El amor del Zar

By AngieRosas058

996K 74.1K 18.2K

Secretos. Traiciones. Odio. Venganza. Poder. Una guerra. Rencores y viejos amores del pasado. Una Reina. Un Z... More

Prólogo
Personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Epílogo
Agradecimientos
Escena extra: "Un muerto entre las sombras."

Capítulo 58

14.7K 958 328
By AngieRosas058

Valentina.

Río nerviosamente ante la mirada penetrante de Xander en mí, sonrío con todos mis dientes en busca de apaciguar la situación del ruso quien a pesar de su mirada molesta, veo cierto brillo de diversión ante mi estado de ebriedad.

¿Me habrá oído cantar?

—Lo he hecho, nena— responde— créeme, desde que comenzó la maldita canción te he escuchado—

Sonrío aún más mientras pido otra cerveza, Tassia se ríe entre dientes antes de pasarme una botella nueva y le doy un trago pequeño ante su atenta mirada avellana, suspira con cierto dramatismo a lo que río.

—¿Verdad que canto bonito, cucciolo?—

—No, cantas horroroso, Valentina—

—Me da igual, si yo digo que canto bonito, es que canto bonito—

—En tus sueños, bruja—

Me encojo de hombros y suspira para llevarme la botella de cerveza a los labios, ni siquiera logro darle otro trago porque su mano es más rápida y me la quita, lo fulmino con la mirada mientras deja la botella encima de la barra.

—¡Oye!—

—No más alcohol para ti, estás ebria—

—¡Y quiero estar más ebria, idiota!—

—No te pongas a llorar, nena— refuta— nos vamos—

—¡No me quiero ir!— chillo como niña pequeña— ¡Me gusta el karaoke!—

—A mi no, ¿quieres te recuerde la apuesta que tenemos de por medio?— arquea una ceja, mi sonrisa muere y trago saliva con fuerza mientras que la suya, se ensancha con cierta maldad— exactamente, nena. Sigues haciendo lo que yo digo, y si digo que nos vamos. Nos vamos—

—Pero...— hago un puchero— no es justo—

—Tu quisiste jugar, yo gané limpiamente—

—No me quiero ir, vete. Yo volveré temprano en la mañana para el castigo—

—Gran intento, amore. No funcionará— dictamina, cruza sus brazos encima de su pecho— Valentina, estoy seguro que ni siquiera puedes mantenerte en pie—

—¡Claro que sí!— refuto— ¡Mira!—

Bajo de mi taburete con la intención de demostrarle que estoy perfectamente bien, pero en el momento en que pongo mis pies sobre el suelo, todo gira a mi alrededor y me tambaleo suavemente sobre mi cuerpo.

Los brazos de Xander, me sostienen por la cintura a tiempo antes de que me haga un daño más grave, intenta evitarlo pero escucho como esconde su risa detrás de un resoplido antes de colocarme en mis pies, pegándome a su pecho.

—No sé qué necedad tuya me preocupa más, si la ebria o la sobria— afirma, sonrío. Me pego a su pecho, lo abrazo por la cintura— nena, lo mejor será que nos vayamos—

—¿No quieres oírme cantar?— inquiero con un pequeño puchero— te va a gustar, cucciolo—

—Amore...— toma mi rostro para besarme brevemente con una pequeña sonrisa— cantas horrible, mis tímpanos van a sangrar con tu voz—

—Pero...—

—¿Tienes idea de lo preocupado que estaba por ti en el momento en que no te vi en la cama a mi lado?— niego, muerdo mi labio inferior con cierta culpa— nena, casi me metes un susto de muerte al pensar que te había pasado—

—Estoy bien—

—Estás ebria—

—Con mis extremidades—

—Ajá, pero ebria—

—Deja de decir que estoy ebria, por que me lo voy a creer—

—Amore, estás más ebria que una cuba—

—Tampoco, no es tanto— ruedo los ojos— ¿Como diablos me encontraste? No pudiste encontrarme en un karaoke, odias los karaokes—

—Tengo mis medios— bufo— nena, nos vamos—

—No quiero—

—No te estaba preguntando, amore—

—Ni se te ocurra cargarme como saco de papás, por que voy a vomitar— lo señalo— si me vas a cagar, cárgame con amor—

Xander hace un gran esfuerzo para no perder los estribos más de los que ha perdido con mi aventura, y simplemente, rueda los ojos para asentir. Mira detrás de mí, hacia Tassia quién limpia la barra de algunos líquidos de los tragos, asiente en su dirección.

—Gracias por el aviso—

Abro la boca con cierta indignación ante sus palabras, miro hacia la chica de la barra quién sonríe enigmáticamente y me guiña el ojo, sonríe sin mostrar sus dientes antes de hablar directamente hacia mí.

—Recuerda lo que te dije, Valentina— inclina su cabeza— es cuestión de soltar y sentir, ¿lo demás? Estará bien, dure lo que dure—

—De acuerdo— sonrío con sinceridad— gracias, Tassia—

—Espero volver a verte, Valentina—

Xander paga la cuenta de todo mi consumo y ni siquiera se sorprende ante la cantidad de tragos junto a la cerveza, creo que deduce que llevo bastante tiempo para estar en el estado en el que estoy, guarda su tarjeta de débito en su cartera antes de señalar con su cabeza hacia la salida.

—Andando, bruja ebria—

Nuevamente, hago un puchero con mis labios y extiendo mis brazos, en su dirección. Realmente, el hombre intenta parecer enfadado pero no lo consigue porque se termina riendo ante mi expresión manipuladora.

—Cárgame con amor, Xan—

—Ay, bruja. A veces, te comportas como una niña—

—Comencé a madurar desde los doce, no esperes mucho de mí— enfatizo mi puchero— ¿Me cargas, por favor?—

Suspira con cierta diversión antes de asentir.

—Vamos, nena. Que necesitamos bajarte esa borrachera que cargas—

Ni siquiera refuto cuando sus brazos toman mi cuerpo al estilo princesa, sonrío feliz por haberme salido con la mía mientras me acurruco contra su pecho, suspiro con tranquilidad, cuando el aroma de su perfume llega a mi nariz, causándome cosquillas agradables en el estómago y mis brazos alrededor de su cuello, se aferran a su cuerpo mientras salimos del lugar.

—Me gusta tu perfume—

—Siempre te ha gustado mi perfume, solnischko—

—Lo sé, pero nunca te lo dije abiertamente— refuto, suspiro con cierto cansancio— hay muchas cosas que no he dicho, Xander—

—Lo sé, nena—

—Y que esté ebria, no ayuda a decirlo de manera correcta—

—Dicen que los niños y los borrachos, dicen la verdad, amore— besa mi frente suavemente— yo tampoco, te he dicho muchas cosas, nena—

—Lo sé, por mi culpa—

—No lo es—

—Si lo es—

—Te voy a pegar a como lo vuelvas a decir que es tu culpa—

—Es que...— bufo— ¿Por qué no me odias?—

—¿Quién te dijo que no te odio, nena?— inquiere, lo miro un momento antes de volver a ocultar mi rostro en su cuello— te odio, pero sobretodo. Odio la manera en que puedes destruirme y joderme, pero aún así, me pondría de rodillas ante ti—

—Estás loco—

—Lo sé, la cordura se me quedó en Alcatraz, nena—

—Comienzo a verlo...— beso su mejilla, puedo sentir como sonríe— puedo ser tu cable a tierra, si quieres—

—Siempre has sido mi cable a tierra, solnischko—

Ambos nos quedamos en un pequeño silencio cómodo, Xander sigue caminando por las calles del pequeño pueblo a donde he terminado, algunos lugares ya están cerrados y las aceras, están vacías. Señal, de que ya es muy tarde.

—Lo lamento—

—¿Por qué?—

—Por haberme ido así, ni siquiera lo pensé—

—Está bien, aunque a la próxima me gustaría que me dejaras una nota a decirme que vas a un karaoke, solamente para joderme la paciencia—

—Entré en miedo y pánico—

—Puedo imaginarlo—

—No es justificación, Xan—

—No, sin la nota no es justificación— lo miro un momento, sonríe tenuemente con cierta diversión— ya con la nota, podría reconsiderar seriamente ir detrás de ti hacia ese lugar maldito—

—Los karaokes son divertidos, cucciolo—

—No, no lo son— refuta, río— son verdadero dolor de tímpanos. ¿Quién diablos quiere oír a personas borrachas sin talento alguno?— bufa— no es que vayan a ir a "The Voice"—

—Amargado—

—Mimada—

—Lo soy— reconozco— aunque lo niegues, te gustan mis momentos de infantilismo—

—Admito, que son extraños— responde— aunque sean extraños, no dejan de ser algo tiernos—

—¿Algo?—

—Ajá, algo...— remarca— después de diez minutos, quiero tirarte por una ventana—

—Aww, eres tan lindo— respondo con cierta ironía mientras ruedo los ojos— tan romántico—

—No has visto hasta donde puedo llegar de romanticismo, nena—

Asiento y no agregamos nada más, Xander sigue con su camino hacia el muelle donde se encuentran las lanchas para irnos en dirección al yate, algunos minutos después llegamos al muelle donde veo a Yerik esperando pacientemente por nosotros y tengo la cobardía de pegarme más al pecho del ruso, ante la mirada inquisidora de Remy que se encuentra a su lado.

