que la sala queda totalmente vacía, Xander parpadea de la impresión también para mirarme de igual manera.

—¿Qué fue eso?—

—No lo sé...— murmuro— fue extraño, ¿no?—

—Algo— se encoge de hombros, sonríe para besarme— estuviste increíble, mi amor—

Sonrío.

—Gracias, amour—

—Ahora...—

Chillo de la sorpresa cuando me toma en sus brazos al estilo nupcial, río enredando mis brazos alrededor de su cuello para acercarlo a mí, se inclina a besarme y sonrío.

—Sigamos disfrutando de nuestra luna de miel—

—Eso suena maravilloso, belle—

No veníamos por negocios, lo que menos me interesaba era tener algo con el cartel de Sinaloa, simplemente quería disfrutar de mi luna de miel a como dé lugar.

Sin molestias.

Muerdo mis labios para no explotar en una sonora carcajada en el momento en que veo como el rostro de Xander, se coloca completamente rojo ante el picor del ceviche que estamos comiendo y finalmente, exploto una sonora carcajada al ver como le pide un gran vaso de agua a la mesera que pasa por nuestro lado quién se ríe por lo bajo al ver el estado de mi esposo.

Niego divertido al verlo comenzar a toser con fuerza y se bebe de golpe todo el vaso con agua mientras que tomo una tostada para untarla de mayonesa y la llevo a mi boca, sintiendo como la acidez junto al picor de mi lengua por el ceviche, disminuye un poco pero de manera considerable.

—Mierda...— río ante el tono ronco de mi esposo, abanico mi mano para que sus mejillas dejen de estar un poco rojas— demonios, eso sí que estaba picoso—

—Amor, creo que por eso se llama "Aguachile"— respondo, asiente mientras que la mesera le deja otro vaso con agua y esta vez, le da pequeños tragos— aparte, está delicioso—

—Mi amor, creo que podría tener acidez lo que me queda de vida—

—Ay, tampoco es para tanto— bufo, ruedo los ojos. Se limpia las lágrimas que salen de sus ojos— exagerado—

Tomo el tenedor para picar un poco de camarón con la salsa verde con algo de cebolla morada y pepino, lo coloco en la tostada para llevarlo a mi boca. Nuevamente, el picor de la sala junto a su acidez, llenan mis papilas gustativas que realmente quema en mi boca pero no deja de estar rico.

Muy rico.

Aunque, tenga que vivir de los antiácidos una buena temporada pero no me importa.

No mientras, siga comiendo este manjar.

—¿Tienes estómago de hierro o qué, bruja?— se queja mi esposo. Ahora, le da un trago a su cerveza— ¿Como diablos no estás llorando como bebé ante el picante?—

—Sencillo, parásito—

Coloco el frasco de mayonesa que nos habían puesto en la mesa luego de la llegada de nuestra comida, arquea una ceja con curiosidad a lo que sonrío.

—Leí en internet, que la mayonesa es un buen remedio para bajar lo picante e irritación de la boca por las comidas— me encojo de hombros— pensé que era una mentira, pero luego de ver tu espantoso intento en comer aguachile, quise intentarlo. Realmente, funciona. Claro, no deja de picar pero se les hará más pasable a tus papilas gustativas—

—Eso...— mira la mayonesa a su frente, se ríe mientras que le doy un trago a mi cerveza— el frasco no estaba ahí, hace un momento—

—No— comienzo a reírme ante su ceño fruncido— la escondí, para ver como reaccionabas ante el picante del aguachile. Admito, que fue bastante divertido—

—Bruja del demonio—

—Oye, esta bruja del demonio es tu esposa a la cual amas—

Mi esposo se ríe mientras niega divertido, le ofrezco una tostada con mayonesa y aguachile disfrutando de la sensación de mis pies enterrados en la arena fría, debajo de la palapa de mariscos al cual habíamos venido a comer luego de un chapuzón en el mar.

