Relatos Eróticos

By unputo15

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¡¡¡Primera Comisión!!!

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By unputo15

 Como dos Gotas de Agua 

Escalo la fachada del castillo con dificultad, la lluvia la hacía resbalarse, las manos le dolían por el frio gélido de la noche y la respiración salía pesada de sus finos labios carmesíes. Mas el objetivo era puro, una mujer en su alcoba, esperando su llegada una noche más para retozar entre el frenesí y el éxtasis de sucumbir al placer carnal del sexo que solo la otra persona le podía dar.

El pensamiento profundo cruzo su mente: "¿Y si aquella noche ella no estaba esperando su llegada?". Elimino de nuevo aquel pensamiento triste y alargo su mano hasta la baranda de piedra de la gran ventana por la que siempre entraba y cuando se puso de pie sobre esta, dejo caer su peso contra el cristal empapado, tocando con la punta de sus fríos dedos el cristal, aguardando su llegada y la abertura de la ventana.

Pasaron unos instantes hasta que vio una figura acercarse tras las cortinas de seda blanca y cuando la ventana se abrió la extraña figura descorrió la cortina. Piel morada, ojos violetas, cabello albino, labios finos y blancos como la luna, manos pequeñas, nariz fina y elegante, orejas puntiagudas sin ninguna herida. Una hermosa drow estaba frente a la figura escaladora, desnuda, con el fruto de la excitación recorriendo sus gruesos y frágiles muslos, mas similares a una estatua de mármol que a un ser vivo.

—Aguardaba tu venida con ansias— dijo la drow mientras se apartaba hacia un lado.

La figura finalmente entro a la habitación, se despojo de su túnica y la dejo tirada en el suelo. Piel morada, ojos negros, cabello azabache, labios finos con una cicatriz en las comisuras y carmesíes como la sangre, manos gruesas y vendadas, nariz fina con una herida en el tabique, orejas cortadas en las puntas. Una vasta drow, con una cicatriz atravesando su rostro se encontraba frente a la hermosa dama, mirándola en silencio, mientras el agua recorría sus cabellos dejando caer gotas de agua al suelo. Encurtida en una armadura de cuero y con una daga al cinto la escaladora se giro y cerro la ventana, en el mayor silencio posible.

Una vez cerrada noto unos brazos abrazándola por la espalda con amor, rodeando su cintura como si en vez de una bestia fuera una mujer. Noto la respiración de la primera en su nuca y se estremeció ligeramente, no estaba acostumbrada a ser tratada con tanto amor.

—Di mi nombre—suplico depositando está un beso en su nuca.

—Caara— contesto mientras se llevaba la mano a la cintura y se despojaba de su daga envainada.

Al oír como la vasta drow decía su nombre la recién nombrada como Caara esbozo una ligera sonrisa y se separo de esta, dirigiéndose a la cama moviendo sus caderas con pomposidad, sabiendo que atraería la vista de la primera, dejando claro lo que quería en aquel momento tan intimo.

Logro su cometido, pues la drow se despojo de la parte superior de su armadura, dejando ver unas vendas cubriendo sus pechos, evitando que estos se salieran cuando llevara la armadura. Comenzó a desatarla con cuidado de no romperla, poco a poco, los pechos de esta iban cogiendo forma hasta convertirse en unos pechos bien formados con unos pezones adornado con unas pequeñas bolas de metal atravesándolos de lado a lado, símbolo claro de prostitución.

—Pensaba que esta noche no vendrías— dijo Caara mientras esta veía como la primera se despojaba de sus apretados pantalones de cuero, dejando ver una simple tela blanca cubriendo su sexo.

—Nunca te dejare sola— contestó.

Al oír esto, Caara esbozo una sonrisa mientras se tumbaba en su cama, una de sus manos se dirigió a sus pechos, mientras la otra, mas juguetona que la anterior se deslizo por el vientre de la drow, perdiéndose entre sus piernas a la par que un gemido lleno la habitación.

La gran drow se dejo de juegos y se dirigió a la cama mientras se despojaba de la tela de su entrepierna, dejando ver su sexo bien cuidado y con un poco de bello ascendiendo.

Con cuidado de no hacer ruido, la enorme drow se sentó en la cama y de un empujón con sus brazos logro colocarse, recostada, al lado de Caara, la cual continuaba dándose placer.

Cegada por aquella visión tan sensual y lujuriosa, la drow deslizo una de sus manos vendada por el vientre de Caara, y, al igual que ella, la llevo hasta su intimidad, encontrándose con la mano de esta obstruyendo el paso. Caara aparto su mano y la llevo a los labios de la joven, acariciando estos con los dedos que pocos segundos atrás habían estado dentro de ella.

—Sylv, hazme sentir mujer una noche mas— dijo Caara pronunciando finalmente el nombre de la otra drow.