—De nada va a servir esconderte, Valentina Marchetti—

Bien, es oficial.

¡Hoy muero!

—¿Sirve un lo siento, Remy?—

Mi guardaespaldas mira hacia donde se encuentra Xander, quién suspira con cierta pesadez antes de negar.

—Está algo ebria...—

—Puedo notarlo— responde Remy, se acerca hasta donde me encuentro y lo miro con la expresión más inocente que puedo, sonrío— ¿Estás bien?—

—Lo estoy— aseguro, siento la cabeza un poco más despejada— Xander, dijo que canto horrible—

—Lo haces, mi niña— abro la boca con indignación— nunca tuviste talento para cantar, para otras cosas sí—

—Yo juraba que cantaba bonito...—

—En tus más locos sueños, mi niña—

Los tres hombres se ríen ante mi expresión, Remy me mira por un par de segundos en los brazos de Xander antes de que se incline y bese suavemente, en un gesto paternal que me hace sonreír.

—Es más importante que estés bien, cariño—

—Perdón, debí dejar la nota—

—Sé como te pones, cuando el miedo y pánico se adueña de ti— hago una mueca— más, es la primera vez que me no me dejas una nota—

—¿Cómo?— inquiere Xander con confusión— ¿No es la primera vez que lo hace?—

—No— me pego más al pecho del ruso, en busca de cavar un hoyo en el cual esconderme tras la traición de Remy— solía hacerlo cuando tenía dieciséis, estaba en la etapa que le valía un completo pepino lo que yo le dijera— resopla— se escapaba algunas veces, pero siempre me dejaba una nota de adonde iba y que no quería ser molestada—

—Sí...— me río, los ojos avellanas de Xander me miran con curiosidad— fui algo rebelde, en mis épocas de adolescente—

—Bueno, no puede ser peor que Xander...— interviene Yerik.

—No estamos hablando de mí, ¿o sí, Yerik?— lo corta rápidamente, río por lo bajo— hay otro asunto importante que debo tratar con la bruja, así que...¿Nos vamos?—

—Brillante idea de usarme como excusa, parásito— refuto.

—Se le está bajando la borrachera— afirma— está comenzando a decirme parásito, vamos por buen camino—

Xander no pierde más el tiempo en subirnos a la lancha, respiro profundamente el aire salado de la playa antes de que me pase un chaleco salvavidas color naranja chillón, me coloco asegurando que los broches no se suelten y le doy un asentimiento de que podemos marcharnos.

El viento sacude mi cabello y golpea en mis mejillas, a pesar del alcohol en mi sistema el movimiento del mar no logra marearme, respiro profundamente oxígeno limpio mientras la mano de Xander, me sujeta con fuerza mi lado.

Nos miramos un momento antes de sonreír, veo como el Black Rose comienza a elevarse en toda su altura. Gracias al pequeño paseo en bote, mi cabeza se siente menos nublada por el alcohol y mis pensamientos, son un poco más racionales.

—Ven aquí—

Tomo la mano del ruso para subir a la cubierta, me quito el chaleco salvavidas para dejarlos en su lugar correspondiente, Yerik y Remy se marchan a guardar el bote mientras que nosotros comenzamos a subir las escaleras en dirección hacia el segundo piso.

Pasamos por el área de entretenimiento hasta llegar a la cocina, Xander enciende las luces solamente para iluminar parte del área y se dirige hacia las alacenas en busca de algo mientras que yo tomo asiento en uno de los taburetes de la isla, coloco mi barbilla debajo de mi puño para admirar cada parte de su espalda hacia su culo.

Lucifer, que buen culo tiene.

Más con esos jeans de mezclilla negro que resaltan cada tonalidad de sus piernas, la chaqueta de cuero se eleva ligeramente cada vez que alza uno de sus brazos, donde veo como la camiseta termina de remarcar cada parte de su espalda baja, sonrío de lado ante la perfección del hombre que tengo a mi frente.

Porque sí, a mis ojos él era sumamente perfecto en muchos sentidos.

Love's my religion. But he was my faith. Something so sacred. So hard to replace...— comienzo a tararear una canción en inglés, que describiría muy bien a Xander— He was so many sins. Would have done anything. Everything for him. And if you ask me. I would do it again...

Xander se ríe por lo bajo antes de volver a mirarme con una ceja arqueada y una sonrisa divertida se pinta en sus labios, niega varias veces pero no me detiene a seguir cantando.

Con una sonrisa igual a la suya, me pongo de pie para rodear la isla y acercarme a su espacio personal, el ruso simplemente me mira con curiosidad y subo mis brazos alrededor de su cuello para comenzar a moverme lentamente de un lado a otro, sus manos suben a mi cintura para bailar al ritmo imaginario que nos hemos inventado.

I still remember the moment we met. The touch that he planted. The garden he left. I guess the rain was just half that effect...— sigo con la canción, sus ojos avellanas brillan con algo que no reconozco— No need to imagine. 'Cause I know it's true. They say: All good boys go to heaven. But bad boys bring heaven to you. It's automatic...

Su mirada no se despega de la mía y subo mis manos a su nuca, para atraer su rostro al mío. Mis labios se encuentran con los suyos en un beso lento, pero cargado con los sentimientos y emociones que me cuestan decir un poco más, jadeo por lo bajo cuando su lengua juega con la mía suavemente antes de chupar mi labio inferior antes de volver a darme un beso breve, su frente se une a la mía y no nos dejamos de mover, cierro mis ojos un momento.

Simplemente...

Disfrutando de esta pequeña calma.

—¿Café?—

Sonrío ante su pregunta y mi mirada vuelve a encontrarse con la suya, asiento antes de que sus manos suelten mi cintura, vuelvo a mi lugar inicial mientras mis uñas golpean el mármol de la isla hasta que Xander, me pasa una taza de café negro. Hago una pequeña mueca, pero sé que lo necesito para que mi estado de ebriedad termine de irse, le doy un par de pequeños tragos.

Volvemos a quedarnos en silencio mientras tomamos nuestras tazas de café, perdidos en nuestros pensamientos. Tomo otras dos tazas más hasta que siento toda mi cabeza despejada.

Observo detalladamente a Xander, quién se mantiene con la vista fija en la pared que tiene a su frente, se lleva la taza a sus labios para darle un trago profundo y cuando menos lo espero, mis labios se abren para decir mis palabras.

—Tenías razón— comienzo, me mira. Suspiro con cierta pesadez, sonrío sin emoción alguna— siempre fuiste un buen esposo, Xander. Y yo, no supe valorarlo realmente. No te merecías todo ese trato de mi parte, no lo merecías cuando desde un inicio siempre estuviste ahí para apoyarme de la manera en que podías...— miro la taza en mis manos, golpeo el material con una de mis uñas— aunque eso, te destruyera en el proceso...—

Limpio rápidamente la primera lágrima que se desliza por mi mejilla, muerdo mi labio inferior y trago el nudo de mi garganta, para seguir hablando.

No pienso detenerme.

—Con la muerte de Alisha, creí que hiciera lo que hiciera. Actos buenos, malos o necesarios...— niego— la vida siempre iba a cobrármelas con desgracias, que mi destino no era ser feliz. Perdí a mis padres, estaba sola, los maltratos de Fabrizio...— suspiro— creí que mi destino siempre sería ese, tener una familia para que al final, todos me dejarán sola y que Remy, sería nuevamente la persona que tendría que recoger mis pedazos rotos— reconozco con voz ahogada— por qué, siempre fue así. Nunca fui una mala hija, jamás fui una mala sobrina, siempre fui buena con mis notas, no creo haber sido una mala madre para Alisha— otra lágrima se desliza por mi mejilla— y aún así, la vida me la ha cobrado como si yo mereciera toda esta mierda—

Respiro profundamente para suspirar por lo bajo, ni siquiera me tomo la molestia de limpiar mis lágrimas, vuelvo a enfocarme en su mirada que brilla con las emociones que estoy sintiendo en estos momentos.

—La muerte de Alisha, fue un detonante que ya no pude soportar. Aguanté que la vida me quitara a mis padres y que me jodiera con los maltratos de Fabrizio, aguanté cada uno de esos golpes cuando no los merecía, pero...— siseo con dolor— ¿La muerte de nuestra hija?— niego— esa fue la gota que colmó el vaso, no pude. Simplemente, ¿que mierda le hice a la vida para que nos la quitara de la manera en que lo hizo? Era nuestra hija, solo nuestra y nadie tenía el puto derecho a tocarla, ni siquiera ese Dios maldito al que la gente le tiene tanta fe. Ni siquiera él...—

—Pero lo hicieron...—

Asiento, un sollozo corta ligeramente mi garganta.

