El amor del Zar

By AngieRosas058

975K 72.9K 18.1K

Secretos. Traiciones. Odio. Venganza. Poder. Una guerra. Rencores y viejos amores del pasado. Una Reina. Un Z... More

Prólogo
Personajes
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Capítulo 70
Capítulo 71
Capítulo 72
Capítulo 73
Capítulo 74
Capítulo 75
Epílogo
Agradecimientos
Escena extra: "Un muerto entre las sombras."

Capítulo 27

11K 921 150
By AngieRosas058

Valentina

Veo como los ojos de Xander se cierran en el momento que cae en la inconsciencia por la pérdida de sangre, Yerik maldice por lo bajo mientras yo siento que la preocupación me carcome todo el sistema al ver que la sangre no deja de salir.

Remy regresa no mucho después, niega en señal de que Darío, aprovechó la oportunidad de todo el escándalo por la bala para huir a sus malditas anchas.

Ya verá ese hijo de perra cuando lo encuentre.

—Necesitamos salir de aquí. Ahora— ordeno— la policía no tardará en llegar y lo que menos necesitamos es estar en el ojo público por culpa de una bala—

—Reina...—

—Ahora dije— siseo con gelidez, miro a Remy— busca un médico pero rápido y que nos espere en la habitación de Xander, si no está para cuando nosotros lleguemos. Vas a lamentarlo Remy—

—Entendido, Reina—

Inclina su cabeza para marcharse, pasando por un lado de Aslan quien se mantiene una distancia prudente de nosotros, la preocupación tiñe sus ojos azules al ver a su hermano en el piso desangrándose.

—Aslan, lleva a tu hermano y a Bruno de regreso al hotel. Los alcanzaremos allá—

—Está hecho— respondo— ¿Necesitas ayuda para moverlo? Xander es pesado—

—Nada con lo que haya lidiado ya— niego— pero si quieres, está bien. ¿Yerik?—

El hombre asiente en nuestra dirección, dándonos el visto bueno para comenzar a movernos y tomo su radio para hablar con los demás guardias.

—Quiero a cinco hombres que nos den cobertura. El Zar ha sido herido y necesitamos salir de aquí de forma rápida y segura, preparen la camioneta— ordeno.

Entendido, Reina

De inmediato varios de nuestros hombres llegan en el momento en que Aslan y Yerik toman a Xander, para alzarlos e irnos del lugar, uno de los guardias me alerta.

—Reina, la policía está cerca—

—Muy bien. ¡Muevanse todos ya!—

Con el paso más rápido que podemos avanzar con mi ex marido herido, logramos atravesar la barrera de gente que corre por todos lados en busca de un refugio de las balas, aunque los disparos han cesado hasta que finalmente, salimos del lugar y uno de los hombres abre la puerta trasera de la camioneta donde colocamos a Xander con cuidado.

Me monto en la parte trasera mientras que Aslan y Yerik, toman los asientos delanteros para arrancar a toda velocidad por las calles en dirección al hotel.

Coloco la cabeza de Xander nuevamente en mis piernas, acaricio su cabello suavemente mientras la palidez de su rostro aumenta por la pérdida de sangre y siento como la preocupación opaca la furia fría del momento.

Me inclino ligeramente para depositar un beso en su frente, cierro los ojos un momento suspirando por lo bajo antes de murmurar.

—Estarás bien, cucciolo—

Tienes que estarlo.

Suspiro mientras salgo del baño después de darme un ducha y cambiarme de ropa mientras estaba en la espera de que el médico nos dijera algo acerca de la salud de Xander. Habíamos logrado volver en buen tiempo antes de que las cosas estuvieran peor con su salud, cuando llegamos al piso Remy ya nos esperaba con un médico para extraer la bala.

Camino en dirección a la puerta conjunta que conecta la suite de Xander con la mía, cuando entro veo que todos los ojos están puestos sobre mí, pero los ignoro hasta acercarme hasta Aslan que se encontraba en la isla de la pequeña cocina mientras bebía un vaso de vodka, se lo quito para acabármelo yo.

