La novia de mi hermano 1 [Dis...

By Luisebm7

653K 49.5K 56.6K

¿Rechazarías la compañía de la soledad cuando no puedes confiar en nadie más? La vida me mostró a temprana ed... More

Notas
La huella del pasado
¡Concurso!
1 - La sonrisa de mi cuñada
2 - Guerra de incordios
3 - Desconcertada
4 - Más que cuñadas
5 - Fisgoneando en su intimidad
6 - La amistad más corta de la historia
7 - Me gustas
8 - Presa de la lujuria
9 - Ella es un encanto
10 - La fiesta I
11 - La fiesta II
12 - La fiesta III
13 - La fiesta IV
14 - ¿Todo fue un sueño?
15 - Domingo de cine... y algo más I
16 - Domingo de cine... y algo más II
17 - Domingo de cine... y algo más III
18 - El renacer del rencor I
19 - El renacer del rencor II
20 - Desde la distancia, estaré a tu lado
21 - Sáname con un beso
22 - La perdición reside en sus labios
23 - La dulce venganza
24 - Una ruptura, una oportunidad
25 - Paseo en patines
26 - Hoy soñarás conmigo
27 - ¿Qué tramas?
28 - ¿Se reconciliarán?
29 - Cita de amigas I
30 - Cita de amigas II
31 - Cita de amigas III
32 - ¿Te conquisté?
33 - Esta noche serás mía
34 - Esta noche seré tuya
35 - Se acabó el cuento de hadas... ¿o no?
36 - Estrategia
37 - Encerrona
38 - La aliada kawaii
39 - El fin de su soltería
40 - Ana es cruel
41 - El Real Decreto de la distancia
42 - Cena con los suegros
43 - Cena con los suegros II
44 - La prueba de la distancia
45 - La prueba de la distancia II
46 - Masaje con final... ¿feliz?
47 - La tortura de la distancia
48 - Doble estaca en el corazón
50 - Alguien pagará los platos rotos
51 - Ani desatada
52 - La abolición de la distancia
53 - Confiesa y seré tuya...
54 - Una nueva amenaza
55 - Una Flor llena de espinas
56 - Ani ha sido corrompida
57 - Game over, Mario
58 - Siguiente en la lista
59 - Lista actualizada
60 - ¡Ani es una facilona!
61 - El diario de Ani
62 - Enferma de amor
63 - Revitalizada
64 - El pacto
65 - Confesión carnal
Agradecimientos

49 - Las consecuencias de las decisiones

6.9K 639 653
By Luisebm7

NOTAS

¡Buenas, familia!

Hoy descubrirán más vivencias desconocidas de Laurita. Prepárense para el drama y... ¡feliz finde!

¡Un beso enorme!

-----------------------------------------

Las consecuencias de las decisiones

Soy consciente de que le he hecho daño a Ani, y eso me lastima. Pero también me lastima el desconcierto que ella me genera. No sé qué me pasa. Todo fue muy fácil e idílico cuando conocí a Aiko. No tuve miedo de expresarle mis sentimientos porque ella me abrió su corazón de la misma manera, como si nuestras almas hubieran sido forjadas a partir de la misma materia. No he conocido otra forma de amar ni de enamorarme hasta que Ana me cautivó.

Es la primera vez que me enfrento al miedo de no ser correspondida, de ser utilizada o traicionada como me hizo Marta Alonso. Ani es buena, me enamora siendo tan diferente, pero esa forma de ser opuesta a lo que conozco es la que me asusta porque ya sé que ella no siempre fue buena. Yo podría estar cegada por su encanto como lo estuve con Marta, que parecía un ángel cuando estaba conmigo. Estoy condicionada y, por eso, algunas de mis decisiones terminan siendo estúpidas, pero siento que me protegen de un mal mayor.

Si de verdad te gusto, Ani, lo siento mucho. Tal vez algún día entiendas que vivo atrapada en un mundo oscuro y que, gracias a ti, estoy descubriendo una realidad alternativa. Una realidad donde el amor no es perfecto y donde la felicidad me enfrenta a inseguridades y miedos que viven arraigados en mi mente. El precio a pagar incluye lágrimas de dolor. Perdóname.

Me sequé los ojos antes de encontrarme con Aura. Ella resaltó lo guapa o, mejor dicho, "kawaii" que estoy desde el segundo cero, por lo que deduje que no se percató del rastro de mi llorera.