—No fue justo, Xander— respondo, limpio mi rostro con el dorso de mi mano. Mi respiración se entrecorta ligeramente— una parte de mí, me decía a diario que era una completa desgracia, nunca tendría paz y ni mucho menos, un final feliz. Que las personas a mi lado, se irían como siempre lo han hecho y que nuevamente, estaría en el suelo en más pedazos pequeños que Remy juntaría a como pudiera, esa era parte de mi realidad luego de la muerte de Alisha—

Trago en seco.

—Y tenía miedo— no me detengo, tengo que decirlo— tenía miedo a que te dieras cuenta, también. Que no habría un buen futuro para nosotros, sin que ocurriera una tragedia de mi parte y mi mente me lo recordaba de la peor manera. Por qué, si ya perdimos una hija. ¿Qué más vamos a perder por mi culpa? ¿Otro hijo? ¿A Dimitri? ¿A tus hermanos?— veo como su mandíbula se tensa un poco, suspira con cierto dolor ante mis palabras— no quería que se condenaran a una miseria por culpa de mis malditas desgracias, no lo quería por que lo único que hicieron conmigo fue amarme y aceptarme en su familia, no quería perderlos pero al mismo tiempo, los quería lejos para evitarles el menor de los daños—

—Valentina...—

—Y lo arruiné— lo corto— me desquité contigo, cuando lo único que hiciste fue amarme aún con mis partes rotas— sollozo, las lágrimas no dejan de deslizarse por mis mejillas— te rompiste por mí, para pegar mis partes rotas. Me entregaste hasta el último fragmento de ti, aunque eso te doliera con tal de que yo me levantara, ¿y como mierdas te he pagado? Me di cuenta muy tarde del daño que te había provocado, intenté darte mis partes para arreglarlo pero no pude por que te habías convertido en un desconocido, no sabía como llegar a ti...—

—Nena—

—Y lo siento tanto...— comienzo a llorar— lo siento tanto, Xander. Nunca quise hacerlo de la manera en que lo hice, me desquité contigo cuando eras ajeno a toda mi mierda personal. Te lastimé, cuando lo único que hiciste fue amarme hasta el último segundo. No lo merecías, nunca lo mereciste por que pienses lo que pienses, siempre has sido una persona buena y noble conmigo, jamás te rendiste cuando estaba a un hilo de hacerlo. No era justificación para hacerte daño, nunca lo fue...—

Ni siquiera me lo espero en el momento en que sus brazos me abrazan con fuerza. Mis sollozos se ahogan contra su camisa y las lágrimas mojan la tela, sus manos me acarician la espalda mientras que yo no puedo dejar de llorar por el dolor, la tristeza y el alivio que me recorre en toda al alma.

—Creí que lo merecía...— murmuro con voz ahogada— cuando tus desplantes comenzaron hacia mí, pensé que lo merecía por la forma en la que te había tratado, por la forma en que jodí al hombre que amaba. Ese era mi castigo, que el hombre que amaba me odiara por la manera en que no supe valorar su amor y voy a comprenderlo, si nunca me perdonaría por todo el daño que te he hecho—

—¿Qué? No, no, amore. No—

Las manos de Xander tomaron mi rostro para que lo mire con mis ojos nublados de lágrimas, su pulgar limpia suavemente las que caen por la esquina de mis ojos, sollozo entrecortadamente ante su mirada avellana llena de ternura, cariño y dolor ante mi estado.

—Mi amor, escúchame, ¿de acuerdo?— asiento— nada de esto es tu culpa, ¿sí? Por qué ninguna de las decisiones que yo tomé, fueron tu culpa. Yo también me rompí, nena. Yo también, me quebré y dejé de ser el hombre el cual prometió ese año nuevo protegerte de todo daño e incluso de sí mismo— afirma, veo como una lágrima se desliza por su mejilla, la limpio con mi pulgar— Valentina, tu tampoco merecías todo esto de mi parte. Jamás, quise pagarte con la misma moneda, lo que menos quería es que siguieras sufriendo por nuestra hija para sumarle mi propio dolor— me abraza de nuevo— creí que tenías mucho en tu plato, para tener que soportar mis partes rotas también y ese fue mi error también, creer que no me necesitabas cuando la realidad era...que ambos nos necesitábamos—

Finalmente, después de tantos años, podríamos decirnos aquello que nos habíamos callado durante tanto tiempo. Estábamos en aquella realidad a la que hemos dado tantas vueltas para admitir nuestras culpas, miedos y errores de lo que ha pasado en nuestra relación y matrimonio.

Y todo...

Dolía.

Al mismo tiempo...

Me sentía aliviada.

Sus manos vuelven a tomar mi rostro para besarme, sus labios se mueven contra los míos de forma lenta y segura, puedo sentir cada una de las emociones que nos desbordan a ambos y siento como varias lágrimas, vuelven a deslizarse por mis mejillas hasta que el sabor salado llega mi paladar, pero no parece importarnos.

Sin dejar de besarme, Xander toma mis muslos en sus brazos y no dudo en enrollar mis piernas alrededor de su cintura mientras camina fuera de la cocina, en dirección a nuestra habitación. Gimo por lo bajo cuando su lengua juega con la mía un momento, mis manos se aferran a la parte trasera de su nuca.

Me niego a soltarlo por temor a que se deslice de nuevo por entre mis dedos.

No necesitamos decir palabras, simplemente nos dejamos llevar por cada una de las emociones y sentimientos que gritan nuestros cuerpo, separo mi boca de la suya cada tanto para coger algo de aire, pero es por unos cuantos segundos hasta que mis labios vuelven a tomar posesión de los suyos.

Amo besarlo.

Arrastro a Xander conmigo, en el momento en que me recuesta en la cama de nuestra habitación, una sonrisa tira de nuestros labios ante el momento y mis manos comienzan a deslizarse por sus hombros hasta quitarle la chaqueta por los brazos y dejarla a un lado nuestro. Sus manos se pasean por mis piernas hasta que abre la pretina de mi pantalón mientras que yo me quito los zapatos, su boca desciende por mi cuello hasta llegar al inicio de mi escote antes de volver a besarme en los labios, subo una de mis piernas alrededor de su cadera para sentirlo más cerca, jadeo suavemente a la par que su gruñido muere en mi boca.

Mis manos no se quedan quietas y se arrastran por toda su espalda, uno de mis dedos delinea toda su columna, sonrío contra su boca cuando siento como se estremece bajo mi toque hasta que tomo los bordes de su camiseta para pasarla por encima de su cabeza, su torso desnudo se muestra a mi frente y tengo que mantener mi boca cerrada para no babear ante la imagen del hombre que amo.

Maldita sea, es demasiado perfecto.

Ambos nos tomamos nuestro tiempo de desnudarnos y detallar cada parte de nuestros cuerpos, esta vez no es un deseo desenfrenado. No solamente se trata de un sexo lleno de placer crudo entre dos personas, era algo más profundo.

Algo que nosotros solamente entendemos.

Gimo de placer en el momento en que siento como introduce su miembro enfundado en látex, dentro de mi coño y cierro mis ojos disfrutando del momento antes de que comience un vaivén con sus caderas de manera lenta pero precisa para hacerme jadear y suspirar de placer, sus labios descienden por mi cuello dejando pequeños besos en cada parte de mi piel a la que encuentra acceso, mis piernas se enrollan de nuevo alrededor de sus caderas para sentirlo a más profundidad.

Una de mis manos se coloca en la parte trasera de su nuca mientras que la otra, se posiciona en su espalda baja para hacer una pequeña presión en su médula ósea, el ritmo de sus embestidas aumenta. Mis jadeos se convierten en gemidos que resuenan en la habitación junto a los suyos, sus caderas se mueven con algo más de ritmo duro y mis ojos se cierran ante el placer a la par, que la mano que tengo en su nuca tira suavemente su cabello.

—Ah...Xander...—

—Nena...— gime en mi cuello, no deja de moverse. Me estremezco ante sus movimientos— Valentina...—

—Oh, Lucifer...—

Xander pasea sus manos por mis curvas hasta que se desliza de mis brazos que me obliga a separar de su cuerpo, para entrelazarlas encima de mi cabeza y gimo de placer puro cuando su polla toca ese punto que me hace arquear la espalda, me retuerzo ligeramente en el momento en que baja su boca hacia mis pezones erectos para morderlos y chuparlos como si se tratara de un dulce el cual desea probar siempre, reduce el ritmo de sus embestidas para alargar el orgasmo al cual estaba cerca de llegar, gimo con cierta frustración a lo que sonríe un poco.

—Santo dio...Xander...—

Jadeo de sorpresa cuando de un momento a otro nos cambia de posiciones y quedo encima de su cuerpo, sus manos sueltan las mías para posicionarse en el centro de mi espalda para pegarme a su pecho. Un gemido ronco abandona su boca ante el contacto de nuestras pieles, comienzo a moverme lentamente de arriba abajo por su polla hasta que el orgasmo se siente cada vez más cerca que hace un momento.

Esta vez, soy yo quién toma sus manos para entrelazar mis dedos con los suyos encima de su cabeza. Uno mi frente con la suya, sin dejar de moverme encima de él y mi cabello crea una cortina para ambos, una sonrisa se pinta en nuestros labios que se transforman en gemidos roncos por parte de los dos, mi cuerpo tiembla en pequeños espasmos.

