Bienvenida a Derry // Richie...

By BombCherry_12

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[T E R M I N A D A] E N E D I C I Ó N Tn Denbrough, nueva en Derry y con un gran sentimiento de culpa por ha... More

P R Ó L O G O
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F I N A L D E T E M P O R A D A
Temp 2 - Cap 01
Temp 2 - Cap 02
Temp 2 - Cap 03
Temp 2 - Cap 04
Temp 2 - Cap 05
Temp 2 - Cap 06
Temp 2 - Cap 07
Temp 2 - Cap 08
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Temp 2 - Cap 21
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Temp 3 - Cap 01
Temp 3 - Cap 02
Temp 3 - Cap 03
Temp 3 - Cap 04
Temp 3 - Cap 05
Temp 3 - Cap 06
Temp 3 - Cap 07
Temp 3 - Cap 08
F I N A L
E P Í L O G O

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By BombCherry_12

Tn Denbrough

Cuando ya nos habíamos calmado un poco salimos del garaje siguiendo a Bill y tratar de impedir que fuera a hacer alguna estupidez.

—Eso nos vio... Eso nos vio y sabe donde estamos —habló Eddie aún algo agitado por lo que pasó hace algunos momentos.

—Siempre lo supo —aseguró mi primo y apreté los labios—. Hay que irnos.

—¿Qué? ¿A dónde? —cuestionó Ben y negué con la cabeza al darme una idea del lugar al que quería ir.

—Neibolt, es donde G-g-georgie está —Separé los labios. Entendía que quería encontrar a su hermano pero ir a la casa seria una imprudencia y tal vez no tendríamos la misma suerte que antes.

—¿Después de eso? —cuestionó Stan exaltado, ir a Neibolt no era buena idea.

—Es... es... es verano, deberíamos jugar —habló Richie y lo miré, ninguno quería ir pero la decisión en la mirada de Bill no era en vano.

—Si dices verano otra m-m-maldita vez —advirtió mi primo para después tomar su bicicleta e irse dejándonos en la entrada al garaje.

—¡Bill! ¡Espera! —pidió Beverly y tragué saliva, no podía dejar que él se metiera en la boca del lobo.

—Tenemos que ir —hablé e inmediatamente las miradas de todos cayeron sobre mí.

—¿Enloqueciste? —preguntó Eddie—. ¿No viste lo que acaba de pasar? No tenemos la más mínima idea de qué hay en ese lugar.

—No voy a dejar a mi primo morir —aseguré mirándolos a todos—. Si quieren quedarse háganlo, yo no lo voy a dejar.

Me di la vuelta y comencé a correr para al menos intentar encontrar la casa ya que tenía alguna idea después de haber visto el mapa de Derry.

—Es posible que te pierdas —Me detuve algunas calles después y miré a Richie que había parado de pedalear mi lado junto a los demás—. Sube preciosa.

Le sonreí y después me subí en la bicicleta atrás de él abrazandolo por la cintura. A los pocos segundos volvieron a retomar el ritmo camino a la casa de Neibolt.

Nos detuvimos a unos metros de una casa de aspecto viejo y descuidado lo que me ocasionó escalofríos, pero el miedo no era una buena opción teniendo una mínima idea de a lo que nos enfrentabamos.

—¡Bill! —lo llamó Beverly y él se giró a vernos—. No puedes hacer esto, es una locura.

—Les dije que no tenían que venir conmigo —pasó su mirada por todos nosotros—. ¿Pero qué pasará cuando otro Georgie desaparezca u otra Betty u otro Ed Corcoran o alguno de nosotros? ¿Van a fingir que no pasa nada como todos los demás en Derry? Porque yo no —aseguró muy decidido—. Cuando vuelvo solo veo que Georgie no está, su ropa, sus juguetes, sus animales de peluche... Pero él no esta ahí. Así que, para mí, entrar a esta casa, es más fácil que ir a la mía.

No dijo nada más y tragué saliva, lo entendía. Es como si me quisieran llevar de vuelta a mi casa en Oklahoma, sería una tortura para mí poner un pie adentro sabiendo lo que había pasado.

—Wow —Miré a Richie dándome cuenta que mis ojos estaban cristalizados.

—¿Qué? —preguntó Ben confundido.

—Que no tartamudeó —Abrí l boca incrédula por eso, ¿Sólo le había prestado a tencion a que no tartamudeó?

Tomé aire de forma entrecortada y después comencé a avanzar en dirección a la casa para entrar en ella.