—¿Sabes que voy a cobrarme tu pequeña broma, no?—

—Claro que lo sé— arqueo una ceja detrás de mis lentes de sol, sonrío— mientras el castigo sea placentero, no tendrás ni una queja de mi parte, amor—

Xander se lleva la tostada a la boca y sin importarle su pronta acidez, come gustosamente el aguachile que terminamos pidiendo otro junto a un par de camarones cocidos y empanizados, teníamos la intención de probar todo lo que hubiera en el menú.

Sonrío en el momento en que se inclina a besarme, ronroneo por lo bajo ante el sabor de la cerveza en su boca junto al ligero picante, mi dedo acaricia su mejilla suavemente antes de que nos separemos, me da un pico sonriendo.

—Definitivamente, nuestra vida apenas comienza, mi amor—

—Y no puedo esperar a ello, cucciolo—

—Ahora...—

—Mañana...—

—Y siempre, solnischko—

Moscú, Rusia.

Algún tiempo después...

Camino por la recepción de la constructora en dirección hacia el Mercedes Benz AMG SL 2022 blanco, que se encuentra estacionado afuera en la entrada y sonría hacia la figura de mi esposo quien teclea un par de cosas en su teléfono antes de que levante la mirada y me sonría, lleva unos lentes de sol junto a un traje azul que resalta cada parte de su cuerpo, babeo un momento.

Demonios, mi esposo es una obra de arte del infierno.

—Mi amor, se te cae la baba—

Río para acercarme a él, sonrío mientras enrollo un brazo alrededor de su cuello a la par que sostengo mi bolso en mi otra mano y me inclino para besarlo un momento, habíamos desayunado juntos pero aún así, lo había extrañado.

—Simplemente, me digo a mi misma que soy una mujer afortunada por tener a un hombre tan guapo como tú de esposo—

—Mm...— vuelve a besarme, sonrío un poco más— también soy afortunado, ¿sabes? Eres la mujer más sexy del infierno y que solamente, seas mi esposa es un orgullo que llevo a mucha honra—

—Eres un tonto— lo beso una última vez— te extrañé, amour—

—También yo, solnischko—

—¿Donde almorzaremos?—

—En tu favorito— sonrío— anda, me muero de hambre— abre la puerta de mi lado— además, tengo que contarte algo acerca de nuestro plan para terminar con la guerra de una buena vez por todas—

—Eso me interesa— me monto en el asiento del piloto, Xander cierra la puerta para montarse a mi lado— por cierto, ¿como te fué en la junta?—

—Bien, cerraremos el trato dentro de una semana—

—Me alegro por ello, cucciolo—

Por un par de minutos ninguno de los dos dice algo, nos quedamos en un silencio cómodo mientras que mano de mi esposo no deja de acariciar mis nudillos, disfruto de su contacto para sonreír como boba antes de que mi teléfono, suene en mi bolso y me apresuro a tomarlo, mi sonrisa se ensancha al saber de quién se trata.

—Es Salvatore—

Asiente mientras acepto su llamada.

—¿Qué ocurre, Sal?—

Novikov, tenemos un problema...

Su respiración se oye ligeramente entrecortada como si hubiera corrido un maratón, frunzo ligeramente las cejas.

—¿Que problema...?—

No están...los Greco...temo que...

Todo sucede muy rápido.

Un fuerte impacto llega de mi lado haciendo que Xander pierda el control del auto, lo siguiente que puedo procesar es el hecho de que el auto da varias vueltas por la carretera y mi cabeza impacta con algo, un dolor agudo me recorre en todo el cráneo hasta que quedamos boca abajo en el auto menos mal que teníamos el cinturón de seguridad.

El olor a gasolina y humo, llega a mis pulmones para que comience a toser, mi teléfono se pierde en alguna parte. Siento como una especie de neblina en la cabeza, parpadeo para mantenerme consciente pero para ser inútil, en cualquier momento, perderé la conciencia.

¿Que...?

¿Qué ha pasado...?

Los disparos a lo lejos es lo único que logro procesar y uno de mis brazos se estira para tocar a Xander, la sangre se desliza por mi frente pero lo ignoro. Mi vista se aclara un momento para observar a mi esposo, jadeo un poco con miedo al ver la sangre en su rostro intento estira más mi brazo pero un dolor agudo me recorre en todo el hombro, me quejo.

