love ♡ paul mccartney

Od cryloki

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❝que una rosa te pinche, no significa que todas lo harán.❞ paul y love se conocieron en el peor día de sus co... Viac

━━ intro.
𓏲 ࣪𓈒⋆ one.ㅤ
𓏲 ࣪𓈒⋆ two.ㅤ
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𓏲 ࣪𓈒⋆ seven.ㅤ
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𓏲 ࣪𓈒⋆ thirteen.ㅤ

𓏲 ࣪𓈒⋆ eight.ㅤ

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Od cryloki

✾ early sixties

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liverpool, 1960

la fama es algo bastante venerado por algunas personas, puede llegar a ser buena y algunas veces no mucho, eso depende de a quién se le pregunte. paul recién comenzaba a descubrir lo que conllevaba el reconocimiento de las personas por el talento que poseía hasta ese punto en su vida, y a decir verdad tuvo una experiencia muy buena desde que comenzó a tocar con the quarrymen a sus quince años.

comúnmente se llenaban los lugares en donde tocaban cada tarde o noche y un montón de chicas casi se desvanecían de emoción al verlos y escucharlos cantar. eso era bastante curioso para mccartney y a veces le causaba un poco de gracia, pero al final de cada pequeño concierto se tomaba el tiempo para saludar a una que otra muchachita como acto de amabilidad y agradecimiento; gracias a esas personas que los admiraban habían llegado hasta donde estaban y paul creía que era lo menos que podía hacer.

después de haber tenido diversos nombres, “the beatles” fue el elegido para permanecer. en ese momento, los chicos estaban en un club en el cual tocaron esa noche y tres de ellos se encontraban sentados junto a unas hermosas chicas, quienes estaban aprovechando esa oportunidad para intentar tener algo con los jóvenes músicos.

algunas canciones famosas de la época comenzaron a sonar cuando los muchachos terminaron de tocar. en un sofá color negro se encontraba paul, quien tenía una botella de cerveza en su mano derecha mientras que una linda rubia estaba sentada a su lado izquierdo. ambos platicaban de repente, pero poco a poco el ambiente le estaba pareciendo aburrido al chico.

—¿has pensado en teñir tu cabello de castaño? —preguntó paul repentinamente, haciendo que la chica se extrañara y tocara su propio cabello.

—¿te gusta el cabello castaño? —cuestionó con el entrecejo fruncido a la vez que le entró una inseguridad por el color de su cabello. en sus planes estaba que paul gustara de ella, y si a él gustaban las castañas, consideraría fuertemente teñir su cabello de ese color.

—por supuesto —asintió con normalidad—. tal vez se vería bien sobre tu rubio natural.

—oh... sí, lo he pensado; el cabello castaño me gusta.

paul asintió sin mucho interés. el club estaba rodeado de jóvenes que pasaban un buen rato y nuestro protagonista notaba aquello, él también quería divertirse, pero un pensamiento que había permanecido en su cabeza durante toda la semana no le permitía hacerlo; constantemente observaba su reloj y deseaba llegar a la calle de su casa lo antes posible, pues ya había pasado la hora que él esperó tanto desde el inicio del día. habría pedido un taxi para irse del lugar hace un par de horas atrás, sin embargo había olvidado su billetera y los dueños del bar le pagarían hasta un par de días después.

perdió a sus amigos por un momento y eso lo asustó un poco durante un par de segundos, le llegó la idea de que se habían ido sin él, así que se levantó con prisa y dejó a la rubia en el asiento sin despedirse. caminó hacia la salida hasta que vio a uno de sus amigos y compañeros en la banda, un muchacho llamado george harrison.

