Janice Denbrough
—Entonces, Janice —habló acostando se sobre el césped y solté una risa por eso—. ¿Por qué no te presentaste con ese nombre?
—Para mi es extraño que me llamen Janice, por eso no me presento así —informé acostándome a su lado—. Aunque el Tn me traiga malos recuerdos.
—Me gusta, Janice —habló y movió la cabeza—. Te puedo decir Jan, aunque me inclino más por Janjan.
—¿De verdad? —Asintió y solté una risa—. Te enteraste de mi nombre hace diez minutos y ya lo abreviaste.
—Es lindo, Jan —repitió y me miró sonriendo—. Mi preciosa Jan.
Apreté los labios con las mejillas calientes, era muy lindo a decir verdad, además hacía que mi corazón se acelerara con solo palabras. Richie me gustaba mucho.
Me acerqué a él girando su cabeza en mi dirección y despues junte nuestros labios con delicadeza. Sentí una de sus manos subir a mi mejilla pegándome un poco más a él moviendo levemente sus labios.
Sonreí en medio del beso y rodee su cuello con mis brazos para luego sentir sus manos en mi cintura pegándome un poco más a él llegando a rosar con sus dedos mi piel.
Me separé al sentir una de sus manos cerca de mi cicatriz, él sabía que la tenía pero el hecho de que la sintiera o de que la viera me aterraba.
—¿Todo bien? —preguntó cuando me separé del beso acariciando mi mejilla con su pulgar.
—Sí, todo bien —aseguré y él ladeo la cabeza mirándome lo que me hizo suspirar—. Es por la cicatriz.
—Preciosa, sabes bien que no me importa —me recordó y apreté los labios—. Es parte de ti, está bien si la tienes.
—Pero no me gusta —hablé abrazándome a mi misma.
—En algún momento te darás cuenta que no importa —respondió abrazándome y sonreí rodeando su cuello con mis brazos.
Nos quedamos algunos minutos en silencio abrazados solo disfrutando de la cercanía del otro.
—¿Quieres dar una vuelta? —preguntó separándose un poco de mí y asentí—. Vamos entonces preciosa.
Él se levantó y me extendió una mano ayudándome a levantar. Al estar de pie me limpié el overol y después tragué saliva sintiendo mis mejillas calientes cuando Richie entrelazó nuestros dedos.
Comenzamos a caminar hasta salir del centro de Derry. Observaba todo con curiosidad porque no había ido más allá.
En un momento llegamos a un calle demasiado limpia, con las casas grandes y los jardines delanteros perfectamente podados. Fácilmente pude haber pensado que habíamos salido del pueblo porque parecía un lugar completamente distinto.
—Aquí viven las personas con demasiado dinero, por algo parece otro lugar —informó al ver mi cara llena de curiosidad y confusión.
—Eso lo explica —aseguré y después solté una risa—. Honestamente podría llegar a pensar que vives aquí, tu casa se parece a estas.
—Mis padres quieren mudarse a esta calle, técnicamente estamos a unas cuantas cuadras de mi casa —respondió y abrí los ojos—. Te ves bonita así.
Me dio un toque en la nariz con su dedo y sacudí la cabeza algo sonrojada por eso.
Seguimos caminando por Derry y en ocasiones me sonrojaba porque Richie se acercaba a mí y dejaba un beso en mi mejilla o finjía estirarse para darme un abrazo por los hombros.
En un momento llegamos a una calle llena de tiendas de todo tipo, de ropa, de arte, de juguetes, de tatuajes, cafeterías y restaurantes. Cuando pasamos frente aún tienda de arte me quede mirando el escaparate. Tenía lienzos, pinceles, pinturas para la técnica del óleo, paleta de mezclas, colores, todo lo que más me gustaba.
—Podemos entrar si quieres —habló Richie porque había dejado de caminar al quedarme viendo el escaparate.
—No, no traigo dinero —Negué con la cabeza porque era verdad, me lo había gastado comprando fichas y ni siquiera jugué a nada.
—¿Y quién dice que yo no traigo nada de dinero encima? —Sonrió de forma encantadora y negué con la cabeza repetidas veces.
—No Richie —hable al entender el sentido de su sonrisa—. Puedo venir después y comprarlo con mi dinero.
—No. Te lo quiero comprar yo —aseguró y después me hizo entrar a la tienda atrás de él mientras le repetía una y otra vez que no era necesario.