—Esperen —me detuve al oír a Stan para luego darme la vuelta y mirarlo—. ¿No creen qué alguien debería quedarse a vigilar? En caso de que algo malo pase.

—¿Quién quiere quedarse afuera? —preguntó Bill y todos levantaron la mano a excepción de Beverly y yo.

—Rayos —se quejó Richie al ver que en teoría menos de la mitad del grupo estaba dispuesto a entrar en la casa.

—Y dicen que las chicas somos las cobardes —me susurró Beverly y reí un poco, tenía razón en eso.

—¿Piedra, papel o tijera? —propuso Eddie y los demás asintieron estando de acuerdo con la idea.

—¿Solo una vez? —quiso saber Mike.

—Solo una vez —confirmó Bill y todos suspiraron de forma pesada, eran unas gallinas.

Hicimos el juego y quienes perdieran tendrían que entrar, era obvio que Bill iría así que el no jugó. Al observar nuestras manos noté que Eddie, Richie Y Stan habían perdido.

—Vamos —ordenó mi primo y Eddie y Richie se acercaron negando con la cabeza, con que no era tan valiente.

Ellos tres entraron en la casa porque Stan se quedó de piedra y no pudo ni dar un paso, entendía a decir verdad, si tenía miedo no tenia porque hacerlo.

—¿Qué pasa Stan? —le preguntó Beverly al verlo ahí sin moverse, parecía una estatua por lo pálido que estaba.

—Soy un cobarde, no puedo entrar —habló y logró darse la vuelta llevándose una mano a la cara avergonzado.

Tragué saliva dirigiendo mi mirada a la puerta y después suspiré. Si podía ayudar a Bill a encontrar a su hermano iba a hacerlo, porque el tenía posibilidades de volver a estar con él.

Me acerqué a la puerta con las manos sudando así que me las limpié en el pantalón y después entré por la puerta que era bloqueada por unas cuantas tablas.

Sentí una arcada al estar completamente adentro, el lugar desprendía un olor putrefacto y hediondo que me hizo querer vomitar. Me llevé una mano a la nariz comenzando a caminar hacia donde escuchaba sus voces.

Me alarmé al oír a Richie gritar asustado así que apresure el paso hasta llegar al lugar de donde provenían las voces.

—Mírame Richie. Eso no es real, solo esta jugando contigo —Logré escuchar a Bill y al entrar en el cuarto pude notar que estaba lleno de ramas secas y telarañas.

—¿Qué pasó? —pregunté y se giraron a verme al mismo tiempo lo que me inquietó demasiado.

—¿Qué haces a-aquí? —preguntó Bill soltando a Richie de la camisa.

—Quise entrar —confesé y el se pasó una mano por el cabello—. No soy de cristal, además los que no querían entrar eran ellos.

—Oye —se quejó Eddie y me encogí de hombros porque no era mentira.

—¿Hola? —Salté en mi lugar al oír esa voz, era una chica, estaba segura—. ¿Hola? —repitió mientras nosotros mirábamos hacia arriba alarmados para después comenzar a caminar hacia afuera del cuarto—. Por favor ayúdenme.

Comenzamos a subir las escaleras que eran de madera y crujían cada vez que dábamos un paso lo que me puso los pelos de puntas, el ambiente era muy tétrico e inquietante.

Al llegar arriba comenzamos a avanzar por un pasillo en dirección a una puerta a medio abrir con bastante luz considerando que la mayoría de la casa estaba en penumbras. Abrí la boca al ver a una chica de cabello negro y corto tirada en el suelo con sangre en la boca.

—Betty...

...Ripson —completó Richie por mi primo y tragué saliva, ¿En qué me estaba metiendo?

Tomé el brazo de Richie asustada cuando una fuerza jaló a Betty hacia atrás y ella soltó un grito, carajo.

Comenzamos a caminar hacia la habitación lo que me parecía una pésima idea, pero ya me había metido en esto así que no podía hacer nada al respecto.

—¿Puedes soltarme? —me susurró y yo negué con la cabeza—. Me estás lastimando.

—Perdón, pero estoy asustada —intercambiamos miradas y él quitó mis manos de su brazo y entrelazó nuestros dedos haciéndome abrir los ojos con el corazón latiendo con fuerza.

—Tú y yo preciosa —habló llevándose mi mano hasta sus labios dejando un beso en su dorso—. Tú y yo.

Asentí al ser incapaz de decir algo y seguimos caminando hasta entrar en la habitación. Observamos por todos lados pero no había ni una señal de ella, como si nunca hubiera estado aquí.