—¿Alguna novedad?—

Bruno y Atlas niegan con una expresión sombría, ambos se encontraban en un sofá con varios vasos de agua para bajar su estado de embriaguez, lucían más sobrios ahora. Lleno de nuevo el vaso con vodka, para tomarlo de un solo trago.

Estoy a punto de decir algo, pero Yerik y Remy entran en la pequeña sala de estar y me sorprendo al ver a Manuel Vital detrás de ellos, me acerco rápidamente estrechando la mano que me ofrece. Mis sombras se retiran para darnos espacio.

—Señor Vital—

—Señorita Marchetti— inclina su cabeza— escuché lo ocurrido esta noche, quise venir personalmente para ver si todos se encontraban bien—

Miro hacia la puerta de la habitación de Xander, donde se encontraba el médico extrayendo la bala de su vientre, suspiro con preocupación antes de volver a mirar a Manuel.

—Podría ser peor— respondo— me sorprende verlo por aquí—

—Bueno da la casualidad que, Oasis, es el club de mi esposa. Por ella fue quien me enteré lo sucedido, ¿sabe quien ha sido?—

—Sí. Darío Greco— afirmo— abordó a Xander en el baño, lucharon hasta que...— miro de nuevo la puerta— ya se imaginará el resto—

—Lo hago, tenía la sospecha de que serían ellos— niega— ya tengo a mi gente buscándolos, serán vetados de España. Tendrán prohibida la entrada a cualquiera de mis territorios—

—Eso sería de mucha ayuda. Gracias—

—¿Tienen alguna novedad acerca del Zar?—

Niego

—Siguen extrayendo la bala. Perdió mucha sangre y durante la pelea, Darío lo golpeó en la cabeza—

—Se pondrá bien, señorita Marchetti. Tenga fe—

—La fe es desconocida para nuestro mundo, señor Vital—

—Aunque no hace daño, creerla de vez en cuando, señorita Marchetti. ¿Le molesta si me quedo hasta tener noticias?—

—¿No tendrá problemas con su esposa?— inquiero con cierta sorpresa— no quiero generarle problemas—

Manuel Vital niega con una pequeña sonrisa divertida y antes de que pueda decir otra cosa, veo como Remy y Yerik vuelven hacia a la sala de estar con una mujer detrás de ellos que nos mira con curiosidad, hasta que sus ojos se encuentran con la figura del hombre a mi frente, coloca sus manos en sus caderas marcando su enorme vientre.

—Eres el peor que esposo que existe en España, Manuel Vital—

Ante la voz de la mujer, el señor Vital se gira con una pequeña sonrisa para observar detrás de él, niega divertido al verla.

—Ya se me hacía raro que no me hicieras uno de tus dramas, preciosa— arquea una ceja— ¿Ya quieres darme el divorcio? Sí es así, te informo quien será mi nueva esposa—

—Eres un idiota, ya ni por que tengo a tu mini garza en mi vientre— señala divertida, sonrío por lo bajo. Me mira— hagas lo que hagas, no dejes que te meta el pene en la vagina. Es más rápido que flash, para dejarte preñada como vaca—

Sin poder evitarlo, la mujer logra sacarme una pequeña risa baja ante su humor, aligerando parte de mis preocupaciones. El señor Vital rueda los ojos antes de suspirar dramáticamente, niega con falsa resignación.

—Por la santa muerte, ¿que hice para casarme con esta mujer?—

—Amarme y preñarme, estúpido— responde ella, me mira de nuevo— cierto, no me he presentado. Lo lamento, las hormonas me la juegan mal a veces—

—¿A veces?— bufa el señor Vital en tono jocoso— permíteme dudar—

La mujer ignora al hombre que es su esposo, para acercarse a mí extiendo una mano y se la estrecho suavemente, sonríe.

—Debe ser la señorita Marchetti—

Asiento, ella sonríe más.

