El amor del Zar

By AngieRosas058

1M 76.8K 18.3K

Secretos. Traiciones. Odio. Venganza. Poder. Una guerra. Rencores y viejos amores del pasado. Una Reina. Un Z... More

Prólogo
Personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Epílogo
Agradecimientos
Escena extra: "Un muerto entre las sombras."

Capítulo 55

15.7K 947 290
By AngieRosas058

Valentina.

Abro y cierro la boca con la sorpresa aún en mi cuerpo ante las palabras de Xander, miro de manera rápida cada detalle del inmensa cubierta del yate en el cual nos encontrábamos a bordo, me pongo de pie su regazo para dar pequeños pasos trémulos hacia la orilla de la cubierta y aferrarme a la baranda.

El viento sacude mi cabello y me tomo un momento para cerrar los ojos mientras algunos recuerdos del pasado con este lugar en particular, llegan a mi mente. Un escalofrío agradable me recorre en la columna, ante esos viejos— y placenteros —recuerdos, mis manos se aferran un poco más a la baranda para abrir los ojos, mirando fijamente el mar.

No recuerdo la última vez que estuve en el Black Rose.

Creo que fue poco después de que nos dieran la noticia de que tendríamos una niña corriendo por nuestra casa, queríamos festejar a nuestra manera las buenas noticias con algo de privacidad y el Black Rose, era perfecto para tener nuestros momentos íntimos y perversos a solas.

El Black Rose, era un gran yate de al menos sesenta y cinco metros de largo con más de quince metros de ancho. Era completamente de color negro con algunos toques rojos en diferentes partes de la cubierta. Los pisos eran del mismo color que todo la cubierta exterior, solamente podrías ver los tonos rojos oscuros en algunas habitaciones o paredes, es raro que encuentres una habitación colorida en este lugar.

Tiene al menos cuatro pisos y un helipuerto, sin contar una gran piscina con jacuzzi en la primera cubierta para mirar un perfecto atardecer acostada en una tumbona con un cóctel en la mano.

En el segundo piso, encontrarás la mayoría de las habitaciones para los invitados con baños privados para cada uno. Junto a la cocina y comedor que contaba un gran equipo de chefs y sub chefs, para hacer banquetes para más de veinte personas en ocasiones especiales.

Aunque nunca se han hecho fiestas con toda la familia aquí, nos gustaba mantener este lugar solamente para nosotros solos.

El tercer piso es más como un área de entretenimiento, desde un pequeño casino hasta una gran mesa de billar, prácticamente podrías vivir toda tu vida sin hacer nada y solamente disfrutando de la belleza que puede proporcionar el mar.

Y el cuarto piso...

Trago saliva ante lo que hay en el cuarto piso.

Está más alejado de todos los demás porque queríamos seguir manteniendo nuestra vida sexual en total armonía y privacidad, sin molestias por lo que a esa área en particular es de un acceso totalmente restringido para el personal que no sean Remy o Yerik, son los únicos que ocurren en el cuarto piso donde se localizan las habitaciones más privadas para el personal más cercano a nosotros.

No todos podrían saber acerca de lo que había al final del pasillo del cuarto piso, a un par de metros de la habitación que compartíamos cuando estábamos casados y con una niña en camino, incluso con el embarazo eso no redujo su uso al contrario, lo potenció al punto en que dormíamos más ahí que en nuestra propia habitación.

<<Клетка удовольствия>>

Nuevamente, me estremezco cuando las memorias se vuelven más nítidas en mi mente que no puedo evitar, perderme un momento en ellas.

Gimo con placer mezclado con frustración mientras mis manos se aferran a uno de los barrotes que tengo encima de mi cabeza, no es como si pudiera sostenerme a algo más que no sea eso dado que mis muñecas están aprisionadas por las esposas, tiro de ellas para soltar un jadeo lleno de frustración cuando se detiene.

Siento su risa en mi monte de venus y su cálido aliento me hace estremecerme de arriba abajo con fuerza, mientras mi espalda se arquea en busca de su toque. Gruño con más frustración cuando se aparta de mí e intento agudizar mi oído para saber cuál será su próximo movimiento, pero la venda en mis ojos me impide saber realmente lo que sucede a mi alrededor.

—¿Desesperada, solnischko?—

Doy un pequeño brinco cuando escucho su voz detrás de mi oído, gimo de nuevo cuando su mano se desliza por el frente de mi cuerpo y se detiene un momento en mi pequeño vientre abultado, a pesar del placer frustrado sonrío con la respiración entrecortada al sentir un pequeño movimiento en mi interior.

—¿Qué crees que quiera decirnos?—

—De seguro, está a favor a que su madre finalmente tenga un orgasmo por parte de su padre— respondo, se ríe roncamente— no puedes dejarme mucho tiempo así, necesito...—

—Lo sé, solnischko— muerdo mi labio inferior cuando su mano se pierde en mi coño— no te contengas, mi amor. Déjate llevar...—

—Eres...—

—Abre las piernas, amore— susurra en mi cuello, lo hago un poco— más...—

—Mejor abrelas tú, cucciolo—

—Sabes que pasará en el momento en que yo abra esas sexis piernas que tienes...— lame el lóbulo de mi oreja, gimo cuando pellizca mi clítoris— ¿Es lo que buscas, pequeña problematica?—

—Tal vez...— trago saliva— Xander...—

—¿Sí, amore?—

—Rézame—

—¿Dónde quieres que te rece?—

—Ya sabes donde...—

Muerde el lóbulo de mi oreja antes de sacar su mano de mi coño, escucho como sus pasos se alejan antes de que sus manos abran de manera brusca mis piernas y siento como se agacha hasta que quedar encima de mi vientre redondo, besa la piel de ahí haciendo que la bebé se mueva suavemente, sonrío.

—Lo que la reina ordene—

Mis pensamientos se quedan en blanco en el momento en que su rostro se pierde en medio de mis piernas, grito y jadeo ante su lengua que es todo lo que necesito para dejar de llevarme por el placer.

Oh, Lucifer.

Doy un brinco en mi lugar cuando siento como un par de brazos llenos de tinta me aprisionan ligeramente contra la baranda y no dejo de estremecerme de manera agradable, cuando Xander deposita un beso en el costado de mi cuello antes de murmurar en voz baja.