—Xander...— lo llamo con voz débil— Xander...—

Todo comienza a pesar en mí. Mis extremidades pierden la fuerza y no puedo luchar con la inconsciencia más tiempo, lo único que alcanzo a divisar antes de desmayarme como un par de zapatos negros se acercan a nosotros.

¿Remy...?

Entonces...

Nada.

Las punzadas de dolor en mi cabeza me despiertan del sueño profundo en el que me encontraba, gruño con molestia a la par que intento mover una de mis manos para tantear la zona pero un tintineo me saca de mi trance junto a un tirón doloroso de mi hombro, siseo.

¿Qué ha pasado?

—Valentina...— escucho la voz de Xander a lo lejos, sacudo mi cabeza. Otra punzada, más tintineos que me incomodan— mi amor, despierta. ¡Valentina!—

Abro los ojos ante el grito de mi esposo e intento incorporarme pero mi cuerpo se tirado hacia abajo en una superficie plana. Parpadeo un par de veces, para que mi cabeza se despeje un poco del dolor y poder observar a mi alrededor.

—¿Qué mierdas...?—

La parte inferior de mi cuerpo se encontraba doblada encima de una mesa de metal con mis brazos extendidos con cadenas sujetando mis muñecas, intento moverlas pero el agarre es tan pesado que me lástima y cuando quiero cerrar las piernas, descubro que también están atadas de forma extendida a cada una de las patas de la mesa.

No puedo mover ni un músculo, sin que me duela.

—Mi amor, respira lentamente...— asiento. Siguiendo sus indicaciones— así, respira tranquilamente...—

—Amor, ¿dónde estás?—

—A tu izquierda, mi amor—

Giro mi cabeza a como el dolor me lo permite y jadeo con verdadero horror al ver el estado del cuerpo de mi esposo. Xander, estaba atado a una pared con cadenas al igual que yo, sus brazos se encontraban extendidas por ambos extremos mientras que sus rodillas se postraban en el piso sucio de donde sea que nos encontrábamos, pero lo que más me asusta son las heridas y golpes que tiene en todo su pecho y abdomen.

—Xander...santo dio...—

—Estaré bien, mi amor. ¿Sí?— quiero creerlo, pero sé que no es así. Su voz, suena algo débil— no es nada, que no haya pasado antes...—

—¿Cómo es que llegamos hasta aquí?—

Mi esposo no tiene tiempo de responderme, porque escucho la detonación de un arma seguido de un gruñido de dolor de Xander, veo que una bala ha parado en uno de sus brazos y la sangre sale a montones, mi primer instinto es correr hacia él pero las cadenas me lo impiden.

Una risa que reconozco muy bien, la sangre me hierve ante esa maldita risa.

¿Cómo es posible?

¿Cómo lograron tomarnos?

¿Dónde están Yerik y Remy?

¿Están bien?

Muchas preguntas se amontonan en mi cabeza que ni siquiera tengo tiempo de procesar el puño que se estampa en mi rostro, jadeo ante el dolor seguido de la exclamación de mi esposo.

—¡Hijo de puta! ¡No te atrevas a tocarle ni un pelo!—

Siento como la sangre se acomula en mi boca y la escupo a un lado como logro hacerlo, un segundo golpe viene a mi rostro, escupo más sangre mientras que una mano toma mi cabello con dureza que me saca un siseo por el dolor, escucho como Xander lucha contra las cadenas para soltarse, mis manos se aprietan en puños.

Trago en seco al ver los ojos azules de Darío Greco a mi frente, una sonrisa sórdida se forma en sus labios antes de que su dedo pulgar limpie la comisura de mi boca con su pulgar y llevarse el líquido rojo a la boca, siento asco que no puedo evitar escupirle en la cara.

En respuesta, recibo otra bofetada y mi rostro golpea de lleno contra la mesa de metal, la sangre sale de mi nariz, ahora. Los ojos avellanas de mi marido miran con odio puro hacia Darío, entonces brillan con preocupación hacia mí, niego un poco.