—Un gusto, Ambrosia Vital—

Arqueo una ceja con cierta intriga ante el nombre, ella parece comprenderlo por qué se ríe.

—Lo sé, nombre un poco raro pero hay que admitir que es orginal—

—Es intrigante y algo curioso, nunca lo había escuchado— concuerdo— el placer es mío, Valentina Marchetti—

—La famosa Reina del Alboroto de la Bratva que a su vez, la Dama de Hielo en Calabria—

—Veo que me conoce— afirmo.

—¡Por dios sí!— exclama con emoción— eres el furor entre las mujeres de la mafia, en serio. Muchas te envidian, pero yo te admiro—

—Ambrosia...—

—Cállate, garza preñadora— espeta hacia su marido, río por lo bajo— ¿Que no ves que estoy conociendo a mi ídola? Así que cállate y si no quieres dormir afuera, lejos de la mini garza—

Manuel Vital lleva una mano a su rostro, pone los ojos en blanco una vez más para negar.

—No puedes dormir sin mí, Ambrosia—

—Claro que puedo, ¿como de que no eh?—

—La mini garza, no te deja dormir en las noches si no estoy contigo, mujer terca—

—Sí, sí como sea— lo ignora para volver a observarme, sonríe— dios, estoy emocionada de conocerte—

—Normalmente a la gente no le gusta conocerme, pero...—

—Desde que Manuel me dijo que los rusos vendrían a buscar negocios con él, le dije que no podría permitir que se fueran sin que yo te conociera—

—Eso...—

—Lo sé. Lo sé, estoy medio loca por conocer a la mujer más importante de toda la mafia. Pero en serio, te admiro. La forma en como manejas las cosas es increíble—

—Yo...— no sé qué decir— gracias, ¿creo? Y lamento, lo que pasó con su club, prometo pagar los daños—

—Ah, no te preocupes, chica— responde sin importancia— me preocupaba que alguien saliera herido, lastima que fue tu marido—

Mis cejas se arquean con cierta sorpresa y sin poder evitarlo, una risa baja sale de mis labios niego varias veces.

—Él no...—

—Ambrosia, deja de ser tan metiche, garza mayor— agrega su esposo, interrumpiendo mi aclaración— vas a hacer que se arrepienta de firmar conmigo—

—¡Mejor! Que firme conmigo, yo si la quiero— responde ella como si nada— te recuerdo, que el negocio de las armas es mío, chiquito—

—Claro que lo sé, la bala que me diste en la pierna cuando me conociste me lo dijo todo— responde con cierta ironía.

—¿Ves? Es lindo que ya lo sepas, mi amor— besa su mejilla— y espero que para mañana, ya hayas vetados a esos perros italianos de mi amada España, Manuel—

—Te lo garantizo, preciosa. Sí se dan cuenta de la magnitud de la estupidez que hicieron ahora, probablemente ya no estén aquí—

—Eso espero— me mira— si no es mucha molestia, señorita Marchetti...—

—No es ninguna molestia— garantizo— y por favor, dígame Valentina o Val—

—Está bien, Valentina—

Acompaño a los señores Vital de regreso a la sala de estar donde los chicos se ponen de pie y se enderezan en sus lugares ante la llegada de quienes son nuestros nuevos socios, me tomo un momento para presentarlos.

—Ellos son Ambrosia y Manuel Vital, dueños de la Garza Negra y nuestros nuevos socios— señalo a los gemelos— ellos son Aslan y Atlas Novikov dueños de la mafia "Infierno Negro" en Siberia y hermanos de Xander—

Atlas es el primero en estrechar la mano de ambos, inclina su cabeza en señal de respeto.

—Un gusto, Atlas Novikov—

Su gemelo lo sigue, estrechando su mano también.

—Aslan Novikov—

Señalo a Bruno, quien se encuentra un poco tenso y puedo comprender su miedo a que lo rechacen por llevar el apellido de su familia, estrecha ambas manos antes de responder.