—ahí estás —dijo el de cejas pobladas—. te hemos estado buscando, ya llegó un taxi.

mccartney suspiró aliviado y caminó hasta el medio de transporte. los minutos y calles se le hacían eternos ya dentro del vehículo. tenía cargando su instrumento sobre sus manos e inconscientemente movía su pie de un lado a otro estando sentado.

no tenía la menor idea de qué hora era en ese momento, pero entró a su habitación por medio de la ventana y colocó un vinilo al azar en su tocadiscos para después salir por el mismo lugar donde había ingresado. sus planes eran muy concretos a esas horas de la noche y no se daría media vuelta para dejarlos atrás. con cuidado bajó desde el segundo piso y milagrosamente no cayó o hizo algún ruido que alertara a su padre o los vecinos.

su vestimenta era completamente negra; su camisa, pantalones, chaqueta e incluso zapatos eran demasiado oscuros. aquello le ayudaba bastante a pasar desapercibido por las calles donde usualmente merodeaba. pasó un minuto aproximadamente y divisó su destino a simple vista; una luz algo amarillenta estaba encendida y eso fue suficiente para que paul decidiera llegar hasta aquella casa e ingresar a esta como si fuera la suya.

pero no ingresaría por la puerta, no. sus planes estaban basados en entrar a una habitación específica a través de la ventana al igual como había hecho en su propia casa. el pelinegro subió a un árbol con cuidado y al poco tiempo logró sostenerse en la ventana con suma facilidad, con su mano izquierda se sostenía del borde del concreto mientras que sus pies estaban recargados en unas tejas a la altura del suelo del segundo piso; abrió silenciosamente las cortinas y entró a aquella habitación de paredes color crema. no había ni una persona allí, pero sabía que la chica que dormía en ese lugar llegaría muy pronto.

el chico comenzó a merodear en ese cuarto algo desorganizado. llegó a un escritorio que tenía un montón de libros abiertos y subrayados en algunas páginas. su recorrido no duró más de quince segundos y lo concluyó posicionándose en sentada india en el suelo con la cama a sus espaldas a la vez que observaba pacientemente la puerta en espera de la presencia de alguien.

sus ojos se cerraron por unos cuántos segundos, pero volvieron a abrirse al momento en que escuchó algunos pasos aproximarse. una sonrisa se formó cuando vio a love atravesar la puerta con una bata color blanca y su cabello peinado con unas trenzas que rodeaban su cabeza, formando una especie de corona con su propio cabello; por otro lado, ella estaba bastante confundida... no por tener a paul en su habitación de repente, pues eso ya era una costumbre desde hace un par de años atrás, sino que el de ojos color hazel tenía algunas hojas verdes del árbol sobre su cabello y él ni siquiera lo había notado.

—¿cómo te fue? —paul se levantó del suelo— ¿crees que te fue bien? ¿te sentiste bien?

love había ido a londres para hacer su examen de admisión a la universidad y se la había pasado los últimos meses estudiando para lograr ingresar. el año pasado joe había podido iniciar sus estudios y se mudó a londres por ello, pero love decidió esperar un tiempo más debido a que en ese entonces aún no se sentía lista para comenzar esa nueva vida estudiantil. se la pasó una semana en aquella otra ciudad en casa de sus familiares, teniendo días estupendos con tres de las cuatro personas en esa casa.

—... y entonces nosotras fuimos juntas a comprar ropa y él se quedó hecho una bolita de furia mientras le hacía un berrinche a su madre para que le compráramos unas baquetas que él mismo rompió, ¿puedes creerlo? —la castaña terminaba de contar aquella pequeña historia que vivió en compañía del resto de los taylor.

paul la había escuchado minuciosamente, prestando suma atención a cada detalle de la historia y a cada gesto de la chica mientras la contaba. él tenía una sonrisa en su rostro, pues aquel relato le había parecido gracioso de cierta manera, además de que le encantaba escuchar y ver cómo love se desenvolvía cuando contaba algo. los dos estaban en sentada india en el suelo, uno frente al otro con un metro de distancia.

—por lo que entiendo, ese tal roger no es muy... comprensivo —rió un poco al imaginar la escena que la castaña describió.

—la mayoría del tiempo sí lo es, pero a veces puede llegar a ser una pesadilla —terminaba de deshacer la última de las dos trenzas en su cabello—. sin contar ese pequeño show, me la pasé de maravilla.