—Xander...estoy...—

—Lo sé, amore...—

Beso su boca por un par de segundos antes de descender por su cuello donde dejo una pequeña marca ahí, muerdo suavemente para pasar mi lengua en esa área, se ríe roncamente pero no se queja y mis caderas no dejan de moverse. Paseo mi lengua por todo su pecho, sonrío con placer cuando mis dientes encuentran su pezón el cual muerdo, un gruñido bastante ronco sale de su boca antes de que sus caderas se alcen, jadeo ante su polla que toca de nuevo ese punto de placer.

Deshace el agarre de nuestras manos para incorporarse, inclino ligeramente mi cabeza hacia atrás cuando su boca vuelve a besar mi cuello, su pecho desnudo entra en contacto conmigo. Sus manos se aferran a mis caderas para seguir marcando el ritmo, mis brazos se enredan alrededor de su cuello para atraer mi rostro al suyo, admiro como la luz de la luna hacen que sus ojos brillen en color ambarino muy hermoso, acaricio su mejilla y sonrío cuando su rostro se inclina a mi toque para besar mi palma.

Nos seguimos moviendo de manera sincronizada hasta que el orgasmo lo siento cada vez más cerca, mis gemidos se convierten ahora en gritos, mis uñas rasguñan su espalda ante la presión que se ocomula en mi vientre, las paredes de mi coño estrujan cada vez más su polla y nuestros gemidos se hacen más alto, nuestros movimientos se hacen más frenéticos.

—Xander...Xander...—

—Estoy cerca, nena—

—Lucifer...— gimo roncamente— santo dio, cucciolo...—

—Valentina...—

—Xander...—

—Mírame, nena—

Su mano se cierra alrededor de mi cuello ligeramente, sus dedos hacen presión para que lo mire y me pierdo en su mirada avellana, sus labios buscan los míos con fervor mientras que vuelve hacer más presión en mi garganta, justamente donde se encuentra mi pulso y pierdo el control de mi cuerpo en el momento en que siento como la sangre se me sube a la cabeza.

—¡Xander!—

—Nena...—

Nuestro orgasmo llega al unísono, ambos no dejamos de gemir el nombre del otro. Inclino mi cuerpo hacia adelante con mis manos en la parte trasera de su nuca, atrayéndolo más a mi pecho donde me estremezco un poco más cuando sus labios reparten pequeños besos cariñosos en la piel de mis senos antes de mimar a mis pezones lo que me saca una pequeña risa baja.

—Je t'aime mon petit soleil— murmura en francés contra mi piel— maintenant, demain et toujours—

Sonrío con nueva emoción ante sus palabras, mi corazón se acelera mucho más de lo que al principio y mis mejillas se tornan ligeramente rojas. Abro para decir una respuesta, mis palabras se detienen antes de salir, las siento en la punta de la lengua pero se niegan a salir, suspiro con cierta pesadez.

No es momento.

¿Cuándo será?

No dejo de abrazarlo contra mi cuerpo, mis brazos descansan en su cuello y con una pequeña sonrisa, lo beso para expresarle aquello que todavía no puedo decir. Xander, sonríe en medio de nuestro beso, sus manos no dejan de pasearse por mi cuerpo en el momento en que su mirada se encuentra con la mía, sonrío un poco al ver ese bonito brillo en sus ojos.

—Je sais, mon chiot— es lo único que puedo responder.

—C'est assez pour moi, bébé—

Suspiro con cierta calma mientras la mano de Xander, acaricia mi espalda suavemente, tocando algunas de las cicatrices que he sufrido a lo largo de los años. Mi mano acaricia su pecho lleno de tinta, ambos miramos la oscura noche que nos brinda el balcón de nuestra habitación, la luz de la luna es suficiente para darnos un momento íntimo mientras que las sabanas se encuentran enredadas en nuestras piernas.

—Tienes más de las que recordaba— murmura, rompiendo el silencio— son bonitas—

Asiento.

—Las que no conozcas, son de las que me hice durante tus años de ausencia. Comenzaba a retomar el control total de la 'Ndrangheta, luego de nuestro divorcio— hago una pequeña mueca— necesitaba volver a romper pelotas, para que aprendieran que con la Dama de Hielo, no se jugaba más que en frío—

—Hubiera pagado por ver eso...— río por lo bajo— ¿Puedo preguntarte algo?—

—Seguro—

—Siempre me ha causado intriga, nena. La forma en como te apodaste Dama de Hielo, sé que viene de tu padre— asiento de nuevo— pero, cuando recién indagué de ti. Se corría el rumor que llevabas tiempo fuera del ojo público, un par de años—

—Es correcto—

—Y que a Fabrizio, tampoco se la había visto desde hace tiempo. Prácticamente, desde la muerte de tus padres, eso es lo que me causa algo de intriga—

Suelto un suspiro pesado mientras que mi mente se pierde en algunas memorias, me levanto de su cuerpo para incorporarme y mirarlo a la cara, subo un poco las piernas para colocar mis brazos en mis rodillas antes de confesar la historia completa que hay detrás.

Detrás de la Dama de Hielo.

Y digamos, que es algo no tan grato como se aparenta ser.

—Tenía dieciséis, cuando me convertí en la Dama de Hielo—

Las cejas de Xander, se arquean con evidente sorpresa ante mi respuesta.

—Eso...—

Asiento a sus palabras no formuladas.

—Asesiné a Fabrizio, para quedarme con el puesto—

—Es algo que no me explico, ¿qué no por ley cuando los padres de un heredero italiano mueren antes de la mayoría de edad y un tutor queda a su cargo...?—

—¿Tienen la obligación de mantenernos hasta tomar posesión de poder a los dieciocho años?— asiente— bueno, en algunas ocasiones puede hacerse la excepción de la regla—

—¿Cómo?—

—Que el tutor haya cometido traición contra el heredero, esa es la forma— río fríamente— y ese, fue el error de Fabrizio. Traicionarme—

Once años atrás.

—¡Valentina Marchetti!—

Arqueo una ceja con cierta intriga y aburrimiento ante el grito de Fabrizio, me abstengo de rodar los ojos en el momento en que cruza la puerta de la sala, resoplo por lo bajo mientras cierro el libro que tengo en mi regazo para colocarme de pie.

—¿Qué ocurre ahora, Fabrizio?—

Ni siquiera responde mi pregunta, cuando siento como su puño se estrella contra mi rostro y caigo al suelo con la sorpresa de su golpe, muevo mi lengua para juntar la sangre que se acomula en mi boca y escupo a un lado en el piso.

—¿¡Y todavía tienes el descaro de preguntar!?—

No tengo tiempo de colocarme de pie, cuando su puño vuelve a golpearme en el rostro y su pie patea mis costillas, siseo por el dolor pero no demuestro alguna emoción hacia este imbécil, miro hacia los ojos negros que compartimos ambos y vuelvo a escupir en el piso.

Demonios, mala idea para decirle a Remy que se tomara el día libre.

Tendré que arreglármelas sola.

—Sigues golpeando como una nena, Fabrizio— río secamente, hago una pequeña mueca— ¿Que mierdas crees que hice ahora?—

—Fui a casa de los Rossetti, esta noche a cenar...— gruñe con evidente enfado— y adivina cual fue mi sorpresa cuando me enteré que ellos no van a negociar conmigo, si no contigo, por que tal parece que has demostrado tener más pelotas que yo, mocosa malcriada—

—En primer lugar, son ovarios, hijo de puta— siseo mientras me pongo con el dolor punzante de mis costillas— en segundo lugar, no es mi maldita culpa que ellos crean que tengo más arma de líder a mis dieciséis años, que contigo a tus cuarenta y cinco, Fabrizio—

—¡Soy un buen líder!—

Suelto una carcajada ante sus palabras, y antes de que se lo espere, levanto mi puño para golpearlo en el rostro. Sonrío con maldad, cuando veo cómo escupe más sangre que yo, río al ver como un diente se encuentra en el charco de sangre de su boca.

—¿Buen líder? ¿Te llamas buen líder, hijo de puta?— gruño— ¡Míranos, Fabrizio! ¡Estamos en la maldita mierda y miseria por tu mandato! ¡Por algo mi padre jamás confío en ti, para hacerte de más cargo en los negocios!— grito— ¡No vales nada para ser un líder! ¡No das la maldita talla!—

—¡Cállate!—

—Y sabes que tengo razón— me carcajeo— ¿Qué te duele más en el ego, querido tío?— inquiero— ¿El hecho de que toda la 'Ndrangheta sepa que tengo más ovarios que tú para gobernar? ¿O el hecho de que todo el mundo comienza a darse cuenta de lo inútil que eres?—

—¡Cállate!—

Esquivo el golpe que viene en mi dirección y golpeo sus pelotas con mi rodilla, para después encajar mi codo en su rostro, sonrío con satisfacción cuando cae al suelo, veo que su arma se mueve lejos de su alcance y corro para tomarla en mis manos, la levanto en dirección a su rostro.