—Bruno Greco—

Ambrosia, se queda un momento muda y lo mira con una ceja arqueada con cierta intriga, me mira. Asiento en dirección de Bruno.

—Está de nuestro lado, al parecer todos tenemos algo en común a la hora de unirnos a la Bratva. La traición de los nuestros—

—Ya lo creo...— responde, antes de sonreír— un gusto, chico. Ambrosia Vital—-

—El placer es mío— afirma Bruno— lamento si la incomodé, es que todavía no he tenido tiempo para...—

—Oh, no. No necesitas darme explicaciones, todos tenemos nuestras razones para hacer las cosas que hacemos— le guiña un ojo— así que, no te preocupes—

—Ah— responde Bruno antes de sonreír ligeramente— gracias—

—No es nada y acá entre nosotros. Estás en el lado correcto—

Pasan un par de horas y prontamente, el amanecer comienza a aparecer por Málaga. Suelto un suspiro de frustración al no tener noticias de Xander. A mi lado, Ambrosia coloca una mano en mi hombro.

—Verás que todo estará bien, Valentina—

—Quiero creer eso— respondo.

La miro un momento y mis ojos no pueden evitar desviarse hacia su vientre abultado, trago saliva con fuerza cuando me llega un recuerdo doloroso de años atrás, niego un momento para apartar las lágrimas que quieren salir de mis ojos.

No, no pienses eso.

Pueden haber pasado muchos años de aquello, pero sigue doliendo como la primera vez. Entonces, mis ojos se encuentran con un pequeño reloj y veo la fecha de abajo. Un dolor agudo me atraviesa el pecho al verla.

Falta poco.

—¿Estás bien?—

La voz de Ambrosia me saca de mis atormentados y dolorosos pensamientos, carraspeo un poco para recobrar un poco la compostura, sonrío ligeramente.

—Sí, estoy bien— respondo, miro de nuevo su vientre— ¿De cuánto estás?—

—Siete meses— afirma con una sonrisa, acariciandolo— esperamos una niña—

Me obligo a mi misma a seguir sonriendo y a esconder mis verdaderas emociones, fingiendo que verla así no me afecta en absoluto. Veo como hace una pequeña mueca para después reírse por lo bajo, acariciando su estómago.

—Nunca está quieta— murmura, me mira— préstame tu mano—

—Yo...este...—

—No pasa nada—

No tengo tiempo de negarme porque Ambrosia, toma mi mano y la coloca en su abultado vientre, hago todo mi acopio para reprimir las lágrimas que se forman en mis ojos al sentir como el pequeño bebé se mueve debajo de mi mano.

—Se mueve mucho...—

La sonrisa en mi rostro se fuerza cada vez más al punto en que mis mejillas duelen de tanta presión al forzarla, lucho para deshacer el nudo de mi garganta y que el dolor en mi corazón disminuya.

Por un segundo miro a los gemelos que no dejan de observarme, las emociones que cruzan por sus ojos me hacen saber que está igual que yo de conmocionados por las emociones.

—Es inquieta, como el papá— sonríe.

Justo cuando estoy a punto de hablar otra vez, escucho como se abre la puerta de la habitación de Xander, el médico sale de ella soltando un suspiro de cansancio mientras se quita los guantes de látex llenos de sangre. No dudo en acercarme para abordarlo, agradeciendo mentalmente que interrumpiera el momento.

Gracias a Lucifer.

En el momento en que llego a la altura del médico, no dudo en preguntar.

—¿Como está?—

—Afortunadamente, la bala no causó ningún daño grave— soltamos un suspiro de alivio— la pérdida de sangre le afectó junto al golpe de la cabeza, tuvimos que hacerle varias transfusiones. Sigue inconsciente—

—¿Cuánto tiempo necesita de reposo?—

—Entre cuatro o cinco semanas—

—¿Qué hay de los viajes?— pregunta Alsan— ¿Es posible trasladarlo?—

—Por el momento, no. Recomendaría a mucho un par de días, para que finalmente puedan llevárselo—

Me entrega un papel y lo tomo para leerlo, asiento hacia el médico al ver la lista de medicamentos. Se la paso a Remy, para que la surta mientras que Yerik se acerca con un pequeño maletín que deja caer en el suelo a un lado de los pies del médico.