—¿crees que algún día ellos vengan de visita? —frotó uno de sus ojos y después bostezó.

—tal vez —sonrió de lado al notar que mccartney lucía muy somnoliento.

durante los años de amistad que llevaban, paul se mostró muy atento y preocupado por muchas cuestiones relacionadas con love. taylor era demasiado especial para el pelinegro sin contar aquel enamoramiento que tuvo, el cual poco a poco parecía haberse convertido en amistad una vez más, pero él sabía que ese sentimiento era muy discreto y aún merodeaba de repente en su cabeza y corazón; sin embargo, tenía mucho tiempo que love no recordaba aquel beso que paul le robó tiempo atrás, pero las veces que lo hacía le causaba cierta gracia.

—¿por qué no dormimos para que mañana no despertemos con unas ojeras horribles?

—creo que es la mejor opción —aceptó él.

la dueña de la habitación se levantó y después se recostó en su cómodo colchón mientras que paul sacó una colchoneta color marrón debajo de la cama de love, más tarde él mismo tomó un par de sábanas que estaban encima de su lugar para dormir y con rapidez se cubrió con ellas. era normal que paul se quedara a dormir en la habitación de eleanor, cosa que algunos malinterpretaban a la hora de que él decía con normalidad “dormí con love anoche”, teniendo que explicar detalladamente cómo se organizaban a la hora de la siesta y recordar cientos de veces más tardes que ambos eran únicamente amigos.

—love —habló unos minutos después de que se apagara la luz—, ¿me prestas una almohada? —la chica le pasó una que le sobraba— gracias.

—descansa.

otro par de minutos pasó y a paul se le ocurrió pedir otra cosa antes de que ella quedase dormida.
—love —susurró una vez más. la joven respondió con un sonido, pero sin hablar—, ¿me prestas tus calcetines pachoncitos? —no recibió respuesta— tengo frío.

love abrió un cajón a su lado, pero sin despegar ni un ojo; sacó un par de calcetines limpios –uno dentro del otro– y los arrojó en dirección a paul, mas sin embargo lo golpeó con ellos en el rostro sin querer. el pelinegro no se quejó, pues sabía que fue un accidente; se los puso en silencio y agradeció.

el chico ya estaba dispuesto a dormir, pero se repente...
—love...

—¿qué?

—¿me prestas tu antifaz para dormir? la luz de los faroles me llega a la cara.

love ya se había desesperado un poco y una vez más arrojó el objeto, con la única diferencia de que ahora sí tuvo la intención de que cayera en el rostro de su amigo. taylor había tenido un cansado día de viaje y lo único que quería era dormir, pero las peticiones de paul le habían quitado el sueño en un dos por tres.

—¿de casualidad no quieres que te preste mi cama también? —soltó sarcásticamente.

el silencio reinó en el ambiente, entonces love intentaría dormir una vez más.

—si tú quieres, puedo subir ahora —respondió después de haberlo pensado con cuidado.

—ya cierra la boca y duerme, por favor.

—perdón, la colchoneta es muy dura —comentó sin la intención de quejarse— y no tengo sueño, dormí en la tarde como por dos o tres horas y ahora estoy más despierto que nunca.

—por tu culpa ahora somos dos —encendió la linterna a su lado y miró en dirección a paul—. matemos el aburrimiento, haz lo mejor que sabes hacer: hablar hasta por los codos.

—acepto, pero me ofende muchísimo —se sentó mientras love reía un poco—. uhm, he tenido esta pregunta por mucho tiempo, pero por alguna razón nunca te la he hecho; no tengo idea de porqué, si es algo tan sencillo... tan sencillo como preguntar cualquier cosa, pero es diferente, ya sabes, como si yo...

—al grano, mccartney —soltó divertida. tenía razón, paul hablaba mucho.