Cuando estoy a punto de jalar el gatillo, siento un golpe bajo en la parte trasera de mi nuca que me desorienta un momento, la cabeza me da vueltas y parpadeo para que el mareo se vaya, gruño ante el dolor para mirar hacia atrás para encontrarme con la mirada burlona de Luciano, el perro faldero de Fabrizio.

—Hijo de puta— siseo.

—Sigues sin aprender tu lugar, princesa—

Intento levantarme pero el hijo de perra me golpea en el estómago, siseo cuando siento como dos de mis costillas se rompen pero intento ignorar el dolor, nuevamente soy arrojada al suelo mientras maldigo al haber dejado mi teléfono en mi habitación.

Definitivamente, estoy sola en esto.

Así que...

Sola saldré.

Fabrizio vuelve a golpearme en el rostro varias veces, intento esquivar los golpes pero el hijo de puta de Luciano sostiene mis brazos encima de mi cabeza para que no me defienda, muevo mis piernas para que me suelten pero su peso es superior al mío.

Entre la lucha por soltarme, la parte inferior de mi vestido de tela se rompe revelando el sostén de mi ropa interior, eso llama de inmediato la atención de los hombres quienes comienzan a mirarme con interés y mi respiración se entrecorta de golpe ante los peores escenarios que cruzan por mi mente.

—Vaya, sobrinita...— silba impresionado, su dedo comienza a tocar mi estómago me tenso— que ocultos tenías tus atributos...—

—¡No me toques, bastardo! ¡No tienes un puto derecho, hijo de puta!— gruño con cólera, me debato con más fuerza— ¡No te atrevas a ponerme una mano encima, Fabrizio! ¡O juro que voy a matarte de la peor manera!—

—¿Qué dices compañero?— me ignora por completo, mirando al otro hijo de puta— ¿Nos damos un pequeño regalo antes de matarla?—

—Me pregunto...— mi cuerpo se tensa cada vez más cuando siento como una de sus manos acaricia mi pierna desnuda debajo de la falda del vestido mientras que con la otra, sostiene mis muñecas encima de mi cabeza— ¿Que tanto esconderá debajo de ese bonito vestido?—

Trago en seco ante las repentinas ganas que tengo de vomitar, el estómago se me revuelve ante el toque de estos dos cerdos y un súbito miedo se me asienta en todo el cuerpo, me paralizo por un par de minutos por el terror.

Santo dio, ¿realmente me van a violar?

No...

¡Joder, no!

¡De ninguna manera voy a permitir eso!

Sigo luchando contra el agarre de los hombres y lucho con las lágrimas de impotencia mezcladas con enojo, cuando sus toques no se detienen por mi cuerpo, me obligo a mi misma a tragar el pánico para seguir luchando.

No voy a dejar el miedo que me venza.

No he aguantado toda la mierda de vida que me ha tocado, para ser violada por dos cabrones hijos de puta.

No.

Eso jamás.

No dejo de luchar en ningún momento hasta que mi vista se centra en la chimenea que está cerca de mi rostro, específicamente en la horca que está dentro del fuego. Deberá estar caliente por llevar un tiempo ahí, una idea llega a mi cabeza mientras muevo mis piernas para que Fabrizio se quite de encima mío.

—¡Quédate quieta, perra!—

—¡No!—

Me golpea en el rostro y esa es distracción suficiente, para que el agarre de mis muñecas se aligere mientras que sus manos asquerosas siguen tocando mi cuerpo.

Voy a vomitar.

Antes de que alguno de los hombres lo prevea, jalo una de mis muñecas y reprimo un pequeño jadeo de dolor cuando tomo un puñado de ceniza con algunos trozos de madera caliente para lanzarlo al rostro de Fabrizio.

—¡Mierda! ¡Maldita hija de puta!—

Sin hacer caso a sus provocaciones, tomo la horca de metal ligeramente caliente para golpear el rostro de Luciano, quién de inmediato me suelta y no dudo en ponerme de pie, golpeo el rostro de Fabrizio con la vara de metal quién se queja del dolor, ni siquiera dejo que alguno se recupere de mis golpes.

Peleo por instinto.

Luciano se recupera del golpe, me agacho esquivando su puño y ataco sus piernas con la horca antes de levantar mi rodilla contra su estómago, encajo la punta de la horca en medio de su espalda con fuerza a lo que se queja con verdadero dolor.

—¡Perra!—

Me tira al piso para ponerse encima de mí, pero no le voy a dar la oportunidad de joderme.

Encajo la horca caliente en uno de sus ojos.

Grita de dolor, apartándose de mí a una buena distancia y no dudo en volver a encajar la horca en su estómago. Lo miro fríamente mientras sonrío como una maldita sádica, disfrutando de como traga saliva y sus ojos se llenan de miedo ante la oscuridad de mi mirada, encajo más la horca en su estómago con fuerza a lo que grita.

—¿Quién mierda te dió derecho a tocar mi cuerpo como si fuera tu puta propiedad?— golpeo su rostro esta vez, cae al suelo— ¿¡Te sientes muy machito, no!? ¡Violar jovencitas por que tu patético ego no puede permitirse más!— grito— ¡Pero a mi nadie me toca si yo no lo quiero, hijo de puta!—

Saco la horca de su estómago y la clavo en sus pelotas, me carcajeo cuando grita como niña pequeña mientras varias lágrimas salen de sus ojos por el dolor. Giro la horca en mi mano, haciendo que grite y lloriquee como nena, no puedo dejar de reírme.

Sigo destrozando sus pelotas hasta que una gran mancha de sangre se forma debajo de mis pies descalzos, hasta que me harto y saco la punta toda llena de sangre junto algunos restos de piel, sonrío ante el miedo que se asoma en su mirada.

—Tú...—

—¿Yo?— me carcajeo— soy la puta hija del diablo, cabron—

Y para terminar con este hijo de puta...

Clavo la horca en medio de sus cejas.

A duras penas tengo tiempo de respirar, cuando un cinturón es colocado en mi cuello y tira de él hasta que el oxígeno se va de golpe de mis pulmones, jadeo en busca de aire pero es imposible y tengo que poner mis manos entre la piel y el cuero para soltarme, pero la fuerza es superior a la mía.

Retrocedo un par de pasos hasta que choco con un pecho duro y me tenso cuando escucho la risa del segundo hijo de puta, me debato para soltarme del agarre de mi cuello pero las fuerzas comienzan a acabarse de mi cuerpo.

Abro la boca en busca de aire y rasguño una de sus manos pero ni siquiera se inmuta, el agarre del cinturón se intensifica al punto en que caigo de rodillas, Fabrizio no deja de reírse ante mi rostro rojo que está a punto de convertirse en morado, sisea en mi oído.

—Espero que te reunas con tus padres en el infierno, perra—

La falta de aire comienza afectarme y siento como mis músculos pierden sus fuerzas hasta que varios puntos negros aparecen en mi visión, dejo de luchar ante el agarre del cinturón para rendirme ante lo que pide mi cuerpo que cae bruscamente en el suelo, la cabeza me pesa y los párpados también en querer soltarse, la risa de Fabrizio hace eco en mi mente.

—¿De verdad pensaste que podrías contra mí?— deja de ejercer fuerza en el cinturón, apenas logro coger un poco de aire— que estúpida—

A pesar de mi visión borrosa, veo como sus pasos se alejan de mí e intento moverme pero todo mi cuerpo se siente pesado, Fabrizio saca su teléfono para marcar un número y darme la espalda.

—¿Sí? Soy yo, está muerta— asiente un par de veces— ven por el cuerpo y desaparecelo. No quiero que nadie sospeche de la ausencia de Valentina, asesina a Remy también, necesitamos los cabos limpios—

Eso hace que una cólera fría me golpee en el pecho ante la posibilidad de que pueda hacerle daño, mis ojos se llenan de lágrimas con un miedo profundo en la boca del estómago.

No...

A él, no.

Es mi única familia.

No puedo perderla de nuevo.

Entonces...

Levántate, Valentina. Y lucha por nuestra familia.

No puedo, estoy cansada.

¡Hazlo! ¡Levántate!

¡No puedo!

¡Sí puedes! ¡Eres una Marchetti! ¡Los Marchettis no se rinden! ¡Luchan, pelean y queman todo a su paso! ¡Eres una guerrera! ¡Has llegado lejos para morir a manos de ese infeliz!

Yo...

¡Levántate Valentina Marchetti!

Yo puedo hacerlo.

Tú puedes hacerlo, Valentina.

Cierro mis ojos ante la voz de mi conciencia, obligo a mi cerebro a que mande señales para que se despierte y siga luchando, con dedos temblorosos me quito el cinturón del cuello sintiendo la garganta dolorida. Caigo cuando intento apoyarme en mis brazos, suspiro por el dolor de mi cuerpo, muerdo mis labios para que las lágrimas no se deslicen por mis mejillas.

Otra vez, Valentina. Estás cerca, Marchetti.

Estoy cansada.

Lo sé, pero pronto podrás volver a dormir sin pesadillas con Fabrizio. Haz el último intento, por nuestra familia.