—No Richie, yo puede venir otro día —aseguré y él negó reacio a ceder así que me dejó de pie en medio del pasillo porque el se fue a buscar lo que yo estaba mirando.
Ni siquiera me dejó decirle nada cuando se dirigió a la caja con demasiadas cosas que estaba seguro serían muy caras. Lo seguí para evitar que comprara todo pero me puso una mano en la frente mientras pagaba sin dejarme avanzar.
—Todo tuyo preciosa —habló entregándome la bolsa con quien sabe cuantas cosas. Abrí los ojos y negué por eso, ¿Por qué era tan terco?—. Sí, esos ojitos te brillaban viendo todo.
—No Richie, seguro fue muy caro —hablé y él me colocó un dedo sobre la boca para callarme.
—Preciosa, si tengo dinero me lo voy a gastar en ti y no me importa si no te gusta —aseguró y apreté los labios para después sonreír.
No me fascinaba eso de que se gastara su dinero en mí, pero era su decisión, además era muy cariñoso conmigo.
—Esta bien, gracias —hablé sonriendo para después rodear su cuello con mis brazos abrazándolo.
Salimos de la tienda al separarnos y seguimos caminando por Derry tomados de la mano con el mostrando los lugares del pueblo, ¿Quién diría que un pueblo tan pequeño tenía tanto para ver?
—Una cabina de fotos —hablé señalando una con mi dedo y Richie dirigió su mirada a la cabina.
—Vamos entonces Jan —Sonrió rodeando mis hombros con su brazo y después nos dirigimos a la cabina.
Al entrar a la cabina Richie cerró la cortina y después me miró subiendo y bajando las cejas.
—Podríamos hacer algo mejor que solo tomarnos fotos —propuso acercándose a mí y rodeo mi cintura con sus manos—. Solo intentemos no mover mucho la cabina.
—Es un lugar público, entonces no —Solté una risa y él abrió los ojos al oírme decir eso.
—¿Más tarde entonces? Porque de pensar en que te puedo quitar la ropa me excito —aseguró y sentí mis mejillas arder—. Seguro tu cuerpo me calentaría más que el calor en verano.
—Ayudate de tu mano —hablé soltando una risa y él me miró ladeando la cabeza.
—¿Qué te dice que no lo he hecho? Pero quiero tocarte a ti —Golpee su hombro haciéndolo reír—. Tomemos las fotos, aunque me gustaría una sesión nudista tuya.
—Pervertido —hablé pausadamente haciéndolo reír.
Honestamente si insistencia en el tema me hacia considerar si es que de verdad solo bromeaba o de verdad quería tener intimidad conmigo. Además ni siquiera me había terminado de desarrollar.
Richie ingreso un par de monedas y después me miró sonriendo dulcemente así que voltee los ojos y solté una risa por eso.
Antes de que la primera foto se tomará me tomo de la mandíbula apretando mis mejillas para besar una al momento en que la foto se tomó. Para la segunda le quité los lentes y me los coloqué cerrando los ojos porque seguramente su aumento me dejaría mareada, rodee sus hombros colocando una mano en los lentes mientras sonreía. En la tercera le devolví los lentes y lo abracé por el cuello haciéndolo sonreír y me colocará una mano haciéndome subir la cabeza para mirarlo a los ojos en el momento en que la foto se tomó para después juntar nuestros labios en un beso lento y rítmico; la última foto se tomó pero nosotros estábamos muy ocupados besándonos mutuamente.
Nos separamos sonriendo y Richie dejó un beso en mi frente para después ambos salir de la cabina y tomar las dos tiras de fotos.
—Te ves muy bien sin lentes —aseguré y él me miró acomodando su cabello lo que me hizo reír—. Algo que tu dirías, me calienta verte así.
—¿Y que nos impide bajarnos la calentura preciosa? —preguntó colocando una mano en mi cintura—. Nos conseguimos una caja de condones y lo hacemos hasta que dejes de sentir las piernas.
—Nos lo impide que a mi no me gusten las cicatrices que tengo y no voy a dejar que las veas hasta que yo misma las acepte —respondí y él asintió para después dejar un beso en mi frente.
—De acuerdo preciosa —asintió tomando mi mano—. Sigamos con el camino.