—¿por qué siempre tiñes tu cabello de castaño? —recargó su mentón sobre su mano mientras mordía levemente sus uñas y juntó sus cejas— no estoy diciendo que se te vea mal, se te ve precioso; pero siempre he tenido curiosidad de saber cuál es la respuesta.

—oh —se removió un poco en su lugar—, no lo sé, no soy fan del cabello rubio. además hoy en día el que una chica tenga el cabello rubio es sinónimo de querer parecerse a brigitte bardot para atraer a los muchachos, y créeme que eso me disgusta mucho... —paul sonrió, la ideología de su amiga era muy diferente que la de la mayoría de las chicas en liverpool—, no me gusta llamar la atención, ¿entiendes? —mccartney asintió sonriente y con los ojos cerrados, aún mordiendo un poco la uña de su dedo anular—. y bien, cuéntame qué hiciste mientras no estuve en la ciudad.

—uhm, en realidad nada fuera de lo común. toqué casi todas las noches con la banda, fui a casa de john y tocamos juntos, también escribimos una que otra canción... —dudó en si decir o no algo más que sucedió mientras ella estaba ausente; al final decidió hacerlo—, además conocí a una chica y salí con ella hace un par de días —habló suavemente en un susurro, como si no fuese correcto decir aquello.

love alzó un poco las cejas, pues normalmente paul rechazaba la idea de salir con otra persona a parte de ella.

—genial —sonrió—, ¿quién es? ¿la conozco? —la curiosidad en su cuerpo comenzaba a hacer de las suyas.

—dudo que la conozcas, se llama dot. nos vio tocar y se acercó a mí... no tenía nada que perder, así que acepté cuando me invitó a salir.

la mayor le brindó una sonrisa donde mostraba que estaba contenta por él. conocía muy bien a paul y sabía que él no daría el primer paso si se trataba de conocer a otras muchachitas en la ciudad.

esa noche terminó igual que muchas otras: paul hablaba y hablaba sobre algún tema al azar mientras que love escuchaba, a veces se invertían los papeles, pero el de ojos hazel era quien la mayoría de las veces se desenvolvía platicando. ambos se escuchaban atentos desde el día uno, factor que ayudó con el paso del tiempo a que uno viera al otro como su propio lugar seguro.

[...]

—buenos días, love —saludó leo cuando llegó a la cocina y se encontró a su hermana. el de cabello rubio oscuro volteó y se encontró con el cuerpo de paul sentándose en el sofá—. buenos días, amigo de love, quien parece no tener una casa propia ni su propio cereal —se sentó a su lado y le quitó el tazón de cereal, del cual el pelinegro a penas iba a darle la primer cucharada.

el menor vio con las cejas juntas cómo leo comía el cereal que él había preparado. se había acostumbrado a comentarios como el que le había dado, por lo que no le molestó en lo absoluto, incluso le causaba bastante gracia.

—yo compré ese cereal, ¿sabes? —lo señaló.

—perfecto, lo tomaré como el pago de la renta por quedarte a dormir aquí desde hace años atrás —habló con la boca llena y paul hizo un gesto de desagrado—. mi casa no es un refugio gratuito.

sin más que decir, mccartney se levantó con el fin de servirse más cereal y desayunar a gusto. se sentó al lado de love en el comedor y preparó aquello que comería, pero le prestó más atención a lo que su amiga hacía.

—¿qué haces? —preguntó y después se percató de que había un periódico junto a su tazón.

—leo.

—mande —respondió su hermano y volteó.

la castaña alzó el periódico para que el rubio viera que estaba leyendo; como resultado, leo se sintió como un tonto.

—hey, irás a vernos tocar esta noche, ¿cierto? —le dijo a su amiga.

—no lo sé, probablemente estaré dormida después de leer las obras de shakespeare que tengo guardadas desde hace tiempo —llevó una cucharada de cereal a su boca.

claro estaba que paul no quería que fuese así, en sus deseos estaba que su castaña amiga los viera tocar al menos una vez ese año y haría lo posible por que love asistiera esa misma noche, costara lo que costara. mccartney la miró con los ojos un tanto entrecerrados, sabía muy bien que love no estaría leyendo a shakespeare o algún otro escritor famoso, sino que siendo su mejor amigo tenía muy en cuenta que la chica no iría por lo perezosa que era.

sí, love eleanor taylor tenía el puesto número uno si de flojera se trataba.

