Familiar.
-Cariño debes despertar- susurro con dulzura mientras acariciaba el suave y brillante cabello -Debes tomar tus vitaminas y cenar algo.
-Mmh... cinco minutos más- respondió adormilado restregando su carita contra la almohada.
-Eso me dijiste hace 20 minutos Tae- sonrió y se recostó a su lado comenzando a hacer suaves caricias en el vientre y la cintura del menor, apegándose lo más posible y pegando su boca sobre la cabellera -Debes levantarte bonito- dejo un casto beso sobre la coronilla contraria y sonrió cuando el menor le rodeo la cintura con un brazo.
-No quiero, tengo sueño y siento frío en mis pies- frunció el ceño, aún sin abrir los ojos recargo su frente en el fuerte pecho del mayor -¿Si aumentaron la temperatura de la calefacción?- susurro aún más adormilado debido a las caricias que estaba recibiendo.
-Si mi pequeño sol, lo hice hace un rato- volvió a besar la platinada cabeza -Debo ir a apagar la estufa, por favor ya levántate Taetae- susurro e hizo el ademán de levantarse pero el menor lo abrazo fuerte y le impidió irse.
-Por favor no me lastimes de nuevo susurro escondiendo su carita entre el pecho y cuello del contrario.
-Y tu jamás dejes una carta sobre la cama y me abandones de nuevo cariño- condicionó con la misma nostalgia que el menor y lo abrazo más fuerte contra su pecho -Eres el amor de mi vida y lo más preciado y hermoso que tengo, jamás volveré a dañarte.
Ambos se mantuvieron en silencio, abrazándose, las palabras sobraban porque sus sentimientos salían de sus pechos y se mesclaban en una infinita y sincronizada danza donde el amor entre ambos era el protagonista, donde ambas almas se sentían completas pero al mismo tiempo temerosas de soltarse de nuevo, sus corazones mantenían el insaciable deseo de quedarse unidos y tan destinados a estar juntos como lo estuvieron en un principio. El sonido de la puerta de entrada les distrajo de su íntimo y valioso momento, anunciando la llegada del dueño del departamento que al entrar a casa camino hasta la cocina donde guardo el helado y apago la estufa, espero que alguno apareciera por la puerta de la cocina. Y así fue, no pasaron ni dos minutos y la pareja apareció por la puerta luciendo bastante relajados y contentos.
-Bienvenido a casa hyung- sonrió Taehyung sentándose en una de las sillas altas de la isla de la cocina.
-Hola Taetae, ¿qué dijo el doctor?- pregunto mientras comenzaba a quitarse el abrigo.
-Pues dijo que era estrés y que descansando todo saldría bien- sonrió hacia Jungkook cuando este le dejo frente a él un plato lleno de caldo caliente que se veía delicioso.
-Come con cuidado, está caliente- le sonrió de vuelta y beso castamente la enmarañada y desordenada cabellera del menor -Siéntate Hoseok Hyung, ahora te sirvo también.
-Gracias Jungkook- sonrió y se sentó frente a su amigo.
-Oh- dijo sorprendido el peligris.
-¿Que pasa bebé?- pregunto Jungkook mientras dejaba un plato frente a Hoseok-¿Esta bueno?- sonrió.
-Esta delicioso kookie, pero me sorprendió que Hoseok acaba de llamarte "Jungkook" y no otra cosa.
-Es verdad- frunció el ceño y volteo a ver al dueño del apartamento.
-B-bueno es que él se ha portado m-muy bien y yo le dije que para respetarlo debía ganarse mi respeto y ya saben, ya no me desagrada tanto que este aquí- explicó levemente sonrojado y se concentró en comenzar a comer, provocando una risa en el menor.
La cena continuó entre bromas y burlas entre los tres, molestándose mutuamente y a la veces reforzando lazos y creando lazos nuevos, cuando los tres terminaron su cena se trasladador hacia los sofás de la casa, Tae escogió una buena película para ver ya que aún era algo temprano y su siesta le había arrebatado todo el sueño, Mientras Taehyung ponía la película Hoseok tomo el bote de helado de la nevera y lo sirvió en tres vasos, llevándolos en una bandeja pequeña junto con las fresas con crema por petición del más pequeño, Jungkook en cambio se adentró a la habitación del menor y busco un suéter de lana abrigador junto con sus típicas y adoradas calsetitas afelpadas y una cobija liviana para el friolento Tae que le esperaba en la sala.
Una vez estuvo todo listo se acomodaron en los sillones para ver "zootopia", Jungkook sentado y recargando su espalda en el respaldo y parte de la codera del sofá, Tae a su lado lo más pegado posible, con su espalda recargado contra el hombro de Kook y sus piernas encogidas hacia su abultado abdomen, escondiendo sus fríos piecitos enfundados en sus calsetitas, entre las piernas de su mayor, el cual le rodeaba por los hombro y se recargaba un poco contra él, Hoseok en cambio prefiero acostarse en el sofá individual dejando sus pies colgando.
Pasada al rededor una hora de película Tae volteo a ver hacia Hoseok dándose cuenta que había caído rendido en un profundo sueño, lo que era comprensible debido al doble turno, al voltear a ver al mayor de todos sonrió al ver sus ojos cerrados, su boca ligeramente abierta y su cabeza colgando hacia un lado. Acaricio la mejilla del mayor y se recargo un poco más sobre él, cerró los ojos con una gran sonrisa y se durmió con esa última imagen en su mente, aquella qué después de meses le parecía tan familiar.