Estaba emocionada, nuestro hermano vendría a quedarse con nosotros un mes entero, siempre venía a estarse un mes completo cada año, al menos ya casi se graduada, después de todo lo que pasamos se sintió muy mal de no haber estado para protegernos, incluso se enojó un tiempo con papá por no haberle dicho pues se tuvo que enterar por televisión del caso y se sintió terrible de sólo imaginar que mi principal miedo se había convertido en una pesadilla horrible y había terminado de esta forma, se disculpó una y otra vez por no haber estado y sobre todo por aquella broma que de no haber sido por eso yo no me hubiera alterado en la fiesta cuando ese tipo me asustó con el globo y de esa forma nunca me hubiera seguido hasta la casa para vengarse, ahora que lo pienso pueda que él tenga la culpa...
La emoción de que mi hermano viniera estaba opacada por otra emoción, la del miedo... Sentía un terror tan grande que no podría describir, a pesar de que el payaso guardaba prisión, el sólo hecho de pensar que pronto iba a salir me estaba quitando el sueño, despertaba por las noches imaginando que él regresaba y ahora era peor, ahora estaba más decidido a vengarse y de una peor forma, pensaba en sus horribles días en prisión y el coraje que sentía por ser yo la culpable de haberlo encerrado, obviamente eso no era cierto puesto que él lo era, pero su idea nadie podría quitarsela... Sucede pues que en todos estos años hice lo posible por seguir con mi vida normal, pero cuando llegaba un nuevo mes era como si se acercaba más y más la fecha de su salida, 5 de agosto, un día terrible para mi...
Marcaba mi calendario como si estuviera esperando una fecha especial, pero no... estaba marcando los días hasta llegar a ese horrible día, sentí como los huesos me tronaron al ver que nada más faltaba una semana... ¡Díos mío no!
-Tranquila hija, estoy seguro que no se atreverá a hacerte daño después de lo que pasó, recuerda que tiene orden de restricción y si se atreve a acercarse obviamente volverá a la cárcel y no creo que quiera eso, además tienes un padre que esta dispuesto a defenderte con garras y dientes.
-Pero, no creo que respete eso, yo sé que va a querer vengarse y yo...
-Hija... De verdad no pasará, tranquila.
Miré a papá y supe que no debía contagiarlo de mis miedos, había sido difícil para él, ahora tenía que hacer lo posible por creer en él, sabía que sería capaz de lo que sea por defenderme, pero tenía mucho miedo...
-¡Hermanooooo! Gritamos Megan y yo cuando lo vimos llegar, habíamos ido al aeropuerto a recogerlo.
-Hermanas, que lindas, las extrañe tanto, dijo mi hermano abrazandonos fuertemente.
-También te extrañe mucho, le dije casi a punto de llorar.
-Hijo mío, que bueno es verte de nuevo, dijo papá muy emocionado.
-Papá, también me alegra verte.
-Vámonos de seguro tienes mucho que contarnos.
-¡Si! Verás en la Universidad hemos estado...
Era agradable tener a Tom de nuevo en casa, hace meses que no lo veíamos, a sus 22 años se veía tan guapo y grande, todavía recuerdo aquél niño bobo que me molestaba, ahora hemos crecido y cada vez que lo veo me doy cuenta de lo diferente que esta, todos hemos crecido en estos últimos años, yo casi empiezo la Universidad y todavía no se que estudiar, por ahora sólo quiero concentrarme en la visita de mi hermano, pero el asunto del payaso no me deja tranquila...
Fuimos a celebrar en uno de nuestros restaurantes favoritos, llegamos a casa un poco tarde y todos nos fuimos a dormir, mientras que yo veía el calendario y con horror veía que faltaban nada más tres días para que saliera.
-¿Puedo pasar?. Preguntó mi hermano asomándose a la puerta.
-Claro Tom, pasa.
-¿Te sientes bien? Te noté un poco distraída y asustada.
-Si, mira esto, le dije y le mostré el calendario.
-¿Que es eso? ¿Esperas una fecha especial?
-No, nada de eso, he marcado todos los días en los que el payaso a estado en prisión, mira en tres días sale, tengo motivos de sobra para estar preocupada y asustada.
-Hermana... De verdad no sabes cuán mal me siento de no haber estado cuando ocurrió todo eso, yo te hubiera defendido de ese infeliz, también perdóname por lo de la broma yo...
-Tranquilo hermano, éramos sólo unos niños, ademas tú estabas estudiando obviamente no podías estar aquí, pero de verdad estoy aterrada, papá dice que no me preocupe por lo de la orden de restricción, pero yo sé que ese payaso buscará vengarse, ¡Lo sé!
-Pero ahora estoy aquí para defenderte, si se atreve a hacerte daño te juro que li mato, pero debemos tratar de ser positivos, quién sabe tal vez papá tenga razón.
-Ojalá...
-Bueno, estoy cansado, que duermas bien Emily.
-Buenas noches Tom, es un gusto tenerte de nuevo en casa.
-Gracias, para mi lo es más, dijo Tom sonriendo mientras salía de la habitación.
¡Dormir bien! Si claro, como si pudiera...
El hecho de que mi hermano estuviera aquí me hacía pensar menos en ese asunto, pero nada se comparó con la sensación de miedo y náuseas que se apoderó de mi la noche antes del día cero, el día en el que sería liberado, tenía un miedo tan grande que creo que jamás había experimentado, nisiquiera cuando lo veía justo en mi ventana, este miedo era como el que siente un criminal que será llevado a la orca, es un pesar, un dolor, unas ganas de desear estar muerto antes que tener que enfrentar lo que viene...