—no nena, tú nos alcanzarás en el club esta noche por más que finjas estar leyendo obras dramáticas... —intentó que su voz sonara demandante y tal parecía que lo logró. sin embargo, love alzó una ceja mientras lo veía, dando a entender que su tono de voz no la había afectado en lo absoluto— por favor —aligeró su habla.

—te acompañé hace muy poco tiempo —se excusó.

—fue hace un año, mujer.

—bueno, discúlpame por no querer ir a un club en donde hay demasiadas personas poco agradables para mí; sabes perfectamente que ese no es mi ambiente.

una larga discusión por con cosas positivas y negativas de ir al club nació entre los dos amigos. ninguna amistad era perfecta, por los que en diversas ocasiones se formaban grandes desacuerdos entre la dupla de jóvenes. demasiados intercambios de puntos de vista fueron soltados a lo largo del día; cada uno creía que tenía razón sobre su propia perspectiva y no cambiaría de opinión por más que la otra persona pensara diferente.

bueno, mis queridos lectores, tal parecía que una persona entre ambos era lo suficientemente madura –o fácil de convencer– a tal punto de dejar ganar a la otra con el fin de no gastar más palabras al aire, sabiendo que toda su habla sería en vano. love se encontraba en dicho club de brazos cruzados en la espera de que su amigo tocara junto a la banda.

«no te muestres tan aburrida love, tu amigo te invitó a venir y ese es un gesto muy lindo», la castaña se acomodó en su lugar e intentó no prestarle tanta atención a los jóvenes que la rodeaban. «no, es imposible estar cómoda aquí. ¿por qué la gente empuja al resto? ¿acaso no conocen el espacio personal?».

la molestia se desarrollaba poco a poco en el pequeño cuerpo de eleanor, lo cual provocaba que su impaciencia incrementara al momento. comenzaba a sentir calor entre tanta multitud, quería escapar de ahí y lo haría de no ser por que estaba parada en primera fila.

tanto bullicio la aturdía y logró hacerla despistarse. observaba hacia varios lugares en busca de alguien conocido al menos para hacer una conversación y alejar la mala sensación que de a poco se apoderaba de ella. entre su búsqueda, lo único que consiguió fueron varios empujones por parte de las chicas que querían estar en su lugar para observar y ser observadas por los jóvenes que tanto esperaban.

—muévete niña —una muchachita visiblemente más alta pero menor que ella la hizo a un lado con un fuerte empujón.

—tienes un cuello demasiado grande como para ver en la última fila, jirafa de mierda —escupió sin tapujos, ganándose la mirada indignada de la chica—. ¿lo dije o lo pensé? —sonrió al ver que molestó a la contraria.

la joven ofendida diría algo para defenderse, mas sin embargo no encontró las palabras adecuadas para hacerlo; love la dejó callada. humillada, se alejó de la castaña con los labios fruncidos, era seguro que el comentario de love le había arruinado la noche... o tal vez la semana entera.

taylor observó la escena completamente satisfecha y con una sonrisa de oreja a oreja, estaba orgullosa de sí misma.

—vaya chica —dijo una voz masculina junto a ella. por instinto love volteó, pero ahora su sonrisa ya no estaba, y se topó con un joven de su edad (tal vez) que la observaba con los labios entreabiertos, sorprendido y maravillado a la vez—. lo lamento —carraspeó—, pero me has dejado atónito; sabes cómo enfrentar al prójimo.

—se lo merecía —se encogió de hombros simplemente.

