One Call Away—Charlie Puth
Narra Dani-El
—¡Alegre Día de Gracias!—exclamamos Mon-El y yo cuando Kara abrió la puerta de su departamento.
Nos invitó a una celebración conocida como Acción de Gracias, lo cual parece ser un día importante y festivo.
—Gracias, y se dice Feliz Día de Gracias—aclaró la rubia.
—Felicidad para todos—dije entrando al departamento y entregando a Kara el relleno que nos pidió traer.
—¿Qué es esto?
—Nos pediste que trajeramos relleno, así que abrimos el colchón y sacamos un poco—explicó Mon-El.
—No era a lo que me refería.
—Kara, ¿ellos son tus amigos de Daxam?—una linda mujer, algo mayor de edad, se acercó a nosotros. Era delgada y con un lindo cabello rubio sedoso.
—Si, chicos, ella es mi madre adoptiva
—Mucho gusto, doctora Danvers—estreché su mano.
Alex y Kara me platicaron un poco sobre su madre. La familia que adoptó a Kara cuando su nave cayó en la Tierra.
La mujer delante de mi transmitía un carisma increíble, y una dulce sonrisa que deseas ver todas las mañanas en el desayuno.
—Es un honor y un privilegio—comentó Mon-El saludandola también.
—Por favor, díganme Eliza
—Eliza. Kara me comentó que es una brillante científica—habló mi hermano entregando unas flores que compramos en el camino.
Las flores aquí son como una muestra de afecto... excepto cuando se entregan en los funerales.
—Es fascinante, he escuchado sobre su ciencia, por cierto, ¿qué es la ciencia?—Mon-El se fue conversando con la madre de las Danvers.
—¿Te pasa algo?—le pregunté a Kara, pues parecía confundida e incómoda.
—Amm, ¿Mon-El, él está, coqueteando con ella?—señaló discretamente a Eliza y a mi hermano.
—¿Qué? No, no. Créeme, he visto a Mon-El coquetear, más de lo que me gustaría—respondí con una mueca de disgusto.—Sin embargo, ahora solo está siendo amable.
—¿De verdad?—preguntó. Asentí segura.
Llevé a mi boca una uva que estaba en el centro de la mesa.
Saludé a James, a Winn y a Alex. Conversamos por un tiempo, poniéndonos al día y algunas veces hablando de temas generales de la Tierra y Daxam.
Por primera vez, después de muchos años, me sentía en familia, como si le importara a las personas a mi alrededor. Yo las escuchaba y ellas a mi, se interesaban por lo que tenía que decir y tomaban en cuenta mi opinión. Estaba empezando a sentir un fuerte vínculo con estás personas, y eso era maravilloso.
Después de un tiempo todos nos sentamos alrededor de la mesa, con la comida en medio.
—Kara, ¿nos harías el honor?—habló Eliza.
—Por supuesto. Es una tradición de la familia Danvers que antes de comer damos una vuelta y decimos lo que agradecemos, entonces ¿Quién inicia?
Alex, Mon-El y James se levantaron al mismo tiempo, pero fue Mon-El quien terminó hablando primero.
—Yo solo quiero... quiero decir algo. Estoy agradecido, Kara, no solo por tu comprensión sino también por tu gentileza. Tú me hallaste en esa nave y creo que soy el sujeto más afortunado de todos—habló levantando su copa, con la mirada fija en la rubia.—También porque mi hermana está aquí, viva, sana y salva, porque seguramente podremos estar más tiempo juntos, como una familia.
Me miró y sentí mis ojos lagrimear, así que me levanté rápidamente tomando una copa de vino.
—También quiero agradecer porque nos permiten estar aquí con ustedes, compartiendo este día. Gracias por aceptarnos, y gracias, Kara, por tu infinita paciencia para soportarme—concluí riendo y volviendo a sentarme.
Ellos sonrieron y después fue Alex quien se levantó. Sabía que quería decirle a su madre que le gustan las mujeres y que los hombres no son de su preferencia.
La valentía que debe tener para decirle a su madre, yo no puedo imaginar siquiera como reaccionaría mi madre si se lo hubiera dicho. Ella lo descubrió y fue de lo peor que me pudo haber pasado. Por eso, le deseo lo mejor a Alex, para que siga sintiéndose libre de amar y ser amada como ella lo desee.
—Bien, hay muchas cosas que agradezco y creo que nunca me había sentido como yo mismo, como me siento ahora y hay una razón para eso—sus ojos se encontraron con los míos, asentí dándole apoyo con una sonrisa—Esa razón es, la razón es que...