—Estaba aquí —habló Richie mientras observabamos la habitación como si eso nos fuera a dar una explicación del porqué desapareció como si fuera polvi—. ¿A dónde se fue?

Nos acercamos a una parte de la habitación que tenía a un colchón viejo y descuidado en el suelo con manchas de humedad lo que me pareció repugnante.

Nos giramos a la puerta al oírla cerrarse y abrí los ojos al darme cuenta que Eddie no estaba con nosotros y se había quedado afuera.

—¡Chicos! —gritó él del otro lado de la puerta mientras intentaba abrir la puerta que estaba atorada.

—Eddie —Bill se acercó a mi y me ayudó a intentar abrir la puerta. Me desesperé al oír a Eddie gritar y si por mí fuera intentaba tumbar la puerta a golpes porque estaba desesperada.

—¡Eddie! —grité de nuevo al no oírlo del otro lado.

Bill y yo seguimos intentando abrir desesperados.

Me separé de la puerta al sentir que Richie no estaba, su presencia hacia falta así que comencé a mirar por todos lados alarmada buscándolo con desespero.

Me acerqué a una habitación oscura y casi suspiré del alivio al verlo en ella observando por todas partes.

—Richie —lo llamé y él se giró a verme—. ¿Qué haces?

—Es que yo...

Me acerqué corriendo a la puerta cuando comenzó a cerrarse y la golpeé cuando se cerró quedando ajustada dejando a Richie encerrado.

—¡Richie! —grité intentando abrir la puerta desesperada—. ¡Richie intenta abrir por favor!

—¡No puedo! —gritó del otro lado y yo golpeé la puerta desesperada, no él—. ¡Tn por favor!

Grité de desespero al ver que la puerta no se abría y comencé a golpearla con el hombro tratando hacer que se abriera.

—Bill ayúdame —pedí aún intentando abrir. Me alarmé al oírlo gritar aterrado y golpee la puerta—. ¡Richie!

Bill se acercó a mi intentando abrir la puerta junto a mí. Estaba a nada de echarme a llorar por la preocupación de no saber cómo estaba en esa habitación.

Bill comenzó a golpear la puerta con su peso y yo la patee intentando abrir estando angustiada. Mis ojos picaron al oírlo gritar horrorizado y a los dos segundos Bill logró abrir la puerta jalando a Richie hacia afuera y cerrando la puerta a sus espaldas.

Lo abracé con fuerza cuando salió con algunas lágrimas escapando de mis ojos ya más tranquila al ver que estaba bien. Tenía mis manos temblando y él me rodeó la cintura con sus brazos.

—Salgamos de aquí —Ambos miramos a Bill y después nos separamos del abrazo.

Oímos un ruido proveniente del colchón y nos giramos en su dirección. La mano de Richie rodeó mi muñeca cuando la cabeza de Eddie salió del colchón.

—Jugamos escupitajos —habló y negué con la cabeza, ese no era Eddie, no era Eddie.

Un líquido negro comenzó a salir de su boca para luego salir del colchón y comenzar a dirigirse hacia nosotros haciéndonos dar un paso hacia atrás mientras la cabeza de Eddie comenzaba a moverse de arriba a abajo mientras reía.

Nos dimos vuelta para irnos pero frente a nosotros había tres puertas lo que solo me hizo desesperar porque esa cosa negra estaba quemando todo lo que tocaba y cada vez estaba más cerca de nosotros.

—''No da miedo'', ''Da miedo'', ''Da mucho miedo'' —leyó lo que las puertas tenían escrito en sangre.

—Tal vez sea psicología inversa, deberíamos abrir ''Da mucho miedo'', ¿No creen? —propuse espantada por qué esa cosa nos llegara a tocar.

—¿Y si nos quiere ha-hacer creer eso? —habló mi primo y me encogí de hombros, que abriera la que quisiera pero que nos fuéramos ya de aquí.

Luego de unos segundos que se sintieron eternos nos acercamos a la puerta de "No da miedo" y la abrimos dándonos cuenta que estaba totalmente oscura.

—¿Y mi zapato? —Se escuchó la voz de Betty desde adentro y sentí mi sangre helarse por eso.

Bill acercó su mano a una cuerda en medio y la jaló. Grité de terror al ver la mitad del cuerpo de Betty colgado de los brazos sin la parte de sus piernas. Richie cerró la puerta aterrado y después me pegó a él cuando la "lava" negra se acercó más a nosotros.