—Me gusta venir aquí y dar un paseo, cuando siento que mi vida ha perdido algo de rumbo—

—Pensé que te habías deshecho de él...— respondo por lo bajo, miro un momento a mi alrededor— está tal cual como lo recuerdo...—

—Nunca lo descuidé— afirma— siempre lo mantuve conmigo—

—¿Por qué?—

—Por que también, es una parte de ti que me acompaña a todos lados, solnischko— suspira suavemente— siempre vas conmigo, Valentina. No importa la forma, siempre hay algo tuyo que me regresa al camino cuando creo que todo está a punto de irse al caño—

—Xander...—

—Como lo dije esa tarde en el hospital, nena— asiento— sé que no vas a confiar mis palabras, así como yo sé que no voy a confiar en las tuyas—

—La hemos jodido, ¿no?—

—Un poco, pero estamos a tiempo de repararlo realmente— me gira en sus brazos para mirarme a los ojos, sonríe tenuemente— te lo repito, solnischko. No voy a desperdiciar esta oportunidad, no otra vez—

—Xander...—

—Sé que me amas— me quedo en silencio— y sé...— golpea mi frente con el dedo índice suavemente— que esta cabecita de ostra italiana...— río entre dientes— le cuesta soltarse con mis palabras—

—Odio la manera en como sabes entenderme—

—Siempre voy a entenderte, amore— mi pulso se acelera, acerca su rostro al mío— ahora, mañana y para siempre—

Mi espalda se pega más a la baranda mientras que su rostro sigue acercándose al mío, sus labios rozan suavemente con los míos y tengo la necesidad de inclinarme un poco más para que solamente me bese, pero me contengo.

No me siento segura aún.

—Me secuestraste...—

Sonríe de lado.

—El fin, justifica los medios—

—Te odio—

—Lo sé—

—Mi mente está más cerrada que una ostra y me frustra— mascullo, golpeo su pecho— es tu culpa—

—Nena, tu cerebro puede estar más cerrado que una ostra pero hay algo que jamás podrá cerrarse ante mí...—

Trago saliva ante sus palabras mientras que una de sus manos que estaba en mi cadera, comienza a bajar por mi culo hasta llegar a mi vientre y entrepierna, cubierta por los pantalones.

—Y es este bonito coño que volveré a probar dentro de poco—

Contengo ligeramente la respiración ante sus palabras y un calor agradable me recorre todo el cuerpo hasta centrarse en mi coño, el cuál se contrae con cierta anticipación y mis mejillas se ponen rojas cuando su mano libre toma mi cabello ligeramente para que lo mire.

Sus ojos avellanas no se despegan de los míos, una pequeña sonrisa torcida se forma en sus manos y el color en mi rostro, empeora ante el significado de esa sonrisa que tenía años sin ver mientras su mirada no deja de llenarse de lujuria, deseo y excitación. Podría jurar que está pensando en diferentes ideas para darme un buen orgasmo y dejarme temblando por semanas, incluso.

No me opondría a eso...

No hay día, en que no haya deseado estar bajo el cuerpo de Xander, desnuda y acalorada por un buen sexo.

Aún así...

No pienso dejársela fácil.

¿Me quiere en su cama?

Tendrá que conseguirme.

Con una nueva pequeña idea en mi mente, me inclino ligeramente hacia su cuerpo y nuestros labios se rozan un poco al punto en que quedan milímetros escasos para besarnos, puedo sentir cómo el cuerpo de Xander, se tensa al sentir mi aliento cerca su boca y sonrío de lado con cierta malicia.

—Sé que me deseas, cucciolo...— murmuro— yo también lo hago...—

—Mm...— asiente lentamente— ¿Vas a besarme o no, solnischko?—

—Tal vez...— me inclino un poco más— ¿Desesperado?—

—Un poco, ¿piensas que me voy a quedar tranquilo luego de comerte la boca esa noche?— trago saliva con más fuerza, sonríe un poco más— no, nena. No he terminado y no pienso hacerlo, en una larga temporada—

—¿Qué tan larga?—

—Demasiado larga hasta que seamos unos ancianos, que discuten por cual avena es la que tiene menos azúcar para nuestras diabetes— responde, no puedo evitar reírme— y luego de nuestra discusión por la avena, nos pondremos a quejarnos de nuestros ingratos hijos por que no vienen a visitarnos al asilo...—

—Un paso a la vez, perro vaquero— coloco mi mano en su pecho suavemente, lo inclino hacia atrás con una pequeña sonrisa— ¿Niños?—

—Mm...— asiente— exactamente, nena. Pienso darte ese tres engendros gritones y chillones que tanto deseas, para que corran por toda la casa y me saquen canas verdes—

—Estás loco—

—Siempre he estado loco por ti, nena— se inclina a mi oído— y eso, ya deberías saberlo, Val—

—¿Qué tanto?—

—Demasiado—

Arqueo una ceja con cierto desafío.

—No te creo—

—Lo sé— afirma seguro, su sonrisa se mantiene en sus labios— y pienso demostrarlo, nena—

—No veo...—

—Lucifer, olvidaba que cuando te pones necia, eres más charlatana que Atlas— resopla con falsa molestia, entrecierro mis ojos en su dirección— no me mires con tus ojos de bruja, nena. No es bueno—

—¿Por qué?—

—Me pone dura la verga—

—Santo dio, eres...—

No termino mis palabras cuando su mano toma mi cuello y finalmente, rompe la pequeña distancia entre nosotros para estampar mi boca con la suya, gimo en placer ante el toque de sus labios contra los míos que se mueven con deseo cargado de hace un par de años.

Sin deseo a resistirme— al menos por el momento —respondo a su beso de manera ferviente, una de mis manos se coloca en la parte trasera de su nuca para atraerlo más a mí y que no se le ocurra terminarlo mientras que la otra se apoya en uno de sus brazos.

Mi jadeo muere en su boca cuando su lengua separa mis labios de manera suave, para jugar con ella en pequeños movimientos lentos que me nublan ligeramente la cabeza. Su brazo serpentea a mi cintura de nuevo para acercarme a su cuerpo y mi pecho se aplasta contra el suyo en un fuerte abrazo.

Lucifer, que bien besa.

Comienzo a recordar el por qué no podía separar mi boca de la suya la mayor del tiempo, cuando estábamos casados y siento como el deseo aumenta en mi cuerpo.

Gimo cuando su mano baja hasta mi trasero y lo amasa duramente entre sus dedos, siento como su polla se endurece cada vez contra mi vientre bajo, mis manos no dejan de pasearse por su cuerpo hasta que se detienen en su pecho, el cual se tensa bajo mi toque.