—El pago por sus servicios— digo fríamente— una palabra a alguien sobre esto y su familia pagará el precio, ¿estamos claros?—

El hombre asiente varias veces para tomar sus cosas y comenzar a irse, coge el maletín con el dinero. Manuel Vital, da un paso adelante asintiendo hacia el médico que lo mira con cierto temor.

—Nosotros lo acompañaremos hasta su hogar, doc. Su familia debe estar esperándolo—

—No es...—

—Es la cuestión, querido— interviene Ambrosia, con voz dulce pero letal al mismo tiempo— que opciones para negarte, no tienes— sonríe— entonces, ¿nos vamos?—

—Yo...— silencio— está bien. Pero, no me haga...—

—Si no haces una estupidez, no lo haremos— responde Manuel, nos mira— Bratva, nos retiramos. Diganle al Zar que se mejore y que evite las balas—

Inclino mi cabeza en su dirección.

—Lo haré. Gracias por venir— miro a Ambrosia— fue curioso conocerte, Ambrosia—

—Lo mismo digo, Valentina— asiente— espero que nos veamos pronto—

Internamente, mi alma grita con la esperanza de que no sea así, simplemente para evitar verla embarazada o su hija. Al final, respondo forzadamente.

—Lo mismo digo—

El médico me da las últimas indicaciones antes de que finalmente los tres se vayan, dejando únicamente a Bruno, Aslan, Atlas, Remy, Yerik y yo. Me pierdo en mis pensamientos un momento, buscando una manera en suprimir esos recuerdos dolorosos y la punzada nuevamente me golpea.

—¿Valentina? ¿Estás bien?—

Doy un pequeño brinco cuando siento la mano de Atlas en mi hombro, respiro profundamente para contener mis emociones y calmar mi pulso acelerado. Sonrío por lo bajo.

—Estoy bien, simplemente pasó todo muy rápido— respondo, carraspeo— ustedes vayan a dormir, yo me quedaré toda la noche—

—¿Segura?— pregunta Bruno— nosotros...—

—Estoy segura— afirmo mi decisión de forma un poco brusca— buenas noches, chicos—

Antes de que digan algo, entro a la habitación de Xander y cierro la puerta, suspiro con pesadez mientras me recargo en la puerta, todo mi interior es un caos de emociones y sentimientos dolorosos que me había esforzado por mantener a raya.

Respiro profundamente unas cuantas veces para calmarme antes de acercarme a la cama donde Xander, se encontraba inconsciente.

Observo detalladamente como su pecho lleno de tinta sube y baja suavemente al uniformemente, señal de que debe estar en lo más profundo de la inconsciencia . Veo que como una gran venda cubre su vientre bajo donde tiene la herida, probablemente levante temperatura pero el médico dijo que era normal.

Se ve muy en paz.

Sin poder evitarlo, tomo asiento en la esquina de la cama donde no dejo de observarlo, tomo su mano suavemente acariciando sus nudillos tatuados que fueron lo primero que me llamaron la atención cuando lo conocí, sonrío por lo bajo recordando esos momentos.

Fueron buenas épocas.

Hasta que de pronto todo se apagó de manera tan abrupta, que ni tuvimos tiempo de evitarlo o afrontarlo como se debía en ese momento. Ahora, todo estaba reducido a cenizas de una manera dolorosa.

Mi ceño se frunce ligeramente al notar algo cerca de la cadera de Xander, un poco más abajo de la venda.

¿Qué es eso?

Levanto la sábana para observar bien y siento como me falta el aire mientras mis ojos se llenan de lágrimas al ver la tinta que adorna su piel.