—por supuesto, creo que... —observaba los azulinos ojos de love con un peculiar brillo en los suyos. se quedó a medio hablar, pero reaccionó cuando love frunció el entrecejo después de segundos— discúlpame, no me he presentado; mi nombre es oliver.

love asintió aún con las cejas un poco juntas y regresó su vista al escenario, en espera de la banda.

no pasaron más de treinta segundos y los chicos aparecieron en el escenario, cada uno con su respectivo instrumento, ganándose la completa atención del público juvenil. comenzaron a tocar algunos clásicos y los presentes espectadores cantaban con furor, aunque en realidad love no cantaba, ella mas bien apreciaba el talento de paul y la notable emoción que su ser emanaba; tocar para otros le apasionaba y disfrutaba cada segundo de ello con una inmensa sonrisa.

—es bueno, ¿verdad? —dijo oliver— mccartney me sorprendió desde la primera vez que lo escuché tocar hace tiempo.

—el mejor —asintió con orgullo sin quitarle la vista al pelinegro.

—lennon también es increíble, debo admitirlo... aunque el baterista —ladeó un poco la boca—, bueno, yo diría que podrían escoger a alguien mejor.

love miró al chico un poco confundida, ¿desde cuándo había tanta confianza entre ellos para hablar así de una persona que él seguramente no conocía? el baterista de la banda solamente había tocado un par de veces con ellos, y eso fue porque era uno temporal hasta que encontraran al indicado. ella lo conocía desde hace tiempo, la persona que sostenía las baquetas era amigo de leo, por lo cual eleanor también sabía de él; el sujeto brindaba lo mejor de sí para dar buena música al lado de los otros jóvenes y tocaba bastante bien como para que alguien dijera lo contrario.

—pues yo creo que toca maravilloso —inconscientemente posó sus manos sobre su propia cintura, acto que hacía cuando se molestaba.

—lo lamento, creo que comencé con el pie izquierdo —se disculpó—. en realidad me parece que estos chicos son fantásticos, debo admitirlo; son mucho mejor que muchas bandas de por aquí.

love cerró los ojos y dio una diminuta sonrisa, en eso sí estaba de acuerdo.

las canciones avanzaban y todo parecía ir bien igual que siempre, pero poco a poco la emoción parecía abandonar el cuerpo del pelinegro. de momentos paul volteaba a ver hacia su amiga, pues quería asegurarse de que estuviese disfrutando del show tanto como él, pero en muchas de esas ocasiones se la topó hablando con cierto muchacho que estaba a su lado.

dichas distracciones provocaron en el músico innumerables equivocaciones a la hora de dar el show. se perdía en los tiempos, olvidaba cantar algunos coros e incluso llegó a tropezarse con un par de cables en el suelo; estaba seguro de que se volvería loco de alguna forma si sus ojos chocaban nuevamente con aquel individuo frente a su chica.

¿“mi chica”? ¿podía llamarla de tal forma? ¡no lo sabía! algunas veces el pelinegro se había referido de esa manera a su amiga; cuando se exaltaba diciendo “¡esa es mi chica!” a la hora de que ella hiciera o dijera algo increíble, por ejemplo.

el show fue concluído con una canción que lennon escribió hace muy poco tiempo atrás. los músicos inclinaron sus cuerpos como agradecimiento y a la vez despedida al público, quienes eran parte esencial –por no decir la más importante– de hasta donde habían llegado. todos fueron al pequeño backstage del lugar para beber algo, limpiar y guardar sus instrumentos; fue entonces cuando paul escuchó en la entrada al guardia de seguridad discutir con alguien, así que decidió acercarse para ver qué pasaba.

—lo lamento señorita, me temo que no puedo dejarla pasar a visitar a los muchachos.

mccartney divisó a love a lo lejos. la chica tenía una expresión facial ligeramente indignada; ella entendía que el trabajo del hombre le prohibía darle la oportunidad de saludar a sus amigos y conocidos, pero de cierta forma aquello la molestaba y hartaba a la vez al pasar los minutos.

definitivamente la chica se había aburrido abruptamente de esperar bastante tiempo. cruzó los brazos y miró al hombre con una ceja alzada.