Como esa y otras noches, sólo logre dormirme cuando el sol empezaba a asomarse por el horizonte, me tenía que levantar a las 6 para alistarme, era el peor día de mi vida, me vi frente al espejo y mis ojeras eran como fosas que habían excavado los zorros para hacer sus madrigueras, así de profundas y oscuras, mis ojos estaban hinchados de las lágrimas que derramaba cada noche, este era un terror psicológico que yo misma me había edificado.
-Buenos días, dijo papá al verme y yo sólo sonreí ante su saludo.
Todos se sentaron a desayunar, me serví mi cereal pero no tenía nisiquiera ganas de tomar agua, así de mal estaba, nadie mencionó nada, pero Tom me veía con cara de lástima.
En la escuela todo era absurdo, caminaba por el pasillo y me crucé con Mark, éste sólo me miro en fracción de segundos y desvío la mirada, contar con él hubiera sido maravilloso, pero lastimosamente ese mismo año habíamos terminado, mis miedos y mis problemas eran algo con lo que él no podía más, yo siempre tenía miedo de salir de casa, no hacía otra cosa que no fuera hablar de ese asunto, Mark se cansó y me dijo "Debemos darnos un tiempo" lo que más tarde fue "Debemos terminar" me dolió mucho pero sinceramente no tenía cabeza para nada más que no fuera Alfred Parker y su despiadada venganza...
Avanzaba el día y corrí a encerrarme a mi habitación, no sabía a que hora saldría de prisión, ese asunto me mataba era demasiado para mi, tenía tanto sueño que me quedé dormida y desperté cuando mi hermano movió lentamente mi hombro.
-Emily, iremos con Megan a ver una película ¿Quieres ir?
Aturdida pensé, ¡Estás bromeando! Como querría salir de casa a exponerme y tampoco querría quedarme en casa a merced del payaso.
-No quiero salir, pero tampoco quiero quedarme, tengo miedo Tom, por favor quédate conmigo, le dije llorando mientras lo abrazaba.
-Esta bien hermana, tienes toda la razón, este es un día muy difícil para ti, me quedaré contigo y nada malo te pasara.
-Eres el mejor Tom, me alegra tanto de que estés aquí.
-¿Iremos al cine, si o no? Preguntó Megan ya lista.
-No, debemos quedarnos en casa, Emily no puede salir.
-Entonces que se quede, vámonos Tom.
-¡Que no entiendes! Emily tiene miedo, hoy se supone que sale ese infeliz payaso, no podemos ni salir ni mucho menos dejarla sola.
-Es verdad, ya ni me acordaba, ¡Diablos! Yo quería ir al cine, dijo Megan enojada y salió del cuarto.
-Déjala, ella no entiende como te sientes.
Nadie podía sentir lo que yo estaba experimentando, era algo tan indescriptible, sólo quería salir corriendo e irme lejos, le suplique cientos de veces a mi papá para que nos fuéramos a otro vecindario a otra casa, pero esta casa es nuestra y los gastos de la mudanza y comprar una casa nueva serían excesivos, siempre su excusa era el dinero, obviamente yo entendía su situation, pero él tampoco entendía la mía.
-Es que no entiendes Emily, no alcanza el dinero, no puedo darme ese lujo.
-Alquila la casa y con el dinero podremos pagar otra.
-No hay necesidad de irnos, aquí es nuestra casa.
-¿Y yo que?
-Hija, ya te he dicho muchas veces que ese mal nacido no te hará nada, tiene una orden de restricción.
-Sólo hasta que me mate vas a entenderlo.
-¡Ya basta Emily! ¡No sigas!
Pelea tras pelea, era una difícil situación, parecía que su venganza era mortificarme la existencia.
Cuando la noche se acercaba, sentí tanto miedo, quería gritar, quería llorar, quería tomar un arma y darme un tiro, pero no iba a darle el gusto a ese payaso, me preparé para dormir y mi hermano llegó a darme las buenas noches.
-Hermana si necesitas algo o cualquier cosa te sucede, no dudes en llamarme.
-Claro hermano, espero que no sea así.
-Yo también lo espero, bueno que descanses.
-Buenas noches.
Era obvio que no iba a dormir, era obvio que no iba a bajar la guardia ni por un segundo, así que me quedé sentada en la cama con mi bate de béisbol esperándolo, si era posible lo mataría, no me importaba ir a prisión, al menos iba a estar traquila...
Desperté asustada y me di cuenta de que ya estaba amaneciendo, no sé en que momento me había quedado dormida, los grillos ya habían dejado de cantar y ahora las aves tomaban su lugar, miré el reloj y eran las 5 y media, no lo podía creer, el payaso no había llegado. Salté de la cama y abrí la ventana esperando a ver globos o algo así, pero no... No había nada, corrí hasta la puerta y... Nada, entonces no había venido, ¿Entonces cuando lo hará? ¿Que espera para venir y vengarse? ¿Será que papá tiene razón?
Entre rápidamente a la casa y me preparé para un nuevo día...
Nota.
Mil disculpas por no haber actualizado, como saben, estoy muy ocupada con la historia de Maldita muñeca, gracias por comprender y estar pendientes.
Se les quiere :D
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