Alisha

XXI/XI/MMXV

En el momento en que leo el nombre y la fecha de abajo, siento como la primera lágrima se desliza por mi mejilla y nuevamente el dolor agudo me golpea en el pecho mientras un nudo más grande se forma en mi garganta impidiéndome respirar.

—No puedo creerlo...—

Entonces, una risa amarga sale de mis labios al notar la ironía de todo esto porque aunque Xander y yo casi nunca hablamos del tema, ambos de alguna manera compartíamos el mismo pensamiento acerca de las pérdidas dolorosas de la vida.

Me pongo de pie para ir al baño y lavo mi rostro para despejar mi mente de los recuerdos dolorosos, porque sé que si no los apago no me dejarán dormir. Mis noches de insomnio terminaron hace tiempo y no me hacían bien.

Cuando finalmente me siento un poco más tranquila, me paso al vestidor de Xander, donde me despojo de mi ropa hasta solamente quedar en bragas y tomo una de las viejas camisetas de mi ex esposo como pijama, antes de colocármela me observo un momento en el espejo.

Paso mis manos por mi cadera derecha y acaricio suavemente la tinta con un diseño de pluma junto a un nombre y una fecha debajo de ella.

Alisha

XXI/XI/MMXV

Nuevamente, una solitaria lágrima se desliza por mi mejilla. Me apresuro a limpiarla, sin dejar de ver el pequeño tatuaje que adorna mi piel de manera que casi no se note a distancia, si no miras bien. Sonrío sin emoción alguna.

A veces la vida puede ser muy irónica.

Ciertamente, puede llegar a serlo. Sé que Xander no sabe la existencia de este tatuaje, así como se supone que yo no debo saber la existencia del suyo, pero, esto me confirmaba un par de cosas a las cuales casi nunca le encontré sentido.

Estamos más conectados de lo que creíamos.

Me coloco la camiseta y río por lo bajo al ver que me queda por debajo de los muslos, pero lo suficiente para ocultar el tatuaje de mi cadera dando por cerrado el tema otra vez, conmigo misma.

Salgo del vestidor y suelto un bostezo cuando el cansancio me golpea con fuerza, tomo una de las almohadas que hay en el suelo junto a una sábana limpia y me dejo caer en el sofá de tres plazas que se encuentra dentro de la habitación pero cerca de Xander, miro el techo fijamente un par de segundos antes de suspirar.

Mañana será otro día y las cosas, deberán estar bien.

Como si nada hubiera pasado.

—Bruja...—

Gruño con molestia cuando escucho que alguien me llama, me doy la vuelta en el duro sofá buscando una mejor posición para dormir.

—Valentina Marchetti. Despierta, bruja del demonio—

—Deja de joder, Xander. Que eres insoportable incluso en los malditos sueños—

—Te garantizo que si fuera un maldito sueño mío, no estarías vestida con una de mis camisas, solnischko—

—¡Auch! ¡Oye!—

Me quejo cuando siento como un zapato me golpea en la cabeza, despierto de golpe por el dolor que se expande por mi cabeza, gruño con molestia para darme la vuelta en busca del imbécil que se quedará sin pene por despertarme.

—¡Con un carajo!—

Grito por lo alto cuando mis ojos se encuentran con los de Xander, justo a mi frente y me levanto de golpe pero, la sábana se enreda en mis piernas y caigo de lleno al piso golpeándome el culo.

La carcajada del imbécil que tengo como ex marido, resuena en su habitación un par de segundos antes de que haga un sonido de dolor por la herida, entonces lo miro de nuevo para ponerme de pie.