—dígame señor, ¿qué shampoo usa usted? —soltó sin arrepentimiento después de percatarse de que el hombre era calvo.

la persona humillada abandonó su pacífica expresión; love sonrió satisfecha. el más alto estaba a punto de responderle furioso a la chica, pero paul llegó antes de que eso sucediera.

—¡love, querida! —la voz de paul se escuchó alegre. exageró en su tono para que el hombre se diera cuenta de que la castaña estaba con él, además de que así le salvaría el pellejo a la castaña— te has demorado mucho tiempo, ¿a qué se debe eso? —preguntó con cierta preocupación.

—oh, paulie —respondió un tanto dramática, como si se encontrara en el papel de una damisela en apuros—. este hombre de aquí me ha negado la entrada hacia allí —señaló la puerta.

—tranquila mon ami —se posicionó frente a ella—, he venido a rescatarla y a la vez sacarla de este aprieto —tenía su mano izquierda posicionada sobre su pecho y alzó su antebrazo—. venga conmigo y permítame guiarla hacia adentro para saludar a nuestros humildes compinches.

love apretó levemente su labio inferior con sus dientes frontales, sonrió con diversión y enganchó su brazo derecho con el de paul. ambos abandonaron el lugar y a sus espaldas dejaron al hombre sin saber qué había sucedido exactamente.

sonoras risas se expandían por el lugar cuando la dupla llegaba con el resto de los chicos. john y george compartieron miradas cómplices para comenzar a molestarlos. de pronto, john le quitó a love un abrigo que colgaba en su brazo libre y george hizo lo mismo con la chaqueta que colgaba en el hombro de paul. ambos se colocaron las prendas que le arrebataron al par de mejores amigos; aunque, a decir verdad, a john le costó mucho trabajo por la diferencia de tallas. lo siguiente que sucedió fue que john enganchó su brazo con el de george y ambos reían en una mala imitación de las personas frente a ellos.

—oh, qué linda está esta noche llena de estrellitas brillantes, ¿no lo crees, paul? —dijo john con una voz exageradamente aguda viniendo de su boca.

—claro que sí, mon ami —respondió harrison—. ¿gusta usted dar una caminata conmigo bajo la hermosa luna de primavera?

la castaña comenzaba a reír un poco debido a la pésima imitación de los chicos... además de que se notaba a simple vista que lennon estaba sufriendo dentro de ese abrigo.

—con la condición de que después vayamos a algún restaurante. este cuerpecito necesita arrasar con toda la comida posible.

aquello le causó total gracia a paul, pero love dejó de reír. no era necesario hacer una imitación con guiones tan apegados a la realidad.

—devuélveme eso —eleanor jaló una de las mangas de su abrigo para quitárselo a john.

el pequeño juego dio fin y todos platicaron unos minutos más antes de irse. al final del camino rumbo a sus casas, john, paul y love caminaron juntos un par de calles hasta que el mayor de los tres tomó un camino diferente para ir a la suya... claro, no sin antes hacer varios comentarios para molestar a la pareja de amigos, la cual él creía que pronto tendría algo más que una simple amistad.

—tres —dijo paul de repente.

—¿qué?

—tres minutos —miró a love a los ojos, pero notó que ella seguía sin entender—. dije que tu cabello se ve lindo y él nos estuvo molestando por tres minutos.

love por fin captó lo que decía su amigo y negó con gracia. hasta ese punto, ya era costumbre que john dijera un sin fin de cosas de ese tipo referentes a ellos dos.

—debemos conseguirle una novia para que deje de decir y hacer cosas estúpidas —recomendó la chica como si esa fuese la solución a todos los problemas.

—en verdad dudo que deje de ser estúpido aún teniendo a una chica —estaba seguro de sus palabras.

—mírate a ti, comenzaste a salir con dot y no has cometido ninguna tontería desde entonces.

mccartney frunció el entrecejo debido a muchas cosas respectivas a ese comentario.