Sin decir nada, Sylv abrió los labios e introdujo la punta de los dedos de Caara en su boca a la par que introducía sus dedos en el interior de esta, logrando arrancarle otro gemido, más débil que el primero, pero no por ello menos excitante para ambas. La lengua de Sylv bailo sobre los dedos húmedos de Caara, saboreando la dulzura de estos, como si hubieran estado dentro de una fruta madura perfecta para comer. Sylv noto una extraña sensación en la punta de sus dedos, una zona ligeramente más dura que el resto, cuando hizo un poco de presión en aquella peculiar zona Sylv pudo escuchar como Caara soltaba un gemido sofocado, pues se estaba tapando la boca con la mano libre.

—Espera...esa zona...es demasiado...— su voz no era más que un susurro opacado por el sonido de la lluvia y los truenos sonando a lo lejos.

Como de si por instinto se tratase, Sylv volvió a apretar aquella zona, pero esta vez mantuvo una ligera presión a la par que comenzaba una danza con sus dedos, logrando que la drow bajo ella comenzara a gemir y jadear sin control, apenas pudiendo contenerse de aquel placer tan intenso que aquellos dedos ásperos y magullados le proporcionaban.

Sylv deslizo su cuerpo sobre el de Caara, aun manteniendo el movimiento de sus dedos, pego sus pechos a los de ella, más pequeños pero no por ello menos atractivos. Un escalofrió recorrió a Caara cuando noto el frio de aquellas pequeñas bolas en sus pezones, frotándose de forma lasciva contra los de Sylv.

Con su mano libre, Sylv aparto el brazo de la boca de Caara y antes de que esta volviera a gemir sus labios se juntaron en un beso cálido y húmedo, sus lenguas se recorrieron mutuamente, disfrutando del sabor de la otra, la de Caara sabia a uvas mientras que la Sylv a cerveza, un sabor que mutuamente disfrutaban como si de un humano que bebe néctar de los dioses primera vez.

La presión de un pulgar sobre su clítoris fue lo que hizo que Caara alzara sus caderas de golpe y gimiera con fuerza contra los labios de su amante, la cual mantuvo la presión sobre su clítoris y aquella zona más dura, queriendo que su éxtasis durar más aún.

Cuando finalmente el clímax de Caara acabo y sus labios se separaron de los de Sylv se quedo tendida en la cama, respirando agitada ante la ola de sensaciones que acababa de recibir de golpe. Sylv la miraba fijamente, con unos ojos que parecían devorarla mientras lamia sus propios dedos, pudiendo ver un ligero brillo en estos. El rostro de Caara se sonrojo de golpe, aun se sentía ansiosa y con ganas de mas, por lo que, sacando fuerzas de la nada, agarro del pelo a Sylv y la obligo a llevar su cabeza hasta su vientre, dejando claro lo que quería que hiciera. Como si de una orden se tratase, Sylv deslizo su rostro hacia abajo hasta dejarla entre sus piernas.

Con sus dedos separo los labios superiores de la vagina de Caara y pegando su cara a esta introdujo su lengua en su intimidad, haciendo que Caara se retorciera bajo ella a la par que atrapaba la cabeza de Sylv entre sus piernas, impidiendo que la pudiera retirar de su sexo.

Su lengua recorrió todo el interior de aquella intimidad que se retorica a cada lamida y empujón que su lengua le daba, Sylv estaba impregnada del sabor de Caara, tan dulce y primitivo que hacía que todos sus sentidos se apagaran, cayendo en una espiral de deseo profundo e insaciable. Las manos de Sylv acariciaban continuamente el cuerpo de Caara en la totalidad que su extensión le permitía, llegando hasta sus pechos, los cuales amaso como si de harina se tratase solo para pellizcar los pezones de la pequeña drow, la cual soltó un jadeo seguido de un suspiro de satisfacción. Las manos de la recién mencionada fueron directamente al cabello de la mujer que la estaba haciendo delirar y como si una bestia hambrienta de sexo se tratase pego lo máximo que pudo su cabeza a su sexo a la par que un relámpago iluminaba el cielo nocturno, corriéndose con fuerza mientras un trueno resonó en la habitación, ocultando el grito de placer de Caara.

Sylv finalmente pudo separarse, la noche aun era joven y ella aun no había recibido su parte, pero sabía que Caara la complacería como se merecía, a fin de cuentas, eran como dos gotas de agua en un cristal, en algún punto se juntan para luego separarse por el viento o por llegar al final de la ventana.

Frase del Escritor al Lector

"Disfruta este bello relato y retuerce tu mente en lujuria y placer. Rompe el estigma de tu corazón y goza y disfruta el placer del cuerpo humano. Pues al final de la vida ya no habrá si no mas disfrute que el cálido abrazo del ataúd a tu lado"

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