—¿Qué haces de pie?—

—Me aburría en la cama sin tu compañía— responde, arqueando una ceja. Ruedo los ojos— aparte, no puedo quedarme en cama. Hay trabajo que hacer—

—Alto ahí, vaquero ruso— lo señalo— te acaban de disparar, lo mínimo que vas a hacer es regresar a la cama y descansar. Pasando un par de días, volveremos a Rusia—

—¿Qué?— espeta incrédulo— ni hablar, volaremos a Suiza—

—No lo haremos— refuto con firmeza— volveremos a Rusia, te vas a recuperar. Y yo firmaré ese trato con Iván Gusev...— me mira, arqueo una ceja— ¿Creíste que no iba a enterarme de eso?—

—No es nada definitivo—

—Lo será, por eso mismo volveremos a Rusia—

—Aslan y Atlas, podrán encargarse—

—Xander—

Suspira con enfado y molestia.

—No pasará nada...—

—Sí pasará, ¿y sabes por qué?—

Me acerco hasta que mi rostro queda cerca del tuyo, ambos nos miramos con molestia contenida, cruzo mis brazos encima de mi pecho.

—Porque no estoy dispuesta a perder a más personas que quiero, ¿estamos claros?— siseo— así que, volveremos a Rusia. Te vas a recuperar en la maldita cama mientras que yo firmo ese trato con Gusev, que estoy segura que nos beneficiará y después, hablamos de lo Suiza—

—No puedes hacerlo, Marchetti—

—Claro que puedo, soy la Reina. Soy tu segunda al mando, por lo tanto mis órdenes se acatan— gruño— y si tengo que atarte a la maldita cama hasta que te quedes quieto, lo haré. Lo sabes Xander Novikov—

—Los Greco, ganarán territorio—

—En este momento me valen una mierda los Greco— señalo la cama— entonces, ¿lo hacemos por la buenas o por las malas?—

Nos retamos con la mirada hasta que alguno de los dos se canse, pasan varios segundos y cuando menos me doy cuenta, nuestros labios se encuentran a punto de rozarse.

Contengo la respiración un momento y sin querer, bajo mi mirada hacia sus labios antes de pasar mi lengua por los míos, de repente sintiéndolos demasiado secos. En el momento en que levanto mi mirada, me sorprendo al ver sus ojos avellanas oscurecidos por el deseo.

—Yo...— trago saliva— Xander...—

—¿Sí?—

Su voz es un murmullo que roza mis labios, un escalofrío me recorre la espalda mientras que mis vellos se erizan al sentir como sus dedos de se deslizan por la piel de mi brazo, el deseo oculto que amenaza con desbordarse, crepita cada vez con más fuerza a nuestro alrededor.

—Necesitas...—

—¿Necesito qué solnischko?—

—De...—

Jadeo ligeramente cuando su brazo se enreda alrededor de mi cintura acercándome más a él, coloco una mano encima de la que sujeta mi cintura. Un gruñido ronco abandona la garganta de Xander y yo lucho con todas mis fuerzas para reprimir el gemido que quiere salir de mis labios al sentir su dura erección contra mí.

Olvidaba que estaba desnudo.

—Xander...—

—Eres un peligro para mi cordura, dragotsennyy—

—Necesitamos dejar de hacer esto...— pido por lo bajo, sin estar convencida— necesitas...—

—No podemos evitarlo, lo sabes—

Cierro los ojos un momento cuando siento como sus labios en dirección a mi cuello, donde besa suavemente mi piel.

—Cucciolo...—

—Solnischko—

Finalmente el encanto se rompe entre nosotros, cuando escuchamos un ruido que viene de la sala. Xander es el primero en apartarse de mi espacio personal, deslizando su mano por mi cintura hasta tener una distancia segura y yo juraría que tacto sigue quemando mi piel.

Sacudo mi cabeza para apartar los siguientes escenarios que se cruzan por mi cabeza mientras que el ambiente entre nosotros se enfría un poco, veo como camina en dirección a la cama y como muestra de benevolencia, lo ayudo a llegar hasta ella gruñe con enojo pero lo ignoro.

Hace una mueca cuando acomoda su espalda en el cabecero de la cama, tomo asiento en la esquina. Su rostro parece ligeramente molesto y frustrado, ya no sé, si es por lo de hace un momento o por el hecho de que se tiene que quedar en cama varios días, hasta que podamos volver a Rusia.