Cuando la falta de aire se hace presente, me obligo a romper el beso pero Xander, no parece estar dispuesto a romperlo por completo porque se lleva mi labio inferior entre sus dientes para morderlo y hacerle una pequeña herida, chupa la sangre para saborearla en su lengua.

Lo odio.

Odio que se vea tan caliente cuando hace eso.

—Me lo debías, solnischko...—

Sonrío ligeramente de lado, aparto un par de mechones de mi rostro. El viento sigue moviendo mi cabello con fuerza, acaricio su pecho suavemente antes de alejarme un par de centímetros de su rostro, rozo mis labios suavemente con los suyos.

—¿Me quieres?—

—Más de lo que imaginas, solnischko—

—Entonces...—

Lo aparto un poco más para agrandar mi sonrisa.

—Tendrás que conseguirme—

Y sin algún remordimiento.

Encajo mi rodilla en sus bolas.

Sin darle la oportunidad de atraparme o hacer un movimiento de su parte, me suelto de su agarre para ir al interior del yate, me quito los tacones y a mi espalda escucho su risa ronca, no parece haberle molestado que haya hecho mi movimiento.

—¡No hay problema, bruja!— se ríe más fuerte— ¡Me gustan los retos! ¡No vas a escaparte! ¡Voy a tenerte en mis manos!—

—¡No veo que te muevas, gusano!—

Suelto una pequeña risa y sin dejar de correr, desciendo hacia el segundo piso del yate y me pierdo entre los pasillos, sonrío de lado cuando escucho los pasos de Xander a mi espalda, pero son de manera lenta como si no tuviera prisa por tenerme en sus manos.

Ha esperado siete años.

Puede esperar un poco más, no le hará daño.

Doy alrededor varias vueltas en diferentes lugares del inmenso yate— más de una vez me perdí —hasta que finalmente, logré encontrarles los trucos para hacerme la lista y huir de Xander, de vez en cuando.

No era la primera vez que jugábamos de esta manera.

Sin poder evitarlo, mis pasos me llevan hasta el cuarto piso donde se encuentran las habitaciones junto a la especial y trago saliva, al ver la puerta negra con detalles rojos al final del pasillos.

Respiro profundamente y sigo con mis pasos hasta el final del pasillo, me detengo frente a la puerta negra, suspiro por lo bajo ladeando mi cabeza hacia un lado para detallar cada centímetro de la madera mientras que mis dedos pican con la curiosidad de mirar adentro.

¿Seguirá tal cual como la última vez que estuve aquí?

La curiosidad mezclada con ansiedad, terminan conmigo y me veo tomando el pomo de la puerta, colocando mi dedo pulgar justo en el centro de donde se encuentra la cerradura de llave junto al panel del control a un lado del marco.

Mis cejas se arquean con evidente sorpresa al escuchar un pequeño zumbido bajo y veo como la pantalla a mi lado, brilla en un verde suave.

Acceso concedido.

Bienvenida, Valentina Marchetti.

Mierda.

Xander todavía tiene mis huellas guardadas...

¿Por qué?

Tal vez, porque después de todo...

No era la única con esperanzas de querer una segunda oportunidad para intentarlo.

El pasillo se mantiene en silencio y solamente se escucha el zumbido suave de la puerta en el momento en que se abre, una vez que comprueban mi identidad. Cierro mis ojos un momento cuando una pequeña corriente de aire me golpea en el rostro, no me muevo de mi lugar y simplemente, observo la oscuridad que se muestra a mi frente.

Como una mala película de terror.

Doy un paso tembloroso hacia el interior y lo primero que siente la planta de mi pie, es la alfombra suave pero no rasposa, como si fuera de un terciopelo muy suave con el que hacen algunos peluches lo que me hace dar otro paso, seguido de uno más hasta que atravieso todo el marco de la puerta quedando al borde de la extensa habitación especial.

Me sobresalto ligeramente en el momento en que la puerta se cierra detrás de mí y las luces se encienden a mi alrededor, suspiro ligeramente para calmar los latidos de mi corazón acelerado— olvidaba que se cierra de manera automática —y un pesado silencio me rodea, donde el único ruido que se escucha es mi respiración ligeramente agitada. No dejo de detallar cada parte de la habitación.

Es una habitación bastante amplia que ocupa casi la mitad de todo este piso, Xander pidió que así fuera para hacer el lugar de nuestras fantasías, y que todo tuviera el espacio suficiente para recrearlas.

Las luces rojas y moradas se mezclaban de manera suave, que le daba un toque erótico a toda la habitación. Iluminaba lo suficiente para observar hasta el más mínimo detalle del lugar sin perder el toque sensual que emanaba la misma.

Los estantes, cajoneras, armarios e incluso los aparatos para jugar seguían de la misma manera en que los recuerdo, el sillón del amor sigue en ese pequeño rincón cubierto por algunas cortinas para darle un toque más íntimo. Tengo que tragar saliva cuando un par de recuerdos, llegan a mi mente mientras que un calor se propaga en mis mejillas.

Suspiro lentamente por mis labios para calmar el calor que emana mi cuerpo de repente, no voy a ignorar que esta habitación me causa muchas sensaciones al igual que la primera vez que Xander, me la mostró ya terminada.

Excitación y expectación.

Finalmente, mis ojos se enfocan en medio de la habitación, donde se encuentra la cama y no dejo de tragar saliva con más pesadez al delinear cada uno de los barrotes negros que se alzan hasta terminar en una cúspide en forma de rosa. Las luces la hacen verse algo impotente en su altura a la vez, que rodea toda la cama en forma de una pequeña prisión de la cual no hay escapatoria.

No la hay en este lugar, en particular.

Solamente deseo y placer que puedas encontrar con la pareja perfecta.

Muchas personas tienen su nido de amor, ese en el cual se entregan el uno al otro de una manera en que no podrán olvidar, la pasión y los sentimientos desbordan de sus almas y corazones.

No se aplica para nosotros.

Observo la imponente jaula de oro negro que cubre la inmensa cama con sábanas de seda rojas y los pilares de cedro negro que hacen conjunto con los barrotes de lo que la prisión donde se podrían cumplir cada una de nuestras perversas fantasías.

Trago saliva al leer el grabado que tiene en el borde de donde comienza a formarse la cópula.

<<Клетка удовольствия>>

La jaula del placer.

Sí...

Nosotros no éramos normales a la hora de tener sexo.

No existían los límites para nosotros.

Claramente, siempre estaba el consentimiento de ambos para hacer lo que se nos ocurriera en nuestra mente perversa, uno con el otro.

