300 Pasos

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La siguiente historia fue solicitada por mi primo Javier, los personajes son suyos, yo solo he escrito la historia que el me pidió lo mejor que pude. Aviso, el siguiente relato contiene contenido homosexual, si no te gusta este tipo de relato no lo leas, y gracias.
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Trescientos pasos hasta subir las escaleras, dos giros de llave para abrir la puerta, un ligero y empujón y la puerta se abrió ligeramente. Detrás de esta estaba Javi, un joven chico de 25 años, en sus manos llevaba una bolsa de plástico blanca, habría preferido una de cartón, pero en el supermercado no tenían así que no le había quedado de otra, era eso o cargar con la compra durante novecientos metros de separación entre su piso y el supermercado, aunque no tiraría la bolsa sin más, la aprovecharía como bolsa de basura.

-¡Ya estoy en casa!- dijo en voz alta para que Juanjo, su novio, lo escuchara.

Cuando Javi entro a la cocina escucho unos pasos detrás suya y al darse la vuelta se fijó en que su novio, Juanjo había entrado tras de él.

-Hola cielo- dijo Juanjo sonriendo mostrando su dentadura.
-Hola amor, ¿me ayudas con esto por favor?- pregunto Javi refiriéndose a la compra.

Sin decir nada, Juanjo agarro las bolsas como si nada y las coloco sobre la encimera de la cocina, Javi aprovecho para quitarse la mascarilla y guardársela en el bolsillo del pantalón, para acto seguido sacar unas cuantas cosas de las bolsas, en las que destacaba una pizza de horno y una botella de refresco.

-¿Qué te parece si esta noche no cocinamos y nos tomamos una pizza mientras vemos una película?- pregunto Javi sonriendo mientras le mostraba la pizza a Juanjo, el cual sonrió aún más, a veces parecía un niño chico, aunque Javi estaba feliz si él lo estaba.

Luego de unos minutos toda la compra estaba desinfectada y ordenada en su respectivo sitio, Javi y Juanjo estaban sentados en la mesa de la cocina para tener su charla diaria sobre como había ido su día, ya que ambos no se veían en todo el día y por la noche era el único momento que tenían para hablar, así que lo aprovechaban para hablar de cualquier cosa, daba igual si era de lo que habían comido para el almuerzo com de si hablaban sobre algo que hubieran visto, con tal de que pudieran hablar ambos estaban bien.

-¿Y bien, que tal tu día?- pregunto primero Javi.
-Bueno...más o menos me ha ido bien...creo- dijo Juanjo bastante serio, parecía triste incluso
-¿En serio?, te noto raro- dijo Javi preocupado poniendo su mano sobre la mano de Juanjo, el cual desvió la mirada a otro sitio.

Hubo unos segundos de silencio, hasta que finalmente volvió a mirar a Javi.

-Unos chicos del trabajo me han dicho que quizá debería irme a otro sitio a trabajar- explico Juanjo -Y también me han dicho que la gente ''especial'' debería trabajar en sitios de su categoría- añadió Juanjo bastante apenado.
-¿Te han dicho algo más?- pregunto Javi preocupado.

Juanjo negó con la cabeza, Javi sabía que a lo largo de su vida, Juanjo había sufrido mucho bullying por padecer síndrome de Down, aunque según le había contado, había tenido a gente que lo había ayudado a sentirse mejor consigo mismo y con cómo era, aunque en el fondo había veces que se deprimía si alguien le llegaba a decir algo malo respecto a su enfermedad, Javi no lo tomaba como algo malo, para él no existía una condición física o mental, para él todas las personas podían hacer lo que quisieran si se lo proponían, un consejo que el mismo había aplicado para lograr su objetivo de ser auxiliar judicial, el trabajo con el cual había podido ayudar a mucha gente, aunque ellos no lo supieran.

-Escúchame Juanjo, mira, si alguien te dice algo malo no debes ponerte triste, tú has llegado a donde querías y es decisión tuya llegar más arriba o no, aunque haya gente que te insulte siempre va a ver gente que te apoye, yo mismo pase por eso- dijo Javi.
-¿En serio?- pregunto Juanjo intrigado.
-Si, veras, como sabes, yo tengo TEA- explico Javi
-¿Me puedes recordar que era?- pregunto Juanjo sonriendo nervioso
-No suelo decirlo de esta forma, pero, soy autista.- dijo Javi sin pelos en la lengua

Juanjo se mantuvo en silencio, no tenía nada que decir al respecto.

