Janice Denbrough
Nos separamos cuando nos empujaron y tragué saliva al imaginar que fue Bill, pero si tuve el valor para besar a mi novio frente a ellos lo tendría para dejarle las cosas claras.
—¿Qué carajos están haciendo? —preguntó, en efecto, mi primo que se veía realmente molesto.
—¿Qué tiene? —cuestioné mirándolo y después tomé aire.
—¿Cómo que qué tiene? Se estaban besando —Nos miró a los dos de forma alternativa y yo intercambié miradas con Richie—. ¿Acaso qué son como para besarse? No creo que los amigos se besen.
—Somos novios —informé con firmeza apretando mis manos en la falda de mi vestido—. Es normal a nuestra edad, ¿No?
—Vamos a la casa Janice —Bill intentó tomarme de un brazo pero me aparté negando con la cabeza—. Vamos a hablar, necesito hablar contigo sobre esto.
—No —Negué con la cabeza aterrada de que fuera capaz de mantenerme alejada de él y me empezará a monitorear por el simple hecho de ser novia de Richie—. La última vez que me dijiste eso me impediste salir y ver a mis amigos, no me voy a ir contigo.
—Sólo vámonos Janice —insistió mi primo y negué de nuevo con los ojos cristalizados—. Te juro que no va a pasar lo de la última vez.
—No te creo, y no quiero hablar contigo ahora —aseguré para después comenzar a caminar hasta salir del gimnasio demasiado exaltada.
Tenía la respiración acelerada y los ojos llorosos. Estaba aterrada de lo que Bill me podría a hacer si llegaba a intentar impedir e estar con Richie, me asustaba que me encerrarse, que solo me dejara salir a la escuela y que allí no me dejara no acercarme a mi novio.
Al salir de la escuela me senté en la acera y me pasé las manos por la cara desesperada sintiendo un par de lágrimas escaparse de mis ojos pero me las limpié rápido. Me abracé a mi misma acaricien do mis brazos y después me quedé mirando un punto fijo.
—Jan, ¿Estás bien? —Giré la cabeza y miré a Richie qué se sentó a mi lado abrazándome de lado.
—Eso creo —respondí sintiendo mis dientes castañeando de frío.
—Estás helada, ¿Quieres entrar? —Negué con la cabeza varias veces—. ¿Qué quieres hacer entonces?
—Quiero irme, no quiero lidiar con mi primo en este momento. Vámonos por favor —pedí mirándolo suplicante y él asintió—. Pero no quiero ir a mi casa, mi tía no está y no quiero estar sola con Bill.
—De acuerdo, pero no te puedes quedar conmigo todo el fin de semana —Me tomó de las mejillas y yo coloqué mis manos sobre las suyas.
—Sólo está noche, por favor —Asintió y dejó un beso en mi frente para después levantarse y ayudarme a mí tomando mis manos.
—Vamos preciosa —habló y después se quitó la chaqueta para ponerla sobre mis hombros así que le sonreí—. Te estás congelando.
—Gracias corazón —Sonreí tomando la chaqueta comenzando a caminar a su lado—. ¿Me acompañas a sacar algo de ropa de mi casa?
—Seguro —Besó mi mejilla y me abrazó de los hombros sin dejar de caminar.
Al llegar a mi casa subimos a mi habitación y yo tomé una maleta comenzando a guardar ropa para mañana y también una pijama. Antes de irnos me cambié los zapatos por unos tenis y me coloqué una chaqueta devolviendo le a Richie la suya.
—¿Podemos comer algo? —preguntó antes de que saliéramos de la casa. Me giré hacia él notando su sonrisa angelical.
—No hemos hecho las compras, perdón —Suspiró y después se acercó a mí—. Espera y ya bajo, no me tardo.
Subí corriendo las escaleras y saqué algo de dinero para después volver a bajar.
—Mañana te voy a llevar a comer a dónde quieras, ¿Sí? —Asintió sonriendo y después me acerqué a él—. Vámonos.
『 °*• ❀ •*°』
Al llegar a su casa nos dirigimos a la cocina porque Richie de verdad tenía mucha hambre así que se sentó a comer, me ofreció a mí pero no tenía hambre así que negué.