—Tengo muchas ganas de ir contigo al próximo Salón del Manga en Madrid o Barcelona —expresa Aura mientras me impulsa en un columpio de un parque de la zona. Su cháchara anestesia mis corrosivos pensamientos, hoy tiene un efecto positivo—. Podríamos hacer cosplay a juego. Por ejemplo, tú podrías ir de Yumeko y yo como Mary Saotome. ¿No te hace ilusión? —«Ilusión». Temo a esa palabra.

—Sí, estaría muy bien. —Balancearme en el columpio me ayuda a relajarme. La brisa sacude mis cabellos y airea mi cabeza.

—También podríamos ir como algunas de las chicas del LoL. —Aura y sus amigos son adictos a ese juego—. ¿Te imaginas que Ana viniera con nosotras? Sin duda, sería Katarina, ¡ja, ja, ja! Asesina despiadada, ¡qué kawaii! —Ella se vería bonita de cualquier manera. Aunque no quiera pensarla, algo la trae a mi mente.

—Me encantaría verla haciendo cosplay. —¿Lograría convencerla?

—En cierto modo, ya lo hace. Ana no encaja en el perfil de buena estudiante con uniforme sabiendo lo satánica que solía ser. —Entiendo que Aura le guarde rencor porque yo tampoco olvido todas esas caras que me provocaron pesadillas—. Pero mi plan es que vayamos nosotras solas, al menos una vez. Te prometo que no habrá ligoteos raros con chicas con novios, ¡ja, ja! —bromea y suaviza la fuerza con que me empuja—. Me gusta pasar el tiempo contigo. Mis amigos son kawaiis, en especial Alberto y Paula. —Según me ha contado, Paula es la chica del grupo con la que ha tenido algo más que una simple amistad en varias ocasiones. Todo sin compromiso y sin amor—. Pero siento que tengo mucha más afinidad contigo. Me escuchas como nadie. Me transmites buenas vibras todo el tiempo. Me siento en confianza para contarte lo que sea. Me estás ayudando un montón en los estudios. Siempre estás de buen humor y me animas con mis cosas. No sé, todo es positivo a tu lado.

Aura detiene el columpio y me abraza por detrás. Su confesión me tenía abrumada, pero su gesto repentino me tensa aún más.

—Te he cogido cariño muy rápido. —Para mi asombro, me besa en la mejilla—. Te has vuelto importante para mí, Lau. No hace falta que digas nada por compromiso, ¡eh! —Ni sabría qué decir. ¿Qué significa esto para ella? ¿Me considera su mejor amiga cuando yo no he hecho nada significativo para que me tenga en ese concepto? Pareciera que Ani y ella se hayan puesto de acuerdo para confundirme—. ¿Vamos a mi casa? Quiero enseñarte mi cuarto y... ¡a Neko! Ya es hora de que lo conozcas —me propone con entusiasmo y asiento.

***

Mi primera visita al apartamento de Aura. Sus padres trabajan, así que estaremos solas.

—¡Neko! —vocifera Aura mientras atravesamos el salón—. ¿Dónde estás, dormilón? Mira a quién te he traído.

La puerta de su habitación parece un portal a otro mundo. Dejamos atrás un hogar que clasificaría en la media para adentrarnos en la morada de una verdadera otaku. Mis colecciones de figuras y mangas son ínfimas comparadas con las de Aura. Tanto el mueble de diseño que rodea la cama como las estanterías junto al escritorio lucen una amplia variedad de productos de sus obras favoritas. A pesar de que hay muchos libros, figuras y otros artículos como algunas varitas de Harry Potter, todo está impoluto y mejor organizado que muchas tiendas que he visto.

La zona del escritorio define muy bien a una chica gamer que le encanta stremear. El ordenador de sobremesa tiene el aspecto de una inteligencia artificial futurista, y los dos monitores son amplios y modernos. Una cámara de gran calidad se sostiene en el centro, mientras que hay un micrófono profesional, ajustable con un brazo, en un lateral. Unos cascos con forma de orejas de gato reposan sobre el escritorio. La acolchada silla parece el asiento de una nave de una película de ciencia ficción.

Cualquiera deduciría que el color favorito de Aura es el azul porque está presente en las luces LED de sus personalizados ratón y teclado, en la silla, en el ordenador, en la tenue iluminación del cuarto combinada con el tono blanquecino de los muebles y, por supuesto, en los mechones frontales de su pelo.