Lo haré...

¡Levántate, Valentina!

Yo puedo hacerlo...

¡Yo puedo hacerlo!

En mi pecho algo se enciende con una energía renovada que cuando menos me doy cuenta, estoy de pie y tomo la horca que quedó clavada en el cuerpo de Luciano, sin perder más mi tiempo vuelvo, clavo la punta metálica en la espalda baja de Fabrizio, quién grita de dolor puro ante mi movimiento y me mira con evidente sorpresa al verme a su frente.

—Tu...—

Río.

—No se puede matar a la hija del hielo y fuego, juntos—

Saco la punta y vuelvo a golpearlo, con más habilidad y agilidad que nunca había sentido, esquivo cada uno de los movimientos de mi tío, ambos nos movemos por toda la sala hasta que queda de espaldas a los ventanales donde la lluvia golpea con fuerza contra el cristal.

Entonces, una idea cruza por mi cabeza.

Le asesto un golpe en el rostro que lo deja aturdido. Sin soltar la horca, la clavo en el piso para usarla de soporte y con impulso de mis piernas, clavo mis pies en su pecho para golpearlo con fuerza que lo hace trastabillar un par de metros.

Hasta que su cuerpo atraviesa los ventanales.

Dejando de lado la horca, camino con paso lento hacia él, a pesar de la oscuridad de la noche sin contar la lluvia, puedo ver como sus ojos se llenan de miedo con cada paso que doy hacia él. Tomo varios pedazos de cristal más grandes que tengo cerca mientras que la lluvia, me empapa de pies a cabeza, pero eso no detiene mi paso, saco uno de los trozos de cristal para lanzarlo a alguna parte de su cuerpo como si fuera una navaja.

Sus gritos de dolor se apagan con la lluvia, no dejo de lanzar fragmento tras fragmento sin importarme que algunos me corten la palma de la mano y simplemente, me quedo con el trozo más grande, sonrío con maldad pura cuando Fabrizio ni siquiera puede moverse por el dolor que he le provocado.

Se lo merece.

Me ha traicionado al intentar joderme.

Y eso...

Se paga con sangre.

—¿Dónde quedó tu valentía, tío?— río con cierta histeria— ¿Dónde quedó el líder al que todos veneran?—

—Valentina, por favor...—

—Es tarde para las súplicas, ¿sabes?— llego a su altura, clavo el trozo que cristal que tengo en la mano en su entrepierna, grita como niña mientras comienza a llorar— debiste haberlo pensado, antes de intentar violarme—

—Por favor, nunca has matado a nadie...— traga saliva— no querrás que mi muerte quede en tu conciencia, Valentina—

Ladeo mi cabeza, me río con cierta diversión.

—Ese es el detalle, querido tío—

Sonrío aún más.

—No soy Valentina Marchetti, heredera de la 'Ndrangheta. Hija de Valentino y Elizabeth Marchetti, reyes del fuego y hielo— me carcajeo— no soy la heredera, Fabrizio. Soy la puta ama de mi mundo—

—Valentina...—

—Dama de Hielo—

Y sin hacerle ninguna de sus súplicas.

Corto su cuello de lado a lado.

Veo como la sangre se borra con la lluvia antes de que siga cortando todo cuello cómo es posible hasta que tengo su cabeza en mis manos, no dejo de reírme con la maldad fría corriéndome en las venas y con paso lento mientras cojeo un poco por el dolor, regreso hacia el interior de la casa donde veo a los cientos de hombres mirando con asombro, en especial a uno en particular.

Remy.

Su mirada se llena de sorpresa pero al mismo tiempo, llena de orgullo ante la escena que acaba de presenciar y simplemente puedo mirarlo sin emoción alguna, la sangre se desliza por los dedos de mi mano mientras que la otra sigo sosteniendo la cabeza de Fabrizio.

No me detengo.

Trasbillo un momento, lo que me hace caer en una de mis rodillas, respiro profundamente e ignorando todo el dolor de mi cuerpo.

Vuelvo a ponerme de pie.

Con mi cabeza en alto, sigo caminando en dirección hacia el interior de la casa, donde rápidamente los demás hombres se forman en dos filas para hacer un pasillo, no bajo la mirada ante nadie ni siquiera cuando me miran de forma lasciva hacia mi cuerpo casi desnudo y sigo mi camino hacia la chimenea, donde arrojo la cabeza de Fabrizio.

Giro hacia todos los hombres que me miran con cierta expectación, cuadro mis hombros y con voz firme, pero al mismo tiempo fría comienzo a hablar.

—Fabrizio Marchetti, está muerto por haber cometido traición hacia su heredera— los murmullos comienzan a escucharse— ahora, la 'Ndrangheta tiene a su nueva líder. Quién esté dispuesto a seguirme en cada paso y a darme su lealtad, va a arrodillarse ante mí. Y quién no, no tengan dudas que mi rostro será lo último que verá a la hora que lo asesine por traición a la mafia calabrese—

Un silencio cae en toda la sala y no me sorprendo, cuando Remy se arrodilla ante mí para mirarme con sus ojos castaños llenos de seguridad, asiente en mi dirección. Rápidamente, los hombres comienzan arrodillarse detrás de él, solo son unos cuantos quienes permanecen de pie pero tienen las pelotas de quedarse, afrontar su castigo por traición.

—Sea bienvenida la nueva líder de la 'Ndrangheta—

—¡Bienvenida a la nueva líder!— gritan al unísono— ¡Larga vida a Valentina Marchetti!—

Sonrío con soberbia y observo como la cabeza de Fabrizio se quema, antes de volver a mirar a las personas que ahora están bajo mi mando, que me han jurado lealtad a nadie más que a mí.

Soy Valentina Marchetti.

La Dama de Hielo de toda Calabria.

Miro la cicatriz de mi mano y mis dedos delinean suavemente su contorno, aunque no fue profunda es algo larga que abarca casi toda mi palma, delgada pero al mismo tiempo con un significado muy profundo.

—Y esa, es la historia— termino mirando un punto fijo en la pared— la noche que casi me matan y violan, fue la noche en la que reuní fuerzas suficientes para convertirme en la Dama de Hielo— río— me cobré cada golpe, maltrato psicológico y mi intento de violación, me lo cobré con creces—

—Eso...— se queda en silencio— eso explica muchas cosas—

Arqueo una ceja, asiente.

—El por qué odias tanto que los hombres nos sobrepasemos con una mujer. Tus reacciones, casi violentas y coléricas— afirma, asiento— y la razón por la cual no dijiste nada de mi boda con Yesika. Ni mucho menos, cuando tuviste cientos de oportunidades de arruinarla, no lo hiciste— ladea su cabeza— te viste reflejada un momento en ella, con la situación de su padre— me quedo en silencio, suspira con cierta diversión irónica— te estabas muriendo por dentro y aún así, te sacrificaste emocionalmente para evitar que ella sufriera el menor de los daños—

—Aunque, al final. No sirvió de mucho—

—Te equivocas— se incorpora mejor, su rostro queda cerca del mío— hiciste mucho por ella, pero era hora de que tomara las decisiones que quería para su vida. La salvaste del abuso de su padre, ¿y eso? Es un gran logro, por que nadie más que tú, podría la entender la situación de no ser por que pasaste una situación similar—

—Quería ponerla bajo protección—

—Lo sé, nena— acaricia mi mejilla— creo que Yesika y yo compartimos el mismo pensamiento, analiza esto. La ponemos bajo protección, ¿no crees que su padre hubiera venido por ella? No dudo del poder que tenemos, nena— asiento en comprensión— pero, estamos en medio de una guerra—

—Eso lo entiendo, simplemente...— abrazo un poco más mis rodillas, coloco mi mejilla en una de ellas— es cierto, tuve un reflejo con ella. Y sé, que ella no asesinó a su madre. Es una mentira, que se ha inventado Asenov—

—Y no pongo en duda eso, amore— me besa brevemente— independientemente del trato de Milena hacia nosotros, era la adoración de Yesika y no quiero imaginarme, el dolor profundo que debe estar cargando por su muerte—

—Espero que podamos encontrarla, o que al menos nos dé una pista que está bien— suspiro pasando una mano por mi rostro— llevamos semanas buscándola, y nada. Es como si se la hubiera tragado la tierra—

—O el mismísimo mal— refuta, asiento— estará bien, nena. Créeme—

—Eso espero—

—Ahora— me tumba de nuevo en la cama, río suavemente— ¿Podemos hablar de lo orgulloso que estoy de mi mujer al saber que ha gobernado por más de diez años y que yo apenas era una mocoso que aprendía a manejar un arma?— sonrío— en serio, mi amor. Estoy orgulloso, de que lo hayas enfrentado sola—

—No fue fácil, Xander. Estuve a punto de rendirme— reconozco— de hecho, estaba lista para reunirme con mis padres. Estaba dispuesta a morir, con tal de dejar de sufrir por ellos—

—¿Qué cambió?—

—Le iba a hacer daño a Remy— respondo, trago saliva— y no pude rendirme, simplemente, no podía soportar la idea de ver a mi única familia morir por mi culpa. Remy, es mi vida entera y será siempre así, haría cualquier cosa por él—

—Lo sé, amore— besa mi frente.