Estoy bien, no es nada.

El hijo de puta de Darío, vuelve a tomar mi cabello con fuerza para inclinarse más a mi rostro. Su aliento me provoca náuseas en el estómago, la sonrisa en sus labios se transforma en una dulce sádica para apartar varios mechones de mi cabello de mi rostro.

—Hola de nuevo, querida—

—Hijo de puta— siseo, me golpea de nuevo. Escupo más sangre, mi respiración se acelera— ¿Como...?—

—Incluso recién despierta, no dejas de ser tan perra, Valentina—

Río fríamente, como si sus palabras pudieran afectarme.

—Menos mal que nací perra, y no zorra— respondo, gruñe con evidente molestia— ha pasado año y medio desde que te dejé Darío. Y sigues siendo el mismo cobarde que recuerdo. Razón por la cuál nos tienes a mi esposo y a mí—

—Cállate, Marchetti—

Sonrío con maldad para verlo a la cara.

—Es Novikov, Greco. Soy la esposa del Zar— siseo en enojo— ¿Te sigue ardiendo el hecho de que siempre fue Xander y no tú? Por favor, querido. ¿De verdad creíste podrías igualar a alguien como mi marido?—

Me atraganto un momento con mi sangre cuando Darío, sujeta mi cuello con mucha fuerza que probablemente dejaría una marca, el aire de inmediato es robado de mis pulmones y mi cuerpo se sacude en busca de coger un poco más, su agarre es tan fuerte que por un momento, creo que voy a perder la conciencia, me suelta y tomo grandes bocanadas de aire, una tos brusca sale de mi boca mezclada con varias gotas de saliva y sangre.

—Pudiste haber escogido bien las cosas, Valentina—

—Lo hice, créeme, Darío. Tu nunca podrías darme ni la cuarta parte que me da mi esposo, nunca—

Otra bofetada llega a mi rostro y los gruñidos de Xander se hacen cada vez más bestiales y peligrosos, trago en seco con cierto miedo a que su bestia interior se despierte, por que es una parte de él que no controla muy bien y a veces, mi poder sobre él no es suficiente para calmarlo.

Entonces...

No habrá nada que lo detenga.

Absolutamente, nada.

Darío toma mi mandíbula con fuerza y por una vez en mi vida.

Me estremezco de miedo.

No por mí.

Por Xander.

—¿Qué pasó, pequeña zorra?— no responde, se ríe en mi rostro— ¿Finalmente te has quedado sin palabras?—

—Jódete, Darío— río— ¿Crees que saldrás vivo de esta? Estás en los putos terrenos de la Bratva, donde nosotros somos los dueños de todo—

—Probablemente, no lo haré. Sé de lo que son capaces sus gentes...— dice con asco, su dedo delinea mi rostro. Intento alejarlo pero no lo consigo— me moriré, es obvio. Pero, si me voy al infierno al saber que he terminado de joderlos como ustedes lo hicieron conmigo y con mi madre. Ahora, ella se la vive en un centro psiquiátrico— mi mandíbula se tensa— ¿Pensaste que no lo sabía, Marchetti?— se ríe— admito que traer a mi hermano de vuelta a la vida, fue un plan muy astuto que no imaginaba. Aunque, en parte se lo agradezco, por que la han quitado un rato de mi camino—

—Hijo de...—

—Para la fortuna de Salvatore, no puedo joderlo, aún. Lo necesito vivo, para que me ceda lo que quiero. Entonces, podré deshacerme de él— me corta— aunque...— sonríe más— los tengo a ustedes para jugar un rato.Tu marido y yo, ya nos hemos divertido...—

—Voy a matarte, Darío— declaro con la mandíbula tensa, la sangre me hierve a montones— por el maldito amor que le tienes a tu madre, voy a matarte de una manera en que me vas a rogar que termine contigo y simplemente, voy a mantenerte vivo para mi placer personal, perra de mamá—

—¿Me asusto, Valentina?—

—Deberías...—

Nuevamente, no termino mis palabras porque Darío me golpea en la espalda con un tubo de metal, mi cuerpo colapsa más contra la mesa y jadeo por el dolor, mis puños se mantienen cerrados con tal fuerza que siento como las uñas se me clavan en la piel y la sangre, se desliza por mis palmas, pequeñas gotas caen al suelo.