—¡¿Dónde están sus piernas?! ¡Santa madre, ¿Qué es eso?! —preguntó Richie exaltado y después me miró abrazandome con fuerza por la espalda.

—Richie mírame. Esto no es real, como el cartel del niño perdido. Eso no era real, esto no es real —Trató de calmarlo Bill pero en ese momento tanto Richie como yo parecíamos estar al borde de sufrir un ataque cardíaco.

Bill volvió a abrir la puerta en la cual ya no había nada ms que un largo pasillo lo que me calmo considerablemente.

—Gracias Dios —habló aliviado Richie al no encantrarnos con una escena aterradora del otro lado de la puerta.

—¡Ayúdenme! ¡Ayuda! —Bei los ojos y sonreí un poco al oír la voz de Eddie, esa cosa de hace rato solo fue una ilusión... Solo una ilusión.

—¡Eddie! —lo llamó Bill y los tres comenzamos a correr por el pasillo escuchando los gritos de Eddie, solo esperaba que estuviera bien.

Al llegar al final del pasillo empujamos una puerta entrando a lo que supongo era una cocina, una de esas que tiene como cien problemas de salud y la clausurarían en dos minutos.

Una vez más tomé la mano de Richie al ver al payaso frente a nosotros con Eddie atrás de él, por lo menos no se veía lastimado. Eso nos miro con los ojos desorbitados y sentí como si mi corazón se hubiera detenido durante algunos segundos.

—¿Esto no es real para ti, Billy? ¿No soy real para ti? —le preguntó con la voz increíblemente aguda lo que me puso los vellos de punta—. Fue bastante real para Georgie.

Abrí la boca cuando lo oí decir eso, era una maldita escoria.

Eso se levantó acercándose a nosotros mostrando los colmillos de su boca y Richie me abrazo con fuerza ocultando me tras de él mientras un grito abandonaba mi boca temiendo por mí vida, por la de Bill y por la de Richie que se había puesto como escudo para protegerme.

Levanté las cejas al ver a Beverly entrar y atravesarle la cabeza con una varilla evitando que nos hiciera algo. Los demás también entraron y se quedaron pasmados al ver a Eso atravesado por la varilla.

—Ve por Eddie —le pidió Bill a Richie golpeando levemente su hombro y todos nos acercamos a él corriendo, hasta que estuve cerca noté que tenía un brazo roto.

—Chicos, ¿Qué es eso? —Me giré a ver al payaso que se estaba enderezado y me pegué a la pared asustada.

No quería que nada les pasara, no quería que les hiciera algo y entonces lo supe, supe cuál erami miedo; le tenía miedo a la perdida, a la muerte de los que me rodeaban.

Eso se dio la vuelta con la cara desfigurada y mi mirada viajo a su mano que se estaba convirtiendo en una garra lo que hizo que un nudo se instalara en mi garganta y una gran pesadez en mi estómago.

El payaso hizo el amague de atacarnos solo para asustarnos y me pegué aún más a la pared con el corazón en la garganta. Me cubrí la boca cuando se dio la vuelta rasgulando a Vne en el abdomen haciendo que le saliera sangre y después se alejara haciendo una especie de reverencia.

—¡Bill! ¡¿A dónde vas?! —preguntó histérico Eddie y miré a mi primo que se había levantado para seguir al payaso a dónde sea que fuera—.¡Regresa! ¡Bill! ¡No!

—Eddie tu brazo esta roto. Voy a poner tu brazo en su lugar —Miré a Richie con los ojos abiertos y negué con la cabeza.

—Rich, no quiero que lo toques —aseguró Eddie mirándolo con histeria en lo que mi primo volvía a acercarse a nosotros.

—¡No Richie! —pidió Beverly pero no le impidió tomar el brazo de Eddie y acomodar su hueso haciéndome abrir los ojos y la boca por el sonido que eso emitió mientras Eddie gritaba de dolor.

Nos levantamos del suelo y después salimos despavoridos de la casa mientras Stan gritaba pareciendo estar traumado y no podía culparlo.

Mike metió a Eddie en la canasta de su bicicleta y yo me llevé la de Eddie para alejarnos de la casa y no dejar nada cerca de ella, tenía las manos temblando y posiblemente mi cara fuera un poema de terror.

Nos detuvimos cerca del centro de Derry y me dejé caer en una acera respirando profundo. Quería gritar, llorar y patalear por todo lo que había pasado en esa casa que parecía sacado de película de terror.