No terminó de hablar porque un extraño portal azul se puso justo arriba de la mesa, era extraño, como si fuera un vórtice. A los pocos segundos desapareció en un destello.
—¿Eso siempre pasa en el Día de Gracias?
ཧᜰ꙰ꦿ➢ཧᜰ꙰ꦿ➢
Tomé un fuerte respiro, dejando que mis pulmones se llenaran de aire y buscando calmar los fuertes latidos de mi corazón. Quería estar tranquila y que mi cuerpo también lo expresara. Enderecé la espalda tirando mis hombros hacia atrás, y toqué la puerta.
—¿Lena?, hola—sonreí entrando a su oficina y cerrando la puerta detrás.
—Dani, ¿cómo estás?, adelante—se puso de pie para recibirme.
Le había mandado un mensaje con anterioridad para pedirle si podía recibirme hoy. Ya no quería llegar a su oficina de improvisto de nuevo. Por suerte, respondió que con todo gusto me recibiría.
—¿Y esas flores?—preguntó curiosa, mirando el ramo en mi mano.
Aclaré mi garganta antes de hablar.
—No sé como son las costumbres aquí, pero me dijeron que las flores son un gesto de agradecimiento y afecto—extendí las flores.—Para ti—sonreí balanceándome sobre mis pies.
Rodeó el escritorio y se acercó mirándome con una ceja en alto.
—¿Me trajiste flores?—asentí rápidamente.—Son muy lindas, pero, ¿por qué?—recibió el ramo y observó las flores con admiración.
—Es Día de Acción de Gracias. Yo, comí con Kara y su familia y me explicaron que es un día para agradecer las bendiciones recibidas durante el año—expliqué con la mirada en mis manos.—Y el concepto de ser bendecido es que recibimos cosas buenas
—Si, así es, estás aprendiendo muy bien las costumbres humanas.—puso sus dedos en mi barbilla levantando mi rostro. Nuestros ojos conectaron y por un momento me sentí perdida.
—Este Día es para agradecer todo lo bueno que nos ha pasado, así que quise venir personalmente porque una de las cosas que agradezco es haber llegado a la Tierra, y agradezco haberte conocido
Respondí, agradeciendo no titubear. Lena se mostró sorprendida al principio. Miró unos segundos las flores y después a mi.
—Eso es, es muy lindo de tu parte—sonrió, pero pude ver un destello de lágrimas en sus ojos de Kriptonita.
—¿Dije algo malo?, ¿te estoy hostigando?, Oh, cielos, ¿estoy siendo muy molesta?—pregunté rápidamente, asustada de decir algo que la hubiera incómodado—Por favor no llores
—No, Dani, está bien. Todo está bien, es solo que... es muy lindo de tu parte venir y decirme todo esto. También se puede llorar de felicidad—soltó una risita limpiándose la lágrima que resbaló por su mejilla.—Estoy muy feliz de saber que alguien agradece el haberme conocido.
—Seguramente muchas personas agradecen tener en su vida a alguien tan buena, inteligente y bondadosa como tu
Mordió su labio inferior y las lágrimas volvieron. Respiró intentando contenerse, pero fallando, y sin esperarlo me abrazó.
Me quedé pasmada, porque es la primera vez que tenemos contacto físico más allá de roses accidentales de manos, y alguna caricia amistosa en la pierna.
Cuando salí de mi sorpresa rodé su cintura con mi brazos, sintiendo su cuerpo tan cerca. Su corazón latiendo junto al mío, y su delicioso perfume filtrándose en mi nariz.
Segundos después se separó, limpiando su rostro con delicadeza.
—¿Te encuentras bien?—pregunté suavemente.
—Muy bien—respondió con una gran sonrisa.
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Esquivé a las personas que pasaban frente a mi en la DEO y llegué corriendo hasta las celdas, donde Alex me avisó que Mon-El estaba resguardado.
—¿Qué pasó?, ¿Estás bien?—pregunté rápidamente acercándome a la celda donde mi hermano estaba encerrado.
—No te acerques mucho. Mon-El fue expuesto a una especie de gas tóxico en el bar. Un gas que solo asesinó a todos los alienígenas del lugar
—¿Qué?
—Dinos que pasó, otra vez—pidió Kara, vestida con su traje de Supergirl.