Una pequeña sonrisa tira de mis labios al recordar el momento en que le rompí el pene a Xander, todo por mi encaprichamiento a probar nuevas posiciones que encontré en un artículo de internet.

Sí...

Eso no era una total mentira.

Con pasos temblorosos me acerco con cuidado hacia la jaula y una de mis manos acarician los barrotes mientras le doy una vuelta completa, cientos de momentos y escenarios pasan por mi mente y tengo que respirar profundamente para controlar el calor que se propaga por todo mi cuerpo hasta mi entrepierna.

Estoy segura que mis bragas están más que húmedas.

Mi cuerpo se estremece cuando recuerdo la pequeña amenaza de Xander, que se repite en mi mente luego de la primera vez que me mostrara todo el lugar terminado y varios escalofríos agradables me recorren en la columna.

Grábatelo en la cabeza, nena. Mientras que pongas un pie dentro de esta jaula, nunca podrás librarte de mí, así como yo nunca podré librarme de ti.

Seré dueño de cada maldito orgasmo que tengas en esta jaula, así como eres dueña de mis orgamos en este lugar y nunca voy a cansarme de obtenerlos hasta que me supliques que me detenga y mi polla esté más seca por haber probado tu coño hasta el cansancio, nena.

Y es bien sabido...

Que Xander Novikov, cumple sus promesas.

—Con que aquí estabas, nena—

Brinco en mi lugar y giro mi cabeza hacia atrás para encontrarme con la mirada avellana de Xander, sus ojos brillan con un deseo y excitación más fuerte que hace un par de minutos que lo dejé en la cubierta.

Ni siquiera alcanzo a decir algo porque su cuerpo se paga más al mío y mi pecho se aplasta contra los barrotes de la jaula, jadeo suavemente ante el movimiento mientras una de las manos de Xander, rodea mi cuello suavemente para inclinar mi cabeza hacia atrás y sus piernas separan las mías con cierta brusquedad que me estremece el coño.

Demonios, sí.

Eso me gustó.

La otra mano que tiene libre se desliza por mi estómago hasta llegar a mi entrepierna y muerdo mi labio inferior para no soltar un gemido, en el momento en que su palma cubre mi coño por encima de la tela.

Su rostro se oculta en mi cuello, puedo sentir su sonrisa en mi piel y sus dedos hacen una ligera presión en mi garganta lo que me obliga a abrir ligeramente la boca, jadeo cuando su mano se mueve de arriba abajo por encima de mi coño cubierto, enviando escalofríos a todo mi cuerpo que se centran en mi entrepierna.

Sus labios no dejan de repartir besos desde la parte trasera de mi nuca hasta la pequeña parte de mi piel expuesta por su mano, mis dedos se aferran a uno de los barrotes para no perder el equilibrio ante lo que su mano hace contra mi entrepierna. Puedo sentir como la tela del pantalón comienza a humedecerse también, por parte de mis fluidos.

Lucifer, esto es demasiado intenso.

Me gusta.

Arqueo la espalda cuando los movimientos de su mano se aceleran y podría jurar, que el cabrón sabe dónde está mi clítoris incluso con la tela que lo cubre, por que no pierde la oportunidad de tocarlo a su antojo.

—Juraría que sería la última habitación en la que te encontraría, solnischko—

—Bueno...— jadeo, cierro mis ojos un momento— la curiosidad, pudo conmigo—

—¿No has aprendido a que la curiosidad mató al gato, nena?—

Sonrío de lado y solamente para provocarlo, muevo mi trasero de manera "inocente" contra la dureza de su polla, el gruñido en mi piel me dice que está igual de excitado que yo y chillo por lo bajo, cuando su mano deja de mi coño para subir hasta mis tetas las cuales amasa una de ellas hasta dejar mis pezones duros.

—Te encanta joderme—

Río con el aire entrecortado.

—Siempre, cucciolo—

—Lo sé, siempre buscas joderme la paciencia aquí adentro, ¿no es así, nena?—

Mi sonrisa se ensancha ligeramente ante su tono ronco y gimo más fuerte cuando su mano vuelve a bajar por mi estómago, esta vez.

Se pierde en el interior de mi pantalón.

Un grito de placer sale de mi garganta cuando hace un lado mis bragas para penetrarme sin algún cuidado con tres de sus dedos, su pulgar hace círculos suaves en mi clítoris que contrasta contra la dureza de sus dedos.

Mi coño se contrae alrededor de sus dedos en el momento en que sienten la intrusión, mis fluidos se multiplican y las piernas me fallan ligeramente. Jadeo en busca de aire, su mano me lo restringe un poco pero realmente no me molesta.

—Mierda— sisea— olvidaba lo estrecho que es tu coño, nena. ¿Seguiré destrozandolo con mi verga, Val?—

—No me gustan las suposiciones, Xander—

—Mm...— no deja de masturbarme y mis gemidos hacen eco en la habitación— ¿Que haces, Valentina? No me trago el cuento de que tu curiosidad, pudo contigo, nena—

Sonrío de lado, sabiendo que este ruso me conoce muy bien para reconocer mis tretas a la hora del sexo.

Cierro mis ojos y no puedo evitar recostar mi cabeza en su hombro mientras que sus dedos siguen penetrando con fuerza y salvajismo que olvidaba, las paredes de mi coño no dejan de estrujarse a su alrededor. Xander mueve su rodilla para separar más mis piernas y gimo roncamente cuando toca ese punto de placer que me vuelve loca, tiemblo de pies a cabeza y el orgasmo se hace más intenso.

—Sabía...— respondo entrecortadamente, trago saliva— que me encontrarías, cucciolo...—

—¿Por que, nena?— su mano suelta mi cuello para amasar mis tetas, mis dedos se siguen aferrando a los barrotes— ¿Quieres que te recuerde que pasa cuando te encuentras a solas conmigo en este lugar?—

Me quedo en silencio y me dejo llevar por todas las sensaciones que me produce Xander en todo mi cuerpo, mis paredes vaginales no dejan de aprisionar sus dedos con más fuerza y más seguido, señal de que el orgasmo está más cerca y yo estoy a punto de perder el equilibrio ante el fallo de mis piernas.

—Responde, nena. O me voy a detener—

—Es...¡Ah!— gimo— ¿Por que lo haces tan complicado, Xan?—

—¿Yo?— se ríe en mi piel, me estremezco. Asiento— ¿Estás segura?—

—Lo estoy, eres...—

—Mm...¿Que soy, nena? Anda, dímelo—

—Te odio—

—Ajá, ¿qué más?—

—Y...— trago saliva— odio que me hagas sentir así...—

—¿Cómo, nena?—

—Como si nada hubiera cambiado entre nosotros en este lugar—

—¿Recuerdas lo que te dije la primera vez que te mostré el Black Rose?—

Niego, aunque sea una mentira.