—Oh maldición —se quejó Eddie levantándose a duras penas y lo miré con la respiración acelerada—. Es mi mamá.

Ni siquiera pude reaccionar porque un auto se estacionó frente a nosotros y de él se bajo una mujer obesa lo que me sorprendió, ¿Ella era la madre de Eddie?

—Ustedes hicieron esto —Nos señaló y abrí la boca ofendida, como si entre todos le hubiéramos roto el brazo—. Saben lo delicado que es

—N-n-nos atacaron Señora K —trató de explicar Bill y era lo más obvio porque todos estábamos sudados, con la ropa sucia y cara de un trauma que duraría el resto de nuestras vidas.

—No. No trates de culpar a nadie —interrumpió luego de subir a Eddie y la bicicleta al auto y al cerrar la puerta sus llaves se cayeron.

—Yo la...

—No. Deja —ordenó la mamá de Eddie impidiendo que Beverly la ayudara para ella misma agacharse y recogerlas—. He oído de ti Beverly Marsh, no quiero que una chica sucia como tú toque a mi hijo.

La miré con el ceño fruncido, ¿Se creía los rumores que decían de una chica de trece años?

—Señora K le j-j-ju...

—No. Son unos monstruos, todos ¿Oyeron? Y Eddie ya no saldrá, ¿Escucharon? —aseguró para luego rodear el auto y subirse comenzando a conducir.

Dimos unos cuantos pasos por la calle viendo el auto alejarse, todo se estaba jodiendo.

—Ya vi el pozo. Sabemos d-dónde está y la próxima iremos preparados —Miré a Bill incrédula al ver su sonrisa, ¿No había visto todo lo que pasó en esa casa o se le olvidó?

—¡No! No habrá otra vez Bill ¡Estás loco! —aseguró Stan aterrado y tenía la razón, ¿Quién en su sano juicio quería volvernos a meter en es fuente de pesadillas?

—¿Por qué? Sabemos que nadie va a hacer nada —Negué con la cabeza, no podían hablar enserio.

—¡Por poco mata a Eddie! Y mira a este idiota, esta goteando salsa de tomate —Richie señaló a Ben con su mano.

—No podemos fingir que se va a ir. Ben tu lo dijiste, Eso vuelve cada veintisiete años —habló Bev mirando a Ben.

—¡Bien! Tendré cuarenta años y muy lejos de aquí. Creí que tú también querías irte —habló Ben suavizando su tono.

—Sí. Pero quiero hacer algo importante, no huir —Sonreí de forma irónica, no podían hablar enserio.

—Perdón, ¿Quién invitó a Molly Ringwald al grupo? —preguntó Richie y Beverly le mostró el dedo de enmedio.

—Richie —Intentó calmarlo Stan.

—Digo que hay que enfrentar los hechos, la vida real —Se acercó a Bill—. Murió Georgie, no hagas que nos maten también.

Bill lo tomó de la camiseta enojado y yo los miré a ambos, estuvo mal lo que Richie dijo pero Bill quería volvernos a llevar a ese lugar para encontrar a su hermano sin medir riesgos y yo no quería perder a nadie más.

—Georgie no está muerto —aseguró Bill y tomé aire cansada.

—No pudiste salvarlo, pero te puedes salvar tú —habló Richie tratando pasar de largo pero una vez más Bill se lo impidió.

—No. D-d-discúlpate. Estás asustado, igual que todos, pero discúlpate —Empujó a Richie y lo miré con molestia. Richie le devolvió el empujón y por consecuencia el recibió un puñetazo de Bill que lo tiro al suelo.

Tragué saliva y apreté los labios molesta, ¿Por qué no entendía que la situación nos ponía a toda en riesgo y encima se estaba swsquitando con alguien realista? Mike y Stan ayudaron a levantar a Richie y entre ellos y Ben evitaron que se golpearan.

—Son unos perdedores y los matará ese maldito payaso —aseguró Richie enojado intentando acercarse a Bill.

Bill también intentaba acercarse a Richie pero Ben intentaba detenerlo con todas sus fuerzas. Mike lo empujaba levemente un par de veces pero él seguía insistiendo con irse a los golpes con Richie lo que me estaba haciendo enojar.  La cuarta vez quien lo empujó con fuerza fui yo haciéndolo perder algo el equilibrio haciendo que me mirara con molestia, pero podía estar seguro que yo estaba furiosa por su actitud.

—¡Esperen! —intervino Beverly llamando la atención de todos.