Aura no se puede quejar, sus padres la consienten mucho. Hay una buena inversión en este pedacito de casa, aunque sé que ella se las ha arreglado para obtener parte de lo que tiene.

—¡Por fin estás en mi cuarto! ¿A que es kawaii? ¿Te gusta? —me consulta, muy risueña, tras regular la intensidad de la luz.

—Es muy bonita. El sueño de toda amante del mundillo —enfatizo, boquiabierta por el rincón tan especial que tiene y lo bien que lo cuida.

—¡Mira dónde está el cabrito! —Aura señala la cama. Una cabecita se levanta de forma graciosa entre varios peluches—. Maleducado. No saliste a recibir a Lau. —Se tira sobre el colchón y caza a Neko, su gato.

—¡Qué bonito! —exclamo, hechizada por el encanto de la criaturita. Me gustan los gatos y este es especialmente llamativo por su expresión de espanto mezclada con pereza.

—Ven. Tócalo —me invita Aura y me siento en la cama. Enseguida hundo las manos en el pelaje negro del felino persa. Me fascina su suavidad—. ¿Has visto, Neko? Ella es Lau. ¿A que es muy simpática? Le he hablado mucho de ti, Lau. Sabe que se tiene que portar bien contigo. —Ambas reímos mientras el gato ronronea gustoso por nuestras caricias—. Normalmente es receloso con todo el mundo, pero se entiende contigo. —Neko huye de sus brazos y se acomoda en mi regazo. Río cuando me mira y maúlla, como si se comunicara conmigo—. ¡Ah! ¡Traidor! ¡Qué rápido te vendes!

—Es muy gracioso. Parece que le he caído bien. —Lo masajeo.

—Es un listo de cuidado. La envidia del pueblo. Aprovechado. Te gustó Lau, ¿eh? —dice Aura y Neko maúlla al retorcerse sobre mis muslos—. Te pondrá perdida de pelos. Luego te pasaré el cepillo. Perdón.

—No pasa nada. Me gusta jugar con él. Me lo quedaría. —Hacía mucho tiempo que no tocaba un gato.

—¿Oyes, Neko? Te quieren secuestrar. Y yo que pensaba que no me darían ni un euro por ti —bromea Aura—. Te arrepentirás, Lau. Si se encariña contigo como conmigo, te considerará de su propiedad. Prepárate para los arañazos cuando te lo quieras quitar de encima. Protesta como un príncipe caprichoso. Come mucho, ¿sabes? Hemos tenido que controlarle la ingesta para que no se ponga como un cerdo. Bastante vago es, se pasa el día durmiendo. Antes era una pelota. Un poco más y habríamos tenido que moverlo con una pala y llevarlo en una carretilla, ¡ja, ja!

—¡Oh! Eras un gordito malcriado, Neko.

El gato maúlla, como si nos entendiera y protestara por hablar de él.

Aura me cuenta más detalles sobre su lindo gatito hasta que me propone participar en un breve streaming con ella. Yo no estaba muy segura al respecto, pero he terminado cediendo. Sentada en una silla auxiliar a su lado, observo su desenvolvimiento en el mundo digital. No solo emite en directo a través de un programa en una pantalla e inicia un juego en la otra, sino que también atiende un chat en otro teléfono a la vez que habla por el micrófono y gestiona otro chat en el monitor. Me explica que tiene un teléfono privado y otro dedicado a su actividad como influencer y streamer. Tiene la capacidad de atender todo sin olvidarme y, sobre todo, luce muy feliz con lo que hace.

Después de presentarme a su audiencia con excesivo amor, me entrega un mando. Formo parte de su espectáculo. Aunque me siento un poco incómoda porque sé que mucha gente me mira a través de la cámara, me relajo en pocos minutos y saludo al público. Algunos me piropean y apuestan por mí como ganadora. Los mensajes son alentadores, chistosos y amistosos en su mayoría. Aun así, no podía faltar el pervertido con peticiones indeseables entre nosotras, pero Aura lo bloquea y lo expulsa en el acto. Aprovecha para explicarme que hay una jerarquía entre sus seguidores, donde los que apoyan sus streamings con una pequeña suscripción monetaria reciben más atención de ella, y que mantiene su canal libre de gusanos como el que acababa de eliminar.