Cuando terminó de comer me acompañó hasta su habitación y ambos nos cambiamos por muestra pijama (Él en el baño y yo en la habitación). Guardé bien los accesorios qué Bev me había prestado y después fui al baño a lavarme la cara del maquillaje.
—¿Quieres ver una película? —preguntó cuando volví a su habitación y me apoyé en el marco de la puerta para después asentir—. Vamos entonces.
Cuando bajamos luego de unos cinco minutos de analizar las opciones para ver una película nos decidí por por Cementerio de animales. Ambos nos sentamos en el sofá y Richie me abrazó de los hombros dejando mi cabeza recostada sobre su hombro, tomé mi mano con la suya entrelazados nuestros dedos.
El tiempo pasó y poco a poco yo comencé a cabecear porque estaba cansada, además las caricias que Richie me hacia en el cabello me ayudabam a querer dormir. Aunque me aguantaba para terminar de ver la película.
Me enderecé con los ojos adormilados al oír la puerta ser abierta, tal vez era Verónica, aunque me confundió ver lo tenso que se puso Richie.
—Preciosa, sube a mi habitación y no vayas a salir —Lo miré con duda por eso—. Son mis padres, Verónica se va a quedar con una amiga hoy.
Asentí y los dos nos levantamos para salir de la sala, yo me escabullí escaleras arriba para entrar en su habitación con cuidado de no hacer ruido. Al llegar cerré la puerta con cuidado y después me acerqué a su cama recostadome mirando el techo con una mano sobre mi abdomen.
Richie llegó algunos minutos después y yo me senté en la cama mientras el cerraba la puerta y con llave. Se acercó a mí sentándose a mi lado y tomándome de las mejillas.
—¿Se dieron cuenta? —pregunté y él negó con la cabeza así que suspiré aliviada por eso.
—Tranquila, no lo notaron —aseguró y después se acercó a mí juntando nuestros labios algunos segundos.
Sonreí cuando se separó y después coloqué mis manos en sus hombros acercándome a él hasta juntar nuestros labios. Los movimos rítmicamente y sus manos pasaron de mis mejillas a mi cintura acercándome a él casi tumbadonos en la cama pero me sostuve de la pared para que eso no pasara.
Sentí su sonrisa en medio del beso y me acomodo sobre su regazo quedando el acostado en la cama conmigo sobre el y mis piernas a los lados de su cadera mientras mis manos subían a su cuello.
Nos separamos respirando pesadamente y le sonreí. Sentí mis mejillas arder al darme cuenta la posición en la que estábamos, aunque parecía que a Richie no le molestaba en lo más mínimo, sino que más bien me miraba encantado con sus manos acariciando mi cintura.
—Perdón —intenté bajarme de encima suyo pero me tomó con firmeza de la cintura haciendome quedar sentada sobre su regazo con las mejillas calientes.
—Te ves bien arriba —aseguró con una enorme sonrisa y yo solo abrí los ojos sonrojada dándole un leve golpe en el hombro haciéndolo reír—. Es la verdad.
—Sí, ajá —respondí ahora sí, bajandome de encima suyo y me acosté a su lado recostando la cabeza en su hombro—. Tengo sueño.
—Ven, duerme —Me hizo levantar y alistó la cama dejándome acostar y él apagó la luz para encender la de la lámpara en la mesita—. Aún no tengo sueño, voy a leer —Asentí viéndolo tomar un cómic de Superman y acomodarse a mi lado abrazándome de los hombros dejando mi cabeza en su pecho—. Descansa preciosa.
—Tú igual, corazón —Sonreí cerrando los ojos para en solo minutos caer profundamente dormida mientras el leía.
『 °*• ❀ •*°』
Desperté sintiendo los rayos del Sol darme en la cara así que me estire y después me froté los ojos con las manos, los abrí y miré al rededor dándome cuenta que estaba sola en la habitación.
Me senté acomodando mi cabello y después observé la hora en el reloj de Richie dándome cuenta que eran las dos de la tarde. Levanté las cejas al darme cuenta de la hora así que me levanté para bajar las escaleras.
Cuando llegué abajo salté en mi lugar al sentir los brazos de Richie rodearme la cintura y pegarme a él besando mi mejilla haciéndome reír mientras colocaba mis manos sobre las suyas.