—No sabes cuanto te odio en estos momentos, Valentina Marchetti—

—Me alegro— respondo con indiferencia— ¿Cómo te sientes?—

Una pequeña sonrisa se pinta en mis labios, cuando me fulmina con la mirada entonces sus ojos, se deslizan al bulto que se asoma debajo de la sábana y vuelve a mirarme, arqueo una ceja.

—De la mierda, gracias a ti—

Río por lo bajo.

—Ay, que lindo. El niño se enojó— exclamo irónica— en el fondo, sabes que tengo razón. Debes quedarte en la cama—

—Cambio las condiciones—

—No estoy dispuesta a negociar—

—Es una pena, porque te recuerdo quién está realmente al mando soy yo. ¿Y qué crees preciosa?— arquea una ceja— sigo siendo dueño de tu cabeza, por lo tanto haces lo que yo digo y punto—

—Hijo de...—

—Acepto la parte donde volvemos a Rusia y me recupero— me interrumpe— firmarás el trato con Gusev y tú junto a Bruno, volarás a Suiza por nuestra arma—

Frunzo el ceño.

—¿Qué hay de ti?—

—Yo me iré junto a Bulgaria a hablar con Evgeni Asenov, acerca del favor que le debe a la Bratva. Me alcanzarás allá para asegurarte que no haya trampas en la negociación— asiento— Aslan y Atlas, se quedarán a cargo de la Bratva durante nuestra ausencia—

—¿Qué haremos con el arma?—

—La traes contigo, hazlo que sea necesario pero la necesito de nuestro lado lo antes posible—

Me quedo un momento en silencio, pensando acerca de las opciones y finalmente, suspiro de resignación al llegar a la conclusión de que es el camino más viable si queremos continuar con nuestros planes en tiempo y forma.

—Entonces, ¿tenemos un trato Reina?—

Ruedo los ojos ante su sonrisa prepotente y estrecho la mano que me ofrece.

—Tenemos un trato, Zar—











¡Feliz jueves a todas ustedes!

Uy, uy, uy la tensión entre Xander y Valentina crece cada vez más...

Mucho más...

Oigan, pero realmente creo que ellos van a romper el récord de los 34 capítulos de la venenosa y el fornicador.

En fin...

Muchas de ustedes ya dedujeron varías cosas acerca de lo que pudo haber pasado en el matrimonio de Xander y Valentina.

Solo diré...

Que nos falta saber la historia completa ;)

Y antes de irme, debo admitir que el humor de Ambrosia Vital es bastante contagioso, me reí con ella un par de veces JAJAJAJ

¡RECORDATORIO!

Por que luego no leen mis notas, ni mucho menos los anuncios que pongo desde hace como dos semanas.

RECUERDEN que los días de actualización están desordenados gracias a mi mejor amiga: La universidad (notese el sarcasmo) por lo tanto, a duras penas recuerdo como se respira JAJAJA 

*Reír para no llorar*

En fin de nuevo

YO les avisaré que días podré actualizar o simplemente lo haré como en estos momentos.

Sin más que decir...

¡Nos leemos pronto! 

Atte. Su escritora 💜✨

Continue Reading

You'll Also Like

1.5M 105K 58
Saga Flores en la Mafia #3 Dominick Becker siempre se ha mostrado como un hombre duro y frío, creía que el amor era solo una ilusión hasta que llegó...
80.5K 5.8K 52
Tercer libro "Sensaciones Italianas". Estoy enferma de venganza, mi venganza es encontra de todos aquellos que despertaron todo lo que no conocía de...
166K 7.7K 33
¿Te imaginas ser una espia el FBI sin conocer a tu nuevo Agente y que en un operativo tengas que ir a hacer un privado sin saber a quien se lo haces...
1.4K 87 10
Anna Ferrari, bisnieta de Enzo Ferrari pelea para convertirse en la primer piloto mujer de la F1 en 2023 dentro de la scuderia Ferrari Sin saber que...