Durante un rato, jugamos un juego de disparos en línea. Aura es bastante buena, pero su reinado se desmorona cuando me familiarizo con los controles. Su espontaneidad para lamentarse y presumir de remontada consigue que me carcajee. Sin darme cuenta, celebro mis victorias con la misma soltura que ella y le dirijo la palabra a los desconocidos que me apoyan. Jamás pensé que vivir una actividad como esta con una persona que apenas conozco me sentaría tan bien. A quien le debo ser un poco más abierta y otorgar estos votos de confianza a una desconocida es, en realidad, a Ani.

—Se te da muy bien esto, Lau —dice Aura cuando concluye la emisión en directo—. Parecías otra persona, mucho más alegre y abierta. Súper kawaii. Ojalá te animaras y te dedicaras a esto. Pasaríamos horas stremeando. ¿Viste cómo te adoraba la gente?

—Fue emocionante, pero no me gusta tanto como para dedicarme a eso.

—He ganado seguidores y un par de suscripciones nuevas con esta emisión corta e improvisada. Ten por seguro que te lo agradeceré. Pero ahora... ¡quiero revancha!

Nos sentamos en la cama para estar con Neko. Enseguida, el gato se decanta por mi regazo y le asesta un zarpazo de advertencia a Aura cuando ella intenta cogerlo. Tras las risas, seguimos con la competición.

Aura se tira de los pelos porque la derroto una y otra vez. No es mala perdedora, pero le encanta dramatizar su fracaso para convertirlo en un chiste. No obstante, el verdadero humor proviene de las garras del felino. Neko interfiere en el desempeño de su dueña. El muy travieso extiende la patita para golpear la mano de Aura, que sostiene el mando de la consola sobre los muslos, justo a mi lado. Inevitablemente, Aura pierde con más facilidad.

—¡Ay, cabrito! —chilla con gracia, provocando que me ría—. Neko, eres un gato malo y traidor. Yo no te eduqué así. Y tú, Lau, no te saldrás con la tuya. No sé cuántas sardinas le prometiste para que esté de tu parte, pero en un duelo de peluches sí te voy a ganar.

De pronto, Aura agarra uno de sus peluches y me lo estampa en la cara. Enseguida estalla en una risotada, pero respondo a su ataque. Me apodero de otro peluche y, veloz, martilleo su cabeza.

—¡Perdedora! —me burlo.

—Te voy a desintegrar.

Un mar de risas acompaña nuestro estúpido juego de niñas. Ambas nos azotamos con los peluches, desencadenamos una tormenta que mortifica la paz del gato. Las protestas de Neko por el alboroto potencian nuestras carcajadas. Su patita boxeadora participa entre las sombras, pero sin un objetivo claro.

Aura me ciega al embestirme con el peluche más grande. Entonces, se me echa encima y me derriba en la cama. Neko maúlla y desaparece en un salto.

—¡Qué idiotas somos! —exclama entre carcajadas, tumbada parcialmente sobre mí—. Pero menudo placaje.

Cuando las risas menguan, creo que se apartará y que me permitirá respirar. Sin embargo, Aura prolonga su estancia sobre mi torso. Su mano acaricia mi cintura con rumbo a mis caderas cuando me posee con la mirada. Antes de que yo interrumpa sus intenciones, ella restriega sus labios en los míos.

—¡No! —Furiosa, la aparto de mí como si me arrancara a una sucia sanguijuela. Contemplo su rostro exaltado al incorporarme—. ¡¿Qué crees que haces?!

—Yo... Lo siento, Lau... —¡Maldita aprovechada! Es como todos. Sabía que no debía confiar en ella.

—¿Por qué lo hiciste? Yo no te pedí que me besaras. —La sangre me hierve. Jamás permitiría que alguien que no me gusta tocara mis labios. Me asquea que otra persona me ensuciara con su saliva, que no respetara los límites.

—Por favor, no te enfades —me ruega—. Me gustas mucho, esa es la razón. Pensaba que había química entre nosotras. —¡Qué desgraciada! Estoy segura de que planeó todo esto. Debí preverlo cuando me propuso estar a solas conmigo. Su plan era traerme a su casa porque sabía que sus padres no estarían y que nadie nos molestaría.