—Ya se los dije. Te vi a ti—señaló a J'onn.—Pero no eras tú, sino el otro tú. El verdadero Hank Henshaw, lo seguí afuera. Peleamos y perdí, y luego escuché los gritos—suspiró frotando sus manos. Negó, con la mirada en el suelo.—De no haberlo seguido pude prevenir
—La única razón por la que sigues vivo es porque seguiste a Hank Henshaw afuera
—Nunca oí de un arma biológica, o de otra arma que ataque solo la fisiología alienígena.—habló Alex, caminando de un lado a otro.—Esa cosa mató a todos en ese bar excepto a los humanos
—¿Creen que sea obra de Cadmus, o acaso existe otra organización secreta que esté en contra de los alienígenas?—pregunté recargando mi espalda en la pared.
—Lo más probable es que Cadmus esté detrás de esto—respondió Alex.—Quisiera que mi madre nos ayudara a examinar la escena. Se especializa en astrobiología y creo que nos daría respuestas
—Es una buena idea.
—De acuerdo, hora de actuar—animó Supergirl, dispuesta a salir de la habitación con su usual disposición de ayudar.
—No, no—J'onn la detuvo.—Nosotros tres nos quedaremos en cuarentena en la DEO, hasta que sepamos a qué toxina nos enfrentamos—nos miró seriamente a Kara y a mi.
—J'onn, si se trata de Cadmus, están planeando algo horrible
—Mi hermana y amiga alienígenas no saldrá de aquí hasta que sepamos como lograron afectar solo a los alienígenas. Es mejor estar seguros—sentenció la Danvers mayor.
—¿Es enserio?—reproché incrédula. Alex me dio una dura mirada que, no mentiré, me dio miedo.—Digo ¡Si! Cuarentena, que emoción
J'onn y Alex salieron de la habitación. Compartí una mirada de cansancio con Kara.
—¿Cuarentena?
—Cuarentena—asintió.—Te vi saliendo de L-Corp en la tarde, ¿estuviste con Lena?
—Si, yo... si, podría decirse que somos amigas—respondí inclinando la cabeza de lado, no estaba segura de la respuesta.
—¿Enserio?, no sabía
—Lena es increíble—sentí que una boba sonrisa se asomó en mis labios. Creo que Kara también se dio cuenta porque me miró con intriga.—¿También fuiste a L-Corp?
—Si, necesitaba hablar con Lena y saber lo que ella sabe sobre su madre y Cadmus. Lillian Luthor extrajo mi sangre y no tengo idea porque Cadmus la quiere—explicó con voz cansada.
—¿Crees qué... crees qué Lena esté involucrada con Cadmus?—pregunté pasando una mano por mi nuca.
—Su madre puede ser la líder de Cadmus, pero no creo que Lena lo sepa—suspiré aliviada de su respuesta.—Estaremos aquí un tiempo, iré por un juego de mesa para no aburrirnos—sonrió y se fue.
—¿Juego de mesa?—miré a Mon-El, él se encogió de hombros.—¿Recuerdas cuando jugabamos garata?, te enojabas porque yo siempre ganaba—dije con una sonrisa burlona.
—Solo ganabas porque hacías trampa—respondió haciendo un puchero.
—Eso es exacto lo que dice una persona con el ego dolido—reí sentándome frente a él, afuera de la celda.—Has cambiado, Mon-El. Y he visto que es un cambio para bien, ¿Kara tiene que ver con eso?
—¿Kara?
—Si, ¿te sientes atraído por ella?—mi pregunta lo dejó con la cara más pálida.—Sé que no teníamos buena relación en Daxam, pero presto atención y, de cierta manera, te conozco
—Ella es muy linda—murmuró con una pequeña sonrisa.
—¿No le has dicho la verdad sobre Daxam?
—Es difícil
—¿Y si algún día se entera?
—Ya no tiene importancia. Daxam no existe y solo somos tu y yo. No podemos ser príncipes sino hay un pueblo que gobernar.
—No me gusta mentir—suspiré jugando con mis dedos.
—Dani-El, hay algo que debo decirte...
Le presté atención. Pero no terminó de hablar porque empezó a toser repetidas veces.
—¿Mon-El?
Cayó al suelo jadeando por respirar. Parecía convulsionarse.
—¡Alex! ¡J'onn!—grité abriendo la celda. Una alarma sonó cuando la celda se abrió y una luz roja parpadeó sin cesar.—Mon-El, ¡Mon-El!
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Mi mamá: Cuando te cases serás feliz
Lxs lectorxs y yo, esperando que Lena Luthor nos saqué del país...