Mi respiración se entrecorta a niveles sumamente peligrosos que temo tener un ataque, los ojos de Xander se encuentran con los míos y no se despegan, veo como sigue luchando con tanta fuerza que sus muñecas sangran por querer soltarse.

Muerdo mis labios en el momento en que Darío, vuelve a golpearme en alguna parte del cuerpo y no puedo evitar soltar un quejido de dolor cuando clava una navaja en uno de mis muslos antes de hacerlo en mi espalda baja, cerca de mi médula espinal jadeo por el dolor y lucho contra las lágrimas, me niego a despegar la mirada de mi esposo.

Sus ojos avellanas me dicen todo.

Estoy aquí.

Eres fuerte.

Juntos lo somos.

Estoy aquí, mi amor.

No apartes la mirada de mí, no lo hagas.

Darío se cobra cada golpe que le hemos dado durante un año y medio. Ya perdí la cuenta de las veces que me ha golpeado, cortado y quemado en algunas partes del cuerpo, los gritos y gruñidos de Xander se hacen mucho más peligrosos que dos guardias deben retenerlo y lo sé, por qué su mirada está completamente oscura que no transmite ya nada, solo frialdad junto a un deseo sádico de sangre.

Lo sé.

La bestia, está terminando de despertar.

La risa de Darío, me saca de mi trance.

—¿Sabes una cosa, Valentina?— no respondo, me golpea en la espalda baja justo donde están la mayoría de los cortes y quemaduras por el puro que se ha fumado, la piel me arde pero no demuestro ningún signo de dolor— responde, querida. Es de mala educación ignorar a las personas—

—Valentina, no lo hagas. No caigas en su juego, mi amor—

Hago caso a la petición de Xander, Darío goza al ver la escena.

—Miren nada más, la mujer que siempre me remarcó que nunca le hacía caso a un hombre. Ahora, se doblega por el peor de los seres en la mafia—

No respondo.

No voy a caer en su juego.

Su mano toma mi mandíbula, respiro profundamente para calmar mi cólera ardiente que quema en la punta de mis dedos. Hago una mueca de asco, cuando sus labios toman los míos a la fuerza y en respuesta, lo muerdo para que me suelte. Otra bofetada, escupo más sangre de lo habitual mientras un dolor punzante, me recorre en un costado.

Mierda.

Debo tener una costilla rota.

E incluso más, es lo más probable.

—Dime, querida. ¿Qué tanto tuviste que arrastrarte como perra detrás de él para que finalmente se casara contigo?— sigo sin responder. Entonces, su expresión cambia— oh, por cierto. Lo olvidaba, debo darles mi regalo de bodas por sus recientes nupcias—

Cambia su mirada hacia Xander, quién se retuerce de coraje y me impresiono un momento cuando veo como la pared que sostiene una de sus caderas, se fractura un poco y piedras pequeñas caen al suelo, pero eso no lo notan los guardias.

Mierda, mierda, mierda.

La bestia está muy enojada.

Y eso algo, que no puedo controlar de Xander.

Una vez que la bestia despierta...

Adiós, mundo.

—Espero que disfrute de mi regalo, Zar Novikov—

Entonces, el miedo y pánico se adueña de mi estómago en el momento en que Darío se coloca a mi frente a mí, abriendo su cinturón para bajar su cremallera, el asco se asienta en mi estómago cuando los recuerdos de mi casi violación llegan a mi mente al ver como saca su polla erecta, niego varias veces mientras intento hacerme hacia atrás a como las cadenas que me retienen, lo permiten.

No. No. No.

¡No!

¡Eso no, maldita sea!

La sonrisa de maldad de Darío, confirma mis miedos en el momento en que toma mi mandíbula y hace una presión para que la abra, pero me niego a hacerlo, cosa que le causa más gracia, siento como los ojos se llenan de lágrimas.