—Te dije que en el primer momento en que pusieras un pie aquí adentro, todos tus orgasmos me van a pertenecer— responde con tono ronco— así como los míos, son completamente tuyos, nena—

—Eres...—

—Lo sé, nena. Créeme que lo sé— asiento— pero, no olvides quién es el que te tiene al borde de un orgasmo...—

—No lo sé— respondo con descaro— es un idiota que se cree mucho, por tener buenos dedos para follar—

Su risa ronca no deja de generarme escalofríos, sus dedos aumentan el ritmo de sus embestidas y mi vientre se contrae con más fuerza, una pequeña capa de sudor se forma en mi frente.

Estoy demasiado cerca...

—Parece que estás a un par de segundos, Val...— tira mi cabello para que lo mire, sus labios rozan los míos suavemente antes de murmurar sobre ellos— ¿Qué pasaría si me detengo ahora?—

—Te mataré— jadeo cuando su dedo pulgar presiona mi clítoris— no se te ocurra, Xander—

—¿Y si no qué, Reina del Alboroto?—

—Jódete, Zar—

—Nada nuevo—

—No puedes...¡Ah!— aferro más mis dedos al barrote— Xander, estoy demasiado cerca...—

—Lo sé, nena— me besa bruscamente, muerde mi labio inferior hasta que me saca más sangre— me llamaste idiota, no sé si debería sentirme ofendido por eso y no dejarte acabar hasta que se me pegue la maldita gana—

—Ni si te ocurra—

Chillo en el momento en que su mano se estrella contra uno de mis muslos, jadeo y mi vientre se contrae.

—No me gustan las órdenes, preciosa. Ya deberías saberlo—

—Y deja de jugar con mi coño, joder...— suplico— ¡Necesito correrme, Xander!—

—No lo sé...—

—¡Xander!—

Joder, no voy a aguantar mucho más a como sus dedos no dejen de hacer eso y aumenten el ritmo en ellos.

—Nena...— muerde mi cuello, gimo— te ves tan jodidamente sexy así, más hermosa y magnífica te verás con mi verga dentro de tu coño. Luego, te voy a destrozar el culo como hace años, Val. Semanas antes de que supiéramos de la pequeña intrusa—

¡Mierda!

Sus palabras no deberían tener este efecto en mí.

Aunque si lo tienen y demasiado.

Me calientan.

Y él lo sabe.

—Dime, nena— murmura en mi oído— ¿Alguién más que no sea yo te ha destrozado ese bonito culo que tienes?—

Sonrío de lado.

—¿Y cuál sería el problema de que sea así, Zar?— inquiero en descaro— es mi maldito culo, yo decido quién me lo destroza—

Bingo.

Sonrío con maldad al ver como sus ojos se oscurecen de golpe ante mis palabras, como lo mencioné, Xander tiene algo con el sexo anal en especial con la tarea de joderme el culo al punto en que no pueda caminar por varios días.

No es que me haya quejado, realmente.

El ruso tira más de mi cabello y me obliga a soltarme de los barrotes para pegarme más a su cuerpo, sus dedos no dejan de joderme el coño salvajemente mientras su boca ataca la mía con vigor y deseo. No dudo en responderle moviendo mis labios contra los suyos, hasta que gruñe contra mi boca.

Finalmente, llego al orgasmo y mis piernas flaquean ante la intensidad del mismo, respiro entrecortadamente que probablemente mis pulmones se saldrían pero no me importa por que mi grito es callado por sus labios.

—Más vale que no le hayas dado mi culo a nadie, Valentina— gruñe cerca de mi rostro, jadeo cuando tira más de mi cabello, los espasmos me sacuden el cuerpo— o si no, nena. Tendrás más problemas los que ya tienes—

Tengo que reprimir las ganas de echarme a reír ante el tono posesivo y celoso de su voz, ante la posibilidad de que le haya dado mi culo a otro hombre que no fuera él.

Nadie ha llegado tan lejos como lo ha hecho Xander, para tener mi culo.

Nadie.

Solo él.

Olvidaba que su cordura pendía de un hilo bastante delgado cuando se trata de lo que es suyo.

Y como buena hija del pan de Lucifer, que soy.

Me encanta jugar con su cordura.

—Y sí así fuera...— aseguro con orgullo— ¿Cuál es tu maldito problema?—

—Tan sencillo...— tira más de mi cabello y me obliga a girarme para quedar frente a frente, me pega a su pecho— me las voy a cobrar el doble, nena—

Trago saliva con fuerza ante la amenaza implícita en su tono y las mejillas se me ponen calientes.

—Eres...–

—Nadie toca lo que es mío, mucho menos tu culo, nena— gruñe cerca de mi rostro— tu coño y boca es libre encontrar cuanta verga se les cruce en el camino, ¿tu culo?—

Baja sus manos hasta mi culo para estrujarlo entre sus dedos, jadeo por lo bajo.

—Siempre será mío para destrozarlo—

Río entre dientes antes de tomar sus labios con los míos de manera suave hasta morder su labio inferior, gruñe por lo bajo mientras sus manos no dejan de estrujar mi cuerpo con rudeza.

—Quiero verte intentar eso, Zar—

—Créeme, Reina— asegura— intentar será poco, para lo que voy a hacerle a tu culo—

Reprimo las ganas de echarme a reír ante sus ojos llenos de deseo, molestia y lascivia ante mis palabras, inclino mi rostro más al suyo para terminar de joderle la cordura.

—Muchos lo han intentado, Zar— murmuro en su rostro— y pocos, lo han conseguido, ¿que te hace creer que volveré a hacerlo contigo? Es más...— me inclino un poco más— he conseguido mejores...—

Grito por la sorpresa cuando sus manos toman mis hombros y me empujan con brusquedad hacia la cama, reboto suavemente contra el mullido colchón y las sábanas de seda, trago en seco cuando como los ojos de Xander brillan con el mismo deseo que yo poseo, han pasado muchos años.

Y el deseo no cambia entre nosotros.

No tengo tiempo de incorporarme por que toma mis piernas con sus manos para acercarme hacia la orilla de la cama, su rostro se encuentra cerca del mío y sonrío con más ganas de joderle la paciencia.

Todo lleva a un mismo fin.