—Encontré la motivación para levantarme. Remy, piensa que me levanté por cuestión de ego o por el hecho, de que Fabrizio casi me viola y no lo permití...—

—No sabe que fue tu motivación para levantarte—

Niego, me pego más a su pecho. Sus brazos me aprisionan en un fuerte abrazo.

—Le debo mi vida. Gracias a él, es por que me he levantado de cada foso en el cual he estado— una solitaria lágrima se desliza por la esquina de mi ojo— ¿La verdad? El día que Remy, muera de su vejez— se ríe— gran parte de mí, se irá con él. Es mi padre, siempre lo ha sido—

—Puedo entenderlo, solnischko— asiento, sé que él tiene el mismo lazo con Yerik— ¿Siendo honesto? Somos unos condenados afortunados, por tenerlos en nuestras vidas—

—Sí...— río suavemente— lo somos. No sé qué habría sido de mi vida, sin Remy—

Demasiado.

—Y yo no sé, qué sería de mi vida sin ti, solnischko—

Sonrío ante sus palabras.

Yo tampoco, Xander.

—Solnischko...— gruño con sueño ante la voz de Xander, picotea mi mejilla suavemente— amore, despierta—

—No quiero— abro un ojo y lo cierro ante la luz— parásito, apaga la luz—

—Nena, es la luz del sol—

—No me importa, apágala— se ríe, abro de nuevo mi ojo y lo observo, frunzo las cejas— ¿Por qué estás vestido como un bizcocho?—

Arquea una de sus cejas.

—¿Un bizcocho?—

—Ajá, así de sabroso—

Xander se ríe un poco más fuerte antes de negar con cierta diversión, me besa brevemente y hago una mueca.

—No me he lavado los dientes—

—No me importa—

—No seas puerco, cucciolo— espeto, sonríe— ¿Que haces despierto a las...?— miro el reloj más cercano— ¿Siete de la mañana?— bostezo— vuelve a la cama, parásito. Te lo ordena tu reina—

—Por mucha que me gustan que seguir tus órdenes, amore— vuelve a besarme, hago otra mueca a lo que ríe— tengo que salir—

Frunzo las cejas.

—¿Otra vez?— asiente, arqueo una ceja— ¿A donde?—

—Es sorpresa—

—Me llevas diciendo lo mismo los últimos tres días, Xander— bostezo de nuevo, abrazo una almohada— ¿Estás seguro que...?—

—Nena, estoy seguro que es una sorpresa. Y no, no tiene que nada que ver con la Bratva. Estamos de vacaciones de la Bratva, temporalmente—

—Pero...—

¿Qué bicho le ha picado a este parásito?

—Nena, es una sorpresa que va a sorprenderte realmente pero al mismo tiempo, te va a gustar—

—Se me hace raro— asiente en comprensión— normalmente, no me preguntas y haces tanto misterio. Simplemente, las haces y ya—

—Es por eso...— otro beso, otra mueca— que esta sorpresa es más especial de todas las que te he hecho—

—De acuerdo...—

—Tengo pensado desocuparme para la hora de la cena— sonríe— ¿Cenamos afuera antes de volver a partir en alta mar?—

Sonrío mientras asiento.

—Me agrada esa idea— respondo— ¿A qué hora?—

—A las ocho—

—Estaré lista a esa hora—

—Mandaré a Yerik, por ti— asiento de nuevo, otro beso— para la despedida—

—Hubieras esperado a que me lavara los dientes—

—¿Sabes? Creo que sí, tu aliento huele a animal muerto—

—Idiota—

Río mientras golpeo su trasero en el momento en que se levanta para marcharse, niego divertida antes de que me mire por encima de su hombro, me guiña el ojo a lo que sonrío.

—Nos vemos en la noche, nena—

—Hasta la noche, cucciolo—

Finalmente, me deja sola en la habitación y suspiro mirando el techo mientras me hago la misma pregunta.

¿Qué estás haciendo Xander Novikov?

Las horas pasaron mucha lentitud mientras que la curiosidad por saber la sorpresa de Xander, me carcomía en todos los nervios, así que, opté por ponerme a trabajar en mi estudio para estar al día con algunas cuestiones de la constructora que cuando menos me dí cuenta, ya estaba cerca la hora de ir a cenar con Xander.

Después de una ducha rápida, opté por ponerme solamente bragas rojas y un vestido de tirantes del mismo color con algunos estampados de flores blancas, me gustaban estos vestidos porque eran frescos para esta época de primavera. Me coloco un par de zapatillas de piso y dejo mi cabello al natural, al igual que mi rostro, no tenía ganas de maquillarme con todo este calor.

Reviso la hora en mi reloj y me digo a mi misma que si no me doy prisa, llegaré tarde a la cena con Xander. Tomo un bolso pequeño con mi teléfono, cartera, labial y mi arma. Cuando salgo hacia la cubierta donde están los demás botes del yate, no me sorprende ver a Yerik y Remy, esperando por mí.

—Te ves hermosa, mi niña—

Sonrío para acercarme y besar su mejilla.

—Gracias, Remy—

Mi guardaespaldas me ayuda a subirme al bote y no tardo en colocarme el chaleco salvavidas naranja, les doy un asentimiento para decirles que estoy lista y no tardamos en partir lejos del Black Rose, mis nervios empeoran a medida que nos acercamos al muelle.

¿Qué estás tramando, Xander?

¿Y por qué de pronto me siento nerviosa?

Luego de unos diez minutos, atracamos en el muelle y me quito el chaleco salvavidas, Yerik asiente en mi dirección para darme un par de indicaciones, señala detrás de mí donde se encuentran un par de calles.

—Xander, me dijo que lo alcanzaras en lo que nosotros acomodamos las cosas con el bote— asiento— es sencillo, llegar al lugar. Caminas alrededor de unos quince metros, a mano derecha verás un pequeño callejón, caminas otros cinco metros donde verás un letrero con letras viejas encima de una puerta. El lugar se llama "Essence", es pequeño pero bastante acogedor, la reservación está a tu nombre—

—De acuerdo—

—En un momento, los alcanzaremos—

—Está bien—

Siguiendo las indicaciones de Yerik, no me toma más de cinco minutos encontrar el lugar y admito, que aunque se ve algo viejo, su estilo vintage llama mi atención.

Se ve acogedor.

—Buenas noches. Bienvenida a Essence, ¿tiene reservación?—

—Oh, sí— respondo en francés— a nombre de Valentina—

La hostess encuentra mi nombre rápidamente y me sonríe con amabilidad, antes de comenzar a guiarme por un pequeño pasillo hasta que llegamos a un área bastante extensa llena de mesas y mis cejas no pueden evitar fruncirse ante el estado del lugar.

Está completamente vacío.

—Sígame, señorita Valentina—

—¿Está segura...?—

—Ah, no se preocupe— me responde con tranquilidad— el lugar, suele estar vacío a esta hora—

No sé por qué, eso me suena a una total mentira.

—De acuerdo...—

—Esta será su mesa, aquí tiene un menú— agradezco con una pequeña sonrisa antes de sentarme en la mesa que hay frente al escenario— esta noche, tenemos música en vivo. Espero que la disfrute—

—Gracias— miro el reloj en mi muñeca— ¿Sabe si mi acompañante no ha llegado?—

—Oh, sí. Llamó un par de minutos antes de que llegara, tuvo un inconveniente y llegará un poco tarde—

—Está bien...—

—¿Gusta algo de beber?—

—Un vino blanco, no importa la marca—

—De acuerdo, en un momento se lo trae uno de mis compañeros—

Un par de minutos después, un mesero me entrega una copa de vino a lo que le doy un trago pequeño mientras observo el menú, buscando un aperitivo antes de que llegue Xander, estoy que me muero de hambre.

Entonces, de un momento a otro las luces bajan de intensidad hasta que el lugar se encuentra casi oscuro a excepción, por las luces del escenario que iluminan tenuemente la figura de un hombre sentado en el banquillo del piano, ladeo mi cabeza sin dejar de darle un trago a la copa de vino.

Cierto.

Dijeron que habría música en vivo.

Miro de nuevo el reloj en mi muñeco, mis cejas se fruncen ligeramente ante el retraso de veinte minutos de Xander.

Nunca es impuntual.

Menos cuando se trata de una cena conmigo, lo cual se me hace algo raro de su parte.

¿Le habrá pasado algo?

Las notas del piano me sacan de mis pensamientos, y no puedo evitar poner mi atención hacia el hombre que comienza a tocar las melodías de una canción que se me hace vagamente familiar, me quedo un momento maravillada por el movimiento de sus dedos por las teclas del piano antes de que su voz ronca llena el espacio.

Y tengo que sostener la copa de vino para que no se caiga al suelo de la impresión.

No puede ser.

¿Es un sueño?

Vine a verte, decirte que lo siento. No sabes lo hermosa que eres. Tuve que encontrarte, decirte que te necesito. Decirte que te escogí...