Asentí y los dos seguimos caminando mientras en ocasiones Richie dejaba un beso en mi mejilla haciéndome sonreír por eso.
Caminábamos y yo no me podía creer que de verdad el pueblo no fuera tan pequeño como creía, ya nos habíamos comprado una botella de agua por el calor que estaba haciendo.
Richie me había mostrado una estación de autobuses y me propuso escaparnos algo que obviamente rechacé porque no quería tener problemas con mi tía por irme sin avisar. También me mostró un entero de actividades y me contó que una vez que fue allí con los demás empujó a Eddie a la piscina e hizo que se resfriara al estar en invierno.
Honestamente ya estaba cansada de tanto camine los pies me dolían y sentía que ya no iba a aguantar hasta llegar a la casa, además estaba sudando cosa que detestaba.
—¿Podemos descansar? —pregunté dándole un largo trago a la botella—. Estoy muy cansada.
—Ven —Me tomó de una mano y me quito la bolsa de la otra para el llevarla. Pasó mis brazos por sus hombros y después me cargó de los glúteos sin detenerse.
—¿Seguro de querer llevarme así? —cuestioné porque si era honesta no es como que pesara veinte kilos, y los brazos de Richie eran delgados.
—Sí, tranquila Jan —habló enano un beso en mi brazo así que sonreí recostandome en mi brazo
Comencé a quedarme dormida sobre mi brazo, pero procuraba mantenerme despierta para no quedar como peso muerto y que Richie tuviera que hacer más fuerza para cargarme. Mis parpados pesaron cada vez más hasta que finalmente caí profundamente dormida.
『 °*• ❀ •*°』
Cuando desperté me di cuenta de que estaba en la habitación de Richie lo que me hizo sonreír, ¿De verdad prefirió traerme para dejarme dormir en lugar de despertarme para acompañarme hasta la casa?
—¿Pudiste dormir? —Observé hacia la puerta viendo a Richie entrando en la habitación y asentí sentándome en su cama.
—Sí. Dormí bien —respondí sonriendo mientras el se sentaba frente a mí. Noté qué me había arropado con una cobija—. ¿Por qué me trajiste hasta tu casa?
—Porque no podía llegar a tu casa a decir ''Hey Bill, sé que no me quieres ver ni en pintura, pero estaba con tu prima y de regreso se quedo dormida ¿Puedo llevarla a su habitación?''—respondió haciéndome reír por eso.
—Entiendo —respondo sonriendo y después me froté un ojo mientras bostezaba.
—¿Y tus padres? —me animé a preguntar.
—Salieron unos tres días de Derry por trabajo. Por suerte Verónica estaba aquí y me abrió la puerta sin hacer preguntas —informó pasando una mano por mi mejilla.
—Debes comer, vamos para que almuerces —habló tomándome de la mano haciéndome levantar para luego ambos bajar hacia la cocina.
Al llegar Richie me sirvió un plato de espaguetis con salsa de tómate junto con un vaso de jugo de maracuya.
—No sé porque Verónica ahora solo prepara comida sin carne —se quejó y mientras me entregaba el plato y se sentaba frente a mí—. Creo que se quiere volver vegana o qué sé yo.
—No me molesta en lo absoluto —Comencé a comer y abrí los ojos, estaba delicioso.
—¿Por qué? —cuestionó y lo miré mientras comía para después tragar la comida—. Yo hice una especie de rabieta para que comprara carne.
—Porque soy vegetariana —informé sin mar de comer—. No como carne.
—¿Cómo puedes vivir sin comer carne? —cuestionó haciéndome reír.
—No me gusta. La única carne que me gusta es la de tus labios —hablé viendo como su rostro se puso de color rojo lo que me hizo sonreír.
Él apartó la mirada rascándose el cuello con nerviosismo lo que me hizo sonreír. No dijo nada más en lo que terminé de comer y dejé mi plato en el lavabo, lo había puesto nervioso.
—¿Qué tienes? —le pregunté al verlo rascarse el cuello y sonreí abrazándolo por la espalda—. ¿El gato se te comió la lengua?
—¿Y si mejor me la comes tú? —propuso levantándose para subir sus manos a mis mejillas para acercarse lentamente a mí.
—Hola Tn —saludó Verónica y Richie se apartó de mí inmediatamente—. ¿Él cabeza hueca de mi hermano te dejó dormir?
—Claro que la deje dormir —se defendió Richie haciéndome reír—. Y prefiere que le digan Janice.