—Eso no te da ningún derecho para que me beses sin mi permiso. No me gustas y nunca te dije que me gustaras —subrayo, malhumorada, y salgo de la cama.

—Metí la pata y bien. Malinterpreté tus señales. De verdad que lo siento, Lau —se lamenta, con los ojos llorosos. Por lo menos, ha sido capaz de sincerar sus sentimientos por mí, lo que me gustaría que Ani hiciera—. Fue un impulso. Me dejé llevar por el momento. Te juro que no lo habría hecho de saber que te iba a molestar tanto. —Patrañas de miss Embustera aprovechada.

—Tú no me conoces. Has abusado de mi confianza. Me has decepcionado. Será mejor que me vaya. —Debería ser más dura con ella, amenazarla con arruinarle la vida por infectarme con sus babas, pero prefiero alejarme, por lo que me encamino hacia la puerta.

—¡Por favor, Lau! Te juro que no volverá a pasar. —Salta de la cama para suplicarme casi llorando—. ¡Te lo juro! No quiero que lo que siento nos cueste nuestra amistad. Perdóname. No lo volveré a hacer. Te veré solo como una amiga. —Eso no se lo cree ni su gato. Lo hará de nuevo a la mínima oportunidad que tenga y repetirá el mismo discurso de arrepentimiento—. Dime que seguimos siendo amigas, por favor. Por favor, Lau, dime algo.

—No vuelvas a hacer una cosa como esa. —Cruzo la puerta sin pronunciar una palabra más y me marcho antes de que me siga mareando con su irritante pesadez.

***

En el fondo, sabía que yo le gustaba a Aura. Aiko me estaría reprochando que estaba advertida con que algo semejante podría pasar si bajaba la guardia. Repugnada, compré un paquete de chicles mentolados de regreso a casa para erradicar el sabor de Aura que intoxicaba mi boca. Deseé que Ani me besara para tener su gusto entre mis labios. En cuanto llegué al apartamento, lo primero que hice fue cepillarme los dientes y ducharme. Yo no podría tener una relación con cualquiera ni sexo casual.

Al notar la ausencia de Ani en la casa, decidí adelantar algunas tareas en el sofá para esperarla. Cometí un error al rechazar su propuesta para pasear juntas. Aunque no me confesara sus sentimientos, habría preferido sus besos antes que el de Aura. Me gustaría hablar con ella y desahogarme. También quiero asegurarme de que está bien y que no me guarda rencor.

Cuando me pregunto a dónde pudo ir, ella abre la puerta principal. Luce su conjunto deportivo, su irresistible figura.

—Saliste a correr, ¡qué bien! —deduzco e intento disimular que babeo por ella.

—Sí, no iba a desaprovechar la tarde libre que conseguí —escupe con un evidente rencor, como si quisiera provocarme o hacerme sentir mal. No se lo tendré en cuenta porque está en su derecho.

—Hiciste bien. —No obstante, adopto una postura neutral al expresarme y resalto un detalle de sus mallas que llama mi atención—. Te has manchado —indico, señalando el rastro en su muslo.

—¿Dónde? ¿Esto? Sí, es de helado.

—Helado... —pronuncio en voz baja al recordar a la heladera, a Angie—. Entonces fuiste a aquella heladería... —Para disimular mi descontento, sigo escribiendo. Dime que no es lo que pienso, Ani. Dime que no fuiste a buscarla para consolarte como te consolaste conmigo cuando sufriste por mi hermano.

—No exactamente. —Al menos, no fue intencional, pero intuyo lo que está a punto de contar—. Paré a descansar cerca de allí y Angie, la empleada, me sorprendió con mi helado favorito. —¡Dios, qué rabia! ¡Qué asfixia en el pecho! Quiebro la punta del lápiz al presionarlo con dureza, con dolor. Esa miss Engatusadora jugó bien sus cartas. Puedo imaginar lo atenta que fue al invitar a Ani a un helado. A su favorito, nada más y nada menos. Seguro que le salpicó la pierna adrede para limpiarla, para excusar sus ganas de tocarla como hice yo.

—Se me ha partido la punta —comento mientras miro el lápiz e imagino que es Angie—. Así que Angie. Parece una chica amable. —Una serpiente es lo que es. La serpiente que quiere engañar a mi Ani. Miss Serpiente manipuladora en busca de una presa fácil a la que devorar.