Que me folle duramente.

Como él sabe hacerlo.

—Repítelo, bruja—

Río.

—Han habido mejores que usted, Zar— chasqueo mi lengua— tsk, ¿celoso, cachorrito?—

Su gruñido es la única respuesta que obtengo de él antes de que su boca capture la mía en un profundo beso cargado de deseo, posesividad y celos que me vuelve loca. Gimo gustosamente contra sus labios, antes de separarlos para darle paso a su lengua que juega con la mía bruscamente.

Las manos de Xander no se quedan quietas y se siguen paseando por mi cuerpo hasta que vuelve a separar mis piernas para colocarse en medio de ellas, me pega más al colchón con su peso encima, sus caderas aprisionan las mías y gimo al sentir la dureza de su polla contra mi centro.

Es todo lo que necesito para perder la poca cordura que me queda.

Nos seguimos besando mientras nuestras manos no dejan de moverse por nuestros cuerpos, las manos de Xander se detienen en el borde del top rosa, sus labios sueltan los míos ante la falta de aire para observarme a detalle, sus ojos avellanas me miran con una pequeña pregunta.

—¿Estás segura de esto, solnischko?—

Asiento.

—¿Sabes cuánto he esperado este momento?— niega, sonreímos— no se te ocurre parar, Novikov—

—Será mía de nuevo, Reina—

—Siempre he sido suya, Zar—

Terminamos de perder el control y volvemos a besarnos de manera desenfrenada contra la cama y nuestras manos vuelven a tomar el control de la situación de nuestros cuerpos, los gruñidos del ruso mueren en mis labios en el momento en que acaricio su dureza a través de los pantalones.

Nuestras prendas se van.

La ropa interior también.

Simplemente nos convertimos en una bola de fuego llena de desesperación y deseo que anhelan salir en libertad después de tantos años suprimidos.

Finalmente...

Nuestro deseo era libre de dominar la situación.

Mis mejillas se colocan algo calientes al sentir la mirada pesada de Xander sobre mi desnudez y tengo que tragar saliva, ante la suya. Podríamos molestarnos la mayor parte del tiempo por ello, pero las cosas cambiaban en el dormitorio y después de tantos años.

Casi por inercia, intento llevar una mano a mi entrepierna ante su mirada pesada pero su mano toma mi muñeca para detenerme, niega suavemente antes de sonreír y sus ojos siguen bajando por cada curva, cicatriz o peca de mi cuerpo desnudo.

—Pueden pasar los años, nena...— murmura por lo bajo— y tu cuerpo seguirá siendo el más hermoso y tentador que he visto en mi vida—

—Xander...—

Un calor agradable se propaga por mi cuerpo y también, me tomo la libertad de admirarlo de arriba abajo, cada detalle de su musculatura es igual a la que tenía grabada en mi mente de recuerdos.

Solamente, tiene más tinta en su piel que años atrás.

—Te odio— murmuro.

Odio que tu cuerpo sea tan malditamente perfecto para el mío.

Una pequeña sonrisa tira de sus labios, sus manos comienzan acariciar mis piernas desnudas y jadeo cuando pellizca la cara interna de mi muslo, la humedad de mi entrepierna mezclada con los fluidos restantes de mi orgasmo mojan ligeramente las sábanas.

El deseo arde en toda la jaula.

—Xander...—

—¿Qué deseas, nena?—

—Fóllame— respondo— por favor, solo hazlo—

—Lo que desee mi reina—

Sus palabras terminan por nublarme la cabeza y Xander, no pierde el tiempo en abrir la cajonera de un lado de la cama para sacar un condón y romperlo con los dientes para colocarlo en su dura polla, muerdo mi labio inferior.

—¿Cómo lo quieres, Reina?—

—Como tu sabes hacerlo, Zar—

Un grito ronco de placer sale de mi garganta cuando vuelve a tomar mis piernas y de una sola estocada me penetra, mis manos inmediatamente van hacia sus hombros, encajo mis uñas en su piel.

Oh, Lucifer.

Olvidaba lo grande que era.

Sin darme tregua para acoplarme a su tamaño de nuevo, Xander comienza a follarme duramente, bestialmente y salvajamente contra mi coño— tal como se lo pedí —sus caderas se mueven con brusquedad contra las mías, sus manos se aferran a mi cintura con tanta fuerza que me dejarán marcas y su boca no deja de besar la piel a la cual tiene acceso.

Mis uñas rasguñan su espalda con fuerza para deslizarse por sus omóplatos hasta su cintura la cual rodeo con mis piernas, mis talones se encajan contra sus nalgas mientras que gritos, gemidos y jadeos abandonan mi boca para hacer eco en la habitación.

—Eso es, nena— gime en mi oído, jadeo— no dejes de gemir para mí, Val—

—Xan...—

—Me vuelves loco, amore— gruñe aumentando sus embestidas— demasiado loco, nena—

—Tú...—

Sus labios besan los míos para descender hacia mis tetas las cuales muerde con fuerza que me causa un dolor agudo, pero placentero en todo mi cuerpo. Mi coño se contrae con más fuerza alrededor de su polla y el orgasmo vuelve a subir con más intensidad que al anterior.

—Oh, Lucifer...— gimo— Oh, dio—

—No dios, nena. No lucifer— refuta, gimo cuando baja un poco sus movimientos— solamente yo, Valentina. Tu Zar—

Asiento.

—Mi Zar—

—Solo tuyo, nena—

—Solo mío— alego— ahora, mañana...—

—Y siempre—

—¡Xander!—

—Eso, amore. Gime mi nombre—

—¡Xander! ¡Xander!— no dejo de decirlo— ¡No te detengas!—

Nuestros cuerpos llegan un ritmo muy frenesí que me encanta, un dolor sordo y placentero me golpea en el coño ante la fuerza de sus embestidas pero no me importa, nada me importa con tal de no dejar de sentir este placer que me nubla los pensamientos racionales de mi cabeza.

Lo odio.

Nunca me voy a cansar de decirlo.

Odio la manera en cómo podemos encajar nuevamente después de tantos años.

Odio amarlo.

Odio que sus orgasmos sean tan intensos que no pueda olvidarlo.

Odio que sus caricias quemen cada parte de mi piel.

Odio que sepa cada parte de mí cuerpo para darme placer.

Odio que me ame como la manera en como lo hace.

Al mismo tiempo...

Jamás voy a cansarme de él. Ni ahora, ni mañana, ni nunca.

No va a librarse de mí.

No otra vez.