—No te estoy hablando a ti Richard. Hablo con Janice —respondió pero si corrigió su forma de llamarme. Asentí en respuesta a la pregunta—. ¿Qué estaban haciendo para que estuvieran excesivamente cerca?
—Le iba a meter la lengua a la garganta pero tú llegaste —respondió Richie y lo miré mal por eso
—¡Richie! —lo regañé por su imprudencia y el soltó una risa por eso.
—Entonces... ¿Se iban a besar? —preguntó sonriendo emocionada y después separó los labios dejándome confundida—. No, se iban a besar y yo los interrumpí.
—No, en teoría —hablé y luego apreté los labios.
—Ya me le he comido varias veces —Miré a Richie con los ojos abiertos y Verónica abrió la boca.
—¿Entonces ya son novios? No eso sería muy deprisa, pero por fin se besaron —celebró ella—. Aunque no me gusta como te refieres a ella.
—Pero es la verdad —aseguró Richie y lo miré entornando los ojos. Ella chasqueó los dedos y señaló a Richie.
—¿Qué? —preguntó cruzando los brazos.
—Donde la llegues a lastimar te rompo la nariz y de paso los lentes —amenazó señalándolo con su índice por lo que solté una risa.
—No le voy a hacer nada –aseguró Richie abrazándome de lado y después dejó un beso en mi mejilla—. ¿Verdad Jan?
Solté una risa por eso y después miré a Verónica que nos veía enternecida y con los ojos casi cerrados por su sonrisa.
—Intenten mantenerlo en secreto de nuestros padres —habló ella soltando un suspiró—. Yo no diré nada así que pueden estar tranquilos. Lo que sí haré es estar pegada a ustedes.
—No me digas que vas a hacernos mal tercio —se quejó Richie y ella asintió sonriendo lo que lo hizo bufar—. No necesitamos niñera.
—Cállate —ordenó Verónica haciéndome reir—. Van a cargar con mi mal tercio hasta que cumplan quince años los dos. Después voy a darles un poco más de privacidad.
—¿Ok? —respondí confundida y después miré la hora en el reloj que tenían en la entrada a la cocina—. Tengo que irme.
—Te acompaño —ofreció Richie inmediatamente haciéndome sonreír.
—No, no es necesario —aseguré de inmediato pasándole una mano por la mejilla—. Nos vemos mañana ¿Sí?
—De acuerdo. ¿Te vas a llevar tu mochila? —Asentí cuando lo mencionó porque honestamente no me acordaba—. Ven.
Lo seguí a la salida de la cocina luego de despedirme de Verónica y después subimos las escaleras. Volvimos a entrar en su habitación y el sacó mi mochila de su armario.
—Ya guardé tus cosas en la mochila ¿Sí? —Asentí y él colocó sus manos en mis mejillas juntando muestras frentes.
—Gracias —hablé y después nuestros labios algunos segundos—. Adiós Richie —me despedí para después separarme algunos centímetros.
—Adiós Janice —Se despidió pasando una mano por mi cabello haciéndome sonreír.
Salí de su habitación y bajé para irme. Tomé aire comenzando a caminar de regreso a la casa mientras tarareaba una canción de Queen.
『 °*• ❀ •*°』
Al llegar a la casa subí sigilosamente hacia mi habitación para ahorrarme interrogatorios por parte de Bill.
Me descolgué la mochila y la dejé sobre la cama para después abrirla y notar que Richie me había guardado una de sus camisas hawaianas lo que me hizo sonreír, la tomé entre mis manos y un trozo de papel cayó de entre esta.
Lo recogí para después leer lo que decía:
Para que te acuerdes aún más de mí cuando no esté contigo.
(Ya tienes algo de mí para pensar cuando te masturbes)
- Richie.
Solté una risa por su posdata, jamás en la vida había intentado siquiera meterme la mano.
Saqué la bolsa que tenía todo lo que me había comprado y comencé a sacarlo viendo una caja de lápices, otra de colores, un carboncillo, algunas gomas de borrar e incluso una bitácora de dibujos. De verdad Richie Tozier era único.
Sonreí al recordar todo lo que Richie me había mostrado y el gran día que habíamos pasado juntos. Fue divertido conocer Derry más haya de lo que siempre veía, tal vez lo único malo de este pueblo era Eso.