—Abre esa linda boquita, querida—

—¡DARÍO! ¡NO TE ATREVAS A TOCARLA!— el rugido de Xander, hace eco en toda la sala— ¡VOY A MATARTE A COMO LA TOQUES!—

—Uhh, parece que la bestia de tu marido. Le gusta mi regalo— ladea su cabeza, no digo nada, ni siquiera abro la boca— veo que somos difíciles, cariño. Me encanta eso de ti, ¿sabes?—

No digas nada, Valentina.

No abras la boca por nada el mundo.

Tú puedes hacerlo.

Has pasado peores, esto no es nada.

Repito esas palabras en mi cabeza mientras mantengo mis labios sellados, eso no parece gustarle a Darío porque cambia de táctica. Entonces, sin esperarlo un grito de dolor ronco sale de mi garganta en el momento en que siento que me apuñala en el vientre, no sé como lo hizo pero el dolor se multiplica en esa zona que ha quedado más sensible desde el nacimiento de Alisha, siento como la sangre se desliza por mis piernas.

—¡NO!—

Aprovecha la oportunidad para colocar algo en mi boca que me impide cerrarla, lo ajusta detrás de mi cabeza para impedir que lo saque de ahí y sin esperarlo, introduce de golpe su polla hasta el fondo de mi garganta lo que me provoca una arcada de asco, mi cuerpo se sacude y mis puños se aprietan con más fuerza al escuchar un gemido ronco de su parte.

—Merda. Olvidaba lo bien que se sentía tu boca alrededor de mi verga, cariño—

—¡SUÉLTALA DARÍO!—

Quiero sacarla de mi boca pero no puedo, porque su mano se ancla a mi cabello para obligarme a mantenerla dentro, las lágrimas pican en el fondo de mis ojos mientras que el asco me recorre el cuerpo entero.

Necesito vomitar.

Darío me viola la boca a como le da su maldita gana hasta que se corre en ella, me obliga a tragar su semen y en el momento en que saca su polla de mi boca, expulso todo el contenido de mi estómago con su semen, se ríe mientras acaricia mi cabello.

—Parece que no has tenido suficiente, cariño— chasquea los dedos, escucho varios pasos. Seguro son más guardias— caballeros, los primeros dos que den un paso al frente. Tendrá el privilegio de follar a la Zar de la Bratva—

¡No, no, no, no!

¡Eso no!

Lucho y me debato con fuerza mientras que las lágrimas finalmente se deslizan por mis mejillas de la vergüenza y asco al sentir como varias manos comienzan a tocarme sin consentimiento, ni siquiera puedo mirar a mi esposo a la cara.

No...

Eso no, por favor.

Antes de que alguno de los hombres se atreva a bajar mi pantalón, escucho como algo se rompe de golpe y varias cosas pesadas caen al suelo, seguido de varios disparos miro con asombra la escena que se desarrolla a mis ojos.

Oh, mierda.

Xander toma el primer hombre que me ha tocado por el cuello con una de sus manos antes de que romperlo en dos con un solo movimiento mientras que con la cadena que cuelga de una de sus muñecas, la enreda en sus nudillos para tomar el otro sujeto y tira de su cabello para exponer su cuello, lo golpea tantas veces ahí que la sangre salpica en mi rostro y en suyo, veo como deja el cuerpo a mi lado, trago a como me lo permite mi garganta lastimas al ver cómo el sujeto se ahoga con su propia sangre hasta morir.

Eso...

Carajo.

Escucho una detonación, para observar como una bala impacta en el miembro de Darío, su sangre me salpica también, mientras se queja por el dolor en el piso. Logro pasar saliva un poco más al saber el significado de ese gruñido gutural que resuena en el lugar, seguido de otro más hasta que sea lo único que escuchas en todo momento.

Ha sucedido.

La bestia, ha despertado.

—Nadie se atreve a tocarle un solo pelo a mi esposa, si no quiere acabar muerto por mi mano—

Su tono de voz, no se parece nada al usual. Su mirada avellana se encuentra con la mía, veo su rostro lleno de sangre antes de que quita la cosa de mi boca, bajo la mirada hacia la mesa a la par que termina de romper las cadenas con las balas y estoy libre, las lágrimas se deslizan de mis mejillas sin mi permiso.