Estamos condenados.

Y pienso disfrutar hasta el último momento de esta nueva oportunidad.

Mis pensamientos son cortados en el momento en que se detiene justo en el momento en que estoy a punto de correrme, gimo con frustración y lloriqueo por lo bajo cuando sus dedos me tantean el clítoris. Mi espalda se arquea mientras su mano libre pellizca mi pezón, hasta que un dolor sordo me recorre el cuerpo y me retuerzo contra su mano.

—¡Xander!—

Soy puesta boca abajo de forma brusca antes de que mis rodillas se hundan en el colchón y un par de manos tomen mis caderas para elevar mi trasero, chillo cuando me suelta un sonoro pero doloroso azote en mi piel. Jadeo, en el momento en que su mano acaricia la zona con ardor y sin darme la oportunidad de recuperar mi aliento.

Vuelve a penetrarme de una sola estocada.

Gimo fuertemente y mi trasero se pega más a su entrepierna en busca de su contacto, su risa ronca hace que mi coño estruje su polla, jadea con placer antes de comenzar a mover mis caderas bruscamente que tengo que sostenerme del cabecero con ambas manos, cierro mis ojos desconectando mi cerebro ante la intensidad de este momento.

Una de sus manos me toma del cabello para pegarme a su espalda y toman mis tetas con fuerza, nuevamente el dolor sordo que debería molestarme en vez de excitarme me recorre el cuerpo, mis paredes vaginales estrujan su polla.

Estoy más cerca.

Y él también.

Lo sé por qué su pecho se tensa contra mi espalda.

Sus caderas no dejan de moverse contra las mías hasta que ambos estamos de rodillas en la cama, mis uñas se entierran en la piel de sus muslos para encontrar algo de que sostenerme, todo mi cuerpo vibra con deseo ante su tacto y embestidas.

Jadeo cuando su lengua chupa la gota de sudor que se desliza por mi nuca y gruñe contra mi piel, sus manos no dejan de torturar mis pezones.

—Mía— espeta en mi oído, gimo— solo mía, Valentina Marchetti—

—Solo suya, Zar— no puedo evitar responder— Xander, estoy...—

—Lo sé, nena— besa mi cuello— vamos a darte ese orgasmo...—

Lucifer, sí.

Frunzo ligeramente el ceño cuando baja un poco el ritmo para estirar su brazo de nuevo hacia la cajonera y saca algo de ahí que no alcanzo a ver, solamente escucho un zumbido bajo que me confunde.

—¿Qué es lo...? ¡Ah!—

Gimo roncamente con más fuerza de la necesaria cuando una vibración bastante alta es colocada sobre mi clítoris, mis paredes vaginales rápidamente reaccionan ante la sensación para estrujar la polla de Xander, quién retoma sus embestidas.

—No. No. No...— gimoteo cuando ya se cual es su juego, el mismo que me aplicaba cada vez que quería dejarme muerta de tantos orgasmos— joder, Xander. No otra vez, no joder—

—Sostenlo, nena— me ordena en el oído, trago en seco— termina con la tortura de ambos, bruja—

—No puedo...— chillo cuando el vibrador es presionado contra mi clítoris— ¡Xander!—

—Todo esto depende de ti, nena—

—Yo...—

Con una de mis manos temblorosas sostengo el pequeño vibrador morado— sí, recuerdo su maldita forma, tamaño y color —y lo presiono contra mi clítoris. Mi cuerpo se estremece ante la sensación mientras que los espasmos comienzan a llegar y las embestidas de Xander me dejan con la cabeza en blanco.

Hago pequeños círculos para subirlo y bajarlo por todo mi coño hasta tocar la poca piel de la polla de Xander, quién se estremece ante su contacto y gime roncamente en mi oído, cierro mis ojos disfrutando del momento tan caliente que se ha convertido todo nuestra situación.

Joder, los gemidos de Xander en mi oído son como el paraíso infernal en música.

Entonces, no puedo contenerme más al orgasmo.

—¡Xander!—

—Valentina...—

Su mano toma mi mandíbula para girar mi rostro y besarme con fuerza mientras que ambos nos corremos al unísono, el orgasmo es tan intenso que me hace perder la estabilidad de mis músculos pero no suelto el vibrador de mi clítoris.

Sus labios me besan con bastante posesividad que me gusta, su mano libre sostiene la mía con el vibrador para bajar la intensidad de las vibraciones y continuar haciendo círculos en mi clítoris, el placer nuevamente me recorre el cuerpo, no puedo dejar de estremecerme.

Cuando su boca suelta la mía, suelto un pequeño gemido bajo cuando mueve el vibrador de arriba abajo por mi canal hinchado y sensible. Una sonrisa lasciva se forma en sus labios antes de besarme suavemente, chillo por lo bajo cuando pellizca uno de mis pezones y mi vientre se contrae contra su polla en mi interior, caliente por su semen en el látex.

—Solo mía, Reina—

—Solo mío, Zar—

Apenas hemos comenzado.

Suspiro por lo bajo mientras que el aire fresco de la noche me golpea en el rostro, aparto un par de mechones que me molestan mientras cruzo mis brazos por encima de mi pecho, me estremezco ante el frescor de la noche pero no me muevo de donde estoy, mirando la oscuridad del mar junto a las estrellas.

Bonito.

Es más de las horas de madrugada, luego de una larga pero bastante larga sesión de sexo para ponernos al día, Xander y yo caímos profundamente dormidos en los brazos del otro.

Hasta ahora.

Nuevamente, mi cabeza es una maraña de pensamientos confusos a los cuales realmente intento no hacerles caso, pero es imposible. No quise molestar a Xander, así que, simplemente me levanté de la cama, me coloqué unas bragas limpias y su camisa para salir a cubierta en una forma de aclarar mi mente.

Todo se ha vuelto muy abrumador.

Paso mis manos por mi rostro para colocar mis codos en la barandilla de la cubierta, mirando todo el mar negro y escucho los movimientos del agua, levanto la vista hacia el cielo como si las estrellas pudieran darme una respuesta.

Suspiro con frustración.

¿Qué mierda me está deteniendo?

¿Por qué...?

¿Por qué me cuesta tanto?

¿Qué pasa si todo al final termina siendo un desastre más grande que hace años?

¿Que voy a hacer de nuevo con mi corazón roto ante esa posibilidad?

Tengo tanto miedo...

Y tengo tantas ganas de intentarlo.