-La cosa es que hace dos años, antes de conocernos, estaba con mi primo tomando algo en un bar, yo había logrado tener mi título de auxilio judicial y quería celebrarlo así que lo invite a salir, estuvimos un rato hablando hasta que un tipo me golpeo sin querer, no pude contenerme y le dije que me pidiera perdón al menos, el tipo se puso muy serio de golpe y su mirada parecía que iba a matarme, mi primo se puso en medio e intento tranquilizar al tipo, pero el tipo solo se enfadó más y nos llamó a los dos ''maricones'', no me hizo mucha gracia la verdad, el tipo nos insultó un rato más y mi primo no pudo evitarlo y lo agarró del cuello de su camiseta y lo pego contra la pared, ambos acabaron peleando y la policía vino, luego de unos días mi primo fue a prisión dos meses debido a la pelea, aunque con mi testimonio mi primo fue a una prisión de mínima seguridad, él estaba sonriendo todo el rato, incluso si iba a prisión me dijo que si con tal de darle su merecido a un idiota estaría un año entero, perdió su empleo y aun así no le dio importancia.- conto Javi, estaba bastante sorprendido de haberle contado aquella historia su pareja, nunca se la había contado a nadie aunque su primo no le había dicho que no pasaba nada.
-¿En serio, que paso después de aquello?- pregunto curioso Juanjo.
-Cuando salió fuimos al mismo bar y la camarera nos invitó a una copa por la valentía de mi primo, luego de eso no volvimos a hablar del tema-
-¿Entonces esta historia significa que...?-
-Que siempre habrá alguien que te apoye y haga lo que sea por ti, incluso si eso conlleva ir a prisión y perder su trabajo-
-Muchas gracias cielo- dijo Juanjo
-De nada amor, vamos a poner la pizza y mientras nos damos una ducha, ¿vale?-
-¡Si!- dijo Juanjo animado.

Las cosas se habían salido un poco de lugar al final del trayecto, como ambos habían acordado, habían puesto la pizza a calentar en el horno, luego de eso Juanjo había preparado la ropa para ambos, o más bien, sus pijamas de ver películas por la noche, ambos habían entrado al baño y conforme se iban desnudando el calor en sus cuerpos aumentaba, por alguna razón, el que Javi se hubiera sincerado había dejado cae un peso pesado al suelo y ahora Juanjo estaba más tranquilo y más confiado, quizá Javi había logrado hacerlo más seguro, pero bueno, que me voy del tema, lo que paso es que cuando ambos estaban desnudos no pudieron resistirse a mirarse mutuamente el cuerpo, Juanjo era un chico bajito, bastante fuerte, su piel era totalmente de color café y tenía bastante carne, aunque no era un problema muy grande, el problema grande era el miembro de Juanjo, aunque bueno, como un sabio dijo una vez: ''El tamaño no es problema si se tiene buena mandíbula'', aunque eso lo dijo el primo de Javi una vez que estaba bastante pedo.

Antes de que ninguno de los dos dijera nada se fundieron en un largo y lento beso, aunque luego de unos minutos se tuvieron que separar para no quedarse sin aire. Pero aún quedaba mucho juego por delante y sin que ninguno de los dos dijera nada Juanjo se puso de espaldas a Javi pegado a la pared de la ducha dejando pleno acceso a su trasero. Javi sonrió de forma leve y agarro el bote de gel que tenía al lado y separando la nalga derecha de Juanjo vertió una gota de gel en el ano de Javi para lubricarlo, aunque, antes de meter su miembro, Javi se tomó un momento para esparcir bien el lubricante, para lo cual, introdujo su dedo índice en el ano de Juanjo y este le contesto con un suave jadeo apenas audible por culpa del agua que caía sobre los cuerpos de ambos.

-¿Estas bien?- pregunto Javi preocupado.

Pero Juanjo no contesto, solo hizo un pequeño gesto con la cabeza afirmando y luego cerro los ojos con fuerza jadeando a cada movimiento del dedo de Javi.

Cuando Juanjo ya estuvo lo suficientemente dilatado Javi se colocó detrás suya y separando su nalga derecha coloco la punta de su miembro erecto en la entrada del ano de Juanjo el cual soltó un jadeo apenas audible por el ruido del agua. Luego de unos segundos y de un ligero empujón introdujo la punta de su miembro en el ano de Juanjo haciendo que este soltara un gemido que hizo que Javi supiera que debía continuar y sin esperar que Juanjo dijera nada introdujo su miembro hasta la mitad del tronco, había llegado hasta lo máximo que podía introducir sin hacerle daño a Juanjo y con lentos movimientos, Javi, empezó a mover sus caderas adelante y atrás dándole suaves embestidas a las cuales Juanjo respondía con gemidos, a veces fuertes y a veces suaves, pero nunca en silencio.

-Mas, más por favor- gimió Juanjo y Javi soltó un jadeo cuando sin querer metió más de la cuenta su miembro haciendo que Juanjo soltara un pequeño grito.
-¡Perdón, ¿estás bien?!- pregunto Javi preocupado.
-Si...si, solo me he sorprendido, sigue por favor, no pares- suplico Juanjo mirando a Javi.

Javi vio como en los ojos de Juanjo había una pequeña chispa de lujuria y sin querer decepcionarlo volvió a embestirlo, aunque esta vez un poco más fuerte, eso sí, sin sobrepasarse, Javi era un chico que disfrutaba el sexo lento y con amor, no le gustaba hacerlo muy fuerte, principalmente porque podría hacerle daño.

Para que Juanjo no pensara tanto en el dolor que seguramente sentiría al haber llegado más lejos que otras veces Javi decidido agarrar con suavidad el miembro de Juanjo y empezar a masturbarlo lentamente adelante y atrás, Javi noto como pronto llegaría a su propio éxtasis así que con unas ultimas estocadas se corrió dentro de Juanjo el cual hizo lo mismo ante la sensación de sentirse lleno y se corrió sobre la pared de la ducha con un fuerte gemido el cual se quedó ahogado en el baño.

Cuando ambos finalmente recuperaron la compostura Juanjo se puso en pie lo mejor que pudo apoyándose en la pared con las piernas aun temblando y mirando de reojo a Javi sonriendo.

-Creo que estamos listo para comernos la pizza- dijo riéndose.

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