El Príncipe Y La Bestia

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Atención, el siguiente relato es homosexual, si no te gusta este género o sientes incomodidad no lo leas, avisado quedas. También he omitido el uso de "~" para darle más profesionalidad.
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Los hombres bestias fueron perseguidos y asesinados en lo que se conoció como "La Gran Hambruna", ya que al ser simples animales a ojos de los humanos fueron usados como carne en los malos momentos, esto genero un descontento general tanto en bestias como en una minoría humana que quería convivir junto a las bestias, esto conllevó al asesinato del rey y de su hijo, dejando el trono vacío, el cual fue ocupado por una pareja de una humana y una bestia, luego de esta acción todo el mundo se relajó, pero el odio seguía vigente, sobre todo en las bestias que habían perdido familiares por culpa de los arrogantes humanos, los nuevos reyes dieron un pequeño incentivo a las bestias huérfanas para que pudieran sobrevivir, algunos consiguieron una vida digna y sin problemas, mientras que otros, aun odiando a los humanos se perdieron en los bosques y montañas para que nadie los viera más, y si alguien entraba en sí territorio entonces no dejarían evidencias de que un humano había estado allí, pero no solo fueron las bestias las que se opusieron a este nuevo mandato real, si no que algunos humanos también se desperdigaron por los bosques y montañas para matar  a las bestias a las que consideraban seres inferiores por su aspecto y costumbres, el sueño que los ancestros de ambos pueblos habían tenido no se habría cumplido hasta que se consiguiera una unión perfecta y armónica entre ambos pueblos, los nuevos reyes dictaron un edicto para intentar atraer a más bestias y humanos de los bosques y montañas, el mandato consistía en que ambas especies gozaban de los mismos derechos, también se permitió la unión de bestias y humanos por matrimonio, el mestizaje paso de ser algo ilegal a estar permitido en todos los rincones del reino, el efecto deseado sucedió y algunas bestias y humanos volvieron a las ciudades para retomar una vida que creían perdida, pero aun así había aun bestias y humanos que eran reacios a la unión de sus especies, las bestias aun guardaban una pizca de resentimiento hacia los humanos, en el fondo de sus almas aun había odio, pero si la ley era igual para todos ahora podrían defenderse al menos, y eso era un paso en el camino correcto en el camino que era la reunificación del reino recién renovado.

Luego de un tiempo, el rey y la reina tuvieron su primer hijo al que bautizaron con el nombre de Kalidia, era un joven totalmente humano, pero con la sangre de una bestia, tenía las bondades de sus padres, el rostro bondadoso de su madre y el sentido del honor de su padre, todos estos rasgos hacían que los sirvientes del palacio quisieran ayudar al joven en lo que pudieran para que no le pasara nada. Un dia como cualquier otro la reina estaba paseando junto a su sequito por los alrededores del castillo para ver la situacion de la gente de la ciudad y ver su situacion actual, luego de acabar su paseo volvio al castillo y justo a la entrada de esta vio una pequeña cesta de mimbre, su curiosidad pudo con ella y se acerco a la cesta pese a las advertencias de sus guardaespaldas.

Cuando la reina vio lo que había en la cesta no pudo contener la alegría la levanto en brazos llena de alegría, pues dentro de la cesta había un bebe, pero no un bebe cualquiera, era una preciosa cabra negra, por su apariencia había nacido hacia relativamente poco, la reina llena de alegría decidió adoptar a la pequeña bestia para criarla como su segundo hijo, pero el rey puso objeciones ya que no sabían e quien era el niño y que quizá solo lo habían dejado allí por un momento, pero la reina le aseguro que si el niño era e alguien no lo habrían dejado allí, y sin poder decir nada más, el rey acepto adoptar a aquella pequeña cabra, para que su hijo tuviera un amigo con el que jugar.

El tiempo paso y con el crecieron los dos pequeños, Kalidia y Aliez, el nombre del hijo adoptivo de los reyes, hasta convertirse en unos jóvenes en pleno derecho, Kalidia estaba centrado en sus labores como príncipe y heredero del reino de sus padres, mientras tanto Aliez se adentró en el mundo de los consejeros, ya que como le estuvieron diciendo durante toda su vida en algún momento él se convertiría en el consejero del príncipe para poder brindar la paz entre los demás reinos que recorrían toda la tierra que había en el mundo.
Y aquí es donde empieza nuestra bella historia, sobre el amor entre una bestia y su amo:

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