Mis ojos se empañan con lágrimas de frustración ante todo lo que ocurre en mi cabeza y no puedo acomodarlo, pellizco el puente de mi nariz y las ganas de lanzar algo hacia el mar o romperlo, se hacen más tentadoras.

—¡Arg!— exclamo en voz alta, oculto mi cara en mis manos— ¿Por qué soy tan difícil?—

Entonces, recuerdo algunas palabras que Remy me dijo hace tiempo atrás.

No huyes de tus sentimientos, Valentina.

Sé que los tienes más que claros, mi niña.

Simplemente, has sufrido tantos traumas emocionales que tu mente en querer protegerte, se cierra y le cuesta soltarse acerca de esos traumas por miedo a que termine peor.

Estoy seguro que con el paso del tiempo, los resolverás por ti misma.

Bien, en eso tiene razón.

He sufrido tantos traumas emocionales desde que tengo doce años que no recuerdo un solo día, en que mi mente realmente no estuviera a la defensiva con otras personas.

Hasta que llegó Xander.

Y luego todo se fue al caño.

Más traumas se sumaron a los viejos que tenía.

—No me sorprende verte aquí, a esta hora de la noche, solnischko—

Ni siquiera me sobresalto ante la voz de Xander a mi espalda, me quedo en mi lugar hasta que sus brazos tatuados rodean mi cuerpo suavemente para pegarme a su espalda. Noto que solamente lleva un par de pantalones de dormir, recuesto mi cabeza en su pecho cerrando mis ojos un momento.

—No quería despertarte— hablo suavemente— simplemente, se me fue el sueño—

—Sentí desde el momento en que te levantaste de la cama— responde— quería darte tu espacio, nena—

—Lo sé— suspiro.

—¿Tu mente de ostra de nuevo?— asiento— de acuerdo, ¿qué le ocurre a tu ostra?—

—Son muchas cosas—

—¿Tiene que ver conmigo?—

—Sí— respondo, pienso un par de segundos— bueno, no. Tal vez un poco...— se ríe suavemente— yo...no lo sé, no encuentro una manera de apagar mis pensamientos—

—Tal vez, ellos no quieren que los apagues, nena—

—Pero yo sí— gruño— necesito que se apaguen, no...—

—Respira, amore—

—¡Lo intento! ¡Créeme que lo intento!— me frustro de nuevo, salgo de su agarre— ¡Simplemente, no lo entiendes!—

—Entonces, dímelo para entenderlo—

—¡Es que yo tampoco los entiendo! ¡Todo es demasiado confuso!— lo miro— ¡Tu me confundes!—

—Lo sé—

—¡Ibas a casarte, por el amor a Lucifer! ¡Y de la nada llegas a decirme que me amas! ¡Eso me confunde más!— exclamo— ¡Y yo...!— me callo un momento, suspiro— fui una idiota con toda la situación—

—Ambos lo fuimos, nena—

—Ya sé—

—Entonces, ¿por qué...?— lo miro un par de segundos— ¡Te odio!—

—Lo sé, nena—

—¡No!— exclamo— en serio, te odio, Xander—

—Valentina— dice mi nombre lentamente— lo sé, amore. Créeme, que lo sé—

—¡Odio que seas tan malditamente perfecto para mí!— ignoro sus palabras, opta por quedarse en silencio hasta que termine de despotricar a los cuatro vientos— ¡Odio que sepas cada maldita cosa de mí y yo no pueda negar ese hecho! ¡Odio haberte jodido y que sigas conmigo! ¡Es lo que no entiendo! ¡Odio que me hayas jodido y que yo siga contigo!— paso una mano por mi cabello— ¡Odio que me hayas dejado libre! ¡Odio que me hayas hecho pensar que ya no me amabas cuando firmaste el divorcio...!—

—¿Crees que fue fácil para mí?—

Me quedo en silencio cuando su pregunta corta mis exclamaciones. Trago saliva ante su tono tranquilo, pero puedo detectar un dolor agónico en él y sus ojos me lo gritan a la cara, cada partícula de dolor está ahí de diferentes maneras, pero está ahí.

—¿Crees que fue fácil romperle el corazón a la mujer que amaba y que sigo amando?—

Inquiere con dolor de sus ojos y mi pecho se estruja con un dolor agudo ante el tono ahogado en su voz, veo como traga saliva con fuerza pero no deja de mirarme un solo segundo.

Se ríe secamente.

—No tienes idea, Valentina— continua— no tienes idea de lo que fue para mi, ver como el brillo de tus ojos desaparecía por mi culpa. Ver el dolor en tus ojos, por que sabía que yo había terminado de joder las cosas—

Mis ojos se llenan de lágrimas al escucharlo.

Lo sabía.

En el fondo lo sabía, aquello que se había guardado durante años, pero se negaba a decirmelo alguna vez o alguien más.

Simplemente, se quedó callado.

Ahora...

Ambos estábamos en nuestro punto de quiebre después de años.

Uno que antes habíamos evitado por miedo a que las cosas entre nosotros terminaran de manera permanente, sin posibilidad de retorno alguno.

Sin segundas oportunidades.

Finalmente...

Las cartas estaban sobre la mesa.
















¡Feliz miércoles a todas ustedes!

Espero que hayan tenido calorcito con este capítulo 🔥

Sí es así...

Báñense, pecadoras puercas :v JAJAJAJA

Espero que les haya gustado el capítulo, por un momento me quedé en blanco por que después de 55 capítulos, finalmente me tocó escribir una escena de sexo entre Xander y Valentina.

En fin, son cosas que pasan.

¡Nos vemos el lunes!

Atte. Su escritora 💜✨



Continue Reading

You'll Also Like

115K 10.1K 16
🎡|𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐍𝐆𝐄━━ ❝𝖳𝗎́ 𝗉𝖾𝗋𝗍𝖾𝗇𝖾𝖼𝖾𝗌 𝖺 𝖽𝗈́𝗇𝖽𝖾 𝗒𝗈 𝖾𝗌𝗍𝖾́. &;;'Grecia salió a comprar aliños e ingredientes para la cena cua...
65.3K 1.1K 6
El orgullo y las ganas de impresionar a los demás es algo que los caracteriza a ambos. -Deja de ser tan insolente. No planeo arruinar mi trabajo por...
67.9K 5.6K 25
Las bibliotecas son lugares maravillosos en dónde te puedes sumergir en tus propios pensamientos y perderte para siempre. ¿Pero qué pasa si alguien v...
15.6K 2.7K 10
"Dicen que las mejores amistades son aquellas que se convierten en familia." Cubierta hecha por: Ash-Quintana.