No puedo...

No puedo mirarlo.

—Mi amor...—

—No puedo— sollozo con dolor. No solo físico, sino emocional— no puedo, Xander...—

—Hey— me obliga a mirarlo— estaremos bien, saldremos de esta, ¿de acuerdo?— asiento— primero, vamos a salir de aquí para vengarnos de este hijo de puta—

—Sí...—

Un disparo se escucha y veo como Xander, se dobla de dolor. Esa es mi motivación suficiente para que me ponga de pie a pesar del dolor de mis extremidades, quito las cadenas de mis muñecas antes de que le quite el arma para dispararle dos veces a Darío, cae al suelo y cuando estoy a punto de joderlo por todo lo que nos ha hecho, a pesar de las heridas de nuestros cuerpos, tenemos fuerzas para levantarnos.

Una explosión sacude todo el lugar.

Una gran pantalla humo llega a nosotros y varias explosiones siguen retumbando en todo el lugar, caigo al suelo por la debilidad de mi cuerpo junto a la pérdida de sangre, la apuñalada en el vientre arde a montones y logro divisar cómo varios hombres armados entran al lugar hasta que una voz familiar, retumba en todo el lugar.

—¡Protejan a los Zares de la Bratva! ¡Tiren a matar! ¡Quiero a mis hijos vivos!—

Las voces de Yerik, Remy, Bruno, Aslan y Atlas hacen eco en todo el lugar, sonrío por que nuestra familia ha venido a rescatarnos.

Todo el caos llega.

Con la adrenalina recorriendo nuestro sistema e ignorando nuestras heridas, mi esposo y yo luchamos contra los matones que podemos hasta que lanzo a los brazos de Remy, mi padre me abraza con fuerza y no puedo evitar echarme a llorar en su hombro.

—Santo dio, estás viva, mi niña—

—Estoy bien, Remy—

Mentira.

Sé que no voy a estar bien.

—Necesitamos sacarlos de aquí. ¡Ahora!— habla Yerik, mientras que abraza a Xander. Toma el auricular— ¡Comiencen a evacuar! ¡Tenemos a los Zares!—

Otro temblor sacude el edificio y Remy, me arrastra cerca de él en el momento en que parte del techo se derrumba encima de nosotros siento como alguien empuja mi espalda para evitar los escombros mientras una nueva pantalla de humo, mi vista se aclara y el fuego comienza a expandirse.

No...

¡No!

Un miedo se asienta en mi estómago al ver que los escombros crean una barrera entre mí y Xander, debió ser quién me ha empujado. Me suelto del agarre de Remy, para comenzar a subir los escombros pero las manos de mi padre me detienen, me debato para que me suelte y más escombros caen.

—¡Sácala de aquí, Remy!— grita mi esposo.

—¡NO!— grito— ¡No voy a dejarte aquí! ¡Me niego a hacerlo!—

—¡Buscaré otra salida, nena! ¡Estaré pronto contigo!—

Otro temblor, más escombros caen.

—¡Necesitamos salir! ¡El edificio va a colapsar!— grita Bruno.

—¡SÁCALA REMY, AHORA!—

—¡NO!—

Lucho y pataleo para que me suelte pero es inútil, mi cuerpo no tiene la misma fuerza que esta mañana. Los golpes y heridas, me impiden hacer mucho pero no dejo de luchar, Xander desaparece mi campo de visión.

—¡Suéltame, Remy!—

—¡Necesitamos sacarte de aquí, mi niña!—

—¡NO! ¡NO! ¡NO PUEDO DEJARLO SOLO!— grito— ¡SUÉLTAME!—

—¡Estoy cumpliendo la orden de tu esposo!—

—¡Y YO TAMBIÉN SOY LA MALDITA ZAR, REMY! ¡SUÉLTAME!—

—¡Lo siento, cariño! ¡Hoy no planeo cumplir tus órdenes, si no ponerte a salvo!—

A la mala me sacan del edificio hasta que estamos en una zona lejos de los derrumbes y escombros, el fuego se expande por todas partes mientras que no dejo de golpear y patalear pero es inútil, la Remy supera la mía que me arrastra hacia una de las camionetas pero aprovecho la oportunidad para subir mi rodilla y golpearlo en las pelotas, se dobla del dolor.