—Sí, lo es. —Gracias por clavarme ese puñal, Ani. Eso me demuestra cuánto has caído en la telaraña de esa depredadora—. Hemos quedado para después de los exámenes —enfatiza de tal manera que siento que me lo restriega para hacerme daño, para darme celos, y lo consigue. Arranco la página de mi cuaderno y la reduzco a una retorcida bola de papel como si así me deshiciera de Angie.

¿Es lo que me merezco por haberte rechazado, Ani? Me besa una chica que no me gusta y otra liga contigo hasta el punto de colarse en tu agenda. La culpa es mía. Solo quería que pensaras en mí, que te dieras cuenta de que sientes algo por mí. ¿Dejarás que ella juegue contigo para que te dé lo que yo no te di? ¿Para que tengas a la amante chica que sacie las curiosidades que vives conmigo? Aunque no estemos juntas, veo lo nuestro como algo especial. Si me cambias por otra, me destrozarás.

—El grafito había arruinado todo —digo, forzando el tono de indiferencia—. Pues qué bien. Seguro que te invitará a muchos helados. —Hará lo que sea para tenerte en su cama. No quiero que se aproveche de ti, Ani. No quiero que me sustituyas. A mí me gustas de verdad.

—Sí, es capaz. Bueno, voy para la ducha. —Sus gélidos pasos me hostigan. Ni siquiera se interesa por mí.

—¿No me preguntas cómo fue mi tarde? —Mis delicadas palabras frenan su avance. No me creo que mi paseo no le importe.

—Es que supongo que fue bien, ¿no? Siempre estás bien con Aura —dice, denotando cierta incomodidad al pronunciar ese nombre.

—Creía que las amigas estaban para lo bueno también, además de que en esta casa se cultiva un ambiente positivo desde que llegué, o al menos eso predica mi hermano. Quizás estoy equivocada. —Torturaste mi corazoncito a tu gusto con lo de Angie, pero no huirás sin sentir los mismos celos. Yo también tengo algo hiriente que contarte.

—Perdón. Ha sido una falta de educación por mi parte. ¿Qué tal tu tarde? —Esta vez, finge fatal su interés.

—Tuvimos un paseo divertido por el parque, solo que Aura me besó... —destaco al tiempo que la invado con una penetrante mirada. Ani aprieta los labios, estremece la mandíbula, expande las fosas nasales y arruga las cejas por un breve instante. Le acabo de enterrar el mismo puñal que ella a mí, solo que no soporto verla sufrir, mucho menos por mi culpa. Aunque le afecta, no es capaz de reconocer sus sentimientos como hizo Aura, pero no la atormentaré más. No necesita saber lo que pasó de verdad—. Me besó de forma extraña en la cara y me dijo que soy importante para ella. ¿Crees que me considera una amiga? —le consulto, pero ella permanece abstraída en sus pensamientos. A lo mejor debería interpretarlo como una buena señal esperanzadora de que está reflexionando. Tal vez tema que otra me robe igual que temo yo respecto a ella—. ¿Ani?

—¿Eh? Sí. Estaba pensando. Sí, supongo que sí, que te considera una amiga... —responde con redundancia—. Pero ten cuidado, todavía la estás conociendo. —Esa protectora advertencia me confirma sus celos.

—Vale, gracias por aconsejarme como toda una amiga. —Le sonrío con agrado. Quiero que sienta que ella sigue siendo mi amiga especial y que, a su vez, se cuestione si desea verme como una amiga siempre o como algo más. Hasta Aura vio señales que nunca le di. ¿Por qué Ani ignora las señales que para ella sí son reales?

Aún puedo soportar vivir con las incógnitas que me genera Ani, pero rezo para que se olvide de Angie. Tal vez el decreto de la distancia era un juego de ella al que no supe jugar y todo derivó en que se acercara a la chica equivocada. No lo sé. Solo sé que la heladera es una amenaza inminente.

Continue Reading

You'll Also Like

764K 46.7K 40
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
1.3K 94 7
El día que Kara elige contarle a Lena sobre su casi compromiso con la Princesa de Saturno es el día en que Imra Ardeen se acerca a la tierra con una...
53.2K 3.1K 142
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
11.1M 1.1M 41
«Conocerte fue descubrir un género musical diferente al que suelo escuchar, pero que al final me terminó gustando.» La vida de Andy está rodeada de d...