—Hasta que te despiertas bella durmiente —Sonrió y dejó un beso en mi mejilla otra vez—. Intenté romper el hechizo con un beso varias veces pero no funcionó.
—Perdón, hace mucho no duermo tanto —informé dándome vuelta colocando mis manos en sus mejillas—. ¿Te molesta?
—Para nada preciosa, no hay problema —aseguró pasándome una mano por el cabello y besó mi frente—. Jan, debes volver a tu casa.
Bajé la mirada y apreté los labios por eso dejando caer mis manos de sus mejillas.
—No te puedes quedar aquí todo el fin de semana, y ya llevas mucho tiempo sin volver a tu casa —Me pasó una mano por la mejilla y lo miré de nuevo.
—Sí, sí lo sé —respondí tomando su mano con la mía y entrelazando nuestros dedos—. Pero no quiero lidiar sola con Bill, tengo miedo.
—Yo me voy a quedar contigo y veré que no te haga nada —aseguró agachandose un poco para quedar a mi altura y me sonrió un poco lo que me hizo sonreír a mí también.
Me acerqué a él rodeando su cuello con mis brazos y junté sus labios con los míos haciéndolo sonreír por el beso sintiendo sus brazos rodear mi cintura.
Me separé de él y dejé un corto beso en sus labios para después pasarle una mano por el cabello.
—Me voy a ir a alistar, ¿Sí? —Sintió y después se separó del abrazo para dejarme subir en dirección al baño.
Una vez me duche y me lavé la boca entré de nuevo en su habitación y me vestí rápidamente con lo que había traído que era un pantalón azul oscuro holgado y una blusa blanca con el cuello en V. Dude un poco en si ponerme uno de los collares de Beverly pero terminé poniéndome el plateado, me puse mis tenis y después me cepillé el cabello.
Guardé mis cosas en mi maleta y después salí de la habitación con el dinero que había traído para invitarle algo a mi novio porque se lo prometí.
Cuando llegué abajo vi a Richie esperándome en el marco de la puerta así que me acerqué a él y lo abracé por la espalda haciéndolo sobresaltar.
—Ya podemos irnos —hablé sonriendo y él asintió—. ¿Quieres un helado?
—Sí, vamos —Sonreí tomando su mano con la mía comenzando a caminar en dirección al centro del pueblo.
『 °*• ❀ •*°』
—¿De verdad te gusta el helado de menta? —cuestioné divertida, ya estábamos lleno de camino a mi casa.
—Lo confundí con el de limón —Solté una risa por eso y él me empujó con su cadera haciéndome sonreír—. ¿Me das del tuyo?
—Seguro —Se lo extendí y él le dio una probada haciendo una mueca por eso.
—Es muy ácido —respondió cerrando con fuerza los ojos—. ¿De que es?
—De mora —respondí para después seguir comiendo—. Hubiera pedido de frutos rojos pero no había.
Sentí que Richie dejó un beso en mi cabeza y sonreí sin dejar de caminar.
Nos detuvimos al llegar a mi casa y tomé aire de forma entrecortada, ya hace algunos minutos nos habíamos terminado el helado.
Me acerqué a la puerta y ambos entramos a la casa. Observé al rededor sin ver a Bill lo que me dejó confundida.
—Janice —Me giré hacia la sala al oír la voz de Bill y miré a Richie entre preocupada y asustada.
Richie dejo un beso en mi frente y tomé aire para después nos dirigirnos hacia la sala. Sentía mi corazón later en mi garganta de lo nerviosa que estaba.
—Hola —saludé entrando en la sala jugando con mis dedos por lo nerviosa que estaba.
Bill nos miró a Richie y a mí y yo me pegué un poco más a mi novio sintiendo una de sus manos en mi espalda así que tomé aire.
—Siéntense ya que están los dos —Ambos nos sentamos frente a Bill y yo apreté los labios desviando la mirada—. ¿Desde cuándo son novios?
—Casi tres meses —respondí sin tener el valor suficiente de mirarlo comenzando a mover mi rodilla de arriba a abajo repetidas veces.
—Ese día que los encontré en el Arcade, no era la primera vez que volvían a verse ¿Verdad? —preguntó Bill y tragué saliva nerviosa.