Sin pensarlo dos veces, comienzo a correr en dirección de regreso al edificio pero antes de avanzar varios metros, un par de brazos me envuelven por la cintura en busca de detenerme, me debato con fuerza.

No pienso en nada más.

Solo en Xander.

Saco el arma que tiene oculta en su traje táctico y encajo mi codo en su estómago, sin pensar en las consecuencias, le disparo dos veces en el estómago a la persona que ha tratado de detenerme, trago en seco cuando me doy cuenta de que se trata de Bruno.

—¡Bruno!— el grito de Atlas, me saca de mi trance. Aprovecho, para seguir corriendo en dirección hacia el edificio— ¡Valentina, no!—

Tengo que llegar...

¡Tengo que llegar a él!

Un grito desgarrador sale de mi garganta en el momento en que la escena ocurre lentamente frente a mis ojos, las lágrimas se deslizan por mis mejillas.

—¡NO!—

Una última explosión se escucha en el lugar que la onda de calor y sonido me tiran al piso pero no impide que me ponga de pie, de nuevo. Mirando toda la escena con la respiración entrecortada y un dolor punzante me golpea en el pecho, todo se comienza a romper en mi interior ante los siguientes segundos que pasan a mi frente.

El edificio colapsa.

No...

¡No, no, no!

—¡XANDER!—













*Insertando sticker de gatito con risa malvada*

¡Feliz miércoles a todas ustedes!

Ni Aslan, Bruno, Remy, Salvatore, Atlas o Yerik eran los tiesos...

Nada más y nada menos que Xander...

Se los dije, pecadoras y cientos de veces...

"Lo tienen a su frente y a su lado que ni siquiera lo notan por que se niegan a creer en esa posibilidad"

Se los dije o no se los dije, ¿eh? 👀

Es lindo ver como subestiman mi maldad para que al final queden así 🤡 jajajaj

Y sí, gozo del momento por que el capítulo está escrito desde la semana pasada y ya tuve mi tiempo para la chilladera ;v

En fin, Xander fue el ganador de la ruleta del tieso...

Y ni modo, gente.

Le tocaba.

Parte de su deuda, ya está pagada con 1/5 tiesos que me deben.

Y sí, me deben otro tieso ;v

Agradezcanle a un angelito que tuvo la idea de subir a cinco tiesos...

Y como buen ser del mal que soy, acepté.

Aparte, ¿quién no ama a los tiesos? JAJAJAJ

En fin, dejando de lado eso para ya irme y que lloren en el rincón oscuro de su cuarto...

Conocimos al último protagonista de la serie Dinastía.

Esteban Díaz, quién su historia lleva por título junto a la lógica y ende, Esteban.

Ahora...

Sin más que decir...

¡Nos leemos pronto!

P.d. No lloren mucho, por que se les va a tapar la nariz con sus mocos y se van ahogar ;v

Atte. Su escritora 🖤✨




Continue Reading

You'll Also Like

51K 2.5K 23
Jeongin siendo el Omega más coqueto y lindo no ayuda mucho para changbin. En el sexo con él no se puede ser amable. Changbin top Jeongin bottom ¡18+...
27.7K 2.3K 12
Vegas Theerapanyakul es un famoso profesor universitario, conocido como un hombre frío, despiadado... y sin afecto real... pero este año un estudiant...
130K 12.3K 35
Matthew tenía dos cosas claras en su vida; seguir liderando el Departamento de Policía como Capitán de su equipo, y pagar en vida la condena de no ha...
9.3K 859 14
¿Cómo reaccionaría estos chicos a diferentes situaciones? Puedes pasar a verla y hacer un pedido. Habrá algunos pronombres neutros.