Miré a Richie que se soltó del agarre de Mike y de Stan aún enojado para después acomodarse los lentes.

—Es lo que Eso quiere, quiere dividirnos —Contuve una carcajada histérica, ¿Ahora los problemas también los causaba el payaso?—. Estábamos todos juntos cuando lo lastimamos, eso nos mantuvo con vida.

—Sí. Yo planeo seguir con vida —aseguró Richie e intercambio miradas conmigo dos segundos para luego mirar al frente y chocar su hombro con el de Bill.

Poco a poco todos comenzaron a irse y Bill los veía con cara de sufrido cuando el que causó la pelea fue él.

—Mike... —lo llamó Beverly y él se volteó a verla.

—Chicos. No puedo hacer esto, mi abuelo lo dijo, soy ajeno a esto —respondió Mike y yo miré a Richie mientras se iba con su bicicleta.

—Richie —susurré dando un paso en la dirección en que se fue estando dispuesta a correr para alcanzarlo.

—Tn, quédate acá —exigió Bill y lo miré enojada.

—No —respondí firmemente y logré dar dos pasos para luego ser tomada d ella muñeca por Bill impidiendo que me fuera.

—No vas a ir detrás de R-r-richie —Lo miré tensionando la mandíbula—. Vamos a hablar en la casa.

—No tengo que hablar nada contigo —aseguré soltandome de su agarré y giré la cabeza sin tener el más mínimo rastro de Richie.

Me alejé de ellos corriendo con lágrimas amenazando con bajar de mis ojos. ¿Por qué arrastrarnos a eso? ¿Cuál era la necesidad?

『 °*• ❀ •*°』

Llegué a la casa al atardecer y entré aún estando molesta con toda la intención de ir a encerrarme en mi habitación y no hbalr con Bill en dos semanas a lo mucho.

—¿Dónde estabas? —lo oí hablar desde la sala pero seguí derecho a las escaleras para entrar en mi habitación—. Tenemos que hablar y ahora es un buen m-m-momento porque mis padres no están —Subí las escaleras corriendo, no quería hablar con él—. ¡Tn vuelve aquí!

Al entrar en mi habitación iba a cerrar la puerta pero el llegó antes y la empujó evitando que lo hiciera.

—¡Lárgate! ¡No quiero verte ni hablarte! —exigí pasándome una mano por el cabello.

—Me vas a escuchar —exigió y tragué en seco apretando mis manos al sentir que estaban temblando, carajo, no era momento para que esos impulsos salieran a la luz después de un año—. ¿Te gusta Richie?

—¿Qué te importa? Deja de meterte en donde no te llaman —exigí respirando profundo contando hasta diez par calmarme y no hacer ninguna idiotez.

—Estás así por que lo golpee —Me tomó d ellos brazos y abrí los ojos molesta sintiendo mis fosas nasales dilatarse.

—Suéltame —ordené entre dientes y después lo empujé alejandolo de mí—. Tal vez sí.

—No lo vas a volver a ver —Abrí los ojos y reí incrédula, ¿Quién se creía para decirme que hacer?

—No me puedes decir que hacer o que no hacer.

—¡Que no l-lo vas a volver a ver! No después de lo q-que dijo —aseguró y negué con la cabeza.

—No me vas a decir que hacer. Si se me da la gana me voy ya mismo a verlo —amenace y era muy capaz de hacerlo si me salía por completo de mis casillas.

—Ya te dije que no —Tensé la mandíbula porque de verdad la ira que sentía no era normal—. Te vas a quedar aquí, no vas a ver a ninguno de ellos.

—Pero tú vas a seguir viendo a Beverly ¿Verdad? —Lo miré aún más enojada—. No es justo.

—Ella no d-dijo las estupideces de los d-d-demás —Ahora ser realista era una estupidez, ¿Cómo podía estar tan cegado?

—Ok, no voy a ver a nadie. Pero no me vas a poder tener encerrada aquí —aseguré y él sonrió con orgullo.

—Ya v-veremos si no te puede t-tener aquí —desafió y después salió cerrando la puerta a sus espaldas.

Tomé una almohada y la arrojé a la puerta con furia, maldito. ¿Qué culpa tenía yo de sus problemas?

Me acosté mirando a la ventana esperando la visita de Richie durante horas, ni siquiera dormí porque me asomaba cada quince minutos para buscar un rastro de él en la calle hasta que terminé por caer dormida junto a la ventana sin la vista de aquel chico de lentes que me tenía enamorada.

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