—Ya nos habíamos visto antes, sí —confirmó Richie y lo miré, estaba nervioso porque golpeaba sus manos en sus piernas repetidas veces.
—¿Estás enojado? —pregunté mirando a Bill y él asintió—. Mira, sé que tal vez esto te moleste porque soy tu prima y tienes ese sentimiento de que debes protegerme pero...
—No estoy enojado por eso, no me enoja lo de ustedes —interrumpió dejándome confundida—. Me enoja que no me hayan contado, que no hayan confiando en mí para decirme eso.
—Tenía miedo Bill —respondí intentando que la voz no se me cortara—. Me daba miedo que te enojaras, que me aislaras y me prohibieras estar con Richie. Estaba asustada Bill.
—De verdad me arrepiento de lo que te hice Janice, de verdad —Lo miré con los ojos llorosos—. Tenías tus razones para no decirme, el punto es que lo sé y los demás también. Pero, ¿Tus padres lo saben?
—No, no lo saben —respondió Richie y soltó un suspiro—. Tú sabes cómo son, me llevarían al otro lado del mundo para que no estuviera con ella.
—Sólo te diré una cosa Richie —Mi primo lo señaló—. Si ella llega a ser lastimada por ti, si derrama lágrimas por tu culpa no querrás saber lo que te haré.
—No le voy a hacer nada —aseguró Richie mirándome y me tomó de la mano lo que me hizo sonreír.
—Sí les voy a pedir algo, unas pequeñas condiciones —habló Bill y lo miré con duda—. Nada de andarse besando frente a nosotros, no quiero ver si se meten la lengua a la boca o qué se yo. No quiero que cada vez que Richie te venga a ver se encierren en tu habitación con llave y tampoco quiero escuchar cursilerias —enumeró y fruncí el entrecejo por eso—. Sólo tres condiciones.
Asentí, tal vez no lo cumpliríamos al pie de la letra pero era la forma de dejarlo tranquilo.
Bill se levantó y me pasó una mano por el fleco despeinandome y yo me quejé por eso dándole un manotazo. Se despidió de Richie y después subió.
Intercambié miradas con mi novio y después ambos son reímos para levantarnos y subir a mi habitación. Al llegar dejé mi maleta en el suelo y me acerqué a él juntando nuestros labios.
Sus manos tomaron mi cintura y ambos caímos en la cama sin dejar de besarnos, pase una de mis manos a su cabeza comenzando a jugar con su cabello en medio del beso.
Se separó de mi y besó la punta de mi nariz haciéndome sonreír para que desoues se sentará a mi lado tomando uno de mis cuadernos del escritorio.
Abrí los ojos al ver que el cuaderno que había tomado fue el de Biología, en que que había hecho su dibujo. Me cubrí la cara roja de vergüenza, sabía que si se lo pedía no me lo iba a dar y si intentaba quitárselo no me iba a dejar.
—¿Tú lo dibujaste? —Separé los dedos de mis manos para mirarlo y asentí—. Joder, esto es increíble, dibujas hermoso Jan.
—No, no soy tan buena —Negué con la cabeza quitándome las manos de la cara y vi la mira de indignación de Richie.
—¿Qué no eres tan buena? Si le hubieras aplicado color parecería una fotografía —Me enseñó el dibujo y apreté los labios, no creía que fuera verdad—. Dibujas mejor que la maestra de arte.
—¿Lo dices porque tienes autoestima y como te dibujé a ti crees que es hermoso? —cuestioné cruzandome de brazos y él negó con la cabeza.
—Sé que soy hermoso, pero lo digo enserio, tan enserio como cuando te digo que estas increíblemente buena —Solté una risa por eso—. Tienes mucho talento preciosa.
—Gracias —Sonreí abrazándolo por la cintura y él se acostó soltandose de mi abrazo para ser él quien se acostara en mi pecho.
Solté una risa por eso comenzando a acariciar su cabello lentamente durante largos minutos. Una de sus manos se movía de arriba a abajo por mi brazo hasta que en un momento cayó sobre el edredón de mi cama así que miré a Richie dándome cuenta que se había quedado dormido.
Sonreí sin dejar de acariciarlo el cabello hasta que en un momento yo también caí dormida.