—número uno —comenzó a enumerar con su dedo índice—: dot no es mi novia. número dos: ni siquiera me gusta. número tres: mi objetivo de no ser estúpido comenzó cuando una viejita me regañó por decir “barbaridades” junto a los chicos mientras tú estabas en londres. número cuatro: yo tendría una novia solamente si tú quisieras tener algo conmi-...

—no —lo interrumpió antes de que terminara aquella última oración.

—está bien... —aceptó el rechazo de love con un tono de voz derrotado—, lo decía bromeando, lo aclaro por las dudas.

los dos caminaron algunos metros en medio de una pequeña tensión que love odió desde el primer segundo. aunque el pelinegro quisiera esconderlo, era muy obvio para algunos que él deseaba tener algo más allá de una amistad con la castaña; hacer comentarios que empezaban con “si tú fueras mi novia”, fingir bromear a la hora de decir que ella le gustaba o simplemente negar sus sentimientos se había vuelto parte de su vida.

—así que “barbaridades”, eh —la joven rompió el silencio con gracia recordando el punto número tres de paul.

—parece que hablar mal sobre la conquista de los estados unidos por parte de nuestro país no es del agrado de muchos —sonrió un poco.

habían llegado frente a la casa de love. paul esperaba alguna reacción o respuesta de su acompañante, pero giró a verla discretamente al no recibir nada de eso. lo siguiente de lo cual se enteró fue que su amiga estaba casi frente a la puerta... pero no fue la velocidad de sus pasos o la sorpresa de no tenerla junto a él lo que llamó su atención, sino que se dio cuenta de que estaba junto a su hermano, quién se encontraba ¿durmiendo en los escalones de la entrada?

paul, confundido, se acercó a los dos. love acercó su nariz cuidadosamente al rostro de leo para percibir si había bebido de más otra vez, pero todo indicaba que no era así.

—parece que simplemente se durmió aquí afuera —se levantó y ladeó su boca a la vez que se preguntaba cómo despertarlo, pues el “adulto” era alguien de sueño pesado.

la chica se acercó a la puerta para abrirla con sus llaves. mientras ella estaba de espaldas, paul vio aquella escena como una oportunidad para vengarse de leo por haberlo despertado jalando sus negros cabellos una vez que el menor durmió en el sofá de la casa de los hermanos taylor. mccartney se agachó y tiró de dos rubios mechones rubios oscuros en la cabeza del mayor.

—creo que ya está despertando, qué oportuno —se levantó sonriendo por su pequeña maldad.

—hey bella durmiente, despierta que ya amaneció.

—los amaneceres no son oscuros —dijo y bostezó mientras sobaba alguna parte de su cuero cabelludo por el dolor que lo despertó.

—¿qué dices? —preguntó paul— ya los pajarillos cantan, la luna ya se metió.

—no sé si te has dado cuenta, pero estabas dormido en las escaleras. bien, justifícate —la joven se cruzó de brazos.

—oh, claro —se levantó con cuidado del suelo—. fui a una fiesta y olvidé las llaves... ya sabes, un pequeño error.

—un pequeño error que cometes cada vez que sales —susurró mccartney.

—me has salvado, hermanita —se acercó a ella y besó su frente—. buenas noches, familia —entró a la casa con el propósito de dormir lo que restaba de la noche.

—no sé qué hará este torpe cuando me mude a londres —le dijo a paul mientras ambos observaban al mayor subir por las escaleras—. supongo que nos vemos mañana, paul. buenas noches.

ahora eleanor besó la mejilla de paul como despedida e ingresó a su hogar para descansar de ese largo día. cerró la puerta, dejando a paul en el pequeño corredor. por otro lado, un gran miedo comenzaba a crecer repentinamente en el cuerpo del pelinegro.

—yo tampoco sé qué haré sin ti cuando te vayas, love.

eu paso a informar que hoy se cumple un año desde que publiqué este fic. estoy muy agradecida con todas las personas que le han dado una oportunidad a mi pequeño y querido proyecto. ♡

Pokračovať v čítaní

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