Me quedo completamente sorprendida al escuchar la voz que se escucha a través del micrófono, las luces del escenario suben su intensidad y tengo que contener un jadeo de sorpresa al reconocer la figura masculina que está en el piano.

—Xander...— murmuro por lo bajo— ¿Cómo es que...?—

No tenía idea de que tocara el piano, siempre fue el chelo.

¡Mucho menos cantara!

Y muy bonito...

Los ojos avellanas de Xander, me miran un momento antes de sonreír y sin despegar su mirada de la mía, sigue con la canción que está tocando y yo simplemente mirarlo maravillada.

Es tan...

Dios, no tengo palabras.

Nadie dijo que era fácil. Es una lástima que nos separemos. Nadie dijo que era fácil. Tampoco dijeron que sería tan duro...— su voz ronca hace que mis ojos se llenen lágrimas al reconocer la canción— oh, llévame de vuelta al inicio...

Sus dedos no dejan de moverse sobre las teclas del piano mientras que su mirada no se despegaba de la mía, brillaba con cariño y amor puro que termina por sacarme las lágrimas que estaba tratando de contener, una sonrisa se pinta en sus labios antes de que me ponga de pie y me acerque más al escenario.

Yo estaba analizando números y cifras. Deshaciendo los enigmas. Cuestiones de ciencia, ciencia y progreso...— las notas aumentan de intensidad— no hablan tan alto como mi corazón. Dime que me amas, vuelve y persigueme. Oh, y me apresuro al inicio. Corriendo en círculos, persiguiendo nuestras colas...volviendo a ser cómo éramos. Nadie dijo que era fácil. Es una lástima que nos separemos. Nadie dijo que era fácil. Tampoco dijeron que sería tan duro...

Una risa entrecortada y llena de emoción sale de mi boca, las lágrimas no dejan de deslizarse por mis mejillas, no puedo despegar mi mirada de la suya cuando las notas comienzan a llegar a su final y su voz, sigue haciendo estragos en todo mi sistema.

Estoy volviendo al inicio...

La canción finalmente termina y yo estoy hecha un mar de lágrimas, Xander se coloca de pie para bajarse del escenario, quedando a mi frente donde limpia los restos de mis lágrimas con su pulgar.

—¿Te gustó?—

—Tú...— río ahogadamente— tú tocas el piano...— asiente— y cantas, pero odias los karaokes—

—Algo así...— responde suavemente, saca algo de su saco y me lo extiende. Sonrío tenuemente antes de tomar entre mis dedos la rosa negra que extiende en mi dirección— eso no es todo, amore—

—¿Falta más?—

—Una cosa más—

—Pero...¿qué estás haciendo?—

Me quedo igual de sorprendida que hace un momento, cuando veo que se coloca de rodillas a mi frente tomando suavemente mis caderas para acercarme un poco él. Su mirada brilla en un deseo anhelante y esperanzador, que me acelera el corazón para pasar su lengua por su labio inferior antes de comenzar a hablar.

—Perdóname— comienza, su mirada se oscurece un momento en dolor— perdóname, solnischko. Por todo el daño que alguna vez te hice, por los errores que cometí al no estar para ti cuando realmente me necesitaste— mis ojos se llenan de lágrimas— lamento, haberte dejado sola cuando me pedías a gritos que me quedara a tu lado, por haberme perdido en la oscuridad en vez de ir al brillo de mi sol que eres tú. Perdóname, por haberte apagado tan solo un momento, lamento por haber sido el causante de que el sol de mi existencia se apagara—

Sus palabras me llegan al pecho, un sollozo entrecortado sale de mi garganta.

—Sé que hay cosas que probablemente no vas a poder perdonarme, mucho menos olvidar. Y sé que no tengo derecho a pedirlo de nuevo, pero soy tan egoísta por que quiero despertar cada mañana a tu lado, ser el primero en ver tus sonrisas mañaneras de un pequeño gatito al inicio de un nuevo día— sonrío tenuemente— sé que ambos, nos equivocamos. Sé que el daño que nos hicimos, no se olvidará de nuestras vidas. Sé que hay muchas que tenemos que superar...— muerde su labio inferior, acaricio suavemente su mejilla— pero, no puedo soportarlo más—

—Xander...—

—No puedo soportar más tiempo estar separado de ti, no puedo soportar volver a perderte de la manera en que lo hice. No puedo, simplemente me niego a que nuestra historia tenga algún punto final— una lágrima se desliza por su mejilla— así que, con todo el maldito amor que te tengo, Valentina Marchetti. Te lo pido, imploro y suplico...— sus manos aprietan ligeramente mis caderas— vamos a darnos otra oportunidad. Una nueva página en blanco, en donde podamos poner buenos recuerdos junto a los viejos, una pizarra en blanco donde escribamos la historia que siempre debió ser nuestra—

Mis lágrimas no parecen tener fin alguno ante sus palabras y su mirada anhelante que me caliente el alma, la rosa sigue aferrada en mis dedos, no puedo dejar de verlo a los ojos ante todas las emociones que cruzan por su rostro.

—Te amo, Valentina. Y quiero amarte el resto de mi vida. Ahora, mañana y siempre, voy a ser tuyo tanto en cuerpo, alma y corazón por que sé que nadie va amarme como tú lo haces. Por favor, solo vamos a amarnos como si fuera el final de nuestras vidas—

Me quedo en silencio ante sus palabras que han terminado de derribar cada parte de dolor que sentía desde nuestra separación, desde que nuestra relación se fue al caño por no haber hablado de cómo nos sentíamos y que nuevamente, teníamos la oportunidad de volver a intentarlo pero de la mejor manera para crear recuerdos inolvidables de ambos.

No quiero que nuestra historia tenga un punto final.

Quiero vivirla el tiempo que pueda y disfrutarla.

Puedo sentirlo...

El último muro cae.

Asiento varias veces ante su mirada atenta mientras que mi mano acaricia su mejilla, los ojos de Xander brillan en una esperanza y anhelo que me quita la respiración, antes de que mis labios se separen para dar una respuesta.

—Sí...—

Limpio parte de mis lágrimas, sonrío con emoción.

—Sí, quiero que nuestra historia continúe—

No puedo describir todo lo que siento al ver como una sonrisa llena de alegría y emoción se pinta en los labios de Xander, del hombre que he amado durante muchos años y que finalmente, me siento lista para aceptarlo porque sé que estoy segura de darle el mío.

Sin poder esperar más tiempo, me coloco de rodillas para tomar su rostro entre mis manos y besarlo, sus labios se mueven contra los míos de manera frenética pero llena de emociones que no podemos decir en palabras hasta que nos separamos por la falta de aire, une su frente con la mía y no podemos dejar de sonreír.

Entonces...

No puedo callarme más tiempo.

Las palabras salen.

—Te amo, Xander—














¡Feliz lunes a todas ustedes!

Antes de que pasar a las partes del capítulo...

Oiga, ¿si saben que los días normalmente tienen 24 horas, no? :v

Que bueno que lo sepan, por que eso significa que tengo 24 horas de MI TIEMPO para subirles el capítulo correspondiente.

*Inserte sticker de indignación* 

No se me olvida, no estoy pendeja. 

Simplemente, tengo una vida fuera de las letras, es todo.

¿También saben que las presiones hacia los escritores les pueden provocar un bloqueo escritor?

*Inserte risa malvada*

Y no quieren eso, ¿verdad? 😈

Sabemos que pasa cuando a un escritor le da un bloqueo...

Así que...

Ya saben que hacer.

*La jefa aplaude para romper la tensión*

¡Bien!

Hoy no hay mucha palabrería del capítulo, partes importantes ya las leyeron, las románticas también...

Fue uno de mis capítulos favoritos, sin duda.

Espero que hayan leído detalladamente en cada respuesta que dió Xander, por que ahí está una clave importante que deben tomar en cuenta ;)

Espero que les haya gustado el capítulo ;v

DE UNA VEZ SE VIENE EL AVISO INFORMATIVO.

EL MIERCOLES NO HAY ACTUALIZACIÓN.

Tengo asuntos que requieren mi atención y que no puedo descuidar, sumando la semana presencial me tiene toda la cabeza hecha bolas. 

Así que...

Ese día no hay actualización.

Sin más que decir...

¡Nos leemos pronto!

Atte. Su escritora 💜✨









Continue Reading

You'll Also Like

118K 4.8K 52
"No estoy enamorada de mi mejor amigo, no estoy enamorada de mi mejor amigo, no estoy..." Ese es el mantra que tiene que repetirse a diario Tylwyth B...
3.4K 171 52
Tn Legends, una persona de temer y darle respeto sea enfrentado por muchos años a legiones de demonios, angeles caídos y todo lo que es la maldad. Aú...
237K 10.9K 38
¿Te imaginas ser una espia el FBI sin conocer a tu nuevo Agente y que en un operativo tengas que ir a hacer un privado sin saber a quien se lo haces...
82.5K 6K 52
Tercer libro "Sensaciones Italianas". Estoy enferma de venganza, mi venganza es encontra de todos aquellos que despertaron todo lo que no conocía de...